Lo que da de sí la playa nudista
Cruising y una orgía privada...mucho vicio
Me llamo Germán, 28 años, 1,83, 78 kg, moreno y soy bisexual. Hace unos años estudiaba en una de las grandes ciudades de España, pero ahora vivo solo en un piso en el centro de la ciudad donde estudiaba, tengo un buen trabajo y me gusta la buena vida y los placeres que ofrece. En fin, que estoy de vuelta tras varios meses. Tengo una serie de relatos (La nueva vida de un vicioso reprimido) que continuaré en breve; la verdad, tengo un bajón creativo importante y no sé por dónde encauzarla. Se admiten sugerencias, tanto por comentarios como por e-mail, jejeje. Hasta que vuelva a encontrar el hilo conductor y las ganas de continuarla, seguiré publicando
En fin, antes de comenzar a contaros este relato, debo deciros que tengo un esclavo sexual. Desde hace aproximadamente un año. No es alto, aproximadamente 1,60, con perilla, rapado al 0 y 48 años. Lo conocí a través de un conocido chat gay, vive en mi ciudad y desde la primera vez que me invitó a su casa me mostró total sumisión, así que lo aproveché, ya que no dice que no a absolutamente nada y lo he humillado y vejado de todas las maneras imaginables. Cada vez que me apetece, le mando un Whatsapp y, si es fin de semana (entre semana es un poco más complicado) enseguida me dice que suba, que “la zorra está lista para recibir al amo”. Siempre me recibe de la misma manera: totalmente depilado, con la boca limpia y completamente desnudo. Lo inspecciono bien poniéndole contra la pared y dándole unas buenas ostias en el culo y unas buenas agarradas de huevos. Luego le inspecciono la boca para ver si se la ha lavado bien, escupiéndole varias veces dentro y dándole un par de tortazos mientras le retuerzo los pezones. Ya ha aprendido a controlar el dolor y ya no grita cuando se los agarro.
Una vez me siento en el amplio sofá de su inmenso salón (vive en un caserón a las afueras de la ciudad) y me pone la tele, lo mando a gatas a la cocina mientras me desnudo completamente. Es una delicia verlo gatear por la casa, con los huevos colgando y contoneándose de un lado a otro. De la cocina vuelve, de pie, con un gintonic cortito de Bombay azul y un Montecristo delicioso, que me enciende cuando se sienta en mis rodillas. Una vez he empezado a degustar el habano y el gintonic, él ya sabe que, hasta nueva orden, su misión en la vida es servirme con su boca, de modo que se pone a mamarme la polla el tiempo que yo estime oportuno. A veces lo he tenido mamándome la polla mientras veía un partido de fútbol completo o hasta que me terminaba el puro, con el único sonido del “glurp glurp glurp” del baboso chupeteo arriba-abajo con el que me obsequia (me gusta que me coman la polla de forma húmeda, y así lo hace, dejándola bien babeada y ensalivada) de rodillas entre mis piernas, aunque alguna vez lo primero que he hecho al llegar a su casa ha sido cogerlo de los huevos y arrastrarlo a la bañera para mearle la boca (y una vez incluso me senté en el váter para ya sabéis qué, y él no tuvo más remedio que mamarme la polla mientras yo evacuaba) de modo que luego tiene que ducharse y lavarse la boca otra vez para empezar su rutina habitual cuando le visito. Cuando me apetece le hago cambiar y empezar a mamarme los huevos. Él nunca habla, sólo obedece. Habla cuando le hablo, y se dirige a mí como “mi señor” o “mi amo”. Le tiro la ceniza del puro a la boca cuando me apetece, utilizándolo de cenicero, con lo cual tiene que ir otra vez a lavarse mientras yo me quedo en el sofá espatarrado con la polla súper babeada, fumando relajado. Más de una vez, una vez ha vuelto de limpiarse la boca de la ceniza, le he vuelto a usar de cenicero, con lo cual ha tenido que volver a ir a asearse, mientras yo me río de él y lo insulto, humillándolo y dándole patadas en el culo mientras gatea para que gatee más rápido, al mismo que le digo que no sirve para nada más que para darme placer.
También disfruto tirándole el humo del habano a la cara mientras me la chupa, recibiendo varios tortazos en caso de que tosa. Cuando me canso de que me chupe la polla o los huevos, le tengo un rato dándome placer en los pezones, escupiéndoles y succionándolos, me encanta sentir su lengua caliente revoloteando sobre mis pezones peludos. Cuando considero que ya es suficiente, falta mi culo, de modo que levanto las piernas y dejo que hunda su cabeza debajo de mis cojones y se dedique a darme placer en mi agujerito, cosa que me encanta. Nada como degustar una buena copa y un mejor habano mientras sientes una lengua caliente sirviéndote ahí abajo. Le obligo a que escupa en el ojete para después follarme con su lengua. Yo creo que el hecho de que me coman el culo (especialmente mi esclavo, lo hace de vicio) me gusta casi más que que me coman la polla (lo hace muy bien, aunque me la han comido mejor, tanto tías como tíos) aunque una mamada de lujo es mejor que cualquier cosa, claro está.
Cuando considero que ya es bastante o me he terminado el puro o simplemente estoy aburrido, lo llevo a su cama, lo pongo a cuatro patas bien abierto, hago que se escupa en los dedos y luego se los meta por el culo para que esté bien dilatadito, y se la clavo sin miramientos. Estoy follándole el culo a cuatro patas el tiempo que me apetece (o el tiempo que aguante, que hay veces que estoy tan cachondo que acabo corriéndome enseguida) hasta que me corro, y según me dé le lefo el culo o la boca. Luego lo pongo de rodillas en el suelo y le hago limpiarme la boca a base de follársela, como si fuera el mismo culo que me acabo de follar. Finalmente le pego un par de pollazos en la cara y un par de tortazos mientras le retuerzo los pezones y lo dejo de rodillas en su habitación, mirándome. Yo me visto mientras me río de él y le digo lo zorra barata que es y las cosas que se deja hacer, que qué poco se valora y, una vez vestido, me largo. Así hasta la próxima vez que me apetezca hacer uso de ese esclavo que es mi propiedad.
Otro día si queréis os contaré cómo invité a algunos amigos míos maduros (algunos personajes del resto de relatos) a casa de mi esclavo y lo bien que lo pasamos entre todos, pero hoy me gustaría contaros lo que pasó cuando me fui con mi esclavo a una playa nudista un caluroso día de julio del año pasado. Me levanté, era domingo y no sabía qué hacer, de modo que avisé a mi esclavo, y en 5 minutos ya me había dicho que estaba a mi disposición “para lo que mi señor desee”. Lo recogí en mi coche y en 45 minutos estábamos en una conocida playa nudista de mi provincia, por supuesto con su correspondiente zona de cruising, tras unas dunas y entre un cañaveral, de modo que nos pusimos por ahí, desnudos a tomar el sol. Él se trajo su hamaca, que por supuesto utilicé yo, mientras él tuvo que conformarse con los dolores en la espalda que le proporcionaría la arena. Había bastante tema al ser domingo, y tras un rato de observar maduros y no tan maduros con buenos rabos yendo y viniendo de la zona de cruising, vi a tres tíos (de unos 50 años barrigones y con cara de viciosos, a los que se les adivinaban buenas trancas) a nuestra izquierda, a unos 50 metros, sin parar de mirarnos y sonreír, por lo que decidí probar mi suerte y, poniéndome de pie y acariciándome el rabo, me dirigí hacia la zona de cruising. No me equivoqué, pues casi al instante se levantaron también y me siguieron. Se me había antojado comerme algún rabo maduro y ya se sabe que a los antojos hay que ponerles remedio, jejeje (con mi esclavo soy activo completamente, pero también me chifla comer pollas, eso sí, no la de mi esclavo, pues es diminuta y sólo vale para dar placer, no para recibirlo). Dejé a mi esclavo a cargo de nuestras cosas, diciéndole que no sabía cuando volvería, que llevara cuidado. “Sí mi señor, no se preocupe, disfrute” fue todo lo que me respondió, y dándole un buen azote en las nalgas, me largué.
Ya en la zona de cruising, vi cómo me estaban esperando mis tres maduros sonriéndome y sobándose los rabos duros entre las dunas. Me acerqué y tras un rato de presentaciones y risas (les sonsaqué que eran los tres casados, de Madrid capital, con las mujeres de veraneo por aquí, en un apartamento, pero que las mujeres habían decidido pasar el día de compras en la capital de la provincia y no las verían hasta la hora de la cena y claro ellos habían aprovechado para ir a una playa no tan convencional como las que suelen ir con ellas. Aprendí que eran bastante viciosos, quedando en Madrid para ir a saunas cuando sus agendas matrimoniales se lo permitían…). Se llamaban Vicente, Ramón y Antonio, y de los tres el más atractivo y con mejor polla (gorda y sobre 20 cm) era Vicente, además era el más morboso. Los otros dos estaban bien también, pelo canoso y barriguita.
“Bueno nene nos hacemos un vicio o qué?” me preguntó Vicente mientras me agarraba del rabo.
Yo sonreí poniendo mi lengua entre los dientes. “Joder pensaba que nadie iba a sacar el tema jajaja”. Nos dimos un morreo de campeonato a cuatro lenguas mientras nos cogíamos todos de las pollas y nos íbamos para dentro del cañaveral y cuando estuvimos bien apartados de todos los curiosos me arrodillé entre los tres, lo que tomaron como una invitación a darme pollazos por toda la cara y algún que otro tortazo también, diciéndome lo guarra que era.
“Glurp glurp gluuurpp mmmmm” me volvía loco chupando aquellos tres rabazos, pasándome de uno a otro y de vez en cuando teniendo dos o incluso los tres en la boca. Una vez que me centré un poco en dar placer con mi boca a Vicente (el que más morbo me daba) me la tragué hasta los cojones, para mientras la tenía completamente dentro de la boca, guiñarle un ojo, sacármela, escupirle en el rabo y decirle “a ti te quiero para el final…”
“No hay problema, luego seguimos…” me contestó, para ya el resto del tiempo guiar mi cabeza hacia las pollas de sus amigos, obligándome entre él y sus dos amigos a mamarles el rabo a sus amigos hasta que me lefaron en la lengua, obligándome a tragar como una puta toda su leche mientras me daban pequeños tortazos y escupían en mi boca.
“Mmmmm, ibais cargaditos eh cabroncetes jejejeje” dije yo mientras me levantaba y me recomponía un poco, a la vez que me daban un kleenex para limpiarme las comisuras de los labios
“Ya te digo, es que con una mamona de primera como tú a ver quién no saca esos lefazos jajaja” dijo Antonio
Reímos los cuatro y hoy Vicente propuso volver a la playa y juntar nuestras toallas, cosa en la que todos estuvimos de acuerdo. “Y así nos presentas a tu amigo” dijo Vicente
“No es exactamente mi amigo…ahora os cuento jejeje” respondí yo de camino a la playa.
Una vez en la zona donde estaban ellos, hice una señal a mi esclavo para que trajera todo. Sacaron unas cervezas bien frías y comenzamos a charlar.
“Os presento a mi esclavo sexual”. Los tres fliparon. “¿Cómo?” Dijo Vicente
Jajajaja, lo que yo os diga, hace lo que me sale de los cojones, obedece que da gusto y proporciona mucho placer…mirad, un ejemplo. Ponte a cuatro patas que te vean estos señores lo depiladito que vas, anda”
Dicho y hecho, el esclavo se incorporó y delante de los tres maduros viciosos se puso a cuatro patas con los huevos colgando y bien abierto
“Joder cómo sois los jóvenes de viciosos, cada día me sorprendéis más jajajaja” dijo Ramón.
“Podéis manosearle y comprobar lo depiladito que siempre lo tengo para mi disfrute” propuse. Los tres, disimuladamente por las miradas indiscretas, pasaron la mano por los cojones de mi esclavo, alguno de ellos incluso cogiéndoselos y dándoles pequeños azotes tanto en el culo como en los huevos…
“Muy buen género sí señor, qué suerte tienes tío” dijo Vicente. “¿Tenéis prisa? He pensado que podríamos comer aquí en un chiringuito de aquí al lado, y luego nuestro apartamento está justo ahí, si miras ves hasta una toalla amarilla en el balcón, podemos ir después de comer y continuar la fiesta que hemos empezado en las dunas, qué os parece?”
“Me parece una idea de puta madre jajaja” respondí yo. Brindamos los cuatro con las latas de cerveza. “¿Has visto perro? Hoy nos vas a tener que servir a cuatro amos en lugar de sólo a mi jajajaja, vas a estar muy ocupado jajaja”. Todos excepto mi esclavo reímos mi ocurrencia.
“Sí, será un placer mi amo” fue todo lo que dijo
Ya era la hora de comer, así que nos pusimos el bañador y nos fuimos hacia el chiringuito, que estaba a unos 200 metros, mientras el apartamento estaba justo arriba del chiringuito. Por supuesto dejamos al esclavo en la playa hasta que termináramos de comer, no iba a tener el privilegio de sentarse en la mesa con nosotros y ni mucho menos el de degustar la docena de gamba roja que pedimos, seguida por una estupenda paella de marisco todo regado por un buen par de botellas de Marina Alta fresquito. Una vez terminamos los cafés, Vicente dijo.
“Bueno, el puro y la copa ya en casa mientras le damos al vicio no?” Jejeje
“Una idea cojonuda” dijimos Ramón, Antonio y yo. Encima les iban los puros, había tenido mucha suerte jejeje. Mandé un whatsapp a mi esclavo para decirle que viniera para acá, lo esperamos en la mesa y vino cargado con nuestras cosas
“Preparado pedazo de mierda? Te vamos a usar que vas a dar asco jajaja”
“Será un honor servirle al amo y a sus amigos”
Fuimos los cinco al apartamento, bastante espacioso con un buen salón con un par de sofás grandes y tres habitaciones con cama de matrimonio en los tres, y además los tres eran ensuite, con su cuarto de baño. Una vez dentro del apartamento, nos quedamos todos desnudos otra vez y Vicente agarró de los huevos a mi esclavo (previamente ya le había ofrecido a Vicente que lo usara a su antojo, como si fuera suyo, cosa que le puso súpercachondo y lo aprovechó con creces), arrastrándolo a la cocina
“Bueno, nada mejor después de esta comilona que un buen gintonic para bajarla no? Perro, prepáranos cuatro buenos Bombay azul con tónica, búscate la vida, lo tienes todo en la cocina, nosotros estamos en el salón, ya pueden estar buenos, si no te lo haremos pasar mucho peor de lo que ya vas a pasarlo jajaja” Todos nos reímos y fuimos al salón. Una vez allí, con el aire acondicionado puesto debido a los 40 grados que hacía allí en pleno julio a las 4 de la tarde y mientras el esclavo nos preparaba los cubatas, Ramón sacó una caja de puros Davidoff. No eran mis favoritos, pero es lo que había, y quien iba a rechazarlo.
“Joder, qué bien me cuidáis” dije mientras me lo encendía Ramón.
Tú también te has portado de puta madre con nosotros cabroncete, y con lo bien que lo vamos a pasar qué menos jajaja” dijeron Ramón y Antonio mientras me daban unas buenas nalgadas. Aún de pie charlando, el esclavo nos trajo en una bandeja los cuatro gintonics, los cogimos y nos dimos otro morreo a cuatro lenguas mezclado con el humo de las caladas. Mientras charlábamos animadamente sentados en los sofás, degustando las copas y los habanos, ordenamos al esclavo que bailara para nosotros, hasta que Vicente propuso que el esclavo nos duchara y enjabonara uno a uno, para poder estar limpitos para follar. Así que, primero uno de ellos detrás sde otro, fue hacia el cuarto de baño que compartía con su mujer e hicimos que el esclavo nos enjabonara y duchara como quién lo hace con un perro. Le hicimos meternos mano por todos los rincones de nuestro cuerpo para estar bien aseados, y todo mientras le escupíamos en la boca y le retorcíamos los pezones, para jolgorio del resto. Una vez estuvimos los cuatro duchados, lo dejamos en uno de los baños para que él hiciera lo propio, queríamos usar un esclavo limpio y oliendo bien.
En el salón, me empecé a morrear con los tres, uno por uno, pero prestando especial atención a Vicente y a su pollón. Tenía cuentas pendientes con él…
Para cuando salió el esclavo, propuse el plan
“Bueno amigos, si no os importa me llevo a Vicente a una habitación, y aquí os dejo a mi esclavo para que lo uséis a vuestro antojo, os parece bien?”
“De puta madre, cómesela bien a Vicente que le gusta mucho, muchas gracias por dejarnos a tu zorra” respondieron
“¿Has oído puta? Con estos señores como si estuvieras conmigo, son tus amos, que no me tengan que decir nada y que no tengan ninguna queja que te enterarás” le dije poniéndolo de rodillas y dándole un par de tortas en la cara. “Le podéis follar a pelo sin problema, está sanote”
“No amo, sus amigos quedarán bien satisfechos se lo prometo”
“Así me gusta”. En ese momento cogí del culo a Vicente y fuimos besándonos a una habitación sosteniendo en la otra mano el habano y el cubata, y mientras escuchaba a Ramón y Antonio decirle lindezas a mi esclavo del tipo: “anda ven a gatas como estás, si no vas a abandonar esa posición” y escuchando los azotes que le daban. Sin duda se lo iban a pasar de puta madre, aunque yo no iba a ser menos…
Una vez dentro de la habitación de Vicente y su mujer, me dijo
“Esto lo guardo para ocasiones especiales, ni estos cabrones saben que lo tengo, pero tú y yo nos vamos a poner ciegos” Y sacó un bote de Popper, del cual esnifamos y nos colocamos rápidamente en un 69 muy vicioso, en el cual yo le estuve mamando la polla largo rato, ensalivándola y dejándola bien húmeda y brillante mientras él hacía lo propio con mi culo, metiéndome los dedos, escupiendo y mamando en mi agujerito, hasta le supliqué: “jódeme bien fuerte tío” Nos incorporamos, esnifamos algo más de Popper y colocándonos el puro en la boca los dos, empezó a embestirme a pelo con su delicioso rabo. Mi culo estaba tan mojadito y su rabo tan húmedo que entró como cuchillo en mantequilla, fue una delicia. Estuvo bombeándome y azotándome las nalgas un buen rato, hasta que estalló…”oh sí, aaaahhh, préñame el culo, ufff, leche calentita…” Fue un gustazo. Se corrió como un caballo, llenándome el ojete de lefa de macho. Se la limpié con la boca como agradecimiento a la increíble follada que me había pegado, nos dimos unos buenos morreos en la cama mientras él me chupaba los pezones y salimos al encuentro del resto.
La escena no tenía desperdicio. Ramón estaba con las piernas levantadas en un sofá mientras el esclavo, a cuatro patas, le comía el culo y Antonio se lo follaba justo detrás de rodillas. El salón desprendía un aroma súper embriagador a sexo, habano y sudor de machos. Se iban turnando, y cada par de minutos era la polla de uno de los dos la que follaba al esclavo y el esclavo tenía un culo distinto delante al que servir con su lengua.
“Perdonad chicos que os interrumpa. Alguna queja?? Se está portando esta puta mierda de esclavo como es debido??” les pregunté
“Todo de vicio” dijo Ramón, mientras Antonio me cucaba un ojo y hacía el signo de Ok con los dedos. “Qué suerte tienes cabrón ajajaj” dijeron, a lo que reímos todos.
“Si no os importa dejadme hacerle una cosa” les dije. “Perro, abre la boca y sube la cabeza” Me puse de cuclillas y dejé caer toda la lefa chorreante de Vicente que había en mi culo sobre la boca del esclavo, la cual tuvo que tragar.
“Joder qué vicioso eres tío jajaja” dijo Vicente desde el otro sofá.
Por supuesto Ramón y Antonio se corrieron en el culo del esclavo, y tras relajarnos un poco en el sofá, cambiamos los turnos: Vicente se llevó al esclavo a una habitación y yo me quedé divirtiéndome con Ramón y Antonio. Se la chupé bien chupada a los dos, pero no quisieron follarme, así que me los follé yo a los dos, mientras mi esclavo parece que no lo pasó nada bien con Vicente dados los gritos que se escuchaban desde el salón. Para rematar la tarde, llevamos al esclavo a la bañera y le meamos todos en la boca y cara, al mismo tiempo escupiéndole luego en la boca y usándolo de cenicero con nuestros puros. Fue una tarde memorable. Nos dimos los móviles y el correo para seguir el contacto y montar alguna buena en Madrid cuando vaya a visitarlos…pero eso lo contaré en otra ocasión si queréis. Podéis comentar y valorar y ver lo que os gustaría que escribiera.
Soy bisexual y tengo mogollón de experiencias, tanto reales como ficticias, y tanto con hombres como con mujeres, parejas, parejas bi, parejas hetero, parejas homo…me encanta el sexo en grupo en general. Si gusta mi relato contaré más, los tengo de infidelidad, orgías, gay, interracial… espero comentarios. También busco hombres, mujeres y parejas para sexo por zona de Levante. Mi e-mail: fit2012@hotmail.es