Lo que bien se hereda no se hurta (2)
Mi tío quería convertir a mi prima en la puta de sus amigos, me enacargaría de traerla a mi casa y convertirla en la mía entre mi hermano y yo, un trío de amantes.
Lo que bien se hereda no se hurta (2)
Había pasado más de un mes que me escribía mensajes por correo, llamadas telefónicas y hasta webcam con mi primita Grethel. Me contaba de sus experiencias con su padre, me excitaba imaginar los momentos deliciosos que pasaba.
Sin embargo en uno de esos días me contaba, que su papi había convencido a su madre para que le haga una visita a sus padres, nuestros abuelos, de mi prima y yo, por un tiempo de 15 días más o menos. La idea de quedarse a solas con su padre, la llenaba de excitación, deseaba tenerme cerca en esos momentos y disfrutar los tres de gran placer. Pero algo la desalentó, su padre había planeado una fiesta privada con tres de sus amigos del trabajo, serían cuatro hombres y ella, su padre quería convertirla en la puta de sus amigos; a ella la idea no le gustaba mucho y me pedía que estuviera a su lado. El viaje de su madre estaba previsto para unos tres días en adelante.
El día del viaje su madre partió muy temprano, momento que su padre aprovechó para programar la pequeña fiesta para la noche, a eso de las siete. Por la tarde llegué a casa de mi prima, al verme, Gretita saltó de gusto y corrió a abrazarme, mis brazos rodearon su cintura, nuestros labios se unieron y la puntas de nuestras lengua se tocaron en ese cálido beso. Me llevó de la mano a su cuarto ante la atenta y desconcertante mirada de mi tío. En el cuarto a solas mi prima me dijo que no quería quedarse a solas con su padre porque sino terminaría cogiendo con todos los amigos de su padre. Quizás lo que planeaba mi tío era que olvide a las chicas y de pasada convertirla en una perra para sus amigos, demostrando que como hombre es capaz de todo.
Aún era de tarde, como las cuatro de la tarde y faltaban tres horas para la pequeña fiestecita privada. Decidí salir con mi prima, ante las protestas del padre. Para calmarlo le dijimos que regresaríamos en dos horas. Ya a solas, paseamos por la ciudad como dos amiguitas buenas, cuando la noche nos llegó, fuimos a una pista de baile, hecha para nosotras, donde bailamos alegremente ritmos movidos y ritmos pegaditos donde podía sentir el cuerpo de mi primita y ella el mío, abrazadas las dos con nuestra respiración entre cortada en nuestras mejillas, no pudimos evitar unir nuestros labios donde nuestras lenguas jugueteaban y nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos, nos contagiamos de las demás parejas que hacían lo suyo con sus chicas y chicos también; allí todo estaba permitido. No faltaron los amigos y amigas ocasionales, los que están en los momentos del baile. Al presentar a mi prima como mi novia, ella me tomaba de la mano y se pegaba más a mi cuerpo y recostaba su cabeza sobre mi hombro, y como negarle amor a una nena que te desea tanto. Después de aquellos ritmos que excitaban nuestros cuerpos, llegamos a un hotel cercano donde expresamos todo nuestro deseo de pasión. Nos echamos en la cama, con la ropa puesta nos pusimos de costado, acariciándonos y besándonos. Esto aumentó el calor de nuestros cuerpos que rápidamente nos despojamos de nuestras ropas para darnos un refrescante baño juntas.
En el baño, unimos nuestros cuerpos, abrazándonos, besándonos, acariciando nuestros cuerpos, nuestras manos subían hacia nuestros pechos y bajaban por el costado de nuestros cuerpos hacia nuestras caderas y seguir acariciando nuestras nalgas, bajar a nuestros muslos, y volverlas a subir, mientras nuestros besos a boca abierta con nuestras lenguas jugueteando iba en aumento. En un momento ella se arrodilló ante mí, con mis dedos me frotaba intensamente el clítoris y ella me lamía la entrada de mi coño, metía la puntita y la sacaba rápidamente. Me senté junto a ella y en el piso del baño empezamos a besarnos más mientras nuestros dedos buscaban nuestros coños y penetrarnos más mientras nuestros besos se hacían intensos. Este placentero baño nos excitó sobremanera que continuamos dándonos cariño en la cama y ahí hicimos un 69 que tanto placer nos daba. Nuestros cuerpos cruzados, lamiendo nuestros coños, mordiendo suavemente los labios del coño, succionando los labios del coño con nuestros labios, nuestros dedos que entraban y salían sin detenerse en nuestros coños clamando por más placer, alcanzar el orgasmo deseado, terminando con nuestros cuerpos relajados y dormidas hasta las siete de la mañana del nuevo día.
Llegamos muy temprano por la mañana coincidiendo con la salida de mi tío hacia su trabajo, su mirada tenía una expresión seria y mi primita le dijo que estaría en casa conmigo todo el día, lo cual calmó un poco a mi tío. Al quedar solas en casa le sugerí a mi prima que se quedara en mi casa durante el tiempo que su madre, mi tía permaneciera de visita en casa de sus padres. La idea agradó mucho a mi adorada prima Gretita quien de inmediato acomodó sus pocas cosas que tenía y por la tarde estábamos en mi casa.
El día siguiente era lunes, debía asistir a mis clases en la universidad. Me levanté temprano, me di un baño rápido, me cambié de ropas, mientras mi primita somnolienta me miraba con ilusión y encanto; ella sólo vestía ropa interior, se arrodilló en medio de la cama, tenía sus rodillas hasta los pies sobre la cama y de las rodillas hacia arriba el cuerpo erguido esperando por mí. Me acerqué a ella, mis manos tomaron sus caderas y fueron acariciando su espalda hasta llegar detrás de sus pechos y acercarla a mí, abrir mi boca y darnos un gran beso, prometiéndonos una corta despedida, de casi mitad del día. Así nos encontró mi hermano cuando entró a verme, pudiendo admirar el hermoso culo de mi prima con su calzoncito pequeño que dejaba ver sus nalgas.
Mi hermano y yo, partimos a la universidad, pues estudiamos en la misma universidad, él una de las ingenierías y yo una carrera de humanidades. En el trayecto fuimos hablando de mi prima, pidiéndole que me dejara consentirla un poco mientras se acoplaba a nuestros gustos, y entre sonrisas y miradas que leían nuestro pensamiento sabíamos de lo que estábamos hablando.
Llegué a casa por la tarde de ese mismo día. En un momento estaba con mi prima hablando por teléfono con mi tía Gisella, madre de Gretita, contándole todo cuanto estaba sucediendo y como tenía una pequeña historia con mi tía y, ella sabía del amor entre su hija y yo, terminó dándonos la razón sin que ello signifique ocasionar un escándalo o algo similar, solo el silencio entre ella y mi tío nos daría la razón. Los intentos de mi tío porque mi prima regrese fueron en vano.
En casa mi prima y yo la pasábamos delicioso, nos bañábamos juntas, dormíamos temprano para darnos mucho amor y placer mientras estábamos en cama. Mi prima entendía el profundo amor que sentía por ella pero además estaba mi hermano con quien compartía momentos placenteros.
Y llegó el fin de semana, días que tenemos a solas mi hermano y yo, día sábado por la mañana, estábamos mi hermano, Gretita y yo. Estaba deseosa de estar con mis dos amantes. Gretita y yo, nos fuimos al cuarto de mi hermano, quien se encontraba en calzoncillos. De inmediatos estábamos los tres juntos. Dejamos desnudo a mi hermano, lo pusimos al medio con los pies en el suelo y medio cuerpo en la cama, nos arrodillamos y lamimos una bola cada una, yo con una mano le acariciaba la verga, hasta que se puso grande y dura. Luego mi hermano se puso derecho con la cabeza en la cabecera de la cama, mi prima se subió en él, abrió un poco las piernas y poco a poco dejó caer su cuerpo para irse metiendo la verga de mi hermano que la tenía tomada de una mano, ella se impulsaba hacia arriba para sacarse un poco de verga y luego se dejaba caer para meterse toda la verga. Esta escena me excitó que le ofrecí mi boca a mi prima, dándonos un gran beso con intercambio de lengua muy húmeda, después puse mi coño en la boca de mi hermano que no perdió tiempo en lamer mi clítoris y jugar con sus deditos en la entrada de mi coño. Luego de un rato intercambiamos posiciones para meterme la verga de mi hermano en mi coño mientras mi prima se dejaba comer el coño, de mi hermano.
En un momento nos acomodamos en la cama con medio cuerpo en ella al medio de la cama y los pies en el suelo, muy juntas mi prima y yo. Nos acariciábamos los pechos, nos tocábamos el coño, nuestros dedos frotaban nuestros clítoris. Mi hermano estaba en el piso del cuarto, durante unos minutos me penetraba el coño y durante otros penetraba el coño de nuestra prima, mi hermano pasaba de un coño a otro coño mientras nuestros clítoris tocábamos. Nos pusimos luego de espaldas a mi hermano, con nuestra rodillas en el piso hasta los pies y desde nuestras cintura hasta la cabeza en la cama, como estábamos muy juntas, nuestras caderas se tocaban y nos atrevimos a darnos besos a boca abierta, mi hermano podía ver como nuestras lenguas se tocaban y entraban en nuestras bocas, la mía en la de mi prima y la de mi prima en la mía. Mi hermano se arrodilló detrás de nuestros culos, los escupió y con sus dedos fue humedeciendo nuestras rajas, después se levantó, apuntó con su verga el culo de mi prima y se lo fue metiendo lentamente, cuando se lo hubo metido todo empezó a moverse un poco más rápido arrancando gemidos ahogados de placer de mi prima que sentía en mi boca a la suya unida; luego mi culo fue penetrado por la deliciosa verga de mi hermano, las caricias entre mi prima y yo iban en aumento y la verga de mi hermano entraba y salía de nuestros culos una y otra vez pero ahora con más fuerza, como si nos quisiera partir en dos. Así continuamos hasta tener nuestros culos llenos de leche que fue regando nuestras rajas, hasta quedar mi prima y yo allí besándonos y tocándonos y acariciando nuestros coños que estaban empapados por el placer. Disfrutamos cada momento del día hasta más no poder. Ahora llevamos una relación muy buena entre mi prima, mi hermano yo, adoro a mis dos amantes.