Lo prohibido es mas tentador - Amor de padre.
La primera vez de Bastian.
Bastian llego a mi vida cuando yo tenía apenas 18 años y fue lo mejor que paso en mi vida, aunque no sabía lo que tener una familia conllevaba y digo esto porque desde un principio no le di la importancia a mi familia como se debió, talvez seria por la edad, pero aun así forme un hogar con Bastian y su mamá, Martha.
Ni bien nació Bastian fui corriendo donde un amigo para que me tatuara su nombre en mi pectoral izquierdo, de todos los que me había hecho ese tatuaje me gustaba más, y siempre lo lucia, estaba muy orgulloso de tener un hijo.
Siempre fui un hombre rudo y hasta algo frio desde que era muy niño, pues mis padres nos criaron así a mis hermanos y a mí, aunque no demostraba mucho cuanto quería a mi familia, ellos sabían que yo los amaba.
Tal vez por mi juventud no supe valorarlos como se lo merecían, trabajaba y mantenía mi hogar, pero aun hacia cosas que un joven soltero hacía, como por ejemplo salir a fiestas, llegar a altas horas de la madrugada o simplemente no llegar, ligarme varias mujeres; por otro lado su mamá era otro tanto cansada de que yo no pasaba tanto tiempo con ellos, se puso a estudiar, busco a una niñera para que cuidara de Bastian y se recibió de enfermera, ahora trabajaba todo el dia y no tenía tiempo para Bastian, pero un día todo cambio y tuvo mucho que ver con Bastian, el me hizo ver que no les estaba dando la debida atención que ellos se merecían, sobre todo él.
Cuando Bastian cursaba recién su primer año en el colegio tuvo lugar a una situación que lo cambio todo.
Eran mediados del año escolar, casi nunca me acercaba al colegio de mi hijo, pero aquella vez su niñera no podía, al llegar pregunte a la profesora que estaba pendiente de la puerta por el niño, me hace esperar y al rato llega informándome que mi hijo no estaba en su salón, preocupado ingrese a buscarlo, pregunte a todos sus compañeritos si lo habían visto pero nadie me daba la razón, salvo uno, me dijo que siempre a la hora de salida el conserje lo llevaba con él al cuarto de mantenimiento, en ese momento pensé lo peor y me dirigí allí.
Al llegar solo había una única puerta de madera, pero estaba cerrada, lo único que hice fue tumbar la puerta y lo que vi me llevo a un estado de ira total, el tipo ese estaba sin ropa enfrente de mi hijo masturbándose, claro que cuando tumbe la puerta intento ponerse su ropa, pero era demasiado tarde, se cayó de espaldas cuando le acerté una patada en el pecho, ordene a mi hijo que me espere afuera y que cierre la puerta, y así lo hizo, me acerque al conserje que estaba tirado en el suelo, y le pise la cabeza fuertemente.
QUE COSA LE HICISTE A MI HIJO, PERRO – le grite mientras restregaba mi zapato en su cara fuertemente.
Naaaadagggg se lo juro señor, suélteme-dijo con dificultad para hablar y muy asustado.
DIME LA VERDAD PERRO, QUE COSA LE HICISTE – dije yo pisándolo con más fuerza.
Se lo juro, siempre hacia que vea como me masturbaba nada mas – dijo casi sin entendérsele,
ENTONCES NO ES LA PRIMERA VEZ, CERDO MISERABLE – dije estallando en ira.
A continuación, le propine patadas en todo el cuerpo, diciéndole que nunca más haga eso con algún niño y mucho menos con mi hijo, y se quedó ahí tirado con la cara hinchada y ensangrentada, pensé que se me paso la mano, pero se lo tenía bien merecido, desde ese momento mi hijo se convirtió en mi todo, claro sin exagerar, también me dedicaba tiempo a mí y a mi esposa Martha.
Al llegar a casa.
¿Papi estas molesto conmigo? – me pregunto el acongojado.
No campeón porque preguntas eso – dije yo.
Es que desde que todo el camino no me hablaste – me contesto él.
Estoy molesto conmigo mismo, contigo no, no les preste la atención suficiente y ahora no supe que pasaba contigo y tu mamá no está en casa todo el día por el trabajo, yo lo ahorita a eso – le dije arrodillado frente a él.
Tú no tienes la culpa, papito – solo me dijo él.
De ahora en adelante te prometo que estaré con ustedes siempre, y sobre todo contigo campeón, no quisiera que nada malo te pasara – le dije dándole un abrazo y un beso en la frente.
Yo también te quiero mucho papi y yo también te prometo que estaré contigo siempre – me dijo el debajo de mis brazos.
Desperté y Horacio no estaba, al parecer había salido fuera de casa, me levante, me dolió un poquito el culo, me pare frente al espejo y me vi, la genética de mi padre era una maravilla, yo no había salido tan grande como el, ni tan ancho, ni tan peludo, pero definitivamente tenia buen cuerpo, me marcaba con facilidad en el gimnasio.
Por otro lado, observaba también los tatuajes que tenía, en el pectoral superior izquierdo tenía un tatuaje con el nombre de mi padre “Fernando” y en la letra final tenía la corona de un rey, mi padre también tenía en el mismo lugar mi nombre, y del mismo tamaño, ese fue mi primer tatuaje a los 15 años.
El segundo era como un ala de un águila semiflexionada que venía desde el hombro derecho hasta el pectoral medio derecho, me lo hice junto con el primero, después tenía otro con el nombre de mi madre en la parte anterior del brazo derecho, esa me lo hice poco tiempo después.
A los 16 me hice un tattoo biomecánico en toda la pantorrilla, a los 17 me hice una rosa atravesada con una daga en la cara anterior del antebrazo y poco tiempo después me hice un búho en la parte delantera del muslo, por todos ellos tuve algunos problemas con mi mamá, pero no importaba, por el contrario, mi papá me apoyaba en todo; me fascinaban los tatuajes talvez por mi padre, ya que él tenía varios también, el más grande era toda la manga del brazo derecho, era genial.
Me erecte tan solo pensar en el cuerpo musculoso y fibrado de mi padre con todos esos tatuajes perfectos, su pecho velludo y esa hermosa verga la cual me dio la vida, huevos gordos y grandes peludos como me gustaban; en eso pensaba cuando de pronto se abrió la puerta de la habitación de Horacio.
Pa estas a… - entro mi primo Josué sin terminar la frase
No ya se fue - conteste como si no sucediera nada
Joder primito tu sí que no tienes llenadera, te estas follando a todos los de la casa – dijo Josué riendo y entrando cerrando la puerta con seguro.
Puedo ser maricon, pero soy hombre y un hombre tiene sus necesidades y tú lo sabes – dije acercándome a él, quien se le notaba tremenda carpa debajo de su short de deporte.
Atrás primo que ya sabes como soy yo, además tengo partido y no voy a rendir si me deslechas ahora, precisamente venía a buscar a mi papá para eso, por cierto, no quieres venir – dijo sonriendo.
Sí, pero primero demos una calentadita aquí – dije arrodillándome y metiéndome su polla en la boca.
Joder que bien la chupas maricon – dijo el estremecido.
Se la chupé por unos cuantos minutos más, no quería que se corriera hasta que me follara el culo, así que me puse de pie, camine hacia la cómoda me incline exponiendo mi culo, y Josué posicionándose detrás mio para ensartármela, escupió y poco y me fue introduciendo sus dedos, uno por uno hasta dilatarme, se quitó la camiseta y la dejo a un lado, dio otro escupitajo más a mi ano e introdujo su verga hasta la mitad, di un fuerte suspiro el cual tapo con una mano, después de una pequeña pausa metió la otra mitad restante.
Sentía como chocaba la punta de su verga con mi próstata haciéndome dar espasmos.
Tenemos que apurarnos por los muchachos nos están esperando afuera – dijo penetrándomesin parar.
Joder solo follame y no digas nada, ellos pueden esperar, hazme acabar – le dije entre gemidos.
Podía ver la cara de sádico de mi primo mientras me follaba y eso me encantaba, todos los hombres de mi familia tenían esa expresión mientras follaban, la actitud que tenían yo lo relacionaba con una autentica masculinidad.
Me siguió cogiendo en esa pose por unos minutos más, y chorros de leche salieron por mi verga, siempre terminaba yo solo sin tocarme, era algo innato en mí.
Primo ya voy a terminar donde quieres la leche – me pregunto
Dámelo en la boca, quiero tomármela – conteste yo.
Me soltó, me arrodille y varios chorros de leche caliente saltaron a mi cara y otros en mi boca, la cual yo trague gustosamente.
Ahora límpiamela bien – me dijo metiendo su pinga dentro de mi boca.
Se la chupe hasta dejarla bien limpia y una vez ya estuvo flácida pare.
Bueno primo, muy rico y todo, pero se nos hace tarde, y nuestro turno en la cancha de fut empieza dentro de poco así que ni te bañes y ve a cambiarte de una vez – dijo el, subiéndose el short que estaba en sus tobillos.
Fui y me puse ropa deportiva y salí, no sin antes lavarme la cara y echarme perfume para tapar el olor a sexo, al bajar mi primo Erick nos echó una mirada rápida a Josué y a mí, él ya sabía porque nos habíamos demorado, saludé a todos los del equipo y fuimos a jugar.
Todo lo mal que me había portado desde un principio trataba de enmendarlo pasando más tiempo con mi hijo, Martha por otro lado seguía en lo suyo, no la podía culpar pues ella se refugió en su trabajo cuando no le prestaba atención, ahora ella ya no me lo presta a mi así que yo tengo que ir a buscar atenciones por otro lado, sexo no me faltaba.
La relación con mi hijo había mejorado, siempre me hacía tiempo para irlo a dejar y recoger a la escuela, le preguntaba todo lo que hacia dentro de ella y el me lo decía, no había ningún secreto o algo que él me estuviera escondiendo.
Por el trabajo su madre pasaba muy a menudo fuera de casa, especialmente en las noches ya que le tocaban sus guardias, por lo tanto, yo dormía solo, pero ya no más desde aquella noche de septiembre.
Era el mes de septiembre a las 11 de la noche, yo llegaba de verme con una chica a la que me follaba siempre, entre a mi habitación y me duche, me seque bien todo mi cuerpo con una toalla y me acosté desnudo, siempre dormía así, estaba a punto de quedarme dormido cuando entra mi pequeño Bastian, soñoliento.
Papi puedo dormir contigo – me pregunto.
Si hijo claro, sube – le dije apartándole la cobija.
Yo de inmediato me levanté y me puse un bóxer, consideraba que no podía dormir desnudo con mi hijo, a partir de esa noche se me hizo rutina que todas las noches que Martha pasaba en el hospital, Bastian dormía conmigo.
Pasaron los meses llegaron las fechas calurosas, mi hijo seguía durmiendo conmigo, no pasaba nada extraño solo era un padre durmiendo con su hijo, el calor obligo a Bastian a cada vez dormir con menos prendas, así que solo dormíamos nada más con nuestros bóxeres, amanecíamos abrazados en forma de cucharita y toda mi erección pegada en su espalda, se nos había hecho rutina, a lo largo de todo el tiempo que el podía dormir en mi cama dormíamos de ese modo.
Se me hizo extraño y hasta en cierto modo sabía que estaba haciendo mal, pero por otro lado algo que me decía que no pasaba nada, que solo era tu hijo y que es normal que un hijo y un padre duerman de esa manera. “Tú eres su padre y lo amas, no pasa nada” – me decía a mí mismo, así que continuamos con nuestra rutina de dormir y amanecer abrazados.
Pero aun así una noche cenando le pregunte:
Campeón, te gusta pasar tiempo conmigo – le dije mientras él estaba tomando su vaso de leche.
Claro que si papito, antes me sentía un poco triste porque tu no llevabas a jugar, pero ahora ya no, disfruto pasar tiempo contigo - me dijo
Te parece mal que durmamos en la misma cama – le pregunte como preguntando su aprobación.
No papito, si me gusta, ya no me siento solito, pero a veces cuando mama llega no me gusta dormir solo, por eso prefiero que ella este afuera – dijo el.
Extrañas a mamá – le pregunte.
La verdad no mucho, ella siempre está fuera de casa por el trabajo así que ya me acostumbré a eso – me contesto con una sinceridad que solo un ser puro tiene.
Me quede callado un momento y pensé “Que daño le estaba haciendo a mi hijo, cuando no pasada tiempo con él; simplemente de haber seguido así el un día podría no necesitarme, ni extrañarme y eso me mortificaba”
Papi porque te quedaste callado - el me pregunto.
Nada cachorrito, solo que estaba pensando en lo mucho que te amo, y lo mucho que me encanta pasar tiempo contigo – le dije
Gracias papi también te amo mucho - dijo sentándose en mis piernas y dando un tierno beso en el cachete.
Yo le devolví uno en su frente, como siempre acostumbrábamos a saludarnos o mostrándonos afecto.
Paso el tiempo y cuando mi pequeño hijo cumplió 10, la mujer de mi hermano Horacio murió, él estaba devastado, así que lo invitamos a que viviera con nosotros en nuestra casa, la cual tuvimos que agrandar pues era un tanto pequeña para tantas personas, pensé que la rutina que había creado con Bastian se tenía que terminar, pues seguro mi hermano no lo vería bien, pero aun así yo no estaba dispuesto a hacerlo.
Mi rutina era: Dejar a Bastian en el colegio, ir a trabajar todo el día, recogerlo, almorzar y regresar al trabajo, después del trabajo, al gimnasio, y después del gimnasio si tengo ganas de follar voy a follar, generalmente dos o tres veces por semana, pero decidí que mi tiempo del gym también involucraría a mi pequeño hijo.
Así que decidí llevarlo al gimnasio y de inmediato se enamoró de él, aunque no podía hacer pesas por su corta edad, siempre lo ponía a correr en la caminadora, no podía estar más enamorado de la relación que había formado con mi hijo, amaba realmente pasar tiempo con él.
Pasaron dos años y seguíamos en la misma rutina, aunque ya no era un niño pequeño aun así igual, pasaba bastante tiempo con él, forme una empresa con Horacio, así que ya no tenía que ir a trabajar todo el día, pues teníamos personal trabajando para nosotros.
Bastian a la edad que tenía ya había dado un estirón tremendo, no llegaba a ser tan alto como yo, pero para su edad si era bastante alto, había desarrollado atributos de un hombre adulto, pues su cuerpo se había ensanchado, sus pectorales se le marcaban más, había ganado masa muscular solo que no estaba trabajado, pues debía ser por la genética, así que decidimos que no debía ser desperdiciada, y le empezó a dar a las pesas, primero comenzando con el mínimo peso después con el transcurso del tiempo ya iría aumentando.
Una noche, ya acostados para ir a dormir, paso algo extraño que no se si estuvo bien que pasara:
Hijo, ya estas grande, quien te viera no creería que tuvieras la edad que tienes – le dije mirando al techo.
Debe ser por la genética papá – me dijo con voz gruesa mirando al techo.
Ahora que estas un poco crecidito ya no querrás pasar tiempo conmigo – le dije.
Estás equivocado papá, amo pasar tiempo contigo, de donde sacas lo contrario – me dijo el volteando a verme.
No lo sé campeón, es que te veo tan grande que me das esa impresión – dije yo mirándolo a los ojos también.
Imagínate estoy crecido como dices, pero aun anda con su papito a todos lados – me dijo riendo.
Por cierto, ya estas lo suficientemente grande como para que duerma solo – le dije dudando, como rogando que me dijera lo contrario.
¿Acaso me estas echando de tu cuarto? – me dijo sentándose frunciendo el ceño.
No hijo solo que pensé que tú ya querías tu espacio, solo es eso – le dije también sentándome al lado de él.
Pensante mal, no me gusta dormir solo, pero si quieres que me vaya lo hare – dijo el a punto de pararse.
Bastian no te vayas, amo pasar tanto tiempo contigo, y dormir contigo es la parte del día que más disfruto, hijo mio – le dije yo, agarrando su mano para que no se vaya.
Le cambio el semblante cuando le dije aquello.
Yo también amo pasar tiempo contigo papá, y también la hora de dormir es mi parte favorita del día – dijo el regresando a su lugar.
Te amo papá – me dijo dándome un beso muy cerca a los labios.
Te amo también hijo mio – le devolví el beso casi involuntariamente.
Papá como que hace calor no crees, hay que dormir en bolas, total somos hombres no pasa nada no crees - dijo Bastian sacándose el boxer.
Sí, no pasa nada hijo – le conteste sacándome también el mio.
Pero en realidad si pasaba algo, mi relación con mi hijo Bastian se estaba convirtiendo en algo más que una relación de padre e hijo y yo lo estaba permitiendo, tenía tanto amor por mi hijo, que aquello me cegaba de ver que algo andaba mal.
Nos acostamos e instintivamente nuestros cuerpos se juntaron, Bastian se colaba bajo mis brazos y muy pegado a mi cuerpo, mi miembro reaccionaba, y aunque sabía que esto estaba mal, yo me pegaba mucho más a él, quedándome dormido con él en forma de cucharita.
Paso mucho más el tiempo, Bastian estaba cerca de cumplir los 15 años, su cuerpo se había desarrollado y formado con el ejercicio, se parecía a mi cuando tenía esa edad, tenía unos abdominales y pectorales definidos y con un buen volumen, lampiño a diferencia de mí que era velludo.
Diecisiete de abril, un día antes de mi cumpleaños.
Hijo, apúrate vamos al gym – le dije entrando a su cuarto.
Hoy no podré ir papá, tengo que ir a hacer un trabajo a casa de un amigo de la escuela – dijo el.
Bueno, toma algo de dinero – dije sacando mi billetera.
No, papá si tengo – contesto él.
Igual tómalo – dije dejándole dinero en su cama.
OK gracias papi – me dijo.
Nos vemos hijo - le dije dándole un beso la mejía.
Era la primera vez en tantos años que Bastian no iba al gimnasio conmigo, pero comprendía, pues ya estaba grande, tal vez quería pasar tiempo con sus amigos.
Cuando regreso a casa por fin, subo a mi cuarto, me quito la camiseta enciendo la luz y Bastian estaba sin polo, diciéndome feliz cumpleaños.
Mi hijo se había hecho un tatuaje con mi nombre “Fernando” con una corona de rey en la letra “o” en el pectoral superior izquierdo, cerca al corazón, como el que yo tenía con su nombre, y en el pectoral superior derecho se había hecho el ala flexionada de un águila.
Camine hacia él y lo abrace diciéndole lo hermoso de la sorpresa.
Eres menor de edad como te lo hiciste – pregunte yo .
Digamos que en teoría lo soy, pero no lo parezco, así que no me fue difícil engañar al tatuador – me contesto.
Tu mama te va a matar sabias – le dije.
Posiblemente, pero lo importante es que te gusto la sorpresa, así que no pasa nada, además planeo hacerme más, así como los que tú tienes – me contesto.
Tienes que pensártelo bien – le conteste.
Ya lo tengo decidido papá – me dijo el.
Bueno entonces espérame me baño para ir a cenar a la calle – dije yo quitándome el short.
Papá quiero bañarme contigo – me dijo sacándose el pantalón.
Bueno hijo vamos – le dije.
Esa era otra de las cosas que hacíamos juntos, siempre nos duchábamos juntos después de ir al gym.
Hijo desde cuando has crecido tanto – le dije señalando sus genitales.
No se papá, desde que me salió mi primer pelo en los huevos creo – se rio.
Nos tallábamos nuestras espaldas, siempre nuestros penes reaccionaban cada vez que hacíamos eso, pero nadie decía nada, simplemente nos bañábamos en silencio y salíamos de la ducha.
Terminamos de hacer lo de siempre, nos secamos, nos vestimos y salimos a cenar, después de la cena regresamos a casa, nos acostamos desnudos y como siempre mis genitales peludos se colocaron en el trasero de mi Bastian, pero nadie decía nada, solo nos dormíamos así.
Al día siguiente era mi cumpleaños número 33, iba a ver una fiesta en casa, todo estaba listo, mis hermanos y unos amigos llegaban, pero no contaba con la presencia de Priscila una hermosa chica de buenas tetas algo loca pero que le gustaba que me la coja lo mas hardcore posible, que llego para arruinarlo todo.
Subí al baño de mi habitación a cambiarme de ropa pues la fiesta ya iba a empezar, cuando entre Priscila estaba en la habitación desnuda.
Fernando, porque no me has llamado, me tienes muy abandonada, mi vagina te extraña- me dijo separándose los labios de su vagina.
Priscila, demonios qué diablos haces aquí, como entraste – dije yo acercándome a la cama.
Tu hermano me abrió y me dejo entrar, que por cierto esta igual de bueno que tu- me dijo.
Entonces anda follatelo a él, hoy no me jodas, no ves que tengo un compromiso en mi casa – le dije mientras le daba sus cosas para que se ponga.
No me llamas más de un mes y actúas como si nada – me dijo ella alzando la voz.
En mi casa el único que grita es yo, y bájame ese tonito si no quieres que te saque desnuda a la calle – le dije molesto.
Además, no tienes derecho a reclamar nada, solo te follo y listo, sin compromisos - dije yo mientras ella se ponía las cosas furiosas.
Bastian quien estaba afuera escuchando todo, ingreso.
Priscila, vete, la verdad no estoy de humor para escuchar escándalos – dijo el
Además, mírate, eres guapa y estoy seguro que puedes conseguir mil negros que te follen – le dijo en tono sarcástico.
Que te has creído porque mierda me hablas así – dijo ella aun poniéndose los zapatos.
Pues que soy el dueño de casa, y que no estoy dispuesto a escuchar un escándalo, así que si eres tan amable de retirarte – dijo el, abriendo la puerta.
Aunque pensándolo bien tu viniste por sexo, y como que ando con ganas sabes – dijo mi hijo cerrando la puerta, dejándome sorprendido.
Mira lo que tengo para ti zorrita – dijo mi hijo bajándose los pantalones, mostrando una verga erecta de muy buen tamaño.
Crees que le voy hacer caso a un mocoso – dijo Priscila intentado abrir la puerta.
A mí nadie me dice que no – dijo el tomando a Priscila por la muñeca y bruscamente la obligo a arrodillarse.
Abre la boca zorrita, querías verga, pues verga vas a tener, y por partida doble, sí o no papá - siguió diciendo Bastian mientras le introducía la polla en la boca de Priscila bruscamente.
Ver a Priscila arrodillada chupándole la verga a mi hijo me excito demasiado así que fui detrás con el pantalón hasta las piernas, le subí la falda, di un escupitajo a mi verga que estaba bien dura, y se la metí por su concha caliente.
La perra daba gemidos ahogados pues estaba disfrutando de dos machos tan parecidos, se había sacado la lotería, y no es por presumir, pero mi hijo y yo estábamos bien ricos.
Mientras yo la penetraba, con una mano le hundía mas la cabeza en la estaca de Bastian, nos estuvimos mirando todo el tiempo y nos sonreíamos.
Cambiamos de posición, ahora los tres estábamos desnudos en la cama, yo estaba acostado, Priscila encima mio ensartada con mi verga y la de Bastian, haciéndole una doble penetración, ella disfrutaba como loca.
Nos la cogimos de todas las formas posibles, hasta por el ano, ella no tenía llenadera, era una autentica perra en la cama, la eyaculación era inminente y ella pidió que nos corriéramos en su cara y así lo hicimos, no pusimos de pie en la cama y ella arrodilla recibió los trallazos de lefa caliente que se los trago con gusto.
Ahora si vístete y lárgate, antes que alguien te vea – le dijo Bastian.
Pero …
Pero nada Priscila, te vas ahora mismo porque a ti nadie te invito – dije yo interrumpiéndola.
Esto no se va a quedar así Fernando, me las vas a pagar – dijo ella vistiéndose.
¿Qué vas hacer? Vas a ir por ahí llorando y contándole a tus amigos y conocidos que mi papa te trato mal, y que te engaño diciendo que se iba a separar – dijo sarcásticamente Bastian.
No sabes de lo que soy capaz de hacer mocoso, ya tendrás noticias de mi – dijo ella saliendo golpeando la puerta.
Ay papi te has conseguido una loca como amante – dijo me hijo entre risas.
No tendría que ser así, pero en fin hijo, ni una sola palabra – le dije yo.
Así me torturen no diré nada – me respondió.
Feliz cumpleaños Pa – dijo Bastian tocando mi cara con una mano.
Gracias hijo – le dije
Ambos estábamos acostados, nos miramos a los ojos sin decir nada, nos fuimos acercando lentamente hasta quedar cara a cara, podía sentir su respiración y el la mía, y sin más nuestros labios de juntaron, nos besábamos suave y lentamente, sin apuros y sin prisas, nos separamos.
Discúlpame hijo, no sé qué hice – dije yo.
Solo dime una cosa, ¿te arrepientes? – me pregunto.
Ni un solo momento – le dije
Entonces yo tampoco – me dijo dándome un beso muy rápido.
Se vistió y salió de la habitación, yo hice lo mismo, bajamos y ya los invitados comenzaban a llegar, entre ellos estaban mi hermano mayor Gabriel era un militar de 40 años y su hijo Carlos de 20 que también había seguido sus pasos, Diego de 38 y Rolando de 30, y algunos amigos cercanos.
Llegada la noche, hicimos la misma rutina, Bastian y yo dormíamos desnudos, uno abrazado del otro, el sintiendo mi erección en su cola y yo tocando su cuerpo, en más de una ocasión imagine como hacia mio a mi hijo, pero no me atrevía, hasta que Bastian hablo.
Papá sé que no tenemos una relación de padre e hijo normal, es decir los papas no duermen desnudos con sus hijos, ni se besan en los labios, pero lo que tengo contigo me gusta – me dijo él sentándose en la cabecera de la cama y yo también imitándolo
Tienes razón, aunque en un momento pensé parar esto, no quise hacerlo, porque me cegó la relación que tenemos, amo pasar cada minuto contigo hijo mio – le dije.
Yo también siento lo mismo papi es por eso que te quería preguntar algo – me dijo.
Sabes que puedes pedirme lo que quieras – le conteste.
Quiero tener relaciones sexuales contigo – me dijo.
Mi pene dio un brinco al escuchar aquello que mi hijo me decía.
Quiero que me hagas el amor papi, lo deseo mucho, me encanta sentir tu pene en mi cola, que no solo quisiera que te frotes y ya, sino también sentirla adentro, ser tuyo – me dijo el mirándome a los ojos.
Bebe, me encanta que me digas eso, no sabes cuánto desea hacerte el amor, pero hoy no, ni aquí, esperaremos hasta que cumplas los 15 y usaremos como pretexto el viaje que harás con tus amigos y nosotros nos iremos a una cabaña y ahí te hare mio – le dije.
Está bien papa – me dijo besándome.
Llego el mes de mayo, mes que cumple años Bastian, toda la semana estuve muy ansioso y a la expectativa pues lo que íbamos hacer era completamente prohibido, pero a la vez era excitante, tenía ciertos reparos en tener relaciones con mi hijo, pero mi lado más salvaje me ganaba la batalla, de todos modos, su primera vez tendría que ser con amor, y yo como su padre tenía mucho amor para darle.
Busque información sobre sexo anal y que cuidados uno debe tener sobre ello ya me había follado por el ano a alguna que otra zorrita pero solo la metía y ya, no había juegos previos ni nada, pero mi hijo era diferente, amaba a mi Bastian y no quería hacerle daño en lo más mínimo y sobre todo quería que lo disfrute, llegue a una página donde informaban acerca de lo que debería hacer y dejaban la dirección de un sex chop para comprar todo lo necesario.
Apunte la dirección y fui a ese lugar de inmediato, afortunadamente encontré lo que necesitaba, compre una pera para hacer un lavado anal, condones y lubricantes, pague y tan rápido como llegue a la tienda me fui, el vendedor hizo intentos por coquetear conmigo, pero me mostraba totalmente serio.
Cuando llegué a casa no había absolutamente nadie, escondí muy bien lo que había comprado y me senté a ver la televisión, al cabo de una rato llega Bastian de la escuela con sus primos, me saludaron y cada uno fui a su habitación, era lunes y su cumpleaños era todavía el viernes así que solamente tenía que esperar, lo cual era difícil pues la imaginación y la expectativa son malas compañeras en estas situaciones.
Subí al segundo piso y entre al cuarto de Bastian, estaba de espaldas a punto de colocarse una camiseta, la sensación de miedo que tenía al saber que lo que estaba haciendo era incorrecto me invadía a cada rato, pero yo era de las personas que preferiría quedarse con la culpa a que con las ganas.
¿Cómo estás campeón? – le pregunte abrazándolo por atrás.
Bien papi y tu – me contesto el
Ansioso, por que llegué el día – le respondí
Yo también lo estoy si supieras que ya quiero que llegue el viernes, pero – dijo eso sin terminar de responder.
Es que por ratos pienso en lo que estamos haciendo y tú sabes que no está correcto – me respondió el.
Bebe yo también lo he pensado, si quieres nos olvidamos de esto y hacemos como si nada hubiera pasado – dije con tristeza.
No papá, aunque algunas veces me lo he replanteado, estoy totalmente seguro que quiero esto, mis ganas son más fuerte, lo prohibido es más tentador no crees – dijo eso separándose de mis brazos y quedando frente mio.
Yo también lo quiero, quiero poseerte – le dije dándole un pequeño beso.
Quiero ser tuyo papi – me respondió el.
Se me sonaba algo gracioso que me diga papi con aquella gruesa voz, había sacado ciertos rasgos a mí, el cuerpo en gran parte, el tipo de cabello, pero en apariencia se parecía muy poco tal vez que unos que otros rasgos, pero más había salido a su madre; aún recuerdo como me decía papi cuando era niño, pero ahora se estaba convirtiendo en todo un hombre y estaba muy orgulloso de él.
Nos besamos por largo rato hasta que oímos la voz de mi mujer que llegaba del hospital para almorzar, nos tuvimos que separar, esperamos que nuestras erecciones bajaran y fuimos al primer piso, todos almorzaban tranquilamente.
Hijo se acerca tu cumpleaños, que quieres de regalo – pregunto Martha.
Con que me den suficiente dinero para poder gastar en el viaje que hare, sería suficiente – dijo Bastian guiñándome un ojo.
Cuenta con ello hijo – dije devolviéndole el guiño a Bastian.
Hay hijo no puedes quedarte y mejor celebramos tu cumple otro día cuando no este de guardia en el hospital – dijo Martha.
No, y ya está decidido mamá me voy con mis amigos – dijo Bastian tajante.
Bueno no me llevas primo – pregunto Josué.
Yo también saldré todo el fin de semana – dije yo interrumpiendo la conversación.
Así y a donde iras – pregunto mi hermano.
De pesca con amigos de la infancia – mentí.
Mmmmm si tú lo dices – dijo Martha dudando, porque seguro pensaba que me vería con alguna de mis amantes.
Pasaron los días y por fin el viernes llego, temprano antes de que Martha se vaya al trabajo, le cantamos el happy birthday a Bastian con un pequeño pastel, nos dio las gracias y se fue a la escuela.
Ya para la tarde había hecho mi maleta con ropa para dos días, iba a estar con mi hijo a solas todo el fin de semana, también hice una maleta para él, para que podamos irnos lo más antes posible.
Ya todo estaba completamente planeado, nada podría salir mal, para cuando hubo llegado mi hijo a casa, pusimos el plan en marcha.
Nos despedimos de todos, subimos al auto.
Estás listo campeón – le pregunte a Bastian acariciándole la mejilla
Claro que pa completamente listo – me contesto con una sonrisa y nos pusimos en marcha.
El problema es que pasaremos tu cumple en la carretera – dije yo.
No hay ningún problema en eso, ya celebraremos después no crees – me dijo con una sonrisa pícara.
Fuimos a una velocidad moderada en la carretera, llegamos de madrugada, cuando llegamos a la ciudad tuvimos que quedarnos primero en un hotel ya que el cansancio de manejar bastantes horas me venció, y así aprovecharíamos para pasar a un supermercado y comprar alimentos, y así lo hicimos, a la mañana siguiente, volví a manejar dos horas más para llegar a nuestro destino.
Llegamos a una hermosa cabaña en una zona dedicada al turismo, felizmente había muy pocas personas pues estaba baja la temporada según dijeron, nada más entrar nos dimos un beso que duro una eternidad, teníamos el lugar para nosotros solos y nadie nos interrumpiría, por fin mi más oscuro deseo se haría realidad.
Por cierto, mira lo que te traje – dije sacando lo que había comprado en la maleta.
Condones, Lubricante y esto que – dijo señalando la pera.
Esto es para que te des una limpieza anal, cachorro, si sabes a lo que me refiero – le dije.
Y si te digo que quiero que me lo hagas sin condón, y que solo quiero tu saliva de lubricante – me dijo acercándose a mí.
Seria maravillo, pero pensé que eso te daría más seguridad – le respondí .
Nada me da más seguridad, que el hecho que tu serás mi primer hombre papa – sobándome el paquete.
Bebe me excitas demasiado – le dije.
Papa nunca lo he hecho antes, si no me gusta por favor no te enojes conmigo – me dijo.
Si eso pasara nunca me enojaría contigo hijo, además te lo voy hacer suave y rico que querrás sentirme todos los dentro tuyo – le dije besándole el cuello.
Que te parece si vamos a nadar al rio y reconocemos la zona, y después ya sabes – me dijo.
Si bebe lo que tú digas – dije y salimos.
Era bonito el lugar, las cabañas estaban alejadas a maso menos 1 km la una de la otra, lo que era 12 minutos aproximadamente andando, así que nos daba cierta privacidad, todo estaba cubierto de árboles y densa vegetación, uno que otro zorro por ahí, el rio quedaba atravesando todo un sendero de árboles, caminamos un buen tramo y finalmente llegamos, una hermosa e impresionante catarata caía desde lo alto.
El último en llegar esta gordo y necesita dejar de tragar demasiado – dijo Bastian riendo y echándose a correr.
Eso ni lo sueñes – dije yo corriendo a la par que él.
Nos quitamos la ropa y nos quedamos completamente en ropa interior y nos metimos al agua.
Ven vamos – le dije a Bastian extendiéndole la mano.
Nos fuimos debajo de la catarata el agua nos caía encima de nuestras cabezas, nos besamos nuevamente con pasión, pero de pronto el paro.
Que paso hijo, me pareció ver algo extraño allá – me dijo señalando con una mano hacia una abertura que había en lo alto de la catarata.
De seguro un animal o algo – conteste.
Si seguro – dijo tumbándome al agua con fuerza.
A pesar de su edad tenía una fuerza considerable; nadamos por varios minutos y nos dábamos arrimones a todo momento.
Papa ya vámonos que me muero de hambre – dijo Bastian.
Está bien hijo, también necesito comer – conteste yo.
Salimos del agua, tomamos nuestra ropa y caminamos de regreso a la cabaña, en aquel tramo un desafortunado accidente que no paso a mayores sucedió.
Papá otra carrerita – propuso Bastian.
No hijo este viejo está muy cansado, mis huesos me duelen – dije yo riéndome.
Que feo no quisiera llegar a tu edad – dijo él y se ello a correr.
Hijo cuidado – grite mientras veía como la rama de un inmenso árbol caía.
Él se detuvo, mirándome extrañado, cuando alzo la cabeza, observo como la rama caía encima suyo, se quedó parado sin moverse, no tuvo tiempo a reaccionar, cuando de la nada aparece un muchacho quien con rapidez toma a Bastian y lo pone a resguardo lejos de donde impacto el árbol.
Hijo estas bien – corrí hacia donde había caído sentado él.
Muchas gracias joven, de no ser por ti hubiera pasado algo terrible – dije.
No es nada, solo hice lo que posiblemente alguno de ustedes hubiese hecho – dijo con una sonrisa.
De todos modos, gracias – dijo Bastian mientras yo lo ayudaba a levantarse.
Por cierto, me llamo Dylan – dijo el chico.
Yo soy Fernando y él es mi hijo Bastian – dije extendiéndole la mano.
Es un accidentado placer – dijo Dylan.
Y Dylan dime, que haces por estoy lugares – Pregunte yo.
Pues estoy quedándome en una cabaña con mis papas y hermano – contesto mientras caminábamos de regreso.
Qué bueno, nuestra cabaña es la que se puede ver haya – dije señalando.
Hijo que sucede, te sientes mal – le pregunte a Bastian.
No papa estoy bien solo que siento que alguien nos vigila – contesto.
Talvez puede ser que de repente haya otras personas cerca – dije yo.
No creo, hemos estado con mi familia por aquí durante una semana y por aquí solamente hay animales – dijo Dylan.
Son ideas mías entonces, la caída me afecto la cabeza – dijo sonriendo.
Dylan era muy agradable, y de muy buena presencia tendría aproximadamente 20 años o tal vez un poco menos, buen físico, cabello ondulado, ojos color miel claro.
Cuando llegamos a la cabaña encontramos que esta estaba abierta, y algunas cosas fuera de su lugar.
Todos nos miramos extrañados.
Dylan
Entramos a la cabaña y percibí un olor peculiar, estaba seguro que habían estado aquí.
Bueno fue un placer conocerlos – dijo Dylan.
Igualmente, muchacho – le dije dándole la mano.
Porque no hacemos algo mañana con tu familia Dylan que dices – pregunto mi hijo.
Es una excelente idea, pero hoy es nuestro último día por aquí así que de hecho solo salí a dar una última vuelta antes de irme – dijo él.
Es una lástima amigo, pero aquí entre nos, sueles dar vueltas por el bosque sin camiseta y sin zapatos – dije yo riéndome.
Si por mi fuera andaría desnudo señor, pero ya vez que no se puede, solamente traigo estos shorts – dijo riéndose y a punto de salir por la puerta.
Gracias muchacho fue un placer – dije.
Igualmente, nos vemos – dijo y se fue.
Nosotros cerramos la puerta, nos olvidamos de lo sucedido, subimos a bañarnos, nos cambiamos de ropa y preparamos el almuerzo, terminamos de comer y nos sentamos en el sofá de la sala, Bastian se recostó en mis piernas mientras yo le acariciaba la cabeza y conversábamos hasta que nos quedamos dormidos.
Cuando desperté Bastian no estaba por ningún lado, lo llamé y me respondió desde la habitación, así que me dirigí a ella.
Que haces hijo – le pregunte.
Pues aproveche que aun estabas dormido para hacerme la limpieza por dentro – dijo riéndose.
Al escuchar eso mi pene se erecto, de lo cual Bastian se percató y sonrío.
Entonces ya estás listo – pregunte yo.
Si, papa – me contesto.
Bastian hijo siéntate conmigo un momento – le dije sentándome en la cama.
Que sucede papa, acaso ya te desanimaste – me dijo.
Hijo quiero que sepas que pase lo que pase después de esta noche siempre te voy querer – le dije.
Lo mismo te digo yo a ti papá – respondió.
Entonces ahora si estás listo – pregunte nuevamente.
Más que nunca – respondió poniéndose de pie y desatándose la toalla.
Se subió a la cama y se acostó ahí esperándome, me quite el polo y el bóxer que traía puesto, dejando al descubierto mi enorme verga, subí a la cama me puse encima de el con los brazos a los costados y lo bese, Bastian me abrazo aferrándose a mi cuerpo, y yo hice lo mismo, nos besamos, recorría mi boca por todo su cuello dándole suaves besos que lo estremecían.
Papá te amo – me dijo Bastian.
Yo te amo más hijo mio – conteste volviéndolo a besar.
Estuvimos largo besándonos, yo le besaba todo el cuerpo, y el, el mio, los besos que él me daba también me estremecían y hacían a mi polla vibrar, me besaba los pectorales, mi abdomen, hasta que llego a mi pubis y se detuvo.
Que pasa bebe, te detuviste – le pregunte.
Me gustan tus genitales papa, lleno de vellos, y tienes una enorme verga – me dijo.
Intentamos – le dije.
Quieres que te la chupe – me pregunto.
Si no quieres no tienes por qué hacerlo campeón – le dije acariciándole una mejilla.
No respondió nada, y beso la punta del glande, me estremecí nuevamente cuando hizo eso, se la fue introduciendo poco a poco dentro de su boquita, lo hacía tan bien y con cuidado que parecía un experto, acariciaba su cabeza mientras tanto.
El me miraba a los ojos, como preguntándome si estaba haciéndolo bien.
Cachorro, lo haces también –le dije.
Eso le dio más confianza y se esforzó más por hacerme disfrutar, hasta que lo detuve.
Lo atraje hacia mí, nos besemos y mientras lo hacia lo coloqué boca abajo.
Ahora me toca hacerte disfrutar bebe – le dije al oído mientras lo besaba recorriendo su espalda, hasta llegar a esas hermosas nalgas, primero las besaba, luego las lamia y finalmente las separes, para encontrarme por primera vez con ese precio agujero, rosadito a mas no poder y lo besé, Bastian se estremeció y dio un suspiro ahogado.
Besaba ese precioso agujero como si fuera mi vida en ello, lo succionaba, lo lamia, sobaba mi barba en él, me enloquecía su olor, quería de una vez por todas estar dentro de él, mi verga pedía a gritos entras porque encamaba liquido preseminal a cantidades, ensalive bien su ano y le dije.
Bebe sé que debo dilatarte primero, pero quiero que sea mi pene quien te desvirgue y no mis dedos, sé que suena tonto, pero… -le dije sin terminar porque me vi interrumpido por Bastian
Hazlo papa, yo de todos modos te lo iba a pedir también – me respondió el.
Acto seguido, ensalive una vez por última vez su ano asimismo mi verga también y así en esa posición el boca abajo y yo encima, se la fui introduciendo, el giro como pudo su cabeza para ver, pero yo lo bese.
Como mi verga comenzaba en punto y se ensanchaba en el tronco, fue un poco más fácil la penetración, entro parte de la puntita primero para lo cual Bastian dio un brinco, pero no se quejó, hacia movimientos circulares como si de un perno se trabase para entrar en una tuerca, cada vez hacia pequeñas pausas y continuaba.
Hijo estas bien, quieres que siga, la saco, solo dime – le dije.
No papá sigue, me gusta, se siente extraño y el dolor es casi imperceptible, pero me encanta – me dijo él.
Me alegre bastante y continúe penetrándolo, todo esto mientras lo besaba, hasta que por fin mi pubis choco con sus nalgas, ya la tenía toda adentro y me sentía muy feliz, y excitado a la vez.
Ya vez bebe, te dije que no te iba a doler – le dije en el oído.
Si papa, gracias, me gusta lo que siento – me dijo.
Que sientes bebe – le pregunte jadeante.
Como cosquilleo en mi vejiga – me respondió el jadeante también.
Eso es porque estas excitado, ahora me voy a mover despacio de arriba hacia abajo, te voy hacer el amor – dije yo.
Si papa hazme el amor de una vez, no me digas nada solo hazlo –me dijo él.
Me comencé a mover lento, Bastian busco mis manos con la suyas y las entrelazamos, lo penetraba lento pero firme, sacaba un pedazo de mi verga y luego la regresa despacio, pero al final aplicaba una pequeña fuerza, para así chocar su próstata y que sienta los hormigueos más intensos.
Posterior mente cambiamos de posición, puso sus piernas en mis hombros y se la volví a meter despacio otra vez, pero no tanto como la primer, nos mirábamos a los ojos, mientras lo embestía, hacia expresiones que me gustaban y me excitaban a la vez, y hacia que me esmerara más y más.
Finalmente, después de un rato de estar penetrándolo, nuestros orgasmos se acercaban.
Papi me corro – me dijo Bastian jadeando.
Yo también mi amor, déjame hacerlo en adentro – le dije.
Si amor hazlo – me respondió.
El eyaculo en su abdomen y yo lo hice adentro.
Te amo campeón – le dije.
Yo también te amo papá – respondió.
Saque mi verga de su interior, salió con rastros de semen y no con sangre, me la limpie con una toalla y también limpie a Bastian, la tire por un lado y nos acostamos, el en mi pecho, jugando con mis vellos púbicos.
Gracias papá, de verdad fue el mejor momento de mi vida – me dijo él.
Gracias a ti hijo, este fue el segundo mejor momento desde que naciste – le dije.
Te amo papá – me dijo.
Y yo a ti hijo – respondí.
Cerramos los ojos y nos quedamos dormidos.
Todo el tiempo que nos quedamos ahí tuvimos sexo, Bastian había sentido tanto placer con mi verga en su culo, que decidió practicar más y casi ni salimos de la cabaña, pero llego el momento de trabajar, pero no estábamos tristes porque afortunadamente en casa podíamos seguir haciéndolo, tomamos nuestro equipaje y volvimos a casa.
Miles de gracias por esperar otro de mis relatos, espero les guste esta parte, ya que muchos lectores me la pidieron por mensajes al correo.
Si desean saber cualquier cosa, lo que sea. ya saben escribanme a
sexualesr@gmail.com
Cuidense.