Lo nuestro ¿se ha acabado?

Un pequeño castigo para mi sobrina por dejarme desatendido varios días

-        Parece que lo nuestro se ha acabado, le digo a mi sobrina con tono resignado.

Kitten lleva cinco minutos arrodillada ante mí, yo con los pantalones en los tobillos, el culo apoyado sobre el borde de la mesa del comedor dejando que me la chupe con todas sus ganas.

El problema es que no hay forma de conseguir que se ponga dura de una vez. Ha cogido volumen, está morcillona, pero ya está, de ahí no pasa.

Con cierto desespero mi sobrina lo intenta una y otra vez sin mejorar los resultados. Me la coge con sus dedos por la mitad, y el capullo regordete se inclina hacia abajo por su propio peso. Acerca su boca y lo recoge entre sus labios dulcemente, lo rodea con ellos mientras que la lengua lo lame amorosamente.

Se ha propuesto empinármela a toda costa, las lamidas y los chupones que me da son muy ricos, pero no hacen el efecto deseado. Se empieza preocupar pues se le están terminado los recursos. Ya ha probado lo que ha visto hacer en las pelis porno, lo que le enseñé y lo que ella sabe improvisar… y nada.

-        Por favor tío, ayúdame…hago todo lo que puedo… me dice poniendo una triste expresión en su cara, que se mezcla con la incredulidad de no conseguir ponérmela tan dura como ella sabe que puede estar.

Para explicar lo que está sucediendo hay que retroceder un poco en el tiempo.

A media tarde, como de costumbre he vuelto del trabajo. En casa me he encontrado a solas con mi sobrina Kitten, mi esposa está trabajando en la oficina y mis hijos hoy hacen actividades extraescolares que los mantienen ocupados hasta las 7:00 pm.

Mi sobrina vive con nosotros con la condición que debe cuidarse de los niños a ciertas horas. Todo iba bien hasta hace un mes más o menos que nos comunicó que debía ausentarse unas semanas. A demás de cuidarse de los críos habíamos establecido una relación muy especial. Yo le enseño cosas y ella me deja disfrutar de su joven y lozano cuerpo. Reconozco que estoy encoñado de ella y que nada más verla se me pone dura.

Ella es una joven risueña y agradable, que está naciendo a la vida, que goza del sexo como nadie y con la que he vivido las aventuras más tórridas de mi vida.

-        ¿estas enfadado conmigo?¿qué te pasa?, me pregunta al encontrarnos en el salón.

Después de esa larga ausencia, ayer volvió a casa como si nada hubiera sucedido. Se fue sin avisarme, sin decirme donde iba. Para justificar su ausencia, le conto a mi esposa que necesitaba más tiempo para concentrarse en los estudios y preparar exámenes de trimestre. Ella dedujo que mi sobrina tenía también otro motivo, un noviete y así me lo hizo saber, lo que me provocó unos celos… injustificados.

-        No pasa nada…no te preocupes… te he echado de menos. Y a ti, que tal te ha ido?

-        Bien, muy bien…pero te he echado en falta…me acordaba de tus caricias…por las noches te necesitaba. Ahora podemos volver a donde lo dejamos, me dice cambiando el tono para demostrarme que vuelve a estar dispuesta a jugar conmigo.

-        Bueno …vamos a dejarlo…eso ya pasó. Tu debes seguir tu vida…lo nuestro fue bonito…pero es peligroso para ti y para mi, le respondo mientras me separo de ella.

Kitten no acepta la negativa y se acerca a mi de forma provocativa. Mientras me mira fijamente con esa carita tan dulce, alarga la mano y la pone sobre mi paquete. Me cuesta mucho disimular aunque finalmente me mantengo firme y no le doy pistas sobre lo mucho que la he echado de menos.

La necesito tener entre mis brazos y me gusta mucho ver como gime y como los espasmos de placer recorren su cuerpo de arriba abajo.

-        No seas malo…perdona que no te dijera nada. Lo decidí de repente y luego me concentre en los estudios, me dice mientras me soba por encima del pantalón.

-        Hare lo que me pidas…te daré besitos donde mas te guste, por favor volvamos donde estábamos…me humedezco al pensarlo…y necesito que me acompañes, dice al tiempo que mete la mano en la bragueta que acaba de bajar para palpar mi pene por encina del slip.

-        No se yo…estoy enfadado contigo…¿seguro que quieres volver?, le digo sin darle importancia q que me tiene bien cogido.

Ante mis reticencias, Kitten decide ir más allá en su ofensiva, tras deshacerme el cinturón hace caer el pantalón hasta mis tobillos. Luego, mostrando su sonrisa mas lasciva, se encarga de bajarme el bóxer lentamente esperando encontrar la buena polla que tantos buenos ratos le ha proporcionado.

La sorprendo luciendo una polla a menos de medio gas. Está regordeta, blanda y flexible, con el prepucio a medio bajar con lo que el capullo solo se asoma, es el primer estadio para una poderosa erección.

La contempla un instante antes de cogerla con ambas manos, después abre la boca  y se la acerca demostrando lo golosa que es. Mi sobrina esta dispuesta  a todo con tal de volverme a conquistar.

Alterna el juego con sus manos sobre mis bolas y troncho, con una larga secuencia de caricias con sus labios y lengua. Me gusta mucho cuando me la coge y hace restregar la punta en sus húmedos labios, o cuando la sacude vigorosamente para hacer impactar mi capullo sobre su boca y barbilla.

Mi sobrina ha aprendido a hacer cosas maravillosas, que me vuelven loco, pero… hoy no consigue su objetivo.

-        Parece que lo nuestro se ha acabado, le digo a mi sobrina con tono resignado un momento en que ella me mira desde abajo como pidiendo una explicación a los desalentadores resultados.

En una ocasión leí que no se puede ordenar al cerebro que deje de pensar en algo cuando este se empeña en pensar en eso. Aunque reiteradamente le digamos: No pienses en esto, no pienses en esto…nos desobedece y termina pensando en eso que queremos evitar.

Una buena amiga me mostró una sencilla solución para apartar al cerebro de ese pensamiento que queremos evitar: debemos darle otro pensamiento en el que centrarse, como un señuelo, esa es la única forma de distraerlo.

Cómo evitar pensar que mi sobrina está empeñada en hacerme suyo de nuevo, cómo contener mis deseos por ella, como contener mi erección. Ella se esfuerza en conseguirlo, utiliza todas sus artimañas, pone en práctica todas las recomendaciones que le he venido haciendo para hacer una buena mamada, y es por tanto, una gran dificultad.

A mi me encanta ver cómo me lame, como me acaricia las bolas y como se acerca para acomodar mi polla dentro en su boca, envolviéndola de saliva y acariciándola con su lengua. Eso no lo puedo evitar, sin embargo debo apartar ese pensamiento de mi consciencia si quiero fingir que sus caricias no me hacen efecto.

Me toca resistir todo lo posible, no quiero que crea que soy presa fácil. Tengo que concentrarme y no dejar que los estímulos visuales y sobre todo las caricias sobre mi cuerpo, hagan que mi cerebro envíe la orden de bombear sangre a toda presión hacia allí. Si fallo en el intento la erección sería inmediata y potente, por lo que mi estrategia caería por los suelos.

Estamos en medio de esa contienda, mi sobrina que trata por todos los medios que mi polla se ponga dura. Para ello no escatima esfuerzos, y yo que quiero ponérselo bien difícil. Deseo ver como se trabaja mi polla a fondo para conseguir su objetivo, debe hacerse perdonar su ausencia injustificada, y eso  tiene su precio.

Kitten debe aprender que las acciones tienen consecuencias, también que aquello que cuesta conseguir es mucho más valorado.

-        Esto no funciona- le digo en un momento que se ha retirado para tomar aliento.

-        Por favor tío, ayúdame…hago todo lo que puedo…- me dice poniendo una triste expresión en su cara, que se mezcla con la incredulidad de no conseguir ponérmela tan dura como ella sabe que puede estar.

-        ¿Qué pasa?¿no lo hago bien?...¿qué más quieres? dice mirándome con sus ojos tristes y los labios enrojecidos de tanto intentarlo.

Tengo que hacer un esfuerzo extra para no sucumbir a su suplica. Me cuesta mucho mantener la concentración y por tanto estoy a punto de perder el control la situación. Quisiera cogerla, abarzarla, comérmela a besos y luego empotrarla con fuerza hasta hacerla gemir de placer.

Mi truco de distraer el cerebro haciéndole rememorar todos los momentos más tristes de mi vida está empezando a fallar. De nada sirve recordar escenas pasadas en funerales de parientes, imágenes de accidentes cercanos o de fracasos personales, la carga negativa que aportan ya no compensa la tremenda excitación que me produce contemplar a mi querida sobrina chupándomela con ese ahínco y tesón.

Pasado un rato considero que el castigo ha sido suficiente y que realmente ya se ha ganado mi perdón, incluso una recompensa.

-        Prueba a desnudarte completamente, quizás eso ayude- le digo dándole una nueva alternativa ante el aparente fracaso de su felación

Kitten se incorpora,  rápidamente se deshace de la camiseta, del sostén, de sus leggins y su braguita de hilo. Tras presentarse ante mi luciendo su lindo cuerpo, vuelve a ponerse en cuclillas para continuar con la mamada conocedora que se tiene que seguir esforzando.

He conseguido mantener mi polla a solo un tercio de su envergadura y es tiempo de dejar que mis instintos de macho tomen el control. El castigo ha sido suficiente y yo tampoco puedo aguantar mucho mas tiempo.

-        Quizás si te tocas los pechos y la rajita mientras me la chupas, me estimule más, le digo para forzar aún más la máquina.

-        Me gusta tanto verte desnuda, gozando de tu joven cuerpo, que si te veo acariciándote, creo que eso nos va a ayudar, le pido sabiendo que a estas alturas hará todo lo que le pida. Kitten nunca se da por vencida y esta vez no va a ser la primera.

Kitten acepta la sugerencia y se empieza a tocar. Primero sus lindos y generosos pechos, Mmmmm que ricos los tiene. Pone su mano por debajo  y la va desplazando para rodear la teta terminando con el pezón pellizcado entre sus dedos.

Mas tarde se lleva la mano a la entrepierna para tocarse los labios de arriba abajo, solo interrumpiendo el movimiento para darse unas suaves palmaditas sobre el clítoris, que la van poniendo a mil.

Trato de mantener tensas las riendas del brioso corcel que tengo entre las piernas, poco a poco el cuerpo cavernoso se va llenando de sangre y pronto el corcel saldrá en estampida. Mi polla va creciendo dentro de su boca lentamente, Kitten es consciente de ello, siente que los últimos cambios están dando sus frutos y se anima a continuar.

No puede dejar pasar esta oportunidad de reconciliarse conmigo por lo que insiste en lo que cree que está funcionando. Se frota con ganas la entrepierna y me dedica toda la variedad de caricias que puede hacer con su boca sobre mi polla.

Tras levantar el pie del freno que me mantenía retenido, la erección  se ha completado, mi polla luce en todo su esplendor…grande…dura…y empinada. Kitten se muestra satisfecha e ilusionada por los buenos resultados y yo…soy tremendamente feliz. Ahora ya puedo ser yo y disfrutar de mi sobrina.

Dejo que siga con su mamada, ahora desplazando la boca a lo largo de toda la polla, de arriba abajo, marcando los dientes, repartiendo una fina capa de saliva con su lengua o atrapando el capullo entre sus labios sometiéndolo a una leve succión que me hace estremecer.

Tomo el control, le pongo una mano en la nuca para mantenerla en una posición fija y empiezo a balancear mis caderas muy despacio, con cuidado de no dañarla ni violentarla, pero con la intención de follarme su boca.

A pesar de mis cuidados, mi sobrina experimenta un par de arcadas. Me retiro para dejarle que respire mejor, en cuanto puede, mi sobrina se amorra mas y más, acogiendo en su boca buena parte de mi polla. Es ella la que mueve la cabeza adelante y atrás para darme los roces mas húmedos y aterciopelados que haya sentido.

-        Kitteeeeennn…que rico….siiii…así… le grito sabiendo que estoy a punto de correrme.

Cuando nota que mis bolas se aprietan a la base del troncho y se disponen a expeler mi rica lechecita, se echa hacia atrás colocándose a pocos centímetros de la punta. Me la coge por a la altura del capullo y me da varios meneos de sube y baja rápidos y enérgicos que provocan mi corrida.

La leche espesa y caliente cae en varias andanadas en su barbilla, el cuello y sobre el pecho. Mi sobrina lo toma como un verdadero premio, sus ojos brillan de alegría y de emoción. Por fin lo ha conseguido y así podremos reconstruir nuestra relación.

Tengo que reconocer que yo nunca me fui, que siempre estaré para lo que necesite y quiera de mi. Mi linda sobrina se merece todas las atenciones y yo estoy encantado de que me las pida a mí.

Deverano.