Lo mejor de escribir relatos eróticos.
Sobre el placer y la excitación que siento cuando leo y respondo los correos que recibo después de publicar un relato.
Hola.
Como autor de relatos eróticos he intentado hasta ahora, con más o menos acierto, contar algunas de las vivencias que han marcado mi vida sexual. He escrito relatos sobre diversa temática, intentando acercarme al máximo a la verdad en aquellos relatos que están basados en hechos reales. Y en otros he unido mi imaginación a mi experiencia para darles forma, aun siendo estos ficticios.
Como supongo que le ocurre a cualquier persona que escribe, me gusta saber que estos soy leído por mucha gente y luego ver los comentarios que me hacen llegar al respecto.
Algo que me llena de satisfacción es imaginar la excitación que han provocado mis relatos en hombres y mujeres, y leer sus testimonios donde me dicen, por ejemplo, que se han masturbado leyéndome, al igual que las fotos que he recibido de lectores agradecidos, e incluso de parejas.
No puedo negar que yo mismo me excito con lo que escribo, sobre todo si el relato es real y con él voy rememorando aquellos gratos momentos.
Como confieso en mis historias, soy bisexual y he escrito relatos basados en relaciones de diferente tipo, como pueden ser, bisexuales, gay, filial, e incluso sobre intercambios.
Y sobre esto último quiero tratar hoy, aunque en este caso no pretendo escribir un relato, sino rememorar los buenos momentos que he vivido leyendo y respondiendo los numerosos correos recibidos después de haber escrito algunos relatos sobre ese mundo maravilloso que es para mí el del amor sin hipocresía.
En efecto, he dicho amor y no sexo. Porque entiendo que hay que sentir verdadero amor por una persona para alegrarse al verla gozar entregándose a otro hombre o a otra mujer. En nuestro caso eso es lo que ocurría y con ello nuestro amor salió siempre reforzado.
A continuación, voy a resumir algunas de las preguntas que he recibido en mi correo, a las cuales yo siempre he contestado con sumo gusto, ya que aquí puedo expresar lo que pienso y siento con total libertad, cosa que no puedo hacer en el mundo de farsa e hipocresía que nos rodea.
Tampoco pretendo que este sea un manual a seguir, ni estoy en posesión de la verdad absoluta, solo expreso mi opinión basada en mis experiencias, y mi forma de verlas cosas.
“Hola, me encantaría realizar un intercambio con otra pareja, pero no veo el modo de decírselo a mi mujer, ni como podría convencerla.”
Nadie puede conocer mejor que tú a la persona que duerme a tu lado, y solo tú sabes que grado de confianza y complicidad hay entre vosotros. Un indicio de que la idea le pueda gustar a tu pareja es si le gustan o no los juegos eróticos. Si en alguna ocasión habéis realizado algún juego “inocente” con otras parejas y ella ha participado de buen grado, esa puede ser una pista. De un simple juego de cartas a terminar todos desnudos y haciendo el amor, solo hay un paso y talvez algo de alcohol, yo lo he vivido. Pero esto es algo circunstancial, algo de lo que luego os podéis arrepentir, no creo que sea lo más conveniente.
El sistema que yo empleé con mi mujer (Raquel) al principio fue hablarle de ello cuando estábamos en la cama, con mucho tacto para que se no enfadara, y mientras lo hacía iba observando cada una de sus reacciones.
En muchas ocasiones le pregunté si le apetecía estar con otro hombre y me respondió afirmativamente, pero aquello solo ocurría cuando los dos estábamos muy excitados. Luego en frio me faltaba valor para preguntarle. Hasta que un día conseguí hacerlo, y tras darle mil argumentos accedió a probar. Aquello fue para mí un regalo de los dioses. La experiencia nos gustó a los dos y a partir de ese momento nuestras vidas dieron un giro radical.
Sé de hombres que han introducido a sus mujeres en este mundo haciéndoles algún tipo de chantaje, como amenazar con dejarlas o algo similar y ellas han accedido por miedo a perderles. A mí eso me parece una canallada, siento un enorme desprecio por ese tipo de hombres. Si lo que quieres es solamente follar con otras mujeres usando a tu mujer de cebo, es preferible que vayas de putas y dejes a tu mujer en paz, este mundo es para disfrutarlo libremente, nadie debe ser forzado a follar con otra persona.
Yo siento como propios cada uno de los suspiros de mi mujer cuando un hombre le está taladrando el coño, y sé que a ella también le gusta verme gozar con otras mujeres.
“Mi mujer y yo hemos decidido iniciarnos en el intercambio de parejas, tenemos muchas dudas, no conocemos ese mundo ni sabemos cómo actuar la primera vez.”
En primer lugar, debéis tener claro hasta donde estáis dispuesto a llegar esa primera vez. Y dejar bien claro que después no debe haber reproches ni nada parecido. Lo que sucede durante un intercambio de parejas debe quedar separado de vuestra rutina diaria, y no debe perseguiros fuera del local. Otra cosa es que queráis hablar de ello de mutuo acuerdo porque eso os excita, cosa que nosotros hacemos.
En nuestro caso fuimos a un club de intercambio y allí conocimos a otra pareja la cual nos explicó cuáles eran los pasos a seguir para desenvolverse dentro del local. Y nos estrenamos haciendo el amor con ellos.
En mi opinión esa es la mejor opción, es preferible hacerlo en un local acondicionado para ello y con alguna pareja experimentada. Más adelante ya sabréis vosotros como tomar la iniciativa sin ayuda de nadie.
“¿Debemos estar siempre cerca mientras follamos con otros o es preferible distanciarnos un poco, e incluso perder el contacto visual?”
Este es otro punto delicado, aunque a mí me encanta hablar de él. Cada pareja tiene sus costumbres y sus reglas internas. En nuestro caso procuramos amoldarnos a lo que decida la otra pareja.
Hay parejas que no hacen absolutamente nada si no está el otro presente, y para otras eso no es imprescindible.
Recuerdo como una noche intenté besar a una mujer estando ambos ya desnudos y el uno junto al otro, y se negó porque su marido y mi mujer, que habían ido al baño, no estaban presentes. Aquello no me hizo gracia, pero lo tuve que respetar, eran sus reglas.
Mi mujer y yo hemos follado con otros, a veces juntos, y otras veces no nos hemos vuelto a ver hasta después de terminar de follar, cada cual por separado.
Las dos cosas nos excitan por igual, todo depende de las circunstancias. Incluso he llegado a quedarme en la cafetería del local hablando con otras personas, mientras mi mujer se ha ido a follar con otro. O bien a sucedido a la inversa. Todo depende de la confianza y la libertad que exista dentro de la pareja.
Pero quiero dejar claro que una vez volvemos a nuestra vida diaria eso se acaba, y no vale tener sexo a escondidas.
“¿Qué sientes cuando vez a tu mujer chupándosela a otro? ¿Y luego cuando se la mete, que sientes? Me provoca mucho morbo hacerte estas preguntas.”
Esta es sin duda la parte más excitante para mí, aunque nunca he sabido describir con total fidelidad lo que siento en ese momento, sobre todo las primeras veces que la vi con otros hombres.
Soy bisexual, no me atrae la simple visión de un hombre, pero me excito fácilmente con el roce de un cuerpo de hombre desnudo o viendo una polla en erección sobre todo si es más grande que la mía. Talvez esto influye en mi forma de ver este punto, y soy consciente de que no todos los hombres piensan como yo.
Ver a mi Raquel tragándose una polla delante de mí sin ningún pudor, o verla gimiendo, abierta de piernas debajo de un hombre, a veces un completo desconocido, disfrutando de su cuerpo y metiéndole la polla hasta las entrañas.
La mezcla de sentimientos es tan fuerte que, en este momento, mientras escribo estas líneas, siento como un vacío en el estómago, y una erección que intento controlar para poder seguir escribiendo con serenidad. En resumen, una mezcla de morbo, envidia de su coño y de toda ella, y a la vez alegría al verla disfrutando de lo mejor que tiene la vida.
“He leído uno de tus relatos en el cual le hacéis una doble penetración a tu mujer. ¿Es real?”
Si, es real recuerdo aquella noche con enorme cariño y nostalgia, pocas veces salen las cosas tan bien como aquella vez. Lamentablemente no volvimos a ver aquella pareja, aun me parece estar viendo la piel de aquella muñeca francesa, blanca como la leche. Y la dulcera de sus besos, pocas mujeres saben besar como lo hacia ella. En cuanto a Raquel, nunca podrá olvidar cuanto disfrutó tanto como aquella noche, la primera vez que dos pollas invadieron su cuerpo a la misma vez.
“Dices que tu mujer ha estado también con otras mujeres. ¿Es bisexual?”
Raquel ha tenido en alguna ocasión sexo con otras mujeres, pero lo ha hecho llevada por las circunstancias, más bien por no decepcionar a la otra mujer. Digamos que si de forma esporádica otra mujer le da un beso, o incluso le pide hacer un 69, Raquel puede acceder a ello. Pero no es su plato favorito, como ella dice, “donde este una buena polla, que se quiten todos los coños.”
No sé si a esto se le puede llamar ser bisexual, tal vez lo es un poco.
“Dices que eres bisexual. ¿Has tenido sexo con otros hombres delante de tu mujer?”
Si, he tenido sexo con otros hombres, pero nunca dentro de un club de intercambio. Durante los primeros años Raquel no sabía nada de mi bisexualidad, tuve relaciones con otros hombres sin que ella supiese nada. Me moría de ganas de confesárselo, pero no me atrevía, hasta que un día le confesé que tenía la fantasía de ser penetrado por otro hombre. Para mi sorpresa le pareció divertido. Luego pasó el tiempo y aquello quedó en el olvido, hasta que un día decidimos hacer un trío en casa, al principio le hicimos a ella una doble penetración, pero al final terminé con la polla de aquel hombre dentro de mí, mientras la mía estaba dentro del culo de Raquel. Al contrario de lo que esperaba, a ella le éxito aquello, por lo que lo hemos repetido en alguna ocasión.
“¿Usáis preservativo en vuestras relaciones?”
Salvo contadas excepciones, siempre tenemos sexo con preservativo, aunque omito a veces ese detalle en mis relatos para no romper el ritmo de la narración, y darle más morbo a la historia.
“¿Tu mujer permite que le eyaculen dentro de la boca?”
Al principio le daba asco, hasta que un día me corrí en su boca por accidente. Se enfadó conmigo, sin embargo, una noche en que ella estaba muy caliente, me pidió que lo volviese a hacer, y esta vez le gustó.
En principio solo yo tengo permiso para correrme dentro de su boca, aunque no lo hago siempre.
No puedo asegurar que ningún otro lo haya hecho, al menos de forma parcial. No puedo saber que está pasando dentro de su boca cuando tiene una polla dentro, y a veces es inevitable que se escape algo de semen cuando el calentón es muy grande.
Y con esto termino, aunque podría extenderme mucho más, pero intento aburrir lo menos posible, espero vuestro comentario, y que uséis mi correo.
Un abrazo. Tonisoto.