Lo Maravilloso de la Cotidianidad… (01)

Ya pasaron 2 años desde que me mudé a mi nueva casa, quiero contarles desde la luz de la cotidianidad como es mi vida. Hoy, Bianca... (Lésbicos, dominación).

Lo Maravilloso de la Cotidianidad… 01

Buenos días, nuevamente los saluda Laura Ovalle de Estrada, de Mayén y de Lehnhoff, Garganta de Cuero. Quiero empezar por agradecerles su aprecio y la atención que le han puesto a mis narraciones, de verdad que esa ha sido la razón de mi prolífica producción, ustedes.

Hasta ahora han conocido la mayor parte de mi vida, desde mis inicios en que Kika y yo nos convertimos en una pareja liberal, hasta ahora, en que tengo 3 parejas, 2 esposos y una esposa. Creo que ya es hora de dar un paso de costado y cederle la palabra a alguien más. Pues aunque mi vida sexual sigue tan activa y caliente hay muchas historias de las personas que me rodean que merecen ser leídas.

Esta será mi última serie, por lo menos en mucho tiempo, pues luego del último capítulo de la misma, le cederé la palabra a alguien más. Ya lo conocen, es mi suegro Tito, quien les contará su vida desde el inicio hasta que el considere que ya es suficiente. Tiene muchas cosas que decir, muchas aventuras que narrar.

Por hoy, quiero pasar más adelante en mi vida, quiero remontarme a unos 2 años después de haberme mudado a mi nuevo domicilio, al lado de mis 3 parejas, Kike, Beto y Bianca. ¿Y qué mejor que hablarles desde la cotidianidad de lo que ha sido mi vida?

Recordarán que estaba embarazada de Beto, quien fuera mi mejor amigo de toda la vida y ahora es mi segundo marido. Pues bien, di a luz a una bebé preciosa, que bautizamos como Silvia Consuelo, en honor a sus 2 abuelas. Más o menos, 2 meses después de eso la casa estuvo terminada y me mudé a ella. A mi madre le dijimos que era mía y de Kike, que el lo pagó todo gracias a los buenos negocios que había hecho y a una mano que su papá nos echó. Bianca fue quién diseñó la casa, ella es una exitosa arquitecta y conocía muy bien en dónde estaban los mejores fraccionamientos y colonias. El lugar elegido fue en una montaña, en el municipio de San Lucas Sacatepéquez, colindante con la bella ciudad de Guatemala. Era una segura colonia campestre con extensas áreas verdes. Beto y Kike dieron su visto bueno al terreno y a los planos de y comenzó la construcción.

La verdad, la casa quedó divina, Bianca es una genio. Debieron ver lo emocionada que estaba, desde que le di el si no para de hablar del futuro y de los planes que tenía para nosotras. Pobre, desde el principio los tuvo que hacer de manera que no interfirieran con mis otros 2 maridos, pero bueno, ella sabía cómo tendría que ser si quería estar a mi lado.

Y justo aquí voy a empezar mi relato

Durante la reunión a la que Kike los convocó, los 3 acordaron también los horarios en que pasarían a mi lado. Cada uno me tendría para si durante una semana cada mes, la cuarta semana le volvería a tocar a uno de ellos en el mismo orden, de manera que en un lapso de 3 meses, cada uno hubiera pasado 3 semanas a mi lado más una extra. Claro, esto no implicaba que fuera de ese período de tiempo no pudieran verme, Kike y Beto ya tenían hijos conmigo así que eso no podía ser. Convinieron también no imponer restricciones en ese sentido, respetando el espacio del otro cuando se encontrara conmigo. Yo podría estar con quien quisiera, pero le debía dar prioridad al que le hubiese tocado esa semana tenerme a su disposición.

Les voy a contar a grandes rasgos como es mi vida al lado de mi valkiria preciosa a lo largo de estos 2 años. Ella siempre sale a correr por la mañanas, se despierta como a eso de las 5 en punto y se va a trotar. Claro, a mi me deja durmiendo, no me voy a levantar a esas horas solo para correr (soy bien dormilona).

Aquella mañana me desperté temprano… bueno, en realidad me despertaron, las traviesas, pero hábiles, manos de mi esposa. Eran las 6:00 de la mañana y yo todavía estaba profundamente dormida. Ella estaba regresando de trotar y de su ronda de ejercicios matinales. Ya saben como es Bianca, una deportista nata que practica el físico culturismo profesional, una mujer enorme, de 1.90, de piel blanca y ojos azules, cabello castaño claro que a veces lleva rubio y fuerte como roble. Su cuerpo es soberbio, poderosamente musculazo, pero sin dejar de ser femenino.

Es una mujer tierna aunque su aspecto diga lo contrario. Delicada y femenina, comparto con ella mi gusto por cuidarme y ser coqueta, además de muchas otras afinidades. En el sexo con ella soy sumisa, muy sumisa, me encanta sentirme de su propiedad, ser su perra y que haga conmigo lo que le de la gana.

Debo decir que desde que me mudé a mi nueva casa me he vuelto muy sumisa, sometida, aprendí mucho a disfrutar ser dominada sexualmente. De hecho, no solo sexualmente, ya dije que en todas las decisiones que tomaron sobre mi vida ni me consultaron, solo las impusieron y yo las acepté sin decir mayor cosa. Eso me gustó, no sé bien todavía por qué, pero me gustó.

Ella iba vestida con su ropa deportiva, cubierta de sudor. Se desnudo de inmediato, luego me quitó de encima las cobijas y me dejó expuesta. Yo me encontraba desnuda, tal y como me había dejado en la noche. Me había revolcado como a una perra, haciéndome lo que se le dio la gana.

Metió una de sus manos entre mis piernas, desde atrás (dormía en posición fetal) y capturó mi sexo peludito. Empezó a pasar sus dedos sobre mis labios mayores, los abría y me los metía. Pronto un montón de dulces sensaciones terminaron por espabilarme, me volteé y le abrí mis piernas, quería que me hiciera lo que se le diera la gana. Inmediatamente me tomó del piercing y lo comenzó a jalonear con suavidad, meneándolo hacia todas direcciones.

¿Leyeron mi relato de Cambio de Imagen? Pues si no, los invito a que lo hagan. Allí, luego de que me cortara y tiñera el cabello, Nicole me propuso hacerme una “Reina Victoria”, que no es más que piercing en el clítoris… y pues me lo hice al mes y medio después de dar a luz, me quedó lindísimo y enloquece a mis cónyuges.

Bianca goza con torturarme con el, lo toma entre sus dedos y empieza a jaloneármelo, a meneármelo despacio, con delicadeza, pero también ejerciendo la suficiente presión como para causarme algo de dolor, no mucho claro, sin pasar de ese punto en que dolor y placer se unen. Le encanta ver como mi vagina se encharca mientras me hace esto, le apasiona verme lamer mis propios jugos, llevándomelos a la boca con mis propias manos o con las de ella.

Soltó mi piercing y comenzó a sobarme toda la vulva con la mano, se aseguraba de restregar con vigor mis labios vaginales y mi clítoris, mientras yo me estaba poniendo cada vez más caliente. Con la otra mano tomó mis senos y los comenzó a restregar, pellizcándome los pezones, estirándomelos.

Ella es tan bella, aun con la poca luz que entraba por las ventanas podía apreciar perfectamente bien sus ojos azules adornando su carita preciosa, enmarcada en medio de un cabello castaño claro, lacio y hasta la nuca. Abajo aparecía ese soberbio cuerpo de valkiria vikinga cubierto de sudor y totalmente desnudo que me vuelve loca. Mide 1.90, posee una poderosa musculatura muy desarrollada en el gimnasio, con unos brazos fuertes y nervudos, un abdomen plano con abdominales marcadísimos, pectorales amplios y fuertes, coronados por un enorme par de tetas, todo músculos, de pezones pequeños y parados. Sus piernas son largas, lampiñas, gruesas como robles y muy fuertes; por detrás presume de un trasero grande, duro, bien parado, debajo de una cintura fuerte, firme y estrecha dentro de lo que le es posible. Lleva un coqueto piercing en el ombligo y otro en el clítoris, un clítoris grande como el de toda deportista de élite, en la cúspide de su vulva, que le gusta depilarse completamente.

Aprovecharé ahora para describirme, para aquellos que me lean por primera vez. Soy morena, de cabello negro ondulado que usa hasta la barbilla. Mis rasgos son finos, con una boca y una nariz delicadas, siempre me han dicho que tengo rostro de muñequita. Siempre fui muy delgada y menuda, de 1.62 de estatura, tiendo a perder peso en vez de ganarlo, pero tras 4 partos mi cuerpo se ha ido rellenando un poquito, siendo ahora la poseedora de un par de tetas grandes y firmes, con un pezón oscuro, unas caderas rotundas coronadas por un par de nalgas muy grandes, redondas y firmes. Luego poseo piernas esbeltas y torneadas, muy hermosas. Modestia aparte, estoy que me caigo de buena.

Bianca se acostó encima de mi y yo la rodeé con mis piernas, nos besamos apasionadamente, acariciándonos, lamiéndonos mutuamente. Me excita muchísimo sentir su poderosos cuerpo sobre el mío, la diferencia es abismal. Me encanta pasar mis manos sobre su soberbia musculatura, palpa cada una de sus fuertes y desarrolladas carnes, su dureza, su firmeza, pero también la suavidad de su piel. Tanto ella como yo somos muy coquetas y nos cuidamos mucho.

Empezó a bajar, pasando con su lengua por encima de todos mis rincones, lamiéndome el cuello, las axilas, mis senos deseosos, mi vientre, mi ombligo, hasta zambullirse de lleno en medio del mar de flujos que era mi vulva. ¡Bianca es maravillosa con la lengua!, de tanto deportes ha desarrollado una gran capacidad pulmonar, ¡literalmente te hace sentir que te saca las entrañas cuando te practica sexo oral!

Su boca herméticamente sellada a los labios de mi vagina, crean un delicioso vacío que se una a la habilidad de su lengua sobre mi clítoris y en el interior de mi sexo, haciéndome sentir morir de placer. Le encantaba succionar con tanta fuerza, que a veces hasta conseguía levantarme, es increíble. Obvio, con ese tratamiento no iba a aguantar mucho mis primero orgasmo.

-          ¡¡¡BIANCA!!! ¡¡¡BIANCA, ME MATÁS, ME MATÁS!!!… ¡¡¡¡¡OOOOOOUUUUGGGGHHHHH!!!!! – gemí desesperadamente, mordiendo las sábanas para que mis gritos no fueran escuchados por mis hijos, especialmente por los curiosos de Kikín y Estelita.

Quedé tirada sobre la cama, jadeando, cubierta de sudor y sintiendo aun las lengua de Bianca terminar de beberse todos mis jugos íntimos, que le encantan. Entonces sentí un fuerte jalón sobre el piercing de mi clítoris. Levanté la cara y vi a Bianca aferrada a el con los dientes, en 4 y jalándome hacia atrás. Entendí lo que quería, así que me coloqué en 4 también, solo que boca arriba, es decir, levantada sobre las plantas de los pies y mi manos.

Así me llevó hasta el baño, jalándome del arete en el clítoris, avanzando como si fuese un cangrejo. Me hizo entrar a la tina y allí me besó, pasándome mis propios jugos en un beso muy húmedo. Entonces cambió su actitud dulce y tierna por una mucha más ruda… ella sabe que me encanta que me trate como a una cosa.

Me agarró del pelo y me obligó a ponerme de pié, y tras esperar mi reacción me estampó un beso largo y profundo seguido de un par de cachetadas, no muy fuertes. ¿Qué si me volví masoquista? Bueno… supongo que si, disfruto mucho cuando Bianca me azota con la palma de su mano, o con un cinturón o alguna fusta. Cuando me agarra a cachetadas me caliento más, e inevitablemente termino pidiéndole más y con más fuerza.

Quiero aclarar algo ahora: de ninguna manera quiero que ustedes piensen que soy solo una estúpida mujer maltratada por mis 3 esposos, nada más lejos de la verdad. Lo que ocurre es lo siguiente: tras 2 años de estar casada con los 3, he desarrollado una especie de ciclo. Verán, no siempre disfruto que me maltraten, solamente lo gozo durante ciertos períodos del mes. Cuando tengo la regla, necesito que me apapache y me consientan, ninguno de los 3 se atreve a siquiera ser pesado conmigo, saben que no se los voy a permitir y que me voy a enojar mucho.

Lo mismo es cuando estoy ovulando, me pongo muy caliente, pero muy tierna y romántica. En esos días me gusta que me consientan mucho, que saquen a pasear y que sean detallistas conmigo, pero no la violencia. Luego, más o menos durante unos 3 o 4 días al mes, se despierta en mi una perra viciosa, deseosa de sometimiento y humillación, una perra que aceptaría que le hicieran cualquier cosa. La verdad es que es peligroso para mi, pues en esos días cualquiera y no solo mis 3 amores, me podría violar y hacer todo tipo de vejaciones. Fuera de soso períodos de tiempo, estoy abierta a casi todo, siempre y cuando me logren convencer y seducir adecuadamente.

Aquella mañana era una de esos 3 o 4 días de los que les hablo, yo estaba más que dispuesta a dejarme humillar y vejar (de hecho, lo deseaba mucho) y a Bianca eso le encanta, recuerden que ella es muy dominante. Luego de darme ese par de cachetadas, aun sujeta de los pelos, me obligó a lamerle los pezones de sus poderosas tetas, a lamer todo su vientre sudado hasta llegar a su sexo que se hacía agua. Allí, de rodillas en medio de las 2 sólidas columnas de sus piernas, me vi, como tantas otras ocasiones, lamiéndole y mamándole la pusa.

Si han seguido mi historia, sabrán que ella posee unos músculos vaginales sumamente desarrollados, capaces de crear un poderosos vacía. Entonces, cuando le practicaba sexo oral, en lugar de ser yo la que la succionase, era ella la que me succionaba a mi… ¡me encanta! Lamentablemente Bianca no es multiorgásmica, generalmente tiene tan solo un fuerte orgasmo y no más, de lo contrario me deleitaría en volverla loca del placer.

-          ¡¡¡¡HUUUUUUMMMMMM!!!! – gemía roncamente, como una leona gruñendo - ¡¡¡¡LALAAAHH!!!! ¡¡¡¡¡HUUUUUUURRRRRGGGGGGGMMMMMM!!!! – ahogaba sus rugidos de placer en graves gemidos para tratar de no despertar a mis bebés, pero aun así eran bastante obvios.

Bianca mordió sus puños y ahogó un profundo grito, al tiempo que contraía con fuerza sus músculos vaginales haciéndose sentir como su se chupara para adentro, lanzándome grandes cantidades de sus fluidos corporales. Quedé de rodillas frente a ella, en medio de sus piernas, con la cara toda llena de sus flujos. Ella me vio con un gesto de satisfacción y malicia, yo le devolví la mirada y lo hizo entonces, separándose los labios vaginales dejó salir con fuerza un potente chorro de orines que dieron de lleno dentro de mi boca abierta. No lo tragué, no me gusta, pero me excita enormemente que lo haga, esa última humillación casi siempre me deja a punto de un nuevo orgasmo.

No sé que me ocurrió, la verdad, esas humillaciones nunca me gustaron, las consideraba vejaciones reservadas para personas sin dignidad ni respeto propio. Pero ahora las disfruto, me calientan mucho, la verdad, mucho, mucho.

Luego me masturbó de nuevo, costándole una nada llevarme a un nuevo orgasmo y todo terminó. Volvió a ser tierna y cariñosa conmigo, me bañó entera y me secó con una toalla, yo hice lo mismo con ella naturalmente. Luego me enfundé en una bata y fui a despertar a Kikín, ya se me hacía tarde para prepararlo para el colegio, ya asistía al segundo año de primaria y Estelita a los párvulos.

Mientras lo hacía Bianca preparaba el desayuno, y luego, mientras se iba a su trabajo, se los llevaba a los 2. La verdad es que toda mi vida estaba muy bien arreglada, mis 3 esposos me ayudaban en todo y me tenían muy consentida, pero como en todos los grupos de personas, los roces existían. Pero eso se los cuento después, mientras tanto pueden mandarme sus sugerencias y comentarios a mi correo, besos y abrazos.

Continuará

Garganta de Cuero.