¿Lo intentamos por atrás?

Aquí relato mi primer experiencia anal.

Reconoces la sensación de irte de viaje por un largo tiempo y regresar a tu casa sintiendo todo completamente ajeno a ti, como que nada mas no te encuentras y hasta olvidas donde están las cosas que tu mismo pusiste en algún sitio?? Pues así me siento después de un tiempo de no escribir.

Si es la primera vez que lees uno de mis relatos, bienvenid@. Estuve viendo algunos comentarios [los cuales valoro muchísimo y me motivan a seguir] donde coincido con ustedes en algunas cositas, las cuales iré narrando poco a poco, pero me llamo en especial uno de kleo580 donde hacía referencia a que no he contado nada sobre mi experiencia con el sexo anal.

Anteriormente les conté sobre mi primera paja, mi primera experiencia pública/oral, mi primera vez con una chica, pero olvidé compartirles como me rompieron el culo por primera vez. [y si todo esto para evadir la penetración por los estúpidos prejuicios que me implantaron desde toda la vida].

Iniciaba una relación con mi primer novio formal, Marco.

Marco, es dos años mayor que yo, sé que dos años no son nada, pero siempre opte por chicos mayores que yo, él en aquel entonces era ligeramente delgado, con espalda ancha, bastante alto con piel blanca y con su hermoso cabello negro con una singular mecha de canas.

Teníamos una relación bastante normal creo yo para un par de adolescentes, ya saben… buscábamos cualquier excusa o momento para acariciarnos, darnos besos tiernos, miradas que te hacen enloquecer, momentos en los que se te sube la calentura y pasas de las caricias al manoseo… ese rico manoseo en el que te pierdes mientras de aprietan las tetas y te meten la lengua casi hasta la garganta mientras de toman fuerte las nalgas, besos en el cuello que te vuelven loca, seguido de sentir un cuerpo extraño bastante rígido contraído en tu abdomen, luego pasas de abrazar a tu pareja y pasas los brazos hacia adelante para darle un tono mas lujurioso al momento, ya saben…

Pero después recuerdas que te educaron para ser mas apretada y no ceder al deseo del momento.

A pesar de que me educaron de esa manera, mis padres nunca me prohibieron estar a solas con mi novio, así que Marco y yo teníamos momentos en donde podíamos tener mas cercanía, algo que me encantaba hacer era mi momento de cabrona, en el cual lo montaba solo con braguitas y en un vaivén de mis caderas hacia que se pusiera super duro. Acto seguido procedía a mamársela un buen rato, él me correspondía de la mejor manera reventándome el clítoris de tanto lamerlo.

Debo reconocer que él fue muy paciente conmigo ya que no me exigía nada más, pero algo me decía que no era suficiente, quería darle más, pero no sabía que, sabía que no le daría mi vagina así como así, porque claro además de los prejuicios están las ideas que te implantan tus amigas y la cultura por esa estúpida idea de idealizar tanto la ‘primera vez’.

“Debe ser especial, debe ser con una persona especial, debe ser en un lugar especial, es algo que recordaras toda la vida

Así es como decidí no tener una primera vez sino varias, un día mientras Marco y yo nos masturbábamos en un grado tan alto de calor, excitación, mientras él me pasaba la lengua por la espalda tuve un momento en el que pensé ¿por qué la gente hace sexo anal?

Me cuestione tanto porque las personas se metían cosas al culo, ¿no se supone que es solo para expulsar?... y de la mejor manera esto me hizo tanto sentido, es obvio! Cagar es súper gratificante, imagínate cagar hacia adentro? De nuevo muchas ideas retumbaban en mi cabeza y de qué manera.[Como siempre me prepare e investigue como hacer todo de forma higiénica, jaja si me lavé el culo.]

Quede con Marco para que pasara por mi e ir a su casa, para nuestra suerte él vivía solo así que no había quien interrumpiera la sesión, le dije que quería hacer algo nuevo, el muy tonto no sabía de que iba.

Mientras íbamos en el auto, empecé a sentirme muy emocionada y excitada, así que me quite las bragas y se las di a Marco, talvez por el asombro el comenzó a sudar y vi como su pantalón se abultaba. Tomó su mano derecha y comenzó a tocarme por debajo de la falda, llegamos a su casa ambos muy calientes, solo pude ver como volaban nuestras prendas, no alcanzamos a llegar al cuarto y nos quedamos en el sofá, él sabia volverme loca solo con su boca y mis pezones, me hacia gritar, gemir, excitarme al punto en el que mis ojos se ponían blancos de no poder aguantar semejante deseo, con él descubrí lo magnética que es la lengua, ese diminuto pedazo de carne que lleva dos cosas enloquecedoras: calor y saliva.

Ambos disfrutábamos mucho lamiendo y chupando uno del otro, nos encantaba un buen 69 para ponernos a tope, después de eso yo siempre lo montaba pero solo para frotar mis labios vaginales sobre su verga erecta hasta venirnos.

Nunca olvidare su cara de asombro y felicidad al decirle que no se corriera, que todavía quería que me diera por el culo, al principio pensó que no era de verdad e incluso le dio una pequeña risa nerviosa, pero al ver que era de verdad no lo pensó más y me giro para meterme poco a poco uno de sus dedos, para mi sorpresa no dolió, luego metió uno más y ahí si sentí un poco de incomodidad. Según su cálculo yo estaba lista y solo sentí un gran dolor cuando metió su pene dentro de mí.

Ese dolor extrañamente me reconfortaba, seguro porque venia acompañado de lamidas en el cuello y apretones en mis tetas, de inmediato el movimiento de arriba hacia debajo de su pene en mi ano se convirtió en una sensación tan rica que me arrepentí tanto de no hacerlo antes, Marco estaba tan emocionado que me decía cosas obscenas, me daba nalgadas, me mordía ligeramente la espalda y aumentaba rápidamente el ritmo en el que metía y sacaba su pene, estaba convertido en un perro en celo y yo en su perra, de solo recordarlo me prendo de nuevo, pero nada se compara con la deliciosa experiencia de sentir un chorro de semen caliente disparado dentro de ti y sentir como lucha por salir, sentirlo escurrir entre las piernas es literalmente maravilloso.

Luego de reponerme Marco y yo estuvimos toda la tarde cogiendo como perros.

De alguna manera creo que hacer anal es algo que todos al menos una vez en la vida debemos experimentar, no se trata orientación sexual, sino de experimentar, incluso lo puedes hacer solo.

-Nona3