Lo hizo con madre e hija y tuvo que confesar
Copete: Madre e hija revitalizan su relación seduciendo al cuñado de la mujer y tío de la chica. Pero la culpa
Esta historia es el cuarto y último (ver nota al final) capítulo una saga con nombres únicos. Es mejor leerlos en orden.
El capítulo 1 es “No se pudo resistir”
El capítulo 2 es “Se dejó convencer y pasó a la ofensiva”
El capítulo 3 es “Se contuvo con la hija, pero no con la madre”
Desde que aquella locura había comenzado, hacía unas semanas, la vida de José había dado un vuelco fenomenal. Su sobrina Micaela de 22 años lo había convencido de funcionar como su entrenador sexual y (Mónica) la madre de la chica (y hermana de la esposa de José), luego de descubrir el affaire, había convencido al hombre para continuarlo e incluso aumentar su frecuencia.
Simulando “proteger a su hija”, la taimada mujer madura de casi 50 años había impuesto condiciones absurdas que lo único que hacían era beneficiarla a ella:
- Mónica iba a conocer todos los detalles de los encuentros
- José no podía penetrar a Micaela con su miembro
- José no debía eyacular cuando estaba con la chica
La consecuencia natural de todo esto fue que Mónica se erigió como instigadora de encuentros entre su hija y José y, obviamente, como “aliviadora sexual” de las calenturas de su cuñado.
Por un lado, Mónica fabricaba los encuentros presionando a José y facilitando logísticamente lo que parecían “oportunidades casuales” para Micaela. Por otro lado, la cuñada de José aprovechaba las ocasiones para tener relaciones con su cuñado antes y después de los encuentros con la chica.
Pero también ocurrió algo inesperado para Mónica: La vorágine sexual que envolvía a Micaela la había vuelto dócil con su mamá que se fingía cómplice y ahora iba a ocurrir algo inusitado: Micaela había prometido mostrar ciertos videos prohibidos a Mónica.
Cuando Mica dejó la casa el día de la promesa de ver los videos juntas, Mónica estaba en shock. Su hija iba a mostrarle los videos de ella con José. Es decir, Mica confiaba lo suficientemente en ella para confesarle que estaba teniendo un affaire con su tío. La madura mujer decidió esperar a ver qué le decía Micaela antes de contarle a José. No obstante eso, la curiosidad pudo con ella y decidió ir a husmear en la computadora desktop de su hija para ver si había cargado el último video.
Micaela, se sentía poderosa. Después de la conversación que habían tenido estaba convencida que su mamá la iba a apoyar en todo, incluso en cogerse a su propio tío era el único apoyo que le faltaba. Sin embargo, en ese momento recordó que había dejado el video editado la noche anterior abierto en su computadora y decidió logearse remotamente para cerrar el programa. Lo hizo desde su laptop ni bien llegó a la facultad y cuando estaba por desloguearse notó que alguien acababa de ingresar y estaba operando la computadora. SU computadora desktop. En primer momento pensó en un hacker, pero algo le hizo sospechar que no era eso y decidió usar un programa espía para activar la cámara. Y ahí, frente a su compu, estaba… ¡su madre!
Micaela no podía creer lo que ocurría. Su mamá estaba buscando algo en su máquina. Eso la hizo sospechar aún más y decidió mirar un historial de actividades y, efectivamente, alguien había ingresado a su compu y bajado los videos. Estaba segura que era su madre. Pero necesitaba pruebas. Y se le ocurrió algo. En su casa sus padres habían instalado cámaras de seguridad para vigilar a la señora de la limpieza (sí, ellos eran esa clase de personas) y Micaela había seteado los programas de backup selectivo con detección de movimiento. Las cámaras estaban en el living y la cocina, por lo tanto Micaela buscó las grabaciones de una cámara del living que apuntaba al corredor que iba a su habitación, y efectivamente su madre entraba y salía de su habitación alrededor de las horas en que habían ingresado a su computadora.
Pero la cosa no quedó ahí, escaneando las grabaciones de esos mismos días encontró a su mamá proyectando los videos a su tío e incluso una grabación del día del último encuentro (es decir el mismo día anterior) en que su madre mamaba la verga del tío y el tío le comía la concha minutos antes que Mica llegara para ser “educada” sexualmente por José.
La primera reacción de Micaela fue de furia y rabia: su mamá y su tío la habían engañado. Decidió faltar todo el día a clase y mirar los videos otra vez. Evidentemente después de estar con Mica, José y su Mamá se habían ido al cuarto matrimonial (donde no habían cámaras). Su segunda reacción fue de envidia.
Pero a medida que pasaban las horas los sentimientos de Mica fueron virando hacia la lujuria. Las últimas reproducciones del video de la mamada de su mamá a José provocaron en Mica un escozor vulvar delicioso. Y eso a su vez la empujó a formular un plan. Así que se puso en marcha a hacer unas llamadas.
Mónica no pudo encontrar el video en la carpeta de siempre. Eso se debía a que los videos en edición estaban en otra carpeta que ella no conocía. Pasó todo el día con los nervios de punta e incluso se dedicó a mirar todos los videos de Mica con José y a recordar (vibrador por medio) sus encuentros con el cuñado. Entrada la tarde no soportó más y le escribió un mensaje a su hija mayor
—¿Mica, sabés a qué hora vas a llegar a casa? Es por lo que me querías mostrar ;^) no olvides que tu papá y tu hermanita llegan a eso de las 7 PM—rezaba el texto.
Micaela lo leyó a eso de las 4 PM, con el plan casi completamente armado y le vino perfecto para ponerlo en marcha. Comenzó contestándole a Mónica que lo iban a tener que dejar para el día siguiente por la tarde porque esa noche regresaría después del resto de la familia.
Acto seguido Mica llamó a su tío y tuvo una conversación “muy adulta” (al decir del incauto José) dónde le explicaba que después de haberlo pensado mucho ella creía que debían considerar parar con lo que hacían, pero que necesitaba hablar con él en privado al día siguiente por la tarde. Y lo citó en su casa a las 3 PM. En eso se arriesgó a que su tío le contara a su madre, pero la jugada le salió bien.
El resto del día y la mañana siguiente pasaron sin mayores incidentes, con Micaela simulando complicidad extrema con su mamá. Mica también usó la mayor parte de su tiempo libre para compilar un video de las cámaras de vigilancia de su casa que mostraba a la madre y al tío en diversas actividades, desde mirar juntos videos porno del tío y la sobrina hasta mamarse desaforadamente el uno a la otra.
El día acordado con su madre (y su tío) Mica llegó a su casa antes de las 2 PM y se encargó de crear expectativa en su mamá que estaba visiblemente emocionada e impaciente. Cuando estaban por comenzar la proyección sonó el timbre y Mica corrió a la puerta mientras la madre maldecía la interrupción por lo bajo. Cuando se abrió la puerta e ingresó el tío, los dos maduros preguntaron estupefactos al unísono qué hacían ahí. Mica estaba disfrutando el momento.
La chica les dijo que tenían una conversación pendiente y los hizo sentar bajo protesta frente a la tele.
—Bueno, bueno. Se supone que hoy le iba a sorprender a mi mami los videos que he filmado con el tío. Mi idea original era que Mami fuera mi cómplice para ayudarnos a tener más encuentros con vos, José. —Explicó la chica—Pero resulta que eso no es necesario porque Mami ya vio todos los videos… bah… todos menos el último, claro, y los vieron juntos ustedes dos.
José y Mónica estaban mudos. El hombre se agarraba la cabeza y la madre movía la boca sin que salieran palabras, hasta que pudo le salí algo que decía poco.
—Hija… te juro que…. Yo… emmm…
—Tranquila, Ma, tranquila—Interrumpió Mica mientras iniciaba la reproducción del video de su madre y José—Mejor les muestro un video que no vieron
Los dos cuñados miraban atónitos los videos mientras Mica continuaba
—Parecen que comenzaron de mirones y terminaron jugueteando entre ustedes, picarones
El video estaba editado con pequeños clips que alternaban la línea de tiempo en unos estaban mirando el primer video, el minuto siguiente estaba José comiendo la concha de Mónica, luego estaban los dos hablando muy seriamente con otro video de Mica y José de fondo y enseguida cambiaba a Mónica mamando la verga del cuñado como una posesa.
José y Mónica optaron por callar y dejaron correr el video y hablar a Micaela.
—Resulta que he descubierto por qué mi tío no me deja hacerlo acabar. Parece que no lo necesita porque de eso se encarga mi mamita linda—Hipotetizó Mica.
—¿Será que es la condición que le pone mi Mami para no denunciarlo con la tía? Que no lo deja acabar y no lo deja cogerme—Acertó Mica.
—Hija. No sigas. Te lo ruego—Imploró Mónica.
—¡Mirá esta parte, Má, cuando te hace venir con la boca! —Apuntó Mica mientras se veía a Mónica acabar con la cabeza de su cuñado entre las piernas—¿Viste qué espectáculo es el tío cuando baja a comer, Mami?
La madre asentía mirando embobada y Mica continuaba.
—Esta parte es espectacular también, se nota que lo hacés acabar con la boca. ¿Qué tal estuvo? — Preguntó con malicia Mica.
—Sencillamente espectacular— respondió automáticamente José sorprendiendo a los tres. Sí, incluso a sí mismo.
—¡¡¡¡GRANDE MA!!!! —festejó Mica burlonamente
Nadie más respondió porque la transición del video los tomó por sorpresa. Había pasado al encuentro entre los cuñados después que José había estado con Mica y se veía un morreo salvaje y luego los dos amantes se retiraban hacia las habitaciones donde las cámaras de vigilancia no llegaban.
—Decí la verdad, Ma, te lo cogiste. A que sí. —Concluyó Mica.
Los cuñados apenas balbuceaban sin sentidos y Mica aprovechó a exponer sus reclamos.
En primer lugar, explicó cuánto disfrutaba ella de los encuentros con su tío y luego dijo que ella no tenía absolutamente ningún problema en compartirlo con su madre, pero aclaró que compartir de verdad implicaba compartir absolutamente todo.
Antes que la interrumpieran, Mica agregó una de sus ocurrencias.
—Y bueno, ya vemos que al menos UNO de los presentes está de acuerdo con mi propuesta—Aseguró Micaela ante el estupor de los cuñados que preguntaron al unísono de quien se trataba.
—¡Él! — Dijo Mica risueña apuntando al bulto que la descomunal erección de su tío formaba en los pantalones.
Lejos de enojarse Mónica se rio y simuló golpear a su hija con un juguetón papirotazo en el brazo. José puso cara de “yo no fui” y alzó los hombros.
Mónica finalmente reaccionó
—Si acordamos algo así, tiene que seguir habiendo algún tipo de límites. Para proteger a la tía, mas que nada…—Ensayó descaradamente la traicionera cuñada.
—Obvio Ma. Y si nos coordinamos las dos, es muchísimo más fácil cubrirnos y protegernos—Explicó Mica siendo igualmente mentirosa y tomando de las manos a su gratamente sorprendida madre
—Y yo insisto en seguir sabiendo los detalles de lo que hace mi nena con su tío—Reclamó Mónica ahora envalentonada y lujuriosa
—jajaja Qué tremenda, Ma. ¿Y yo qué? Porque vos no vas a saber filmarte jajaja— Retrucó Micaela.
Las dos reían y parloteaban imaginando grotescamente absurdos escenarios e ignorando por completo a José cuya erección crecía al ritmo de su sorpresa y lujuria. Finalmente, cuando Mica propuso estar presente y filmar los encuentros de su mamá y de su tío, José reaccionó
—Esto es una locura, chicas
Entre risas y burlas Mica y su madre apuntaron a la hipocresía de José que por un lado rechazaba la idea de un affaire tripartito y por el otro, mientras lo decía, se frotaba instintiva y descontroladamente su erección.
José intentó resistir argumentando racionalmente y Mica decidió callarlo con un intempestivo morreo. En pocos segundos el tío apretaba la nuca de la chica con una mano mientras con la otra le estrujaba las tetas al tiempo que le metía la lengua en la boca mientras ella fregaba la erección a dos manos por sobre el pantalón.
Mónica enmudecida se arrodilló frente a José y Mica para verlos mejor mientras su mano cobraba vida propia y comenzaba una incipiente masturbación.
—Agghhh Mamiiii ¡mirá lo que es esta verga! Cómo no me vas a dejar comérmelaaa—reclamaba Mica con sus labios apenas separados de los de su tío.
—Cométela mi vida, cométela si eso es lo que vos querés—Autorizó Mónica frente a un sorprendido José que no atinaba a reaccionar.
La madre iba desprendiendo la camisa del tío y la chica comenzó a bajar besando el cuello, el pecho y finalmente el vientre del ahora entusiasmado maduro.
Mónica daba palabras de aliento y acariciaba la cabeza de Micaela mientras la muchacha bajaba violentamente los pantalones de José y engullía la verga del tío.
José miraba con cara de degenerado a la hija y a la madre. Cuando las miradas de los cuñados se cruzaron, Mónica se abalanzó a besarlo.
En ese corto trámite el tío se vino como un cerdo, olvidando todos sus presumidos principios de connoisseur sexual en que decía que la mujer debía acabar primero.
—Agggghhh PAREM O ME VENGMMMM—gritó tardíamente José, sus labios aún lamidos por Mónica y su propia mano contradiciendo sus palabras empujando la cabeza de Mica para que no dejara de tragarse el surgente semen.
Un rayo de placer atravesó al hombre embriagado de sexo y orgasmos y luego de dar sendos sacudones de pelvis, José se desplomó sobre los cojines del sillón.
Mica emergió de entre las piernas de su tío con la cara sonrojada, los labios y la pera manchados de chorreante leche y fuego de satisfacción en la mirada.
—jajaja ¡No hay quien se resista a esta dupla madre hija! —Dijo Mica.
Las dos mujeres se abrazaron a José y siguieron cargándolo.
—¿Como era eso José, que vos no aceptas acabar si la mujer no se viene primero? — Se burló Mónica mientras su hija reía histéricamente.
Los morreos continuaron alternadamente entre el hombre y las familiares de su esposa y cuando José se sintió con fuerzas, las sorprendió a las dos levantándose, tomando a Mónica, subiéndola al sillón y metiéndose entre sus piernas como un zombie hambriento atacando a un humano herido.
Mónica había perdido su ropa durante los minutos antes, ella misma se había desnudado sin dejar de comerle la boca a su cuñado. Y ahora se encontraba acostada de espaldas sobre el sillón, con las enormes tetas desparramadas a los costados, las piernas groseramente abiertas y José prendido mamando de su chorreante vulva.
Mica se había parado a un costado y mantenía una mano aferrada a uno de los tobillos de su mamá y con la otra hacía “peine de dedos” en el cabello de su tío.
Cuando la mujer madura comenzó a gemir y a proferir onomatopeyas de placer, su hija soltó su tobillo, se arrodilló junto a su tío (que no paraba de estimular oralmente a Mónica) y estirando una mano comenzó a pajear José.
Los gruñidos del tío confirmaban a Mica que hacía lo correcto y provocaban vibraciones en la vulva de Mónica, que, sumados a los latigueos linguales y a la penetración con los dedos del hombre, empujaron a la cuñada al borde de abismo orgásmico en pocos minutos. Las palabras de su hija finalmente empujaron a Mónica al vacío del placer.
—¡Dale, tío, hacela acabar mientras te paro la verga para que me cojas! —Azuzaba Micaela mientras corría y descorría el prepucio de su tío y sentía como la verga se iba endureciendo a meros minutos de haber acabado en su boca.
Escuchar eso fue para Mónica el tiro de gracia. Por su mente pasaron recuerdos de José cogiéndola a ella, pero en su mente era la cara de Mica en su cuerpo y cuando esos pensamientos colisionaron con los cosquilleos orales que le provocaba el cuñado, la madura comenzó a acabar gritando, intentando infructuosamente revolcarse y retorcerse.
Mónica quedó agotada sobre el sillón y el vigoroso José, sintiéndose recuperado, se limpió los flujos vaginales de su cara con el dorso de la mano izquierda mientras estiró a Mica la pringosa mano derecha cuyos dedos hasta hace segundos habían penetrado y estimulado la vulva de la madre.
La chica, como en trance, soltó una sola de las manos que pajeaban al tío y se aferró con ella a la invitante y resbalosa mano del hombre. Un tirón violento la sorprendió y la atrajo a los brazos del hombre que la hizo maniobrar como si fuera un juguete inerte y la puso de espaldas sobre la madre que se recuperaba del terremoto orgásmico despatarrada en el sillón.
Mónica sintió el peso de su hija sobre su vientre e instintivamente la abrazó débilmente con manos y piernas fofas y con sus talones abrió las piernas de la chica para ofrecerla a su tío. Mica sintió las enormes tetas de su mamá en la espalda y en una fracción de segundo se encontró aprisionada por débiles brazos y piernas de su mamá. El tío le puso una mano en el vientre empujándola contra la mamá y luego usó las dos manos para terminar de abrirle las piernas que la madre ya había comenzado a separar con sus talones.
La chica vió la verga en ristre aproximándose a su conchita y se aferró a los brazos de su mamá.
—¡Me va a coger, mami, el tío me la va a meterrrrr!
La madre atontada y sobreestimulada balbuceó consejos de disfrutarlo y aprovecharlo.
Mica no se perdía detalle de la cara de José. Ya no era el tío bonachón y tranquilo de siempre. No era el amante cauto que la estimulaba conteniéndose. Ahora el hombre se veía como un sátiro insaciable, su sonrisa era semi diabólica y su mirada era devoradora. La chica procesaba aún lo que ocurría y la metamorfosis de su tío cuando éste la penetró lenta pero incesantemente.
—¡Ahhhhhgggg siiiii! — gritó Mica marcando sus uñas en los antebrazos maternos que la sostenían.
—Aflojate amor, que es enorme—Fue el único consejo que pudo murmurar Mónica al oído de la “niña”.
Cuando el mete-saca de José “entró en régimen” la chica soltó a su madre y estiró los brazos apenas llegando a la cabeza del hombre, que comenzó a ceder y a acercarse a la cara de la chica sin dejar de serrucharla deliberadamente. Mónica aflojó las piernas y las desenlazó de las de su hija para dejar que la chica rodeara a su penetrante amante con las piernas a la altura de la cintura. Ese movimiento hizo que la vulva de Mica quedar en el aire y José comenzó a empujar más profundo. Mica no paraba de morrear a su tío y sus gemidos sonaban como consonantes M y N pronunciadas desde la garganta.
Mónica iba recuperando los sentidos poco a poco y se dedicó a acariciar a su hija y a hablar en voz alta para precipitar con palabras soeces el orgasmo de los dos emparentados amantes.
—Partila en dos de placer José, como me hiciste a mí, dale! ¡Así! ¡Así! ¡Llenala de leche! —Y luego cambiaba y hablaba a la chica—Sentilo, mi amor, sentilo cómo te abre en dos, acabale en toda la verga, Mica, ¡vamos!
Mica asentía, movía las caderas y mordía los labios de su tío y el hombre aumentaba el ritmo frenético hasta que en esa vorágine de aceleración sexual, los dos amantes acabaron en simultaneo escandalosamente.
Era ahora Mica la que se desplomaba agotada y la madre se incorporaba a besar al hombre que recién había acabado en su hija provocándole un orgasmo de antología.
Los incestuosos amantes, satisfechos por el momento, comenzaron a planear fríamente el curso del affaire en trio. Las conversaciones de las dos mujeres eran animadas y descaradas, como si aquello fuera lo mas normal del mundo. José intentaba poner un toque de seriedad y de recordarles que estaban emparentadas con su esposa, con lo cual, un desliz podría destruir a toda la familia.
Las mujeres acordaron mantenerse informadas de los encuentros y, en lo posible, participar juntas. La idea de Mica filmando a su mamá y su tío fue incorporada a la lista de cosas “normales” que planeaban. Mónica recordó a Mica la importancia de la anticoncepción (incluida la píldora del día después para ese encuentro) y José se convirtió en blanco de las cargadas de las mujeres que jocosamente apostaban sobre si el esposo de tía Clarisa iba a poder aguantarles el ritmo a “las tres”.
José se retiró sexualmente satisfecho y excitado, pero mentalmente derrotado. Aquello no había resultado en lo que él esperaba. Durante los días siguientes se mostró taciturno y reflexivo, pero sin dejar de cumplir con “sus tres mujeres” los roles que se esperaban de él.
Mica y Mónica renovaron su complicidad de confidentes. Las charlas matutinas post-desayuno fueron más íntimas que nunca. Ahora se dedicaban a hablar de sus aventuras sexuales con José. A planearlas. A recordarlas. A relatarlas (si no habían estado las dos juntas).
Al cabo de unas cuantas semanas todos en la familia notaron los cambios: La renovada amistas madre-hija fue festejada por todos. Y la seriedad de José fue percibida solamente por su esposa que finalmente lo confrontó.
—Amor. Algo te pasa. ¿Qué es?— Clarisa arrinconó a su esposo.
José había rumiado lo que estaba ocurriendo. En el curso de las últimas tres semanas, desde el primer encuentro con madre e hija, las cosas se habían salido de los carriles. Los encuentros se repetían casi a diario. Las mujeres estaban cada vez mas desatadas. Incluso tomaban riesgos impensados: habían llegado a mamarlo a dos bocas un domingo en su propia cocina so-pretexto de preparar las ensaladas del asado mientras el resto de la familia conversaba plácidamente en el patio.
José sabía que iban a ser descubiertos en cualquier momento y decidió confesar a su esposa y soportar las consecuencias.
—Hay algo que debo contarte, Clari. Es muy jodido. —Balbuceó José.
Clarisa lo miró y guardó un expectante e invitante silencio.
—Es sobre algo que está pasando hace varias semanas—confesó el hombre entregado.
Las facciones de clarisa permanecían inermes, sin dar pista de enojo, ni nada
—Lo que tengo que contarte….—José no sabía cómo avanzar.
—Es sobre Micaela—Dijo con seguridad y seriedad Clarisa.
José quedó boquiabierto
—Mi hermana me lo contó—Aclaró Clarisa con calma incluso poniendo cara de ocultar o fingir algo—Mi chiquita y vos tienen sexo
La bomba reventó a José que se derrumbó en la silla mirando al piso.
Clarisa no aguantó más, dejó de actuar y confesó todo.
—Lo supe desde un principio. Desde la primera vez en que mi hermana me llevó al mall para dejarlos a ustedes solos en casa. Nosotras nos contamos TODO, José—Relató impasible la esposa.
—¿TODO? Y… de ella… Mónica…. Te dijo…—José no conseguía arrancar.
—¿Quién te crees que le sugirió a Mónica que te “aliviara” para que pudieras cumplir las condiciones que ella te impuso? —Preguntó retóricamente Clarisa.
—Pero lo que pasó después con las dos….—José hablaba como un autómata con mas preguntas que respuestas.
—Era cuestión de tiempo, José. Tarde o temprano ibas a cogerte a las dos—Razonó la esposa impasible
—¿Entonces vos no estás enojada? —preguntó erróneamente el inocente esposo.
—ESTOY FURIOSA QUE TE LLEVE TANTO TIEMPO CONTARMELO—Exclamó Clarisa.
José se paralizó y luego la esposa explicó calmadamente que ella había aconsejado a su propia sobrina seducir a José y que en verdad todo había partido de ella, pero que la cosa se empezó a ir de las manos cuando Mónica descubrió los videos. Y luego cuando Mica descubrió a su madre. De hecho, lo primero que había hecho Mica después de descubrir a su madre y a José había sido llamar a su tía.
En verdad la única que lo había sabido todo durante todo el tiempo era Clarisa porque las dos mujeres, hermana y sobrina iban a ella a por consejos y confidencias y ninguna sabía que la otra ya estaba complotada con Clarisa.
—Lo hice por Mica y por mi hermana—Confesó Clarisa—Y por vos también. De hecho ayer les dije a las dos todo y me saqué un peso de encima.
José la abrazó y se besaron apasionadamente.
—Sólo te pido que no me hagas llamarte tío o vestirme y cortarme el pelo como mi hermana porque TE CORTO LAS PELOTAS jajaja—“Bromeó en serio” Clarisa
Luego tomó su teléfono y envió un mensaje a un grupo de WhatsApp llamado “las chicas” donde estaban las hermanas y Mica.
—Ya lo sabe. Todo genial.
Los emojis y las cargadas de las otras dos mujeres no se hicieron esperar.
Todo esto sucedió entre Octubre y Noviembre de 2019. Desde entonces y hasta ahora, la peculiar relación de cuatro se ha mantenido. Durante las cuarentenas (que continúan) la familia completa se mudó a la finca de Entre Ríos (donde todo había comenzado). Clarisa y José en la casa principal (que además servía de marco para los encuentros incestuosos) y los Gonzani en el enorme bugalow de huéspedes que siempre ocupaban. La internet de alta velocidad instalada en 2019 sirvió para que todos trabajaran y estudiaran desde la casa. Clarisa no solo ha seguido alentando todo, sino que también participa gustosa de los encuentros de José con su hermana y su sobrina si se presenta la ocasión.
Justamente en el último encuentro, ocurrido ésta misma semana, Clarisa esperó a que su hermana regresara de un brutal orgasmo y dejó boquiabiertos a su esposo y a su hermana con una pregunta-sugerencia:
—¿Pensaste en Felicita? Ya cumplió 18 y con las escuelas y actividades cerradas no tiene chance alguna de conocer chicos. ¿No crees que debemos empezar a pensar en “educarla en casa”?
FIN
Nota a mis apreciados lectores:
No seguiré con éste relato por ahora. Acaso nunca lo retome. Porque me es imposible imaginar algo que supere esta final sorpresa.
(Sí, lo se: ¿Y el padre-esposo consentidor sabía todo? Pero no es mi estilo)
Ahora estoy pensando dos series con capítulos unitarios:
1) Colección de relatos sobre suegra-yerno
2) Colección de relatos madre-hijos
Espero eso les interese.