Lo hice por nosotros

La distancia y el covid me separa de mi pareja y no puedo satisfacer mis deseos carnales junto a ella. Con mi novia tengo una relación bastante abierta y lujuriosa. Para esta nueva experiencia, decidimos meter en medio a mi madre.

Era otro día más de cuarentena, a finales del mes de junio. Estaba recostado en la silla de mi habitación en una noche de verano. Acaba de tener una sesión de cibersexo con mi novia. Fluidos impregnados en mi vientre mientras charlaba con ella. Mi pareja residía en aquel momento en otra provincia por motivos laborales por lo que llevábamos tres meses sin vernos.

El covid nos impedía movernos entre provincias.

Mi novia Ana era una chica con mucha

mucha

pasión como yo. Llevamos dos años de relación. En todo este trayecto hicimos varias cosas ‘nuevas’ para acabar con aquella rutina que suele afectar a algunas relaciones. Hicimos desde

trios

, a intercambios e incluso tuvimos algunas experiencias en el mundo ‘

hotwife

’. Pero estas cosas quizá las cuente en otro momento.

Aquella noche, hablando con ella de todo un poco, le comenté una nueva idea que se me había ocurrido. Un nuevo juego, otro de tantos de los que hacíamos para mantener viva esa llama, y también claro porque somos unos viciosos y nos va la marcha.

  • Cariño, se me ha ocurrido un nuevo ‘juego’. Pero me da algo de ‘palo’ contártelo, igual te parece algo raro...- le dije de forma insegura -
  • Jajaja, pero qué dices cariño, si hemos hecho de todo. No creo que me sorprenda -

rió

  • Venga,

cuéntame

, no seas tonto * Pues a ver... Ya sabes que vivo aquí a solar con mi madre y se divorció de mi padre hace años. En estos meses de cuarentena he notado como a veces me mira de forma descarada el paquete. Y no sé, he pensado en todo el tiempo que llevará ella sin estar con otro hombre. Y bueno, había pensado en exhibirme un poco delante de ella. Enseñarle mi rabo y que se lleve un gusto * Jajaja -

rió

  • La verdad es que no me lo esperaba
  • ¿Te parece muy rarito?

Dime qué opinas – le comenté algo inseguro - * A ver, muy normal no es – me dijo – Pero bueno, de todas

formas,

sería solo

enseñársela

. Tampoco me parece tan grave. Hay familias que se ven desnudas con normalidad. Hazlo y me cuentas cómo reacciona ella * Vale. ¿Te daría morbo que te hiciera participe de este juego? Podrías darme ideas para

enseñársela

, alguna situación... * Sí, me podría dar morbo. Depende como reaccione ella. Te imaginas que se masturba al ver tu pollón - sonrió - Eso creo que me pondría bastante. Joder, qué guarros somos, amor -

rió

- * ¿Y cómo se la enseño? Hago la mítica de pedirle la toalla – le pregunté - * Sí, por ejemplo. O que te pille masturbándote, ¿te imaginas? * Uf, no sé - le dije – Prefiero algo más sutil por el momento * Vale, cariño. Pues te dejo a tu imaginación y ya me cuentas

Seguí charlando aquella noche con mi novia sobre el día a día hasta que nos fuimos a dormir. Pasaron los días y pensé en cómo llevar a cabo mi plan.

Yo solía ir a un gimnasio del pueblo que quedaba cerca de mi casa. Mi madre se llama Isabel y a veces venía conmigo. Ella físicamente tiene un cuerpo bastante en forma para su edad. Tiene un culo grande y definido a base aerobic y zumba. Los pechos los tiene grandes, aunque algo caídos fruto de los años.

En definitiva, para la edad que tiene se le ve bastante atractiva.

Del gimnasio frecuentemente me solía volver en bañador después de hacer mis ejercicios en la piscina y me duchaba en mi casa. Mi madre me solía pedir la ropa sucia que traía para ponerla en la lavadora, incluido el bañador algo mojado. Por tanto, mi plan ya estaba en marcha:

  • Cariño, dame la ropa su...

Mi madre entró en mi habitación y yo le esperaba desnudo con el bañador húmedo en mi mano.

Físicamente estoy bastante definido por el gimnasio. Tengo una polla que mide unos 18 cm empalmada, pero por lo que más destaca es por su grosor. Mi novia está bastante satisfecha con ella. Y otras mujeres que la probaron también lo estuvieron. Además, para esta ocasión me la toqué un poco. No llegaba a estar morcillona, pero casi.

  • Toma, mamá - le dije

extendiéndole

mi bañador - * Qué haces desnudo – me preguntó sorprendida ya que en mi familia nunca tuvimos costumbre de vernos sin ropa * ¿Qué voy a hacer? - le respondí tranquilamente – Me he quitado la ropa y voy a ducharme. Como hago siempre. * Ah, bueno – me dijo ella recobrando la compostura y mirando a mi entrepierna – Es que como no tengo la costumbre de verte desnudo. Siempre has sido muy pudoroso. * Ya – le dije – Porque aquí en casa no tenemos costumbre, pero con Ana he ido algunas veces a playas nudistas * ¿Por eso la tienes depilada? - me preguntó mirando descaradamente a mi polla - * Sí, bueno, y también para follar. Es más cómodo y preferimos tenerlo así * Ah – dijo ella dejando la mirada pérdida, quizá pensando en el tiempo que llevaba ella sin sexo – Yo no lo tengo depilado, total nadie me ve ahora ahí abajo y a tu padre le gustaba que lo tuviera con pelo * Mamá, es que tienes que salir más de marcha. Aún puedes conocer a alguien, todavía eres joven - le dije animándola -

  • Tal vez me anime a salir más... - me dijo - Y bueno, volviendo a lo de antes, que por mí no te cortes en ir por casa desnudo, a

no molesta y no tienes de qué preocuparte – dijo sonriendo y mirando levemente a mi polla - * Gracias, mamá - le dije – La verdad es que a veces sí me gustaría pasear mi ‘colita’ por casa. Sobre

todo,

por estas fechas ya que estamos en verano * Eso de ‘colita’ es relativo – me dijo riendo y mirando mi miembro - Sí que te ha crecido en estos años * Pues menos mal – le dije riendo – desde pequeño que no me la veías. Algo tenía que crecer * Sí, supongo – me dijo ella mirando de nuevo fugazmente hacia abajo - * Bueno, voy a ducharme – le dije pasando

por su lado mientras ella

se apartaba de la puerta -

Para no volver la situación incómoda decidí dar por terminada la sesión. Al entrar al baño no puse el cerrojo y eso que era un hábito bastante común en mi familia. Mientras me duchaba comencé a masturbarme mientras recordaba esa situación vivida. Una parte de mi deseaba que ella entrara al baño con cualquier excusa y me pillara de pleno. Pero no sucedió.

“Cariño, esta noche conéctate al skype. Tengo algo que contarte” - le mandé a mi novia por whatsapp – Estaba deseando que llegara la noche y contarte a mi pareja la experiencia vivida en aquel día.

Continuará...