Lo estaba deseando
Éste es un pequeño relato que condensa todo lo que ocurrió entre mi prima y yo el día en el que decidí follármela en su habitación tras varios días sin hacerme pajas, reteniendo toda mi leche y soportando cómo la muy zorra me provocaba sin parar paseándose desnuda delante de mis narices en tanga....
Me levanté con la polla a punto de reventar. Lo había estado pensando durante días: quería follarme a esa zorra. Fui al baño a mear y casi me costaba despegarme el calzoncillo. Llevaba días sin correrme esperando este momento y mi líquido preseminal presentía este gran acontecimiento.
Estaba pasando unos días en casa de mis tíos. Mi tía estaba en el hospital. Le estaban quitando la vesícula. Mi tío llegaba por las tardes, pasaba unas horas en casa y volvía a marcharse. La zorra de mi prima llevaba cuatro días paseándose en tanga por las noches por el salón. Se hacía la remolona mientras me ponía semejante culo delante de mis narices. Yo nunca me había fijado en lo buenísima que estaba hasta entonces. Siempre había pasado desapercibida ante mis ojos: quizá era porque estaba un poco gordita, quizá era el bloqueo mental que había hecho sin querer por ser mi prima. Lo cierto es que estaba deseoso por follármela y ver como colgaban sus tetas ante mis ojos.
Me levanté empalmadísimo y tras mi primera y larga meada del día me acerqué a su cuarto. Su culo asomaba entre las sábanas. Dormía boca abajo. Me acerqué despacio y por un momento me contuve: ¿iba a violar a mi prima? Sonreí y me acerqué un poco más. No pude aguantarlo, levanté un poco la sábana y ahí estaba toda su vagina entreabierta: la muy zorra dormía desnuda. Estaba lubricada. Introduje dos dedos de golpe, no sin antes observar como uno de sus pechos asomaban aplastados por el colchón. Emitió un grito. La zorra estaba bastante estrecha, por un momento pensé que podía hacerle daño con mis dedos.
-Cállate, primita- seguí empalándola con mis dos dedos y acerqué mi mano izquierda hacia su boca que seguía emitiendo sonidos de queja.- Llevabas días provocándome y esto era lo mínimo que podía hacerte.
Ella se movía intentando defenderse e intentaba morderme, pero lo cierto es que su coño estaba cada vez más mojado. Notaba cómo estaba ansioso de polla y yo tenía una polla enorme apresada en mis calzoncillos para darle.
Saqué los dos dedos de su coño. Observé lo abierto y mojado que estaba y me bajé como pude los calzoncillos. Quería follármela pasara lo que pasara, no aguantaba más. Decidí darle un voto de confianza y le dije que si seguía gritando iba a reventarla a hostias. Ella me asintió con la mirada. Estaba nervioso. No sabía muy bien si iba a seguir gritando o no, pero quité mi mano de su boca. Ella permaneció callada y quieta. Pasé un cojín por debajo de su vientre y abrí sus piernas. Aquel coño estaba abierto para recibir toda mi polla y toda la leche que llevaba guardando durante cuatro días. Acerqué la cabeza de mi polla a su coño y comencé a masturbarla con mi miembro. Escupí sobre su agujero del culo y me acerqué a ella para decirle exactamente lo que quería hacerle.
-Ahora, zorra, te vas a quedar quietecita. Voy a follarte sin condón y voy a rellenar todo tu coño de leche, ¿entendido?
-Pero somos primos...
-Somos primos. Esto está mal, pero tú eres una zorra que ha provocado a su primo y mereces tu castigo
Ella gimió. Comprendí que en el fondo le gustaba que estuviese a punto de reventarle el coño.
-Date la vuelta que quiero verte la cara de zorra que tienes.
Observé sus ojos llorosos y sus tetas. Mi prima tenía más tetas de las que había imaginado al verla con ropa. Las dos tetas caían hacia los lados y yo alcancé a sujetarlas para juntarlas. La agarré por la mandíbula y le pedí que abriese la boca. Quería mi saliva en su lengua. Le escupí y permaneció durante unos segundos con la lengua fuera y mi saliva brillaba en su boca. Luego se la tragó. Eso me puso tan cachondo que no pude aguantar más y se la metí de golpe y empecé a bombearla sujetando su cara, observando el espectáculo incestuoso más sexy que jamás había podido imaginar. Ella estaba callada con los ojos muy abiertos. Yo estaba volviéndome loco queriendo atrapar toda esa imagen.
- Guarra, dime algo- le pegué una hostia en la cara y volví a avalanzarme sobre sus tetas que se movían sin parar.
Estaba a punto de reventar pero no quería correrme todavía. No quería que aquello acabase aún. La saqué de golpe y ella abrió la boca y los ojos. Le estaba gustando.
-¿Te está gustando que te viole?- le pregunté mientras me quedaba quieto sobre ella. Mi polla apuntaba a su vientre.
-Llevo días esperando esto, primo- volvió a sacar su lengua- Córrete dentro de mí.
Yo levanté sus piernas y me puse como loco a follármela sin parar. Estaba utilizando ese coño para hacerme la paja más bestia que me había hecho en toda mi vida y lo iba a rellenar con mi semen como si fuese el coño en lata que había en mi habitación, pero este coño era de verdad y estaba ardiendo. Ella había superado su catatonía y estaba gimiendo, notaba sus contracciones, se acercó a mi oído y me dijo que estaba a punto de reventar y de repente comencé a sentirme muy mojado.
-¿Te estás meando, guarra?- le dije como pude mientras seguía follándome aquel coño que se corría como un grifo.
De repente empecé a eyacular y noté como chorros de esperma salían disparados hacia su útero. Estaba teniendo una corrida impresionante y yo notaba como aquel coño se estaba llenando. Estuve un buen rato más moviéndome lentamente disfrutando el final y notaba como la leche quería salirse de su agujero. Saqué mi polla toda mojada de todos sus fluidos mezclados con mi semen y ella permanecía exhausta con los ojos cerrados y el pelo mojado de su propio sudor. Estaba tan sexy.
-Ahora abre la boca- le dije.
Ella entreabrió los ojos y me miró. Yo tenía ya mi polla apuntando a su boca. Parecía confusa pero la muy guarra obedeció. Empecé a mearme lentamente y ella comenzó a tragar y a tragar toda mi meada como una buena chica.
-Te has portado muy bien, primita. Ahora, te lavaré y podrás seguir durmiendo.