Lo duro me tocó a mí (2)

Después de saber lo que a ella le gustaba, me lo demostró a mi, para que supiera lo que se siente tener algo más duro.

Continuación del relato "ALGO MAS DURO"

Lo duro me tocó a mí.

Regresé de mi trabajo alrededor del medio día. Llegué con prisa porque tenia que salirme de la habitación que mi empresa había alquilado en el hotel donde me había quedado en compañía de una señora madura a quien se le descompuso su carro en California y con gusto le ofrecí ayudarla a que viniera a la ciudad de Tijuana, México a realizar unas diligencias gubernamentales.

El día anterior se tuvo que quedar en mi habitación porque ya no traía dinero suficiente y antes de ir a descansar habíamos salido a comer y después ella compró unos pepinos y zanahorias, a quienes llamo sus elementos consoladores para no sentirse sola en los momentos más difíciles cuando le llegaba la calentura y necesitaba el placer de sentir algo grande dentro de su vagina.

Después que cada quien se acostó en su cama, la escuché gimiendo de placer. La descubrí con un gran pepino metido en su vagina. Ella me ofreció a que le ayudara con una de las zanahorias para insertársela en su culito y así lo hice y terminamos los dos dándonos placer.

Inclusive ella esa misma mañana me mamó la verga bien rico en agradecimiento de la noche que tuvo que fue inolvidable para ella y por supuesto para mí.

Cuando llegué a la habitación le dije que nos teníamos que ir. Era viernes. Y ella con una sonrisa me dijo que había podido hablar con el mecánico y que hasta el día siguiente, que iba a ser sábado el carro estaría listo. Además dijo que sus familiares en California le habían remitido dinero y que había pagado un día más de estancia en el hotel. Por lo que no había problema de irse rápidamente y que ella inclusive me invitaba a quedarme una tarde y noche más, si es que yo no tenía inconveniente.

Le dije que no tenía prisa de irme ya que tenia que regresar al trabajo hasta el lunes. Ella saltó de gusto, me dio un beso y me dijo que me pusiera cómodo.

"Te voy hacer el amor a mi estilo", dijo.

Me quitó los zapatos, los calcetines, y saco una bandeja llena de agua tibia y empezó a lavarme los pies. Sentí tan rico. El agua estaba tan tibia que me sentí relajado. Había preparado unas copas de vino y ya había ordenado una botana para matar el hambre. Tomamos las copas e ingerimos las carnes frías y panecillos que estaba en la cocina de la habitación.

Terminó de lavar mis pies, Fue el baño y abrió la ducha. Regresó y empezó a besarme y a quitarme la ropa. Me llevo hasta la regadera ya encuerado.

"Te voy a dar un masaje que te va a gustar", dijo.

Me dijo que me metiera a la ducha, Lo hice, ella se quitó la ropa y se metió conmigo. Empezó a tallarme con jabón la espalda, el pecho, las piernas y mucho énfasis en mi verga, mis testículos y más en mi ano. Esta vez me di cuenta lo que una mujer siente cuando se le da un masaje. Una de mis especialidaes en la intimidad.

Así estuvimos un buen rato. Ella me sobaba la verga con mucha ternura, la cual obviamente experimento una erección que a ella le llamó la atención, pero me dijo que yo sabía lo que ella quería: "algo más duro".

Yo le contesté que no podía competir con los pepinos y zanahoria y además si no veía o sentía muy dura era por mi diabetes que ya empezaba a experimentar los primeros síntomas de disfunción eréctil. Eso fue unos tres años antes del descubrimiento de la Viagra.

Ella me dijo que más al rato iba yo a saber el porque le gustaba algo mas duro. Me dejé llevar por su interés de darme placer. Algo que no estaba tan acostumbrado.

Terminó de bañarme. después la enjaboné y pude mamarle sus senos, darle un masaje aprovechando el agua caliente a presión. Logré chuparle su vagina, picándole con mi barba que la excitó mucho y logro tener un ligero orgasmo, el cual lo gozó y pude tomarme sus delicioso jugos.

Salimos de la ducha, me dijo que me recostara en la cama y que ella era la que le tocaba darme el placer. Era su pago por lo generoso y amable que me había comportado con ella.

Me secó todo mi cuerpo. Me dijo que cerrara mis ojos. Y que me tendiera boca arriba. Cerró las cortinas, prendió las luces de la habitación, las dejó muy tenues y puso una música romanticona de fondo.

Empezó a untarme la loción en el pecho, en mi verga, en mis huevos, en mis piernas, en mis dedos de los pies, los cuales lamió uno por uno. Lo mismo hizo con mis brazos y mis piernas. Volvió a agarrar mis huevos y mi verga.

Los cuales lamió por un buen tiempo. Pero no succionaba. Yo ya estaba a punto de hervir. Pero fue hábil al no dejarme venir.

Mientras lamía, jugetaba bastante con su dedo y lengua alrededor de mi culo. Sentí que me untaba vaselina dentro y fuera del orificio. No puse resistencia. Flojito y cooperando. Su lengua exploraba el agujero de mi culo, paso un buen tiempo en él. Era la primera vez que alguien jugaba en esa parte de mi cuerpo.

Después, me pidió que me pusiera en cuatro. Yo estaba tan caliente que no me di cuenta de como llegamos a tal punto.

Mis rodillas en el piso, y mis manos sobre la cama.

Me dio un masaje en la espalda, y una mamada en el culo. Luego sentí su dedo pulgar que se introducía en mi cola muy suavemente que me dio mucho escalofrío. Una sensación como si los puntos claves de mi sistema nervioso estuvieran ahí, que me hicieron temblar de placer y claro con un poco de dolor.

"Ah Ah AH AH AH AH AH AH, que rico se siente", le dije....

"Aguanta corazón. Que ahorita viene lo bueno. Vas a saber porque me gusta algo mas duro"...dijo.

Cuando menos le pensé empecé a sentir en mi culo que algo muy delgado entraba en él. Dolió un poco al principio.

"No te preocupes, tu culito ya está dilatado", me dijo. No soy agresiva. Muchos hombres, gays y lesbianas lo son. Yo no. Soy muy tierna con quienes me hacen el amor", dijo.

No supe que era. Pensé que estaba jugando con sus pepinos o zanahorias, pero no lo eran. Estuve a punto de decirle que le parara, que preferiría mejor yo meterle la verga en su culo, pero el dolor de placer fue mucho mejor que me cayó la boca.

Logré agarrar su mano y toqué sus dedos y supe lo que era. Una de las velas que había comprado ayer. De las larguitas. La punta delgada y el tronco y base más grueso.

A medida que iba entrando de delgado a grueso sentí dolor y placer. La vela estaba untada de vaselina.

Entraba y salía, entraba y salía, entraba y salía.

"Ah ah ah ah ah ah ah ah, dale más mamacita, dale más, dale más, métemela hasta adentro, más, más, más, más, más, más, más, más....", le decía a gritos.

"Más, más, más, más, más mamacita, dale mas,".

Le presión de ella con la vela dentro de mi culo y el frote de vi verga sobre la orilla de la cama hizo que empezara a soltar liquido pre seminal. Ella me volteó hacia arriba con mis piernas en sus hombros, Metió su boca en mi verga y empezó a saborear lo que salía de mi verga. Y con sus dos manos siguió empujando la vela en mi culo.

La sensación era única para mí. Nunca me habían hecho el amor de esa forma. Era una mujer, madura, prácticamente cogiéndome por primera vez en mi vida.

Luego ella se montó en mí. Se metió la verga en su vagina y estuvo cabalgueando por un buen rato, y logró un fuerte orgasmo y exploté al mismo tiempo.

AHAHAHAHAHAHA HAHAHAHAHAHAH AHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHA

Ahora si supe lo que me quiso decir el porque le gustaba algo más duro, ya que ahora me tocó lo mas duro a mí.

Nos quedamos dormidos, ella con mi verga dentro y yo con la vela en mi culo. Pasaron las horas y después ella se paró, me sacó la vela del culo, me limpio muy bien y me lamió tiernamente el fundillo, Desperté, y la acomodé con un 69 y terminamos así explotando los dos al mismo tiempo.

Al día siguiente nos bañamos no echamos el de despedida y regresamos a USA para levantar su carro. Repetimos la experiencia varias veces. Supe que se mudó a México y no he sabido de ella desde hace 10 años.

Me gustaría volver a tener la experiencia, pero esta vez contigo. Si te interesa, escríbeme a:

laga1954@hotmail.com o a mandoxxi@yahoo.com