Lo conocí en el instituto
Como acabé follando con el chico que llevaba mucho tiempo deseando y que tanto me ponía. Un cuerpo espectacular a sus 17 años.
Lo conocí en el instituto, siempre me había parecido un chico lindo, pero por fin, me toco ir con él en clase. Tenenemos los dos 18 años, él es un chico de estatura normal, pero con un cuerpo atlético y muscoloso, con un gran culo marcado por los pantalones que suele llevar. Todas las clases de gimnasia iba con él al vestuario, quería verlo en calzoncillos y le miraba el paquete disimuladamente, tenía un gran bulto que yo deseaba tocar y meterme en la boca. Esto se repetía cada clase de gimnasia, yo no sabía si Juan era gay o no, por eso mantenía la calma, pajeándome en casa pensando en él.
Me gané su confianza y nos hicimos muy amigos, cada día me ponía más. Un día nos invitó a su casa a mi y a otro amigo más, estuvimos haciendo lo típico, jugamos a la consola, hablamos de nuestras cosas... Yo le dije si podía ir al servicio, el asintió con la cabea y me dijo donde estaba. Llegué al baño y me encontré uno de sus calzoncillos en el suelo, lo cogí y empecé a cascármela, lo dejé en su sitio de nuevo sin correrme todavía, y sin hacer mucho ruído me dirigí a su habitación, abrí el cajón y vi una caja de condones, deseaba que me follara. Volví al salón donde estaban él y su amigo. Pasó un cuarto de hora hasta que su amigo dijo, "me voy, está mi madre esperando abajo". Lo tenía todo, estabámos sólos en su casa, sin nadie más, Juan y yo. Habló sobre salir a dar una vuelta, acepté decepcionado, pero antes comentó que se ducharía, me dijo que podía esperar en el salón viendo la tele, y alí me quedé. Abrió el grifo de la ducha y lo sentí salir hacia su habitación mientras calentaba el agua. Yo ví una lata vacía que su amigo se había dejado sobre la mesa, y fui hasta la habitación para preguntarle donde podría tirarla. Llegué a la puertas y lo vi únicamente con los calzoncillos puestos, se estaba desnudando mientras esperaba a que calentara el agua. Me calenté al momento, al ver esos pectorales y esos músculos, esas piernas depiladas y ese gran bulto que le marcaba el calzoncillo.
-Qué situación más incómoda -dije excitado por verlo, el se rió-. ¿Dónde puedo tirar esto? -mientras sostenía la lata en mi mano-.
-En la cocina, vén -me respondió-.
Me acompañó en calzoncillos hasta la basura, mientras yo miraba ese bulto y ese culazo de reojo. Llegamos y tiró la lata, tras decirme "para la próxima, ya sabes". Yo volví al salón, de repente, Juan cerró el grifo de la ducha y se fue a su habitación (seguía en calzoncillos).
-Ven a la habitación -me gritó mientras yo me sorprendía, y llegué a su cuarto donde el me esperaba de pie-. ¿Situación incómoda? Te vas a agachar y me vas a comer todo el rabo -me dijo en tono de orden, yo no dudé un instante y empecé a tocarle el bulto que escondía su calzoncillo y a metermelo en la boca-. Bajame el calzoncillo -me dijo-.
Lo había conseguido, se la iba a chupar al hombre que llevaba todo el curso observando con disimulo. Le bajé el calzoncilló y le vi su polla, todvía sin erección, pero aún así era bastante gorda y muy larga.
-Chúpamela -me dijo agarrándome la cabeza con sus manos-.
Yo puse mis manos sobre su gran culo y empecé a hupar su gran polla que se iba empalmando cada vez más. Juan gemía y repetía con su voz de macho potente: "oh si, más, puto, comela entera". Se la comí durante cinco minutos, hasta que me evantó y me empezó a desnudar toco mi polla erecta momviendola con su mano mientras me besaba metíendome la lengua hasta el fondo. Pasaron otros cinco minutos hasta que paro de tocármela y de besarme. Me empujó contra su cama poniéndome a cuatro patas y dijo "te voy a reventar el culo". Abrió el cajón donde yo había visto que guardaba los condones y cogió uno para colocárselo. Cuando terminó me la empezó a meter poco a poco hasta que empezó a meterla y a sacarla cada vez más rápido, el gozaba y yo gemía. Paró y se sentó el en la cama, me cogió en brazos y me sentó sobre su polla, metiéndomela hasta el fondo. Yo saltaba mientras nos besábamos. Pasamos folland unos diz minutos hasta que no aguantó más, se quitó el condón y me agachó, se empezó a pajear y se corrió en mi cara. Yo me levanté rápidamente, siendo yo esta vez el que mandaría sobre él, le ordené que se agachara y deposite toda mi lefa en su cara. Al final, la ducha que se iba a dar sólo, fue con compañía, antes de irnos de su casa nos seguimos besando y tocandonos el paquete, ya vestidos.