Lluisín (El último examen)

¿Qué puede pasar de extraño en un examen? Obviamente, habrá que considerar el Factor Lluisín...

¿Os costaba mucho, panda de cabrones? ¿Os costaba mucho hacer 15 comentarios a mi último relato, verdad? ¿Vosotros sabéis la de cosas horrorosas que me ha obligado a hacer Caronte para que me diera una segunda oportunidad tras no llegar a los 15 comentarios? ¡No os lo podéis ni imaginar, panda de jodidos perezosos! ¡Claaaaro! ¡Vosotros ahí, sentaditos en casa, leyendo, y a mí que me zurzan! “¿Qué más da si Lluisín no llega a los 15 comentarios? ¡Seguro que viene otro personaje con el que nos riamos más!” Pues permitidme deciros... ¡¡¡Y UNA MIERDA!!! Y como parece que necesitéis que os refresque la memoria, ahí están todos mis relatos anteriores, para que rememoréis los buenos ratos que habéis pasado conmigo, grosera estirpe de desagradecidos:

El Cabrón de la Facul:

http://www.todorelatos.com/relato/39045/

Y como dijo el Pocholo:

http://www.todorelatos.com/relato/39562/

¿No lo tienes en deuvedé?:

http://www.todorelatos.com/relato/41057/

Fútbol es fútbol:

http://www.todorelatos.com/relato/41923/

Sujeto Sexualmente Activo:

http://www.todorelatos.com/relato/46821/

Algunos hombres verdes:

http://www.todorelatos.com/relato/47358/

La oshcuda pdofecía:

El Equipo U:

http://www.todorelatos.com/relato/48184/

El primer examen:

http://www.todorelatos.com/relato/48964/

Ale, ahí los tenéis todos. En tromba. Pa' empezar. To's juntitos. 'Amos que sí. Que eso. Que ya no sé que decir. Que me he liado como la pata un gorrino...

Bueno, ahora que me fijo y me tranquilizo un poco, veo que ya son ¡NUEVE RELATOS! ¡Y con este diez! ¡Joer, toda una vida! ¡Y aquí estoy yo, sin cobrar un euro por desnudar (metafóricamente, pedazo de pervertidos) mi alma ante vosotros!... snifff... ¡Que sepas que esto es explotación, Caronte! ¡Me estás explotando, cacho fascista! ¡Cerdo capitalista! ¡Dictador de mierda! ¡Opresor imperialista! ¡¡¡FAAAAACHAAAAA!!!

Joer, qué a gusto se queda uno tras desahogarse... en fin, vayamos a lo que nos interesa.

Sombras del pasado

Como era ya costumbre, el inútil Equipo U me esperaba a la puerta del aula donde iba a tener lugar mi último examen en una hora (Hijos de puta, mira que decirme que el examen se adelantaba sólo para que estuviera presente antes de tiempo). El resto de exámenes habían pasado sin más pena ni gloria, y en todos había usado mis chuletas y en todos había respondido todas las preguntas.

  • Lluisín... ¿Tú estás seguro que vas a poder pasar sólo con chuletas?- preguntó Moni

  • Alma cándida... aquí donde me ves, he participado en trescientos cuarenta y siete exámenes y he aprobado trescientos cuarenta y seis con las chuletas.

  • ¿Cuál no aprobashte con chuletas?- inquirió Frodo.

  • Te responderé si me contestas a una pregunta...- dije, con garapullos de “El enigma de la Esfinge”

  • Vale.

  • ¿Tú por qué coño vienes con nosotros? A ver, que yo sepa, tú estabas en las clases de apoyo y te nos has acoplado como una puta lapa sin que nadie te dijera nada.

  • Esh que me abudía allí sholo... ¡Shoish losh únicos que osh habéish podtado bien conmigo! ¡No me abandonéish, pod favod! ¡Yo pdometo shed bueno! ¡Shoy un buen amigo, pedo nadie quiede ajuntadme!- estalló en desconsolado lamento el Frodo.

  • Bueno, vale, vale...- dije.

  • ¡Muchash gdaciash!- y, en exclamando esto, Frodo saltó y empezó a abrazarnos uno por uno, con todo el énfasis que podía, a la vez que repetía “¡Gdaciash, gdaciash!”.

  • Bueno, a lo que iba, pues aquél examen...

  • ¡Gdaciash, gdaciash!- me cortó Frodo.

  • Que sí, que ya, Frodo, que ya lo sabemos... pero déjame...

  • ¡Gdaciash!- me volvió a cortar dándome otro abrazo.

  • ¡Coño, Frodo, vale ya!

  • ¡Gdaciash!

  • ¡Que te estés quieto pesao!

  • ¡Gdaciash!

  • ¿Puedo pegarle?- preguntó Ximo.

  • Tranquilos... tengo una idea...- dijo la Moni, y acercándose al oído de Frodo, le susurró algo.  Algo que hizo que Frodo se quedara más congelado que los cataplines de Walt Disney.

  • ¿Qué le has dicho?- preguntó Xenxo.

  • Nada, simplemente le he advertido del precio que alcanzará el último libro de J. K. Rowling si se confirman los augurios de los expertos.

  • Eres muy lista... por eso me gustas tanto.- le dije a mi chica.

  • ¿De verdad?

  • No, me gustas por que tienes las tetas grandes, pero tampoco me disgusta tu inteligencia... En fin, lo que os contaba, el único examen que no pude aprobar...

Corría el año 2002. El euro asomaba tímidamente la cabeza porque ya a alguna que otra ama de casa le daban ganas de cortársela como la asomara demasiado. España había vuelto a pifiarla en cuartos en un mundial, el Depor le amargó el centenario al Real Madrid y por las playas gallegas se veían “hilillos de plastelina” por ahí perdidos.Yo por aquél entonces era un sonriente alumno de secundaria que no sabía lo que se le venía encima.

Y es que, mira tú por dónde, ése año conocí a mi bestia negra. No, no tenía nada que ver con Mike Tyson. Era mi profesora de Lengua. Ese ser, que no era más que una esbirra de Lucifer enviada a la Tierra a hacerme la vida imposible, se empeñó en fastidiarme durante todo el año. La muy cabrona se traía de otros colegios su fama de “cazachuletas”, y desde que la vi supe que iba a ser mi enemigo más mortal.

  • No te flipes, Lluisín.- me dijo Xenxo.

  • ¿Cómo que no me flipe? ¿Quién está narrando la historia? ¡Como si quiero decir que en cuanto entró le hice un Kame-Hame-Ha! ¡Hostia! ¡Y a callarse, coño!

  • Vale, vale... continúa.

  • Muchas gracias. En fin, a lo que íbamos. Recuerdo yo que el primer examen parcial que hicimos como si fuera ayer. Cuando estuvimos todos sentados en nuestros respectivos sitios, nos hizo cambiar de pupitre. “Mierda” pensé. “tengo un treinta por ciento del temario grabado en la madera del pupitre.”. Bueno, no pasaba nada, quedaban otros tres enclaves estratégicos...

“

Coged un único bolígrafo y dejad los estuches en el suelo.”- Dijo y yo, mentalmente, contesté:

“

¡Hale! ¡A la mierda Fernando de Rojas y “la Celestina”!”

No pasaba nada. Me quedaba la mitad del temario aún en chuletas.

“

No saquéis ningún folio. Yo os entregaré las hojas”.

“

¡Pero coño!” pensé. “¡Esta tía se ha emperrado en que yo no use chuletas! ¡Será desgraciada!”

En fin. Me restaba un veinte por ciento del temario y sólo quedaba que a la tía le diera por mirar los brazos.

“

Subiros las mangas.”- ¡Mecagüen sus muertos mareaos!

Y a ver cómo le explicas tú a la profesora por qué tienes cuatro relojes.

“

¿A qué se debe esto?”- preguntó.

“

Es que me gusta saber qué hora es”

“

¿Pero con cuatro relojes?”

“

Claaaaaro...”-respondí yo, y en un instante me llegó la inspiración.- “Uno lo tengo para ver la hora, otro lo llevo quince minutos adelantado para no llegar tarde, otro lo llevo para cronometrar y el otro... el otro por si se me gasta la pila de alguno”.- ¡Toma explicación!

“

Ya. ¿Y los símbolos escritos en las correas?”- Pues los temas del adjetivo, el dequeísmo, la oración subordinada y el lleísmo en código, tía idiota...

“

Nada. Son recordatorios”

“

¿Recordatorios? ¿De qué?”- preguntó la bruja.

“

Mira, éste dice 'Tengo que comprar el pan'. Éste, que Kofi Annan es negro. Éste, es el número de teléfono de la Clarita... Ye, ¿Qué pasa, Clarita? Esta tarde quedamos ¿No?.”- dije, girándome hacia la Clarita, que era la tía más buenorra de toda la clase y la tenía justo detrás.

“

¿Y éste?”- reclamó de nuevo la arpía gorda que nos daba clase, señalando al último de los relojes.

“

¿Ése? Pone, a ver que lo lea, 'Un reloj para dominarlos a todos, un reloj para encontrarlos, un reloj para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas...' ese reloj... ¡Essss míiiio!”- gruñí, apretándolo contra mi pecho.- “Mi teshooooro”

No te digo la de risas que sonaron en la clase. Era joven pero era casi igual de cabrón que ahora. En fin, la tía me quitó los relojes, pero tuve tiempo de aprenderme lo que había apuntado antes de que me los quitara.

“

¿Pero cómo voy a saber la hora?”- pregunté, más para joder que para otra cosa.

“

Toma”- Y dicho esto, se quitó su reloj de oro y me lo entregó para que no pudiera copiarme de las correas. Grave error. Me dieron cuarenta  euros y una piedrecita de hash por ese reloj.

En fin. Me tocaba rezar para que el examen fuera sobre los temas que acababa de aprenderme leyéndome las correas. A saber: Dequeísmo, lleísmo, el adjetivo y la oración subordinada.

“

Bueno, comienza el examen.”- dijo la bruja, digo la profesora.- “Primera pregunta: Adejetivo. Clases y grados. Dos puntos. Lleísmo. Dos puntos. Tipos de oración subordinada. Dos puntos. “La Celestina” tres personajes y la relación entre su final y su actitud. Dos puntos. Dequeísmo. Dos puntos. ¿Alguna pregunta?”

Yo levanté la mano.

“

¿Sí?”

“

¿Usted nació hombre, no? Vamos, a mí me lo puede decir, que yo no me asusto de esas cosas”...

  • Pedo entoncesh,- me cortó Frodo.- si te apdendishte losh temash de losh que iba el examen... ¿Cómo esh que shushpendishte?

  • ¿Y a ti quién te ha dicho que suspendí?

  • ¿Pero no dijishte que fue el único examen que no aprobashte con chuletas?

  • Claro. Fue el único examen que aprobé sin chuletas. No me dejó usarlas. Pero saqué un siete. No digáis cómo pero la muy puta se las apañó para bajarme medio punto la nota. ¡Me pilló una manía! Al final de curso estuvo a punto de suspenderme, pero como había aprobado todos los exámenes, el último con chuletas especiales a prueba de “La Bruja”, como la llamábamos, no pudo..

  • Puesh vaya.

  • Pues eso. Pues vaya.- respondí.

Sombras del presente

  • Bueno, cari.- me dijo la Moni (¿Quién si no me iba a decir “Cari”).- En cinco minutos empieza el examen. ¿Preparado para aprobar Literatura de los Siglos de Oro?

  • Por supuesto, Moni. Tengo todo el temario en... eh... un momento. ¿Qué asignatura has dicho?

  • Literatura de los Siglos de Oro. ¿Por?

  • ¿Cómo que “por”? ¡¿El examen no era de Literatura Medieval?! ¡Mierda, mierda, mierda!

  • ¿Literatura medieval? ¡Pero si tú no tienes esa asignatura en este trimestre!

  • ¡Ay que la he cagao!- me acojoné.- ¡Ay que me he hecho las chuletas que no debía! ¡Ayayayayay! ¡Ay qué mal rollooooooo!

  • Tranquilo tío. ¿No sabes nada del temario de Literatura de los Siglos de Oro?- intentó tranquilizarme Ximo.

  • ¡Si no sabía ni que tenía esa asignatura!

  • ¡Eso te pasa por no ir a clases!- me dijo Xenxo.

  • ¡vete a la mierda! ¡Joder, qué no quiero suspender! Moni... ¿Me dejarás suspender una?

  • No. Te dije que si no aprobabas todas, nada de tiki-taka.

  • ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Mala mujer!

  • Tranquilo, Lluisín. Tengo una idea.- dijo Xenxo.

  • ¡Eshperad!- gritó Frodo.- ¡Yo puedo ayudaros! Con esta capa negra que tengo aquí me convierto en... ¡Shombda oshcuda!- y nada más decir eso, se puso una capa negra que le quedaba muy friki, la verdad.- Cuando me pongo eshta capa, logro volvedme invishible a losh ojosh de la gente... Ahoda me veish...- se tapó completamente con la capa.- ¡Ahoda no!- se destapó.- ¡Ahoda sí!- volvió a taparse.- ¡Ahoda no!... ¿Donde eshtoy? No podéish vedme...

  • ¿Puedo pegarle?- preguntó, muy solemnemente, Ximo.

  • ¡Todo tuyo!- contestamos los tres y, acto seguido, Ximo descargó un mamporrazo a la capucha negra de Frodo y lo dejó inconsciente, o muerto... nunca lo supimos bien. Como tres minutos después se levantó, yo sigo pensando que sólo lo dejó inconsciente, pero no estamos muy seguros.

  • Bueno, Xenxo, ¿Cuál era tu plan?- pregunté, angustiado, viendo cómo toda la gente empezaba a llegar.

  • ¡Ah, sí! Moni, dame tu Mp3...

  • ¿Qué le vas a hacer?

  • ¡Coño, Moni, dáselo, que me muero, digo, que suspendo!

  • Está bien. Pero que sepas que lo hago por ti, cariño. Que yo por ti hago lo que sea necesario y...

  • ¡MONI, COJONES! ¡DÁSELO DE UNA PUTA VEZ!- me desesperé.

  • Ay, niño... vale, ya se lo doy. Toma.- dijo, haciéndole entrega a Xenxo del dichoso reproductor de Mp3.

Xenxo puso el reproductor en el banco, y de un certero golpe de mano, lo rompió en mil pedazos. Traté como pude de esconder mi alegría al ver perderse esas malditas canciones de Bisbal, Prince, Jon Bon Jovi, los Backstreet Boys, y demás “niños monos” del mundo de la canción.

  • ¿QUÉ HACES?- Afortunadamente, Ximo estaba preparado para la reacción de Moni y, en cuanto mi chica intentó lanzarse a la yugular de Xenxo, la agarró, impidiendo que destrozara a zarpazos y dentelladas a mi pobre amigo.

Sólo dos minutos después, Xenxo había conseguido hacer un equipo transmisor-receptor usando la dentadura de Frodo como receptor. Yo sólo tenía que ponerme el pequeño auricular y, desde fuera, y con el libro que le mangué a mi compañero Joseba de la bolsa, Xenxo podría soplarme las respuestas.

  • ¿Pero cómo sabremos qué temas hay que soplarte?

  • Todo controlado.- dije yo.- Me pongo cerca de la puerta. Vosotros váis diciéndome temas y, cuando lleguéis al que me toca, pegaré un cacho estornudo y vosotros, lentamente, me váis dictando el tema... ¿Vale?- Y todo el mundo asentía...

En fin, la profesora llegó y me metí en la clase... esa profesora... me resultaba extrañamente familiar... cuando, tras explicar la dinámica del examen, dijo aquello de “¿Alguna pregunta?” y yo levanté la mano, supe de qué me sonaba.

  • ¿Sí?

  • Esto... ¿Usted nació hombre, no?  Vamos, a mí me lo puede decir, que yo no me asusto de esas cosas...

  • ¡TÚ!

  • ¡YO!

  • ¡Enséñame los brazos!- con parsimonia, le enseñé mis brazos desnudos. Los seis relojes con chuletas los había dejado fuera, ya que no los iba a necesitar. - ¡Los camales del pantalón!- dijo a continuación, tras ver que de las chuletas no quedaba ni huella.

  • ¡Claro! ¡Y luego le hago un Strip-tease mientras las últimas filas hacen la ola! ¡No te jode! Por favor, señora... que las chuletas son cosa de niños y desesperados. Llevo años sin usar ni una..- Hay que ver lo bien que se me da mentir. Joer, yo en política me forraba.- Por cierto... ¿Puede dejarme un reloj? Es que los míos se me han perdido...

Bueno, la tía, que no m dejó ningún reloj para calcular la hora, la tía avariciosa, se quedó mirándome fijamente durante todo el examen, para pillarme copiando de alguna chuleta, pero sin tener ni idea de que, en el oído contrario, tenía yo mi pequeño receptor de radio, lo que hacía que no necesitara chuletas...

  • Antipetrarquismo...- me iba diciendo Xenxo.- Avances de la poesía renacentista y géneros poéticos cultivados... innovaciones italianas...- ¿Pero de qué coño me hablaba ese tío? ¿No se habría equivocado de libro, mira que en el examen no ponía nada de eso...- Boscán y Garcilaso...

  • ¡AAATCHÍS!- por fin algo que salía en las preguntas.- Perdón, es que hay corriente.- dije para disimular, sacándome un pañuelo y sonándome la nariz mientras apuntaba lo que me iba dictando Xenxo.

Y cada diez minutos más o menos, se repetía la escena. Estornudaba, me sonaba, y completaba una pregunta.

  • ¡A ver! ¡Enséñeme ese pañuelo!- me gritó la profesora, creyendo que me copiaba del pañuelo.

  • ¡Joer, tía! ¿Quiere ver mis mocos? Había oído de depravaciones varias, pero excitarse viendo mocos está, sin duda, entre las tres primeras (deberíais oír las depravaciones que yo he oído. No olvidéis que soy el personaje de un niñato gilipollas degenerado).

La tía, muy convencida ella, me confiscó el pañuelo. Pero como Xenxo acababa de dictarme la última pregunta, no me importó en absoluto. Con gesto serio, me levanté, entregué el examen y salí de clase.

Frodo, Xenxo, Ximo y Moni me miraban atentamente salir con mi gesto serio y mirando al suelo... de repente, cambié el gesto, sonreí y me abracé a mis colegas.

  • ¡Campeones, campeones, oeoeoeeee!- gritábamos, abrazados y haciendo corro. No preguntéis por qué gritabamos “Campeones”. Hay cosas que es mejor no saber.

  • ¡Aprobado! ¡Aprobado! ¡Aprobado!. Gritaba yo, más feliz que una perdiz.

  • Lo hemos conseguido, ¿Eh, Lluisín?- Dijo Xenxo. Claro... “Hemos”... ¡Qué pronto se asignaba la gente un triunfo que tanto me había costado!

  • Bien hecho, cari. Te espero en casa...- me dijo mi churri, besándome tiernamente en la mejilla antes de marcharse por el pasillo de la Uni.

  • Bien cari... Bueno Frodo, ¿Te ha gustado el...?- en ese instante, mi mente se quedó petrificada, como si me hubieran preguntado quién fue el primer hombre en echar un meo en el espacio. A los dos minutos, salí del trance- ¡Un momento!

  • ¿Qué pasha, Lluishín?- me preguntó él.

  • ¿Moni me ha dicho que me espera en casa?

  • Shí...

  • ¡YUJUUUUUU! ¡TIKI-TAKAAAAAA!- berreé, y de la emoción besé al primero que se me puso delante, en este caso Xenxo.

  • ¡Tío asqueroso! ¡Que estos besos no se dan con lengua!

  • ¿Qué le pasa?- preguntó Ximo...

  • ¡TIKI-TAKA! ¡TIKI-TAKA!- gritaba yo, por los pasillos de la Universidad, y corriendo hacia la casa de Moni.- ¡TIKI-TAAAKAAAAAAAAAA!

Y hasta aquí llegaron mis exámenes. Creo que sobra decir que lo aprobé todo todo todo, y además con buena nota. Bueno, desde entonces vivo casi encerrado en el piso de Moni... ¡Joder qué tía! ¡El hambre que tenía atrasada! ¡Ahora se lo está cobrando con intereses! No me ha dejado salir de la habitación en dos días a base de tiki-taka. Me miro al espejo y para mí que he adelgazado lo menos diez quilos (y eso ya era difícil). Me he podido escapar, entre polvo y polvo, para escribiros esto... ¡Dios! ¡Allí está otra vez! ¡Ya viene a por mí! ¡Y en pelotas! ¡Pero cómo está la jaca! ¡Me va a dejar más seco que la tortilla de mi madre!

Sí, un momentito, Moni... espérate que tengo que... ¡No! Espérate... ¿Cómo que siga con lo que estoy haciendo mientras tú empiezas? ¡Hala! ¡Toda para ti! ¿Pero dónde te la metes, cari? ¿Cómo que “tampoco es tan grande”? ¡Bartolín es el más grande! ¡Hostia qué gusto! ¡Vale , Bartolín tiene el tamaño que tú quieras!

Bueno, gente, que... que os dejo... y si... Joder, qué arte tiene la condenada... ¡Ooooh!... que eso, que si salgo vivo de estaaaaaaaa.... pueeees... pues seguiré contándoos mi vida... ¡Joder Moni! ¿Quién coño te ha enseñado eso? ¡Vuelve a hacerlo!

Hasta pronto... y ¡Felices fiestas! ¿Cómo que qué fiestas? ¡Las que haya, copón!

PD: Espero que el webmaster sepa arreglar lo de la letra movida. Ah, y recordad: “Winners don't use chuletas”