Llevado por mi personalidad, obediente y humilde

Me duele y escuece, gesto que es real y para nada fingido, pues mi orificio no está preparado aun, no ha utilizado nada para comenzar a dilatarlo, ni tan siquiera saliva.

Llevado por mi personalidad, obediente y humilde

Siempre he dicho que para me comprendáis, debéis de saber mucho más sobre mí, yo he sido de esos que aprende las cosas desde pequeño, muchos dirían desde mi etapa adolescente, pues con trece años me inicie, pero no me refiero solo en referencia al sexo, sino en mi búsqueda de mi persona. Buscaba soluciones a una falta de pubertad, donde mi personalidad va adaptándose, llegando a asumir mi síndrome y con el tiempo mis facetas. Diréis que me repito mucho y es verdad, pero también debéis de saber que muchos de vosotros me preguntáis...

  • “¿Qué es?, ¿Cómo lo he tenido?, o ¿Cuándo se me diagnostico?”.

Preguntas que explico de una manera sencilla. Comenzando por la primera. Sobre... ¿Qué es?, podría decir que es un trastorno genético en el cual nací con un cromosoma X de más, y en referencia a... ¿Cómo lo he tenido?, pues es algo sencillo, una carambola del destino, ya que no es hereditario, simplemente de un error genético después del embarazo. Y en referencia a... ¿Cuándo se me diagnostico?, debo deciros que inicialmente eran diagnóstico, pero el médico ignoraba las causas, siendo en todos los efectos con diecinueve años, edad que lo había intuido.

En comparación con otros niños de mí, edad, debo decir que yo nací con unos niveles bajos de testosterona, era obvio, ya que mis testículos no se habían desarrollado aun, teniéndolos aun internos y motivo por él no podía producir esperma. Entre otros síntomas, debería decir que tenía una masa muscular reducida, presentando una visible debilidad muscular, ya que era visible mi falta de fuerza muscular en piernas y brazos. Y entre otros síntomas, podría decir... estatura alta, caderas más anchas y la cintura más ajustada, nada de vello facial y corporal, senos más desarrollados (debido a una afección llamada ginecomastia), y pene de menor tamaño entre otras cosas. En resumidas cuentas, todo debido a mi retraso de la pubertad por no decir pubertad incompleta.

Y en referencia a lo social, era de esos chicos que decían que no debería de dar problemas debido a mi síndrome, pero en este caso, creo que fui una excepción, ya que daba la sensación que era uno de los que más sobresalía (quizás esa era la idea). Mi personalidad era de ser un chico tranquilo y calmado, soliendo ser generoso e incluso apreciado, pecado mi timidez, sensibilidad e ingenuidad, derrochando inocencia. Pero mi punto flaco era mi inseguridad, pues dudaba y vacilaba, mostrándome en muchas ocasiones menos activo o sea más pasivo, y por el otro lado, gracias a mi personalidad tranquila me mostraba más obediente, manejable e incluso dócil (sumiso).

Y explico todo esto, debido a mi comportamiento cuando se me acercaba algún hombre, pues cuando me veían hay solo y en un lugar apartado de la vista, sobre todo de curiosos y mirones. Lugar que me iba para lo obvio, no siendo eso más que poder masturbarme sin ser molestado, pero los que curioseaba me asechaban como buitres, no siendo yo otra cosa para ellos que algo prohibido a poseer.

Y a raíz de este momento es cuando comienza todo, viéndome atraído por una sensación extraña, una mezcla de curiosidad y morbo, una sensación que a pesar de quererla rechazar, te embriaga de tal manera que quieres saber más. Y eso que en esos momentos aún no había comenzado realmente nada, solo era encuentros con un hombre de la edad en torno a mi padre, persona que me daba conversación y ofreciéndome amistad. Siendo de alguna manera algo fraternal, son sensaciones extrañas, donde sabes que no debes de hacerlo, pero que en el fondo no podemos dejar de hacerlo.

Convirtiéndose en obsesiones sexuales como si fuera una droga, situaciones que te dices a ti mismo que no volverás a hacerlas, pero que finalmente vuelves a caer, no porque surjan de forma esporádica sino porque realmente lo busco. Situaciones que a la larga de alguna manera me avergüenzan, haciéndome a la idea más por mi entorno de que nadie debe de saber mi secreto, sabiendo de sobra que esto me puede aislar ante los demás. Pero con el tiempo, no solo me avergüenzan esta situación, sino el tener pensamientos sexuales con estos hombres, pensamientos que considero perturbadores.

Desde que comienzas, averiguas ya sea por oídas, comentarios o charlas en la escuela, sobre situaciones vergonzosas, situaciones que si no sabes resolver se convierten en obsesiones, tomando estas diferentes normas. Siendo una de las más comunes, aquella que está relacionada con la homosexualidad, como la de un niño que podría estar preocupado por tener pensamientos, deseos o haber hecho algo sexual, ya sea con o sin consentimiento. U otras obsesiones sexuales, donde es tema tabú, tema como el incesto o la pedofilia, temas que no muestro deseos, pero que si me tuvieron perturbado por lo que era en verdad. Deseando decir a los cuatro vientos que los infortunios son los que nos marcan, una mirada un gesto, unos detalles, convirtiéndose inicialmente en anécdotas, costumbres que el tiempo las encajo en experiencias.

Anécdotas que debo deciros que las tengo de todos los colores como suele decirse, anécdotas que más son experiencias que otra cosa, algunas te marcan, pero con el tiempo comprendes que son para enmarcarme, podría contar infinidades de ellas. Pero comenzaré por mentaros, como aquella en la cual no había logrado la mayoría de edad, estando con mis padres de vacaciones por un pueblo de la sierra. Nos dio por hacer senderismo, acabando por entrar en un bar para tomar algo, donde percibes las miradas de más de uno, divisando como más de uno me mira de una forma diferente. Vistas que inicialmente creí que iban dirigidas a mi hermana, pero las miradas lascivas me hacen comprender que no eran así. Yo estaba nervioso, sentía que iba a suceder algo, como aquellas veces que, sentado en esa glorieta en el interior del parque, algunos de esos curiosos merodeadores me iban a agasajar. Es una mezcla de morbo, tabú y un 'no sé qué', difícil de explicar, pero que me hace estremecerme con solo pensarlo.

Mis padres tras tomar algo, descansar y reponer fuerza, acabamos por marchamos, saliendo del bar y a escasos diez metros, presintiendo que algo me iba a perder, tuve que reaccionar con rapidez. Dándome por mentir a mis padres, decirles que debía volver al bar, explicándoles que es debido a una urgencia estomacal, cosa que mis padres me hacen ver que fuera, finalizando por hacerme ver que me esperarían en el parador.

Y entonces es cuando regrese solo al bar, nervioso me acerque a la barra y sabiendo de sobra la respuesta a mi pregunta, aun así, le pregunte por donde estaban los aseos, pregunta que algunos de aquellos que me miraron anteriormente, no dejaban de mirarme, sintiendo como me desnudaban con sus ojos. Acabando por dirigirme a los aseos, entre y observé que había tres urinales de pie, tres lavabos y dos cabinas, acabando por dirigirme hacia la cabina del fondo. Entre y cerré la puerta sin cerciorarme antes de que, si tenía pestillo o no, cosa que me di cuenta de que no tenía. Aun así, cerré la puerta, me bajé los pantalones y calzoncillos, sentándome sobre la taza del váter, esperando los acontecimientos mientras sentía que mi corazón estaba oprimido, sensación de que iba a pasar algo. Y pasando unos minutos y darme cuenta de que las ganas se me habían pasado, minutos que escuché la puerta abrirse al aseo, escuchando los pasos de alguien.

Y en minutos mi corazón casi se me sale del interior de mi cuerpo, cuando esa puerta de mi cabina se abre sin esperarlo. Cuya persona era uno de esos que previamente había visto en el interior del bar, extraño que sin decir palabra coge y me agarra de mis pelos, zarandeándome un par de veces, riendo mientras me agitaba una vez tras otra. Acabando por darme cuenta como mientras que con una de sus manos me trataba como un ‘pelele’, con su otra mano se sacaba su miembro del interior del pantalón. Pollón que me pego a los labios, pues impedí que me la metiera en la boca, advirtiéndome este...

  • “Podemos hacerlo por las buenas o por las malas, pero de una manera u otra al final cederás”.

Cayó y sigo resistiéndome, volviéndome a decir...

  • “Si gritas, tendrás aquí a todo el bar y diré que me estabas intentando robar, cosa que al no conocerte... adivina a quien creerán, pero te diré que cuando salgas de aquí, no solo saldrás señalado, sino que serás objeto de mofa, odio e ira del pueblo, bueno no solo tú sino también tus padres”.

Viéndome a mí mismo cooperar, permitiendo que su polla entrara en mi boca, comenzando a chupársela, mientras este tiraba de mi camiseta hacia arriba y lograr sacármela por la cabeza. Chupo y lamo su glande, ayudándome con mis manos, siguiendo indicaciones suyas, fingiendo mi total ignorancia en este acto, mientras escucho sus alabanzas.

Le miro con sigilo, no deseando violencia por su parte, pero mientras le chupo su capullo e ir permitiendo que su tronco se aloje cada vez más dentro mi boca, comienzo a sentir como uno de sus dedos presiona mi orificio anal. Me duele y escuece, gesto que es real y no fingido, pues mi orificio no está preparado aun, no ha utilizado nada para comenzar a dilatarlo. Gesto de dolor que advierte y tras escupir hasta por dos ocasiones en su mano, impregna estos jugos entre mis glúteos, esparciéndolo bien por mi orificio, ayudándose por uno de sus dedos y en minutos son dos los que me perforan. Acabando esté minutos después por apartarse de mí, sacando su miembro babeante del interior de mi boca, dándole por desnudarme del todo, dejándome con tan solo mis calcetines. Quedándose inmóvil mirándome, soltándome...

  • “Aún no te empalmas, eso significa tres cosas, una que este tipo de sexo no te va, la segunda que prefieres otro tipo de sexo, y la tercera que deseas un trío”.

Suelta y comienza a reír sin dejar de mirarme, mirada que me avergüenza y me siento humillado. Volviendo este a decirme...

  • “Pero no te preocupes hombre, aún eres muy pequeño para saborear estas cosas, pero tu tranquilo... tiempo al tiempo”.

Dice y haciéndome tumbar sobre la misma taza del váter, me toma mis piernas y se las pega a su cuerpo, cogiendo su polla y tras colocarse un preservativo, coge y lo dirige a mi orificio. Viendo como este me la mete con cuidado, sintiendo como molestias y al principio con dolor, como aquella polla me entraba poco a poco, llegando a sentir al menos la mitad dentro de mí. Sonriente este viejo, me miraba con deseo, dirigiendo una de sus manos hacia mis pezones, comenzando a deslizar las yemas de sus dedos, caricias que hicieron que mis pezones se me endurecieran, comenzando acto seguido por pellizcármelos.

Tras un buen rato embistiéndome, acabo por hacerme saber que se iba a correr, sacándola con violencia y con rapidez, quitarse el preservativo y soltar algunos chorros, chorros que cayeron sobre mi miembro, mi pecho y que el resto me hizo tragar en su totalidad. Y cuando este finalizo... se marchó, dejando ahí sentado sobre la tapa del váter desnudo, alucinado por la experiencia y el trato dado. Estaba confuso por lo sucedido, pero al mismo tiempo alucinado, mientras aún sentía el sabor de su semen en mi boca por no decir en mi interior, cuyo orificio me dolía aún y sentía como su corría resbalaba por mis muslos. Y recordar lo que este me soltó cuando se marchaba...

  • “Hasta otra nenaza, espero verte otro día”.

Cuando salí y me marché del bar en dirección al parador, mis padres me habían extrañado debido a mi tardanza, quedándose algo más tranquilo tras justificar mi parsimonia. El resto del día, me la llevé pensando en lo sucedido, ni se me ocurrió que hubiera sido una violación, ni algo forzado, aunque lo pareciera, pues en verdad lo deseaba. En mi mente en ese baño pensaba en la idea de qué entrará alguno de esos, me recreaba en lo que podría pasar, sintiendo mi polla ponerse morcillona con esos pensamientos tan lujuriosos. Recuerdos que llegue a masturbarme hasta en tres ocasiones, llegándome incluso a introducirme en mi dolorido orificio, el bote del desodorante, pues se asemeja mucho a un miembro.

Recuerdo que el resto de la semana, nos lo pasamos en familia haciendo rutas y disfrutando de los paisajes, haciendo senderismo de aquí para allá, dejándome a mi aire por las tardes. Tardes que me daba por pasear por el bosque, adentrándome por unos caminos, caminos que en su día encontré un edificio abandonado casi en ruinas. Edificio que me hizo recordar los que hay en Sevilla, edificios que son utilizados sobre todo para realizar cruising, eso me ponía mucho. Y uno de esos días le eché huevos, día que me atreví a entrar, aunque esos huevos en verdad estaban en mi cuello, me ponía mucho deambular solo y aún más que me saliera alguien.

Llegas y me encuentro con ese edificio, viejo y abandonado, lleno de pintadas y de basura por no mentar los excrementos, recorro estancias y pasillos, no encontrándome a nadie a pesar de escuchar ruidos. Cuando no muy lejos veo un tío de aspecto mayor, persona al cual hice que me viera, dando a parecer que me marchaba, pero que en verdad lo tanteaba. Camine hacia otra estancia de ese edificio en ruinas, topándome con esta persona, extraño que me miraba con deseo, digo esto porque una de sus manos se magreaba su entrepierna, dándome por hecho como estaba y que deseaba.

Me hice el ‘sueco’, pero este se me acerco, comenzando a darme conversación, no le rehuí y respondí a algunas de sus preguntas, estaba acojonado, pero al mismo tiempo excitado. El morbo me atrae de una manera que no puedo explicar, siento como la posible situación me embriaga, dejando que siga su curso a expensas que no acabe en nada. Pero cuando ese hombre me abrazo y me oprimió contra su cuerpo, como con rapidez adivina sus intenciones, y más aún cuando sus manos, agarran ambas mis glúteos con fuerza, llegando a sentir sus dedos presionar mi orificio... uuummm!!.

Hombre que no perdió el tiempo y que me presiono a modo de que me agachara, oprimiendo mis hombros al tiempo que con su otra mano sacaba su miembro del interior de su pantalón. Comencé a lamer su glande y darle bocaditos, este se estremecía y medio por incorporarme, quedándome de pie, pero inclinado, postura que este comenzó a jugar con mi orificio, sintiendo como sus dedos perforaba mi orificio... ooohhh!!. Extraño que poseía una buena polla, hombre que, forzándome a tragármela entera, no pude evitar rozar mis dientes, sacándomela de vez en cuando para recibir una bofetada seguida de una advertencia, volviendo a la tarea. Desconocido que me decía mientras se la chupaba...

  • “Ostias que bueno estás cabrón, como me la chupas...”.

Dice mientras de reojo veo como saca el cinturón de las hebillas del pantalón, cinturón con el cual me lo coloca en el cuello, quedando este como una correa, tirando de esta a modo de obligarme a tragar más. Volviéndome a decir...

  • “Uuuffff!!, como me ponen los chicos como tú, dime... ¿Te gustaría sentirte una nena conmigo, para pasar buenos ratos?”.

Pregunta que no respondo, no porque no me interese sino porque estaba liado con ese pollón. Volviéndome a proponer...

  • “Vente conmigo, y pasaremos buenos momentos”.

Y ante mi silencio, me hizo parar, sacándome su polla de mi boca, mirar de un lado hacia el otro, caminando en una dirección al tiempo que tiraba del cinturón, obligándome a seguirlo. Entrando en una especie de dormitorio, dando por hecho que es el suyo, el cual me pide que me desvista, cosa que hago delante de él, y observando como este se recrea. Preguntándome por mi edad ante la falta de vello en todo mi cuerpo, sintiendo como una de sus manos acaricia mi silueta, caricia que me pone los vellos de punta. Y que este le gusto, soltándome eso de...

  • “Tienes un cuerpo muy femenino para ser un chico, no crees...”.

Manteniéndome callado, no queriendo entrar al juego, simplemente me dejo llevar por él, acabando por hacerme tender sobre una especie de mesa, levanta mis piernas, escupe en su mano y sus dedos impregna mi orificio, comenzando a dilatármelo, mientras me ve como me estremezco. Acabando por tomar su polla y dirigir su glande hacia mi orificio, capullo que presiona y comienza a entrar poco a poco, gimo y me quejo, pero este no se detiene, presionando hasta tener dentro al menos la mitad. Deteniéndose escasos minutos, comenzando a embestirme con fuerza, penetrándome como ‘alma lleva el diablo’, mientras jadeo y protesto. Este juega con mis pezones, pellizcándomelos y retorciéndomelos, preguntándome...

  • “Tus padres saben que estás aquí”.

Respondiéndole negativamente, volviendo este a preguntar...

  • “Y saben lo que le gusta a su niñito o aún ignoran que están criando a una nenita, aunque más de uno al verte lo demos por hecho, pues solo con verte darías el pego”.

Y sin poderlo evitar, comienzo a correrme, mientras este hombre me posee entre risas burlonas, comentarios por la rapidez de mi orgasmo o el poco aguante, escasa corrida que este recogió con sus dedos y darme a saborear. Volviéndome a proponer...

  • “Que me dirías si te propongo vernos otro día por aquí, como vez tengo sitio e incluso ropita para vestirte de nena, podríamos pasarlo muy bien... te lo aseguro”.

Dice y ante mi silencio, acaba sacándomela de mi dolorido orificio, levantarme y bajarme de la mesa, viéndome como me inclina sobre esta, separando mis pies y volver a sentir su verga dentro de mí. Pero en esta ocasión no ha tenido tanta consideración, pues de una embestida me ha penetrado hasta los mismos genitales, sintiendo un gran dolor como si me hubiera rasgado, sintiendo como su glande golpea mi próstata una y otra vez. Volviéndome a preguntar...

  • “Y entonces... ¿Qué me dices?, dime, contéstame, si aceptas... te trataré como una reina, puedes confiar en mí y te lo puedo demostrar”.

Finalizando quince o quizás veinte minutos más tarde, sacándola de mi interior y buscando mi boca para acabar, quedando gran parte sobre mi pecho y rostro. Esa tarde, me quede con él un rato más, no solo para descansar o asearme, sino disfrutando de su polla, chupándola y lamiéndola, mientras escuchaba como me advertía...

  • “Como me la levantes, vas a tener que cumplir otra vez, ¡y no tendré tanta consideración... eeehhh!!, pienso inmovilizarte... amarrarte de brazos y piernas a la cama, follarte hasta preñarte y que me des una contestación”.

Regresando casi al anochecer, justificándome con la mitad de una ‘amiga’, mentira, pero sabiendo de sobra que al decirle que era una chica, me dejaran tranquilo de seguir preguntándome. Mientras en el baño comienzo a masturbarme con los recuerdos de esa experiencia, recuerdos que se extenderá a la noche, e incluso en días, ya que dos días después nos marchamos. Bueno os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).