Llegué tarde a comer...

Cuando estando en la oficina vi que llegaba..., no pensé en que lo pasaría tan bien..., y por lo tanto llegué tarde a comer..., y la paella que había hecho mi suegra se enfrió...

Queridos amigos, si el orden es el preciso, este relato hará el número cien de los publicados y eso quiero celebrarlo con una mañana especial..., la mañana de aquel sábado en la oficina en el sofá de mi despacho con Azucena la nueva secretaria administrativa...

No sé si algunos lo saben..., follar de día es mucho más beneficioso que de noche... Las endorfinas por las noches nos hacen descansar..., pero por el día nos ponen eufóricos...

Follar de día con Azucena es para enmarcarlo..., y recordarlo para toda la vida...

Les propongo recordar el pasado..., hace unas dos semanas...

¿Se acuerdan del relato de título: triplete rápido en el servicio...?, que era la continuación del relato titulado... “El orgasmo de Azucena gana la medalla de oro...”

Pongámonos a la tarea...

En el relato previo, como recordaran besaba a Azucena mientras íbamos torpemente hacia el sofá...

Me la había follado el viernes anterior dos veces..., una durante dos segundos en el baño de nuestra oficina y otra durante dos minutos en el baño de la cafetería...

Llevaba Azucena como recordaran varios meses sin follar y habíamos quedado aquella mañana de sabado en la oficina para decirnos todo lo que deberíamos decirnos y en su caso follar de verdad hasta hartarnos...

Cuando caimos abrazados en el sofá no hablábamos, simplemente nos besábamos..., apasionadamente.

Como pudimos nos quitamos la ropa el uno al otro...

Una vez desnudos, comenzamos a disfrutar de verdad...

Realmente no la había vista desnuda completamente en ninguna de las dos folladas rápidas anteriores..., pero me daba cuenta de que a pesar de los hijos, Azucena tenía un cuerpo perfecto y un coño especialmente atractivo..., y sus pechos además de proporcionados eran extremadamente sensuales como había intuido el día antes...

Cuando se abrió de piernas y me ofrecio su coño para disfrutarlo, no podía esperar que su sabor fuese tan sugerente...

Cada lamida me hacía entrar en éxtasis y cada vez que se corría..., su cuerpo entre mis manos vibraba de placer...

-       Que necesitas Azucena..., le pregunté...

-       A ti..., hoy...

Esa contestación me había dado la información suficiente para continuar en una línea determinada..., que era disfrutar absolutamente del momento...

Después de hacerla correr media docena de veces, le metí mi polla que estaba a punto de reventar y escupir leche caliente dedicada a esta amante especial de tan solo un día...

Cuando se corría como una bellaca..., no pude dejar de soltar un golpetazo de leche dentro de su coño..., que accionó en ella un acto reflejo de agarrarme y besarme como si fuera el ultimo polvo de dos enamorados que saben que el destino los separara irremediablemente...

Durante más de cuatro horas,  follamos y follamos, como animales sensuales y lujuriosos...

Cuando las tres de la tarde se aproximaban y el cansancio hacia mella en nuestros cuerpos, teníamos que despedirnos... La excusa de la oficina tenía un límite horario...

Algo triste..., me dijo...

-       Amo a mi marido..., pero te deseo ahora mismo a ti..., ¿qué tendría que hacer?...

-       Estar con los dos, le respondí... Ama a tu marido y fóllame a mí...

-       De acuerdo...

En eso quedamos y mientras el futuro nos abría el camino..., seguiríamos viéndonos y disfrutando de un sexo muy especial...

Azucena es una mujer perfecta..., pero casada y con hijos..., con sentido de la maternidad que tienen que alternar con su sexualidad, que claramente estaba hoy en primer lugar..., pero quien sabría su orden mañana...

En todo caso..., hay que ser práctico y disfrutar del día a día..., y aquel coño maravilloso deseaba volver a comerlo, al igual que saborear su boca, sus tetas...,  y su increíble coño caliente y apetitoso...

Ya les contaré las novedades con Azucena...

Nos despedimos y tendría que ir a discutir con mi suegra, pues la paella ya estaría pasada...

Les recuerdo que el relato siguiente después de este que acabo de relatarles, corto pero intenso es el titulado. “Incansable tarde con mi amante pelirroja”...

Ese mismo sábado en que me había hartado de follar a un gran mujer, amante y persona de nombre Azucena, me follaría a una bestia humana viciosa pelirroja..., y perfecta amante de nombre Montse...

Hubiese deseado una mezcla entre ambas para tener la mujer perfecta para mí toda la vida...

Hasta pronto.

PEPOTECR