Llegaras!

estas palabras no son poesía, son noches de nostalgia y sin sabores de la soledad, grabadas en letras....

Ayúdame a encontrarte, para que llenes de tu presencia mi soledad,

eh emanes de tus momentos, locuras, risas, llantos,... que impregnen mis silencios,

y no me dejes pensar en el mundo real, que me dedicare hacerte feliz, amarte solo a ti.

Quiero la primavera, la primavera eterna, para hacerla vivir en ti y que llenes,

mi mundo de soles y color verde, descubrir tus montes y llanuras que nacen de ti,

morir bebiendo del agua fresca naciente de tus labios, y saber a que sabe tu ser,...

cuerpo del pecado humano.

Déjame buscarte, para que mis brazos tengan por fin a quien cobijar,

en esas noches, que el frío cuela por los huesos y que la cama se hace gigante,

al intentar descansar, haciendo recuerdo amargo de mi penosa realidad.

Reloj del tiempo, de minutos, horas, días, meses, años, si pudieras hablar,

si gritaran tus manillas, para acallar mis dudas, de ¡cuanto falta para llegue a mí¡,

es que la soledad duele, ya no es tan grata, o complaciente como antaño,

y hoy marca como al patrón al ganado.

¡Hay cuanto daría!... por saber que haces, piensas o sueñas tú,

y si a paso lento o ligero te aproximas a mi encuentro,

que de desvelos vivo añorándote, fantasmas del presente, espejismo del futuro.

¡Dios dame una señal!, de cómo saber si le encontré, o ya esta en mi camino,

y si le estoy dejando ir de mí,... para poderle retener por siempre...

que mi corazón y la razón, necesitan entregar este amor que tengo,

es que me siento a punto de explotar de tanto sentimiento.

¡Dame esperanzas!, las mismas que té eh pedido, desde que tengo uso de razón,

concédeme el permiso... el privilegio de un buen amor.