Llámala Furia Cap 2
Segunda parte de una historia extraña, llena de sangre, y sucesos extraños... espero les guste y comenten
Capítulo II
El azote de los recuerdos perturbaba el sueño de Cassandra, haciéndola sudar profusamente mientras se agitaba y gemía de terror, su mente proyectaba con crudeza cada imagen, cada sentimiento, cada punzada del dolor vivido en tan poco tiempo.
Dos golpes en la puerta la sacaron de su pesadilla, aunque cuando termino de abrir los ojos y verse en esa habitación del motel, no estaba segura de que realmente ese mal sueño hubiese terminado.
Con temor, se acerco furtivamente hasta la puerta, no sabía si era posible que la hubieran conseguido tan pronto, pero no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.
Quito el seguro con sumo cuidado para no hacer ruido y tomo con su mano izquierda el pomo de la puerta, su plan aunque valiente, carecía de toda precaución lógica, y aunque lo sabía, su confundida mente no le daba para pensar en otra cosa más que intentar sobrevivir por todos los medios.
Abrió la puerta de golpe cerrando sus ojos y se abalanzo con todo el peso de su pequeño y delgado cuerpo contra lo que fuese que estaba al otro lado de la puerta.
Su propio grito se confundió con otro aun más agudo, mientras un fuerte impacto hizo que ambos cuerpos cayeran pesadamente frente la habitación.
Las toallas y control del televisor que había olvidado darle al momento de entregarle las llaves de la habitación habían volado por los aires con la embestida brutal de la pequeña y delgada huésped, la chica encargada del motel se golpeo fuertemente con el suelo, y aunque tuvo la suerte de que su cabeza no sufriera daños permanentes, estaba completamente desorientada cuando vio el rostro de su asaltante.
Lejos de enrojarse, solo podía envilecerse al encontrarse de nuevo con los ojos dorados de Cassandra.
-Dis… disculpa, no tengo palabras, pensé que eras otra persona.- Se excusaba Cassandra, mientras rápidamente se incorporaba y recogía el control y las toallas de la encargada tendiéndole la mano al final para ayudarla a levantarse.
-Si así saludas a tus amistades, ya veo porque viniste sola.- Se quejo la encargada mientras dudaba entre aceptar o no su mano, aunque al comprobar que no podría pararse sola, la acepto, sorprendiéndose de su fuerte agarre, y como prácticamente la levanto sin casi esfuerzo.
Cuando estuvo de nuevo cerca del rostro de su huésped, la encargada pudo ver claramente como sus ojos dorados, cambiaron en decimas de segundo de nuevo a un marrón muy oscuro, aunque esta vez no la asusto.
-De nuevo discúlpame, generalmente no soy así, solo que… he tenido un par de días muy malos.- Termino de decirle Cassandra, mientras pasaba a mirar el suelo con vergüenza.
-Todo el mundo tiene días malos, pero tranquila, mañana será diferente.- Le contesto la encargada esbozando su mejor sonrisa y extendiendo su propia mano hacia su huésped.- Mi nombre es Cassidy, mucho gusto, aunque mis amistades me dicen Casy, claro, yo no les ando tracleando como forma de saludo.
Por primera vez desde que su pesadilla empezó, Cassandra sonrió ruborizándose, y rápidamente le devolvió la el saludo a Casy, levantando su rostro para mirar sus ojos azules.
Cuando ambas se tocaron Cassandra pudo sentir como una extraña energía pasó a través de ellas, casi como de una corriente eléctrica se tratase, sintiendo incluso su olor, una extraña mezcla entre lo dulce del jazmín y el chocolate,
Cassidy también lo sintió, y por unos breves segundos, ambas se quedaron tomadas de la mano, solo mirándose a los ojos como nadando en aguas profundas.
Mirarlas era como observar dos contradicciones encontrarse, ambas sin saberlo compartían un pasado difícil, marcado por las privaciones y la estigmatización que significa ser de escasos recursos en una sociedad como esa, pero cada había decidido luchar contra eso de una manera diferente.
Cassandra se sumergió en un mondo oscuro, lleno de pleitos, y rock, llegando incluso a casi abandonar sus estudios de no ser por su mejor amigo Frank, pero Cassidy se entrego a trabajar, y luchar por conseguir una beca universitaria que la sacara de ese condado que tanto daño había hecho en ella.
Ninguna de las dos se había visto hasta ese momento, pero ambas sabían que no querían dejar de verse nunca más, el rubio y largo cabello de Cassidy brillo cuando un rayo cayó a pocos kilómetros del motel, y Cassandra en ese momento pudo sentir un olor por encima de todo.
Ese olor le rememoró de nuevo todo los horrores que había vivido en las últimas horas, un olor que nunca podría olvidar de nuevo, sangre, mucha sangre, y ella podía estar segura que venía de la habitación donde hasta hace poco, esa pareja tenía sexo lujurioso.
Cassidy vio como Cassandra soltaba su mano y caminaba hacia la puerta cerrada de la habitación continua a la suya, era como si estuviera viendo a través de la puerta, y un extraño escalofrió paso por su espalda.
-¿Qué sucede? ¿Te están molestando con sus ruidos?- Pregunto Cassidy mientras se ponía del lado de Cassandra y observo de nuevo esos ojos dorados, era como si se transportara a otro planeta cuando los tenia.- Ellos son una pareja que viene dos veces por semana, no te preocupes, es raro que no se hayan ido ya.- Termino de decir, al tiempo que pudo ver un liquido rojo salir por debajo de esa puerta.
Cassidy saco un manojo de llaves de su bolsillo y se disponía a abrir la puerta cuando la voz de Cassandra la sorprendió-Si abres esa puerta, moriremos, en este punto solo nos queda huir.- Exclamo su huésped, mientras retrocedía a pasos cortos y tomaba su mano de nuevo jalándola con ella.
Justo cuando ya estaban Cassidy se disponía de soltarse de Cassandra y encararla por semejante locura, la puerta de donde salía esa sangre literalmente salió volando por los aires, al tiempo que un alarido de pura furia salía de una enorme figura oscura en la puerta de la habitación, lo único que pudo ver mientras se volteaba y corría junto a su huésped para huir, eran sus ojos dorados.