Lithium 7

No te vayas amor que aunque duelas no quiero dejarte, si eres siempre un error por nunca se ven tus defectos, puede ser que lo que juzgo sea otra cosa...no lo se, que a mi suerte le ha tocado el impostor, tampoco se.

  • Dom! Estas bien?- Me pregunto Navid desesperado, ayudándome para incorporarme, luego lo miro a mi hermano que estaba sin decir palabra.- Adrián te has vuelto loco?!

  • No era para ti el golpe Dominique, eso te ocurre por entrometerte entre él y yo.

  • Pero tu estas oyéndote Adrián? Pídele putas disculpas aunque mas no sea!- Le replico Navid indignado, yo no podía ni hablar mi boca estaba partida y me sangraba.- Que coño te pasa eh? Solo estábamos hablando!

  • De como follarse estaban hablando seguramente.

  • Piensa lo quieras! Estas enfermo Adrián...

  • Enfermo...- Susurro con ira mi hermano, antes de volver a despegar su puño y estrellarlo ahora si contra el rostro de Navid.

Mi hermano estaba completamente fuera si, en dos segundos, tenía a Navid inmovilizado en el suelo con las manos en su cuello, que coño le pasaba? Todo esto era ridículo, yo no tenía nada con él.

  • Dom vete de aquí!- Grito Navid, tratando de soltarse del agarre de Adrián.

  • Suéltalo de una vez!- Grite furiosa zarandeando su cuerpo, pero él no parecía oírme, sus ojos asesinos estaban fijos en Navid.- No me oyes? Te digo que lo sueltes joder!

Sus ojos volvieron hacia mí, lo que vi en su mirada me hiso temblar, estaba sacado de quicio.

  • MIERDA! ESTAS LOCO? SUELTALO ADRIAN!- dije intentando apartarlo de Navid pero no logre nada, mi hermano tenía una fuerza sobrenatural cuando se ponía así, fue entonces que Navid aprovecho el afloje de Adrián y con un puñetazo lo aparto de él, y comenzaron a darse de ostias los dos.

Asustada y horrorizada por la pelea me tape la cara con las manos, para no ver nada más. Volví a destapar mi rostro y todo estaba paralizado, Adrián y Navid comenzaron a mirarme, contemplando como yo lloraba desesperadamente por lo que estaba ocurriendo, mientras se acercaban a mí. Navid tenía la mandíbula hinchada, y mi hermano sangraba por la ceja y el labio inferior, pero cuando vi su mano...estaba chorreando sangre y no era de Navid, ni mía, él estaba lastimado, pude notarlo.

  • adri que te ha pasado en la mano? Como te hiciste eso?

  • A ti que te importa? Traidora!- Exclamo, mirándome con desprecio, luego se acercó a Navid nuevamente.

  • Y a ti Navid...te digo una sola cosa, no te metas donde no debes, entiéndelo por las buenas.- Le dijo amenazante, se dio la vuelta y se fue.

Yo me quede en silencio ahí parada, viendo como mi hermano de alejaba, Navid me echo una mirada preocupada, quiso poner una mano en mi hombro pero yo salí corriendo de allí, dejándolo a Navid. Ahora tenía que pensar en una buena explicación para el terrible golpe que tenía en la cara, antes de volver a casa.

Adrián:

Me fui de ahí hecho una puta furia, de verdad me sentía desplazado por Navid, ver a mi hermana regalándole su sonrisa me desespero por completo, no quise pegarle a ella, jamás lo haría, la...amo, aunque no se lo diga, aunque mi enfermedad no me permita demostrárselo, aunque la sangre de alguna forma nos separe. Esperando poder relajarme un poco y que el litio me hiciera efecto, cuando llegue a casa allí estaba mi madre esperándome y los problemas continuaron.

  • Adrián de dónde vienes?

  • Fui al parque a caminar.

  • Llamo tu psiquiatra Adrián, es cierto que no vas a terapia?

  • No lo necesito mama.

  • No lo necesitas? Mira Adrián, no me hagas contarle esto a tu padre, te aseguro que las cosas se van a poner bien feas, mañana mismo volverás a la terapia y yo misma te voy a llevar, queda entendido?

Yo hice un gesto de hastío e intente irme y dejar a mi madre hablando sola, pero ella me cogió de la muñeca, observando como la herida de mi mano volvía a sangrar manchándola y fue ahí que todo exploto.

  • Que es esto Adrián?

  • Pues sin querer me caí en el parque, me enrede con unas ramas y me corte.

  • ¿En pequeñas cortadas

perfectas como esas? ¿Esparcidas de manera

uniforme?

Yo solo pude quedarme callado.

  • Suficiente de locuras Adrián, voy a buscar a tu padre a la habitación para que vea esto.

Y así lo hiso, me advirtió que más me valía no moverme de ahí, ni escaparme. Cuando vino con mi padre, ya veía en el una mirada desencajada asesinándome, mi madre volvió a tomar mi mano, mostrándosela a él.

  • Mira lo que se ha hecho tu hijo.

  • Oh, por Dios, Adrián!- Espeto mi padre, mirándome ahora con una mezcla de frustración e indignación.

  • No lo entiendo, Adrián ¿Qué es lo que te hace hacerte esto a tí mismo?- Pregunto mi madre.

  • No lo sé.

-¿No lo sabes?

-No.

  • ¿Te mutilas tu propia mano y no tienes idea por qué lo haces? Tu eres su padre, ¿No tienes nada que decirle?

  • Es algo terrible lo que te estás haciendo Adrián, quiero que nos prometas que vas a dejar de hacerlo.- Me dijo mi padre, tratando de cumplir su rol.

  • Oh, con esas palabras seguro dejara de hacerlo.- Dijo mi madre irónicamente, mirando a mi padre.

  • DEJENME EN PAZ!- grite, subiendo a toda velocidad las escaleras, para encerrarme en mi cuarto, luego de un rato pude escuchar a mis padres discutiendo en su habitación, yo solo estaba sentado en el suelo, en un rincón oyendo todo lo que decían.

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Mama: Te lo digo Juan, lo que hace me espanta.

Papa: Tal vez...tal vez es demasiado sensible.

Mama: No pongas excusas.

Papa ¿Excusas?

Mama: Este no es un adolescente diciendo mentiras o escapándose por la noche, se está lastimando su propia piel, ¿Qué tal si hubiera sido una vena?

Papa: Ya sabemos acerca de este tipo de cosas, de su condición.

Mama: Conozco a nuestro hijo...¿Cuánto le tomará al suicidio entrar en su cabeza? Mientras se seguirá cortando. No tenemos tanto tiempo.

Papa: Entonces, ¿qué harás?

Mama: ¿Qué voy a hacer yo? ¡Él es nuestro hijo!

Papa: Pero, tu eres quien está más cercana a él.

Mama: Parece que cada problema que surge me lo dejas a mí, será mejor que comiences a pensar como me vas a ayudar a lidiar con esto. De eso se trata estar casados, o no? Para que no tengas que hacer todo tu sola!

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Me estaba volviendo loco, tenía que salir de ahí, abrí la ventana y me escape. Me fui a esconder, como dice mi hermana, al lugar de mala muerte donde siempre voy.

Dominique:

Hice tiempo para llegar a casa, pensando en que le diría a mi madre del golpe, lo único coherente que se me había ocurrido, era decirle que me robaron en el parque y me golpearon.

Llegue a casa, escuche ruidos en la cocina, seguramente era mi madre, lo mejor era enfrentarla y decirle que me habían robado, antes que sospechara cualquier otra cosa.

  • Mama...

  • Madre mía hija! que te paso en el rostro?- Exclamo mi madre, corriendo hacia mí.

  • Me robaron en el parque y me golpearon.

  • Pero como hija?! Estas bien? Que te robaron? Vamos al hospital- Preguntaba mi madre buscándome mas golpes.

  • Estoy bien mama, no te preocupes por suerte no estaba sola.

  • Con quien estabas?

  • Con Navid.

  • Navid? El amigo de tu hermano? Que haces tu con él?

  • si...bueno yo he comenzado a hablar con él hace unos días.

  • Hablando de tu hermano, tu sabias que se mutila el cuerpo?

  • QUE?- dije, mi cara fue un poema, un torrente de angustia cayó sobre mí.

  • Pues si, hoy cuando volvió vi sangrar su mano e inmediatamente me di cuenta que se lo había hecho el mismo, aunque intento mentirme.

  • No puedo creerlo...pero mama te dijo porque?

  • Por supuesto que no, sabes como es Adrián, como quieres que este si no ha ido a terapia las últimas 3 semanas, hable con su psiquiatra.

  • De verdad?- Mierda...mi madre lo había descubierto.

  • Si hija, ya no sé que voy a hacer con tu hermano y tu padre tampoco, hoy discutimos por eso.- Realmente vi afligida a mi madre.

  • Donde esta?

  • Hasta donde se en su cuarto, por favor Dominique habla con él, ve si a ti te dice porque se está haciendo esto.

  • Hablare con el mama, tranquila.

No podía creer lo que mi madre me había dicho, porque Adrián hacia esto? Desde cuando? Joder...pensé que había superado la etapa de lastimarse así mismo, pero veo que ha recaído. Fui a buscarlo a su cuarto, ya no me importaba el golpe, estaba muy preocupada por él, claro no estaba! perfecto! seguramente había escuchado a mama y papa pelear y se había largado. Porque tiene que ser todo tan jodidamente trágico! Coño! Estoy harta! Quiero desaparecer! todo es un caos.

Entre en mi cuarto, me mire al espejo, mi cara era un asco, donde mierda se había metido Adrián? Si lo llamaba sabía que no me respondería el móvil, Que cojones hago? Me puse a escuchar "family Portrait", me senté en el marco de la ventana mientras fumaba un cigarro, esa canción reflejaba exactamente la angustia y tristeza que yo cargaba en ese momento, las lágrimas no tardaron en llegar a mis ojos y cuando caían me hacían arder el labio que estaba lastimado. Basta de tanta mierda! Basta!.

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Adrián:

Llegue al bar, estaba que no me soportaba ni yo mismo, sentía que quería matarlos a todos, tenía una mezcla increíble de sentimientos, rabia, celos, depresión, pasión, confusión, joder! nunca me había sentido así! ya estaba sudando por todos lados, las voces de la gente se hacían eco en mi cabeza, retumban los sonidos, iba a explotar. Me fui caminando rápido, desesperado hacia un pasillo algo obscuro que tenía el lugar para no ser molestado ni observado, saque de mi bolsillo un trozo de vidrio del frasco que aun tenía guardado allí, y lo deslicé sobre mi muñeca con fuerza y más desesperación, así el dolor podría descomprimir mi estado agobiante. Cuando empecé a sentir como se desgarraba mi piel, poco a poco mi respiración fue más pausada, y mi agobio fue disminuyendo, seguí haciéndome sangrar mientras resbalaba deslizándome de la pared hacia el suelo. Hasta que escuche una voz femenina que se acercaba a mí:

  • Esto no me sorprende en lo absoluto.

  • Narela?!- Pregunte algo perturbado, rápidamente tapando la herida de mi muñeca. Narela es la chica que aquella vez me había dejado la marca en el cuello entre otras cosas.

  • Por lo de tu enfermedad, supuse que debías de hacer cosas para liberarte de tus emociones, pero esto es extremo.- Dijo ya en frente mío, fumando un cigarro, mirándome atentamente.

  • Me corte sin querer, trataba de parar el sangrado, nada más.

  • Si...claro, déjame ver.- Dijo poniéndose de cuclillas ante mí, pero yo solo la miraba con desconfianza y distancia- Vamos! No voy a decirle a nadie.- Volvió a decirme en un tono algo burlón, luego de estar sin mover un musculo unos minutos, tan solo mirándola, decidí ceder, destape mi muñeca y le mostré la herida.

  • Y eso no te duele?- Me pregunto algo curiosa, no parecía haberse impresionado ni horrorizado con lo que yo había hecho.

  • Solo cuando quiero...- Respondí seco sin inmutarme.

  • uhyyy frikiii!!- Dijo riendo de una forma chistosa.- No sabía que eras así Adri.

  • Narela ni se te ocurra hablar...

  • ¿A quién le voy a contar en este agujero? Nadie me escucha, hasta donde sé, a nadie

le importas un comino aquí.- No pude evitar sonreír ante las últimas palabras.

  • Vamos.- Dijo de pronto.

  • A dónde?- Pregunte.

  • Pues...donde sea! Quiero largarme de aquí ya, quieres venir a mi casa?

  • Vale.- Respondí sin pensarlo, la realidad es que estaba cabreado con todo y con todos, necesitaba relajarme, pensar en otra cosa.

Nos fuimos los dos del bar, caminamos un poco y llegamos a la casa de Narela, lo cierto es que nunca había estado allí, la había conocido en el bar y lo que único que sucedió entre nosotros había pasado ahí. Me llevo hasta su habitación, al parecer no había nadie en casa, me pidió que la espere unos minutos así que me senté en la cama.

Al rato vino con algo que parecía ser una botella de alcohol, pero no del de beber, si no el medicinal, se arrodillo, de sopetón tomo mi muñeca y le echo un poco al corte, por supuesto que di un salto de la cama, JOOOOOODER!!! NARELA!!!!!.

  • Aguántate hombre!- Decía divertida.

  • Pero estas loca?! Duele como la puta ostia!

  • Ya pasa...- Me dijo, mientras le daba pequeños soplidos a la herida.

  • No te he pedido que me hagas de enfermera ni nada parecido sabes?- Le dije algo molesto.

  • No podía permitir que un tío tan guapo como tu se muera desangrado no?

  • "fürchte dich nicht zu sterben, der Tod ist nur ein Stillstand"- Le solte.

  • Qué coño has dicho? Sabes alemán?

  • Pues sí, y mucho. He aprendido por mi cuenta.

  • Y que ostia has dicho?

  • "No temas morir, la muerte no es más que una parada", dijo Pitágoras.

  • Valla con el niñito cerebro eh, me sorprendes de verdad.

  • Al menos la vida me dio un coeficiente intelectual de 130.

  • Mmmm, eso me excita sabes?- Me dijo pegándose a mí, casi rozaba mis labios.

No aguante más, me abalancé sobre ella, atacándola con fogosos besos. Ella no quedo sorprendida ante mi ataque pasional, era como si lo hubiera buscado al llevarme a su casa, seguí su juego y devore con sensualidad la carnosidad de sus labios. Sus manos fueron a parar al final de mi camiseta arrugándola y quitándomela para dejar mi torso al descubierto.

Nuestras lenguas luchaban arduamente por saber quién era el vencedor, desgarrándose con deseo en besos. Agresividad, posesión. Más, más fuerte, salvaje. Ambos éramos dueños de nosotros mismos, no hay lazos; quema, desgarra, calienta hasta la última célula del organismo. Destroza los nervios, altera la mente. A diferencia de cómo era con Dominique, esto es sexo, no hay delicadeza ni suaves palabras, es directo.

Mis manos habilidosas desabrocharon con rapidez su jean, y se deslizaron entre los costados de sus muslos bajándoselo mas, hasta caer en el suelo para deshacerme de él. Encaje sus dedos en su cadera levantándola del piso y empujándola hacia la cama, mientras yo me deshacía de mis pantalones quedando solo en boxers.

Me posicione encima de ella sin besar sus labios, desesperándola. Deslicé sus brazos por su espalda jalando hacia arriba su blusa dejándo a la vista su sujetador, para luego retirarlo.

Me deshice de mis boxers quedando completamente desnudo. Me volví a recostar encima de ella, quedando solo una prenda de estorbo.

"Quítamelas".- ordeno presa del deseo, refiriéndose a sus bragas.

Después de quitárselas, me coloque el condón y sin permiso ni aviso, la penetre envolviéndome en su coño, el vaivén de caderas fue aumentando a la par de los minutos y gemidos. Las piernas de Narela, se enredaron entorno a mi cintura, haciendo más profunda e intensa la penetración, sus uñas estaban encajadas a mitad de mi espalda.

Luego de un rato...Explosión. Habíamos llegado al orgasmo, nos habíamos derretido dentro de las 4 paredes. Solo la respiración agitada y los latidos enfurecidos de nuestros corazones se escuchaban. El calor era una esencia permanente en esa habitación, después de unos minutos más, me vino la imagen de mi hermana a la mente, me sofoco, destruyo lentamente, pero aun no había caído en cuenta de ello.

No pude decir ni hacer nada más, solo me levante, me vestí en silencio y me fui, aunque ella me hablaba preguntándome que me ocurría, solo la ignore, como un puto cabron egoísta, la deje ahí en su cama y me largue.

Llegue a casa en completo silencio fantasmal, creo que ahora me sentía peor que antes, me adentre un poco más y en el ventanal de vidrio de la sala que daba hacia la calle, estaba mi hermana, sentada con las piernas pegadas al pecho, mirando hacia fuera, no pude ignorarla y me acerque.

  • Dom? Que haces aquí a esta hora?

No me respondía y me arrodille a su lado.

  • Dom...Lo siento.- Le susurre al oído.

  • Si es por el golpe no te preocupes.- Por fin había hablado.

  • No es solo por eso.

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Dominique:

Ambos estábamos allí, oí su respiración agitada y un fuerte dolor se apodero de mí, sospechaba lo que se refería.

  • Has estado con alguien.- Afirme con voz rotunda, el muy cabron asintió, supongo que era de esperar.

  • No dirás nada?- Pregunto abatido.

No! no me vería llorar!, no le demostraría lo mucho que dolía su desamor.

  • Debería?- Pregunte con frialdad.

  • Nunca antes te había sentido así de fría conmigo. - Lo mire con horror, que mierda esperaba? Cerré los ojos aguantando la rabia y la impotencia.

Las imágenes de mi hermano con otra me estaban destrozando el alma, me incorpore del suelo y me fui a mi cuarto dejándolo ahí, al instante como era de esperarse vino tras de mí.

Me di la vuelta para que no viese las lágrimas que ya se derramaban de mis ojos.

  • Dom...dime algo, no te vayas así, joder, lo siento.- Lo sentí acercarse hasta poner una mano en mi hombro, rápidamente me aparte, ese contacto, quemo, dolió.

Me pedía que lo perdonase...Podría?

Continuara...