Lithium 6

Tu amor es el blanco, tu amor es el fuego que me esta quemando, porque tu amor sin pensarlo derrama el veneno que me esta matando.

La situación iba a colapsar, estaba hecha un mar de sentimientos, no podía parar de llorar, pero tampoco podía dejar pasar un escándalo, Que coño hago? Joder!.

  • Que pasa hijo?- La escuche a mi madre ya junto a mi puerta hablándole a mi hermano.

  • Nada mama.

  • Y por qué estas aquí sentado? Paso algo con tu hermana?

Adrián se quedó callado, yo tenía los oídos pegados a la puerta.

  • Respóndele a tu madre Adrián, paso algo con tu hermana?- Le vuelve a preguntar mi padre.

  • QUE NO PASA NADA JODER!- Lo escuche a Adrián sacarse de quicio, levantándose del suelo.

  • A MI NO ME VAS A RESPONDER ASI NIÑATO!- Escuche gritar a mi padre y decidí abrir la puerta, las cosas se iban a ir al demonio.

  • Papa que pasa?!- Dije saliendo del cuarto.

  • Pasa que este niñato de los cojones es un mal educado!

  • Dejen de gritar por favor!- Dije desesperada.

  • Hija que te ocurre, estabas llorando?- Me pregunta mi madre acercándose a mí.

De pronto mi padre lo mira a mi hermano enfurecido.

  • QUE LE HICISTE A TU HERMANA NIÑATO CABRON!- Le grito, cogiéndolo del cuello de la camiseta.

  • NADA! NO LE HICE NADA! SUELTAME!

  • ENTONCES PORQUE ESTA LLORANDO EH?! QUE LE HICISTE!!!?

  • QUE NO LE HICE NADA!

  • Basta los dos por favor!- Gritaba mi madre.

Tenía que decir o hacer algo, si no mi padre se agarraría a las ostias limpias con mi hermano.

  • Papa, Adrián no me ha hecho nada, de verdad, no lloraba por él.

  • Entonces porque llorabas?- Me pregunto soltando a mi hermano.

  • Pues porque peleé con un chaval que me gusta, nada más, y adri me vio mal, quiso consolarme y yo no le abría la puerta, verdad hermanito?- Y lo mire buscando que me siguiera la corriente.

  • Si, así fue.- Asintió.

  • Ya ves papa? Está todo bien, vale?

Con esto último mis padres terminaron por creérselo todo e irse de allí, yo le eche una mirada indiferente a mi hermano y me metí en mi cuarto de nuevo, pero antes que pudiera cerrar la puerta, él puso un pie y para no forcejear con él ni alarmar a mis padres de nuevo, lo deje entrar.

  • Eres un idiota, ya viste lo que provocaste?- Le dije a Adrián.

  • Solo quería darte las gracias por no contar nada de lo de hoy.

  • No me agradezcas tanto que no lo hice para cubrirte a ti, me calle para no darle un disgusto a mama, ya verás como arreglas tus asuntos guapo, porque entonces voy contar todo me oíste?

  • Si...

  • Ahora vete.

  • Pero enana...

  • Si no te vas, te juro que en este mismo momento le cuento todo a nuestros padres, que no tomas el litio y que no vas a terapia, ni hablar de los sitios que frecuentas.

Sin decir ni una sola palabra, Adrián se marchó de mi habitación, yo no pude evitar derrumbarme de nuevo, estaba desesperada, había algo que me quemaba por dentro, tenía que hablar con alguien, sin pensarlo, recordé el ofrecimiento de Navid aquella noche, lo llame, rogando que me cogiera el móvil, gracias a todos los dioses estaba disponible. Me arregle un poco y le avise a mi madre que saldría un rato.

Llegue al parque que estaba solo a unas calles de mi casa, donde había quedado con Navid, cuando llegue ahí estaba el, esperándome, sentado en una banca, fui caminando lento hacia allí, y me senté sin emitir palabra. Luego de unos minutos le dije:

  • Gracias por venir.

  • No tienes que agradecerme, pude notar cuando hablamos que no estabas bien.

Yo no pude decir nada, solo agachar la mirada en señal de lo afligida que me encontraba.

  • Es por tu hermano no?

  • Sabes? El era el niño más feliz y simpático del instituto, solía animarme cuando me sentía sola, solía ser mi mejor amigo, hacíamos todo juntos, nos complementábamos.

  • Nada de eso ha cambiado Dom...Tu sabes que el está enfermo, lucharas contra eso?- Dijo colocando su mano en mi espalda.

  • LUCHAR?!- De repente erguí la mirada, clavándosela con furia en sus ojos- Estuve luchando toda mi vida! Cuando el tenia ataques de pánico y se encerraba en los baños del instituto, ahí estuve, cuando mi padre quiso encerrarlo en un centro de rehabilitación, ahí estuve, cuando se escabullía en el garaje de mi casa y se quemaba los brazos con el encendedor del coche, me pasaba la noche en vela colocando hielo y paños fríos por ese niño! ENTONCES NO VENGAS A HABLAR DE LUCHAR! Tu...porque has tenido que luchar en tu vida?- Me di cuenta que le había soltado una sarta de cosas bastante a vergonzantes, estaba como desquiciada, pero él no merecía que le hable así, vi su rostro de tristeza y comprensión hacia mí.

  • Lo siento Dom...yo...no sabía todo eso.

  • Yo lo siento, no debí hablarte así, perdóname, creo que estoy muy nerviosa y me la desquite contigo.

  • No te preocupes nena, entiendo lo que estás pasando, cuenta conmigo en lo que necesites vale?

  • Vale.

Estuvimos un rato más hablando, de verdad que Navid me hiso olvidar un poco del nudo que tengo dentro, la verdad es que me solté un poco charlando con él, aunque no tanto como para revelarle mi oscuro secreto, es un chaval de lo más majo, debería haberme enamorado de él, y no de mi propio hermano, si, ya lo enfrente y reconocí, estoy locamente enamorada de Adrián.

Volví a casa, por dos razones, no me sentía del todo bien y la segunda se estaba avecinando una gran tormenta, ya había comenzado a relampaguear y todo, para cuando llegamos ya llovía con intensidad, Navid me acompaño por supuesto, lo despedí en la entrada, ya era algo tarde, respire profundo y subí las escaleras un poco cansada, la verdad que me pesaban las piernas, con pesadez llegue arriba, entre en mi cuarto con la intención de abalanzarme sobre mi cama y no pensar en nada más, pero lo que vi me dejo atónita.

Adrián estaba dormido en mi cama, un relámpago lo ilumino en la oscuridad de la habitación, joder? Me acerque lentamente a la cama, el dormía con la ropa puesta y en su cara una expresión de intranquilidad. Parecía tan frágil y tierno al dormir, lo amaba, tenía que contenerlo, estaba claro que mi hermano de una forma u otra me necesitaba. Despacio me senté en la cama y comencé a acariciar su mejilla, hiso una mueca de dolor ante ese contacto, haciendo que sintiese ternura por él.

Sin poderme controlar, me tumbe a su lado, apoyando la cabeza en la almohada mientras lo observaba, continué acariciando su mejilla y unos minutos más tarde lo sentí inquieto, parecía tener una pesadilla.

  • Por favor...- Suplico en sueños- Por favor...

  • Shhh- Susurre besando su frente, acariciando su cabello, inclinada hacia él, de pronto se incorporó sobresaltado, incorporándome con el sin querer, al verme palideció.

  • Dom? Dónde estabas?- Sonreí ante su preocupación y con tranquilidad volví a tumbarlo de nuevo, tumbándome yo con él.

  • Estoy bien enano, no te preocupes.

  • Enana...- Susurro, abrazándome contra su pecho.

Me le aferre como si mi vida dependiera de él, Como no amarlo? Acababa de demostrar que se preocupaba por mí.

  • Que hacías aquí dormido?

  • Pues...pensé que le seguías teniendo miedo a las tormentas.- Me dijo sonriendo.

  • La verdad es que estoy bastante grandecita ya para eso, lo mejor es que vuelvas..

  • Enana..- Me interrumpió- Lo del cuello...mira si estuve con una tía ese día.- Suspire.

  • Que tan lejos llegaste con ella? No mejor deja no quiero saberlo.

  • No me la folle, si eso quieres saber...solo nos tocamos un poco.

  • Adri mira, de verdad no quiero saberlo vale? Déjalo.- Y me levante de la cama, estaba bastante celosa.

  • Porque me soportas?- Me pregunto levantándose también, acariciando mi nuca.- No lo merezco...

  • Porque te...porque eres mi hermano, siempre te querré, a pesar de todo.- Dije casi tartamudeando, estuvo a punto de salir de mi boca esa palabra de 3 letras.

En un segundo sentí como abría su boca para mí, sentí que sus labios me reclamaban con inquietud y pasión a la vez, haciendo que comenzase todo a darme vueltas. Sus inquietudes y sus miedos respecto a mí, me dejaban abrumada y desconcertada, nunca llegaba a comprender su desesperación por seguir reaccionando así. Mi hermano era un chico de pocas palabras y yo necesitaba que me hablase y me dijese todas sus preocupaciones para tratar de comprenderlo, pero estaba claro que el necesitaba tiempo.

  • Enana sé que no tengo derecho a decir esto, soy el menos indicado, pero no vuelvas a irte así, por favor...- Confeso sobre mis labios, mientras la mano que se aferraba a mi nuca, me acariciaba suavemente.

Pude vislumbrar el dolor y la tristeza en su mirada, Porque se sentía así conmigo?

  • Dom...te necesito, no me pidas que me valla.

Temblorosa por su suplica, por sus palabras, por él, me separe un poco y comencé a desabrocharle los botones del pantalón con suavidad, sintiendo como todo el temblaba con cada botón que se soltaba, jamás me acostumbraría a una imagen semejante, era lo más perfecto y hermoso del mundo.

Jadeo con impaciencia, y comenzó a desnudarme, con cada roce de sus manos sentía que quemaba mi piel, mi cuerpo lo había anhelado a cada momento, deseaba dormir con el cada noche y amanecer juntos cada día, sería posible?

Cuando me desnudo por completo, me arquee contra Adrián, sentí sus labios acercarse a mis pechos.- Mmmm- Gemí arqueándome mas y más, sobre todo cuando sentí que su mano comenzaba a descender para tocar mi coño-

Al llegar, lo oí suspirar como si me hubiese extrañado, quería que él me extrañase y me amase como yo lo hacía.

Me acariciaba haciendo círculos con una suavidad que estaba matándome, estaba húmeda y necesitada de él. Mi coño se estremeció al sentir como su dedo comenzaba a entrar y salir, haciendo que ya me sintiese al borde de un precipicio.

Tiernamente caímos sobre la cama, entro en mí hasta llenarme por completo, haciéndome temblar en sus brazos, ansiosa enrede mis piernas entorno a sus caderas, y aferre mis manos a sus hombros acariciándolo en cada embestida.

Sin dejar de mirarme a los ojos, entraba y salía de mi de una forma tan lenta que era una tortura, me llenaba completamente para luego volver a salir, agonizando cada vez que me hacía sentir vacía sin su calor dentro de mí.

Con más soltura, se movía más ardiente y caliente, me sentía tan mojada que ya creía que no sería capaz de aguantar, y comenzó a moverme de bajo de él, mientras nos devorábamos los labios sin piedad. Las estocadas se hicieron más profundas y sobre todo más insistentes, todo llegaba a su fin, al verme envuelta por ese aura de placer, segundos antes que me entregase al increíble orgasmo.

  • Mmmm, ahhh.- Jadeo cuando volví a contraerme entorno a su polla, haciendo que a los pocos segundos lo sintiese temblar sobre mí, entonces me deje arrastrar, juntos comenzábamos a convulsionar jadeantes en los brazos del otro, por una intensa y arrolladora corrida.

  • Dios Dom...no podemos seguir haciendo esto.- Dijo mi hermano, aun dentro de mí.

  • Lo sé, pero lo necesito.

  • Por qué?- Me pregunto, mirándome atentamente.

  • No lo sé, quizás estoy loca.

  • Ya somos dos.- Sonrió.- Debo irme si no quiero que papa esta vez sí me de de ostias.- Dijo levantándose ya de la cama y vistiéndose.

  • Adri?- Lo llame.

  • Dime enana...

  • Nada...ve a tu cuarto y descansa.- Estaba a punto de decirle que lo amaba, pero me retracte, me dio un dulce beso y se fue, yo solo pude respirar profundo y cerrar los ojos, mañana seria otro día.

Al bajar a desayunar al otro día, me senté en la mesa guardando el silencio que todos estaban teniendo, incluso mi madre que siempre era la que daba charla.

  • Antes de que se me olvide, tengo que trabajar este fin de semana.- Rompió el silencio mi padre.

  • ¿Todos los fines de semana? ¿Que tu jefe no sabe que tienes una familia?- Pregunto mi madre, algo sarcástica.

  • Lo sabe, pero no estoy seguro que le importe.- Respondió mi padre.- Por eso es que quiero que ustedes tengan una buena educación, para que sean jefes...

  • Tu tuviste una buena educación y de todas formas no eres jefe. - Acoto mi hermano algo molesto, levantándose de la mesa.

  • Adrián, no pediste permiso para retirarte.- Le dijo mi madre.

  • Nunca lo hago.- Soltó el con indiferencia.

  • Está delicioso, Gracias.- Dijo mi padre para quitarle el hierro al asunto, levantándose también de la mesa.

  • ¿No te tomaras el zumo?- Pregunto mi madre a mi padre.

  • Tengo que llegar más temprano al trabajo.

  • Tu siempre tienes que llegar más temprano al trabajo.- Respondió ella y vi cómo iban a ponerse a discutir.

  • Cariño...- Iba a empezar a decir mi padre.

  • Mamá..Yo me encargo de los platos.- Interrumpí.

Ella asintió, y yo comenzó a recoger todo para la cocina, cuando acabe fui hasta el cuarto de mi hermano y entre.

  • Enano estas bien?

  • Si...perdóname por reaccionar así en la mesa, es que me cabreo un poco el comentario de papa.

  • Lo sé, a mi también me molesto un poco, pero ya sabes como es el, no lo hace con mala intención.

  • Como sea, da igual.

  • Bueno me voy, te dejo con lo que hacías.

Y cuando me di la vuelta para irme, mi hermano me cogió de la cintura y me dio un beso electrizante en el cuello, un escalofrío recorrió cada célula de mi cuerpo.

  • Enano que haces? Mama nos puede ver...

  • Tienes razón, solo que no me aguante las ganas, lo siento.- Me dijo respirando en mi nuca, no pude evitar morderme el labio, respire profundo, me di vuelta le sonreí pícaramente y me fui.

Al rato decidí salir a dar una vuelta, estaba algo aburrida y como mama andaba por la casa no podría acercarme demasiado a mi hermano, al menos no de la forma en que yo quería.

Al salir de casa, hice dos cuadras y escuche que alguien grito mi nombre desde lejos, buscando con la mirada la voz que me llamaba, encontré a lo lejos a Navid que venía caminando hacia a mí.

Nos saludamos, me dijo que iba de pasada, quería saber como me encontraba de anoche, le dije que un poco mejor, y fuimos a caminar un rato por el parque.

Adrián:

Estaba en la soledad de mi habitación como siempre, la verdad es que extrañaba la presencia de Dom, es tan difícil para mi explicar lo que me pasa con ella, joder sé que es mi hermana, pero ella es tan jodidamente especial...de tantas maneras, lo se estoy loco, estoy enfermo, pero no puedo arrancar de dentro mío lo que siento, mis instintos de querer estar con ella, sé que le falle, sé que no cumplí mi promesa de tomar el litio, pero hoy mismo lo haría, y se lo mostraría, para que vuelva a estar orgullosa de mi.

Tome mi mp4, fui al baño y del botiquín cogí una dosis de litio y salí un rato a tomar el aire. Ya saliendo, me coloque los cascos y comencé a caminar hacia el parque.

Cuando llegue al parque, busque en mi bolsillo el frasco de litio y me la bebí, mientras seguía caminando, perdido en la música, hasta que me pare en seco cuando vi a mi hermana y mi antiguo amigo Navid, sentados riendo de lo más acaramelados en una banca. Me volví loco, rompí el pequeño frasco de litio que aun tenía en la mano, lo hice añicos contra un tronco que tenía a mi lado. Pequeños fragmentos de vidrio quedaron en mi mano, y para mitigar la ira, cerré el puño y sentí como de mi mano comenzaba a escurrir un chorro de sangre que goteo en el pasto. No sé como explicar como me sentía, creo que no encuentro las palabras, estaba fuera de control, sentía que no podía soportar los celos. Cerraba cada vez más fuerte mi puño, para sentir más dolor, el dolor detenía algo mis impulsos violentos, puse los ojos en blanco, tratando de concentrarme en la punción que mi mano sentía, hasta que por desgracia me vieron allí parado.

  • Adrián...- Dijo Navid mirándome atentamente, mientras los dos se acercaban a mí, yo ya no podría controlarme, mi respiración estaba muy agitada y mi corazón a mil por hora.

Automáticamente Dominique cambio la expresión de su rostro, se había dado cuenta de mi estado y lo que estaba a punto de hacer.

Dominique:

Vi la furia y el descontrol en el rostro de mi hermano, vi su puño jodidamente apretado y solo atine a decir:

  • NO ADRIAN!- Un puñetazo salió despedido de la mano de mi hermano, pero como yo me había puesto en el medio, yo lo recibí, fue tan potente que me mi cuerpo dio un giro en seco, cayendo de espaldas en brazos de Navid.

Continuara...