Lithium 1

Inside lithium

Mi nombre es Dominique, se pronuncia "Dominic", tengo 22 años, soy delgada, mido 1,70 cm, ojos verdes como agua de mar, vivo con mis padres, aunque mi padre casi nunca está en casa por sus negocios, y mi hermano adrián, de 20 años, tez blanca, ojos un poco más azulados que los míos, cabello color miel, más alto que yo, mide unos 1,82 cm, delgado, el típico niño con quien todas las niñas sueñan en su cama, pero tiene un carácter híper complicado, es bipolar, esta medicado para eso, toma una dosis de litio una vez al día, tiene arranques de ira, en cuanto algo lo perturba, destroza y rompe todo a su paso, por eso su cuarto está alejado de todos los otros cuartos de la casa, frecuenta su psiquiatra dos o tres veces por semana, desde los 13 años, aunque todavía dudan de la raíz de su "enfermedad". Tuvo alguna que otra noviecita en su adolescencia, pero nunca creí verlo muy enamorado, es que mucho no se de su vida personal, él es muy reservado y cerrado, no permite que nadie se meta en sus cosas, ni le cuenta nada a nadie de él, el mayor tiempo se la pasa encerrado en su habitación en el ordenador, o escuchando música, no lo veo rondar mucho por la casa. De niños éramos unidos, hasta que un día tuvo este trastorno psicológico y cambio por completo, ya no hablaba más conmigo, ni con mis padres.

Una mañana mi madre me pidió que fuera al cuarto de mi hermano a preguntarle si ya había tomado su litio, así que con algo de cautela y despacio para no molestarlo demasiado, golpee a su puerta.

  • Adri, estas ahí? Puedo pasar?

  • Que quieres?

  • Solo quería preguntarte si has tomado el litio hoy.

  • Si lo he tomado, ahora vete que estoy ocupado.

Y así eran todas nuestras pobres charlas, tan solo vagos intercambios de palabras frías y secas, eso me ponía muy triste, extrañaba al Adri de antes, el que jugaba conmigo, el que hablaba conmigo, el que hacia travesuras conmigo, creo que debo resignarme que nunca lo podre recuperar.

Más tarde ese día, mi madre me dijo que iría a tomar él te a casa de una amiga suya, con lo cual quedaría sola en casa, bueno...con mi hermano, pero era lo mismo que quedarme sola, yo no existía para él.

Estaba mirando tele en la sala, cuando por obra de un milagro lo veo bajar por las escaleras, en dirección a la cocina, torcí un poco la vista, y tenía puesta solo una bermuda por las rodillas, color negra, y no llevaba camiseta, pude verle un gran tatuaje en la espalda, era como una especie de hada oscura o algo así, cuando mi hermano se había hecho ese tatuaje? Dios, cuantas cosas más no sabía de él. Otra cosa que no pude evitar era verlo tan lindo, tan indefenso, tenía un cuerpo muy bello, por favor! es mi hermano, que estoy diciendo?

Decidí ir a hablarle, o por lo menos ver que estaba haciendo, me levante del sillón, y fui a la cocina y allí lo vi, sentado en la mesada, bebiendo coca cola, lo tenía de espaldas a mí, no quise acercarme bruscamente, así que le hable desde la puerta.

  • Adri, te sientes bien?

  • Si.

  • Necesitas algo?

  • No.- Me respondía secamente, continuaba de espaldas, sin ni siquiera voltear a verme.

Decidí acercarme a él, de verdad que me ponía fatal su actitud conmigo, me acerque despacio y cuando estuve justo detrás de él, alce mi mano y la coloque en su espalda, su respuesta fue brusca y despectiva.

  • Que cojones haces Dominique!

  • Nada Adri...solo quería ver si estabas bien, no quise molestarte.

  • Entonces no me molestes! Te he dicho que estaba bien, no necesitaba que vengas a darme palmaditas en el hombro, joder!

  • Perdóname...ya te dije que no fue con intenciones de molestarte.

  • Eres gilipollas o qué?

  • Adri...- Dije con una voz algo quebrada, tratando de tomarle la mano.

  • Quítame tus manos de en sima!- Me grito, yéndose de la cocina.

Lo escuche subiendo nuevamente las escaleras furiosamente, yo solo me quede ahí parada, sin saber qué hacer, deshecha por la situación. A los pocos minutos, comencé a escuchar ruidos fuertes provenientes de arriba, corrí subiendo las escaleras, porque me asusté mucho, al llegar arriba, me acerque lentamente a la puerta del cuarto de mi hermano que la había dejado entre abierta, y la escena que vi fue impactante, estaba el, reboleando todas sus cosas por el aire, pateando la cama, golpeando los muebles, no podía irme y dejarlo así, tenía que calmarlo, así que entre, aunque fuera peligrosa la situación.

  • Adri que haces! Para ya por dios!

  • Y tu que coño haces aquí? Quien te dio permiso de entrar a mi cuarto!- Me grito.

  • Que te pasa Adri? Cuéntamelo por favor, no resisto verte así- Dije mientras me acercaba más a él.

  • Vete de mi cuarto! Vete! Es privado!

  • Me voy a ir cuando te calmes y me expliques porque coño te pones así!

En ese instante, le dio un golpe más a su escritorio, se sentó en su cama, se tapó la cara con las manos, y comenzó a llorar en silencio.

  • Adri...por favor, cálmate, me asustas cuando te pones así, dime que te he hecho, que dije?- Le decía, mientras me sentaba a su lado.

  • VETE JODER! DEJAME EN PAZ! DEJAME SOLO!- Me grito enfurecido, dejándome ver sus ojos vidriosos por las lágrimas.

  • Pero porque! porque me tratas así! No quiero dejarte solo, quiero que hables conmigo, soy tu hermana y te quiero.

  • Pero yo a ti no te quiero! No quiero verte, no te soporto, quiero que te vayas y no me hinches más los cojones!

  • Adri no me digas eso...

Trate de abrazarlo, y fue peor, se levantó de la cama violentamente, levantándome a mi también de un brazo, zarandeándome con fuerza y empujándome fuera de la habitación, con un impacto tan fuerte que me tiro al suelo y mi espalda dio contra la pared, me cerró la puerta en la cara, sin importarle nada, yo pegue un alarido de dolor por el golpe, sentía que me había quebrado la espalda, no me podía ni mover, solo me quede allí tirada, llorando desconsoladamente. Para mi sorpresa a los pocos minutos volvió a salir de la habitación, abrió la puerta y me miro con una expresión de horror y tristeza, se acercó a mí, y cayo de rodillas al lado mío.

  • Perdóname Domi...soy una bestia, perdóname.

  • Porque me tratas así eh?- Le pregunte llorando.

  • Perdóname joder...Sabes que no tienes que buscarme cuando estoy furioso.

  • Me quebraste la espalda, no puedo moverme.

  • Déjame ayudarte, vale?

  • Vale.

Me cargo en brazos hasta mi habitación, yo solo me aferre a él, poniendo mi cara en su pecho y rodeando su cuello con mis manos, en ese instante en el cual me encontraba entre sus manos, me había olvidado del incidente reciente, era todo muy raro, yo me sentía rara, no sabría como explicarlo. Me deposito en mi cama con sumo cuidado, aunque yo seguía llorando, no solo porque seguía adolorida por el golpe si no también por toda esta situación que ya me tenía desesperada, frustrada, aniquilada. Mi hermano se sentó a mi lado en la cama, yo estaba recostada boca arriba, no decíamos una palabra, el solo me limpiaba alguna que otra lagrima de las tantas que brotaban por mi rostro.

De pronto sentí ganas de llorar con más fuerza, una angustia invadía mi ser, que no podía controlarlo, lleve mis dos manos a mi cara y solté un llanto desgarrador. El en un arrebato solo pego su frente a la mía y me dijo:

  • Deja de llorar joder...

  • No puedo, me partes el alma- Atine a responder ahogadamente.

  • Sabes como soy, sabes que no debes estar cerca mío cuando enloquezco.

  • Es verdad que no me quieres? Que no me soportas?

  • No es cierto Domi, si te quiero nena, perdóname estaba de los cojones.

Quise abrazarlo de nuevo, pero esta vez, con una ternura y un sentimiento especial, diferente, ni yo misma llegaba a comprender las sensaciones que estaba experimentando, teniendo el rostro de mí hermano tan cerca del mío, pudiendo sentir sus latidos tan fuertes, y su respiración tan agitada. Pero al sentir este contacto él se apartó de mí nuevamente, de un segundo al otro y sin decir nada, se fue de mi cuarto, cerrando la puerta tras él.

Yo no podía quedarme así, no podía actuar así y luego irse como si nada, adolorida como estaba me levante como pude de la cama y lo seguí nuevamente a su cuarto.

  • No quiero que me abraces- Me dijo en un tono muy duro.

  • Lo siento...no quería...- Y mi frase fue interrumpida, por un nuevo y feroz ataque, comenzó a golpear el armario, volcó la silla, otra vez estaba en pánico por su actitud.

  • Para Adri, por favor...- Le susurre, colocándome frente a él.

  • Vete Dominique...no quiero volver a hacerte daño.

  • No quiero irme, quiero que te calmes y hablemos vale?

El solo respiro profundo, acomodo nuevamente la silla de su escritorio y se sentó mirándome, yo con todo el miedo del mundo me acerque a él y me atreví a sentarme en sus piernas, delicadamente.

  • Estas más calmado?

  • Si...algo.

  • Me contaras porque los últimos días has estado tan furioso?

  • Ahora tu eres mi psiquiatra?

  • No...pero soy tu hermana y me preocupas, siempre me has preocupado.

  • Te voy a decir la verdad, hace días que no tomo el litio.

  • Y eso porque Adri! Con razón estas de los mil demonios!

  • No te escandalices joder...tu no me entiendes.

  • Si te entiendo, solo que no comparto que hallas dejado tu medicina.

  • Es que Domi, ya estoy harto de ser un enfermo joder! Quería ver si podía seguir adelante sin eso, pero veo que no puedo hacerlo, y me derrumba aún más.

Al escucharlo decir eso y observar su rostro tan entristecido, no se me ocurrió más que intentar abrazarlo de nuevo, para mi sorpresa esta vez se había dejado, aunque sin corresponderme el abrazo, sus brazos seguían a los costados de su cuerpo. Lo abracé con más fuerza aun, ya rodeándolo con mis piernas en la silla, poco a poco comencé a sentir que me correspondía, acariciaba mi espalda, como tratando de sanar mi golpe, luego acaricio mi cintura, yo seguía sus acaricias acompañándolas también, acariciando su espalda, después sentí sus manos acariciando mis piernas, yo llevaba una falda ese día, no quería admitirlo pero me estaba excitando con las caricias de mi propio hermano, ya me sentía húmeda, estaba perdiendo el control, estando así sentado en sima de él, teniéndolo frente a mí, sin camiseta, brindándome el cariño que en años me había brindado.

Perdí la cabeza por completo, y lleve su mano a mi coño, para que lo acariciara por arriba de mis bragas, en ese preciso instante pude notar como su miembro endureció terriblemente.

  • Que haces joder!- Exclamo levantándome de en sima de él.

  • Perdóname...no sé que hice, perdóname.

No pude decir más, y me fui de su habitación llena de vergüenza por mi arrebato y por su rechazo, lo que si tenía claro es que algo no andaba bien en mí definitivamente.

Continuara....

El primero capitulo es corto, si os gusta los hare mas largos, besos espero vuestras opiniones.