Lista para cazar

Decidimos vivir juntos cuando comprendimos que dos enfermos como nosotros solo sacaríamos partido al vicio que compartimos cuanto mas tiempo pasemos juntos.

Son las 7 de la mañana y me despierto arrullada por el agua de la ducha... Me doy prisa en salir de la cama y abrir el armario para escoger que me pondré esta noche, Elena y Andy nos han invitado a un cóctel que dan para inaugurar la casa que han acabado de construir en una urbanización de lujo en las afueras de Madrid, y apenas tendré tiempo para llegar de la oficina y pasar por casa para una ducha rápida.

Con un metro setenta de altura tengo las curvas suficientes, según Raúl mi pareja, para justificar que mis tetas y mi culo atraigan las miradas de hombres y de algunas mujeres...  Que escoja ropa que no los esconda es solo un detalle.

Quiero estar elegante pero sin renunciar a provocar así que escojo un vestido corto de seda negra con un solo tirante que combinaré con unos largos pendientes de brillantes, regalo de Raúl por mis 35 años.

Debajo unas braguitas de encaje negro que resaltan ni culo respingón, unas medias negras a medio muslo y mis tacones de aguja. ¿Sujetador? No hace falta, Madre naturaleza me ha dotado de un estupendo par de tetas que siguen estando turgentes y desafiantes, seguramente las largas horas de sexo ayudan y los magreos de mis amantes también.  Raúl sabe perfectamente que la exclusividad solo la entiendo en la moda o los coches, los hombres son para disfrutar y es una pena que en pleno siglo XXI las mujeres aún no nos lancemos en masa a disfrutar del desenfreno del sexo.

La polla dura de mi novio me saca de mis cavilaciones, aún con el cuerpo húmedo se ha colocado detrás de mi y refriega su pene en un movimiento obsceno que siempre da buenos resultados. Le miro a través del espejo mientras me apoyo con las manos y abro mis piernas al mismo tiempo que empujo mis nalgas contra él... Siento sus dedos hurgando mi coño mientras me mordisquea el cuello y acto seguido me endiña la polla de golpe que casi guiada por mi flujo se entierra hasta el fondo y comienza a bombear muy suavemente, cuando comienzo a disfrutar se retira y me recuerda que esta noche vamos de caza.

Mari la asistenta que hace mi vida infinitamente fácil entra en la habitación y ya no se sorprende, nos ha visto tantísimas veces follando en cualquier sitio de la casa que lo asume algo normal.  Por esa razón cada mañana nos trae el desayuno al dormitorio cumpliendo lo acordado cuando la contraté:  llevar la casa de manera impecable y ser una sombra eficiente y silenciosa.  Aunque mas de una vez la inhiesta verga de Raúl atraiga su mirada.