Lisa Complaciendo a los jefes

Los jefes de Lucia están muy enojados, ella y su amiga Lisa tienen que calmarlos de cualquier modo o podrían ser despedidas

Antes de leer esta historia te recomiendo leer mi relato: “Jenny Reunión con un par de amigos”. Aunque no es necesario, te encantará y entenderás mejor esta historia.

Lisa y Jeny han sido mejores amigas desde pequeñas, ambas trabajan todos los días vendiendo snacks y bebidas a los transeúntes y conductores de las calles y las pistas. Ambas se esfuerzan día a día porque lo que ganan es lo único que tendrán para pagar el pequeño piso en el que viven juntas. Jeny es la que más trabaja, la que siempre anima a Lisa cuando ella está decaída, debido a esto Lisa siente un gran amor y admiración por su mejor amiga. Ambas chicas son igual de bellas, bendecidas con cuerpos que enamorarían a todo hombre, pero Lisa siempre ha pensado que su amiga Jeny es más linda.

El día estaba llegando a su fin. Las amigas recogieron sus cosas para irse a casa, en eso Lisa recibió una llamada…era Lucia, amiga de Lisa quien le había ayudado económicamente en el pasado y también le consiguió el cuarto donde se estaban quedando. Sonaba desesperada…

Lisa: aló Lucía, que tal, como es…

Lucía: ¡¡¡Lisa…mujer…necesito que vengas mañana al almacén es urgente!!!

Lisa: Lucia, cálmate por favor…

Lucía: Enserio Lisa, estoy en problemas y necesito que me ayudes

Lisa: ¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas? ¿Qué ha ocurrido?

Lucía: He tenido un problema en el almacén, unos pedidos que hice en el almacén no se han enviado y los jefes están furiosos conmigo por eso, me están haciendo trabajar más de lo normal, no podré terminar todo a tiempo por favor ayúdame…

Lisa: Lucia, yo la verdad no creo que pueda ir

Lucía: Lisa tienes que venir, tengo muchísimo trabajo no podré terminar todo yo sola...

Lisa: Tengo que ayudar a Jeny a vender los snacks y las bebidas, no puedo dejarla sola

Lucía: Lisa de verdad te necesito, si no vienes me van a despedir, Jeny puede trabajar sola por un día nada más.

Lisa: Le voy a comentar…pero no te puedo asegu…

Lucía: Lisa no puedes hacerme esto, yo te conseguí la habitación y te presté el dinero que aún me debes hoy, por favor apóyame solo esta vez…

Lisa: está bien, cálmate un poco por favor, iré ya no te preocupes

Lucía: una cosa más

Lisa: ¿más?

Lucía: necesito que vengas vestida con minifalda o con un escote bien pronunciado

Lisa: ¿Por qué haría eso? ¿Qué te pasa?

Lucía: Mis jefes son un tanto…mañosos…quizás si vienes vestida de manera sexy su enojo baje un poco…por favor, además yo también vendré vestida así.

La conversación siguió por media hora más aproximadamente, Lisa aceptando todo lo que le pedía su amiga Lucia. Ya estaba comprometida a ir al almacén vestida de manera provocadora para tentar así a los jefes de su amiga y que no la despidan probablemente, pero aún no tenía el valor para decirle eso a su amiga Jeny.

Ya en casa Lisa estaba recostada en la cama luego de haberse duchado, mientras secaba su largo cabello buscaba las palabras para decirle que mañana no la acompañará, las palabras para mentirle a su amiga, no iba al almacén a ayudar a Lucia, sino que iba para seducir a sus jefes y que no la despidan.

Ambas chicas se echaron en la cama, estaban agotadas. Jeny notó preocupación en el rostro de su amiga y le preguntó que pasó. Lisa le dijo casi suplicando que por favor mañana ella fuera a trabajar sola porque Lucia necesitaba ayuda en el almacén. Dicho esto, Lisa esperaba una explicación adicional o algún reclamo por parte de su amiga, pero fue todo lo contrario. Jeny le dijo que si, y que le parecía buena idea que fuera a ayudar a Lucia. Lisa se emocionó mucho, tanto que abrazó a su amiga y le dio un beso en la boca, podía sentir los grandes pechos de Jeny rosando los suyos, ambas chicas continuaron abrazándose y besándose hasta quedarse dormidas.

A la mañana siguiente Lisa fue la primera en despertar, siguió las indicaciones de su amiga Lucia, vistió una falda corta, unas zapatillas y una blusa que dejaba al descubierto su abdomen, con total sigilo para no despertar a Jeny.

Ya en el almacén Lisa se encontró su amiga Lucia quien también estaba vestida de manera muy sexy, Lucia era una chica un poco más baja que Lisa, pero también tenía un cuerpo espectacular, unos pechos firmes, un abdomen plano, piernas gruesas y un trasero grande que dan ganas de apretarlo y darle unas buenas nalgadas de lo precioso que era.

Las instrucciones de Lisa era mover las cajas del carro transportador al almacén, etiquetarlas y enumerarlas y sobre todo que sus jefes, los sujetos con traje, la vean en todo momento.

El almacén era grande, pese a que había mucho que hacer no había mucho personal. Quizá una venganza personal de los jefes contra Lucia para darle más trabajo. Empezaron todo el inventariado, solas, parece que un hubiera más personas en el local grande.

Desde lejos Lisa notó unas miradas, fijas hacia los sensuales cuerpos de las chicas, miradas intensas llenas de lujuria. Los jefes estaban a lo lejos observando como las chicas movían las pesadas cajas. Atentos en el momento en que Lisa se agachaba para levantar algo y se levantaba ese culito hermoso. Ver como el sudor recorría los cuellos de las chicas endurecía lo que esos hombres pervertidos tenían entre las piernas.

Pasada una hora Lucia recibió un llamado de uno de esos hombres con terno…

Lucia: Lo siento chica debo ir, no me demoraré

Lisa: está bien continuaré con los paquetes.

Lucia se dirigió hasta donde estaban los señores con traje, Lisa vio como su amiga junto a 3 hombres más se metían a una de las habitaciones y uno de ellos le tocó el culo a su Lucia. Lisa no quería suponer nada todavía, aunque la imagen de su amiga siendo tocada por un viejo no se le quitó de la mente.

Lisa siguió señalizando los paquetes que había en el almacén, no descansó ni un minuto, lo podían confirmar las miradas de los 2 señores de traje que aún estaban ahí. Ya se estaba haciendo un poco tarde y Lisa estaba cansada. Había pasado una hora y su amiga Lucia no regresaba. En eso uno de los señores se le acerca y le entrega una botella de agua…

Lisa: Muchas gracias señor ya estaba sedienta

Don Saul: me imagino, mi nombre es Saul y él es mi colega Ricardo, mucho gusto

Lisa: me llamo Lisa, mucho gusto

Don Saul: te hemos visto trabajando duro desde que llegaste

Don Ricardo: has estado haciendo un buen trabajo, que bien hizo Lucia en traerte

Lisa: yo solo vine a ayudar un poco, se lo debía a Lucia.

Don: así que Lucia te ha traído aquí…

Lisa: Así es, me dijo que tenía mucho trabajo y quise ayudarla

Don Ricardo: hay mucho trabajo hoy, que bueno que hallas venido a ayudarla, así de paso nos deleitas a mí y a Saul ¿no es así?

Don Saul: por su puesto, que agradable sorpresa que una chica hermosa nos visite, quisiera que se repita todos los días

Lisa: ay que lindo, gracias por eso

Don Ricardo: Lucia te ha ofrecido algo por ayudarle, has avanzado mucho, seguro has dejado tu otro trabajo por venir aquí.

Lisa: La verdad es que sí…pero Lucia me había ayudado en el pasado, ella me consiguió el cuarto donde me estoy quedando, así que me sentí obligada a venir aquí.

Don Ricardo: Eso no está bien, deberíamos recompensarte por tu buen trabajo ¿no crees Saul?

Don Saul: Tienes razón Ricardo, una chica tan linda y trabajadora debería recibir una buena recompensa.

Lisa: jejeje que cosas dicen (se sonroja al escuchar esto)

Don Ricardo: Porque no vamos a la oficina y nos relajamos un poquito…

Los viejos pasaron sus manos por el abdomen, espalda y hombros de la chica, intentando pegarse a ella mientras seguían platicando. Le seguían lanzando cumplidos por su buen trabajo y por su bello cuerpo, la chica estaba sonrojada, todos esto cumplidos, y los roces en su hombros, espaldas y muslos la calentaban, los viejos la estaban dominando y eso a ella le gustaba.

El mar de elogios, piropos y caricias había hipnotizado casi por completo a la chica. Lisa trataba de convencerse de que estaba haciendo esto por su amiga Lucia, pero la verdad era que su cuerpo de verdad lo estaba gozando. Quizás por el estrés de todas las jornadas de trabajo, o quizás porque ya eran muchos años que ella no tenía sexo con un hombre o con dos.

Las manos de estos viejos pervertidos recorrieron todo el cuerpo de Lisa, al principio un poco temerosos tocándole solo los hombros, espalda y abdomen. A medida que notaron la calentura de la chica, como estos viejos se la estaban ganando, sus manos llegaron a los muslos carnosos de Lisa, a sus enormes pechos, y a su lindo trasero.

Lisa sintió algo duro rozando su pierna, era la polla de Don Ricardo, que se notaba mucho a pesar de que aún traía pantalones. La mano de Don Saul recorrió el abdomen de Lisa y fue bajando poco a poco, pasando por debajo de esa faldita, por debajo de su calzoncito, los dedos del viejo tocaron los vellos de ese coñito. Todo esto fue demasiado para Lisa.

Lisa: Chicos esto es…yo…debo buscar a Lucia, ya se está tardando mucho…

Don Ricardo: Está bien chiquilla, porque no vamos a buscarla…

Los viejos guiaron a Lisa por las oficinas, no había nadie, recorrieron oficinas vacías llenas de papeles, cajas y material de oficina variado.

Ya adentrados en el complejo Lisa oyó unos sonidos extraños, ¿serían gemidos?, probablemente. Los hombres con terno la estaban guiando al origen de esos sonidos. A medida que avanzaban los sonidos se intensificaron. Reconoció esa voz, sin duda alguna era la voz de Lucia pero…¿porque estaba gimiendo?

Una puerta semi abierta era el origen de tal bullicio. Lisa se asomó un poco para poder ver que había dentro. Efectivamente era su amiga Lucia, completamente desnuda. Le estaba chupando la verga a uno de sus jefes mientras que por detrás otro jefe se la estaba clavando y al mismo tiempo le estaba masturbando a otro de sus jefes. 3 hombres estaban follando a su amiga. El hombre que le metía la verga en la boca sujetaba su cabello con fuerza, sujetando su cabeza y metiéndola con fuerza hasta el fondo de su garganta, Lucia haciendo los intentos de gemir casi no lo conseguía. Por detrás el hombre apretaba esas enormes nalgas y penetraba el coño de Lucia, el sonido de las embestidas, tan duro, tan enérgico, realmente sus jefes estaban enojados con ella y se estaban vengando.

Este fue el desencadenante de la lujuria de Lisa, el ultimo paso para que ella se entregue por completo. Sintió un picor en su coñito, su mano instintivamente se dirigió hacia esa humeda zona. Por detrás Don Ricardo con ambas manos sujetó esas ricas nalgas…

Don Saul: Tu amiga está un poquito ocupada ahí dentro, no creo que quieran que los molestemos

Don Ricardo: porque no vamos a mi oficina, ahí tendremos un poco de privacidad.

Lisa: pero… ¿ustedes creen que esté bien? digo…

Don Saul: Tu amiga Lucia lo está gozando, solo mira como los 3 la llenan por completo, a ella parece gustarle…

Don Ricardo: así es, primero nos relajaremos un poco, gozaremos, y luego te daremos un pago por tu buen trabajo en el almacén, ¿qué dices?

La oferta era tentadora y difícil de rechazar, el cuerpo caliente de Lisa decidió por ella, más que el pago, ella quería sentir la virilidad de esos 2 señores.

Los caballeros guiaron a la chica hasta una oficina y cerraron la puerta con llave. El primero que no aguantó más fue Don Ricardo. El hombre se acercó, cara a cara, contra la chica y le besó. Lisa cerró los ojos y se dejó llevar por el hombre. Mientras le besaba le quitó la blusa y el sostén, para dejar al descubierto ese par de pechos enormes. Lisa sintió como las manos calientes de Don Ricardo apretaban sus tetas, esos pezones duros, esas tetas firmes. Mientras Don Ricardo gozaba por delante, Don Saul por detrás se encarga del culo de la chica. Bajó esa faldita y le quitó ese calzoncito celeste, húmedo. Abrió ese coñito con sus manos y lo lamió, lleno de placer, el delicioso sabor de esa vagina inundó toda la boca de don Saul, Lisa movió sus caderas al sentir ese cosquilleo que le produjo la lengua del hombre dentro de su vagina.

Don Ricardo se quitó el cinturón y sus pantalones y ropa interior cayeron. El hombre se sentó, con la polla bien dura esperando que Lisa ahora use su boca para alegrarle ahí abajo. Lisa se agachó y pegó sus labios al glande del hombre, lo lamió, pasó su lengua por todo el tronco duro del macho hasta metérselo completo en la boca. Don Saul aún seguía sujetando el culo de Lisa, con dos dedos metidos en su huequito tenía gozando a la chica, le lamía también para humedecerla más todavía.

Los pantalones de Don Saul cayeron al suelo, el maduro sujetó su polla, masturbándola, preparándola para entrar en ese coñito palpitante. Lisa meneaba el culo del placer, de saber lo que le esperaba. El maduro sujetó bien ese coño, lo abrió y colocó el punto de su pene en la entrada de la chica, la metió de una, hasta el fondo y tomando por sorpresa a la muchacha quien gimió un poco del dolor, pero más por el placer.

La chica estaba gozándolo, mamando la dura verga de don Ricardo, devorándola por completo más aún cuando el maduro la tomó por el pelo jugó con su boca a su antojo, y recibiendo unas buenas embestidas de su segundo macho. Don Saul no soltó para nada ese culo hermoso. Los fluidos del coñito de Lisa bajaban por sus muslos, el maduro se la metía cada vez más rápido y más duro acompañado de unas buenas nalgadas que solo alimentaban el morbo colectivo de este trio.

Don Ricardo: Saul trae ese coño para acá es mi turno…

Don Saul le sacó la polla, la chica se sentó sobre Don Ricardo para cabalgar sobre su pene, entró sin problemas debido a que había soltado muchos jugos. La excitación fue más que Lisa en ese momento, ni bien entró soltó varios gemidos que se intensificaron cuando Don Ricardo la tomó por la cintura para meterla y sacarla sin descanso.

Recuperando un poco más la compostura Lisa tomó la iniciativa, se sujeto de los hombros de Don Ricardo cabalgó su polla metiéndola y sacándola más rápido, ahora era ella quien lo hacía gozar a él. <> exclamó el maduro mientras recibía unos buenos sentones de la bella chica, estaba completamente dominado por ella.

Unos dedos traviesos tocaron el otro agujero de Lisa…<> exclamó Lisa, mientras Don Ricardo metía un dedo por su ano…<> dijo Alicia…<> el maduro luego metió dos dedos, tratando de llegar hasta el fondo, moviéndolo en círculos.

Lisa: Ayyy que va a hacer Don Saul…

Don Saul: No te preocupes, dolerá al principio, pero luego te encantará.

El maduro colocó su grueso trozo en el ano de la chica, la punta entró con dificultad pese a que había tratado de dilatar ese anito. Saul cogío la cintura de la chica y empujo su polla lentamente para no hacerle mucho daño…<> gimió Lisa. Poco a poco la polla de Don Saul entraba en el culo de Lisa hasta tenerla adentro por completo.

Don Saul tomó a Lisa por los brazos y Don Ricardo sujeto firmemente las tetas. Entro los dos penetraron a la chica quien no paraba de gemir del placer. El culo de Lisa había recibido bien la polla de Don Saul, lo que en un principio fue dolor, ahora la volvía loca.

Ambos maduros se la metieron intensamente por varios minutos, fue una maratón de placer para los tres, la que más lo disfrutó fue Lisa. Pero no podían follar para siempre, Lisa ya había tenido varios orgasmos solo cerraba los ojos, con pocas fuerzas daba sus últimos gemidos, era tanto el placer que estaba exhausta. Ambos machos llegaron al orgasmo al mismo tiempo, chorros cargados de leche llenaron a Lisa, su vagina y su ano no daban para más. Los machos estaban satisfechos y su hembra con las energías agotadas.

Luego de una hora Lisa despertó, completamente desnuda sentada en la silla donde había echo el primer trio de toda su vida y el mejor hasta ahora. Su ropa estaba por el suelo antes de que pudiera pararse la puerta de la oficina se abrió…era su amiga Lucia, también estaba desnuda, la miró con una mirada de culpa y preocupación, se acercó a ella y la abrazó, arrepentida de obligar a su amiga a hacer una locura como esta, pero Lisa lo había disfrutado y quería que se repitiera.

Gracias por leer mis relatos, significa mucho para mí.

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