Lio en la oficina
Mujer exuberante busca jefe para ponerle a cien.
Hoy es mi primer día de trabajo, en mi nuevo puesto, en un banco importantísimo, el más grande de todos los que hay en esta ciudad.
He tenido que entregarme en cuerpo y alma para conseguir el puesto que hoy ocupo, soy la secretaria personal del presidente del banco.
He madrugado mucho para arreglarme, por que quiero estar esplendida para mi nuevo jefe, el presidente, que además de joven, es guapísimo, su padre le dejo al mando de todo hace un par de meses. Me acuerdo la primera vez que lo vi., paseaba con su padre el presidente del banco por aquel entonces, por el departamento donde yo trabajaba, ese día le estaba presentando a sus futuros empleados, yo jamás había visto al presidente, mi jefe y menos a su hijo, mi departamento esta siete pisos por debajo del piso presidencial que se encuentra en el séptimo piso, además tiene la entrada por otro lado del edificio y un ascensor independiente que sube directamente al despacho, los ascensos en este banco pueden que ocurran una vez en tu vida o que no ocurran nunca, por eso, cuando
EEEYY!!El agua está lista, me voy a dar un baño de espuma y a dedicar a mi cuerpo un cuarto de hora antes de vestirme e ir a trabajar.
Me quito el camisón e introduzco una pierna en el agua, luego la otra, y luego el resto de mi cuerpo ,me tumbo en la bañera y empiezo a masajear con una esponja mi cuello, mis hombros atléticos , mis pechos, que son tersos y firmes, con pezones que reaccionan al mínimo roce. Paso la esponja por el pezón derecho y adquiere en un segundo forma de bolita, hago lo mismo con el izquierdo, mi esponja continua su camino por mi vientre, que es durísimo con abdominales marcados , mi monte de Venus esta rasurado, paró la esponja a nivel del clítoris, hoy le voy a dedicar unos minutos, saco mi esbelta pierna izquierda del agua y la apoyo sobre el borde de la bañera, saco la pierna derecha y la apoyo en el lado derecho de la bañera, ahora con las piernas bien abiertas, puedo introducir mi dedo en mi vagina pero antes separo aún más mis labios con la otra mano, saco y meto mi dedo un par de veces, subo hasta mi clítoris y lo acaricio un ratito antes de volver a introducirme el dedo de nuevo, vuelvo a sacarlo y a meterlo ahora más veces , mientras con la otra mano acaricio mi clítoris hasta que mi orgasmo llega.
Espero un momento con los ojos cerrados antes de salir del baño, una vez fuera, me seco cuidadosamente con una toalla y me unto de aceite todo el cuerpo, en mi dormitorio tengo el uniforme del banco, una camisa blanca, una falda azul marino y su chaqueta a juego, nunca llevo ropa interior al trabajo, eso fue un punto a mi favor a la hora de ascender fugazmente al puesto que hoy voy a ocupar como iba diciendo, cuando vi. Al que hoy es mi nuevo jefe, acercándose a mi mesa para saludarme, como estaba haciendo con todos sus subordinados, mí mente se puso a funcionar rápidamente pues pensé que esa sería la unica oportunidad que tenia para que mi futuro jefe, al menos se fijara en mi. Debía aprovechar ese momento, me desabroche dos botones de la camisa dejando mis pechos tan a la vista que incluso se veían los pezones, a los cuales pellizque por encima de la tela para que se excitaran.
El hijo de mi jefe estaba justo enfrente de mi mesa, me levante lentamente de la silla para que tuviera una buena panorámica de mis pechitos y mis pezones erectos , me acerque a él, y en el momento que me dio la mano, me miro a los ojos y cuando me dijo cordialmente buenos días encantado de decidí simular que me estaba mareando, para ello me agarre a su brazo libre, mientras soltaba mi mano de la mano que él me estaba dando y me la puse en la frente, y doblé un poco las piernas, él del susto me agarro por la cintura que abarcaba con todo su brazo, para que no me cayera y en ese momento me gire, lo suficiente para no solo mirarle a los ojos y decirle- me estoy mareando , sino para que mi cuerpo se pusiera en contacto con el suyo, apreté mi pubis contra su pene y pude notar que estaba duro, eso me indico que iba por buen camino.
Cerré los ojos y escuche el gran revuelo que se montó alrededor de nosotros, él me cogio en brazos y oí como su padre llamaba a un empleado para que me cogiera y me llevara al hospital, eso no me gustó nada, así que entre abrí los ojos , mire al hijo del jefe y le dije con apenas un hilo de voz- no, si no es nada, ha debido ser el calor, voy al baño a mojarme un poco y se me pasará seguro, y volví a cerrar los ojos, el hijo del jefe sin soltarme le dijo a su padre lo que yo acababa de decir y me llevó hasta el baño, alguna compañera se apuntó acompañarnos pero mi jefe se lo impidió, los mando a todos a sus puestos y el volvió a su oficina por que unos señores muy importantes acababan de llegar.
El hijo del jefe me tumbo en el suelo del servicio de mujeres con unas toallas bajo mi cabeza, mojó su pañuelo con agua y lo puso en mi frente, me pareció que así no podía estar muy sexy así que abrí los ojos, me quite el pañuelo y le dije que por favor lo volviera a mojar, me lo dio empapado de agua y sin quitarme los ojos de encima vio como me lo colocaba en mi cuello, el agua resbalaba por mi pecho mojando la blusa y haciéndola prácticamente transparente, mis pezones parecían dos botones de lo grandes y duritos que se pusieron con el contacto con el agua , le di el pañuelo y volvió a mojarlo, volví a repetir la operación, mi camisa quedó empapada, mire su entrepierna y vi que su pene estaba deseando salir, le pedí que me ayudara a levantarme, me dio las dos manos y ascendí del suelo rozando con mis pechos sus genitales, eso lo excitó todavía mas, pero no tanto como cuando me agache para coger las toallas del suelo, la falda era tan corta que no solo se veían mis piernas esculturales sino también mi culito redondo, al incorporarme le di las gracias por su ayuda y le di dos besos mientras le susurraba mi nombre, con mi mano derecha le baje la cremallera del pantalón y con la izquierda libere su polla, me dijo- de nada, es un placer, y aproximo su boca a la mía. Con su lengua acaricio mis labios y después de chuparlos la introdujo en mi boca, el beso fue húmedo y profundo tanto que notaba mi vagina se humedeció, con su mano derecha me empezó a acariciar el culito , yo estaba de espaldas al espejo por eso él veía el reflejo de mi culo respingon y perfecto, me levanto la falda para poder observarlo en todo su esplendor, me di la vuelta y me quedé de espaldas a él mirando en el espejo como su mano pasaba de mi culo a mi pubis desnudo, mis pechos seguían viéndose perfectamente a través de la camisa que seguía mojada, como yo, cosa que él mismo comprobó cuando uno de sus dedos inspeccionó mi coñito, él siguió de espaldas a mi, y con su mano libre me acarició uno de mis pechos, como pude le baje los pantalones estaba tan caliente como él y deseaba que su polla me diera por detrás , puse las manos sobre el lavabo de mármol, y abrí las piernas todo lo que pude, me invistió con su polla por detrás tan fuerte que mis pechos se movieron con el impacto, gemimos a la vez y empezó a moverse dentro y fuera de mi con fuerza y rapidez, ambos mirábamos al espejo y veíamos nuestra imagen reflejada, yo delante y él detrás follando como dos locos en busca placer, no podíamos parar de movernos ni de gemir de placer nos corrimos enseguida, fue un polvo rápido pero intenso, mis piernas temblaban todavía cuando me acompañó hasta mi mesa de trabajo, ahora si que me sentía mareada de placer.
Tenía tantas cosas que hacer y estaba tan concentrada en mi trabajo que ni me dí cuenta que era la hora de comer, tenia una hora.
Decidí comer en un restaurante que había justo enfrente del banco, solía ir a una cafetería donde preparaban unas ensaladas buenísimas, pero necesitaba algo más consistente después del encuentro sexual con el hijo del jefe.
Pedí pasta y un vaso de vino, alguien se acerco a mi mesa era él, me excite nada más verle quizás por que me vino a la mente el reflejo en el espejo de dos follando como dos posesos, me dijo si me apetecía tomar el postre en un italiano que preparaba unos batidos riquísimos, por supuesto le dije que si.
Una vez fuera del restaurante nos subimos en su coche, mientras iba conduciendo le puse la mano sobre su entrepierna, él me dedico una sonrisa picarona, abrí lentamente las piernas, él me miraba de reojo, mientras conducía, retire la mano de sus genitales y me metí un dedo en la boca lo chupe y cuando estuvo bien mojado lo introduje directamente en mi vagina soltando un gemido de placer, él no dejaba de mirarme excitadísimo, giró rápidamente el coche y nos metimos en un parking.
La planta más alta tenia tan solo dos coches, abrió la puerta salió del coche y vino hacia el lado del copiloto donde yo me encontraba sentada, abrió la puerta, me ayudó a salir y comenzamos a besarnos salvajemente, incluso nos mordíamos los labios de la excitación y de la sed que teníamos por volver a follar.
Abrí la puerta trasera del coche, y me tumbe en el asiento de atrás dejando las piernas fuera del coche, antes de entrar se bajo los pantalones y dejo libre su polla que estaba tan erecta que parecía apunto de estallar, se tumbo encima de mi y me penetró con fuerza tanto que incluso me hizo gemir de dolor, dejo su polla quieta dentro de mi y empezamos de nuevo a besarnos como dos salvajes, fue entonces cuando le dije que me follara y que me metiera la polla hasta el fondo, eso lo puso todavía más cachondo y empezó a entrar y salir de mi vagina con fuerza, de repente oímos un ascensor que subía, salió del coche rápidamente,, se subió los pantalones y se sentó en el asiento del conductor.
Yo me quede en la parte de atrás, seguía mojada y con mas ganas que nunca de correrme, me senté cómodamente en el asiento, el me veía por el espejo que colocó a la altura adecuada para verme las piernas, las abrí todo lo que pude y me introduje dos dedos en mi vagina que estaba muy lubricada, los sacaba y los metía lentamente, con mi otra mano me acariciaba los pezones, él me miraba excitadísimo, así que saco de nuevo su polla y empezó a masturbarse sin dejar de mirar mi coñito con mis dos dedos entrando y saliendo reflejados en el retrovisor, me corrí a los pocos minutos que él.
Miré el reloj y vi que era tardísimo, debía volver a mi puesto de trabajo si no quería que me despidieran, así se lo dije y el me dijo que no me preocupara que el se encargaría de que no me despidieran.
Una vez en la oficina me llevé una buena riña de mi jefa de sección por llegar tarde, como castigo me doblo el trabajo, la tarde que me esperaba iba a ser muy larga.
Mis compañeros fueron abandonando el edificio poco a poco, yo seguía sentada en mi mesa con una montaña de papeles que me acababa de dejar mi jefa, me puse a llorar de desesperación, me levanté para estirar un poco las piernas, y justo en ese momento alguien me cogió por la cintura, me dí media vuelta y era él de nuevo su boca buscó la mía, era besarle y humedecerme.
Esta vez fui yo la que estaba como loca, lo empuje sobre mi mesa tire los papeles por el aire y ansiosa le quite el cinturón y le baje los pantalones, le dije que se tumbara y dejara las piernas apoyadas sobre el suelo, comencé a chuparle la polla , oí un gemido de placer y la metí hasta el fondo de mi boca, para luego sacarla lentamente y continuar chupándole la punta, recorrí con mi lengua su pene para volver a introducirlo dentro de mi boca, le comí la polla con pasión pero no deje que se corriera, esa polla debía de penetrarme y correrse dentro de mi coñito que estaba húmedo, palpitante y hambriento de su polla.
Paré en seco y el se levantó de la mesa y me colocó a mi en su lugar me abrió las piernas y empezó a lamer mis pezones hasta excitarlos al máximo, bajó hasta el clítoris y comenzó a tocarlo con la punta de su lengua describiendo círculos, descendió hasta la entrada de mi vagina y metió su lengua dentro, la movía dentro de mi y eso me hacía gemir de placer, sacó su lengua de mi interior y empezó a lamer todo mi coño, desde el clítoris hasta la entrada de mi roja vagina , le dije que si seguía así me iba a correr y que yo quería correrme con su polla penetrándome, dicho y hecho, su polla entró dentro de mi pero esta vez suavemente, los dos decidimos movernos suavemente, mientras nos besábamos hasta que el placer nos invadió, sentí una explosión de placer por todo mi cuerpo, mis músculos se empezaron a contraer intensamente, él se abrazo y me penetró todavía mas cuando una sacudida de placer le invadió, sentí como se corría en mi interior.
Ese fue el primer día de multitud de encuentros, no hemos dejado ni un rincón del edificio libre de nuestra pasión, hemos follado prácticamente en todos los despachos e incluso en el ascensor. Él es ahora mi jefe y mi futuro marido.