Lindo mientras duró

Una historia complicada de entender. Espero que encuentren la reflexión entre líneas. Quiéranse!!

Lindo mientras duró

Hola a todos. En esta oportunidad me dirijo a ustedes queridos lectores para contar una historia verídica. Y antes de que piensen que esta historia la escribe la protagonista de la misma, aclaro que sólo quiso hacerle un favor a una amiga. En pocas palabras, ella vino a mi para que con mis palabras, pudiera contar lo que le pasó tiempo atrás.

Por razones obvias, no daré detalles personales ni nombres reales. Pero quiero que sepan que más que contar una historia, es ofrecer una reflexión.

Emma era una chica sencilla, bonita aunque ella no lo creía. Tenía 17 años para ese entonces, 1,70 de estatura, lindos ojos cafés, no tenía la mejor figura pero no estaba nada mal tampoco. Lo más importante (y siempre resalto esto) la belleza está en el interior. Pero tampoco vamos a engañarnos y decir que el físico no importa. Y es que la verdad no se trata de que no importe, se trata de lo que cada persona necesita, busca y quiere encontrar. Todos pensamos de manera diferente y todos buscamos amores diferentes. Bueno sigo. Emma sabía que era lesbiana desde mucho tiempo, pero era lesbiana de clóset, había tenido una que otra experiencia sexual pero nada que la llevara a volar por los cielos, es decir, era sólo sexo. Aún no había encontrado el "amor". Y todos saben que cuando el sexo y el amor se conectan, se puede decir que uno muere y resucita mil veces en sólo un segundo. Pero no me crean, eso dicen por ahí. Después de un tiempo, decide crearse un perfil falso por facebook. Toma fotos de una chica que creía que era hermosa (ella lo era, pero no tenía la suficiente confianza en ella como para aceptarlo), inventa una nueva vida y comienza a vivirla como ella quisiera en realidad. Según me contó, sólo lo hacía para conocer a nuevas personas, no tenía segundas intenciones, pero el tiro le salió por la culata. Ya verán porqué.

Después de casi dos semanas de estar hablando con chicas huecas con perfiles falsos (creía ella, aunque debía haber uno real por ahí) que sólo querían cyber sexo y muestra fotico por aquí, fotico por allá, la cam esto, la cam aquello. Conoció a la que ella llamaría días después "el amor de su vida". No sabía como hablarle, veía sus fotos y pensaba que era una diosa que el mismo Zeus pecaría por llevar al Olimpo a una mortal.

Un día se decidió y le escribió. La chica le escribió secamente y ella desistió de la idea. Un par de días después, se animó nuevamente a escribirle. Las cosas fueron diferentes, la chica se encontraba divertida con la conversación y al parecer congeniaban en muchas cosas. Emma, decidió publicarle una canción en su muro, una canción tierna y que claramente reflejaba lo que le provoca esta otra chica Mariana. Tenía 16 años, era una diosa, muy bella, medía 1,75 y era toda una deportista, a pesar de esto, era muy femenina, toda una mujer. Había un problema, vivía en otro país.

En pocos días, la ilusión crecía en ambas, se contaban todo, se escribían todo el día, no podían pasar tanto tiempo sin hablar. Iban a sus respectivos colegios y realizaban sus rutinas pero al desocuparse, estaban otra vez. En facebook, extrañandose.

Así pasó el tiempo iba más de un vez y las chicas ya se decían que se querían, que el destino había sido muy malo con ellas porque justamente buscaban lo que tenían a miles de kilómetros, puta distancia.

Emma hablaba con las amigas de Mariana y hasta con sus familiares, todo era perfecto. Se llevaban bien. Pero epa, otro problema. El perfil de Emma seguía siendo falso.

Un día éstas chicas decidieron que era bueno intentar una llamada y al concretarla, quedó más que claro que sentían amor. Se decían lo mucho que se amaban (sí, se decían que se amaban. No habían pasado ni dos meses y estas chicas "y que" se amaban, pero bah que sé yo del amor).

Todo era color de rosa, excepto esos dos pequeños detalles. Sufrían claro está, no estaban cerca, querían amarse, tocarse, besarse y no podían. Pero hey, podían escribirse lo que sentían y así lo hicieron. Se decían lo que querían hacerse y con esto me refiero que casi casi tenían cyber sexo. Pasa que eran pudorosas y se respetaban la una a la otra. Era "amor".

(Este es el punto donde no cuento algunos factores que no vienen al caso y por petición de mi amiga, omitiremos puesto que no tiene relevancia alguna).

Pasó un año y medio. Sí, tanto tiempo en esos mensajitos y llamadas. Emma estaba en la universidad, Mariana en el último año de bachillerato.

Seguían con la misma energía, el mismo optimismo y a pesar que algunas veces peleaban por celos, por la distancia y por otras cositas, seguían fieles la una a la otra. O bueno eso creían. Emma no tenía la seguridad de que Mariana le fuese fiel y viceversa. Pero según mi amiga, confiaban en que era así.

Emma sentía que sí le decía la verdad a Mariana la iba a lastimar y por ende perder también. Eran muchas mentiras que ya no lograba sostener, mejor dicho ya no quería sostener. Y decide a contarle la verdad, siente el final tocar sus pies, así como cuando estás a escasos centímetros de la primera ola en la playa.

Bueno emitiremos todo lo que se dijeron. Emma la amaba, muchísimo y si tenía que perderla por "estúpida" ella lo aceptaba porque pensaba que seguramente encontraría a alguien mejor que ella, que la mereciera y que la hiciera feliz. De igual manera, a Mariana la rondaban cada buitres a cada hora. Como dije era muy hermosa y algo así como la más deseada del barrio. A Emma no les sobraban propuestas pero tampoco le faltaban y aún así, seguía prefiriendo a Mariana. Y "viceversa". Bueno sigo. Obviamente pelearon, se dijeron de todo "con respeto" y terminaron.

Emma luego se enteró que Mariana había sufrido algunos problemitas de salud por todo lo que había pasado entre ellas. Le escribe a la amiga para saber de ella, puesto que Mariana había cerrado su cuenta. La amiga como era de esperarse la mandó a donde cayó el avión. Como último recurso, decide escribirle un mail que al cabo de unas horas, Mariana corresponde.

Se volvieron a decir muchas cosas. Mariana después de todo lo que había pasado, amaba a esa persona que no sabía exactamente quien era. Era un fantasma, una idea, una ilusión que le robaron en un abrir y cerrar de ojos. Emma le prometió decirle quien era, si se prometían que iban a estar bien. La despedida se acercaba y sólo habían pasado dos días. Cuando comenzaron a hablar nuevamente. Con recelo, con dudas, con un poco de decepción y con inseguridad. Mariana perdonó a Emma porque la amaba. Y Emma no se lo podía creer. Sonreía pero se entristecía al saber que le había hecho daño al amor de su vida. Después de tanto meditar, le escribe un correo a Mariana con sus datos personales, le escribió un mail detallado de su vida, de lo que era, de lo que no, de su familia, de su rutina, de todo. Mariana contempló que no todo había sido mentira, sólo un par de detalles y el gran detalle de su imagen. Le envió también una foto, donde por primera vez Mariana pudo observar a la mujer de la cual se enamoró, quedando asombrada de su belleza, puesto que pensaba que se ocultaba porque era fea o qué sé yo. Se alegró de que todo estuviera tomando ritmo nuevamente y como sí nada, empezaron de nuevo. Emma seguía sin perdonarse tan estúpido error, pero Mariana seguía a su lado. Pasó el tiempo, la misma rutina de antes, mensajes, llamadas, casi "cyber sexo". Se querían, se amaban, se respetaban y se eran fieles. Estaban perdidamente enamoradas la una de la otra. Se decían que querían un futuro juntas, visualizaban la casa, los chicos y hasta el perro. Así, pasaron otro año más. Sí, otro año juntas. No podían viajar para verse, pero se prometían que pronto todo iba a cambiar.

Y sí todo cambió.

Mariana empezó a distanciarse de Emma.

Duraba días sin conectarse. Y Emma no sabía a quien acudir. Con todo el orgullo que se gastaba, decidió escribirle a una amiga, que después de un tiempo, le contestó a regañadientes y le explicó que había sufrido un problema de salud.

Días pasaban y nada. Una tarde de repente, Mariana le escribió. Le explicaba que no estaba bien de salud pero no le daba detalles. Emma le decía que la amaba y que la apoyaba en todo pero nunca lograba que Mariana le dijera lo que estaba pasando.

Prácticamente hablaban unos 5 minutos cada semana o algo así.

Meses pasaron y Emma seguía aferrada a su "Mariana". Cada vez las cosas que le decía Mariana era increíble de asimilar, las cosas parecían de novela. Las lesbianas que se enamoraron y que por cuestiones del destino, no pudieron concretar su amor. O una vaina así. Emma hablaba con un par de amigas de Mariana, que la "perdonaron" también y le decían como se encontraba Mariana cuando no podía hablar con ella, pero básicamente quedaba en la nada, no sabía lo que estaba pasando y ya comenzaba a desesperarse. Un día, en el aniversario de los 3 años. Mariana se conecta y habla un rato con Emma quien decide que no podía seguir así. Deciden "terminar" pero que quedarían en plan de amigas. Amigas que cada vez que se conectaban (rara vez porque Mariana estaba más perdida) se decían que se amaban, que seguían sintiendo lo mismo.

Eso fué lo último que se dijeron, que se amaban.

Un tarde de Octubre. Mariana desapareció. Cerró su cuenta. No dijo adiós, no dijo un carajo.

Emma quedó descolocada y triste obviamente al no poder decir nada, ni siquiera despedirse.

Le escribió a un par de amigas que nunca respondieron y pudo observar que poco a poco, todas y bueno todos (hasta los familiares y amigos) cerraron sus cuentas.

Con más razón, Emma no sabía que hacer, como obtener respuestas. Estaba sola en esto. ¿El celular? Pero claro, podría llamarla. Lo hizo. Nunca contestó, de hecho, estaba fuera de servicio y así permanece hasta el día de hoy. Como la razón de Emma, que perdió todo sentido. ¿Y su corazón? En mil pedazos quedó.

Omitimos muchas cosas en esta historia, cosas que no valen la pena contar. Porque más allá de ofrecer un relato emocionante y embriagador. Fué simplemente una liberación.

Emma les manda a decir que:

1) SIEMPRE, siempre. Crean en ustedes mismos. Son hermosos por dentro y por fuera, sin importar lo que otros digan.

2) El amor por Facebook y en general por todas las redes sociales siempre traen como consecuencia sufrimiento si las personas viven lejos, porque la distancia siempre hace de las suyas. Además que no se sabe quien está al otro lado de la pantalla.

3) Nunca confíes en nadie por las redes sociales. A menos que obviamente conozcas a la persona físicamente. Porque mentalmente o en su interior jamás conocerás a nadie como a un libro que has leído mil veces. Porque cada vez que lo lees, siempre encuentras algo, que dejaste pasar la vez anterior.

Y bueno Emma quería decir muchas pavadas más pero no la dejé.

Porque llegó la conclusión por parte de la escritora. O sea yo :)

Lo que dice Emma lo apoyo. Tiene en parte la razón y además está dolida.

Y todos saben que una persona dolida, quizás no siempre tiene la razón, porque no todas las experiencias son iguales. Y ciertamente, no todas las historias de amor pueden compararse. Yo siento y sentí al momento de saber esta historia, que la pasión va más allá de algo físico y con esto me refiero a que puede sentirse deseos a través de una pantalla. Pueden crearse ilusiones, a través de la distancia y sin importar la misma. Pero más allá de todo, lo más conveniente es no crearse falsas esperanzas. Ser realistas siempre es una buena opción y solución para no cargar después, una cruz insostenible.

Gracias a todos por leer (si es que leen) y tengan en cuenta que esta historia es totalmente verdadera. O bueno según Emma. Yo no sé, no me crean.

Y para finalizar... Lo que yo diría sería algo como esto:

"El amor se puede encontrar en cualquier parte, pero no en cualquier parte se puede ser amado".