Lina Vanessa y su perverso padre

Como Lina fuè iniciada por su padre.

LINA Y SU PERVERSO PADRE

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Hoy les voy a contar la historia de la linda Lina Vanesa que se enamoró de su padre por el trato especial que le daba y que hizo que fuera la perversión de su familia.

Lina es una linda niña de trece añitos que tiene a su padre y a dos hermanas mas: una de diecisiete y otra de cuatro. La mayor se llama patricia y tiene una historia con su padrastro (el papa de Lina) y la menorcita que es inocente de lo que sucede en su familia; aparte de que viven con su madre en una casa común y corriente.

Todo empezó desde que Lina empezó a crecer y desarrollarse apartir de los diez años cuando su papa vio como se desarrollaba su bello cuerpo y despertaba en él los instintos de hombre que desea tener para sí lo mas anhelado pero al mismo tiempo lo mas prohibido.

Cuando Lina cumplió los diez años su papa la consentía por todo, pues era la primera hija propia que tenia de la unión con su pareja, pues esta ya tenia otra hija tres años mayor, por lo cual convirtió a Lina en el centro de atracción de todas sus atenciones.

Él le daba de todo lo que pidiera, la puso a estudiar en mejores colegios que a su media hermana, le compraba la mejor ropa, y en fin la prefería sobre las otras hijas.

Pero un día que fue a recogerla a la piscina donde la había inscrito a un curso de natación al llegar temprano pudo observar a su hija en vestido de baño, sorprendiéndose gratamente al ver que ella estaba creciendo y convirtiéndose en una bella pre-adolescente.

Pasados dos años en los cuales no mermó sus contemplaciones y satisfacer los caprichos de la niña compró un carro para ir a llevarla y recogerla de sus clases de natación, y él pudo apreciar con mayor cuidado el cambio corporal que poco a poco tenia su hija: ya Lina era una bella señorita de piel trigueña, pechos empezando a desarrollarse, piernas suaves y bien torneadas y vientre plano, y al mirar su cintura que destacaba por entre su vestido de baño le agradó la bien cuidada piel suave y limpia, pero lo que más le admiraba era sus nalgas bien formadas y de bonita figura que hacían juego con su hermoso cuerpo de adolescente en flor.

Entonces su padre notó con asombro que quien admiraba y le despertaba sus bajos instintos era su niña mimada, lo que le emocionaba y le generaba los más contradictorios sentimientos de culpabilidad pero a la vez de placer ante la pureza y ternura de su inocente niña, que veía él como la más sagrada creación hecha por él hasta ese momento en su vida.

Su papa dormía sobresaltándose en la noche y cuando hacia el amor con su mujer inconscientemente pensaba en Lina y en los deseos que se apilaban en su mente como un torrente de agua que no puede detener y que en cualquier momento puede rebelarse contra su moral y su papel de padre que protege a su más valiosa hija.

Así que poco a poco fue obsesionándose con la idea de poseer a su niña y se llenaba de celos con la sola idea de que algún otro hombre la quisiera y la descubriera como mujer, aunque solo fuera una tierna jovencita, guiada y seguida siempre por su celoso y consentidor padre.

Entonces empezó a tramar la forma de ir creando en ella la conciencia de que sólo él la quería y deseaba lo mejor para ella: dedicó toda su atención a ella, le escribía a escondidas bellas cartas de "amigos", le regalaba ropa, caramelos y lujos que su madre notaba exagerados en ocasiones pero que ingenuamente creía como de paternal amor a su hija, en fin todo un ardid para lograr que Lina se encariñara mas con él y le permitiera y quisiera acompañarlo a todas partes, sin sospechar que era una conquista preparada por su padre para hacerla suya y calmar sus deseos.

Llegó un día en el que su esposa debía irse a un pueblo donde vivía su suegra pues ésta se encontraba enferma, por lo que se iba a demorar varios días, lo que el papá tomó como conveniente para lograr su cometido: le dijo que él se encargaría de ella y que se llevara a sus dos hijas que estaban de vacaciones, y que dejara a Lina para que no faltara a clases de natación.

Así que muy solícitamente llevo a su mujer con las niñas a la estación de bus y una vez que estas partieron invito a Lina a un parque de diversiones para poder estar junto a ella y lograr sus propósitos.

Cuando llegaron al parque la dejó montar en todos los aparatos, pero siempre en su compañía, lo que aprovechaba para pegarse a su cuerpo tierno y disfrutar de su calor y el aroma de su juvenil ser. Con disimulo ponía su mano sobre sus muslos, para poder sentir la suave piel y tratar de estimular en ella su fuego de pasión que despertaba ante la suave caricia, eso sí, temerosa y con sentimiento de culpa propio de quien hace algo prohibido.

Sin embargo, ante la insistencia de su padre y los caprichos que le satisfacía ella comprendió que el trato especial que le daba era algo mas que los simples y comunes mimos que un padre le da a su hijita.

Cuando salieron de ahí y llegaron a la casa su Papa empezó a consentirla y decirle que la quería tanto que ya no podía verla simplemente como a su hija sino que empezaba a amarla como algo muy especial y que sentía que ella era para él y que quería que ella lo viera como alguien que la ama y le desea.

Lina se asusto, pero comprendió las razones de su padre, pues era especial con ella, siempre la defendía y prefería y el solo hecho de que su padre la deseara era el resultado del cariño y el apego cultivado durante este tiempo que se había entregado a ella en cuerpo y alma.

Entonces no se resistió cuando por primera vez en su vida recibía un beso en su boca, el que le pareció hermoso y tierno, y que despertaba en ella la pasión juvenil que nunca había sentido y que le llenaba su vientre de un fuego apasionado, lindo y novedoso para ella.

Ella, sin embargo, movida por el desencanto de que fuera su papá el primero en besar su boca, trató de rechazar sus caricias, pues el arrepentimiento de sentirse bien al recibir su primer beso, le hizo dar sentimientos de pena y arrepentimiento, pues no era lógico y natural que fuera su propio padre quien le iniciara en esos sentimientos nuevos y desconocidos hasta entonces para ella, lo que hace que lo rechace y trate de no seguir adelante con esta trama perversa.

Su papa le insistía, tanto así, que después de hablarle y hacerle miles de ruegos, ella se dejó convencer y seguirle el juego, pues aunque le creaba sentimientos de culpa al ceder a la tentación de algo que le agradaba, era consciente de que era su padre quien le enseñaba tan ardientes y placenteros actos desconocidos por su inocente y cerrada forma de ser.

Así que cediendo a la tentación dejó que él tome nuevamente la iniciativa, dejándose arrastrar por el torrente de pasión hasta ahora retenida y descubierta por su ansioso padre.

Su boca era buscada ansiosamente por la boca de su padre: sus labios se pegaban con ansia, sus lenguas se enredaban en ferviente caricia y sentía que pecaba cuando su padre tocaba sus pequeños senos que se erizaban y se endurecían al sentirse por primer vez tocados.

Su papa le quitó la camiseta y luego su brassier para poder besar y acariciar con desesperación sus pezones ya duros y que en forma suave y experta acariciaba su vientre juvenil.

Luego su pequeña falda fue retirada al igual que su panty, dejándola desnuda para la deseosa contemplación de su padre: Su vulva era un bellísimo montículo de piel suave que se separaba por un delicado pliegue de unos labios vírgenes y de placentera forma, y que al recibir la ansiosa acometida de su boca lasciva se humedecían lentamente causándole a ella un placer nuevo y adormecido, pero siendo despertado expertamente por su padre, dejándose descubrir lenta, suave y tiernamente.

Su papá subió besando su boca apasionadamente a la vez que se desnudaba con la premura de quien quiere tomar posesión de algo muy valioso y deseado, dejando al descubierto un cuerpo grande y de robusta figura, sobresaliendo un miembro erecto y a punto de estallar por el deseo de calmar y desfogar sus instintos de macho que abre algo puro y virginal.

Ella se asustó al verlo desnudo y que se estaba parando su miembro viril, disponiéndose a entrar en su cuerpo virgen, por lo que trató de llorar, pero pronto su papa la calmo con sus explicaciones y sus ardientes caricias, diciéndole que él la amaba y que solo eso era la confirmación de su amor hacia ella, la cual debía de corresponderle por todo el amor y cariño que como padre le había prodigado.

Lina ya excitada se dejó acariciar y besar con toda libertad por su padre y aunque se asustó al sentir que él la montó y le separó las piernas, percibiendo entre ellos la dureza de su verga tibia, causándole a la vez que un inmenso susto, una placentera sensación de calor al tenerlo entre sus muslos ansiosos y deseosos ya de recibirlo, en apasionado ataque a su intimidad, por lo que no se opuso cuando percibió entre ellos el miembro grueso y erecto de él que buscaba penetrar entre sus delicados labios vaginales.

Lina lloraba de dolor y de miedo al sentir que su interior se separaba con dificultad al recibir por vez primera un miembro viril, y que sentía que se abría con dolor pero al mismo tiempo con placer la pura entrada a su cuerpo virgen, mientras apretó con ganas y furia dolorosa sus manos contra la espalda de su padre que gozaba al hacerla mujer y poseerla para sí sólo.

Ella lloraba y gemía de placer y dolor su primera vez y aunque le remordía la conciencia el hacer el amor por primera vez con su propio padre comprendía que él la quería y que merecía ser el guía perfecto en su deseo de aprender y experimentar algo nuevo y deseado desde no hace mucho tiempo.

Su papa sentía mientras tanto que su verga tomaba posesión dolorosa del cuerpo de su tierna niña y se desfogaba de tanto placer retenido acometiendo con fuerza la entrada de su ser asaltándola sin piedad y solo preocupado en gozar al máximo su momento.

Él cabalgaba entre su interior, gozando tomándola por las piernas y estrechando con vigor sus caderas contra las suyas, para poder entrar con detenimiento a su cuerpo y desatando con furia su placer carnal, sin preocuparse de que la hembra que poseía era su misma hija adorada, que dolorida sufría el desahogo de sus ganas y de su clímax sexual.

Cuando llegó al éxtasis se dejó venir en sórdido grito de placer llenando con su eyaculacion el interior de Lina, que al percibirlo gemía y se debatía en incesantes contorsiones de placer y lujuria, superando ya con creces el sentimiento de culpa y recibiendo mas bien con agónico placer la tibia y reconfortante emulsión que le quemaba en sumo agrado su interior por primera vez despertado para el goce y la lujuria.

Fue para ambos la culminación de un acto sagrado de amor pero culpable por su parentesco: para ella era el descubrimiento de algo nuevo que le dejaba cierta desazón pero a la misma vez un placer desconocido; y para él era la terminación de un propósito largamente guardado y cultivado, consumado por el goce increíble de tener un orgasmo prohibido pero a la vez puro y novedoso.

Después se quedaron en la cama y todo sentimiento de culpa fue reemplazado por las siguientes horas de placer que tuvieron a lo largo de ese día y de los siguientes.

Fin.

Luego paso a comentarles la historia de Patricia, la hermana de Lina con su padrastro, el cual yà que había probado la dulzura del amor de su hija siguió despertando el deseo de poseer por vez primera a su hermana de 15 puros y tiernos años.

Espero que esta y las otras historias les haya gustado y pronto les escribiré otras, y no se olviden de escribirme al correo Desvni@yahoo.com.mx que sabré contestar sus mensajes.