Lilim - 4. Alas Oscuras

Por fin logran dar con el asesino, pero desgraciadamente, llegan demasiado tarde y este consigue completar aquello que estaba haciendo

4 – LILIM

-Alas Oscuras-

La situación era muchísimo peor de lo que en un principio me había temido, por un lado el asesino jugando con cosas que no sabía, que no conocía, y sin tener ni idea de lo que podía llegar a desatar en un momento dado. Por otro la policía y más concretamente, la brigada a la que Coral y su compañero estaban adscritos. Durante los siguientes quince días me mandaron llamar en tres o cuatro ocasiones, y en otras circunstancias no me hubiese importado, ni posiblemente me habría dado cuenta de nada, pero estaba como vulgarmente se dice, con la mosca tras la oreja.

La primera y más desagradable sorpresa con esa brigada, me la lleve la primera vez que me citaron en sus oficinas para que pudiese ver fotos de los escenarios de las que no tenía conocimiento aun. En aquellas oficinas cuando entre habría como una veintena aproximada de seres, y digo seres, porque ni uno solo de ellos era humano. Lo más humano allí adentro era Coral, que resultaba ser una maga instintiva. Las razas tenían métodos para conocerse unos a otros, así como había algunas con miembros cuya especial habilidad consistía en identificar los antecedentes de los individuos que observaban, algo muy parecido a mi capacidad para saber que era cada uno. La segunda es que me citaron a diversas horas del día, incluso una vez lo hicieron bien entrada la noche, precisamente en Luna Nueva.

Era del todo obvio que la Inspectora Jefa estaba tratando de averiguar que era yo. Todas las razas tenían sus puntos débiles y la Luna Nueva era el talón de Aquiles de la más poderosa de las Razas en el sur de Europa, los Licántropos. Al igual que la luna Llena potenciaba sus habilidades, todas ellas, la Luna Nueva por el contrario las debilitaba. Un Licántropo con ciertos poderes psíquicos, entes nada comunes pero que existían, podría defenderse de cualquier medio de “investigación” mental de otra raza con excepción de unas fechas muy concretas en que la Luna estaba en su estado de “Nueva”. También al citarme a diferentes horas diurnas, se aseguró de que no perteneciese a ninguna de los clanes de los poderosos Hijos de la Noche, ningún vampiro podría haberse presentado en todas y cada una de las veces en que fui llamado, ni con el tiempo ajustado en que había hecho el trayecto desde donde estaba hasta la Brigada. En mi caso me fue más que evidente de lo frustrada que se encontraba la Inspectora al ser incapaz de saber “que era”, estaba seguro casi que con absoluta certeza, de que no existía nadie en las razas que me pudiese identificar como un LILIM, y muchísimo menos como el primero, Ashur, el Maldito.

Quizá no os hagáis una idea de la importancia y repercusiones que tuvo para mí el descubrimiento de toda una brigada de la policía formada exclusivamente por miembros de las razas, que además sabían quiénes eran cada uno de ellos. Algo semejante era del todo imposible que hubiese sido creado de la nada sin el permiso y la aquiescencia del consejo Europeo, lo que me permitía suponer que no sería ni mucho menos un caso aislado, cuanto menos en Europa. En una de estas visitas y gracias a un error de bulto de la inspectora jefa, descubriría, que mientras en mis dos vidas anteriores me dedicaba a recuperar mis fondos de emergencia y crearme un complejo entramado legal en paraísos fiscales para protegerlos, los cinco Consejos Continentales se habían reunido y decidido intervenir en el mundo humano, creando varios tipos de redes con el fin de proteger en última instancia el secreto de las razas, y una de ellas, se situaba en las policías de más de medio mundo. Llegados a ese extremo, comprendí que mis opciones de escapar a mi actual identidad como Miguel de Urquiza estaban seriamente comprometidas, excepto que me decidiese por una nueva vida de ermitaño en algún rincón remoto del planeta a la espera de que mi siguiente identidad estuviese lista para ser asumida.

Desgraciadamente en esos momentos no podía apartarme antes de solucionar el problema en que estábamos todos metidos, y por otro lado, aún no había conseguido todo lo que pretendía aprender con la presente identidad de Miguel de Urquiza… Empecé a tener claro que esta iba a ser una de esas vidas bajo una identidad con la que estaría totalmente expuesto a una curiosidad que no me interesaba en absoluto despertar y de la que me tendría que defender, antes o después. Si bien en casi todas mis identidades había mantenido un perfil muy bajo, en algunas me había sido imposible evitar situarme entre los puestos más visibles del poder. Una e esas ocasiones en que más había asomado la cabeza, sin duda fue en Esparta, donde me había colocado como uno de los trescientos en las Termopilas gracias a ser amigo personal del rey Leónidas, así como su consejero y comandante de los Krypteia del ejercito Espartano. La noche antes del tercer día, anterior al último enfrentamiento, ya con todo perdido, Leonidas nos envió a todos los Krypteia a terminar con el Rey Jerjes. Únicamente yo llegué hasta su tienda, tuve ante mí a Jerjes dormido e indefenso, me limite a dejar mi daga sobre su lecho para que supiese que un Espartano había estado allí, marchándome sin cumplir con mi misión. Desgraciadamente para Leonidas, me era imposible matarlo, ya que de haberlo hecho el ejército Persa se habría derrumbado, convirtiéndome en alguien peligrosamente famoso para mis intereses… Mis datos, nombre y todo lo relacionado conmigo se habría transmitido sin parar a lo largo de la historia, cosa que no podía ni de lejos permitirme.

Gracias a las nuevas fotos que pusieron ante mí, pude darme cuenta en toda su amplitud del problema al que nos estábamos enfrentando. Más me preocupo el hecho de que ese lunático, tras estar asesinando gente de forma continuada, repentinamente tras el último hubiese parado en seco, dejando de matar en las fechas que la policía tenía previstas gracias a los perfiles que se habían creado sobre él. Mientras que para ellos eso parecía indicar, que quizá lo hubiese dejado por un tiempo, o que se hubiese trasladado a otro país, para mi únicamente indicaba que por algún motivo, se debía de haber encontrado con algún problema a la hora de poder llevar a cabo su siguiente intento ritual… Pero una cosa era poder discernir eso, y otra muy diferente ser capaz de entender cómo funcionaba su perturbada mente con todo aquello. Un mes después del último asesinato, sabiendo que yo no podría esperar mucho más para llevar un nuevo ritual a cabo si quería que los anteriores le sirviesen para algo, estime que necesitaba sangre, me era necesario aumentar drásticamente mis reservas de Vitae. Pese a llevar en este tiempo una dieta rica en elementos que potenciaban la fabricación de sangre, y a no haber usado prácticamente Vitae, no había logrado prácticamente aumentar mis reservas. Pero mi problema es que siempre tenía a alguien pegado a mi espalda por cortesía de la Inspectora Jefe, no sabía muy bien si como elemento de protección, o como un medio más para tratar de averiguar cosas de mi.

En esos momentos, gracias a mi escolta, no me servía mi habitual método de bailar, ligar, follar, servicios u hotel, aquí te pillo, aquí te mato, morder y vuelta a empezar en otro sito hasta quedar saciado. La situación me obligaba al plan B, una sola víctima, preferiblemente su casa y no la mía, acompañarla toda la noche, y no dejarla hasta un poco después de desayunar, cuando su cuerpo se hubiese recuperado. No me gustaba esa opción porque me obligaba a afinar mucho con mi objetivo, ya que quería follar, beber su sangre y adiós muy buenas, sin crear lazos entre ambos de ningún tipo o buscarme problemas del tipo novio cornudo con ganas de bronca al descubrirnos o sospechar de nosotros… Era noche de viernes, decidí ir a la caza de mi presa, por lo que me acicale convenientemente y me dirigí al centro, a los locales de moda de la ciudad, concretamente a aquellos que sabía que estarían más concurridos, donde me sería más fácil conseguir la dudosa posibilidad de perder de vista a mi “escolta”.

Una vez llegue al local, lo primero que hice fue lo que prácticamente el 90% de la gente, ir a la barra a conseguirme un copa, en mi caso poco cargada. El local tenía dos pisos por encima de la pista de baile, se trataba de un antiguo teatro reformado, y ese era uno de los motivos por el que me gustaba. Desde el primer piso se apreciaba bastante bien la pista de baile y la gente moviéndose por la planta baja, lo que me permitía observar tranquilamente para encontrar a mi presa. Mi excelente vista, sin necesidad de usar sangre, y mis conocimientos en lectura de labios, desde la posición adecuada, me ayudaban a elegir cual sería mi presa ese día, de hecho, en la primera hora y media que había estado allí parado mirando, con mi sombra sentado tras de mí, en un sitio en penumbra, había desechado un total de cinco candidatas que en principio prometían. En cada una de ellas había descubierto un problema potencial que me podía llevar al fracaso de mis intenciones, algo que en esta situación no me podía permitir, por lo que debía de ser más cauto y afinar más que nunca a la hora de elegir.

La primera según su conversación con sus amigas no era otra cosa que una calienta, por lo que pese a mi seguridad en mí mismo, corría el riesgo de no obtener nada. La segunda parecía haber discutido con su pareja y estar allí solamente por llevarle la contraria, y si se daba el caso, que se jodiese si se enrollaba con alguien por su culpa. No obstante, no me quedo claro si su pareja era hombre o mujer, siendo la segunda opción por su forma de hablar, conversación y comportamiento al mirar, mucho más que probable. Evidentemente, una lesbiana era un riesgo excesivo en mi situación. La tercera, y posiblemente la más asequible, iba con amigas, con amigas de las que yo definía como… “lapas”, de las que no le permitirían desmandarse ni lo mas mínimo sin montarle antes algún numerito. La cuarta estaba con dos amigas, pero cuando por fin decidí que era la indicada e iba a comenzar a moverme para bajar a por ella, hizo su aparición por sorpresa para todos, su novio, aunque ni ella ni sus amigas parecieron muy felices, fue algo que resultó determinante para excluirla también. Y la quinta, en este caso fue error mío, tarde demasiado en decidirme y ella misma fue quien se autoexcluyo al comenzar a enrollarse en medio de la pista con un tío que la entró mientras yo aún estaba evaluándola. Tarde aun como una media hora más, tras bajar a por mi segunda copa, en dar por fin con mi candidata ideal para esa noche.

Tres chicas bailando entre ellas y espantándose moscones. Castaña con mechas rubias, sobre 1.70 de altura, cuerpo de infarto y cara picara, nariz fina, labios golosos, chaqueta corta, top, minifalda y botas hasta medio muslo. Morena, sobre 1.72 de altura, moviéndose que parecía decir follarme ahora mismo, cuerpo para babear sobre él, culo de infarto, pecho 85 aprox., vestido fino entallado que al moverse dejaba ver bastante de sus muslos. Y finalmente mi presa. Sobre 1.68, pecho abundante, 110 o 120, caderas anchas, curvas pronunciadas, cara entre tímida y picara, pelo castaño a media melena, risa cristalina, voz suave y aparentemente, la más lanzada de las tres. Por cada tipo que alguna de sus dos amigas ha espantado, esta chica, lo ha hecho con al menos tres y sin cortarse ni medio pelo, a lo bestia. Tras unos breves minutos de observación ya con mi decisión tomada, me pongo en movimiento para abordarlas y poder de ese modo entablar conversación con ellas. Ya antes de acercarme y ver como mi presa despacha a dos nuevos “adonis”, sé que no puedo entrarlas como lo haría normalmente, que debo llamar su atención y concentrar su interés en mi…

Me acerco a ellas aprovechando el ritmo lento de la canción que suena en esos instantes, entorno los ojos pero sin perderlas de vista. Poco a poco me voy acercando, en un momento dado estoy bailando a su lado y de cara a ellas, atrayendo al moverme la atención de mi presa. Justo antes de que la canción termine, esta no aguanta más mi presencia tan cerca de ellas y me llama la atención, por toda contestación, llevo mi pulgar a la nariz y extiendo la mano moviendo los dedos a la vez que la caso la lengua sonriéndola divertido. Tras eso la doy la espalda y continúo bailando los escasos segundos que quedan. En el escaso margen hasta que la nueva canción empieza la chica trata de hablar conmigo, y justo cuando hice amago de preguntarle que quería, vuelve a sonar la música, por lo que saludándola con una sonrisa, pase a ignorarla y seguir bailando. Todo esto de cara a sus amigas a quienes les faltó tiempo para reírse… Tan solo diez minutos y dos canciones después, estábamos los cuatro en la barra tomándonos una copa mientras mi “presa” parecía dirigirme un interrogatorio en toda regla del que no hacía más que escaparme con chistes, chascarrillos y gestos divertidos… al menos para su amigas que no paraban de reírse.

Usando una mínima cantidad de sangre para potenciar mi sentido del olfato, pude detectar en las tres el aroma de su excitación, en un momento dado supe que lo tenía prácticamente solucionado con cualquiera de las tres que eligiese, siempre y cuando lograse separarlas. Las dos amigas de mi presa me lo pusieron en bandeja marchándose juntas nuevamente a la pista de baile. Una vez en ella se pusieron a moverse entre ellas, mirarlas era un auténtico espectáculo, además las dos no dejaban de mirar hacia donde nos encontrábamos su amiga y yo, quien viendo la situación se puso repentinamente seria antes de dirigirse a mi…

  • Y bien, dime, ¿ya has decidido a cual vas a tratar de llevarte a la cama esta noche? –hizo un gesto con la mano-, y por favor, no me digas que esperas que con las dos.
  • Pues no, la verdad es que no pensaba irme con ellas, mi intención cuando me acerque a vosotras era terminar esta noche follando contigo donde mejor te viniese, tu casa, mi casa e incluso porque no, un hotel…

Cuando la conteste la pille bebiendo y empezó a toser, como a la vez también trataba de hablar, mas tosía aun, al extremo que vi de reojo como sus dos amigas dejaban de bailar para venir directas hacia nosotros con cara de preocupación. Trate de ganar algunos enteros antes de que esas dos pudiesen llegar hasta nosotros…

  • Venga, venga, tranquila, respira, no trates de hablar, que al final si sigues así te vas a ahogar y me fastidiarías los planes, porque te aseguro que yo solo follo con chicas vivas –al final logro sobreponerse antes de que sus amigas nos alcanzasen.
  • Joder tío, sí que le echas morro. Buena contestación, reconozco que me has sorprendido, pero no me respondiste con cual de mis dos amigas… -me miró muy seria.
  • Sabes, -acerque mis labios a su oreja- lo dije completamente en serio, tus amigas sin duda están muy buenas, pero es contigo con quien me muero por meterle la polla y follarte hasta que te corras en mis brazos gritando de placer… Sabes, me da la impresión de que eres tres veces más ardiente que tus amigas en la cama… y tengo muchas ganas de tenerte ya en la mía abierta de piernas para poder saborearte íntimamente… -la escuche jadear suavemente justo cuando llegaron sus amigas.
  • ¿Estás bien Norma? –pregunto la de las mechas.
  • Si, perfectamente, es que me ha sorprendido cuando me respondió y… -se calló poniéndose colorada.
  • ¿Qué la dijiste? –inquirio su otra amiga seria mientras pasaba un brazo en torno a Norma con gesto protector.
  • Pues nada que no fuese verdad. Me pregunto que por cual de vosotras dos estaba interesado para tratar de pasar la noche, y le he dicho la verdad, que a quien me quiero follar es a ella, no a ninguna de vosotras. También la he dicho que me pone mucho y que me gustaría tenerla ya en mi cama abierta de piernas para poder lamerla lentamente…
  • ¿Pero tu quien coño te crees que eres para hablarle de ese modo, tío? –replico enfadada la de las mechas.
  • Pues soy alguien interesado en pasar todo lo que queda de noche follando como salvajes con tu amiga, o que pasa, ¿es que si te lo hubiese planteado así a ti o a tu amiga no estaríamos ahora comiéndonos los morros? –dije señalando con un gesto a la morena.
  • Oye tu… -corté a la morena.
  • No oye, ni oiga, ¿os jugáis algo las dos a que si meto la mano en vuestras bragas las encuentro completamente mojadas? A haceros las amigas monjitas con otro, estáis las dos más cachondas con la posibilidad de terminar la noche conmigo que vuestra amiga Norma, que es quien realmente me pone bruto a tope…

Sin que ninguna de las otras se diese cuenta, aproveche el aparente shock de Norma para llevar una de sus manos hasta mi polla, haciendo que sintiese por completo tanto su dureza, como su extensión… Finalmente, quienes pusieron la balanza completamente a mi favor fueron sus dos amigas, cuando casi a dúo y antes mis ataques, dijeron que Norma no se iría conmigo porque ella “no era así”, que no era uno de esas… Mi reacción fue reírme y volverme a Norma para preguntarle si de verdad no era una mujer soltera, sin compromiso, ardiente, sin prejuicios y que sabía lo que quería… Como única respuesta se acercó a mí, pegándose como su fuese una lapa, pasando sus brazos en torno a mi cuello y ofreciéndome sus jugosos labios para que los devorase a placer. Aproveche para sujetarla por el culo con las dos manos y apretarla contra mí, de modo que mi polla se estrujase contra su pelvis, mientras al oído le dije que si nos íbamos juntos durante todo lo que quedase de noche ella sería mi puta y yo su cabrón… Después y mientras le mordisqueaba sensualmente la oreja le susurre que le iba a romper su chorreante coñito a base de pollazos…, la sentí estremecerse y apretarse aún más contra mí.

Lo que más me sorprendió fue que treinta segundos después salía tras Norma mientras esta tiraba de mi mano con sus amigas tras nosotros tratando de convencerla de que era una locura. Cuando llegamos a su coche se revolvió contra sus amigas, dejándolas al igual que a mí, con la boca abierta al citarlas en su casa para desayunar a las doce, prohibiéndolas llegar antes porque si no nos pillarían follando aun. Todo el camino fue bien, tras aparcar y entrar al portal de su casa también, en el ascensor comiéndonos los morros igual, pero al llegar a la puerta, note como vacilaba por primera vez. Fui yo quien termino por girar la llave de su casa para abrir la puerta, empujándola suavemente al interior con mi propio cuerpo. Una vez cerrada esta tras nosotros la hice darse la vuelta y quedar mirándome de frente, mientras la comía a besitos, la prometí que no haríamos nada que ella no quisiese, que si en algún momento me decía de parar, todo se terminaría… que ella era quien decidía hasta donde llegaba. Aparentemente eso la tranquilizo…

Esta era una de esas veces en que tener el cuerpo de un dios griego compensa, porque ya en su habitación, nos empezábamos a desnudar mutuamente sin dejar de besarnos. Cuando ambos estuvimos completamente desnudos, nos retiramos para vernos, para saborear lo que pronto podríamos disfrutar, casi sentí el click de la mente de Norma cuando me vio tal cual era y el momento exacto en que su boca comenzó a crear saliva de forma descontrolada, literalmente, la boca se le hacía agua mirándome. Con otra chica o en circunstancias diferentes, muy probablemente habría comenzado comiéndola el coño y lamiéndola lentamente el cuerpo para excitarla al máximo, sin embargo con Norma todo eso era superfluo, fui directo al grano. La alce en brazos, haciendo que rodease mi cintura con sus piernas, aprovechando la ocasión para penetrarla aun antes de tumbarnos sobre la cama y follármela unos cuantos segundos en esa posición. Cuando por fin ambos caímos sobre la cama, Norma estaba completamente ensartada, gimiendo como una loca, y pidiendo que la follase mucho más fuerte. En un momento dado, los empujones eran tan fuertes que estábamos contra el cabecero de la cama y este golpeando la pared con cada embestida… Unos pocos minutos después Norma se corría viva al grito de “si cabrón, si, párteme en dos a pollazos, así, así, siiiii…”.

Debimos de ser muy escandalosos, porque tras su corrida y mientras recuperaba el resuello con mi polla aun en su interior, llamaron a la puerta. Mientras me apartaba de encima suyo saliendo de su interior, no pude evitar ser un poco malicioso…

  • Joder que inoportuno quien quiera que sea, vaya putas horas de dar por culo –se quejó Norma ante el sonido repetitivo e insistente del timbre de la puerta.
  • Lo mismo son tus amigas por si no estás disfrutando echarte una mano conmigo… -le dije malicioso.
  • Pues como sean ellas les meto con la puerta en las narices… -me replicó en tono serio, aunque medio escapándosele una sonrisa al pensar en ello.

Me levante tras ella procurando no hacer ruido, gracias a mis capacidades y al uso de un poco de sangre en mi sentido de oído pude saber que era su vecina de al lado quejándose del ruido que estábamos haciendo. Con toda la mala uva del mundo aparecí por detrás de Norma, completamente desnudo y con el rabo tieso con un mástil prácticamente pegado contra mi estómago. Ante Norma había una mujer de unos treinta y cuatro o treinta y seis años, con la mandíbula medio descolgada y los ojos aún más abiertos que la boca, mirándome fijamente. Supongo que la aparición de una especie de dios griego desnudo con el rabo en ristre tras de Norma, no se lo esperaba de ninguna de las maneras. Menos aún se debía esperar mi siguiente maniobra porque si cabe, tanto su boca como sus ojos trataron de desencajarse más aún. Abrace por detrás a Norma, cerrando mis manos sobre sus pechos por dentro de su bata mientras claramente frotaba mi polla contra su culo a la vez que la susurraba al oído lo bastante alto como para que su vecina me pudiese escuchar…

  • Porque no despides a tu amiga, aunque esta putita no esté mal, paso de tríos, ahora mismo prefiero que cierres esta puerta para que pueda empotrarte contra ella hasta que te corras como la perrita cachonda que eres… -le mordisquee la oreja.
  • Oiga… que yo no… -la vecina no llego a terminar de replicar toda sulfurada a lo que yo dije, ya que Norma le cerró la puerta en los morros al escucharme.

Ni me lo plantee, alce a Norma hacia mi cintura para que la rodease con sus piernas, se la clave hasta el fondo en el coño y llevándola contra la puerta comencé a embestirla con todas mis fuerzas. Desde fuera a la vecina, pues seguía allí parada, debía de parecerle que estaban tratando de derribar la puerta con un ariete de lo fuerte que le estábamos pegando. Mi desarrollado sentido del olfato, aun antes de cerrar la puerta ya había empezado a detectar el aroma de excitación de la vecina, por lo que pude suponer que a la pobre esos golpes no debían de estarle haciendo ningún bien a su imaginación y por tanto, a su libido. En otras circunstancias, quizá tras terminar con Norma me hubiese podido plantear llamar a la puerta de la vecina, pero en las actuales circunstancias, era algo que no podía plantearme, tenía que conformarme con mi pequeña insaciable. Me llevo poco más de tres minutos que Norma se corriese como una perra empotrada contra la puerta, lo único que tuve que hacer fue no dejar de susurrarla que su vecina seguía tras ella, escuchando como la empotraba… fue mano de santo, la muy zorra se derretía viva con solo pensarlo.

Cuando Norma por fin se corrió ahogándose su grito en mi garganta, donde tenía casi incrustada su lengua, pude escuchar un leve gemido procedente del otro lado de la puerta. Lo cierto es que no había estado prestando atención, dando por supuesto que la vecina se habría ido ya, pero eso me dejo claro que no había sido así. Tomando a Norma por sorpresa abrí la puerta, encontrándome frente a mí a la vecina, con la oreja medio apoyada contra ella y su mano perdida bajo sus bragas. Al verse sorprendida trató de escaparse en dirección a la puerta entreabierta de su casa, cosa que evite cogiéndola por la cintura con un brazo y llevándola en vilo dentro de la casa de Norma, pegándola bruscamente contra la pared de esta mientras que mi otra mano le arrancaba las bragas, que estaban literalmente chorreando. Me gire levemente hasta quedar mirando a Norma, haciéndole una pequeña señal sobre si quería que la diese una lección, vi sus ojos brillar mientras que asentía con la cabeza jadeando… Penetre sin piedad a la vecina, metiéndosela también hasta el fondo, abriéndola con dureza, se notaba que en ella hacia mucho que no entraba una como la mía, si es que alguna vez entro alguna. Debía estar casi a punto de caramelo cuando la sorprendí, porque ella al igual que le paso antes a Norma y pese a la dureza de mi invasión de su coño, se corrió berreando en unos escasos minutos.

Después de eso se la saque, dándola la vuelta y pegándola un morreo de aúpa, prácticamente metiéndole la lengua hasta las amígdalas. Norma por su parte abrió la puerta, diciéndola que era hora de que se marchase, que ya llevaba lo que había ido a su casa a buscar y que si quería más, que pegase la oreja a la pared de la habitación mientras se hacía un dedo escuchando como me la follaba hasta reventarla. Ni que decir que lleve a la vecina hasta la puerta, cerrando luego Norma en sus narices, no sin antes devolverle sus destrozadas bragas tras recogerlas del suelo. Norma tras cerrar me cogió por la polla, llevándome tras ella mientras no paraba de decirme que como castigo por follarme a la zorra de su vecina, ahora tendría que follármela sin piedad hasta que la hiciese perder el sentido. Su primera sorpresa seria llego al tirarse sobre su cama en plancha, trato de ponerse bocarriba para que la follas de nuevo, pero se encontró con que no se lo permití. Apenas tardo veinte segundos en darse cuenta de lo que pretendía hacer y dos más en tratar de escapar a su destino. Hice que alzase las caderas a base de darle cachetes en las nalgas al extremo de ponerle ambas rojas y dejarla gimoteando…

Pase uno de mis brazos por sus caderas, alzándola contra mi mientras la mano terminaba en su coño, introduciéndole dos dedos a la vez que el pulgar se centraba sobre su clítoris, tras eso, puse al fin la cabeza de mi polla sobre el orificio de su hasta ese instante virgen culito. Fui masturbándola a la vez que la follaba con los dedos, mientras poco a poco fui introduciéndole la cabeza, aprovechando sus momentos de cercanía al clímax para profundizar. El dolor hacia que esa cercanía al orgasmo desapareciese, pero también, que sufriese menos con mi invasión. Quince minutos después tenía todo mi rabo enterrado dentro de su culo mientras respiraba jadeante, aguantando los ya leves latigazos de dolor por el brutal ensanche que habían sufrido sus músculos anales. Diez minutos después, y mientras mi mano seguía haciendo maravillas sobre su coño, empecé a taladrarla el culo con fuerza, arrancándole los primero gemidos netamente de placer al ser perforada por su puerta trasera.

El instante de correrse viva con la penetración anal y la masturbación que estaba realizándole mi mano, también yo empecé a eyacular en su recto. Ese fue el preciso momento en que la mordí, absorbiendo su sangre y depositando a cambio ciertas sustancias en el torrente sanguíneo que la hizo potenciar de forma brutal su sensación de placer por el orgasmo. Estuvo casi un minuto berreando con el orgasmo, grito hasta casi romperse las cuerdas vocales, cuando termine de beber ella se desplomo sobre la cama totalmente inconsciente. En seguida comprobé que todo estuviese en orden, que el pulso estuviese bien, que ella respirase de forma adecuada y que nada sobre la cama se hubiese manchado de sangre. Por la cantidad de sangre que había tomado, sabía que estaría inconsciente sobre las tres horas, tiempo que aproveche para meterle nuevamente la polla por todos y cada uno de sus agujeros con el único fin de dejárselos todos irritados por una noche completa de uso, aunque ella no fuese capaz de recordar ni la mitad de lo que “ocurrió” entre ambos. Este era un truco tan efectivo como rastrero, normalmente si te volvías a encontrar con alguna de ellas más adelante no solían preguntar, pero si por casualidad dejaban caer alguna insinuación, ese “sobre uso” hacia verosímil la respuesta susurrada en su oído de que habíamos estado follando sin parar hasta por la mañana momento en que me fui porque se quedó dormida, último detalle ese del que generalmente, preferían que nadie se pudiese enterar.

Sus amigas llegaron a la casa sobre las once, sorprendiéndonos a los dos en la cama. Mientras ellas preparaban el desayuno para los cuatro por insistencia de Norma, ambos nos metimos a la vez en la ducha, a quien yo ayude delicadamente a asearse. Norma en un momento dado ante las molestias que sentía me pregunto de pasada que como recordaba la noche, mi respuesta riéndome fue que perfectamente, y que era una fiera, que tenía la polla casi en carne viva, pero que menos mal que al final se quedó dormida tras su ultimo orgasmo porque ya no daba más de mí. Allí en la ducha, Norma empezó a tratar de tantearme sobre que pensaba de lo ocurrido, haciéndome sonreír para mi pues veía por donde iban los tiros, la deje llegar hasta la típica frase de que había sido divertido, pero nada más… Riéndome le dije que se calmase, que era consciente de que no había sido más que sexo. Tras tomar un café con Norma y sus dos amigas, aguantar sus chanzas e indirectas durante al menos quince minutos, me despedí de las tres, plenamente consciente de que Norma se encargaría de cambiar de lugar de marcha en una temporada para evitar volver a cruzarse otra vez conmigo. Me fui de allí pensando e imaginándome lo difícil e incómodo que iba a resultar para Norma y su vecinita la primera vez que ambas se volviesen a encontrar de frente… asumí también riéndome, que muy posiblemente, ese era uno de los principales puntos de la falta de deseo por parte de Norma de volver a verme.

Al llegar a mi casa me encontré con Coral y Tony esperándome con unas caras de un kilómetro de largas, tras de mi apareció mi sombra protectora, el cual hizo un gesto a los otros dos y se marchó. Lo cierto es que me quede mirando cómo se iba, o más bien, a la velocidad que se marchaba, cuando me volví nuevamente para mirar a los otros, vi que sus caras solo habían empeorado. Aunque lo cierto es que lo que ocurriese y lo que ellos opinasen me importaban menos que nada, trate de seguir en mi papel, mirando de justificarme…

  • Esto… veréis, vengo de tomar unas copas por ahí… -trate de justificarme, siendo Coral quien me interrumpió.
  • Déjalo, sabemos perfectamente de dónde vienes, con quien has estado y suponemos también a que te has estado dedicando hasta estas horas… -me replico de muy mala leche.
  • Ok, muy bien. Pues sí, vengo de estar toda la noche follando con una tía, ¿algún problema con que eche un polvo? –le pregunte directamente a Coral con la misma mala hostia.
  • No, salvo que mientras tú estas por ahí jugando, han vuelto a matar a otra persona, y esta vez ha sido mucho peor que en las ocasiones anteriores…
  • Bueno vale. Miguel, la Inspectora Jefa nos ha pedido que te llevemos para ver qué opinas de lo que nos hemos encontrado.
  • Y si hubieses estado disponible, habrías visto la escena completa antes de que se llevasen el cuerpo y los de la científica pasasen arrollándolo todo… -fui a interrumpirla, pero su compañero Tony se me adelantó.
  • Bueno, ya vale Coral… No es policía, es un amigo tuyo que se ha ofrecido a ayudarnos, no tiene por qué estar viviendo pendiente de nosotros o nuestras necesidades, él no come de ayudarnos.
  • Creo que es de las pocas veces que estoy de acuerdo con tu compañero. Coral, tengo mi propia vida, a la que no pienso renunciar, y a la que voy a volver en cuanto todo esto se termine. Tú eres policía y vives de, y para todo esto, yo no… Bueno, pues dejad que me cambie y nos vamos.

Me cambie de ropa y nos marchamos. Tony iba conduciendo en silencio, mientras que Coral no paraba de murmurar visiblemente enfadada. Por mi parte opte por apoyar la cabeza en el respaldo del asiento trasero y fingir dormitar. Cuando llegamos al polígono y a la nave vacía donde habían encontrado el cuerpo, vi que en parte, el cabreo de Coral venia por su jefa, la inspectora, quien parecía hacerla a ella responsable de que yo estuviese “disponible”. Preferí no meterme en lo que no me llamaba y me dedique a observarlo todo detenidamente, aunque no por eso deje se sentir clavados en mi espalda los ojos de la Súcubo. Ella al igual que Tony, el compañero de Coral, estaba frustrada por no saber que era yo exactamente, por algún motivo, lo del Druid no parecía haber colado del todo. Por las venas de los Súcubos corrían restos de la poderosa sangre demoniaca que junto a Lilith les dio vida, y los Lykos eran adversarios naturales de los hijos de la Noche, por lo que suponía que ambos a nivel instintivo podían presentir en mí el legado de mi madre, el poder de los hijos de la noche que llevaba dentro.

En esta ocasión la víctima no era humana, se trataba de un hijo de las Razas, concretamente y por lo que me dijeron era un hombre Jabalí. No eran precisamente un raza cómoda o débil, no vivían solos sino en agrupaciones, piaras o manadas, como se quisiese definir, y entre ellos a la hora de defenderse de otras razas era una especie de uno para todos, y todos para uno. La elección para este sacrificio no era precisamente la más sencilla de todas, incluso un miembro de la raza de los pumas, los linces e incluso los jaguares de la amazonia profunda, pese a su peligrosidad serían más “manejables” al actuar en solitario. Quien quiera que fuese el “lunático” había elegido a su presa con total convicción de que era lo que necesitaba… La Inspectora Jefe se acercó a mi cuando me vio cambiando impresiones con Coral, que  se encontraba a mi lado de pie, con los brazos cruzados mirando la sangría que había en el suelo…

  • ¿Qué piensa?
  • Pues lo primero, que aquí hay demasiada sangre para ser solo de la víctima…
  • Eso mismo nos ha dicho la científica, ya estamos comprobando si hay en los alrededores un segundo cadáver del que haya salido esa sangre… ¿Y el dibujo?, ha vuelto a cambiar…
  • Si, lo sé, sigue tratando de modificar las condiciones para atraer lo que él piensa que es algún tipo de demonio. Creo que al comprobar que con humanos no ha funcionado he empezado a apuntar hacia las razas…
  • Eso prácticamente nos deja con un único tipo de lunático, alguien de las razas… -replico Coral.
  • No necesariamente, podría tratarse de un Brujo tratando de hacer magia negra... –repuso la Inspectora Jefa.
  • En ese caso es alguien que ha descubierto hace muy poco sus poderes, ninguno con un mínimo de experiencia o un maestro trataría de hacer esto… El sello de Salomón en esa posición te asegura perder el control de cualquier demonio que pudiese aparecer… -señale el dibujo.
  • Encontramos también esto en la parte superior del dibujo, arriba, donde está el claro de la sangre. Suponemos que entro una paloma que fue hacia el dibujo y ese lunático se asustó. Creemos que no llego a completar el ritual que estaba practicando –explico la Inspectora jefa pasándome una bolsa de plástico.

Al ver lo que había dentro de la bolsa contuve la respiración, era una larga pluma negra de tono mate, casi tirando hacia un gris oscuro, de su interior parecía irradiar una especie de iridiscencia que también me estaba comentando la inspectora. Me fije en la parte donde dijo que había aparecido la pluma, en la parte superior, justo sobre la zona superior de la Estrella de seis puntas del sello de Salomón, donde se veía perfectamente un claro dentro del gran charco de sangre que casi ocultaba todo el resto del dibujo… Maldije en silencio porque sabía lo que significaba esa pluma en el escenario, pero especialmente dentro del círculo protector del sello de Salomón, sobre la punta superior de la estrella. Inspire fuerte…

  • Inspectora, que sus hombres dejen de buscar un nuevo cuerpo, no lo van a encontrar. El exceso de sangre es de nuestro hombre, y tenía razón, esta pluma indica que se interrumpió el sacrificio… Esta herido, yo que usted buscaría en hospitales, clínicas e incluso si me apura veterinarias… témenos que encontrarlo antes de que sea demasiado tarde…
  • ¿Qué es lo que ocurre Miguel? –pregunto preocupada Coral.
  • Ocurre que esta pluma indica que ha tenido éxito… ha llamado su atención. Si vuelve a realizar el ritual, cuando lo termine, el vendrá de nuevo a nuestro mundo, estará irritado con lo sucedido, y nadie sabe que es lo que podría llegar a ocurrir…
  • Quien es el que vendrá a nuestro mundo, ¿algún demonio poderoso o algún otro tipo de entidad mágica? –replico Coral.
  • Si esa pluma hubiese sido blanca, habría dicho que está usted hablando de un Ángel, pero solo los caídos las han tenido negras, y únicamente durante el breve periodo que les llevo el descenso a los infiernos, antes de que sus Alas fuesen quemados por los fuegos del averno –replico muy seria la Inspectora.
  • Busquen a ese imbécil, aprovechen que está herido y va a necesitar asistencia para encontrarlo, mátenlo si es necesario, pero que no pueda volver a repetir algo como esto o todos nosotros vamos a temer muchísimos problemas. Otra cosa inspectora, deshágase de esa pluma cuanto antes, destrúyala, que no quede ni el menor rastro de ella. Eso es todo lo que puedo decirles, ahora debo de marchar a casa…

Por sorprendente que parezca, la Jefa de Inspectoras no dijo ni media palabra, es más, siguió la idea que le di y comenzó a distribuir a sus hombres hacia cualquier sitio donde el sudes pudiese curarse, aunque yo sabía el porqué de esa reacción. Supongo que por un lado supuso que lo de la pluma lo dije por considerar que estaba contaminada por el ritual, pero la verdad es que la Súcubo no debía de encontrarse muy bien física y psíquicamente manteniendo esa pluma tan cerca suya, debía de sentirse un poco confundida. Había hablado de la pluma y las alas de los Ángeles en tono irónico al ver el color que esta tenia, pues de todos es conocido que las plumas de sus alas son blancas e irradian un intenso halo de pureza. Estaba claro que no sabía lo que estaba sosteniendo entre sus manos o se habría apresurado a destruirla en el momento mismo en que le puso la vista encima y sin necesidad de que yo se lo dijese. Tardamos como media hora en llegar a mi casa, donde Coral y Tony me dejaron, marchándose después sin dirigirme palabra alguna. Nada más llegar a casa me prepare algunos ungüentos de hierbas para la que se avecinaba, saque de su escondite mi puñal y el Xifos, ocultándolos bajo el largo abrigo que me puse, pese a que la temperatura no es que acompañase excesivamente.

Apenas había recorrido cien metros cuando detecte la presencia tras de mi de Coral y Tony siguiéndome. Tome un taxi para que me llevase nuevamente a la nave donde había intentado realizar infructuosamente su ritual, no estaba seguro, pero me daba en la nariz de que pudiese ser que tratase se aprovechar todo lo que ya había hecho para concluir en el mismo sitio el ritual. Gracias a la Inspectora y su estado había logrado mi propósito de despejar el lugar de policía, dándole a ese cretino un lugar ideal para terminar lo que había empezado. Cuando el taxi me dejo me dirigí directamente hacia la puerta de entrada de la nave, justo cuando estaba a punto de entrar se acercaron por mi espalda Coral y su compañero…

  • ¿Necesitas ayuda para lo que sea que estés haciendo aquí? –me pregunto sarcástico Tony.
  • Lo único que necesito es que ninguno de los dos se ponga en medio y que pase lo que pase ahí dentro, hagáis en el acto cualquier cosa que os diga, sin rechistar… no bromeo –dije entrando rápidamente.

Corrieron tras de mí, sin duda con la más que sana intención de detenerme y ocuparse ellos, desafortunadamente no fueron lo bastante rápidos. Cuando por fin me alcanzaron, nos encontramos los tres ante el maldito lunático, que estaba completamente desnudo, con una mujer, por la pinta una prostituta, tendida sobre el dibujo. En el cuerpo del lunático se podían apreciar un número elevado de tatuajes de signos cabalísticos, místicos y de cualquier cosa que remotamente se pareciese a algo de ese estilo. Me fije en que la puta parecía está viva, no aparentaba sufrir más herida que lo que parecía un golpe en la cabeza que era lo que debía de haberla incapacitado, me sonreír, ya que eso significaba que habíamos llegado a tiempo. Desgraciadamente, ese imbécil tenía sujeta a la puta por el pelo con el cuchillo que había estado usando para los sacrificios sobre su garganta…

Mientras que Tony y Coral trataban de razonar con el lunático, y este les sonreía sarcástico, por mi parte desenvainé el Xifos, manteniéndolo oculto a su vista, esperando el instante propicio para poder lanzarme a por ese lunático y eliminarlo antes de que pudiese degollarla. Use mis reservas de Vitae para potenciar mis músculos y sentidos… fue cuando me di cuenta de que el muy cabrón parecía estar recitando algún tipo de conjuro mientras nos paraba de sonreír a los dos policías con aire “tranquilizador”.  De inmediato me puse en movimiento, dando un salto hacia adelante justo en el momento en que ese lunático movía su cuchillo, y justo antes de que yo llegase, dos balas le impactaron sobre el pecho derribándole… La sangre del cretino y de la puta se mezcló sobre el símbolo del sello de Salomón, atrayéndole de modo inmediato a nuestro mundo… Todo alrededor nuestro pareció detenerse, luego contraerse y finalmente expandirse, para finalizar hubo un fogonazo de luz muy blanca en el centro del sello de Salomón que nos deslumbro a todos… Cuando recuperamos la vista, un hombre rubio, alto, de ojos azules, con rostro intemporal y unas enormes alas oscuras desplegadas miraba hacia todos los presentes…  Entonces se fijó en mí, sonrió y dio varios pasos hasta depositar su mano derecha sobre mi hombro…

  • Bien hallado, hacía mucho, mucho tiempo que no te veía. ¿Puedes por favor explicarme que es lo que ocurre aquí? No creo que deba de pisar de nuevo aun este mundo…
  • No, es cierto, como tu pienso que aún no debías de regresar… Ha sido ese hombre tratando de llamar a los demonios quien ha provocado tu regreso… para ello sacrifico a esa mujer que se desangra sobre el sagrado sello de Salomón. Trate de impedirlo, pero no he llegado a tiempo… -incline la cabeza a modo de indicación de respeto y haber terminado.
  • Entiendo, esto tiene muy fácil solución…

Extendió una mano, apunto con el dedo índice primero al lunático, y posteriormente a la mujer, luego de ello se volvió hacia mí, fijándose en las dos personas que se encontraban tras de mí, Tony y Coral. Me miro fijamente a los ojos antes de hablar de nuevo…

  • ¿Y esas dos personas con armas en las manos y que dirigen hacia nosotros?
  • Son agentes de la ley –hice señas hacia ellos de que enfundasen, por suerte, y gracias a Coral, los dos me hicieron caso-. Llevábamos los tres buscando a ese asesino bastante tiempo, supongo que tu repentina presencia y el que ese lunático aun no estuviese muerto, es lo que ha hecho que no enfundasen todavía sus armas.
  • Si tú lo dices, te creeré…
  • Créeme que te digo la verdad, pero con lo que ambos ven en su trabajo. Al tratar con lo que los humanos o las razas se hacen los unos a los otros, es difícil ser almas puras, pese a todo hacen lo que honestamente creen que es lo mejor.
  • Entiendo… antes de que me vuelva a marchar, hablemos a solas, quería preguntarte por la última vez que fui llamado a este mundo. Te presentí cerca, pero no te encontré…

Lo cierto es que fue visto y no visto, en cuestión de medio segundo ambos estábamos sobre el tejado de la nave, mirando hacia las luces de la ciudad, con el esperando mi respuesta. Y la verdad es que no sabía exactamente que responderle, es noche estaba muy confusa en mi mente. Creo que fui todo lo sincero que pude ser dentro de mi confusión, recuerdo haberme marchado en barco solo unas pocas horas antes de su llegada, pero no sé si fue iniciativa propia u obligado por una fuerza superior. Dado que por mis especiales circunstancias recuerdo absolutamente todo desde el mismo día de mi nacimiento, el que esa fecha concreta permanezca en una especie de neblina que vela mis recuerdos, me deja muy pocas opciones de sospecha sobre lo que ocurrió. Ni me contesto a mis sospechas, ni espere ni por un solo instante que lo hiciese o me diese algún tipo de explicación por su parte al respecto. Volvió a poner su mano sobre mi hombro, apretándolo con fuerza, pero sin llegar a hacerme daño…

  • Ashur, no sé qué es lo que está pasando, pero ese idiota es imposible que lograse atraerme a este plano por sí mismo aun usando con pleno conocimiento el sagrado sello de salomón con la llamada primigeum que el señor facilito a su heraldo…
  • Lo sé, debería de haber sido imposible, pero lo cierto es que estaba consiguiéndolo. La verdad es que quería estar presente en caso de que lograse atraerte a este plano para poder interceder en esta ocasión por quienes estuviesen presentes… -sonreí-, bueno, por algunos, la verdad es que ese lunático no me importaba en absoluto.
  • Has hecho más que eso, su corrupta llamada ha atraído mi atención, sin embargo, el primigeum ha funcionado perfectamente sin tener que porque hacerlo. Y al igual que aquella vez en que fui llamado, me he sentido impelido a ejecutar el mandato…
  • Pe… pero… pe… -creo que tartamudee y todo, pues yo debería de haber sido la primera de sus víctimas.
  • Pero tu estas fuera de mi alcance, y cuando te has interpuesto ante la mujer que estaba tras de ti que hubiese sido mi primera víctima real, has roto el mandato primigeum… -ese era un tema que no me interesaba por ello trate de desviar la conversación hacia un sitio menos comprometido para mí.
  • Pero como han logrado atraerte de ese modo, creía que algo como eso no era posible…
  • Y no debería de haberlo sido, esta vez me han sorprendido, pero una vez que he identificado el motivo, no volverá a ocurrir más veces.
  • Trataremos de averiguar quién… -me cortó con un gesto y una tensa sonrisa en su cara.
  • Sé quién es el que manipulaba a ese idiota, también sé que era lo que pretendía en realidad y que estaba usando para ello. Para su desgracia soy yo quien ha acudido a su llamada, no quien esperaban, justo es por tanto que me presente ante él y sus “amigos” para que obtengan los beneficios de sus acciones, asegurándome de paso que algo como esto no vuelva a suceder más.

Vi como alzó las alas extendiéndolas, y de un violento movimiento de las mismas se lanzó al aire, desapareciendo, como si hubiese entrado en la nada. No obstante sabía que no había sido así, aun sentía su presencia y el poder abrumador que desprendía, algo que esperaba que solo yo fuese capaz de sentir y más aún, de identificar. Me costó lo mío volver a bajar, para ello tuve que hace un leve uso de mi reserva de Vitae, para colmo fui a caer justo ante mis dos “colegas”. El explicar quién era mi “amigo” a Tony y a Coral, fue algo muchísimo más complicado que el explicarles como podía haber saltado más de cuatro metros sin partirme la crisma. Tras hacer que la Inspectora jefa y los demás miembros de su grupo se volviesen a presentar en la nave, Coral y Tony tras dar una serie de explicaciones un tanto variopintas, me acompañaron a casa por orden directa de su superior. Obvio también decir, que ninguno de los dos iba nada contento conmigo, ya que hasta ese momento había esquivado con facilidad todas y cada una de sus preguntas. Por otro lado, Coral pareció que llegado un momento, se hartó y paso a ser tan franca, como bruta preguntando a las claras…

  • Bueno, se terminó Miguel. Dinos de una puta vez quien coño era ese rubio de las alas que apareció en el centro del círculo, y no se te vaya a ocurrir salir con que era un Ángel… -me soltó Coral muy enfadada.
  • Pues mira, entonces no te digo nada, es una suerte que no me dejes volver a contestarte eso…
  • Vete a la mierda… ¿Qué coño pasó en esa nave? Ese loco debió de haber sobrevivido a nuestros disparos, sin embargo, la puta tenía que haber muerto, se desangro viva antes nuestros ojos. Sin embargo, el muerto es el tío, y la tía esa está fresca como una lechuga, como si no le hubiese pasado nada en absoluto…
  • Tu y yo no nos hemos llevado excesivamente bien Miguel –dijo repentinamente Tony-, pero siempre te he tenido por un tío sensato, y tanto esa contestación de que era un Ángel, como esa espada que llevas escondida… me están haciendo que me lo replantee. Me conoces y sabes lo que soy, yo no sé qué eres tu exactamente, pero no te creo tan ingenuo como para no saber que los Ángeles tienen todos las alas Blancas… Y eso no es un dicho o una creencia, es algo que entre las razas se conoce… y lo sabes…
  • Está bien –suspiré-. En realidad, no todos los Ángeles tienen las alas blancas, existe uno, solo uno de entre todos, cuyas alas son oscuras. En realidad, tampoco el término Ángel le estaría bien aplicado, porque puede que esté más allá incluso de una potestad… Vosotros sois de los pocos seres que le habéis visto, que conocéis de su existencia física y todavía seguís con vida… Ya podéis cerrar este caso, habéis pillado al chalado… -les sonreí-, lo mismo incluso os dan una medalla o algo.
  • Sabes que esto no termino aun, ese tipo es imposible que actuase solo, alguien estaba moviendo sus hilos y tenemos que encontrarlo antes de que reclute a otro lunático.
  • Dejarlo estar, este caso termino, cerrarlo. Os aseguro que quienes manejaban a ese lunático, van a comprobar en persona hasta qué punto era peligros aquello con lo que han estado jugando.
  • Y quien se va a encargar de ellos, ese tipo de las Alas, “El Ángel Oscuro” –replico con cierto retintín Coral, no había terminado casi de hablar cuando mi mano salió disparada impactando contra su mejilla. El guantazo sonó como un latigazo en el silencio de la noche.
  • En tu vida vuelvas a hablar así de él si es que quieres vivir, si alguno de vosotros vuelve alguna vez a cruzarse en su camino, aseguraros de tratarlo con el debido respeto o moriréis en el acto –ambos se quedaron parados ante el guantazo, Coral evito que Tony reaccionase contra mi violentamente cuando por fin fue capaz de moverse.
  • Dime, ¿qué pasa con ese tío que tanto te asusta, y que es eso de que ya estuvo anteriormente una vez aquí, de que no te encontró, dinos, cuando fue eso? –pregunto Coral con la mano en la mejilla y tono resentido.
  • Decidme los dos una cosa, ¿habéis leído la biblia?
  • Bueno, si y no, este es un país católico, aunque no la hayamos leído nunca, más o menos sí que conocemos los principales hecho que se narran en ella. ¿Por qué?
  • Ya llegamos a mi casa, dejadme aquí mismo, ya no tenéis porque vigilarme más. Esto por fin se terminó… quizá quedemos algún día para tomarnos algo y recordar batallitas… -les sonreí a los dos.
  • Espera un momento –dijo Coral-, aun no nos has contestado, ¿y qué coño tiene que ver la biblia con todo esto?
  • Le ha visitado varias veces nuestro mundo, y está reflejado en la biblia… Miradlo si queréis, Éxodo 12:21 o Isaías 37:36, el que antes encontréis… Os lo repito, dejadlo estar, cerrad este caso. No os volváis a poner ninguno de los dos de nuevo en su camino.

Tras eso cerré la puerta, me abrigue, pues sentí un escalofrió, como si alguien me observase, y la verdad, es que no me hacía falta mirar hacia ningún sitio en particular para saber de quien se trataba. Hice lo mejor que se podía hacer en esos momentos, que no era otra cosa que subirme a casa a dormir y dejar de pensar en todo este asunto. No sabía quién o quienes habían puesto todo esto en marcha, pero si estaba convencido de una cosa, quienes fuesen lo iban a pagar de la peor forma posible… Él se iba a encargar personalmente de ello, y tenía muy claro que no me gustaría en absoluto estar en el pellejo de ninguno de esos criminales…

Por alguna razón, o quizá por ese instinto propio que me había hecho sobrevivir durante todos estos milenios sin asomar la cabeza en la historia, sentía una especie de desasosiego, como si todo esto, como si mi actual relación con la Policía y las Razas, no estuviese finiquitada del todo… Y confieso que era algo que no me gustaba en absoluto, era un sentimiento muy desagradable como para poder descansar tranquilo…

CONTINUARA

*Exodo 12:21 - Convocó entonces Moisés a todos los ancianos israelitas, y les dijo: «Vayan en seguida a sus rebaños, escojan el cordero para sus respectivas familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. 22 Tomen luego un manojo de hisopo, mójenlo en la sangre recogida en la palangana, unten de sangre el dintel y los dos postes de la puerta, ¡y no salga ninguno de ustedes de su casa hasta la mañana siguiente! 23 Cuando el Señor pase por el país para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre en el dintel y en los postes de la puerta, y pasará de largo por esa casa. No permitirá el Señor que el ángel exterminador entre en las casas de ustedes y los hiera.

*Isaias 37:36 - Y salió el ángel del Señor y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, todo era cadáveres.

*El Angel de la Muerte : También conocido en el judaísmo como Ashriel, Azaril, Azriel, Baltazar, Ozryel y Azrael; como Malak Almawt en el Islam; como Yama o Yamaraj en el hinduismo; y como la parca o la guadaña en la ficción popular occidental. Descrito también en los libros sagrados como el Ángel del Señor, el Ángel de Jehová o el Ángel Exterminador.

En su rango de ángel según unos, o Arcángel según otros, Azrael tendría como misión ser una especie de psicopompo ; lejos de opiniones más truculentas, se encargaría de tranquilizar a las almas en estado de transición y en esta tarea se erigiría, propiamente, como Ángel de la Muerte. Aunque algunos teólogos lo colocan como una Potestad dentro de la jerarquía angelical mientras que en el judaísmo es considerado el líder del coro de las potestades, otros Teólogos sin embargo lo sitúan como un ente completamente independiente al servicio único de Dios.