Lilim - 17. Cerbero

Por alguna razón que desconozco y por orden de mi queridísima Madre, me toca hacerme cargo durante unas semanas de Cerbero... lo que me pone bastante nervioso...

17 – Cerbero

Uno de los inconvenientes más importantes de tener conmigo a Cerbero, es que difícilmente me atrevería a dejarle solo sin supervisión, podía liar alguna en cuestión de segundos y no sería nada divertido. Tampoco podía confiar en mis hermanos, especialmente en Fenrir, al que Cerbero tenía una tirria que no le soportaba más allá de cinco minutos sin tratar de morderlo. Aunque no esperaba complicaciones con los Wulfgar y me hubiese gustado enviar a alguno de los dos, Caín o Fenrir, finalmente opte por que fuese Poseidón el que se diese un paso por allí por si acaso no eran lo suficientemente diligentes en sus "investigaciones". Otra ventaja, es que dado quien era o sus habilidades, difícilmente podrían "vigilar" la llegada de mi hermano, y este era un experto en meter las narices sin que nadie se enterase de su presencia hasta que era demasiado tarde…

Un asunto que quiero dejar claro, es que cualquier perro del inframundo es muy inteligente, pero Cerbero es algo aparte, su nivel de inteligencia está a la par del de cualquier humano con un CI elevado, pero no por ello deja de ser lo que es. De la empresa me mandaron a trabajar a una joyería donde se había instalado un nuevo sistema de seguridad y me tocaba realizar las ultimas comprobaciones a su sistema informático. Obviamente no me podía llevar a un perro grande, mucho menos a un husky con lo traviesos que eran. Fue decirlo, porque tenía pensado cerrar la puerta con todas las llaves para que no se moviese de allí, y el puñetero Cebero se transformó casi al instante en un pequeño chihuahua. Hasta el más idiota que conociese a Cerbero, sabría que aquello era tanto como decir, "me voy contigo o atente a las consecuencias"…

Cuando llegué a la Joyería primera sorpresa, el dueño y los empleados, todos miembros de su familia, pertenecían a las razas, concretamente su raza procedía de un sucesor del mayor de todos los roedores que hayan existido, el Josephoartigasa que pesaba hasta una tonelada y cuya mordida era considerablemente desagradable para quien la sufría. Se denominaban a sí mismos como Cappibar aunque como digo, no procedían de los Capibaras. Los Cappibar eran especiales en su género, pues aun estando dentro de los RATTS, eran extremadamente belicosos, aunque no muy efectivos en ello. Explico esto, porque no tardaron ni un minuto en detectar que Cerbero no era lo que parecía, no sabían qué, pero tuvieron muy claro de inmediato que no se podía jugar con él. Si bien los hijos no, el padre por lo que deduje, sí que sabía a quién pertenecía la empresa, pues por varios detalles deduje que trató con mi hermano Caín y conociéndole a él o a los Cappibar en general, supuse que también le dejo claro de quien se trataba para que no hubiese malentendidos "problemáticos" a futuro. Los Cappibar, por regla general, suelen ser bastante "picajosos" a la hora de pagar si piensan que algo no vale realmente lo que contrataron en su momento, y con ellos eso es algo bastante difícil de conseguir, de un modo u otro siempre terminan sacando pegas.

Obviamente, hasta el Cappibar más idiota, podría tratar de regatearle con artes más que dudosas incluso a su propia madre si fuese necesario, pero a alguien como el mismísimo Caín, hijo de Adán y Eva, primer Hijo de la Noche, creador de la raza y notoriamente clasificado como alguien muy peligroso, desde luego no, el riesgo sería considerado por ellos como inasumible. Lo cierto es que fueron extremadamente cordiales conmigo, dándome toda clase de facilidades para realizar mi trabajo, justo hasta el emocionante momento en que entraron al local dos personas armadas con la sanísima intención de robar. En menos de un minuto habían inutilizado todas las cámaras visibles, pero obviamente, no una que se había camuflado precisamente para evitar esto y posteriormente que la policía pudiese obtener pistas sobre quien hiciese alguna idiotez de este estilo. Distraídamente y con aire aterrado, fue una información que lamentablemente se me escapó, cosa que los atracadores pillaron al vuelo obligando al dueño a bloquear todo el sistema de alarmas. Desgraciadamente para ellos, en cuanto el dueño lo hizo, y yo lo verifiqué, solo tuve que decir tres palabras para aterrorizar a los Cappibara… porque los ladrones no tuvieron ni tiempo…

Tan solo tuve que decir "Cerbero, todo tuyos", para que el lindo Chihuahua sufriese una brutal transformación y pasase a ser un perrito de algo más de un metro setenta de altura, con el cuerpo lleno de placas coriáceas y tres cabezas, dos de las cuales un minuto después se estaban dando un festín con los dos idiotas mientras los Cappibaras se pegaban aterrados contra la pared… Una vez terminó de comer, de lamer la sangre y dejarlo todo como la patena, el bueno de Cerbero volvió a tomar la forma de un lindísimo Chihuahua que por lo que vi, fue algo que no sirvió para tranquilizar a nadie… Supongo también, que el que yo le llamase Cerbero, que la empresa fuese del mismísimo Caín, y que al crecer tuviese tres cabezas, a los Cappibar les dio de inmediato una idea de quien podían tener en ese momento en la tienda bajo una inocente y hasta casi ridícula apariencia… Al menos tengo que reconocerle que con su aumento de tamaño fue comedido.

Me costó un buen rato tranquilizarlos, y prácticamente nada el conseguir, que primero borrasen toda imagen que se hubiese podido grabar, más por supuesto, el que prometiesen por lo más sagrado para ellos, el no hablar nunca de lo que habían visto allí. Es posible que ayudase también bastante en ello mi poca sutil referencia a mi hermano Caín, o al hecho de que si se iban de la lengua quizá volviesen a ver al "perrito", todo esto mientras el bueno de Cerbero los miraba relamiéndose tras haber dado el espectáculo de verlo alimentarse contribuyese, porque el ansioso se comió incluso las armas. Tuve que repetirles varias veces que si tenían algún problema con el sistema me llamasen para solucionarlo, porque me dio la ligera impresión de que no estarían muy por la labor. Incluso un par de días después me llamaría Caín para preguntarme que había ocurrido para que los Cappibaras le pagasen todo sin protestar nada. En realidad, si Caín lo vio raro es porque le pagaron todo el dinero por adelantado, y eso, sí que con ellos entraba dentro del rango de los milagros. Se lo conté, aunque no debí, porque creo que estuvo riéndose por teléfono como unos diez minutos…

El tener conmigo a Cerbero en el mundo moderno desde luego era toda una aventura, se podría decir que estaba como se dice a verlas venir, a ver por donde me saldría la próxima complicación con él. El siguiente choque fue con mi vecina Marisa, la tetona, a la que me cruce en el ascensor mientras llevaba al lindo chihuahua en los brazos. Ella me saludo con su cordialidad habitual, haciéndome la señal del pajarito, ya sabéis, dedito corazón extendido y mano cerrada… A Cerbero en cambio le hizo un par de carantoñas que provoco que el muy capullo saltase de mis brazos a los de la tetona, zona contra la que se estuvo restregando todo feliz mientras trataba de meter su cabecita entre esas dos "montañas" acompañado de las risas de Marisa, que por lo visto lo encontraba la mar de divertido. Al llegar a mi planta y abrirse la puerta del ascensor, me devolvió el perro a la vez que cuando salía me dio un cachetito en el culo diciéndome que era mucho más agradable el perrito que el dueño… Por cierto, que aproveche para dejar claro que era de un amigo y solo estaba cuidándoselo unos días. Cerbero se revolvió un poco para poder mirarla, mientras yo le sujetaba con fuerza para evitar problemas mientras sacaba las llaves, por fortuna el ascensor se cerró y pareció tranquilizarse de nuevo. Abrí la puerta y tras cerrarla lo lancé al aire hacia adelante. Sería como cosa de un metro de altura, y desde que salió de mi mano hasta que toco el suelo, le dio tiempo suficiente como para abandonar su forma de Chihuahua y recuperar la de un Husky… Por cierto, que fue otra de esas cosas de las que solo te das cuenta cuando las ves, pensé en cómo podría explicarlo, si al capullo de Cerbero le daba por estar cambiando entre diferentes razas de perro, iba a tener que decidirme por el Husky o al final las preguntas podrían resultar incomodas…

Me seguía preocupando el hecho de que aún no hubiese venido a por él y siguiesen confiando en mi para que lo controlase. Ya fuese Astaroth o Asmodeo, únicamente un Avatar de su persona con serias limitaciones en su poder habría podido cruzar la puerta tras Cerbero, sin embargo, si el que le siguió fue el propio Lucifer, la cosa cambiaba diametralmente, ya que era el único capaz de moverse libremente sin restricción de ningún tipo. El mayor problema a esta situación es que el otro lado decidiese enviar también a alguien para "igualar" la situación, pero sobretodo, el que me fuesen a pillar a mí en medio, y dado que Cebero estaba conmigo, no era nada descabellado… Y no, creedme, mi madre siempre esta con un run run en un segundo plano, no penséis que como no la nombro me olvidaba de ella por un solo momento. Confieso que todo esto me tenía muy distraído, pues durante al menos cuatro días seguidos pasé por delante de un nuevo local que se estaba reformando en la zona que delimité como mi territorio y no me di cuenta de lo que era en realidad.

Me entere de lo del local, en realidad eran varios unidos entre sí, por Alejandro De Vargas, el cual me pidió que por favor fuese a verle porque tenía un problema. Normalmente en una situación así, me hubiese acompañado alguien de la Brigada o alguno de mis hermanos, pero digamos que, con Cerbero a mi lado, ninguno parecía tener especial interés en acercarse lo más mínimo. Reconozco que el ir con un chihuahua en los brazos, aspecto de tipo duro precisamente no te da, no, pero tratándose de Cerbero, el llevarle de otro modo o con otra transformación diferente podía llegar a ser todo un problema a la hora de controlarlo, mientras que tenerle así sujeto me lo facilitaba muchísimo, aunque según salía de casa debía de mantenerme fijo en mi reserva de Vitae por si me fuese necesaria para aumentar drásticamente mi fuerza con el fin de poder controlarle. Con Cerbero en brazos fui a ver a Alejandro de Vargas, aunque la verdad, sin muchas ganas. Cuando llegué me hicieron pasar a una sala donde me estaba esperando, me encontré con que no estaba solo, había más gente con él, incluidos Zuchi Khan y Vladimir Igor Dracul. Dos de los presentes eran también el Hermano y sobrino de Alejandro de Vargas, lo que fue un problema.

Según parecía, Cerbero no se había olvidado del sobrino, cosa que no me extraño pues conocía perfectamente lo rencoroso que era y la memoria que tenía. Nunca se olvidaba de nada que le molestase de un modo u otro, menos aun si se había sentido ofendido. No dio tiempo ni a los saludos habituales de cortesía, ya que Cerbero en cuanto le vio comenzó a moverse inquieto… Lo unico bueno es que el idiota cogió la indirecta a la primera, no hizo falta que nadie le dijese nada para marcharse…

-        Veo que no lo ha olvidado… -replicó Alejandro de Vargas con los ojos fijos en Cerbero con una mirada de respeto-.

-        Ni espere que lo haga… jamás olvida, con él los errores solo se cometen una vez… procure que mientras anda por aquí, su sobrino permanezca alejado…

-        ¿Y sabe…? -Alejandro de Vargas hizo un gesto evidente-.

-        No, ya deberían de haber venido a por él, supongo que al estar conmigo no tienen mucha prisa… Pero le sigo aconsejando lo mismo…

-        No se preocupe, ya he dado instrucciones precisas, cualquier problema lo manejamos personalmente mi hermano o yo, no nos cruzaremos en el camino de quien sea "ese".

-        Mientras que su hermano sea consciente de que ocurrirá si comete un error… -mire a Jorge de Vargas-.

-        No se preocupe Señor de Urquiza, le aseguro que voy con pies de plomo en cualquier asunto. Hay algún modo de que mi hijo… -miro a Cerbero-.

-        Únicamente mantenerse alejado y evitar cualquier signo de enfrentamiento con él, de ese modo lo ignorara… si no lo hace así, si vuelven a cruzarse con la misma actitud que la primera vez, antes o después lo matara… No espere que se vaya a olvidar…

-        Entiendo. Por eso no se preocupe, ya aprendió la lección y dudo mucho que sea algo que pueda llegar a olvidar… no volverá a pasar…

Por lo que vi, Zuchi Khan y Vladimir Igor Dracul, aun no entendiendo nada de la conversación, me resulto obvio también que, si dedujeron que toda ella se estaba refiriendo al perro que tenía en mis brazos, pero los otros sujetos que había en la habitación comenzaban a lanzar miraditas hacia Cerbero, el cual estaba nuevamente comenzando a inquietarse. Alejandro de Vargas o su hermano no me preocupaban, sabían quién era el Chihuahua, y en esos momentos se podría decir que cautela era su segundo nombre. Zuchi Khan o Vladimir Igor Dracul me conocían al igual que a estos dos y la actitud que demostraban sobre el perrito en mis brazos por lo que fuese, les hacía ir con pies de plomo, especialmente conociendo mis "filiaciones". Pero el resto podría llegar a convertirse en un serio problema si continuaban por ese camino de miraditas a Cerbero, aunque posiblemente fuese por sus ojos dorados, pero no por ello dejaban de ser "raras". Eran tres hombres y tras ellos, de pie, dos mujeres con pinta de asistentes. Los tres hombres los identifique como Kodiacs, una raza de fueres Hombres Oso, las dos mujeres resultaron aún más fáciles, una Vampiro y la otra Licántropo, lo que dada la concurrencia me dio algunos detalles interesantes.

Comenzaba a pensar que esta situación, si se alargaba en trivialidades, me traería problemas si no lo atajaba de un modo drástico, y había una forma en que dejaría las cosas especialmente claras, aunque mostraría sobre mi más de lo que me gustaría… Me dirigí directamente a Alejandro de Vargas con el fin de terminar con todo esto lo antes posible… Cerbero no era buena compañía con tanta gente con pinta de creerse en una posición elevada sobre los demás, como continuasen con esa actitud mirándole lo del sobrino podría terminar siendo el menor de mis problemas allí…

-        ¿Y bien Don Alejandro, para que me necesita?, porque no creo que haga falta recordarle que podría no ser un buen momento para reuniones sociales.

-        Lo sé, ya me he dado cuenta de que quizá no haya sido una buena idea y me haya equivocado… Pero bueno, ya que está aquí… Se trata de unos socios de mi amigo Vladimir y el Sr. Zuchi, quieren abrir un local un tanto particular en su territorio, queríamos interceder por ellos… -explico Alejandro de Vargas-.

-        Entiendo…

-        Vera Sr. De Urquiza… -comenzó a hablar uno de los tres hombres, al que interrumpí-.

-        Déjelo, mejor sería que hablasen directamente sus dos jefas… -señale a la Vampiro y la Licántropo-. No tengo mucho tiempo y menos aún para perderlo con tonterías, de modo que, por favor, vayan al grano…

-        Queremos abrir uno de nuestros exclusivos locales en una zona de la que nuestros amigos aquí presentes -señalo a Zuchi Khan y a Vladimir-, nos han informado que es su territorio. No habría problemas en pagarle una comisión razonable por ello… -indico la Vampiro, que junto a la otra mujer pasaron a sentarse en sendos cómodos sofás-.

-        ¿Qué saben? -pregunte directamente a Vladimir y a Zuchi-.

-        Nada de nada, hemos preferido dejar que decida usted, aunque si les hemos aconsejado que desistan de ese emplazamiento… Pero son muy tozudas las dos… Pero tanto Zuchi como yo respondemos por ellas, no causaran problemas, si es lo que quiere saber -replicó Vladimir-.

-        Está bien, si ustedes responden por ellas por mí de acuerdo, adelante. Señoras, supongo que pretenden abrir uno de sus "Urales" en los locales que están reformando, dado que estos dos caballeros las respaldan adelante con ello, pero ya les advierto, no quiero problemas de ningún tipo o me enfadare, y les aseguro que es algo que no le gustaría a ninguna de las dos.

-        No se preocupe, no traeremos problemas, eso es algo que tampoco nos interesa a nosotras, es malo para los negocios -aseguro la Licántropo-.

-        ¿Y sobre lo otro, cuanto nos costara? -indagó la Vampira-.

-        Nada, y dado que no les han informado de la particular situación, lo hago yo ahora. En mi territorio lo que busco es tranquilidad y cero problemas, no negocio, no tendrán que pagar nada en concepto de nada. Pero les advierto, todo el que ha ido a romper esa calma o crear conflictos ha salido con los pies por delante… Solo doy una advertencia… ¿me explico con claridad señoras?

-        Perfectamente. No se preocupe, prácticamente no notara que el negocio existe… -afirmó la Licántropo-.

-        Señoras, prácticamente no, nada, absolutamente nada… Si es así no veo inconvenientes… solo espero que no tengan que arrepentirse de no escuchar a sus amigos…

-        Gracias por su amabilidad Sr. De Urquiza, le debemos una -replicó Zuchi Khan-.

-        No hay problema… ahora les voy a dejar, no creo conveniente seguir aquí con tanta gente alrededor… -replique, levantándome para marcharme cuando todo se jodio-.

Como digo estaba levantándome con la sanísima intención de salir de allí casi a la carrera, cuando entró nuevamente el sobrino, quien, con voz temblorosa, anuncio que "yo" tenía una visita, dando luego entrada a mis dos queridísimos hermanos, Caín y Fenrir… Que fue cuando todo se me descontrolo por completo. Lo primero que tuve que hacer en cuanto los dos abrieron la boca saludando fue inyectar Vitae a mi torrente para poder sujetar por el cuello a Cerbero, evitando así que saltase a por los dos, y creedme que me costó tranquilizarlo, porque el imbécil de Fenrir como saludo le hizo un gesto que no le agrado para nada. Tanto Alejandro y Jorge, como Vladimir y Zuchi se pusieron de pie en el acto y clavaron una rodilla en el suelo, todo acorde con las antiguas tradiciones, haciendo una seña al resto para que les imitasen… La verdad es que mis hermanos no hicieron ni caso, se centraron en mi ignorando a todo el mundo, aunque me adelante a ellos antes de que pudiesen decirme nada…

-        ¿Qué coño estáis haciendo aquí los dos?

-        Hey, calma… que nos han mandado… -alzo las manos en gesto de disculpa Caín-.

-        Hemos recibido un mensaje de madre diciendo que tío Luc esta con ella y con alguien del otro lado… que mientras te ocupes tú… -replicó Fenrir haciendo un gesto con los ojos hacia Cerbero-.

-        ¿Quién del otro lado? -pregunté-.

-        Ni idea, no nos ha dicho nada, fue un whassap… y tan solo que viniésemos ahora mismo a decírtelo… Ya sabes cómo es… -se encogió de hombros Caín-.

-        Está bien, mensaje recibido, y ahora los dos, largo, que me lo estáis poniendo nervioso…

-        Si, ya veo que tiene el mismo mal genio que siempre… este no cambia… -replico Fenrir riéndose mientras se encaminaba hacia la puerta con Caín mientras Cerbero comenzaba gruñirle-.

Debí de haberme supuesto que Fenrir no dudaría en hacerle de rabiar, que sería superior a él. Justo cuando desapareció por la puerta, el cabronazo de mi hermano asomo la cabeza y se despidió de Cerbero con un "adiós chucho" para luego hacerle burla. Cerbero se reincorporo en mis brazos y salto a por Fenrir mientras rugía de rabia. En cuestión de unos segundos ante unos más que asustados miembros de las razas hizo su aparición un enorme can de casi dos metros de altura, con el cuerpo cubierto de placas coriáceas y con tres cabezas que atendía al nombre de Cerbero, que casualidad, ¿verdad?. Aun volcando casi todas mis reservas de vitae en mi torrente sanguíneo me costó controlarle lo que no está en los escritos, tuve que sujetarle por una oreja de la cabeza más cercana a mí, hacer que la girara para ponerme frente a sus ojos y mascar las palabras en tono muy enfadado al dirigirme a él con el fin de que se calmase. Cuando por fin logré que recuperase su forma de Chihuahua y volviese a mis brazos, me encontré con que todos los presentes en la habitación estaban de pie en una esquina todo lo pálidos que alguien como ellos podía llegar a ponerse. Cerbero tenía nuevamente su forma de chucho patético, pero los ojos se mantenían completamente rojos, algo que parecía atraer las miradas de todos los presentes y no precisamente para tranquilizar a nadie. Les invite a volver a ocupar sus asientos, cosa que volvieron a hacer a regañadientes y porque no decirlo, bastante asustados.

-        Bien, como creo que las presentaciones serán muy necesarias para que nadie sufra ningún accidente… Este amable animalito es Cerbero, el guardián de las Puertas del Inframundo. Y les sugiero que, si no van a ser capaces de mantener una mirada de respeto sobre él, eviten hacerlo porque ahora mismo no es buen momento para que hagan algo que pueda llegar a disgustarle ¿me estoy explicando con claridad? -señalé en especial a los tres Osos y las dos mujeres, los cuales asintieron asustados-.

-        Mis disculpas Alejandro, debimos hacerte caso cuando dijiste que no era un buen momento para hablar con el Sr. De Urquiza… -dijo Vladimir, también asustado, aunque lo disimulaba mejor, mientras Zuchi Khan asentía vigorosamente-.

-        Cerbero, ya, estate quieto o me voy a enfadar… -logré que se calmase, pues no le gustaba la situación y no terminaba de quedarse tranquilo-. Bien señoras, creo que esto les dará una buena idea del porque en mi territorio no quiero problemas y porque quizá no sea buena idea el que su local lo monten allí…

-        Creo que será mejor tomar algo que nos permita recuperar la voz -replico Alejandro de Vargas.

Alejandro de Vargas hizo una llamada y tras unos segundos entraron con algunas bebidas sobre las que todos los presentes se lanzaron. Se sirvieron grandes tragos todos ellos que se bebieron en un visto y no visto, algo que, por cierto, por su comportamiento en mis brazos note que le resultaba ciertamente divertido a Cerbero. Las miradas de todos los presentes sobre Cerbero, excepto quizá la de Alejandro de Vargas, variaba del miedo a la aprensión más absoluta. Me senté de nuevo en el cómodo sofá unitario con Cerbero en mis brazos ya más tranquilo, esperando pacientemente a que fuesen capaces de volver a hablar. Creo que fue el sentir la sensación general de cautela y temor en el ambiente lo que termino de calmarlo, parecía darle una especie de sensación de "paz". A parte de los que ya conocían mis filiaciones personales, las dos mujeres, tampoco habían tenido el menor problema en reconocer a mis dos hermanos, lo que unido a Cerbero digamos que les tenía un tanto… preocupadas. Por otro lado, a los tres "Osos" parecía no entrarles el pellejo en sus trajes en esos instantes.

-        Bien, ya que esos dos idiotas han tenido que venir a mostrar más de lo conveniente… -vi como las dos mujeres respingaban cuando llame idiotas a Fenrir y a Caín, los sires fundadores de sus respectivas razas- voy a ser completamente claro con todos ustedes, porque conociendo cómo funcionan sus locales, doy por supuesto que estos tres caballeros se harán cargo del que quieren abrir en mi territorio, ¿es correcto?

-        Si, ellos serán los encargados de dirigirlo en todos los aspectos… -replico una asustada licántropo-.

-        Bien les pondré en antecedentes… Cerbero, el guardián de las puertas del infierno, se escapó del Inframundo para visitarme, y alguien "de allí" salió tras él para hacerlo volver. Ahora mismo, está ocupado en otros asuntos, pero antes o después aparecerá para llevárselo… ¿Entienden ustedes que, si alguien por el motivo que sea, aun por un error estúpido, le llegase a molestar estarían todos muertos en segundos? -pregunté muy serio-.

-        Lo comprendemos -dijo la Vampiro, asintiendo vigorosamente los tres Osos-.

-        Bien, si algo, lo que sea, cualquier cosa, les llama la atención por "extraña", no hagan nada, no muevan ni un solo musculo, háganmelo saber directamente a mí para que yo me ocupe o si no pueden localizarme, díganselo a don Alejandro que él si sabrá con quien hablar.

-        Señor de Urquiza, les garantizo que mis hombres son capaces de manejar las situaciones más… -interrumpí a la licántropo, impidiendo con un gesto que Zuchi o Vladimir interviniesen-.

-        Creo que siguen sin entender donde se están metiendo ustedes, señoras. Verán, quien ha salido a buscar a Cerbero no es alguien a quien molestar, en realidad es uno de los cinco seres más poderosos de Inframundo, concretamente y para evitar malinterpretaciones, hablo un demonio. ¿De verdad cree que sus hombres son capaces de manejarlo si se tropiezan con él? -el respingo que dieron todos los presentes fue de época-.

-        Le avisaremos de inmediato -replico uno de los Osos con un hilo de voz, visiblemente asustado-.

-        Señoras, conozco cómo funcionan sus locales, a que se dedican y como suelen solucionar ciertos problemas. Hasta ahí no me importa lo que hagan, pero, si comienzan a crear o buscar problemas de puertas de su local hacia afuera, igual en algún momento se tropiezan con quien no deberían.

-        Sus compañeros y familia… quizá fuese conveniente que supiesen quienes son para evitar futuros conflictos… -indicó Vladimir-.

-        Me parece bien, háganlo ustedes, infórmenles… pero señoras, tengan claro que, si estos tres caballeros, u otros que nombren, meten la pata -señalé a los tres Osos-, las responsables serán ustedes dos. Y ya conocen a los encargados de pedirles cuentas, los señores Vladimir y Zuchi aquí presentes… antes de que alguien que dudo que quisiesen ver se las pida a ellos, y no me refiero precisamente a los dos idiotas que han salido hace poco…

Evidentemente, tanto Vladimir Igor Dracul como Zuchi Khan, sabían perfectamente una vez excluidos Fenrir y Caín, a quien me refería, y Lilith era alguien que preferirían evitar de todas las maneras posibles. Por mi parte conocía como funcionaban los locales de esas dos mujeres en otras ciudades europeas, le facilitaban a la gente poderosa todas las perversiones que alguien pudiese llegar a imaginar, por ello los problemas solían ser mínimos e incluso las autoridades preferían mirar hacia otro lado porque era más fácil llevarse problemas que sacar beneficios si metían las narices demasiado. Pese a estar muy controlados, en ciertos sitios habían generado "dificultades" cuando sus "titulares" aprovechando su situación había tratado de ampliar su negocio hacia el exterior metiéndose en terreno ajeno. En circunstancias normales, el aval de Zuchi Khan y Vladimir Igor me generaría la suficiente seguridad como para que no diesen problemas. Sin embargo, y pese a que siempre hay algún idiota, la reacción tan violenta de Cerbero junto con su transformación ante mis hermanos, situó mis posteriores aclaraciones a un nivel muy diferente.

Ante los De Vargas, Zuchi Khan o Vladimir Igor no hubiese generado duda ninguna porque ya habían tenido algunas muestras de mis particulares relaciones, pero sin duda, mi afirmación de la presencia de "Lucifer" quizá habría hecho que los otros cinco se partiesen de la risa y no me tomasen en serio. Sin embargo, el tener en sus morros al mismísimo guardián de las puertas del Infierno, Cerbero, con sus tres cabezas a poca distancia de ellos, le dio a mi somera explicación sobre un Demonio poderoso una completísima dimensión de veracidad incuestionable. Si tras esta experiencia podía tener una cosa clara, es que, en ese local, a nadie del mismo se le iba a permitir cruzar ni por un solo segundo la línea que se trazase para ellos. Me fui poco después, rogando a Alejandro de Vargas que, por favor, pusiese en antecedentes a esos cinco de las particularidades de "mi territorio".

Aun me rio cuando posteriormente me contaron la reacción que género en los cinco las explicaciones que a pregunta de ambas mujeres sobre mis dos "visitas" que Alejandro De Vargas, con los asentimientos de Vladimir y Zuchi Khan tuvo a bien confirmarles. Aunque no mencionaron parentesco ninguno o filiaciones personales, el que Caín, Fenrir y Medusa personalmente estuviesen involucrados conmigo, no digamos ya el que hiciesen lo que yo decía, dejo aún más claro a los cinco visitantes hasta qué punto era problemático el meterse en problemas en mi territorio, o como yo bien apunté, el tenerlos con alguien de puertas afuera de su negocio. Los cinco fueron muy conscientes de como si se pretendía salirse de los límites del local las posibilidades de meter la pata con quien no se debía, estaban creciendo de forma exponencial a medida que les iban informando de la situación. Las dos Damas tenían ciertos conocimientos sobre los Lilim, y como se las solían gastar en esa familia, el saber que dos de ellos junto con Caín rondarían de forma frecuente la zona de su nuevo local no era algo que no las intranquilizase muy seriamente, ya que sería a ellas dos a quienes se responsabilizase directamente. Y el repentino añadido de poder ver con sus propios ojos al mismísimo Cerbero ante sus morros, les dio una amplia gama de razones como para pensarse muy seriamente sus planes.

Finalmente decidieron dar parcialmente marcha atrás con su idea, abrieron el local, pero en la otra punta de la ciudad. Donde inicialmente pensaban hacerlo, termino abriendo un hiperbazar. Aunque esto era una buena noticia, yo tenía otros problemas de los que preocuparme, como era mi a esas alturas, casi nulas reservas de Vitae. Necesitaba morder a alguien para tomar su sangre, pero con Cerbero a cuestas era un verdadero dolor de cabeza. En condiciones normales me habría follado a alguna, vertido en su torrente las enzimas que la llevarían al orgasmo más brutal a cambio de algo de su sangre, pero con el chucho a cuestas no era una opción, porque igual al verme alimentarme de ella, decidía que tenía hambre y se la comía… literalmente hablando. En este contexto, mi reserva de emergencia que era cualquiera de mis vecinitas, comenzando por la Tetona de Marisa, gracias a Cerbero quedaban fuera de mi alcance. Por si alguno quizá se lo pregunta, si, Cerbero come, y para mi sorpresa descubrí que el vulgar pienso para perros le encanta al extremo de enloquecerle, por el contrario, son tres puñeteras cabezas que por alguna extraña razón deben de comer a la vez o "se pelean"… No queráis saber lo que son tres cabezas con un solo cuerpo tratando de morderse mutuamente… de verdad que no. Cada vez que quiere comer, el chucho se zampa un saco con algo más de 15kg de pienso dividido en tres cuencos para que no monte un expolio… Y no, pese al pienso con todo lo que le gusta, Cebero no desprecia un buen bocado de carne, del tipo que sea, en eso no es nada exigente.

En el aspecto escatológico Cerbero no es ningún problema porque no tiene esas necesidades, todo lo que devora lo transforma en energía que después tiene que quemar, por eso aun durmiendo mil años con una única cabeza o dos despiertas, no tiene una gran necesidad de comer, y el calor o las miasmas del inframundo le sobran. Pero claro, desde que estaba conmigo había tragado como si no hubiese un mañana, por lo que me tocaba "sacarlo" a pasear tooodos los santos días. Pero para pasear el jodio no quería ser un chihuahua, aceptaba el Husky pero nada más. Por ello fue por lo que terminé de prepararme una historia y cambiar el cuidar de perro como le conté a Marisa… Pero claro, un chihuahua en brazos con una mano sujetándole suavemente el cuello lo que me permitía controlarlo en segundos, no es lo mismo que un Husky que además se comporta como tal, es decir, loco, travieso, nervioso, juguetón… un caos. Una noche, poco después de la entrevista con Alejandro de Vargas, y cuando ya me habían comunicado que al final habían desistido de abrir el "Ural" en mi zona, estaba paseando a Cerbero en versión Husky alocado saltando y haciendo cabriolas, cuando solo un fortísimo estrepito.

Por el ruido tuve muy claro que había sido un coche al impactar contra algo, y por lo fuerte que había sonado un golpecito de nada desde luego no era. ¿Mi problema?, obvio, Cerbero, que rompió el gancho entre el collar y la correa para salir corriendo como un misil en dirección al ruido del impacto. Mi línea de pensamiento fue… problemas… golpe fuerte… heridos… sangre y ¿Cerbero con hambre?... eso es malo… muy malo… a correr toca. Lo malo del caso es que no llegue a tiempo, lo bueno es que no fue un accidente, sino un alunizaje… y me dio tiempo a ver que el bueno de Cerbero, entró al local en cuanto llegó. Un todoterreno estampado contra la gran vidriera del escaparate, Cerbero dentro reconvertido en perrito de tres cabezas, tres anormales chillando de miedo, y un cuarto colgando de la boca de una de las cabezas mientras hacia todo lo posible por tragárselo entero.

En segundos llegué tras el que más cerca estaba de los tres y le rompí el cuello sin que se enterase de que le pasó, al segundo lo inmovilicé contra mí y procedí a tomar toda la sangre que pude, mientras que del último se ocupaba otra de las cabezas de Cerbero. Mientras yo terminaba de tomar toda la sangre posible de mi víctima, Cerbero estaba tumbado tranquilamente con sus tres cabezas comiéndose a los otros tres idiotas. Una vez termine se lo lance para que acabase con lo que empezó e irnos a toda prisa de allí… No fue de muy cerca, ya que cuando la primera patrulla llegó nosotros ya habíamos salido, aunque Cerbero seguía todo nervioso dando vueltas a mi alrededor, por lo que tuve que ponerme serio con el y sujetarlo con fuerza. Obviamente me "interrogaron", mostré mi identificación de interpol, lo que sirvió para relajar mucho el ambiente, y dije que ante los ladridos de mi perro habían huido, señalé una dirección al azar dando más o menos una somera descripción de los cuatro bocados de Cerbero. Debo de mencionar también, que por una vez y sin que sirva de precedente, Cerbero ante la presencia de los policías se comportó en todo momento como si fuese un perro entrenado, dando una cierta verosimilitud a mi declaración…

Ni que decir que al día siguiente me llamaron de la Brigada para saber que había ocurrido, algo que más o menos explique usando para ciertos detalles algunas analogías que especialmente mi hermana Medusa, no tuvo el menor problema en desentrañar. Después de enterarse del inesperado festín de Cerbero, todos tenían cada vez más ganas de que alguien, quien fuese, pasase ya por mi casa para recogerlo. Para evitar problemas o posibles confianzas con otros propietarios de canes, cuando sacaba a Cerbero alteraba todo lo posible las rutas, llegando incluso a montarlo en el coche y llevármelo a parques de otros distritos. Lo malo es que algunas veces, por fortuna las menos, el puñetero Cerbero era inflexible con su paseo pese a querer darlo a ciertas horas realmente intempestivas. El muy cabrón no dormía, siempre estaba despierto, y aunque eso para mí no era un problema, el tener que sacarle a pasear por sus santos cojones a las tres o cuatro de la madrugada en un lugar solitario, sí. En lugares así era mucho más probable encontrar problemas que el tenerlos a medio día, y en un fin de semana con la gente de fiesta más que entresemana con casi todo el mundo durmiendo para madrugar al día siguiente… pero que se le iba a hacer, como digo, estas cosas con Cerbero eran por narices. Obviamente en esos pocos casos, trataba de encontrar una opción para su paseo que minimizase todo lo posibles los riesgos de algún posible encuentro desagradable… para alguien.

Estaba en tan agradable tesitura cuando me llamaron de la brigada proporcionándome buenas noticias de los Wulfgar. En realidad, debería de haberlo transmitido la rubia en persona, pero para eso debería de haberse personado en mi casa con alguien de la brigada, y ninguno de ellos, por algún extraño motivo, quería estar cerca de mí… Las noticias fueron dos, una por parte de la Brigada informándome que habían descubierto quien fue el responsable del estropicio, junto con el detalle de que se les había escapado en un barco. La segunda, procedía de mi hermano Poseidón, a él no, los Tritones lo había capturado en alta mar. Tratar de huir de Poseidón por mar no es precisamente lo más inteligente que uno puede hacer, aunque claro, en su descargo diré que el imbécil no tenía ni idea de quien andaba también tras él. En esos momentos, según me dijo mi hermano Poseidón, el sujeto navegaba en el Holandés Errante con rumbo a Atlantis, donde los Tritones se lo entregarían a sus sacerdotes para que lo interrogasen… Os aseguro que no me gustaría estar en su pellejo, los Tritones valoraban el coraje o el valor, pero había ciertas cosas que provocaban en ellos reacciones un tanto extremas, como por ejemplo el que algún idiota llegase a "cabrear" a mi hermano Poseidón, y cuando eso ocurría no se solía salir vivo de sus manos. El imbécil que iban a interrogar, por lo que suponía, antes o después terminaría por cantar, pues Poseidón enfadado no era precisamente una buena noticia para Atlantis, y especialmente para sus sacerdotes ya sean Tritones o Sirenas, sus representantes ante su pueblo… No le auguraba una muerte muy dulce que dijésemos a manos de los Sacerdotes de Poseidón, este quería resultados, y ellos los obtendrían como fuese…

Al final tuve que ponerme serio para que alguien acudiese a mi casa acompañando a la tetona rubia, le cayó la agradable tarea a Coral y por indicación mía, a mi hermana Medusa. Cerbero con Medusa no se llevaba mal, y por lo que vi cuando coincidieron la vez anterior, Coral le gustaba y disfrutaba jugando con ella. Precisamente por ello decidí que la acompañase mi hermana y no Tony, que era el que debería haberlo hecho, pero eso era un riesgo, Cerbero era muy protector con quienes le caían bien, y me daba que Coral había entrado en ese selecto club. Su reacción cuando llegaron me lo confirmo, Cerbero raudo acudió a la puerta a recibirlos en cuanto llegaron al descansillo, algo que desde luego con Medusa nunca lo hubiese hecho. Fue divertido de ver la reacción de las tres cuando al abrir la puerta Medusa se encontraron con un juguetón Husky que no engaño a ninguna de las tres sobre quien era… Bueno, puede que también influyese el que yo le llamase por su nombre, Cerbero, para que viniese a mi lado, cosa que hizo a regañadientes, pues estaba claro que quería estar junto a Coral.

Como una hora después, la rubia estaba sentada a mi lado junto con mi hermana, mientras que Coral tenía la cabeza de Cerbero sobre sus piernas y le acariciaba distraída escuchando lo que hablábamos. La situación era muy mala, alguien estaba haciendo algo que no terminaba de entender, y no parecía que fuese a detenerse. Cuando los Wulfgar lograron descubrir al responsable del desaguisado, aunque el principal culpable se les escapo, el resto de su familia no. Los padres del idiota no parecían saber nada, pero el cretino de su hijo había usado sus influencias, ya que eran una de las principales familias de los Wulfgar. Todas sus propiedades fueron registradas y cada una de las personas de la familia o que trabajasen para ella también resultaron interrogadas, encontrando a tres probables colaboradores. Entre toda la documentación que me habían enviado, incluido las transcripciones y grabaciones de algunos de los interrogatorios, hubo ciertos detalles que me hicieron enfurecer bastante, y eso no era nada bueno.

Hice una pregunta a la rubia, de la que por el propio bien de su pueblo, confiaba en que fuese lo que esperaba y no lo que me estaba temiendo…

-        Srta. Storjensen, veo ciertos detalles en todo esto que me ha facilitado que me desconcierta bastante… -Le tendí varios documentos y le mostré un par de archivos de video-.

-         Bueno, los Stendahl son uno de nuestros Clanes más importantes, y el Sr. Harald es su cabeza visible… Es normal que no crea lo que se dice de su hijo… -replicó la rubia-.

-        Está poniendo todo tipo de trabas y haciendo lo que puede para entorpecer la investigación sobre los contactos de su hijo… quiero que pare… ya… -repliqué muy serio-.

-        Hablare con mis superiores para que traten de convencerlo… su familia es muy poderosa -mire fijamente a la rubia-.

-        Bien, dígales a sus superiores que quiero esa información en cinco días como máximo, de no ser así… yo me encargare de tomar medidas… y no creo que le vayan a gustar a nadie…

-        Lo hare… tratare de que tenga lo que quiere… -replico la rubia-.

-        Eso espero… por vuestro propio bien.

Después de esta conversación, la Rubia decidió marcharse. Espere pacientemente a que se marchase junto con los escoltas que le habían estado esperando en la calle dentro de su coche. En ese tiempo estuve tranquilamente repasando de nuevo ciertos documentos e imágenes… Como a la media hora de que la rubia hubiese desaparecido y bajo la atenta mirada de Coral, mi hermana y el propio Cebero… hice una llamada…

-        Soy yo… tengo un trabajo para vosotros en una semana si no te llamo para cancelarlo… Wulfgar, el Clan Stendahl, Harald Stendahl en Noruega, en la zona del Lago Femund… Eliminadlo junto con quien se oponga y quemad hasta los cimientos la propiedad… -dije, omitiendo el "con todo el mundo dentro", mientras miraba a Coral y mi hermana-.

-        ¿Anunnaki? -preguntó Medusa una vez colgué-.

-        Si, si los Wulfgar no lo arreglan en cinco días… la Marca se hará cargo del problema…

-        Ese tal Harald vive en una propiedad que parece una fortaleza por lo que he visto en esos informes -replicó Medusa-.

-        No te preocupes… no saldrá vivo de allí, Anunnaki lo hará, aunque para ello tengan que destruir media Noruega… y a los Wulfgar si se interponen…

-         ¿Es necesario? -preguntó Coral-.

-        Si, si los Wulfgar no toman medidas lo solucionare yo… no me gusta que se rían de mi…

-        Ese imbécil quizá, aunque dudoso, podría haber tramado esto a espaldas de todo el mundo, pero la huida en el modo en que lo hizo tuvo que contar con ayuda de alguien poderoso, ¿no? -preguntó Medusa-.

-        Sin duda… su padre debe de haberle ayudado pese a saber lo que ha hecho y lo que ha podido desencadenar… por eso… de cualquier modo, Harald Stendahl esta sentenciado… y si no se apartan, también todo su clan… hasta el ultimo de sus miembros…

-        ¿Sabes algo de Cerbero? -preguntó Medusa cambiando de tema-.

-        No, Lucifer esta con Lilith y con alguien más de la otra parte, pero no se quien… Por lo visto, según les dijo a Caín y Fenrir los tres tenían algo que hacer por lo que debo de quedarme yo con él un poco más… Y antes de que me preguntes… sinceramente, no quiero saber el que hacen esos tres…

-        ¿Quién es el otro? -pregunto Medusa-.

-        No lo sé… dependerá de en que forma haya salido Lucifer… aunque no he sentido ninguna conmoción…

-        ¿Un avatar quizá? -replicó pensativa Medusa-.

-        Posiblemente… si… en forma de avatar… -asentí-.

-        Entonces un Arcángel… Gabriel o Uriel… -replico Medusa-.

-        Siendo Lucifer son los mas probables…

-        ¿Habrá problemas…? no me gustaría cruzarme con alguien así… cualquiera de los dos bandos… -se estremeció Coral-.

-        No te preocupes, no te harán nada, si esta delante… Cerbero te protegería… Le has caído muy bien y es muy protector con quien le gusta. Además… tienes otro detalle sobre ti que les haría pensárselo… Azrael… -sonrió Medusa-.

-        La marca… -Coral se llevo la mano a la frente como si pudiese sentirla allí-.

-        Si, es una de esas cosas que os dije… ser tocado por Azrael tiene sus desventajas, pero también sus beneficios, y este es uno de ellos… nadie, y digo nadie sea quien sea, se la tomara a broma…

-        Incluido el propio Lucifer o cualquiera de los Arcángeles… -termino Medusa-.

-        ¿Tendrá que volver por dónde salió? -pregunto Coral haciendo un gesto hacia Cebero-.

-        Podría, le sería más fácil, pero tratándose de él, realmente no le hace falta… Podría regresar desde cualquier punto.

-        Entonces todo esto esta resuelto… ya podemos tranquilizarnos, excepto por lo de mi amigo, ¿no? -sonrió Coral acariciando a Cerbero, que parecía tan feliz-.

-        De momento si… porque supongo que cualquier nombre que salga de la boca de ese idiota cuando le interroguen aparecerá muerto y nos cortara cualquier pista sobre quien anda detrás de todo esto…

-        ¿Pero…? -replicó Coral-.

-        Pero esta vez han mordido el trasero equivocado… -dije-.

-        ¿Crees que intervendrán directamente? -preguntó Medusa-.

-        Si se ponen de acuerdo… -me encogí de hombros-.

-        Imposible… si el Arcángel que han enviado fuese Miguel quizá podría llegar a algún compromiso con Lucifer… pero Gabriel o Uriel lo dudo mucho… aún contigo de por medio… esos tres no se ponen de acuerdo ni para llevarse mal…

La conversación duro algo más, pero ya no hubo nada interesante que narraros, fueron temas cotidianos que no vienen a cuento. Finalmente, a la media hora se marcharon las dos. Cinco días después, la Rubia me volvió a tratar de dar largas sobre el Clan Stendahl y su líder… Evidentemente no dije nada, cuatro días después, Harald Stendahl junto a la mitad del clan habían muerto en su residencia ancestral victimas del fuego, arma preferida de los Fénix. Anunnaki había sido tan letal como de costumbre…

Finalmente, diez días después de la última reunión en mi casa, mientras paseaba a Cerbero ya de noche por un parque cercano a mi casa, apareció ante mi Lucifer, quien se limito a saludarme, llamar a Cerbero y desaparecer entre las sombras con él. Segundos después de desaparecer los dos, por el rabillo del ojo vi un destello que desaparecía también en la oscuridad, por el aura que mostró en ese segundo, supuse que era Gabriel regresando a su lugar tras marcharse Lucifer. Os aseguro que no estaba nada tranquilo, Lucifer y un Arcángel con el que no hacía más que discutir y sacarse mutuamente de quicio, habían estado tranquilamente junto a mi madre, con la poca paciencia que Lilith tiene para las tonterías, durante casi un mes haciendo vete tu a saber que…

Efectivamente, tal y como me temí, al final los Tritones hicieron hablar al imbécil largo y tendido, aunque excepto el Druida que diseño el circulo protector, los más de veinte nombres que dio, casualmente murieron en las mas diversas circunstancias. El Druida en cambio había desaparecido del mapa, era como si nunca hubiese existido, aunque sinceramente, dado que era un punto del que pensaba que se podría sacar un extremo de la madeja, dudaba mucho de que siguiese vivo... Estaba comenzando a pensar en que quizá no estaba enfocando el problema bien, alguien quería el artilugio de Salomón a toda costa, igual lo que debería de hacer era facilitarle un modo de poder llegar hasta él y permitirle enfrentarse a su destino. Solo yo sabia donde estaba, y únicamente yo podía acceder con seguridad allí, ni siquiera Lilith se atrevería a ello… El problema es que abrir esa puerta era peligroso, la caja de Pandora era un chiste malo comparado con lo que se podía liar…

CONTINUARA