Lilim - 16. El Guardian

Me hago cargo por unos pocos días (espero, confió y deseo) de un precioso Husky muy agradable (hasta que lo cabreas) con unos bonitos ojos dorados.

16 – El Guardian

Cuando por fin llegaba Makeda, la esposa de Jedidías, decidí ir a darme una vuelta para evitar el encontronazo con ella, porque suponía que vendría contenta con su marido. La verdad es que estuve haciendo todo el tiempo posible antes de regresan, estaba a menos de cinco minutos de la casa cuando al teléfono me entró una llamada de Medusa. Estuve hablando con ella durante casi diez minutos antes de volver a ponerme en marcha. Justo antes de llegar, me entró un whassap con una lacónica frase, "regresa a Madrid", procedente del contacto que tenía registrado en mis contactos como "Mama"… Si Lilith directamente me mandaba un mensaje tan tajante como ese, es que había problemas y debían de ser serios…

El llegar a la casa, abrir la puerta, estar todos muy serios y encontrarme con que mi queridísima Tía Aisa ya me había hecho las maletas, me daban una impecable perspectiva de la gravedad de lo que fuese que pasaba. Makeda y clara Rockson se limitaron a abrazarme y darme dos besos, Jedidías y mi hermano Poseidón me estrecharon la mano deseándome buen viaje. Me encanto el modo tan discreto que tuvieron de deshacerse de mí, desde luego supuse sin el menor temor a equivocarme que mi queridísima madre debió de haber llamado a Aisa mientras yo estaba de paseo. Digo esto más que nada porque es el tipo de reacción que suele despertar cuando está muy enojada, que todo el mundo quiere desaparecer de su radar a toda velocidad, y en este caso, el mejor modo es que yo este lejos… Obvio, ¿a que si…?

El caso es que no dije ni media, simplemente tome mi maleta, la metí en el coche y me largue en dirección a Madrid, cabreado como una mona, eso sí. Hice un par de llamadas nada más ponerme en marcha, encontrándome con que querían que me dirigiese directamente a la brigada incluso antes de pasarme por casa, porque según me explicaron era muy urgente. Sinceramente no tenía la menor intención de hacerlo, salía muy tarde y llegaría de madrugada, lo que haría era irme a casa a dormir, aunque tenía que pensarme si llamaba a Medusa o no, porque no me gustaría nada encontrarme con algún espectáculo porno cuando entrase. Mi esperanza era tener un viaje tranquilo, hacer un par de paradas si podía para tomarme algo, ya que Aisa había tenido la delicadeza de darme un termo con café, que no es que me fuese necesario, pero la verdad es que me apetecía siempre uno cuando me paraba en algún viaje. Pues como supondréis no, de viaje tranquilo nada, siempre tiene que aparecer algún imbécil para estropearte un magnifico plan…

Ya en la carretera de la Coruña, a A-6 en dirección a Madrid, según el GPS tenia a unos cinco o seis kilómetros un área de descanso, el sitio perfecto para pararme y tomar mi primer cafecito… En ese punto, se incorporó a la carretera un coche, lo vi con tiempo suficiente y me moví al carril izquierdo, dado que el vehículo que veía por el retrovisor estaba muy lejos, aceleré un poco y cuando pasé al que quería salir me volví a meter al carril izquierdo. No sé si es que el que se incorporaba era un zoquete, que también, o que el que venía detrás iba a una velocidad… digamos que " muy, muy alta" para ser educados, pero al final los dos imbéciles casi tienen un accidente. El idiota se incorporó muy tarde, al final del carril de aceleración y en lugar de quedarse tras de mí, se movió al de la izquierda acelerando para rebasarme justo cuando el que venía detrás llegaba a su altura. ¿Resultado?, frenazo, movimiento del culo del coche y supongo que el conductor cagándose en todos los muertos del memo. Después de eso los dos idiotas comenzaron a picarse entre ellos, adelantándose mutuamente y frenándose delante… conmigo en medio claro.

Obviamente me cabrearon con sus gilipolleces, les toqué a los dos el claxon en un par de ocasiones, pero como veía que ni caso, decidí pasar de ellos, acelerar y adelantarles. Sinceramente, lo único que pensé es que tenía el área de descanso cerca y esos imbéciles todavía me involucraban en un accidente. Pues no, no iba a tener tanta suerte, parece que me vieron los dos por donde salí y vinieron detrás de mi… divertido. Cuando pararon yo me había bajado y estaba cogiendo el termo para servirme un café… Cuando llegaron frenaron los dos coches de forma brusca y se bajaron los ocupantes, dos de uno y tres del otro dejando todos ellos las puertas de los coches abiertas, os juro que me pareció estar en medio de una mala película de serie B. Según me pareció por sus berridos dirigidos hacia mí acompañados de insultos la mar de pintorescos, debieron de llegar los cinco a la conclusión de que toda la culpa era mía. Por sus caras estime que no estaban muy contentos y pensaban pagar sus frustraciones conmigo, supongo que mis toques de claxon quizá debieron de afectar a sus sensibles oídos… En fin, lo malo para ellos es que yo también estaba un poquito frustrado y si, efectivamente, tal y como podéis suponer, considere que me podría venir bien el desahogarme un pelín con los cinco ya que eran tan considerados de venir buscando pelea.

Tarde cinco minutos en tomarme mi cafecito sentado encima del capo de uno de los coches de esos cinco idiotas mientras ellos se revolcaban en el suelo doloridos después de la paliza que les había pegado y que no contare, porque sinceramente, no merece la pena, era yo sacudiendo y los cinco idiotas recibiendo. El primero que llegó me dijo que les iba a pagar el que casi tuviesen un accidente, me hizo gracia y le deje darme el primer empujón, después de eso, los cinco "cobraron" la deuda que decían en especie… Dado que eran humanos no necesite inyectar vitae o tomármelos muy enserio, me limite a soltar mamporros y guantazos a diestro y siniestro. Como dije, terminaron los cinco retorciéndose en el suelo del dolor, y yo sentado en el capo de uno de los coches tomándome mi cafecito. Una vez que terminé, me molesté en tomar sus carteras, sacar sus DNI y de forma ostensible tomar nota de ellos. Una vez terminé, se los volví a guardar y devolví las carteras, luego les recordé sutilmente que ahora sabia sus direcciones, por lo que, si tenía alguna noticia suya por lo que había ocurrido, me encargaría de que la próxima vez que nos encontrásemos no me viesen llegar.

Me marche de allí con toda la tranquilidad del mundo. Luego antes de llegar a Madrid hice mi segunda parada y antes de entrar a la ciudad llamé a mi hermana para decirle que estaba entrando ya en Madrid. Como supuse en la Brigada no había nadie, estaban todos en casita durmiendo, con el cabreo que llevaba por tener que volver si me llego a presentar allí para encontrármela vacía, arde Troya… Cuando entré en casa Medusa estaba durmiendo, por lo que me fui a la cama, despertándome unas horas después al olorcito del café, yéndome a encontrar con todo el mundo en el salón esperándome, mi gozo en un pozo. Por lo que me contaron, había un pequeño problemita la mar de tonto con unos viejos conocidos, los Wulfgar. Por lo visto la rubia cañón había regresado a Madrid con varios de sus compañeros y con la nada sana pretensión de despellejar vivo a alguien. Y no, mis compañeros ni sabían a quién o el porqué de tan drásticas intenciones.

Ellos únicamente habían recibido la advertencia de Interpol, o más bien, del consejo y de los superiores de Helen. El grupito, y no eran los únicos Wulfgar fuera de sus territorios por lo que me explicaron, parecía estar dándose una vueltecita turística por Europa mientras las victimas comenzaban a acumularse, y el aviso que nos dieron era porque aún no se les había podido relacionar con ninguna de ellas. Obviamente querían que nos encargásemos de averiguar qué narices era lo que estaba pasando exactamente. De modo que, haciendo una pequeña recapitulación, me fui a enterar de que teníamos entre manos a una Valkiria junto con una fuerte escolta de Guerreros Einherjer o Varingian, como se prefiera denominarlos. Y os aseguro que una veintena de Guerreros Berserker con un completo control sobre si mismos, no era ninguna broma, el nivel de destrucción que podían provocar era como para temerles. La diferencia con la vez anterior, es que procuraron pasar desapercibidos, y en esta, era muy evidente que eso les importaba muy poco.

Me enseñaron todo lo que tenían, que sinceramente no era mucho, además, me costó muy poco llegar a la conclusión de que los Wulfgar estaban escondiendo bastantes datos, y eso sin profundizar mucho, algo que tendría que hacer más adelante con calma. El mandar un mensaje al consejo para que preguntase a sus Clanes no nos acercaría más a lo que fuese que había sucedido en su territorio, si habían mandado a una Valkiria rodeada de Varingian que estaban dejando un reguero de cadáveres tras ellos es que no había sido nada bueno. No obstante, en todo lo que me entregaron había algo que me tenía un poco desconcertado… y Medusa me lo notó enseguida…

-        Ashur, ¿Qué pasa? -preguntó Medusa-.

-        Algo no está bien… ¿estáis completamente seguros de que los muertos son cosa de los Wulfgar?

-        Por lo que nos han enviado, todas las pruebas apuntan hacia ellos… ¿Por qué lo preguntas? – replicó Helen-.

-        Pues porque no me cuadran en los Wulfgar… y mucho menos con los Varingian de por medio… Si estuviesen buscando información los habrían torturado, y si solo se tratase de venganza… es raro, esos cuerpos no deberían de mostrar tan buen aspecto… En ninguno de las dos opciones…

-        Tienes razón, no me di cuenta, solo pensé que los mataron. Pero tienes razón, si buscasen información o venganza ellos como poco les habrían descuartizado -sentencio Medusa-.

-        Si, eso es lo que pienso. No digo que no sea posible que simplemente los matasen de forma que pareciesen crímenes "normales" para no llamar la atención… pero eso a los Wulfgar les suele importar de muy poco tirando hacia nada…

-        ¿Ahora que hacemos? -preguntó la inspectora Serena-.

-        Pues la única alternativa factible seria hablar directamente con la señorita Storjensen… -repliqué-.

-        Eso puede ser complicado… ya intentaron mis superiores que aceptase reunirse con ellos y han pasado olímpicamente… -dijo Helen-.

-        Y está claro que a nosotros nos harán menos caso aun… -dijo Serena-.

-        Tú te liaste con ella la última vez que estuvo… ¿no?, quizá si acepte quedar contigo para recordar viejos momentos… -dijo riéndose Coral-.

-        Si está en una misión, nada le hará desviarse de ello salvo que su consejo de Clanes la reclamase… -replicó Helen-.

-        Quizá sí que haya un modo… Helen, necesito que tu gente transmita un mensaje…

-        ¿Qué quieres que le digamos?

-        Algo muy simple, solo transmitirle que "El Spøkelse" quiere hablar con ella, la fecha xxxxxxx y Brenn, nada más que eso… -sonreí-.

-        ¿Y crees que con eso aceptara? -replico algo perplejo Tony-.

-        Si, créeme que si…

-        ¿Si pregunta algo que le digo?

-        Lo hará, te preguntará, limítate a darle esta dirección, el día y la hora… solo eso… -dije tendiéndole un papel a Helen-.

-        Esto es una Cafetería… -me replicó al ver la dirección-.

-        Si, conozco al dueño, ya he concertado con él una cena para todos nosotros más los Wulfgar…

-        ¿Algo más? -preguntó Medusa-.

-        Si, una vez que el día y la hora sea confirmado, os quiero ahí una hora antes a todos vosotros -señales a los miembros de la Brigada-.

-        Eso también os incluye a ti -señale a Medusa-., a Fenrir y a Caín, si alguno falta, lo despellejo vivo… y después se lo chivo a Mama… ¿queda claro Hermanita? -sonreí beatíficamente-.

-        Joder que mal te levantaste hoy, ¿no? -me preguntó Medusa-.

-        No, no me he levantado enfadado, ya me acosté así ayer, es solo que aún no se me ha pasado… Bueno, os quedó a todos claro lo que quiero que hagáis cada uno, ¿no?

-        Si, todos aquí una hora antes de que lleguen los Wulfgar -replicó Helen-.

-        Bien, pues dado que todos sabéis lo que hacer, ale, cada uno para su casa o donde sea, pero desfilando todos ya mismo… venga… ale… -hice un gesto de que se apresurasen a largarse-.

El motivo de quedar en esa cafería era que por un lado tranquilizaría a los Wulfgar al ser un sitio público, que con ello tampoco se desmandaran si la situación se calentaba, y por otro, su comedor estaba aislado del resto, por lo que allí podríamos hablar con tranquilidad. En realidad, de mis hermanos el que de verdad me interesaba que estuviese era Fenrir, que era muy conocido por todos los Grandes Clanes norteños de la Razas, incluidos los Wulfgar. Le tenían tanto respeto como miedo, lo que a mí en esos instantes me resultaba muy valioso. Caín y Medusa solo me servían como respaldo, por si necesitaba hacer una declaración de intenciones y no me convenia estar matando a nadie. Si lo sé, es una lata, mis hermanos eran fácilmente identificables si se mostraban, pero yo desgraciadamente no tenía ese tipo de habilidad, y os lo aseguro, algunas veces era algo que me hubiese venido de muerte, como en este caso.

En casa estuve como cinco horas repasado detenidamente todo lo que Helen me proporciono, y a medida que avanzaba cada vez lo veía todo menos claro. Continuaba sin ver claro el que esos muertos fuesen causa de los Wulfgar, pero más importante aún, si no me equivocaba, ese no era el único equipo que estos parecían haber desplegado fuera de su territorio, aunque si en el único que lo conformaban una Valkiria y un grupo elevado de Varingian. Si algo tenía para ese momento meridianamente claro es que algo había ocurrido en su territorio ancestral, y algo lo suficientemente grave como para emplear a sus mejores efectivos, cosa que no habían hecho ni cuando prácticamente se jugaban su influencia en Escandinavia. Solo vi a la Valkirias luchar en la SGM contra los nazis, y fue por su cuenta o cuando no les quedó más remedio, y no como algo organizado por su consejo de Clanes. Además, tampoco me olvidaba de que lo que fuese que ocurriera, era lo suficientemente importante como para que Lilith se inmiscuyese…

Sabia positivamente que la rubia acudiría a la cita… "El Spøkelse", el Fantasma, así es como me llamaron durante la ocupación Nazi de Noruega por mi forma de actuar. Todo el mundo trato de localizarme por diversos motivos y ninguno lo consiguió. En cierta fecha muy concreta, una columna de SS acompañados de varios agentes de la Gestapo tenía cercados a varios Wulfgar en las cercanías del pueblecito de Brenn. Los Wulfgar formaban un grupo de resistencia mandado por una Valkiria Rubia a la que ese día acompañaban cinco Varingean. Llegue justo a tiempo y a la hora perfecta, en el tramo de anochecer donde la visibilidad es casi nula pero no llega a ser noche completa. Hice una autentica carnicería entre los alemanes, que no me vieron llegar. Entre ellos había varios miembros de los Clanes, especialmente licántropos, con los que me esmere al matarlos. Me retire cuando a los Wulfgar les llegaron refuerzos, dejando tras de mi casi la mitad de las tropas de las SS asesinadas… Deje suficientes pistas como para que luego de mirar un poco con detalle supiesen quien era el que acudió en su ayuda.

Aunque todos me buscaron, los alemanes y colaboracionistas para matarme, la resistencia y los Wulfgar para, supuestamente agradecerme y darme la oportunidad de colaborar con ellos. Lo cierto es que nunca me localizaron o estuvieron cerca siquiera de hacerlo. La realidad, por mal que suene, es que me estaba divirtiendo como hacía tiempo que no me pasaba, por lo que no quería que nadie tratase de dirigirme o indicarme que hacer. Fueron los Wulfgar los que me pusieron el sobrenombre de "El Spøkelse", ya que las únicas huellas mías que pudieron encontrar eran los cadáveres que iba dejando a mi paso. Como ya expliqué, me esmeré en infundir miedo, algunas veces encontraban un vehículo estacionado en medio de la carretera con todos sus ocupantes muertos abordo, erguidos en sus puestos, como si la misma muerte les hubiese sorprendido a todos ellos en el mismo instante. Si algo sabia positivamente de los Wulfgar es que no les gustaba dejar cabos sueltos pase el tiempo que pasase, y el mío era uno de los importantes para sus clanes. Digamos que les había salvado más de una vez, pero sin duda, su mayor deuda fue esa que conté, cuando salvé el culo de la Valkiria rubia y sus guardias. Conociendo a los Wulfgar, ese hecho posiblemente no fuese conocido por nadie ajeno a su pueblo o quien intervino allí, y dado que todos los alemanes fueron asesinados, la opción era obvia.

La parte buena, es que tal y como supuse, el mensaje llegó a quien debía, que se encargó que la rubia aceptase mi invitación. ¿Conocéis la sensación esa de "esto no ha sido una buena idea"?, pues fue más o menos lo que yo comencé a pensar nada más reunirnos todos para comer en maravillosa armonía… es ironía, por si alguien no lo ha pillado. La entrada de la ruba cañón y sus cuatro orangutanes de escolta fue apoteósica, si hubiese pensado que podría haber sido mala, me hubiese equivocado, porque fue aún peor… Sinceramente, pensé que nada más entrar, la rubia lo haría como un elefante en una cacharrería, o lo que es lo mismo, directamente preguntando quien era "El Spøkelse"… Pues no, no fueron esas sus primeras palabras, lo primero que soltó por su linda boquita fue… "que cantidad de hombres guapos, como me lo voy a pasar follándomelos a todos…", así, sin buenos días ni nada. La soltó, y se quedó tan ancha…

Coral y Helen se levantaron como si las hubiese picado un escorpión, y Medusa, mi adorada hermanita brilló con todo su esplendor, sus colmillos fuera y sus serpientes siseando a los Wulfgar con ganas de morderlos a todos…. Eso sí, las tres tenían el mismo objetivo, el cuello de la rubia, lo que provocó que los cuatro asnos que la acompañaban diesen un paso adelante, que de inmediato hizo que tanto Tony, como Fenrir y Caín también se moviesen. En el caso de Tony, pese a ser un Lykos, quizá los Wulfgar se hubiesen reído, pero desde luego en el de mis dos hermanos no, ni por asomo. Cuando Fenrir y Caín comenzaron a ejercer presión sobre los Wulfgar empleando para ello su "majestad", la situación dio un giro de 180º. Ni la Rubia ni los cuatro que la acompañaban eran idiotas o no sabían en el mundo en que se movían, no necesitaron mucho más para comprender frente a quienes estaban. Por su parte, Medusa más clara no podía haber sido al sufrir de forma abierta su transformación. De la Brigada se podrían reír, incluso del consejo o del Schattenkrieger si me apuraseis, pero desde luego, nunca lo harian de un Lilim o de Caín, no digamos ya de tres juntos, y menos aun de Fenrir, al que conocian perfectamente.

De repente todo ese aire de superioridad que traían los Wulfgar desapareció como por ensalmo, siendo sustituido en el acto por precaución, pero sobretodo, por respeto, e incluso en algún punto, temor. La rubita con sus guardianes había ido a encontrarse con "El Spøkelse", alguien al que le debían una cierta consideración por lo que hizo, y se fueron a encontrar con un grupo de policías que no les podía importar menos, por los que únicamente podían sentir poco menos que desprecio. Habían pretendido demostrarlo desde el principio, y se habían encontrado con lo que no se esperaban de ninguna de las maneras, dos Lilim más Caín, y que además habían dado un paso hacia adelante para "protegerlos". La Rubia entendió que la situación de repente había cambiado, ahora se tornaba muy peligrosa para ellos y para todo su pueblo.

La rubia conocía lo que esto implicaba, era extremadamente consciente de que todo iba a depender de sus siguientes acciones. No tuvo el menor problema en reconocer a los tres que tenía frente a ella, y eran a cuál más peligroso. Medusa, capaz de paralizar y detener el corazón de cualquiera simplemente con su mirada. Caín el más poderoso de los hijos de la noche, padre de su raza, capaz de caminar bajo el sol y cuyos poderes solo podían suponerse. Y por último Fenrir, el Lobo de Asgard, al que mejor conocían de todos los Lilim y por el que sentían tanta admiración como temor, que era tan considerado como despiadado. Cualquiera de ellos podría matarlos a los cinco con solo mover un dedo, pero lo peor, lo más peligroso de la situación, es que era plenamente consciente de que, si ofendían a cualquiera de ellos, este podría tomar represalias contra su pueblo sin que pudiesen hacer gran cosa en contra. Y ahora allí, tenía enfrente a los tres, todos juntos, que habían actuado prácticamente al unísono por defender a esos policías, por lo que para la rubia no era nada descabellado pensar, que ofendido uno, ofendidos todos.

Si algo entendí, es que aquello no nos llevaría a ningún lado, por lo que decidí tomar la palabra, antes de que se complicasen las cosas aún más… De hecho, fui el único que no se levantó. Os aseguro que pensaba hacerlo para saludar a los cinco Wulfgar, pero no me dio tiempo antes de que la rubita abriese su bocaza insultando a todo el mundo. Decidi dos cosas, primero no levantarme, y segundo, hablar con suavidad dirigiéndome a todos ellos a la vez…

-        ¿Os importaría a todos dejar de hacer el tonto y sentaros a la mesa para que podamos pedir? Tengo hambre, quiero comer… ya…

Me quede fijo mirando, poco a poco fueron haciéndome caso, empezando por mis hermanos y siguiendo por los miembros de la Brigada, los últimos fueron los cinco Wulfgar. Todos se sentaron, y se quedaron mirándome también a mí. Una vez todos en su sitio…

-        Bueno, vamos a pedir, y una vez nos traigan la comida, si os parece bien a todos, comenzamos a hablar…

-        No entiendo que hacen ellos aquí -dijo la rubia señalando a los miembros de la Brigada-.

-        Pues muy sencillo, Srta. Storjensen, porque son mis jefes. Yo soy el que ustedes denominaron como el " Spøkelse", y trabajo como asesor de la Brigada de Investigación Especial de la Interpol con sede en Madrid.

-        ¿Eres el Spøkelse? -preguntó sorprendida-.

-        Si, si quiere le detallo la situación en Brenn cuando le salvé el culo… -repliqué serio-.

-        No, no hace falta… le creo… ¿y qué es lo que quiere de nosotros? -me replicó-.

-        Como ya le he dicho, primero pidamos, y mientras comemos hablamos…

Después de eso simplemente la ignore, centrándome en mis compañeros, hablando tranquilamente con ellos mientras pedíamos, algo que lentamente, fue poco a poco imitado por los Wulfgar, especialmente cuando vieron que mis hermanos también hacían lo mismo. Sinceramente no me extraño que aceptase tan fácilmente quien decía yo que era, principalmente por la presencia de mis hermanos y como me habían hecho caso. No diré que seguramente los Wulfgar no tenían mil preguntas en sus mentes sobre lo que estaban haciendo allí con nosotros mis tres hermanos, sin olvidarnos del hecho de que me hiciese caso, porque mentiría como un bellaco. No me costó mucho saber que en esos instantes la mente de la rubita tenía que estar hecha un caos, principalmente porque la vez anterior que estuvo en Madrid nos pegamos los dos una follada de campeonato, espectáculo con la policía incluida, y pese a sus "peculiaridades" como Valkiria, ni siquiera sospechó que yo fuese alguien "especial" en ningún sentido.

Tal y como dije, pedimos y comenzamos a comer comentando trivialidades que observe poco a poco iban incomodando a la rubia. Y digo a la rubia, porque parecía que sus cuatro acompañantes con mirar a mis hermanos y que estos no les saltasen al cuello ya tenían más que suficiente con todo aquello. Al final, la rubita explotó y no pudo evitar "soltármela"…

-        Bueno, ya basta… ¿para qué quería que nos reuniésemos? -me pregunto con precaución, mirando de reojo a Fenrir, que parecía ignorarla por completo-.

-        Quiero saber qué es lo que realmente paso en su territorio y por qué su consejo de clanes les ha enviado por media Europa. No pretendo que me responda sin que se lo autoricen, pero si le rogaria que fuese cuanto antes…

-        ¿Y si no acceden a que le cuente nada?

-        Quizá fuese conveniente, que cuando hable usted con sus mayores, les indiqué que serán ellos dos quienes terminen por ir a preguntarles si se niegan… -repliqué, señalando de modo indolente hacia Fenrir y Caín, que se quedaron mirando fijamente a los Wulfgar-.

-        Entiendo…

-        No, creo que no lo entiende para nada… el que sean ellos dos -Medusa señalo a Fenrir y Caín- quienes tengan que ir finalmente porque sus líderes se comporten como estúpidos, no es lo peor que les podría ocurrir…

-        Pues con todo respeto, ¿ya me dirá que podría ser peor? -replicó la rubia-.

-        Que para obtener una respuesta tuviese que ir Lilith en persona… eso es lo que sería aún muchísimo peor -replicó Medusa, viendo palidecer como muertos a los cinco Wulfgar-.

-        Le conseguiré lo que me ha pedido -dijo la rubia con un hilo de voz-.

Lo cierto es que ahí Medusa estuvo lista, ya que mi madre había tenido un par de desacuerdos con los Wulfgar antaño y no quedo muy satisfecha con ellos. La primera vez fue bastante mala, al menos dos clanes sucumbieron a su cariño cuando se metieron donde no les llamaban. La segunda, bueno, se libraron de algo muchísimo peor porque por aquel entonces estaba vivo uno de los pocos amigos que mi madre a tenido e intercedió, aunque los responsables de su cabreo lo pagaron extraordinariamente caro, y el resto de los Wulfgar fueron muy conscientes de su destino o del porque el resto de ellos se habían librado del mismo final. Obviamente esto no es algo de lo que se pudiesen olvidar fácilmente, y si su consejo no estaba formado por imbéciles, tratarían de cualquier manera mantenerse alejados de los asuntos de Lilith. Y la Rubia, en este caso, podía atestiguar la intervención en este asunto de Medusa y Fenrir, dos de sus hijos, y de Caín…

La Rubia no lo dudo ni un solo segundo, pidió disculpas, se levantó y sacando su teléfono salió hacia la calle mientras hacia una llamada. Apenas tardó tres minutos en volver a entrar, sentándose e indicándonos que había sido autorizada a contarnos todo lo que sabía. Por lo visto en los sótanos de una de las residencias más importantes de un clan poderoso se habían encontrado a una veintena de Wulfgar muertos. Pero no unos cualquiera, eran cuatro jóvenes pertenecientes a familias importantes de sus clanes y sus guardaespaldas, que estaban entre lo más granado de los Berserker. Ni uno solo de ellos presentaba señales de haberse defendido, y en el sótano encontraron algo sumamente inquietante, por lo visto parecía que hubiesen estado jugando con lo oculto. Encontraron una especie de dibujo místico en el suelo junto con un montón de runas escritas en las paredes, algo que sus mejores chamanes no pudieron identificar, pero que si lo tildaron como nada bueno. Después de rastrear toda la zona encontraron signos evidentes de que allí estuvo alguien más que logró salir vivo, y era a quien estaban siguiendo, aunque no lograban dar con quien fuese. Lo muertos por lo visto, eran la pista que estaba siguiendo…

-        Es interesante, pero le rogaria, que volviese a llamar a quien fuese, y le pidiese que le mandasen, si tienen, las fotos originales antes de que algún imbécil tratase de tapar lo que sea que sucedió… -dije-.

-        ¿Cómo dice? -preguntó la rubia-.

-        No sé quién estará detrás de todo esto, pero lo que le han dado aquí no es real, con excepción de las runas -repliqué, pasando el ordenador a Medusa-.

-        Las runas sin dudas son auténticas, runas druídicas de protección. Pero esto del suelo… es una estupidez sin sentido… se nota que lo han modificado… -luego se lo pasó a Caín y Fenrir-.

-        Si, evidentemente esto es falso… ¿Quieres que vaya yo a verlos y vamos ahorrando tiempo? -me preguntó Fenrir para sorpresa de la rubia-.

-        No, vamos a tratar de mantener esto dentro de la más absoluta cortesía y respeto hacia los Wulfgar… Pero, no obstante, me disgusta muchísimo que me quieran tomar por imbécil… Además, hay otra cosa que no entiendo… -repliqué mirando fijamente a la rubia-.

-        ¿Qué es?

-        Las runas, son druídicas y no chamánicas, como se podría esperar estando en territorio Wulfgar… -repliqué-. ¿Un Druida en territorio Wulfgar?... raro…

-         Controlamos bien nuestro territorio, no entra nadie ajeno sin que lo sepamos… Imposible… -dijo molesta la rubia-.

-        Pues será imposible… pero esto son runas Druídicas muy poderosas, esto no lo hace cualquiera… -replico Medusa-.

-        ¿Alguna idea pese a todo? -preguntó Helen-.

-        No, sin ver lo que de verdad había en el suelo, no. Pero ya te anticipo que no puede ser nada bueno, esas runas de protección creaban una circulo de seguridad sobre la sala, si nadie ha tocado ninguna, esa protección fue rota desde dentro, lo que debería de haber sido imposible.

-        Luego es malo… -matizó Serena-.

-        De eso no tengo ninguna duda, lo que fuese que se estuviese haciendo te garantizo que bueno no era… -repliqué-.

-        Srta. Storjensen, creo que tiene usted muchas cosas de las que hablar con sus mayores… -le dije a la rubia mirándola muy serio-.

Caín, Fenrir y Medusa me miraron preocupados, ya que, como yo, sabían perfectamente lo poderoso que era ese conjuro ritual Druídico, si de verdad había sido roto desde dentro, habría problemas, y serios. La Rubia prometió informarse con sus mayores, después le dije que cuando le diesen lo que pedí, me lo llevase a mi casa si no le importaba. Obviamente, ya sabía de sobra donde vivía yo, y también, que después de la sorpresa tan desagradable que se acababan de llevar con mis hermanos, antes o después terminaría por visitarme. En previsión de ello, me las apañe para que mi queridísima Medusa pasase la tres o cuatro próximas noches en casa de Tony, porque con ella allí, si la rubita trataba de hacer la más mínima maniobra contra mí que a mi hermana no le gustase, era capaz de destriparla viva… eran las ventajas e inconvenientes de tener una hermanita pequeña sobreprotectora con muy mala leche.

En referencia a lo que me habían enseñado, por lo poco que vi me daba muy mala espina, porque todas las muertes habían sido tan rápidas como brutales, algunas incluso quemadas vivas… aparentemente, de dentro hacia fuera. Lo que más me desconcertaba y por lo que no tenía hipótesis alguna, es porque el reguero de muertos no tenía puntos en común, eran humanos de todo pelaje o calaña, y de las razas, tanto de las "depredadoras" como de las "víctimas", un buen numero pertenecían a los RATTS. Lo mostrado hasta ahora de las víctimas no mostraba un patrón de preferencias o de comportamientos raros a primera vista. Era casi como si hubiesen sido completamente al azar, incluso varias podrían pasar como "naturales" de no haber sido por las demás… Se podría decir que había una discrepancia en las muertes, como si las estuviesen ejecutando dos personas diferentes…

Dos días tardó en aparecer la rubia en mi puerta con lo que le pedí, y si, tal y como esperaba trató de "jugar" conmigo. La rubita era una Valkiria, pero también una Chaman, y tenía ciertas capacidades que podían ser amplificadas con los rituales apropiados junto a una preparación adecuada… La rubita entre los Wulfgar podría ser más o menos como una Omega entre los licántropos, con la diferencia de que existían modos chamánicos de ampliar la situación a los humanos durante un corto periodo de tiempo. De haber sido cualquier humano lo habría tenido comiendo en su palma casi al instante, pero desgraciadamente para ella, su "presencia" no tenía mayor efecto en mí que el de divertirme. Cuando trató de controlarme, pensé de inmediato que la rubita merecía una pequeña lección de modales, y que, además, iba a ser todo un auténtico placer poder dársela…

No olvidéis una cosa sobre la rubita, y es que era una Chaman, Valkiria y Wulfgar, por lo que tenía que tomármela muy enserio, motivo por el que decidí volcar vitae a mi torrente sanguíneo, aumentando de ese modo mis capacidades de forma drástica. Sujeté a la rubia por el cuello, la "aplasté" contra una de las paredes mientras con la otra mano, literalmente, nos arrancaba la ropa a ambos, para luego, forzar sus piernas, situarme entre ellas y enfundar mi polla en su coño, que, por cierto, estaba "chorreando". Comencé a follármela de forma salvaje, a la vez que ante sus cada vez más abiertos ojos desenfundé mis colmillos, hundiéndolos en su cuello, tomando su sangre a la vez que volcando en su torrente las enzimas que la llevaron a un demoledor orgasmo casi enseguida. De allí, con ella sujeta con sus piernas a mi cintura, sus brazos alrededor de mi cuello, mi polla en su interior y mis colmillos clavados, me dirigí hasta mi cama, en la que me derrumbé con ella debajo.

Fue realmente escandalosa, especialmente cuando tras varias acometidas y su segundo orgasmo, me salí de ella obligándole a darse la vuelta para poder sodomizarla con "comodidad". Remarco "comodidad" con retintín, porque no os podéis hacer una idea de lo difícil que es manejar a una puñetera Wulfgar en celo, porque si, la cabrona encima pareció entrar como si estuviese en su periodo de celo y se volvió hiperagresiva. De hecho, os aseguro que antes de obligarla a cambiar de postura, bajo sus uñas tenía varios centímetros de mi piel, que me arrancó en medio del paroxismo de su segundo orgasmo. Estuvimos follando buena parte de la noche hasta que al final nos quedamos dormidos agotados… ella en parte también por la pérdida de sangre que llevaba aparejada a mi mordisco.

A la mañana siguiente nos levantamos a desayunar como si nada. Os garantizo que, si en lugar de ser una Wulfgar hubiese sido una humana normal, a esas horas aun sería incapaz de moverse con comodidad tras la noche de combate amoroso. Al levantarnos llegaron las preguntas incomodas, en especial la de quien era yo de verdad, lo cierto es que no hizo falta que se lo dijese, finalmente llego ella misma a la respuesta correcta. Y si, para ella fue un shock, aunque debo de decir que se ganó un poco de mi corazoncito cuando me llamo Ashur, el primer nacido… y colgarme el tan habitual "tres veces maldito" de marras…  La Srta. Storjesen por otro lado, reconozco que me sorprendió en un detalle, y es que, parecía que acabase de salir de un spa relajante. Mientras desayunábamos le entraron varios mensajes, tras leerlos me pidió algo con que pode descargar lo que le iban a mandar. Le pasé una Tablet que a los pocos minutos de devolvió con todos los datos que, según ella, sus mayores le habían terminado por pasar. Por lo visto, el día anterior logro convencerlos tras una agria discusión y el recordatorio, de quienes irían a pedírselo por las malas si no me lo daban de buena gana. Con solo ver las tres primeras imágenes, me quede con la taza de café en el aire, mientras que llamaba a mis hermanos, instándoles a estar en mi casa, ayer a lo más tardar…

Cuando Caín, Fenrir, Medusa y el resto de la brigada llegaron, la imagen tuvo que ser de lo más cómica, la rubia vestida con tan solo una camisa, mirándome como si estuviese completamente loco, mientras yo paseaba de un lado a otro cagándome en los muertos de todo lo que se me cruzaba por delante…

-        ¿Se puede saber que ha pasado? -preguntó Fenrir mirando a la rubia-.

-        No tengo ni idea, miró lo que me mandaron de casa y esta así desde entonces… -replicó la rubia-.

-        Hostias… -dijo de pronto Medusa echándose a reír mientras miraba las imágenes que vi yo-.

-        No me extraña… -replicó riéndose también Fenrir y Caín cuando vieron lo que tenía medusa ante ella-.

-        Os hace gracia, ¿no? Pues mirar las tres últimas a ver si seguís riéndoos como gilipollas…

-        Mierda… -replicó Caín al pasar las imágenes-.

-        Tiene que ser una puta broma… no pueden haber sido tan inútiles… no me jodas… -dijo Fenrir-.

-        Esto es malo… -dijo Medusa repentinamente seria-.

-        Os quiero a los dos junto con Poseidón de camino al territorio Wulfgar ya mismo. Me importa una mierda como lo hagáis, pero encontrar al que hizo esto y despellejarlo vivo sea quien sea, quiero una puta alfombra con su piel… -repliqué muy enfadado-.

-        ¿Y si hay algún problema? -preguntó Fenrir-.

-        Matad a quien se interponga… Cuando vayáis por Poseidón, que Jedidias mueva el culo y averigüen todo lo que pueda sobre quien hizo esto… lo quiero muerto…

-        Ashur… este sello… es lo que faltaba en lo que vimos en Estados Unidos… ¿no? -preguntó Helen pálida mirando las imágenes por encima del hombro de Medusa-.

-        Si ese es el sello de Belial, pero hay diferencia, en EEUU era una invocación, sin embargo, esto es una convocación… o debería de haberlo sido… pero el imbécil que lo hizo, para que lo entiendas, dejo la puerta abierta…

-        ¿Queréis decir que Belial ha…? -Coral hizo un gesto como de salir, mientras palidecía y tragaba saliva-.

-        No, eso podría ser si fuese de invocación, este es de convocación… son diferentes… A groso modo, el primero trae la entidad "físicamente" a este plano, este solo tan solo su esencia o su conciencia, como prefieras llamarlo.

-        Entonces no debería de haber problema, ¿no? -preguntó Helen-.

-        Quien lo hizo uso el sello de Belial como llave, pero no marco límites ni trato de llegar hasta él. Algo así como que cualquiera que pasase por allí podía salir. No sé qué trataría de hacer, pero lo único cierto es que dejo el acceso abierto de par en par…

-        Y un amigo de mi hermano salió para venir a verle… y no precisamente en espíritu…  -sonrió Medusa tratando de aguantar la risa junto con mis dos hermanos-.

-        Muy divertido, así que aún no os habéis dado cuenta ninguno de los tres ¿verdad? -sonreí sarcástico-.

-        ¿De qué, de que esto va a ser divertido en cuanto llegue? -preguntó Caín riéndose-.

-        No imbécil, de saber quien salió justo detrás en su busca… -sonreí, viendo palidecer a los tres, que se lanzaron de nuevo a mirar frenéticamente todas las imágenes-.

-        Hostia puta… no me jodas… no es posible… ¿un avatar quizá? -me preguntó Fenrir-.

-        Posiblemente si… físicamente, aunque podrían hacerlo sin problema, sería un problema con la otra parte… -repliqué-.

-        Pero de quien… ¿lo sabes? -pregunto Caín, mientras el resto nos miraba como si fuese un partido de tenis, moviendo la cabeza de uno a otro-.

-        Solo hay tres opciones… y no necesito deciros cuales son… ninguno más podría obligarlo a regresar…

-        Nosotros nos vamos a por Posey, ellos se vienen con nosotros -Fenrir señalo al resto de la Brigada-. Suerte con eso…

-        Nosotros nos quedamos… Iros vosotros a por vuestro hermano… y que alguien nos explique qué coño es lo que está pasando… -replico cabreada Helen-.

-        Pues que alguien muy estúpido, pretendiendo hacer una convocación, en realidad lo que hizo fue abrir una puerta al inframundo usando el sello de Belial, dejando que un perrito se escapase, y ahora viene directo a ver a mi hermano…  -me señalo Medusa riéndose-.

-        ¿Un perrito?, ¿Qué perr…? -Coral se detuvo en seco, abriendo mucho los ojos y poniéndose pálida al ver la sonrisita socarrona de Medusa-.

-        ¿Ya te disté cuenta? -dijo sonriendo Medusa-.

-        No jodas… di que no… -replico Coral-.

-        Pues sí, el "pequeño" Cerbero se ha escapado del Inframundo y viene directo a visitar a mí hermanito… -dijo riéndose Medusa señalándome mientras todo el mundo palidecía-.

-        ¿Y según vosotros quien es el que ha podido salir tras él? -preguntó temblorosa la rubita, dándose cuenta por primera vez del inmenso lio en el que estaba metida-.

-        A los únicos que Cerbero haría caso son Asmodeo, Astaroth o al propio Lucifer… ni siquiera Baal, que es la segunda entidad más poderosa en el Inframundo podría con él si no se quisiese marchar… -repliqué-.

-        ¿Solo esos tres dices…? -preguntó Serena con un hilo de voz-.

-        No, en realidad a Ashur también le hace caso, es al único fuera de mi madre o esos tres… -replicó Medusa-. Pero para que regrese de nuevo a su puesto, esos tres son los únicos capaces de arrastrarlo de vuelta…

-        Joder… Cerbero y además de regalo, con un demonio…  ¿pero es que tú no puedes atraer por una puta vez a nadie que sea normal? -preguntó exaltada Helen-.

-        Oye, que la culpa no es mía… es de alguno de los congénedes de esta señorita que es imbécil… -repliqué señalando a la Wulfgar-.

-        Mierda… ¿y qué hacemos? -preguntó Serena-, o, mejor dicho, que vas a hacer porque yo ni loca me quedo cerca de ti... -rectifico pálida-.

-        De momento lo mejor sería que os mantuvieseis alejados, y, además, yo en el caso de ella -señalé a la Wulfgar-, si tuviese amigos o conocidos en el resto de grupos que sin duda mandaron para encontrar lo que se escapó, les llamaría para que se alejasen lo más posible antes de que terminen muertos… o algo mucho peor…

-        Lo haré ahora mismo… si puedo ayudar en algo… de lejos… no dude en pedírmelo… -me replicó muy pálida, uniéndose a Serena en la idea de no acercarse mucho a mí, cosa que por cierto me alegró-.

-        Bueno, al menos esta vez no será tan escandalosa como la última que se escapó y vino a verte… -se rio Medusa-.

-        ¿Ocurrió algo la última vez? -pregunto curiosa Helen-.

-        ¿Te suena Pompeya? El pobre la lio buena… -rio Medusa, haciendo palidecer nuevamente al resto cuando ya comenzaban a recobrar poco a poco el color-.

-        No exageres, que no hizo prácticamente nada, fue una mera coincidencia… -repliqué-.

Voy a hacer un inciso para explicar un poco sobre Cerbero. Algo que le entusiasma es revolcarse en el magma, por lo que cuando esa vez se escapó para venir a por mí se entretuvo en el Vesubio para jugar con el magma y le quedo la fama de "colaborar" en la destrucción de Pompeya… Y si, yo solía jugar con él horas, nos llevábamos increíblemente bien cuando era niño, y de vez en cuando, viene para eso, porque echa de menos jugar conmigo… Cerbero no tiene consciencia del tiempo, para el mil años no dejan de ser un suspiro, y además es tremendamente dormilón, de hecho, se pasa así casi todo el tiempo, dormido… Alguna de sus cabezas siempre está durmiendo, no falla, es innato en él. Pero ojo, porque si es tan buen guardián es porque jamás, nunca a lo largo de la historia, se han dormido las tres a la vez. Los problemas con él vienen cuando las tres están despiertas al tiempo, es entonces cuando se pone interesante el asunto, pues se comporta como cualquier otro perro en su versión de cachorro juguetón, sin por ello dejar de ser lo que es. También reconozco que tiene muy malas pulgas, matara a cualquiera que trate de hacer alguna cosa que no le guste, siempre al margen de tratar de abrir las puertas que protege, en ese caso que te mate es lo mínimo, o quizá mejor sería decir, que es lo más favorable que te podría llegar a pasar con él.

Dos días después, cuando mis hermanos ya se habían marchado acompañados de la rubia y sus hombres. Una vez que regrese del trabajo, me fui a pasear por un parque cercano lindando con los límites que fije en su día para cualquiera que pretendiese hacerse con territorio, con el fin de despejarme un poco, me había aficionado a ello en Asturias. Como digo, estaba paseando cuando me fijé en cuatro idiotas que estaban rodeando a un perro muy bonito de pelo blanco y negro. Por la pinta, no tenía a su dueño cerca y esos individuos no tenían buenas intenciones Me dirigí hacia allí tranquilamente, justo cuando uno de esos idiotas se disponía a tirarle una piedra, cosa que por cierto no consiguió, posiblemente debido a la patada en la espalda que le pegué y que le tumbo en el suelo. No cruce con ellos ni media palabra, simplemente me lie a golpes, terminando los cuatro revolcándose en el suelo de dolor. Sinceramente, de no haber sido de día con los problemas que eso podría llegar a darme, los hubiese matado a los cuatro sin el menor problema. Cuando termine, le hice una seña al perro para que me siguiese, cosa que hizo encantado de la vida. Me lo lleve a casa jugando con él, levantaba la mano mientras trataba de alcanzármela…

Cuando entramos en casa, le puse de beber y de comer, una vez termino se adueñó de mi sofá, durmiéndose casi en el acto. Era un precioso Husky con unos bonitos ojos dorados. Solo un par de horas después, llegaron mi hermana, Coral y Tony. A Coral le faltó tiempo al ver al perro para lanzarse sobre él y acariciarle, incluso se puso a jugar con él mientras los otros dos lo miraban muy pálidos. Tony supongo que al ser un Lykos, su instinto le indico que aquel perro no era normal, y mi hermana, porque en cuanto la miro y vio sus ojos dorados inmediatamente supo que era ese precioso perro. Casi me reí cuando Coral se volvió hacia mi sin dejar de jugar con él para preguntarme…

-        ¿Ashur, sabéis ya algo de Cerbero y quien salió tras él? -preguntó Coral-.

-        De quien salió a buscarle no, pero de Cerbero si… si que se, si… -me costó horrores no reírme-.

-        Coral… -dijo mi Hermana-.

-        Si… -contestó-.

-        El perro, estas jugando con él…

-        Si lo sé, es un Husky precioso… pero Ashur, ¿no será un problema si viene tu "amigo"? -me preguntó Coral-.

-        Coral… lo que mi hermana trata de decirte… es que estas jugando con Cerbero… -repliqué-.

No pude evitar reírme a carcajadas al ver como se levantó de rápido viniendo a tratar de esconderse detrás de mi dando chilliditos. El reírme no fue por eso, sino porque al hacerlo, Cerbero se pensó que seguía jugando con él y salido disparado detrás de Coral, contra más gritaba esta, más juguetón se volvía el perro. Como ya habréis supuesto, Cerbero puede transformarse en cualquier perro que decida, solo hay una cosa que no puede esconder, sus ojos dorados. Mientras que los muestre así no hay el menor problema con él, las cosas con cerbero comienzan a complicarse cuando los ojos se le vuelven completamente rojos, sin mostrar pupila alguna… Es entonces cuando hay que comenzar a preocuparse, y no digamos ya si por casualidad le da por tomar su forma real de perro infernal de tres cabezas. Si alguno de esos cuatro idiotas del parque, le llega a tirar, aunque solo fuese un grano de arena, Cerbero los hubiese destrozado, eso sino decidiese que necesitaba comer, realmente tiene pocos escrúpulos con eso cuando tiene hambre, para Cerbero carne es carne, le da igual que sea de un cordero que de un imbécil cualquiera.

Otra cosa que quiero aclarar, es que Coral fue muy afortunada cuando se lanzó a por él, en otras circunstancias le hubiese podido salir caro, pero al estar conmigo y ver que yo no me alteraba con la presencia de quienes entraron, mi hermana incluida, Cerbero asumió que no debía de preocuparse por ellos. Luego también es cierto, que cuando se puso a acariciarlo y a jugar con él, se lo "gano", no hay cosa que más le guste que eso o que le dediquen atención exclusiva. Tarde un poco en tranquilizar a Tony, a Coral y a Cerbero, que solo quería jugar con ella. A mi hermana desde luego no la perdía de vista, cuando éramos pequeños era de las que le hacían al pobre todo tipo de putadas y bromas pesadas, como dejar que sus serpientes le diesen algún que otro susto, algo que no olvidaba. Algo reseñable, es que Cerbero es inmune al fuego, y sus poderes radican en el frio más gélido, no es buena idea enfadarle.

Si algo tuvo de bueno el tener en casa a Cerbero, fue que a todo el mundo pareció olvidársele mi dirección, incluida mi hermana, que paso a quedarse con Tony. Fue divertido, después de la "sorpresa", Tony y Coral tardaron segundo y medio en salir por la puerta argumentando excusas a cuál más peregrina acompañados de mi hermana. Yo me quedé con Cerbero a la espera de que llegase quien estaba en su búsqueda, no es que me hiciese mucha gracia, pero bueno, no me quedaba otra. Sin embargo, como no podía haber resultado de otra forma dada la suerte que parecía perseguirme últimamente, aunque los miembros de la Brigada pareciesen haberle cogido alergia a mi casa, si tuve una visita que pudo haber terminado realmente mal. Como creo que ya he dicho en alguna ocasión, en todas las razas existen gilipollas, y algunas veces el tener una cierta edad, y hablo de un par de centenares de años quizá, no es algo que lo evite. A los cuatro días de tener a Cerbero conmigo, se presentó en mi casa alguien a quien de verdad que, sí que no esperaba ver, el Sr. Alejandro de Vargas en persona. Lo malo es que vino acompañado de su hermano y alguien más a quien presento como "su sobrino".

Obviamente cuando llamaron a la puerta y abrí me encontré con la visita, a los que hice entrar, y error mío, no dije nada acerca del "perro", que estaba tranquilamente despanzurrado en el sofá, con las patas a aire y durmiendo como un angelito. En realidad, Cerbero tenía las dos orejas tiesas que era tanto como decir que estaba en constante alerta pese a parecer dormido profundamente. Alejandro de Vargas y su hermano esperaron a que les indicase donde sentarse, por cierto mirando a Cerbero, del que supongo debieron de recibir vibraciones nada corrientes, pero por algún motivo que desconozco, más allá del ser un gilipollas, el sobrino directamente se dirigió a quitar a Cerbero del sofá… ni os imagináis lo rápido que tuve que moverme pare evitar que lo matase. Fue ir a estirar la mano y revolverse Cerbero lanzando una dentellada contra su cabeza que no le alcanzo porque lo retiré agarrándolo de un hombro, o más bien, digamos que le lancé por los aires contra la pared. Después de eso me enfrente a Cerbero mandándole quedarse en el sofá quieto, sinceramente me preocupaba porque sus ojos estaban comenzando a tener una tonalidad dorado rojiza que no presagiaba nada bueno… Por fin logré que se aplacase y aceptase seguir tumbado, aunque lo hizo con la cabeza alta, el tono de color en sus ojos y mirando fijamente al "sobrino"…

En este proceso, evidentemente, le llame todo el tiempo por su nombre en lugar del Cerby como yo siempre le llamaba, de haberlo hecho, sabía que no me tomaría en serio y se lanzaría sobre su presa… y peor, posiblemente incluso transformándose por completo. Probablemente, mucha culpa la tenía Caín, que con el cuando éramos pequeños se pasaba muchísimo, y estos que estaban aquí, no dejaban de ser "hijos" suyos por muy diluida que alguno pudiese tener su "sangre" vampírica.

El primero en hablar fue Alejandro de Vargas que en un principio miro a su sobrino con cara de "ya hablaremos luego largo y tendido"….

-        Mis disculpas por el comportamiento de mi sobrino Sr. De Urquiza… lo lamento… -se disculpó Alejandro de Vargas sin dejar de vigilar al perro-.

-        Por mi parte aceptadas, pero le sugeriría que su sobrino esperase fuera, porque si sigue mirando de ese modo a Cerbero, lo va a terminar matando, y quizá incluso a ustedes de rebote… -replique, viendo que el gilipollas no podía dejar de mirar desafiante a Cerbero-.

-        Entiendo… si, será lo mejor… -hizo un gesto a su sobrino para que se marchase-, por cierto… curioso nombre le ha puesto a su perro…

-        Yo no le he puesto ninguno nombre… es el suyo propio desde el comienzo de los tiempos… -repliqué sonriendo irónico-.

Vi que ni el hermano ni el sobrino, que se volvió al escucharme mientras se dirigía a la puerta, entendieron la referencia, pero por el respingo que dio Alejandro de Vargas, me quedó claro que sí que la comprendió a la primera. Me hizo una pregunta con los ojos, a lo que conteste con un leve asentimiento de cabeza, lo que le hizo ponerse tieso como un palo en el sofá donde estaba sentado… No entendieron la referencia, pero tanto el hermano como el sobrino sí que vieron la reacción de Alejandro de Vargas sin entender a que se debía…

-        Tío…

-        Lárgate de aquí ahora mismo… vete antes de que sea tarde… -replicó Alejandro de Vargas mirando a Cerbero con algo de miedo en sus ojos-.

-        Hermano… que pasa con el perro… -pregunto Jorge de Vargas-.

-        Vine porque mi adivina me informo de que algo raro estaba pasando con entidades poderosas y que todo parecía apuntarle a usted, pero veo que ya lo sabía… -explicó Alejandro de Vargas, tenso como la cuerda de un arco sin dejar de mirar a Cerbero-.

-        Si lo sé, pero creo que su adivina no se refería a él, señale al perro…

-        ¿Me está diciendo que hay en camino algo peor que el que el Guardian de las puertas del Infierno este tumbado en su sofá? -me pregunto asombrado señalando a Cerbero, mientras que esta vez eran su hermano y sobrino quienes respingaban mirando al perro asustados-.

-        Usted… largo de una vez o podría no tener la oportunidad de irse si sigue mucho tiempo aquí… -indique al sobrino, que se marchó casi a la carrera-.

-        Cuando Cerbero se escapó del Inframundo, alguien salió tras él para hacerlo volver, supongo que es a quien su adivina "detecto". Debería decirle que se abstenga durante un tiempo de meter sus narices en el otro lado… o puede que se quede sin ellas… -respondí, sentándome junto a Cerbero, que puso su cabeza sobre mis piernas para que le acariciase-.

-        Se lo diré, créame que se lo diré en cuánto me marche… no lo dude…

-        Por cierto Sr. De Vargas, veo que se lo ha tomado francamente bien y que no parece haberse "extrañado" o dudado de mi afirmación…

-        Sr. De Urquiza, dado que he visto de primera mano las peculiares relaciones que tiene usted, esto no diré que no es algo que me sorprenda, pero tampoco realmente es que me extrañe en absoluto… Como ya le dije, si hay algo en que podamos ayudarlo dígamelo y lo haremos…

-        Vamos, en otras palabras, "pero desde lejos", ¿no? -repliqué riéndome-.

-        Bueno, después de nuestros últimos encuentros, no creo que pueda usted reprochármelo… le reitero el hecho de que considero que el tratar con usted es mejor que hacerlo con cualquier otro, resulta indudablemente más comprensivo…

-        ¿De verdad es Cerbero? -preguntó con todo respetuoso Jorge de Vargas-.

-        Si, el Cerbero de tres cabezas que guarda las puertas del inframundo… Por cierto, que debería usted de hablar seriamente con el que supongo que es su hijo -señale a la puerta por la que salió el "sobrino"- sobre las "realidades" en las que se mueven, porque ha estado a punto de provocar su transformación y que los matase a los tres…, algo que créame no hubiese podido impedirle una vez en su forma "real"…

Jorge de Vargas asintió, además su hermano Alejandro me prometió que sería la última vez que viniese a verme acompañado por alguien, aunque esto último supongo que fue más por su propio bien visto lo que había ocurrido cada vez que lo había hecho, qué como ofrenda hacia mí, y por otra parte, también supuse que ni su hermano, ni su sobrino, después del susto recibido, estarían muy por la labor de llevarle la contraria en eso. Por cierto, que una vez que el Sobrino salió, Cerbero se calmó bastante, aunque no perdía la vista de los dos Vampiros, que tampoco quitaban sus ojos del lindo perrito. Sin necesidad de pensar mucho, supuse que la adivina de los De Vargas a quien debió de "detectar" fue al perseguidor de Cerbero, quien quiera que sea, y tanto si es Asmodeo, como Astaroth o el propio Lucifer, a ninguno de los tres les hubiese hecho la menor gracia el que una adivina metiese sus narices en sus asuntos. Aun siendo en forma de avatar, el meter las narices donde no llaman en relación a cualquiera de los tres es intrínsecamente malo para cualquiera.

Algo que me preocupaba un poco, era el hecho de que Cerbero hubiese llegado, pero aún no había aparecido quien fuese que salió tras él. Era del todo imposible que ninguno de esos tres no hubiese llamado ya a mi puerta para llevarse a Cerbero si se hubiesen dedicado exclusivamente a perseguirlo. Eso se podía traducir en que, sabiendo con toda probabilidad que Cerbero ya estaba conmigo, que era más que capaz de mantenerlo bajo control, algún otro asunto había atraído su atención, lo que no podía ser bueno de ninguna de las maneras. Salvo claro, que estuviese en esos momentos con mi madre, lo que, visto desde mi perspectiva y los antecedentes familiares, casi seria aún peor, pues los tres en un momento u otro, habían sido sus amantes…

De todos modos, en todo este asunto del cacharrito de Salomón o mi madre, había una cosa que estaba empezando a tocarme las narices en modo y forma. Llevaba miles de años tratando de pasar desapercibido, de esquivar entrar en los libros de historia, para que ahora comenzase a conocerme, como se suele decir, hasta el apuntador…

CONTINUARA