Lilim - 14. Aisa
Cansado de todo y de todos, decido escaparme al norte, a la montaña y teletrabajar desde allí... pero que ingenuo que puedo llegar a ser a veces pese a mis miles de años de andar por el mundo...
14 – Aisa
Me tenían quemado, pero quemado del todo… hasta las narices… entre la Brigada, mi hermana, mis hermanos, el trabajo y mi madre, hasta las narices. Porque sí, encima Lilith estaba como un run run permanente a mi alrededor que me daba dolor de cabeza… estaba que explotaba. Por fin había terminado el proyecto en el que trabajaba, y mis "jefes" ya me habían encargado un nuevo marrón, sin embargo, cometieron un error de bulto que me iba a permitir largarme de viaje durante un par de semanas… o seis u ocho, incluso por todo un año como siguiesen tocándome las narices… Si con la Brigada por no aguantar a mi madre más su correspondiente castigo, tendría que tragar, con mis hermanos no, tenía dinero de sobra como para no necesitar trabajar más, y mandarles a tomar por… ahí. Lo que me habían encargado no tenía por qué hacerlo desde la oficina, cosa que desde luego pensaba aprovechar para poner tierra de por medio con todos… y comenzaba la primavera, lo que posiblemente también trajese el comienzo del buen tiempo…
Empecé a valorar opciones, decidí que quería montaña, que me ofrecería fresco, tranquilidad y soledad, quedándome al final con dos posibilidades. La primera opción que baraje fueron Los Pirineos, podía optar por las zonas de Navarra, Huesca, Lleida o Girona… La segunda era los Picos de Europa, en León, Asturias o Cantabria… la cuestión era montaña y el norte… La ventaja la llevaban Asturias, Cantabria o Girona por la cercanía de la costa, en caso de que me diesen ganas de pisar la playa… Por otro lado, tenía muy claro lo que quería, y era una casa de campo en un pueblo y que estuviese relativamente aislada, lejos del casco urbano, o como mínimo en su extrarradio pero que fuese capaz de proporcionarme una cierta intimidad… Obviamente, también que tuviese una buena cobertura de datos móviles para poder trabajar por internet en caso, prácticamente seguro, de que no tuviese acceso a internet por fibra u otra opción lo suficientemente rápida… En definitiva, al irme para trabajar desde allí, debía de valorar también otras ciertas opciones y no únicamente el "descanso".
También tenía claro que en esta ocasión no podría escaquearme como la vez anterior en Ronda y desaparecer del mapa, no me quedaría más remedio que estar "localizado" por si pasaba algo, principalmente porque como ya he explicado, me gustase o no, no estaría realmente de vacaciones, sino trabajando "desde casa" y atento a la Brigada, no se me subiese mi madre a la chepa si trataba de "perderme". El motivo para desestimar la zona Sur, y la montaña de Málaga en especial, fue por mi anterior experiencia por allí, supuse que, si volvía a aparecer por la serranía de Ronda o sus cercanías, la Guardia Civil estaría atenta a mi presencia… Justo lo que no quería, atraer la atención de nadie.
Que nadie se piense que me resulto fácil encontrar lo que buscaba porque se equivocaría, era pura ley de Murphy, por algún motivo todo lo que encontraba disponible que se ajustaba perfectamente a mis preferencias, resultaba que en lugar de estar en zona montañosa, estaba casi, casi, a pie de playa y en zona concurrida… el mundo al revés… Encima tenía que buscar de forma que ninguno se diese cuenta de mis intenciones, porque tenía la completísima seguridad, casi al 100% de que como descubriesen lo que tramaba tratarían de torpedearme la idea…, especialmente mi queridísima Medusa… A parte de que enfrentarlos con hechos consumados también evitaba otra posibilidad, el que alguno tratase de "incorporarse" a mi idea… Quería tranquilidad y soledad… o por lo menos tenerlos a todos lo más lejos posible… Una vez localizado el sitio y verificado que tenía todo lo que yo necesitaba, hice todos los tramites, alquiler, internet, etc., en el mismo día con la intención de no dar a nadie oportunidades de acoplárseme cuando lo dijese.
Por fin llego el día esperado, aquel en el que informar a todos que al día siguiente como quien dice, me largaba al menos un mes completo de "vacaciones" y que no quería verlos la cara a ninguno de todos ellos en ese tiempo. Mis queridos compañeros de la Brigada, Tony y Coral, se alegraron y prometieron visitarme algún fin de semana… Digo yo que no debieron de coger la indirecta de "y no os quiero ver a ninguno en este mes"… Las otras dos se lo tomaron peor, la comisaria Serena mal y Helen desde luego muchísimo peor, ambas consideraron que ni de coña me iba a largar todo un mes fuera de su alcance, amenazándome con ir a por mí y traerme de vuelta por las orejas si en algún momento me llamaban y se me ocurría pasar de ellas… Mis dos hermanos pusieron el grito en el cielo, según los dos yo trabajaba para ellos y no podía marcharme porque me diese la gana… No dude en recordarles que los dos meses siguientes yo haría "teletrabajo", o lo que es lo mismo, trabajaría mi tiempo estipulado desde mi casa, tanto daba que estuviese en Madrid o en la Conchinchina…
Obviamente no lo vieron de ese modo y amenazaron con despedirme. Tras eso pase de un mes de viaje, a explicarles, que solo por joderles un poco, me tomaría dos de descanso en vez de uno. Nuevamente más amenazas, por lo que pase a tres meses de "tranquilidad". Ellos replicaron directamente hablando con administración para que preparasen mi finiquito porque me despedían en el mismo momento en que saliese por la puerta con esas intenciones… ¿Mi contestación?, bueno, les hice a ambos una peineta (dedito corazón alzado), luego les recordé nada sutilmente y con la sonrisita más malvada que pude poner, que cuando me echasen además de darme el finiquito que me correspondía, no se olvidasen de explicárselo también a Lilith… Por su palidez cuando menté a mi queridísima madre, me dio la impresión de que ambos se habían olvidado de ese pequeño detalle sin importancia… que tendrían que dar muchas explicaciones a nuestra madre, quien, si no las aceptaba, se lo haría pagar de forma poco agradable para ellos…
Bueno, con todo esto arreglado, llego el instante más temido, el de decirle a mi hermana Medusa que me marchaba al menos dos meses, probablemente… bueno, casi seguro que tres, y que ella desde luego no estaba invitada a acompañarme. Aproveche cenando, que cada uno estábamos a un lado de la mesa sentados, con esta llena de cosas y eso la impediría saltar sobre mi yugular en cuanto se lo dijese… Pero… ¡¡Sorpresa!!, Medusa me soltó un simple, "aja, vale" que me dejo completamente descuadrado del todo, y lo reconozco, además mirándola con cara de imbécil. No pude evitar pensar… A ver, a ver, a ver… ¿mi salvaje, queridísima y sobreprotectora hermana pequeña no armando la de San Quintín? Vamos que no se lo creería ni el más idiota, decir que aquí había gato encerrado era poco, aquí había toda una camada de ellos, y bien escondida…
- ¡Vale!, ¿Cómo que vale?
- Pues eso, que vale, que te lo pases bien estos meses… -sonrió esquivando mi mirada-.
- ¿Qué narices está pasando aquí? -pregunté muy serio-.
- Nada, no pasa nada… yo tengo trabajo en la brigada y no puedo acompañarte, solo eso…
- Si, claro, y yo soy idiota… ¡¡Medusa!!, ¿qué narices pasa?
- Que no pasa nada…
- Medusa… -en ese momento mi móvil sonó con la entrada de un Whassap-.
- Te han mandado un mensaje… -mi indicó mi hermana-.
- Me da igual, explícame que ocurre para que tu no quieras venir conmigo…
- Ashur, deberías de ver si el mensaje es importante… igual es la brigada…
No pude evitar mirarla fijamente pensando en que aquí estaba pasando algo que no sabía, pero que estaba más que seguro que no me iba a gustar en lo más mínimo. Cogí el teléfono para ver el mensaje sin dejar por ello de mirar fijamente a Medusa… Creo que mis ojos debieron de intentar salirse de mis orbitas por cómo se abrieron cuando vi el mensaje en mi teléfono, o más bien, el "contacto" que me lo mandaba… "mama"… En mi puta vida había etiquetado yo un contacto con semejante nombrecito, pero por la cara de apuro de mi hermana y como recogió a toda prisa todo para poder irse, según ella, de marcha, ya me indico de forma fehaciente quien era "mama"… En este mundo existían muy poquitas cosas por las que mi hermana Medusa renunciase al placer de hacerme la puñeta llevándome la contraria, como sería el hecho de apuntarse a mis "vacaciones", y a la cabeza de ellas estaba una persona, Lilith, nuestra adoradísima madre. Por ello como os podéis imaginar, ya me supuse quien era la que me mandaba el mensajito de marras y porque Medusa prefería quedarse aquí, lo más lejos posible de mi…
El mensajito de mi madre tenía tela, me felicitaba por mi elección de casa, cosa que acababa de cerrar apenas el día anterior, lo que me dio aún más mala espina de lo que ya me estaba dando. Y por si alguno se lo pregunta, no, conociendo a Lilith ni me moleste en preocuparme de como coño había sido capaz de enterarse de ello, eso era perder el tiempo. Después paso a indicarme que debía de tratar de disfrutar, relajarme, descansar y no andar moviéndome de un lado a otro como siempre hacía, si no quería, palabras textuales, recibir una azotaina por su parte igual que cuando era pequeño, lo que, traducido al idioma de mi madre, quería decir que me quería en esa casita quietecito sin moverme de la zona. Por cierto, una aclaración, el término "azotaina" con Lilith, puede llamar a engaño, tanto podría ser eso, como por ejemplo el que te arrancase las uñas lentamente, aunque después te las volviese a hacer crecer… A uno de mis hermanos, Fenrir sin ir más lejos, cuando era pequeño le quito la manía de morder a los demás. Obviamente hablo de morder al resto de mis hermanos. Pues bien, tras darle varias advertencias, Lilith terminó castigándole, arrancándole los colmillos y evitando que le volviesen a crecer durante cien años… No creo que os hagáis una idea de lo temible que es mi madre con sus "amorosos" castigos…. Claro, que también había que ver los hijos que tenía y como eran de brutos… Bueno, a lo que iba, tras el curioso interés de mi madre porque no me "moviese" y descansase todo lo posible, comencé a sospechar que iba a recibir alguna visita, y no apostaría en contra de que fuese Lilith precisamente, en mi "tranquilo" retiro...
El día de mi marcha, también me quedo meridianamente claro otra cosa, que Medusa debía de haber contado algo de todo esto a los demás, porque repentinamente, ninguno, ni mis hermanos, ni mis compañeros de la brigada tenían la menor intención de acompañarme, pasar a verme o incluso, que ya fue el acabose, hacerme la menor gracieta al respecto. Por lo menos, saque a mi favor el asegurarme que no recibiría ninguna visita sorpresa de ninguno de ellos. Me quedo absolutamente claro que los miembros de la Brigada no aparecerían sin invitación porque no tenían la menor ganas de conocer a nadie más de mi familia, y mis hermanos o Medusa, porque preferían estar lo más lejos posible de Lilith, que tenía toda la pinta de ser la visita. Como ya dije, y que mis hermanos conocían igual que yo, mi madre no hacía nada de forma gratuita, por lo que podíamos dar casi por sentado que si tenía interés en que no me moviese es porque pensaba verme.
El viaje fue bastante normal, nada se salió de lo previsible, incluso el tiempo. Fue entrar en Asturias y estar lloviendo incluido, todo según lo planee. Primero fui a la dirección que me dieron para que me acompañasen a la casa y me entregasen las llaves, luego a llenar el depósito de combustible del coche y por último a realizar las compras para la semana, comida, productos de limpieza, etc… Como digo, todo normal, nada fuera de lo que más o menos había calculado que haría ese primer día. El resto de la semana aproveché para terminar de preparar todo en la casa, visitar los alrededores para familiarizarme con todo, y sobre todo, descansar para lo que estaba seguro que se me avecinaba… pero ni en mis más aterradoras pesadillas pude imaginarme aquello…
Como ya podréis suponer por lo que he ido contando, esto supone que mi "tranquilidad" me duro exactamente, una semana y poco, se me termino el mismo lunes al recibir una llamada de la brigada, concretamente de la Inspectora Helen para notificarme que en unos días recibirían una visita de parte del Consejo Europeo. Resulto que Clara Rockson, la agente de FBI con la que trabajamos en Seattle, habló con la Brigada para ver si podíamos reunirnos con su hermano Eduard, el cual según lo que dijo se mostró muy emocionado cuando su hermana le contó lo que hablamos sobre el Comendador Errante del Temple… Como es obvio, dado que no creo en coincidencias y menos con Lilith de por medio, empecé a sospechar de inmediato que mi madre andaba metida detrás de esto y ese era el motivo de su interés por que no me moviese mucho. Lo que no entendía era que tenía que ver Lilith con los dos hermanos… o al menos, con alguno de ellos…
Hable al día siguiente con Eduard Rockson por telefono, mandándole la localización de la casa en el Maps de Google. Me ofrecí a ir a buscarle cuando llegase al aeropuerto, estación de bus o de tren, en definitiva, a donde llegase, pero aun agradeciéndomelo se reusó, ya que según dijo alquilaría un coche para aprovechar y hacer algo de turismo de paso. Por otra parte, su hermana resulto que no vendría con él, ya que tenía que ir a Ginebra por un caso conjunto del FBI con Interpol, pero aprovecho la ocasión para "empaquetarme" a su hermano con absoluta alegría por parte de todos en la brigada. Cuando hablé con este me dio todos los datos habidos y por haber sobre su previsión de viaje, tanto llegada del avión, como la estimación de tiempo en llegar a mi casa. Entendí que debía de tener mucha prisa por verme porque del aeropuerto iría directamente a mi casa sin pasar siquiera por su hotel. La previsión es que llegase en una semana y sobre la hora de comer o un poco antes, obviamente le hice invitación para ello. Esa misma mañana aproveche que tenía que comprar para la semana, y de paso decidí adelantar, mirando ya algo que hacer en la barbacoa de obra que tenía la casa que había alquilado para cuando llegase mi invitado.
Esa mañana, comprando en la ciudad más cercana, observe algo que no me gusto ni media, un grupito de cuatro chavales sentados en un banco, y molestando a la gente… El problema es que desde donde había aparcado hasta la entrada de la tienda a la que iba tendría que pasar por su lado y presentía que si lo hacía aquello acabaría mal, o bien, otra opción podría ser dar un pequeño rodeo cruzándome de acera… Me decidí por cruzarme de acera para evitarme problemas, y como no podía ser de otro modo, uno de ellos observo mi proceder, cosa que le debió de hacer gracia, avisando a sus "colegas", quienes a su vez cruzaron también para interceptarme… Una vez que se levantaron de donde estaban poniéndose en movimiento hacia mí, me di cuenta de que eran un grupito de jóvenes Lykos, avanzaron abriéndose, situándose igual que una manada de lobos en cacería… por suerte, en ese momento apareció por la calle una patrulla de la Policía Local, la cual paro al lado de los chicos, y tras una corta conversación estos se marcharon. Por sus miradas me dio la impresión de que estaban quedándose con mi cara… Solo esperaba equivocarme, porque mi paciencia últimamente era muy cortita… Viendo eso hice un gesto a la patrulla para hablar con ellos, pero me ignoraron, continuando con su camino…
Como me temía, al salir de la tienda me encontré otra vez con los cuatro chicos en mi camino, pero esta vez según me vieron aparecer avanzaron hacia mi… Pero por segunda vez tuve suerte, o quizá quienes la tuvieron fuesen ellos, porque volvió a aparecer la patrulla, solo que esta vez ambos agentes se bajaron para interpelar a los cuatro jóvenes. No sé qué les dirían estos, pero después de que hablasen unos instantes y los cuatro se retirasen, los dos agentes se acercaron a mí, pidiéndome la documentación en un tono que no me gusto lo más mínimo. No dije ni media palabra, y en lugar de mi DNI saqué la credencial de interpol, cuando vieron lo que era se pusieron nerviosos, era evidente que era algo que no se esperaban en absoluto. Se disculparon en el acto y achacaron lo ocurrió a cosas de chicos. No dije ni media palabra, ambos patrulleros también eran Lykos, y sinceramente, aquello me estaba comenzando a tocar las narices… Barruntaba problemas con ellos y no estaba muy receptivo a ser generoso precisamente…
Decidí que de momento no tomaría ninguna medida a la espera de si la cosa empeoraba o solo había sido casualidad y como dijo el policía, "solo cosa de chavales". Esa misma tarde volví a mi paseo habitual por la zona donde tenía alquilada la casa, desde allí salían varias rutas de senderismo y estuve aprovechando para hacérmelas con calma, y así despejarme de la que presentía que se me venía encima. Por la noche me fui al pueblo a cenar, no tenía la menor ganas de ponerme a cocinar. Coincidí cenando con tres chicas que estaban en la mesa de al lado, como a la media hora, me hicieron un comentario jocoso sobre lo "poco" que había pedido de cenar, respondiéndoles en el mismo tono, lo que derivó en que entrásemos en una conversación los cuatro más o menos divertida. Dado que eran atractivas y calcule que estaban las tres sobre los 24 años, empecé a valorar las posibilidades que tendría de liarme con alguna de ellas para pasar un rato divertido, sino ese día, algún otro un poco más adelante. Dos de ellas me causaron una buena impresión, pero la tercera, aparte de mostrarse mucho más reservada que sus amigas, me genero una sensación extraña. Las dos primeras eran humanas sin la menor duda, pero la sensación con esta última chica me resultaba extrañamente familiar. Me resultó obvio que posiblemente perteneciese a las razas, pero como digo, era familiar, pero… digamos que a la vez "extraña". No terminaba de ubicar su raza… lo que era muy, pero que muy raro en mi…
Definitivamente las dos primeras chicas me gustaban bastante para tener algún royo, mientras que la última me intrigaba aún más de lo que me gustaban sus dos amigas. La cosa quedo momentáneamente en eso, en una simple conversación divertida mientras cenábamos. Un par de días después volvimos a repetir, pero esta vez me invitaron a sentarme con ellas, cosa que acepte en el acto. Estuvimos hablando de la zona, aconsejándome que ver, que evitar, donde salir a divertirse y algunos otros temas diversos. Digamos que había filin con las tres, aunque la chica de las razas seguía mostrándose bastante reservada pese a su simpatía. Esa misma noche, cuando me fui, ocurrió un incidente que no me gustó nada. Ellas se fueron unos cinco minutos antes mientras yo me quedaba tomándome un último café antes de marcharme. Cuando salí en dirección a mi casa, al ir a recoger mi coche del descampado donde lo había aparcado, me encontré a la chica de las razas junto a un vehículo que tenía la puerta abierta discutiendo con un chaval. Por lo que vi, el coche debía de ser el de la chica y el tipo era evidente que estaba molestándola. Decidí intervenir cuando la sujeto con fuerza del brazo zarandeándola…
Cuando me acerqué y le vi de perfil, al chaval lo reconocí en el acto, era el gallito del grupito de Lobitos con los que tuve el encontronazo. No me moleste en preguntar nada, me acerque por su espalda, le pase el brazo por el cuello haciéndole una especie de "mata león", dejándole inconsciente en unos pocos segundos, sin darle tiempo siquiera a iniciar su transformación. Normalmente en otras circunstancias, me hubiese limitado a romperle el cuello por ser quien era, pero como dije, esta época es una mierda, con tanta tecnología y tanta ley, sin mencionar claro, a la testigo que tendría que matar también después. La chica me miro con cara de susto…
- No te preocupes, está bien, se recuperará en un par de minutos… te sugiero que te montes en el coche y te vayas antes de que despierte.
- ¿Pero está bien?
- Si, perfectamente… pero preferí no tener que discutir con él y que terminase en una pelea… si nos vamos ya, la evitamos… -le indiqué con la cabeza su coche-.
No lo dudo ni un momento, tras darme apresuradamente las gracias se marchó de allí, dejándome con el Lobito. Confieso que estuve tentado de cortarle el cuello antes de que se despertase, pero por lo mismo que antes, opté por no hacerlo. Seria la ultima persona en verle vivió y principal sospechoso, no me convenia señalarme si pensaba permanecer por aquella zona. Volví a encontrármela al día siguiente, pero esta vez iba acompañada de una señora mayor a quien me presento como su abuela, que me pareció que pertenecía alguna de las Razas RATTS, posiblemente cuervo… aunque con la chica, seguía despistado. Desde luego no era lo mismo que su abuela, aunque eso podía ser porque la herencia del progenitor de la otra rama fuese mucho más poderosa y enmascarase al cuervo, pero lo dudaba… Su abuela se mostró muy simpática, pero me advirtió que me mantuviese alejado de los lobitos, porque no eran buenas "personas"…
Ese mismo día tuve otro encontronazo con esos imbéciles, especialmente con el que se creía el Alfa del grupito. En esta ocasión el problema resulto ser la chica, pese a quedarme claro que no sabía que fui yo quien le dejo inconsciente. Por lo que se ve no le gusto al tonto que le dijeran que me vieron con ella. Lo cierto es que se puso bastante agresivo junto con sus tres colegas, y nuevamente fue la misma patrulla de la policía locas de la vez anterior la que calmo la situación. Confieso que el asunto comenzaba a no gustarme, y me temía que al final terminarían por agotar mi paciencia en el mejor de los casos, lo que de por si sería malo para ellos, u obligarme a tomar medidas drásticas, lo que acabaría muchísimo peor. Tras pensarlo cuidadosamente, me di cuenta de que tenía dos opciones posibles, tratar con los payasos con la posibilidad de que al final terminase haciéndome una alfombra con sus pieles, literalmente hablando, o bien llamar a Tony para ver si los conocía y podía hacer algo. Me decidí por esta última opción, principalmente porque con mi madre rondando, los líos tendían a terminar con mucha sangre de por medio, y si Lilith intervenía no serían solo esos cuatro los que pagarían por su estupidez, toda su manada estaría condenada a su extinción total.
Tras hablar con Tony, este me confirmo que sí, que conocía a esta manada, me prometió que hablaría con alguien para que los controlase. No me hizo falta tener ningún poder para darme cuenta por su tono que estaba muy disgustado, y que, además, esta manada por alguna razón no parecía caerle especialmente bien. No obstante, le pedí los datos concretos del Alfa para ir personalmente a hablar con él independientemente de que el "mediase". Una cosa que deje muy, pero que muy claro, es que nadie debía de enterarse de que le había llamado y mucho menos para que lo había hecho, porque si mi hermano Fenrir se enteraba de que tenía problemas con una manada y pensando además que mi madre presuntamente vendría a visitarme, tardaría segundo y medio en salir hacia donde yo estaba para poner orden antes de que Lilith le llamase la atención por ello. Y tras el viaje que Fenrir hizo junto a Caín para verme por orden de mi madre, no me hizo falta en absoluto recordarle a Tony el modo en el que mi hermano tenía tendencia a poner orden en las manadas de sus descendientes… Otra cosa que le recordé, es que por si lo anterior no fuese suficiente, además Eduard Rockson estaría conmigo, y llegaba avalado por el consejo de las razas, o más bien, por dos de los consejos continentales, por lo que, si esos idiotas hacían algo que causase el menor daño a mi invitado, tendría consecuencias nefastas para toda su manada…
Al día siguiente llegó por fin Eduard Rockson, o Eddy como me pidió que por favor le llamase en toda confianza. Apareció vestido de forma informal, con unos vaqueros, una camisa y una carpeta en las manos. Estuvimos haciendo barbacoa para comer y hablando de diferentes temas hasta que por fin se decidió a entrar en detalle enseñándome fotos de varios documentos que se habían verificado que pertenecieron al Comendador Errante, así como varios otros de diversas épocas de la Orden, dejándome ver con ello que sí, que efectivamente tenía un conocimiento que no me esperaba… Una vez más me sorprendí, ya que por lo que estaba observando en la documentación que me estaba pasando para que la viese, estaba claro que Jean Philippe de la Rúen había pasado mucho menos desapercibido de lo que yo creía…
- Como puede ver, se conoce bastante sobre el Comendador Errante, lo que los expertos en el Temple no nos ponemos de acuerdo es con su identidad… Por lo que me contó mi hermana, usted y la inspectora Helen coincidieron con él en algún momento… -me miró con gesto expectante-.
- Si, es una forma de decirlo, pero si, conocí al Comendador Errante, a Jean Philippe de la Rúen…
- Entonces era él como yo sospechaba… -su rostro se iluminó-. Las dudas principalmente proceden de los documentos que sabemos a ciencia cierta que son del Comendador… -me dijo mientras me mostraba una serie de fotografías de varios documentos codificados, concretamente cinco-.
- Bueno, pues si por ello se refiere a los que me acaba de mostrar, sintiéndolo mucho, debo de decirle que solo cuatro de ellos pertenecieron a Jean Philippe de la Rúen, el tercero que me mostró es falso…
- Se ha verificado su procedencia… -insistió-.
- Pues se equivocaron, el texto puede parecer coherente con los anteriores, incluso la firma o el sello, pero le garantizo que es falso. Los otros cuatro llevan la codificación personal de Jean Philippe, ese otro es solo un galimatías sin sentido… Muy bien hecho, eso se lo reconozco, pero falso…
- La codificación… pero no sabemos cómo… ¿me está diciendo que conoce como decodificar estos textos? -me miró con los ojos abiertos como platos-.
- Eso mismo es lo que he querido decir. Para hacerlo solo necesita el sello, la firma y la fecha del documento…
Tarde menos de media hora en explicarle detenidamente como se decodificaba cada documento usando las posiciones exactas del sello lacrado primero, después de la firma y por ultimo las modificaciones en el texto que implicaba la fecha del documento. Tanto la firma como el sello del Comendador Errante no estaban situados al azar, en su colocación señalaban el modo de decodificar el documento. Primero había que usar la indicación del sello, sobre esto tras la primera, había que usar la indicación de la firma, para finalmente, pasar a terminar con la fecha del documento. En total había que decodificarlo tres veces una sobre otra. Lo más parecido que se me ocurre al método que use seria la Enigma alemana con sus rotores y cableado, pero en versión edad media. En una época en que pocas personas sabían leer y escribir, para cualquiera seria sumamente difícil dar con el método de codificación si no se conocía de antemano, y esto únicamente estaba al alcance del Gran Maestre…
Tras verificar que lo que le había contado era completamente cierto, paso a la siguiente pregunta, una que me hizo reír y mirarle con gesto divertido… Me pregunto por los tesoros que guardaba el Temple… No pude por menos replicarle casi riéndome…
- ¿Es en serio?, ¿De verdad que me va a preguntar por el Grial o el Arca de la Alianza? -me reí-.
- No hombre, no, eso ya sé que es una historia que posiblemente surgió tras la caída de la orden… Pero creo sinceramente, que cuando Hugo de Payns y los otros caballeros fundadores de la Orden abandonaron por primera vez las ruinas del Templo de Salomón en Jerusalén, se llevaron algo con ellos. Creo que allí debieron de dar con algo perteneciente muy probablemente al propio Rey Salomón, que es el verdadero tesoro que custodiaban…
- ¿Y usted piensa que…?
- Que el Comendador Errante se llevó lo que fuese que custodiaban antes de la caída de la orden… Algunos, entre los que me incluyo, sospechamos que ese tesoro fue en realidad el origen de la trampa que les tendió el Papa con la ayuda del Rey Frances, quien estaba endeudado hasta las cejas con la Orden.
- Entiendo… ¿y que se supone que es lo que custodiaban?
- Bueno, por algunos textos antiguos sobre la orden que han llegado a mis manos y las de algunos de mis amigos, personalmente creo que es una especie de llave creada por Salomón hacia el reino de los muertos…
- ¿Se refiere al cielo y el infierno?
- Es posible, pero sinceramente creo que no, aun en el caso de admitir que existan, esta supuesta llave conduciría a otro sitio diferente. ¿Cuál?, eso no lo sé…
- ¿El Limbo o Purgatorio quizá? -pregunté mirándolo fijamente-.
- Como digo, eso lo desconozco, por mis investigaciones deduzco que es algún lugar desde el cual quizá se pueda acceder a alguno de los lugares anteriores, Cielo, Infierno… lo que sea… -se encogió de hombros-. Pero no por la entrada principal…
- ¿Se refiere a como si fuese una especie de puerta trasera?
- Si, justo a eso, no podría haberlo definido mejor… -asintió sonriendo-.
- Es una buena hipótesis… pero poco puedo yo ayudarle… -sonreí-.
- Bueno, eso depende…
- ¿De qué? -no pude evitar preguntarle-.
- De si me va a confirmar o no que usted es, o ha sido anteriormente, Jean Philippe de la Rúen… el Comendador Errante de la Orden Templaria… -su gesto se tornó serio a medida que hablaba-.
- De modo que piensa que yo, de algún modo, en una vida anterior he sido el Comendador Errante… interesante…
- No, por favor, no me tome por alguien tan simple. Le he investigado un poco, y obviamente no es usted humano. ¿El que es?, tampoco tengo ni la menor idea… Puedo admitir lo del Druida sin problemas, pero por lo que he averiguado sobre sus conocimientos, eso implicaría que tendría usted más de dos mil años, de hecho, muchísimos más… Entonces, está claro que, pese a que parece humano, obviamente no lo es… ningún Druida ha sido tan longevo…
- Vaya… curioso… y dígame, ¿Cómo ha podido usted averiguar tantas cosas?, porque no creo que lo hiciese usando Google -indagué con una sonrisa en mis labios pero que era evidente que no llegaba a mis ojos, como mi invitado vi que se dio perfecta cuenta-.
- Bueno, eso es secreto profesional… -sonrío nervioso-.
En ese momento alguien llamo a la puerta de la entrada, levantándome para ir a abrir, llevándome la sorpresa del siglo, o, mejor dicho, de varios siglos, porque hacia como mil años, literal, que no veía a la persona que se encontraba allí, ante mí. Era una mujer de una belleza peculiar, de las que no puedes evitar mirar dos veces, de unos aparentes cuarenta y muchos o cincuenta y pocos años, aunque sabía perfectamente que en realidad tenía miles… Pero peor fue, cuando apareciendo repentinamente mi invitado, quien, sonriendo, saludo y abrazo con evidentes muestras de cariño a la "visita", a mi "Tía" Aisa… Sinceramente en ese momento no supe qué sería peor, sí que con el problema de los lobitos la visita de mi Tía ya era malo, pero malo, que encima también pudiese por terminar por aparecer también Lilith, o que a mi tía la abrazase con tanta "confianza" mi invitado… Os aseguro que mi mente en esos momentos echaba humo tratando de comprender que leches estaba pasando…
La primera conclusión al verla allí, fue entender por fin lo de mi hermana Medusa, quien, si sabía esto, era totalmente comprensible que no quisiese acercarse ni a mil kilómetros de mí. Después de Lilith o de Eva, la madre de Caín, a quien también tratábamos todos con sumo cuidado y cero estupideces, sin duda era Aisa o cualquiera de sus dos hermanas los seres a los que mis hermanos temían más… Para aclarar, tanto a Aisa como a sus dos hermanas siempre les tratamos todos nosotros de Tía con la aquiescencia de mi madre, de Eva o mi padre, quienes se trataban con las tres como de "hermanas"… y no, ni puta idea del porqué de eso, por cierto, que tampoco fue algo que a ninguno nos diese por tratar de preguntar. Me quedo clarísimo de dónde sacó Eddy la información sobre mi cuando llamó a Aisa, "profesora Olimpia"…
- Supongo que el que Eddy sepa tanto sobre mi te lo debo a ti, ¿verdad? -pregunté a Aisa-.
- Pues claro qué si cariño, me dijo tu madre que debía de informarle y hacer que te visitase para ver si de ese modo acababas con aquel cacharro… -me sonrió con cariño mientras me contestaba-.
- ¿Os conocíais? -nos miraba Eddy sin terminar de creérselo-.
- Pues claro, es mi sobrino…
- Si Eddy, es mi tía… y por cierto, no sé cómo tengo que deciros que el "cacharro" no se puede destruir, que Salomón lo hizo de ese modo… coño ya!! -me sulfuré, mientras que Eddy me miraba con los ojos abiertos como platos-.
- Sabes lo que guardaban… -exclamo emocionado-.
- Oh Eduard, por supuesto que lo sabe, al fin y al cabo, fue a él a quien se lo dio Salomón para que lo custodiase… Pero no estás aquí por eso… aunque eso sí, Lilith quiere que le ayudes a averiguar quién es el que está interesado en encontrarlo…
- Lilith… ¿Qué Lilith? -pregunto Eddy mirándonos a ambos desconcertado-.
- Pues su madre, Lilith, la primera esposa de Adán, la que se marchó del paraíso cuando decidió que no haría lo que Dios había previsto para ella… -dijo risueña mientras yo me llevaba las manos a la cabeza-.
- Pero es humano… entonces su padre debería de… pero no… el… no… pero… bueno… quizá… -el pobre me miraba con los ojos casi fuera de las orbitas-.
- Si, su padre fue Adán… -matizó Aisa al ver divagar de ese modo a Eddy-.
- Pero… pero… pero entonces, eso quiere decir, que él es Ashur… el tres veces maldito… -me miró con los ojos completamente desorbitados, casi al borde de su transformación en Ursos-.
- Joder con la puta coletilla del maldito… -me exasperé alzando teatralmente las manos al cielo-.
- Bueno cariño, es la verdad… estas maldito tres veces… una por Dios, otra por Lucifer, y la otra porque… -la interrumpí-.
- Vale, eso ya lo sé, pero no podríamos dejarlo aparcado para toda la eternidad sin que me lo estéis recordando a cada momento que nos vemos, digo yo, si es que no es mucho pedir… -repliqué visiblemente cabreado-.
- Cariño, la verdad es que no sé porque te pones así siempre que lo mencionamos, deberías de estar orgulloso de ser quién eres… -me sonrió Aisa, cabreándome más aun, porque encima sabía que lo decía completamente en serio, y que ella también sabía lo que me molestaba, cosa que parecía encontrar divertidísimo, por cierto-.
- ¿Quién eres tú de verdad…? -señalo un pálido Eddy a Aisa-.
- La tía de Ashur, por supuesto… -sonrió Aisa-.
- Eddy -suspire-, eres historiador además de arqueólogo, ¿verdad?
- Si, ¿y eso que tiene que ver?
- Pues que supongo que sabrás bastante sobre la Grecia clásica… ¿me equivoco?
- No, aunque no es mi especialidad, si es un tema que me gusta, junto con la época romana y la edad media europea… -asintió-.
- Bien, entonces si te digo Cioto, Laquesis y Atropos ¿sabes de quien habló?
- Si, por supuesto… de las Moiras… las que según los griegos controlan el destino y la vida de todos los hombres… Cioto la que teje el hilo de la vida, Laquesis la que mide decidiendo su tamaño y Atropos, la que lo corta dando final a todos los hombres…
- ¡Oh!, cariño, sabes que prefiero que me llamen Aisa, Atropos no me ha gustado nunca… -sonrió-.
- Claro que lo sé, y tú también que no me gusta que me repitan la coletilla de "maldito"… -repliqué-
- Que genio… cada vez te pareces más a tu madre… -me sonrió-.
- Pero… pero… pero… -Eddy me miró asustado por las implicaciones, interrumpiendo nuestra diatriba "familiar"-.
- Efectivamente, ella es Atropos, quien, aunque menos, también era conocida como Aisa…
- Eso es imposible… -negó Eddy-.
- Bueno eso es simple de demostrar… tía por favor… podrías… -hice un gesto de tijeras con la mano-.
- Claro cielo… -replico sacando unas preciosas tijeras negras-, ¿a quién le corto el hilo?
- No creo que haga falta… ya puedes guardarlas tía… -repliqué sonriendo sarcástico al ver los escalofríos que Eddy trataba de reprimir, porque conocía perfectamente esa sensación por la que ya había pasado miles de veces-.
Puede que a alguno le extrañe, pero os aseguro que las tijeras negras de Atropos, o Aisa como prefiere que la llamen, no son nada normales, despiden el frio de la muerte. Es un frio que cala el alma de quien está presente cuando las saca… yo y mis hermanos estamos acostumbrados, la hemos visto cortando los hilos de la vida miles de veces, y os aseguro que entonces, en ese momento, la sensación que sufres es mil veces peor. Pero, aun así, lo de sentir escalofríos cada vez que las tienes cerca es algo inevitable… Después de semejante "descubrimiento", Eddy se marchó, quedando en regresar al día siguiente por la mañana. Por mucho que pregunte, Aisa no me quiso decir que era a lo que había venido, aparte de verme, que no dudaba que se alegrase por ello, era muy consciente que esto era cosa de Lilith y desde luego, no era gratuito. Opte por dejar a mi "tía" instalándose en mi casa y aprovechar para ver en cuanto pudiese al Alfa de la manada de esa zona, quería hablar con él de esos cuatro idiotas antes de que me viese obligado a tomar otras medidas. Sinceramente, el mundo moderno me parecía un asco, hace tan solo cien años, a estas alturas ya lo habría solucionado, y las pieles de esos cuatro ya estarían convertidas en una bonita alfombra frente a mi chimenea…
Mi primer intento fracaso, no pude localizar al Alfa, parece que se encontraba en unos negocios en la ciudad y no volvería en un par de días, lo que con Aisa cerca era malo, porque si a alguno de los Lobitos le daba por molestarla solo por verla conmigo, su vida iba a resultar extremadamente corta. Para que entendáis como de serio era esto, os diré que ya había visto alguna vez a mi Tía cortar el hilo de la vida de alguien simplemente por llamarla "vieja" de forma despectiva. Ni os imagináis siquiera el poder que tienen las Moiras por sí mismas, pero aun siendo eso enorme, no es ni el 20% del real cuando las tres actúan a la par… Lo único bueno en todo esto es que tan solo había venido Aisa, porque de haber estado las tres, habrían sabido lo que ocurría con los lobitos simplemente con entrar en la misma habitación en que yo me encontrase. Eran solo dos o tres días hasta poder hablar con el Alfa, por lo que trate de mantener una rutina que la esquivase con el fin de evitar que Aisa se enterase de nada…
Al final, con el Alfa hasta el lunes estaba visto que no podría hacer nada, lo único bueno es que Aisa decidió hacer turismo acompañada de Eddy, y si, además de sorprenderme me resulto tremendamente sospechoso. Desgraciadamente poco podía hacer sin pegarme a ellos, lo que hubiese sido nefasto si ocurría algo desagradable con los imbéciles. El viernes fue bien, el sábado por la mañana me encontré con la chica, quien me invito a ir con ella y sus amigas a bailar esa noche. Acepte de inmediato. Las cosas esa noche parecieron funcionar muy bien, especialmente con esta chica, Elisa y alguna de sus amigas que parecían estar compitiendo, no se si por llamar mi atención, o por incordiar a su amiga, no os aseguraría nada… Con Elisa en un momento dado nos despistamos saliendo del pub donde estábamos, sentándonos en un parquecillo que había a lado para "despejarnos".
Nos comenzábamos a besar cuando por fin supe que era lo que estaba mal con ella y que no terminaba de ser capaz de recordar… El que me costase tanto fue porque era algo que jamás había visto, pero que si me contó hace mas de dos mil años Anunaki… En cuanto vi que, tras besarnos, al excitarse, en los ojos de Elisa, en torno a su iris, comenzaban a formarse una orla rojiza, volviéndose cada vez mas oscura, supe de inmediato lo que era… Elisa era un Fénix Negro, o Fénix Real como se las denominaba a las hembras… Esto me coloco de inmediato en una posición complicada, porque sabia que, si la tocaba un solo pelo de la cabeza, Anunaki era capaz de caparme… y mi madre ya no digamos… esto era extremadamente serio. Tuve que frenar, pero no por ello deje de acariciarla y llevarla hasta el orgasmo, a la par que tomarme un poquito de su sangre, lo suficiente como para dejarla satisfecha sin que pidiese más, o algo que me complicase luego la vida por lo que hice.
Después de esto, cuando por fin llegué por la noche a casa, por fortuna parecía que mi tía ya se había acostado. Me senté en el jardín con una cerveza a pensar cuidadosamente mis futuros pasos, porque tras este descubrimiento esto se me estaba complicando muchísimo. Entre los Fénix, un Fénix Negro, estaría considerado como una especie de guerrero místico, y eran extraordinariamente raros e importantes, apenas nacía uno cada cien años, formaban la elite de la elite de los Fenix… Pero una hembra Fénix Negro era aun mas extraña, a ellas se las conocía comúnmente como Fénix Real para diferenciarlas de los machos. Por lo que sabía la última Fénix Real había fallecido hacia casi doscientos años, y fue una absoluta tragedia para toda la raza… Nunca ha existido más de una Fénix Real a la vez, y hasta donde yo sé, en toda la historia de la Raza solo han existido tres, Elisa seria la cuarta…
Entenderéis con esto, que no era ninguna broma, mi principal cometido en esos instantes lo tuve muy claro, protegerla a cualquier precio, porque si alguno de esos lobos estúpidos le dañaban, aunque solo fuese un cabello, los Fénix exterminarían sin piedad hasta el último Lykos de la Península Ibérica. Antes de llamar a Anunaki y que este se presentase aquí con sus mejores hombres, los Fénix Negros, tenía que ver al Alfa de esos cuatro idiotas sin falta para ponerle las cosas claras. La verdad es que me estaba quedando sin tiempo con esas lobitos, como su alfa no tomase medidas con ellos, toda la manada caminaba rumbo a convertirse en una alfombra a pasos agigantados… De modo que con una excusa un tanto peregrina, el lunes a primera hora, antes de que Aisa despertase o que Eddy llegase, me fue a ver al Alfa, y la verdad, casi hubiese preferido no ir, porque cabrearme, y hacerlo de la forma aquella no estaba para nada en mis planes. La verdad es que me fastidia bastante que me tomen por gilipollas, pero me molesta aun muchísimo más que me amenacen, no digamos ya si además lo hacen añadiendo un ultimátum, especialmente cuando lo que trato es de no tener que matar o de que maten a nadie, aunque me consuma de ganas de hacerlo…
Me presente en un pequeño chigre en una aldea en la montaña asturiana, pregunte por el Alfa y el camarero me lo señalo con un gesto de cabeza, desde ahí hasta que me fui, la cosa no paro de empeorar. Lo primero el que poco menos que me despreciase cuando amablemente solicite hablar con él, segundo el trato despectivo con que me trato cuando le dije quién era y lo que pretendía. Tras esto me acuso de acudir a… ¿Cómo los llamo?... ah, sí, "los perritos lame botas" de sus vecinos para tratar de meter las narices donde no me llamaban. Después de eso hizo un gesto a varios parroquianos para que me echasen de allí, levantándose seis tipos con auras Lykos de aspecto bastante torvo, y antes de que saliese por la puerta con mi escolta, me especifico que tenía una semana para salir de su territorio o lo pagaría con sangre… Sinceramente, si, si alguien se lo pregunta, lo cierto es que si, por un momento paso por mi mente la idea de inyectar vitae a me torrente sanguíneo y armar una masacre con todos los presentes, pero como digo, este mundo moderno es un asco, esas cosas ahora no están bien vistas y traen problemas… Ojo que no digo que no pensase hacerlo, pero si que tenía que planificarlo correctamente.
Mi siguiente paso fue el más obvio, dado que me dieron tal ultimátum, hice lo más prudente puesto que mi tía Aisa estaba conmigo, usar mi teléfono para hacer tres llamadas, a Anunaki por un lado explicándole lo que había descubierto sobre Elisa, diciéndome de inmediato que se ponía en marcha al instante, y por otro a Tony y a mi hermano Fenrir… A estos últimos les dije lo mismo a ambos, que los quería al día siguiente por la mañana en mi casa en Asturias sin excusas, más que nada porque dudaba que los Fénix tardasen mucho más de eso en aparecer. A Fenrir me fue muy fácil convencerlo, le explique tras su primera negativa, que o bien venia por las buenas, o enviaba a la tía Aisa a por él, dado que estaba conmigo gracias al buen hacer de nuestra madre, cosa que le decidió en el acto y dejo de poner pegas. Como dije, a Aisa y sus hermanas las teníamos tanto cariño como respeto rallando algunas veces en el pánico. Con Tony fue mucho más fácil, solo tuve que explicarle lo que había pasado y lo que podría llegar a ocurrir, que quería que fuese con su padre para tenerlo controlado, porque sería Fenrir quien iba a poner aquello en orden si es que antes no lo hacia la Marca, los cuales, ambos, presumiblemente llegarían a Asturias al día siguiente… Le faltó tiempo al pobre para ponerse en marcha hacia su aldea. Lo que no calcule bien cuando amenace a Fenrir sobre el estar Aisa conmigo, fue el que todos los demás también se presentasen al día siguiente en mi casa, los miembros de la Brigada, mis dos hermanos y la que en un principio más me preocupo, Medusa.
Pues sí, veréis, nada más entrar, a nadie le dio tiempo a saludarme, porque Medusa se fue a por mí como una fiera gritándome mientras me daba empujones, acusándome de permitir que unos "perros piojosos" se atreviesen a amenazarme, o poner en peligro a una Fénix Real, y no les degollase en el acto. Lo malo fue que Aisa, que de eso no sabía nada se enteró, obviamente, y fue peor aún que mi hermana, me costó dios y ayuda convencerla de no sacar sus tijeras y acabar con la vida de todos los Lykos de la cornisa cantábrica. Todo con un agravante, fue que cuando Medusa soltó aquello, entraba por la puerta Anunaki, quien había llegado acompañado de una veintena de la elite de sus Guerreros, por no decir que asesinos… los Fénix Negros. Quienes si no me equivocaba serian la futura escolta de Elisa…
Por su gesto cuando se dio cuenta del lio, creo que la cenutria de Medusa al verme ni se acordó de que Aisa estaba conmigo y ni se fijó que llego a la vez que los Fénix, solo pensó en calentarme las orejas. Pero peor que lo de Anunaki, fue lo de mi tía, que con lo sucedido y lo drástica que era para según qué cosas Aisa, era muy peligroso hacerlo de forma tan brusca… Claro, que esto casi, casi se convirtió en una pequeñez con la siguiente, cuando Aisa toda sonriente, saludo a mis compañeros de Brigada que parecía que no cabían en sus pellejos cuando con la discusión con Medusa quedo claro quién era o lo que estaba pasando también con la Marca metida de por medio. Después vino la parte chusca, que diríamos, cuando se dirigió a mis dos adorables hermanos, y les lanzó una advertencia que hizo que me saliese humo hasta por los ojos del cabreo que empezaba a pillarme mientras Anunaki abría la boca como un buzón de correos por la sorpresa…
- ¡¡¡Mis niños!!! -casi grito Aisa abrazando contra ella a Caín y a Fenrir al extremo de que parecía querer espachurrarlos con tanto cariño, cosa que me mosqueo porque no era normal tanta "efusión" en ella-.
- Tía Aisa… -a su vez Fenrir la abrazo, seguido por Caín-.
- Bueno, veo que por esta vez los dos habéis sabido elegir muy bien… me gustan estas dos jovencitas… -sonrió a Coral y a Helen, que sí, ahí sí que me comenzó a salir humo de verdad del cabreo que estaba comenzando a pillarme-.
- Veras Tía… nosotros… -trato de intervenir Caín-.
- Ohhh, cariño, no te preocupes… Vuestras madres lo aprueban, eso sí, me han pedido que os diga que como no las cuidéis… os despellejan vivos a los dos… -replico Aisa sonriendo beatíficamente mientras mis hermanos palidecían y Anunaki, que sabía perfectamente quien era y lo que suponía Aisa, aguantaba la risa como podía-.
Veis, justo ahí se me empezó a pasar el cabreo, creo que fue por la advertencia, que, viniendo de Eva y de Lilith, había que tomársela como algo bastante literal. Creo que al igual que yo, tanto Caín como Fenrir recordaron cuando mi madre le advirtió a este que como volviese a morder a alguno de mis hermanos le dejaba sin colmillos y cuando no hizo caso, se los arranco durante cien años… Claro, que a mí la tranquilidad y la alegría me duraba poco, solo tuve que fijarme un instante en Medusa y en como miraba ella a Aisa con cara de miedo mientras observaba de reojo a Tony, para olerme otra tostada con ella. Era ya lo único que me faltaba, que mis hermanos y hermana se liasen con mis compañeros de la Brigada, y encima con el beneplácito de mi queridísima madre. Lo único bueno, fue el hecho de que Anunaki ya conociese de antemano quien era Aisa o como se las gastaba, lo que le hizo ser muy comedido en su comportamiento, con ella de por medio se lo pensaría mucho antes de hacer cualquier cosa que le pudiese hace chocar con mi tía.
Por cierto, que cuando toda esta tropa entró, estábamos hablando Aisa, Eddy y yo, no os cuento tampoco la cara de este tras el susto de ayer con mi tía, o cuando entendió quién era yo, el que de buenas a primera apareciesen mis hermanos no ayudo mucho con él a la hora de tratar de sacarle algo en claro. Creo que si no se desmayó al verlos aparecer de repente ante sus narices y que les fuesen presentados fue por vergüenza… Como decía, cuando ya casi tenia a mi tía donde yo quería para explicárselo todo lo de los lobitos, y de paso poder sonsacarla sobre su "visita", la aparición de todos estos payasos provocó que Aisa dejase de hablar conmigo para centrarse en mis hermanos, mientras que Eddy quedo casi al borde del colapso. De modo que yo seguía sin saber que narices era lo que realmente estaba haciendo Aisa allí con el arqueólogo, porque no me tragaba tantas casualidades, y encima lo otro me explotó en los morros…
Reconozco que mi humor con todo esto empeoró muchos enteros, especialmente porque Aisa parecía tomarme poco menos que por el pito del sereno, no me hacía ni puñetero caso en mis demandas de saber qué demonios quería. Por lo menos los demás parásitos tuvieron la decencia de haberse buscado un hotel donde alojarse, claro que, pensándolo bien, no es que lo hiciesen precisamente por decencia, sino porque Aisa estaba alojándose en mi casa y preferían no estar muy cerca si podían evitarlo, máxime cuando vieron como estaba de enfadada con lo de los cuatro idiotas de cuatro patas a los que, según ella, yo ya debería de haber despellejado vivos solo por mirarme mal. Al día siguiente cuando nos reunimos en mi casa para desayunar todos juntos, Anunaki incluido por "orden" de Aisa, me encontré con que faltaban dos, Tony y Medusa. Por lo visto decidieron ir los dos juntitos a ver al padre de Tony, por cierto, con Aisa haciendo gestos de aprobación cuando lo explicaron, mientras en su cara aparecía una sonrisita que si me hermana la hubiese visto habría huido de allí como si la persiguiese la peste. Después de desayunar, Aisa en plan yo mando y tu obedeces o te arrepentirás de cabrearme, nos envió a todos a distintos recados.
En mi caso resulto ser acompañar a Fenrir y Helen a hablar con los chuchos de la manada local o a matarlos directamente, lo que mejor resultase. Mientras, ella con Eddy marchaban al aeropuerto a buscar a la hermana de este, que fue ya lo que me faltaba, que la del FBI se nos incorporase también. Anunaki, obviare decir que con sus "hombres" por orden de Aisa se marchó directamente a verificar lo que le conté de Elisa y si era lo que yo le dije, protegerla, además claro, de hablar con su familia. En este caso su abuela y no asustarlas, porque aisa le dejo muy claro que entonces ella personalmente se encargaría de ser quien les metiese miedo a ellos, o algo más. Eso sí, también le indicó que, sin excusas, quería ver a esa jovencita unirse a nosotros en la cena junto con su abuela, todo con una sonrisita amable que nos dio a todos mala espina y casi hizo que Anunaki se echase a temblar… Si no dijese que tenía la sensación de que se me estaba yendo todo de las manos por momentos por causa de mi Tía o de mi madre, mentiría…
Lo del Alfa fue de traca, llegar y resultar que no estaba, por lo que averiguamos andaba por el monte con alguno de sus hijos trabajando en un terreno arbolado dedicado a la explotación de madera que poseían. Como tonto del todo no termino de llegar a ser, aunque visto lo de mi madre y mi tía, algunas veces lo aparezca, evidentemente todo esto me olía a trampa. El ir a donde mi indicaron, seria meterme en medio de la montaña por una pista forestal a un paraje en medio de la nada donde nadie sabría de un grupo de lobos atacar a un imbécil confiado. Su problema fue que esta vez, el tonto era yo, quien además de llevar de acompañante una Omega, por su fuese poco también venia conmigo Fenrir, el primero de los Lykos y licántropos, el ancestro de todos ellos… Como ya expliqué, el poder de una Omega sobre los Lykos o los Licántropos es enorme, pero ni siquiera se asoma al que tiene mi hermano sobre cualquiera de sus descendientes. Si quieres ver temblar aterrorizado a un Lykos o un Licantropo, solo tienes que ponerle enfrente a mi hermano ejerciendo su *"majestad" sobre ellos… De camino…
- ¿No apruebas nuestra relación? -me preguntó repentinamente Helen-
- Helen, yo nunca me meto en las relaciones de mis hermanos, pero si que me pregunto, si Coral y tu sois conscientes de donde os estáis metiendo…
- Lo sabemos… las dos… -asintió enérgicamente-.
- Eso espero, y que tengáis también vuestras lealtades muy bien definidas desde este momento… porque tanto mi madre como la de Caín le dan muchísima importancia… y no son nada tolerantes con las faltas de ese tipo…
- Las tenemos… -replicó firmé-.
- Confió en ello, por vuestro propio bien o no os va a dar tiempo a nada… Bienvenida a la familia cuñada… espero que no te arrepientas, porque en ella se entra, pero no se sale, al menos vivo…
Poco después llegamos al lugar que nos habían indicado, saliendo los tres del coche, marchando cada uno en una dirección llamando al alfa en voz alta, tratando de localizarlo. Tardamos menos de dos minutos en tener Helen y yo a una docena de Lobos grandísimos rodeándonos y enseñándonos los colmillos de forma amenazadora… Por entre ellos apareció el Alfa, quien no tuvo otra que soltarnos que, dado que no habíamos salido de su territorio en el plazo que me dio, lo pagaríamos los dos, "mi putita" y yo… Lo cierto es que nunca debió de decir aquello… no, y mucho menos a una distancia en la que mi hermano Fenrir pudiese escuchar el insulto hacia su novia… El pobre imbécil ni siquiera lo vio llegar, comenzó a transformarse en Lobo, apenas había terminado cuando por su espalda apareció un lobo plateado de casi dos metro y medio de altura hasta su cruz… De un solo mordisco le arranco la cabeza, marchando después lentamente hasta nosotros, situándose entre Helen y yo, a quien, por cierto, impedí transformase en Licántropo o usar sus habilidades como Omega… dejándole a mi hermano que lo arreglase como mejor creyese…
El resto de lobos repentinamente se tumbaron gimoteando en el suelo completamente aterrados en cuanto mi hermano comenzó a proyectar su "majestad" sobre ellos… Hasta el Lykos más imbécil tras lo ocurrido se habría dado cuenta de que se habían metido en un lio mucho mas gordo de lo que nunca jamás hubiesen podido sospechar. Entre los presentes estaban los dos Betas de la manada, los lugartenientes del decapitado Alfa, quienes por su expresión estaban comenzando a darse cuenta de a quien habían ofendido y estaba en esos instantes frente a ellos… En ese momento en el pequeño claro entro Tony y varios hombres, todos Alfas de las manadas cercanas, quienes miraron con tremendo respeto y miedo a Fenrir… Supuse en el acto que Tony debía de haberles dicho quien era mi hermano… Fenrir fue muy claro, esa manada debía de disolverse e integrarse en otras, y los cuatro idiotas debían de ser castigados severamente, o él se encargaría de recordar a todas las manadas de la cornisa cantábrica lo que implicaban las viejas normas…
Si hubiese sido otro, quizá alguno de los presentes se hubiese podido tratar de resistir, pero tratándose de Fenrir, el primero de todos, sabían de sobra que solo significaría su muerte y la de todo su clan. Nosotros nos marchamos dejando allí a los lobitos malos con los Alfas para que se entendiesen entre ellos… Tony a una seña mía se marchó con nosotros… Al pasar junto a su padre, le dije que le esperaba esa noche en mi casa junto con su esposa a cenar… Pensé con malicia, que seria una buena oportunidad para que Medusa conociese a sus futuros suegros… y estos a parte de su familia…
Por cierto, que la cena fue muy divertida, por un lado Elisa y su abuela, quienes parecían superadas por todo lo que se habían enterado ese mismo día y lo que esto suponía de cambio para sus vidas, indudablemente a mejor para las dos. Luego la hermana de Eddy, que ni en sus peores pesadillas pensó jamás encontrase cenando con seres salidos directamente de las peores leyendas que uno pudiese llegar a leer, a cuál más tenebroso o terrorífico, sin olvidarnos de enterarse de quien era en realidad la simpática amiga de su hermanito con la que había coincidido bastantes veces, la profesora Olimpia. Y que decir de mi hermanita Medusa, quien estuvo poco menos que de los nervios por culpa mía, de Fenrir y de Caín, quienes no dejamos de pincharla delante de sus futuros suegros, al extremo que en un par de ocasiones incluso perdió el control por unos segundos, apareciendo brevemente sus serpientes en el cabello… Todo ello incluyendo la presencia de mi Tía, quien ante el escepticismo de quien era en realidad por parte de los suegros de Medusa o de Elisa y de su abuela, no se le ocurrió otra que sacar sus tijeras negras… A todos les castañetearon los dientes al mostrarlas y moverlas un poco, cuando el frio de la muerte se extendió por la sala…
Por mi parte todo esto tenía una finalidad, poner a prueba a mi Tía Aisa, quien de no estar de acuerdo con algo lo hubiese cortado de raíz. Esto me sirvió para confirmar mis sospechas de que tanto los padres de Tony, como Elisa con su abuela o la americana con su hermano, estaba claro que un modo u otro estaban todos ellos incluidos en los planes de mi queridísima Madre… Era incapaz de discernir por mucho que me rompiese la cabeza de que era lo que estaba tramando mi madre junto con Eva… Un repentino pensamiento cruzo por mi mente, con tanta tontería estaba claro que me estaba desviando del principal tema que debía de preocuparme a mí en esos momentos… Porque todo esto de la gran familia feliz estaba muy bien, pero yo seguía sin tener ni puñetera idea de que narices hacia aquí mi tía Aisa… y que quería de mi en relación con el dichoso Eddy…
CONTINUARA
Fénix Negro – Un Fénix Negro es llamado así porque sus llamas son de un color rojizo muy intenso y oscuro, casi, casi llegando al color negro. Son extremadamente poderosos, casi dos veces mas fuertes que los Fénix normales, y su fuego es unas cuatro más intenso, sus sentidos están más desarrollados, pero nacen muy pocos, son muy raros... Ellos forman una elite entre los Guerreros Fénix…
Fénix Real – Es una hembra Fénix Negro, que, con el fin de diferenciarlas de los machos, se las denomina como Fénix Real. A diferencia de los machos, en las hembras Fénix Negro su fuerza y poder es similar al de cualquier otra hembra, pero por causas que se desconocen, durante los periodos en que existe en la Raza una Fénix Real, el índice de nacimientos entre estos crece hasta casi duplicarse, por ello son tan importantes y las tienen en tan alta estima al punto de sacrificarse como raza por su seguridad llegado el caso.
Majestad – El termino hace referencia a la especie de aura que Fenrir o cualquiera de mis hermanos es capaz de emitir sobre sus propios descendientes, ejerciendo sobre su mente e instintos una presión tal que en algunos casos puede incluso, literalmente, matarlos de miedo.