Liliana, mi amiga culona. 2ª parte

Continua el morbo de nuestra aventura con los sobrinos de mi novia.

LILIANA, MI AMIGA CULONA. 2ª PARTE

-¿Has disfrutado follándote a mi sobrina? Me preguntó Liliana después de terminar de hacerlo.

-Tengo que serte sincero y decirte que si, que disfruté mucho.

-Yo también. No sé si esto afecta en algo a nuestra relación.

-¿Porqué debería hacerlo? Yo te quiero. Acepto que folles con tu sobrino mientras sigas haciéndolo conmigo.

-Yo también te quiero. No me importa que te folles a Lara. Nunca pensé que diría esto, pero parece que tenemos una relación abierta sin habérnoslo planteado.

-Es verdad. Cuando nos conocimos nunca pensé que desearía a tu sobrina y que  acabaríamos haciéndolo con ellos.

Liliana se quedó pensativa con el culo apoyado contra el lavabo. Creía que también se sentía atraída por Lara, pero no sabia como decírselo a su novio.

Se incorporó y sus nalgas se despegaron del lavabo haciendo una especie de rebote.

Me puse un poco nervioso al ver su culo moverse así aunque ya estaba acostumbrado. Cuando salía del baño me quedé mirándolo mientras se movía de un lado a otro y estuve a punto de abalanzarme sobre ella y follármela allí mismo.

En el salón Miguel y Lara estaban sentados en el sofá los dos desnudos y comiendo algo que habían traído a la mesa.

-¿Queréis algo? Dijo Miguel. Follar da hambre.

-Si, probad las galletas, están muy buenas.

Nos dio las galletas con pepitas de chocolate que había traído Liliana esa mañana. Estaban buenas eso era verdad.

Después de comer recogimos un poco y nos fuimos a la cama. Estábamos cansados.

La luz del reloj de mi mesilla marcaba las 4 de la madrugada cuando me desperté. Liliana me estaba agarrando la polla y comenzando a masturbarme.

-Es muy temprano cariño, le dije. Necesito descansar.

-Yo también pero me he puesto cachonda en sueños. Tengo que confesarte una cosa.

-Te gusta Lara, ¿eh?. Le dije.

-¿Cómo lo has sabido?

-No le quitabas ojo de encima mientras me la estaba follando.

-No soy lesbiana. Lara es la única mujer que me gusta. Me pone a cien.

-No pasa nada cariño. Le dije mientras la besaba. Tu sigue con la paja.

Ella obedeció hasta que estuve a tope de excitación y casi a punto de correrme.

La giré y la puse boca abajo. Me agaché y empecé a chupar sus nalgas que eran blandas como flanes. Le metí un dedo por el culo y ella se estremeció.

Cuando estuvo dilatada se le metí por el culo.

Empecé a bombear con ganas. Entonces le dije:

-¿Te gusta Lara, eh?

-Siiiiiiiii, me gusta Lara.

-¿Cuánto te gusta?

-Muuuuuuchooooooo.

-¿Más que yo?

-Nooooooooo. Tu me gustas y te quiero, eres mi novio, pero ella es loooooo maaaaaaaaasssss.

No aguantó mucho más. Se corrió enseguida y yo seguí dándole con fuerza. Me estaba poniendo muy cachondo, más de lo que ya lo estaba.

-¿Qué le harías a Lara? Seguí preguntando.

-Comerle el coño, dijo con un hilo de voz. Comerle su coño rosado y luego, luego… ya no puedo más. Vas a romperme el culo.

-Eso es lo que quiero cabrona. Romperte el culo. Te lo mereces por ser una cerda.

-Siiiii, me lo merezco cabrón. Rómpeme el culo, siiiiiiiiiiiii, por ser una cerdaaaaaa, aaaaaaaaaah.

Ya no podía más. Estaba al borde del orgasmo. Unos empujones más y me iría.

Liliana se retorcía mezcla de placer y dolor. Con los gritos que estaba dando seguro que los sobrinos se estaban enterando de todo.

Me paré un momento y saqué la polla del culo. Estaba ardiendo y del glande salían gotas de semen. La giré y se le metí por el coño.

Empecé a bombearla y entonces vi la cara de Lara en vez de la suya. Ya no me importaba nada por lo que gemí el nombre de Lara en vez de el suyo.

-Lara, Lara, Lara. Que gusto me das, que gusto, que gusto.

-Ah, ah, ah. Lara, Lara. Gemía también Liliana.

Con estos gemidos acabábamos corriéndonos. Liliana por segunda vez y yo por primera. Descargué todo mi semen. Parecía que nunca iba a acabar de correrme dentro de ella.

Me salí de ella con dificultad. Entre sus fluidos y mi semen estábamos casi como pegados.

Sentados en la cama nos miramos embobados.

-Que bien has estado, me dijo Liliana.

-Gracias. Perdona por lo del culo y los insultos pero me pones mucho.

-No pasa nada cariño. Mi sobrina me pone cachonda y tu también. Deberíamos plantearnos hacer un cuarteto. Los dos sobrinos, tu y yo. Mañana podemos ir a la piscina, me comentó. Así con poca ropa puede surgir la posibilidad de planteárselo. Ya sabes, poca ropa, mucho calor, hormonas revolucionadas…

-Creo recordar que la piscina tenía una zona de topless, ¿no es así?

-Si cariño, las chicas haremos topless y los chicos no podréis resistiros. Y Lara tampoco. Y con un poco de suerte podré comerle el coño a mi sobrina. Joder cariño me vuelvo a poner cachonda….Anda vamos a acostarnos que es muy tarde y estoy que me muero de sueño.

Nos dimos un beso y nos dormimos enseguida. Al día siguiente descubriríamos que los sobrinos lo habían oído todo.

Ese día seguimos nuestro plan y nos fuimos a la piscina. Lara iba con un bañador nuevo. Yo llevaba uno ajustado. Miguel uno de color verde oscuro y Liliana el de la ultima vez.

Enseguida nos metimos a bañarnos. Habían puesto unas taquillas donde podías dejar tus objetos de valor con una llave que luego te ponías en la muñeca como una pulsera para así no perderlas.

Chapoteamos un rato. Yo besaba a Liliana para dar envidia a su sobrina. En un momento que salió del agua vi que Miguel estaba empalmado.

Le hice un gesto a Liliana y ella se giró para subir por la escalera de la piscina. Al ver su culo mojado saliendo del agua Lara tragó saliva. Estaba claro que a Lara también la ponía su tía.

Nos secamos un poco y entonces Liliana propuso que fuéramos a la zona de topless. Los sobrinos aceptaron en seguida.

Miguel me dijo al oído:

-Joder entre el culo de mi tía y el de mi hermana estoy empalmado.

-Ya lo había notado. Le contesté.

No hizo falta que fuéramos a la zona de topless para que se excitaran porque ya lo estaban.

Liliana y Lara se quitaron el top del bikini y nosotros nos quedamos mirándolas embobados. Sendos bultos abultaban en nuestros bañadores.

En ese momento y sin que lo esperáramos, Lara se abalanzó sobre su tía y empezó a comerle la boca. Miguel y yo nos quedamos asombrados. Sabíamos que a Liliana le gustaba su sobrina pero no que fuera mutuo.

Afortunadamente no había nadie todavía por allí y nadie podía vernos.

Lara se subió sobre su tía y empezó a frotarse contra su coño. Miguel me miraba a mi y a ellas y casi se le caía la baba.

Desde luego que Liliana no ponía resistencia y se dejaba hacer disfrutando tanto como su sobrina.

Miré a ambos lados del recinto y le propuse a Miguel ir a una zona al lado que estaba cubierta de vegetación donde nadie nos vería.

Lara iba cogida de la mano de su tía, Miguel y yo íbamos detrás.

Extendimos las toallas en la hierba y yo cogí a Liliana y la besé en la boca y luego la quité el bañador. La puse a cuatro patas, me bajé el mío y sin más la penetré.

Estaba follándomela cuando giré la cabeza y vi que Miguel hacia lo mismo con su hermana. También la tenia a cuatro patas y estaba dándola bien duro.

Tía y sobrina se miraron unos momentos mientras nuestras pollas seguían entrando y saliendo de sus coños húmedos.

No nos atrevimos a gemir por si alguien acababa descubriéndonos.

Yo me corrí un rato después y esperé a que Miguel terminara de follarse a su hermana. Cuando lo hizo, nos cambiamos. El se follaría a su tía y yo a su hermana.

Estaba aún recién corrido pero deseando hacerlo con ella.

La tumbé boca arriba y la abrí de piernas. Era muy flexible y las levantó hacia arriba.

Se la metí sin estar erecto del todo.

-Lara, Lara, Lara, empecé a decir bajito.

-Tío, joder que gusto tío, no estás erecto del todo pero como me gusta.

-¿Te gusta como te folla tu hermano o más como te folla tu tío?

-Aaaaaaah, tío, me follas increíble. Miguel lo hace bien pero no tanto como tú.

-¿Quieres decírselo a Miguel?

-Siiiiii, dijo y me arañó la espalda. Miguel, hermanito, aprende como me folla el tito, uuuummmmmmmm.

Miguel se quedó mirándola, aun no estaba tampoco empalmado de nuevo y aun así, me imitó penetrando a su tía.

Nos fundimos los cuatro en un polvo sin igual. Lara no pudo evitarlo y terminó gimiendo alto mientras yo seguía con el bombeo.

Miguel no terminaba de correrse y aunque Liliana había llegado al orgasmo él no estaba dándola bien.

Yo me corrí poco rato después, mi orgasmo fue extraño de tan seguido que me había ido.

En ese momento oímos un ruido de fondo. Miguel se quedó parado dentro de su tía y yo me salí de Lara.

Las ramas de vegetación se abrieron y una madre con sus dos hijos entraron donde estábamos.

Al vernos así dio un grito y nos llamó de todo.

-Cerdos, guarros, malditos, salid de aquí ahora mismo o llamo a la policía.

Nos vestimos como pudimos, como os dije Miguel no se había salido de Liliana y tuvo que sacar su polla casi corrida dentro de ella.

Salimos corriendo de la piscina y tuvimos que volver otro día para recoger nuestras cosas. Sin duda no volverían a admitirnos en esa piscina.

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