Liliana
Vestida de chica conoció a un taxista con el que disfrutó de una buena sesión de sexo.
Eran como las 5:30 de la tarde de un viernes, mi mamá había salido de viaje y volvía hasta el lunes, yo entonces decidí que iba a pasar el fin de semana como chica.
Tengo 19 años y desde hace mucho me ha gustado vestirme de mujer. Como iba a estar sola decidí vestirme y salir a la calle a pasar un buen rato.
Me fui a bañar y cuando salí me coloque una lindas pantaletas negras, hilo dental y un sostén del mismo color. Mis piernas muy lindas y bien depiladas quedaron perfectas con la minifalda que me coloque, era de color azul, con prenses, rellene mi sostén con un par de medias enrolladas y me puse encima una blusa blanca ceñida, la verdad por encima parecía como si tuviera senos de verdad.
Tenia el pelo un poco largo así que me adorne con una balaca blanca, me maquille, me puse una chaqueta azul que hacia juego con la falda y salí.
Eran ya como las 6:15 y pensé en ir a un bar, le hice entonces la parada a un taxi, el taxista me pregunto a donde iba, yo, como me vestía desde hace tiempo también sabia fingir la voz femenina, entonces le dije con la voz mas dulce que podía hacer: quiero ir a un bar, conoces alguno, claro- me respondió- pero, me parece que una chica como tu, queparece tan decente no debería ir a esos sitios sola, ahí hay mucho hombres mal intencionados, además hay peligros al salir de noche, pues yo se que es así-respondí- pero es que estoy aburrida y quiero pasar un buen rato, cuando dije eso el taxista detuvo la marcha y volteándose hacia mi me dijo:
Si quieres yo te puedo ayudar. De momento me asusto un poco, pero cuando mire sus ojos pude ver que no había mala intención en sus palabras.
y como? le pregunte
Pues yo ya me iba para mi casa cuando me hiciste la parada, así que no quiero trabajar mas hoy. Hace algún tiempo que no salgo con una chica y si tu quieres te puedo llevar a cenar.
Eso me sonó muy bien, sobre todo por que él me estaba confundiendo por completo con una chica, y no era para menos, la verdad es que nadie podría distinguir mi verdadero sexo.
Unos cinco minutos depuse llegamos a un restaurante, no era el mas elegante de la ciudad, pero era lindo, es uno de esos restaurantes familiares, sin embargo al llegar el taxista cruzo un par de palabras con un mesero y este nos dio una mesa que estaba en un rinconcito muy romántico.
Y como te llamas? me pregunto. Liliana dije, ese fue el primer nombre que se me vino a la mente. ¿y tu?. Esteban.
Estuvimos charlando un rato mientras nos traían la cena, él me contó que tenia 32 años, que estaba como taxista desde hacia 2 meses, por que la empresa en donde trabajaba había quebrado, me dijo que tenía una novia pero que la muy perra lo dejo cuando perdió su empleo y que desde entonces no había vuelto a salir con nadie.
Y que me puedes contar de ti Lilianita me dijo, entonces comencé a contarle de mí, que estudiaba en la universidad que vivía con mi madre por que mi papá nos había abandonado hace mucho, etc, claro fingiendo que era mujer. Y dime, ¿no tienes novio verdad? me pregunto. He pues no, por ahora no.
Entonces nos trajeron la cena y cuando terminamos Esteban pidió una botella de vino, no era muy fina, pero nos sirvió para pasar un buen rato. Cuando terminamos me dijo:
Y que quieres hacer ahora linda? no se, esperaba que me invitaras ha hacer algo bueno conozco un lindo lugar
Subí al taxi y nos dirigimos a las afueras de la ciudad a una colina desde donde se podía ver la ciudad, se veía muy linda con tantas luces movimiento allá abajo. Mientras yo miraba por la ventana del auto sentí como Esteban comenzó a tocarme el muslo de mi pierna izquierda.
Tienes unas piernas muy lindas Liliana, me gustaría poder abrírtelas, cuando me dijo eso me estremecí, pero al mismo tiempo comencé a excitarme cuando poco a poco se acerco a mi y comenzó a decirme cosas sucias al oído:
Me gustaría convertirte en mi putica; quiero ponerte a mamar; y cosas así.
Entonces pasamos a asiento trasero del auto y comenzamos a besarnos, mientras el me cogía las nalgas. Yo le baje el pantalón y comencé a chuparle el pene, era como de 16 cm de largo y unos 4 de ancho, era delicioso., yo estaba muy contenta chupandoselo cuando de repente me tomo por los hombros, me levanto y me dijo te quiero hacerte mía, sin mediar mas palabras me subió la falda y llevo su mano a mi entrepierna. Entonces se quedo quieto mirándome, yo estaba muy excitada y me penecito estaba parado, de manera que el lo toco.
Pero esto que es, eres un travestí, gritó sorprendido
hee, pues si dije yo.
El entonces se detuvo a pensar un momento, pero yo note que su pene aun seguía erecto.
Si quieres me voy le dije.
No, espera, la verdad es que nunca había hecho algo así, estoy algo confundido, porque nunca me lo imagine, hasta ahora parecías toda una mujercita, la verdad es que me muero por hacerte el amor pues entonces déjame demostrarte que puedo ser toda una mujer.
Diciendo eso me quite la falda y los panties y dándole la espalda me comencé a sentar en su falo. De momento de dolió un poco, pero seguí hasta tenerlo completamente dentro. Mientras Esteban empezó a masturbarme y a morderme la oreja derecha, que culito más rico tienes linda me dijo.
Entonces lo me comencé a mover, ese pene estaba mas duro que una piedra y entraba y salía de mi esfínter mientras yo gritaba como una ramera, después de unos minutos Esteban lanzo un grito y yo sentí como mi culito se lleno de su esperma.
Entonces yo me levante y me vestí, Esteban descansó unos minutos y cuando se levanto me dio un largo y húmedo beso. Luego me llevo a mi casa, no sin antes darme su número de teléfono.