Lili -2-

Carlota me echó crema en el ojete y me metió un dedo. Ato seguido uno de los rubios me enculó y el otro me puso la polla en los labios

Marta se limpió el flujo de sus corridas con una toalla. Se puso un camisón, fue a la sala y vio a su marido y a su sobrina mirando la televisión.

-¡¿Qué le hiciste, desgraciado?!

Le respondió Lili.

-Me masturbó, me la comió y me folló.

-¡Serás puta!

Marta, con cara de pocos amigos,  se fue a la cocina. Antonio le dijo a Lili:

-No debiste ser tan explícita.

-¿Por?

Marta volvió de la cocina con un rodillo de amasar.

-Por eso.

Antonio se levantó del sillón y Lili se escondió detrás de él. Antonio, le dijo:

-No te pongas tan chulita que sé lo de tu polvo con Carlota. ¿Cuántos años tiene?

-¿¡Quién te dijo esa calumnia?!

-Lili. Se lo contó ella, ¿Qué edad tiene?

Marta se derrumbó. Se sentó en un sillón, puso el rodillo encima de la mesa, y dijo:

-19 años

Lili fue junto a su tía, y le dijo:

-Cuéntanos lo que te hicieron Carlota y sus tres amigos.

Antonio puso el grito en el cielo.

-¡¿Follaste con tres tíos?!

-Estábamos separtasos.

-¡Tres días, estuvimos separados, tres días!

-¿Nos lo cuentas, tía?

-No creo que a Antonio le guste saber los detalles.

Antonio, estaba interesado.

-Cuenta. Quiero saber a quien tengo.

-Ocurrió una tarde que fui al chalé de Pilita. Ella no estaba, estaba su hija Carlota. Abrió la puerta, asomó la cabeza, y me dijo."Entra". Al entrar  en el chalé vi que estaba desnuda. Tenía un cuerpo diez. Tetas grandes, anchas caderas, cintura estrecha y un culito redondo y duro como una piedra, además de ser preciosa como ya sabeis que es. Por eso cuando echó sus brazos alrededor de mi cuello y me besó, me puse cachonda, muy, muy cachonda. Lo próximo fue comerle las tetas y después el chochito. La muy puta cuando ya la tenía a punto para correrse de pie, hizo que me levantara y me desnudara mientras me besaba. Después me tomó de la mano y me llevó a su habitación. Al entrar vi a tres jovencitos de la edad de Carlota, unos 19 años. Uno era mulato, cachas y con una verga gorda que descansando debía medir 26 centímetrios, y los otros dos eran rubios de ojos azules y también estaban cachas... Carlota le chupó la verga al mulato, que se empalmó. La tenía como la de un burro. Cuando vino cara a mí, en vez de asustarme aún me calenté más. Me cogió en brazos y me tiró sobre la cama. Echó crema en la verga y después me fue penetrando... Entraba apretadísima... Al tenerla toda dentro, sin quitarla, se dio la vuelta y me puso encima de él. Carlota me besó las nalgas, después  me echó crema en el ojete y me metió un dedo. Acto seguido uno de los rubiós me enculó y el otro me puso la polla en los labios. A los cinco minutos, más o menos, sentí al mulato llenarme el chocho de leche y al rubio llenarme el culo... Sentí que me venía. Chupé la verga del otro rubio y me corrí tragando semen. Fue la corrida más larga y más intensa de mi vida.

Antonio, lejos de enfadarse, le dijo a su esposa:

-Joder, me la acabas de poner dura, Marta.

-Hasta yo estoy mojada de recordarlo.

Lili, mintió.

-Yo, no. Toca, toca, tía.

Lili le llevó la mano a su tía al chochito.

Marta, exclamo:

-¡Tienes las bragas para escurrir!

-¿Me la comes?

Marta miró para su marido, y le preguntó.

-¿Puedo?

-Claro que puedes, peró tú, Lili, sientate el el respaldo del sillón que quiero tener a tu tía  en posición.

Lili se desnudó, y les dijo:

-Comerme las tetas.

Le comeron una teta el tío y otra la tía.

Después Marta quitó el camisón y Lili se sentó en el respaldo del sillón grande de la sala.

Marta saboreaba el chochito de Lili que se iba mojando más y más y más. Antonio le daba fuertes embestidas  con la polla a su mujer.

Más tarda, Lilil le dijo a su tía:

-Si sigues me corro.

Marta dejó de lamer. Antonio dejo de follarla. Sacó la polla de la cueva. En el sitio de la polla metío un dedo y con él mojado se lo metió en el culo. A Marta se le escapó un gemido. Antonio iba a hacer lo que nunca le hiciera, encularla. Al meterle el glande, Marta, se metió dos dedos en el coño y comenzó a masturbarse y a lamerle el coño a Lil...  cada mez más rápido, más rápido, hasta que...

-¡Me corro, tía! ¡¡¡Me cooooooooorro!!

Marta, tragando fujo se corrió entre gemidos y sacudidas. Lili temblaba como una posesa, y  Antonio, Antonio cumplió una de sus fantasías, correrse en el culo de su mujer.

Al teminar le dijo Lili a sus tíos:

-¿Sabeis lo qué me gustaría hacer?

-¿Qué?

-Montar una pequeña orgía con Carlota y sus amigos.

-No estaría mal, no. ¿Tú qué dices, Marta?

-Me gustaría verlo, sí.

-¿Lo qué?

-Como te enculan.

¿Continuará?