Lila
todo es poco para lila.
Lila
Me llamo Lila y estoy separada. Amo a mi esposo y el me ama, pero nuestras necesidades son incompatibles y por ello he decidido romper con el.
Le hago infeliz con mis demandas sexuales. El pobre hace lo que puede, y lo hace bien además, pero necesito mas. Mucho más de lo que el me da y no me corto en hacérselo saber, pero según el, no pongo limites a las demandas y el se ha aburrido de intentar cumplir mis expectativas. Una pena, en fin, pero mi prioridad no es el amor si no el sexo.
Para todos los que penséis que soy ninfómana, siento decepcionaros. Una ninfómana siente deseos compulsivos de tener relaciones sexuales o de masturbarse sin sentirse satisfecha. En primer lugar, mis deseos no son compulsivos. Pero exijo que sean satisfactorios al máximo. Y en segundo lugar siempre me siento satisfecha después de una follada.
Sucede sin embargo, que me gusta.
Si, me gusta follar. No hay mayor placer en este mundo para mí, que meterme una buena polla por cualquiera de mis agujeros.
A diferencia de una ninfómana, mis necesidades sexuales están controladas. Puedo estar días sin sexo tranquilamente, pero me gusta tenerlo. Me gusta experimentarlo y me gusta disfrutarlo.
Puedo presumir de estar curtida prácticamente en todo lo referente a el.
Piensa en algo, y yo lo habré experimentado .Seguro.
Sexo anal, lésbico, sado .dúos, tríos, orgias.
He practicado la prostitución barriobajera y la de alto nivel.
Y siempre llego a la misma conclusión: ¡que rico es el sexo!.
En cualquier caso, se puede decir que soy un puton satisfecho.
Por mutuo acuerdo, mi marido me pasa una pensión compensatoria en función del nivel de vida que teníamos estando casados, por lo que no necesito trabajar.
Se lo agradezco enormemente puesto que ello me permite centrarme en mi búsqueda sin preocuparme de otras batallas diarias.
Así pues, trabajo en función de lo que busque en ese momento.
Trabajo para follar.
El morbo de montármelo en cualquier lugar, con cualquiera que se me antoje, hombre o mujer, me puede.
He sido camarera en un pub, donde me follaba a todo aquel que quería follarme.
Lo he hecho en el almacén, en los baños,en la barra
nunca digo no a un buen macho con una complaciente polla. Recuerdo en una ocasión, en la que el jefe se metió en la barra a echarme una mano, y vaya si me la echó!.
Estaba sirviendo un cubata cuando lo sentí detrás, pegado a mi a esas horas andaba yo a la busca de algún hombre que pudiera satisfacerme rápidamente, y mira por donde, lo tenía y sin mover un dedo.
Mi jefe había oído hablar a sus clientes de mi siempre disponibilidad para comerme un buen rabo, o para dejarme hacer lo que uno pueda imaginar, así que supongo que decidió probar si eran ciertos esos comentarios.
Mezclaba las bebidas cuando sentí sus manos en mi cadera. No me digné siquiera a mirar hacia atrás, simplemente me incliné un poco dejando mi culito en alto, sabiendo que la minifalda de volantitos no escondía lo poco que pretendía tapar.
Supongo que bajo la delicada telita del tanga se adivinaba mis labios hinchados de excitación.
Entonces el hombre animado por mi disposición, comenzó a sobarme los glúteos para terminar golpeando su paquete en ellos.
Pim, pum al ritmo de la música estridente.
Sentí como separaba mi tanguita a un lado y me introducía un dedo. Creo que quería comprobar si estaba excitada.
Imagino también su cara de sorpresa al saberme tan mojada.
Yo hablaba con el cliente del cubata y desconozco si este,era consciente de que mi jefe me estaba haciendo gozar mientras el le contaba lo bonita que era y cosas por el estilo.
Dejé caer en el cubo que tenía al lado la botella de refresco vacía.
Mi jefe se excusó con el cliente diciendo que tenía que comprobar el botellero, y se agachó a mis pies sujetándome los tobillos, de manera que me obligaba a separar mis piernas.
Noté su lengua cálida en mi chochito. Sentí como lamia mis empapados muslos y a pesar de tener al tipo de la barra comiéndome la oreja, mi atención se centraba en el que me estaba comiendo el coño.
Algo duro y frio se introdujo en mi agujero. Supe que el muy cabron me estaba metiendo el cuello de la botella del refresco mientras me mordisqueaba el culo y metía sus dedos en mi ano.
Eso me enloqueció de placer.
Fingí estar siguiendo el ritmo de la música, para poder meter y sacar la botella a mi antojo.
No había mucha clientela y la mayoría estaba bailando en la pista, y los que estaban en la barra, estaban ya servidos; unos, borrachos y otros intentando ligar con alguna con una copa de mas.
El placer que estaba proporcionándome mi jefe con la botella, se incrementó al comenzar a lamerme el clítoris.
Yo hacía verdaderas virguerías para mantenerme en pie y con las piernas abiertas.
Agarré al tipo que estaba frente a mí y le pedí que me besara.
Su boca sabía a cubata y su aliento apestaba a alcohol, pero no tenía otra cosa mejor a mano y necesitaba con urgencia una lengua en la mía.
Inclinada en la barra, con medio cuerpo fuera comiéndole la boca al cliente, y medio cuerpo dentro colgada prácticamente, noté como la polla del jefe jugaba en mi agujerito con algo de disimulo.
Me daba igual si alguien nos veía. El juego me resultaba tremendamente excitante y estaba dispuesta a seguir adelante sin importar quien mirara.
Comencé a gemir levemente de puro placer. El chico del cubata lo entendió como una invitación a ir más lejos y comenzó a manosearme las tetas.
Mis pezones se pusieron aun mas duros, y el los pellizcaba con algo de brusquedad, lo que me ponía mas cachonda aun.
El jefe mientras tanto, había aprovechado para apartar mi tanguita a un lado e introducirme su verga, supongo que mientras se movía entrando y saliendo de mi rajita, se deleitaba mirando como el otro me comía la lengua y me manoseaba.
Quien nos viese en ese momento creería que mi jefe y yo nos estábamos moviendo al compas de lo que sonaba en ese momento mientras coqueteaba con un cliente y muy pocos se percatarían de que mi jefe se estaba corriendo en ese mismo instante dentro de mi.
De igual modo que comenzó, pretendía terminar el muy cabron, sin considerar siquiera proporcionarme el placer que merecía.
Lo supe cuando, después de correrse en mi conejito, me dio una palmada en el trasero para indicarme que había terminado.
Le miré levantando una ceja en señal de desaprobación a lo que el respondió con un gesto que señalaba al tipo que me había estado sobando, como invitándome a que continuara con el.
Maliciosamente con el índice le señalé primero a el, luego al tipo de la barra, después a mi y por ultimo, señalé la puerta del almacén.
Por suerte para mi, en ese momento entraban las dos camareras de apoyo en fines de semana por lo que mi jefe hizo una afirmación con la cabeza y se dirigió al almacén.
Bien poco me costó convencer al otro tipo para que me siguiera y ya dentro, con la puerta cerrada, ambos comenzaron a tocarme por todas partes.
No puedo decir quien me comía el coño y quien la lengua. No puedo especificar quien me masturbaba y quien mordía mis tetas, solo se que el uno y el otro me mataban de placer.
Estaba totalmente empapada de flujo y leche. Quería comerme las pollas de los dos hombres y me puse de cuclillas mientras agarraba las vergas tiesas y tremendamente duras con cada una de mis manos.
Lamía con verdadero placer una y otra. Me las introducía por orden en mi boca y saboreaba cada milímetro de polla con deleite, mientras les oía gemir y suspirar.
Pasaba mi cálida lengua por el glande de ambos, y chupaba sus huevos con detenimiento.
El tío del cubata tuvo una fuerte sacudida y supe que iba a correrse.
Me coloqué frente a su inmensa polla a la espera de recibir el precioso néctar.
Mi boca entre abierta lo invitaba a correrse dentro y agarrándose el cipote, me introdujo la punta mientras la leche caía dentro. Comencé a lamérselo mientras saboreaba su leche.
Las sacudidas de su polla eran tremendas, tan descomunales como su corrida.
Yo dejaba caer su leche de mi boca que resbalaba por mi cuerpo.
Ya erguida, me frotaba las tetas con su liquido.
Estaba empapada de leche y sudor. Estaba empapada de flujo que escupía mi conejo y estaba empapada de saliva.
De una sacudida mi jefe me colocó a cuatro patas, mientras yo me sujetaba a varias cajas de cerveza que tenia apiladas, para no perder el equilibrio.
Seguía empalmado y el cabron me metió su enorme polla en mi culito.
Tuve la suerte de que el tipo del cubata, volvía a estar tieso y comenzaba a masturbarse mientras observaba como el jefe me daba por el culo.
Le pedí que me dejara comérsela a lo que sin poner trabas cedió muy gustoso.
Esas pollas me enloquecían. Me mataban de placer.
Cerca ya del éxtasis, les supliqué que me follaran los dos a la vez, por lo que el cliente me metía su polla en el chochito y mi jefe seguía con la suya en mi culo.
Me sacudían como si se tratara de una muñeca de trapo mientras metían y sacaban sus vergas.
No podía contener mis gemidos. El placer era tan intenso que jadeaba como enloquecida y de pronto estallé en un interminable orgasmo, lo que ocasionó que mis dos machos se corrieran también al unísono.
Sentir los líquidos resbalando en mi entrepierna y los lametones que el cliente me estaba proporcionando en los pezones, hicieron que me corriera nuevamente.
Así, jadeantes y aun convulsionándonos de placer, nos sorprendió una de las camareras.
Entraba a por una caja de cerveza, pero por como nos miraba, por como se recreaba observando nuestros sudorosos cuerpos, supe que aun tardaríamos un rato en salir del almacén.
Yo volvía a estar excitada y ellos tenían nuevamente las pollas duras.
Pero este es otro de los muchos polvos que echo al día y os lo contaré mas adelante, ahora tengo a una morenita y a su novio esperándome en la cama y hay asuntos que no se pueden hacer esperar..
Un húmedo beso: LILA