Ligue en la ciudad de México

Este no es un relato erótico. Es más bien una guía para el ligue en esta loca y maravillosa Ciudad. Mails y comentarios bienvenidos.

Hace unas semanas regresé a México después de pasar unos días con mi familia en mi país de origen. Encontré a muchos amigos que tenía tiempo de no ver. Todos sentían mucha curiosidad de saber como es el ambiente gay en México, como son los mexicanos sexualmente, emocionalmente, etc. Pasamos muchas horas hablando del tema y el debate que se organizó fue por demás interesante. Después de reflexionar acerca de lo que pasó esa noche he decidido escribir acerca de todas las preguntas y las respuestas que di, y las conclusiones que salieron y sigo sacando de todo eso. Se que esta serie te recordará a una serie de televisión, lo se, lo reconozco estoy totalmente inspirado por Sex and the City.

Me llamó Patrick Lessiere, nací en París, Francia hace 34 años. Soy psicólogo de profesión y escritor de afición. Vivo en la Ciudad de México desde hace más de 20 años, por lo que me considero mexicano.

He salido con muchos mexicanos, he tenido 2 parejas y varios amigos. En general considero que un mexicano y otra persona de cualquier país occidental son muy similares aunque es cierto que tenemos características que nos distinguen... por ejemplo somos muy apegados a la figura materna (por no decir que demasiado), somos muy machistas (se que es una contradicción pero así es), y otras características que ya irán saliendo...

La primera pregunta fue ¿Dónde ligar en la Ciudad de México?, lo primero que me vino a la mente fue ¡En cualquier parte! Aunque lo pensé mejor y mi respuesta fue... depende de lo que busques...

Es cierto, se puede ligar en cualquier parte, en el antro gay, en el antro buga, en el restaurante, en la zona rosa, en la condesa, en el museo, en el metro, en la fiesta, en el cuarto oscuro, en el chat, en el pesero, en la iglesia, en el coche, en un velorio etc.

Pero también es cierto que hay lugares muy específicos según lo que se busque, por ejemplo si lo que se busca es sexo, así tal cual, existen muchos cuartos obscuros o el chat en internet. Basta con entrar a la zona de la Ciudad donde te encuentres para encontrar varias decenas de propuestas.

Si lo que se busca es un ligue con el cual "pasar el rato" sin llegar a mucho mas, igual existen muchos lugares, como la Zona Rosa, algunos antros no muy "decentes" como el Tom’s o el Vaquero, etc.

Ahora si lo que se quiere es una pareja "formal", para eso si los mexicanos somos muy exigentes. Por supuesto que alguien así no se encuentra en lugares de "putería" como los arriba citados. A esos seres especiales hay que ir a buscarlos a antros mas fresas tipo Living, Box, Lipstick o de perdida al Ansia. En estos lugares se encuentra a la "gente bien" y esto ya es alguna garantía.

Con todo lo anterior no quiero decir que se vaya a esos lugares específicamente a lo que mencioné. También es cierto que en la mayoría de las ocasiones solo acudimos a los lugares por el puro y sano hábito de echar desmadre el fin de semana. Aunque aceptémoslo, siempre hay intenciones ocultas, siempre buscamos algo.

En esta primera entrega me enfocaré a la búsqueda de la pareja. He conocido a muy pocas personas que abiertamente dicen que a ellos no les interesa tener a una pareja al lado. A la gran mayoría de los gays y no gays de México y del Mundo, nos gustaría encontrar a alguien especial con quien tener una relación amorosa "estable" (El concepto de estabilidad puede tener muchas definiciones, pero eso es materia de otra entrega). Aunque como dije, acudimos a los diversos lugares por diversión, siempre estamos alerta por si la persona buscada aparece.

Me pongo a pensar en una típica noche de sábado en cualquier antro "fresa"; la mayoría de los asistentes son hombres de entre 25 y 40 años, acuden en grupos de 3 a 5 personas o algunos solos. Los atuendos de estos personajes están valorados en entre 2 y 7 000 pesos. Todos usan las lociones de moda y los cortes de pelo son perfectos. Es raro encontrar gente pasada de peso, la realidad es que la discriminación es tan fuerte que muchos de los llamados "gorditos" no acuden a este tipo de lugares. La música por lo general es electrónica y la bebida de la mayoría es la cerveza.

Entre las 11.30 pm (Hora en que empieza a llegar la gente) y las 1.30 am es difícil que alguien le haga caso a alguien, los que van con amigos están con sus grupos aunque de reojo checan a los demás asistentes y los que van solos están "posando" y eligiendo. Este es el primer filtro. Normalmente los "feitos" quedan descartados, así como los "viejitos" (adultos de mas de 50 años) y los "gorditos".

Si la intención es pasar el rato, hay que buscar a alguien razonablemente guapo, con un cuerpo digno de ser presumido y que prometa un buen "faje". Para este fin, los mas socorridos son los chavos que lucen su musculatura a través de ajustadas camisetas, normalmente sin mangas.

Ahora puede darse el caso que llame la atención un chico mas o menos de la edad de uno, vestido con ropa similar, cuyas facciones nos recuerden a algún primo lejano o al hijo de la amiga de la mamá. Es decir, gente bien, como uno.

Este fenómeno no es fácil pero si esa química se llega a dar es una gran ventaja.

Con esta breve descripción, podría pensarse que estoy hablando de un pequeño sector, pero no es así. Cuando buscamos pareja inconscientemente buscamos a gente similar a nosotros, de nuestra misma posición social, económica y cultural. Por eso no es extraño que la gente de las Lomas termine con la gente de las Lomas o la de Ixtapalapa con gente de Ixtapalapa. Buscamos similares.

Pongamos un ejemplo: Mi amigo Pablo Emilio. Tiene 33 años, trabaja en una compañía transnacional con un corporativo en la zona de Santa Fe. Renta un departamento en la Colonia Condesa, maneja un auto de modelo reciente, estudió en una universidad privada. Es sábado por la noche, por alguna extraña circunstancia, no tiene "plan". Así que a las 10 de la noche apaga la televisión y se mete a bañar. Se peina cuidadosamente con cremas para tal efecto traídas de su último viaje de negocios a Los Ángeles. Aplica crema humectante especial para piel masculina de una reconocida marca francesa (lo gay no quita lo metrosexual), así como desodorante. Se rocía con la última loción adquirida y procede a vestirse. Calzoncillos Calvin Klain, pantalón FCUK, playera DKNY, zapatos Prada. El costo total del "outfit" sin contar la chamarra de piel italiana es de $ 4750.00. Sale de su departamento, aborda su vehículo (Jeep Liberty) y se dirige a un lugar gay de moda en la colonia Roma.

Hace su entrada al lugar a eso de las 11.45 pm no hay mucha gente todavía. Se acerca a la barra y compra una cerveza. Observa a la gente que hay por ahí, tratando de no darse a notar demasiado, no por inseguridad, sino para evitar encuentros innecesarios. Hay un hombre de unos 55 años frente a él. Pablo Emilio no ha reparado en su presencia. Se acerca a él por atrás y pone su mano en su hombro. Pablo voltea.

-Hola...

-Hola. Cortes pero serio, no es necesario dar esperanzas.

-¿Vienes solo?

Sonrisa forzada.

No espero a alguien, nos vemos.

Pablo se aleja de ahí. El hombre no parecía desagradable, pero no es mi tipo. – Piensa.

Sube unas escaleras para llegar al segundo piso. La música es tipo pop. Hay un grupo de unos 20 chavos de entre 18 y 21 años bailando con una coreografía montada. La mayoría son desagradablemente amanerados y aunque el espectáculo resulta chistoso, Pablo se retira. Baja la escalera y se dirige al patio. La música es electrónica. Se acerca a una barra de acero inoxidable contra la pared y se apoya en ella. La gente sigue llegando. Pablo Emilio toma lentamente su cerveza, sin prisas.

Un grupo de 3 hombres le llama la atención, especialmente uno de ellos. Tiene unos 28 o 29 años, de piel blanca, ojos cafés, pelo castaño claro. Viste totalmente de negro, tiene un cuerpo delgado aunque no demasiado. El tipo se da cuenta que Pablo lo esta mirando y le devuelve la mirada. Es todo.

Pasan los minutos, ya son las 12.45 am. Pablo sigue parado ahí. Lleva ya 3 cervezas y muchos mas cigarros. Tres personas han intentado acercarse pero han sido rechazadas, cortés pero firmemente. El chavo de negro pasa frente a él, mirándolo con interés. Pablo lo sigue con la mirada, aunque no hace nada.

Es ya la 1.50 am. Pablo se ubicó hace rato cerca del grupo del chavo de negro. Sus amigos comentan disimuladamente que el susodicho "ya ligó". Pablo espera pacientemente, tomando su quinta cerveza. Por fin el chico de negro se despega de su grupo y se acerca a Pablo sonriendo (definitivamente el alcohol es un gran aliado para ligar!)

Conversan alrededor de 20 minutos. El chico de negro trabaja en una empresa cuyas oficinas están en Polanco y vive en la Colonia del Valle. Tiene 30 años. La platica sigue en temas como el cine o la música. El chico de negro presenta a sus amigos, ellos saludan a Pablo y se retiran. Ellos siguen platicando. En un momento están besándose y abrazándose.

La horas pasan igual, entre plática, cerveza y faje. Son las 4.20. Pablo esta ponderando si invita al chico de negro a su departamento, aunque antes de que pueda hacerlo, el se despide, sus amigos lo esperan. -¿Podemos vernos mañana? Pregunta Pablo.

El chico de negro anota el celular de Pablo en su celular y viceversa. Se despiden con un largo beso y un abrazo.

Pablo Emilio vuelve a su departamento solo, pero contento. Justo en ese momento yo también voy camino a mi casa después de la boda de una amiga. Marco el celular de Pablo, para ver como le fue. Me cuenta a grandes rasgos su noche. - ¿Y que onda te late el chico de negro?

Aunque su respuesta no es muy entusiasta, el en fondo sabe que sí. Habrá que esperar al día siguiente. Al fin y al cabo... nadie da paso sin huarache.