Ligue en la ciudad de México (6: parejas abiertas)

En un trio siempre alguien queda insatisfecho...

LIGUE EN LA CIUDAD DE MEXICO

PAREJAS ABIERTAS

Hace unos días me encontré a unos amigos que tenía tiempo de no ver. Era sábado en la noche y el antro de moda estaba hasta la madre. Vi a Alfredo de lejos y me acerque a saludar. Cuando logre cruzar el mar de gente, ya se había reunido con su grupo, Ramón su pareja desde hacía unos tres años, y dos amigas. Después de saludar a todos me invitaron a unirme a su grupo, como estaba solo, me senté con ellos. Después de un rato de plática, baile y bebidas, note algo raro en Alfredo y Ramón, ambos miraban insistentemente a alguien sentado algunas mesas mas allá. Momentos después Alfredo se levantó y se acercó a platicar con él, yo pensé que se conocían de antes y no le di importancia. Cuando volví a mirar hacia donde estaban, su actitud se había vuelto mucho mas cariñosa, (la mano del desconocido reposaba placidamente sobre el trasero de mi amigo, sus caras estaban tan cerca que las narices se rozaban al hablar y se miraban de una forma muy candente) Instintivamente miré a Ramón, el también los estaba viendo con una sonrisa en los labios. Volteo a verme y al notar mi desconcierto me hizo una seña para que me acercara.

Se lo esta ligando, es que abrimos la pareja

Yo solo sonreí y asentí.

El punto es que a los dos nos gustó y si acepta pues lo invitamos a la casa.

Ah, pues esta bien

Yo estaba muy sorprendido, para mí, eran una pareja ejemplar, llevaban ya tiempo viviendo juntos, se querían y su relación era muy sana. Francamente no entendía la decisión… En ese momento con tanto ruido era complicado hablar con Ramón, pero ya buscaría la oportunidad.

Alfredo estuvo un buen rato con el otro tipo, hasta que se acercaron a la mesa y lo presentó, se llamaba Victor, debo reconocer que estaba bastante guapo, moreno, pelo negro, delgado, musculoso… Alfredo y Ramón se quedaron platicando con él y yo con sus amigos. Minutos después los tres se fueron a bailar, se notaba que la temperatura subía a cada minuto, mis amigos son una pareja muy atractiva, Ramón no es muy alto, delgado, rubio, ojos verdes y Alfredo mide como 1.95, muy atlético, moreno de ojos negros y pelo chino.

A eso de las 4 de la mañana se despidieron, Ramón me dio dinero suficiente para pagar la cuenta de todos y se fueron acompañados de su nuevo ligue.

Pague la cuenta y volví a mi casa. Lo que vi en el antro no se me salía de la cabeza, me moría de la curiosidad de saber como había terminado eso y sobre todo como podían manejarlo, trababa de ponerme en su lugar y no lo lograba, aunque en este momento estoy solo, el solo pensar en "compartir" a una pareja con alguien mas, no era algo que se me antojara factible, aunque no soy un loco celoso, no me considero tan "open".

Al día siguiente tenía un compromiso para comer con otro amigo. Durante la comida le conté lo que había pasado la noche anterior. El no se sorprendió en lo absoluto, al contrario se le hizo muy normal. Al parecer, la "tendencia" de las parejas actuales es abrirse o morir. Con tantas "tentaciones", después de unos años o se abren a nuevas experiencias o la monotonía acaba con la relación.

Yo me negaba a creerlo, en ese momento me reservé mi opinión hasta no tener las cosas mas pensadas. Después de comer fui a hacer algunas compras a un centro comercial cercano, las experiencias del fin de semana seguían dando vueltas en mi mente.

¿Es cierto que la monotonía llega con los años? ¿Es una solución el "abrir" la pareja sexualmente hablando? ¿Qué pasa si uno de los dos se enamora del tercero?

Todas estas cuestiones no encontraban respuesta, debo decir que me deprimió un poco la idea de pasar tantos años buscando a la persona con la que finalmente he de compartir mi vida para que después de unos años nos "aburriéramos" y termináramos buscando a un tercero para compartir la cama.

Cuando llegue a mi casa no aguante mas y llamé a casa de Alfredo y Ramón. Me contestó este último; Alfredo había tenido un compromiso familiar y no estaba en la casa. Lo invité a tomar un café y aceptó, lo cité en un punto intermedio entre las casas de ambos.

Llegué en punto de las 7.30 p.m., Ramón entró minutos después. Nos sentamos en una mesa y hablamos de algunas trivialidades. Cuando no aguante mas le solté la pregunta sin mayores preámbulos.

¿Que onda anoche? ¿Qué paso?

Me contó que hacia algunos meses, Alfredo y él tuvieron una conversación. Aparentemente su vida sexual se había tornado muy monótona al esfumarse la magia de la "novedad", tras pensarlo y hablarlo mucho decidieron que la solución era abrir la relación. A partir de entonces habían tenido encuentros con varias personas y todos habían resultado muy satisfactorios y la magia, aparentemente, había vuelto a su relación, ya que cuando tenían sexo ellos dos solos este había vuelto a ser satisfactorio, como siempre.

Le plantee la posibilidad de que alguno de los dos se enamorara de alguno de sus tríos. Tras pensarlo por unos momentos, me contestó que habían hecho ciertos acuerdos antes de iniciar su vida como "pareja abierta", el principal era que no se debían involucrar de forma alguna con las personas con las que tuvieran sexo, precisamente para evitar este tipo de situaciones, los otros acuerdos eran más fáciles de cumplir. Me quedé pensando, ¿como puede uno no involucrarse de forma alguna con alguien con quien se tiene sexo?, más si es en tu propia casa.

Este asunto del sexo sin compromiso ya lo he tratado en otra entrega, y aparentemente si existe y si es factible, sin embargo, corremos el riesgo de que la persona en cuestión nos interese para algo mas que un acostón, creo que a todos nos ha pasado, no hablo de un amor instantáneo (en la mayoría de los casos) pero si un cierto interés que al paso del tiempo puede derivar en algo mas.

¿Qué tanto el tener una relación abierta pone en riesgo la estabilidad de la pareja misma? ¿Qué tanto se puede estar seguro de que cuando hacen el amor, el otro no este pensando en el cuerpo de otra persona? O peor aun… pensando en otra persona.

Pienso que abrir un pareja es como abrir la caja de Pandora, nunca sabemos que va a suceder; es imposible poder estar seguro del resultado, finalmente no podemos olvidar que estamos tratando con gente y todos somos impredecibles.

Al ver que tenía tantas dudas, Ramón me propuso una reunión con otras parejas abiertas, que aparentemente funcionaban muy bien. Pusimos fecha para dos semanas después. Hablamos de otras cosas y minutos después nos despedimos.

Dos semanas después estaba invitado a cenar en casa de Ramón y Alfredo, al sur de la ciudad, en Tlalpan. Cuando llegué había otra pareja sentada en la sala, se llamaban Ricardo y Omar, tendrían alrededor de 40 años, eran muy agradables y bastante atractivos físicamente. Ellos llevaban juntos 14 años, habían abierto hacía 4 años. El motivo, el de siempre, la monotonía. Ellos no tenían reglas como Alfredo y Ramón, ambos manejaban su vida independiente, si alguien les gustaba pues tenían sexo, no necesariamente juntos. Incluso ambos confiesan haber tenido "relaciones cortas" que no nada mas involucraron sexo, y fueron muy satisfactorias. El secreto según ellos es la comunicación y la honestidad. Siempre, todos los involucrados estuvieron al tanto de la situación.

Yo estaba tratando de digerir toda esta información, que por cierto me contaban como si me estuvieran contando de la última película que rentaron, cuando sonó el timbre. Era otra pareja, se llaman Alejandro y Octavio. En ese momento sucedió algo muy extraño, en cuanto Alejandro entró en la sala nos quedamos viendo a los ojos, yo sentí algo muy dentro de mi, en ese instante supe que acababa de conocer a alguien que sería importante en mi vida. Aparentemente él sintió lo mismo porque busco sentarse cerca de mi, y sentía sus ojos sobre mi en todo momento.

Octavio y Alejandro llevaban 6 años juntos, eran pareja abierta desde hacía solo unos meses (igual que mis amigos), ellos no quisieron hablar mucho del tema. Aparentemente Octavio no era demasiado comunicativo.

Alejandro es de Monterrey, mide 1.90 mts., es de complexión media, sin ser gordo, a través de su camisa de veía un pecho velludo. Es blanco, tiene los ojos verdes las cejas pobladas, usa el cabello, castaño, muy corto. Sin saber bien porque yo estaba muy nervioso, aunque trataba, no podía sostener la mirada de Alejandro. Después de un rato pasamos a cenar, yo acabe sentado entre Alejandro y Ramón. Se dejó el tema de las relaciones abiertas por la paz. Yo estuve toda la cena hablando de viajes, libros, discos y películas con Alejandro, estaba tan a gusto que cuando caí en la cuenta de que era alguien con pareja y que esta, estaba mirándonos desde el otro lado de la mesa, me sentí mal conmigo mismo, aunque fueran pareja abierta, Octavio estaba totalmente de mas en ese momento, en ese evento y según yo, en la vida de Alejandro y en la mía.

Me levanté al baño para tratar de aclarar mis ideas, me sentía como niño de secundaria, mi corazón estaba acelerado, sentía su mirada clavada en mi mientras caminaba hacia la puerta del baño. Entre y cerré con llave. Estuve ahí un buen rato. Cuando salí todos estaban hablando de otro tema y al parece la conversación estaba muy entretenida. Alejandro no estaba en la mesa. Escuche un ruido del otro lado del corredor, era Alejandro. Estaba recargado contra una pared, fuera del campo de visión del comedor. Mi corazón volvió a dispararse. Me acerque a él y sin decirme nada me abrazó y me besó. En ese momento hice consciente cuanto deseaba aquello, me aferre a él y permanecimos así por un buen rato. Me separé de su boca, aunque sus brazos seguían alrededor de mi cuerpo.

Y Octavio…?

Mi voz salio cortada.

Ya sabes que nuestra relación es abierta, no te preocupes.

Si pero no me siento cómodo.

¿Por qué?

No lo sabía exactamente, no sabía que contestar.

Creo que ya me voy

¿Por qué?

No me siento bien

Te llevo a tu casa.

No te preocupes traigo mi coche.

Por eso, Octavio se puede llevar el nuestro.

No creo que le guste la idea.

Pues ese es problema de él, esto era lo que él quería, ahora que se chingue.

No tenía muchas ganas de discutir, me aguante la pena, me despedí de todos y me subí al coche con Alejandro.

En el camino me contó que, de inicio, él no había estado de acuerdo con abrir la relación, pero Octavio había insistido mucho. Ahora las cosas se habían cambiado. Octavio ya no se sentía cómodo en la relación abierta, pero aparentemente ya no había marcha atrás.

20 minutos después llegamos a mi casa. En cuanto entramos Alejandro se abalanzó sobre mi, besándome, tocándome, abrazándome. Volví a tener una sensación de irrealidad, decidí dejar mis escrúpulos y seguir el juego. Minutos después estábamos desnudos en mi cama, yo vivía una euforia que no conocía. Sentía su lengua recorriendo mi cuerpo, recorría y exploraba el de él. Jugamos con nuestros cuerpos durante horas, hasta que se levantó a sacar algo de su saco, sentí su pene entrando en mi, debo confesar que fue una sensación gloriosa que tenía mucho tiempo de no sentir. Fue uno de los orgasmos mas intensos de mi vida. No supe en que momento me quede dormido, cuando desperté era de día y yo estaba entre sus brazos, él dormía profundamente.

Me quede pensando que sentiría él de lo sucedido. Me quedaba claro que para mi había sido una noche que difícilmente olvidaría, que quería retenerlo, que lo necesitaba junto a mi… pero debía aceptar que el estaba con alguien mas y no conmigo, que yo solo fui un tercero, uno mas en una lista, que no significaba nada y lo mas segura era que no lo volviera a ver.

Me quedé ahí, sintiendo sus brazos apretándome contra su cuerpo, y deseando no volver a la realidad. Después de todo yo tenía razón, en un trío siempre alguien queda insatisfecho, y en este caso, paradójicamente me había tocado a mi

Continuara