Light and darkness together 8 (FINAL)
Ángel se despierta solo en su cama y recibe la visita de Jesús, que le propone una divertida forma de acabar con todo el odio que todos los habitantes del cielo tienen con él. Capítulo final. No se lo pierdan.
Este es el fin de una etapa maravillosa. Es una serie que me he divertido mucho haciendo, pero es hora de dejar paso a otras ideas. Siempre he querido que esta serie no quedara en el olvido, como otras series que he hecho de una sola temporada que no voy a continuar, por eso he decidido darle un final… apoteósico.
Si os apetece, podéis comentar a través de email a la dirección de correo: latumbadelenterrador@ gmail.com (todo junto)
Light and darkness together
_______________
Un relato del Enterrador
CAPÍTULO 8: LUZ Y OSCURIDAD JUNTAS
Una tenue luz empezaba a deslizarse a través de las cortinas, su dulce manto comenzó a bañar la habitación llenándola de esplendor. Estaba amaneciendo. Acostado como estaba bostecé enérgicamente y miré a mi lado en busca de Damien, pero no estaba.
-¿Eh? ¿Damien?-bostecé de nuevo.
Miré a mi alrededor y no lo vi, así que supuse que había bajado a desayunar. Me vestí y bajé las escaleras aún medio adormilado. Al ver que no estaba en el salón empecé a preocuparme, pero mi madre apareció de repente con una expresión de furia. Se acercó a mí y me abofeteó, tirándome al suelo.
-¡Has deshonrado a tu familia, Ángel!
La miré con lágrimas en los ojos, porque sabía que llevaba razón, pero no podía hacer nada para cambiar lo que sentía.
-¡Y no solo a nosotros, también a Dios! ¡Por eso te vamos a quemar!
-¿Q-quemar?-pregunté asustado.
-Así es, hijo. Fuiste poseído por el demonio, así que ahora debemos hacer desaparecer tu cuerpo para siempre-añadió mi padre haciendo acto de presencia.
-P-papá, mamá... ¡Lo siento mucho! Yo nunca quise hacerme así, no es algo que yo haya elegido, ¡tenéis que entenderme!
-Nos das asco-me miró mi madre con desprecio.
Mi padre me miró con lágrimas en los ojos y mi madre me escupió en la cara. Antes de que pudiera reaccionar, mi madre me pegó un puñetazo y me arrojó al suelo. Comenzó a darme patadas en el estómago, gritando con rabia que era asqueroso, que debía desaparecer, que hubiera sido mejor que no hubiera nacido... Comencé a toser sangre y a llorar.
-¡Escoria! ¡Maricón!
-¡Cariño! ¡Para! ¡Es nuestro hijo!-la agarró mi padre.
Me arrastré por el suelo como pude y me dirigí a la puerta para salir.
-Damien… por favor... Damien... ¿Dónde estás? Sniff...
Al abrir la puerta de la calle me encontré con una turba enfurecida. Un montón de personas con antorchas y caras de pocos amigos. Grité por el susto y cerré de nuevo. Corrí a mi cuarto y coloqué varios muebles en la puerta con la esperanza de que les retuvieran por un tiempo. Yo creía que Damien vendría a salvarme.
-¡Abre! ¡Abre, pecador!
-¡Hereje, déjanos entrar!
-¡Has hecho llorar al niño Jesús!
-Te va que te metan cosas por el culo, ¿eh? ¡Degenerado!
-¡Sucio maricón, abre, abre que te reventemos!
Me senté en el suelo abrazado a mis rodillas llorando. Necesitaba ayuda, tenía miedo. Necesitaba que Damien me salvara.
-Por favor... sniff... Damien, no me abandones. Por favor... por favor...
-No te preocupes, que voy a salvarte.
Me giré ilusionado pero me encontré con que aquel que estaba a mi espalda no era Damien, sino Jesús, con una sonrisa en los labios.
-¿T-t-t-tú?
-Soy el salvador, muchacho. Es mi deber salvarte.
-¿C-cómo has entrado?
-Soy omnipotente.
-¿V-vas a ma-matarme?
-Si quisiera matarte... ¿no crees que ya lo habría hecho?
-Eso es cierto-añadí pensativo.
-Tengo la solución a tu problema, Ángel, pero debes confiar en mí.
Le miré con dudas. Damien me había dicho que no confiara en él, pero era el hijo de Dios. Aunque por otra parte me había dado cuenta de que todo lo que me habían contado de Dios era mentira... Estaba hecho un lío.
-¿Qué tal si te cuento mi plan antes de nada?-sonrió-Y entonces tú te piensas si aceptas o no.
-V-vale...
-Ellos quieren verte muerto, ¿no? Pues entonces librarte de ellos es muy sencillo: solo debes morir.
-Gracias, capitán obvio... ¡Pero no quiero morir!
-Tonto, no hace falta que mueras... Solo deben creer que estás muerto.
-¿Eh?
-Verás, ¿has oído hablar de una droga que te hace parecer muerto?
-¿Como en “Romeo y Julieta”?
-¡Exacto! Lo que debes hacer, mi querido Ángel, es tomarte esa droga para parecer muerto. Cuando pase el peligro yo te despertaré y te llevaré al infierno, donde está Damien. Así podréis vivir felices para siempre allí... juntos.
-¿Damien ha ido al infierno?
-Así es. Te explicaría los detalles, pero no tenemos tiempo-señaló la puerta.
Las patadas y puñetazos que le daban a la puerta iban en aumento tanto en número como de intensidad, así que asentí. Entonces alzó su dedo índice y un frasco apareció en su mano. Se acercó a mi, pero yo vacilé un momento.
-¡Espera, espera! ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?
-Porque soy el hijo de Dios, todo amor y comprensión.
-Eso no es lo que me ha contado Damien...
-Ángel-sonrió con malicia-¿Me estás diciendo que vas a creer al hijo al demonio por encima de mí?
-Pues...
-Una asqueroso monstruo que solo aniquila todo lo que toca y que disfruta viendo a los demás retorcerse de dolor... Una bestia sin compasión cuya vulgaridad excede los límites de lo grotesco. Qué repulsivo... ¿no crees?
-¡No hables así de él!-grité cortándole en seco.
Me miró sorprendido un instante y amplió su sonrisa.
-Jaja... ¡Jajajajajajajajajajajajajajaja! Supongo que ya te habrá contado lo de mis travesuras en la tierra...
-Así es.
-No tengo mucho que decir en mi defensa-se encogió de hombros-Pero te quiero ayudar, si no... ¿por qué iba a estar aquí? ¿Qué más da si mis motivos son honestos o no? Puede que mi objetivo sea oscuro, pero si el resultado te trae luz, ¿qué más da, Ángel?
-P-pues...
-Vamos, no tengo todo el día, chico. Elige. ¿Vas a tomarte la poción o no?
__________________________________________________________________________
Tenía mucho por lo que vivir. No podía permitirlo, no podía rendirme. Y por supuesto, no lo haría. ¡Soy el puto hijo del diablo, es evidente que no voy a dejarme morir tan fácilmente!
- AHORA... ¡MUERE! -cerró la boca aquel al que solía llamar padre.
Una vez me tragó comenzó a reírse descontroladamente, con una risa psicótica que demostraba que yo jamás le había importado, para él solo era un estorbo, no un hijo. Pero lo que no sabía es que me había enseñado demasiado bien a ser un hijo de puta.
De repente su pecho se abrió en dos. Mis afiladas garras destrozaron toda la carne que encontraron a su paso para salir de aquella prisión gástrica.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH! -gritó.
La sangre tiñó mi cuerpo de rojo y salpicó a toda la oscuridad que nos rodeaba. Sus ojos me miraron con horror volviéndose exageradamente grandes y completamente blancos. Sonreí y tomando impulso desde su interior salté al exterior de su cuerpo.
-Sucio cabronazo... ¿De verdad creías que me ibas a vencer con un truco tan patético?
- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! -se colocó la mano en el pecho para intentar amortiguar su dolor- NO ERAS TAN BUENO COMO SE SUPONE QUE DEBERÍAS.
-Aprendí del mejor-sonreí.
- JA. ES UNA LÁSTIMA QUE TENGA QUE DESTRUIRTE, AHORA EMPIEZAS A CAERME MEJOR.
-Padre, no volveré a molestar a los habitantes del cielo, solo quiero estar con Ángel. Así que por favor...
- ¡JAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAAJAJAJAJA! ¡ME PARTO, ME PARTO ME PARTOOOOOOOOOOO! ¡¿EN SERIO?!
-En serio-sentencié seriamente.
- UUUUUH.... AL FINAL ESA ÚLTIMA MENTIRA QUE TE HE DICHO PARA QUEDAR BIEN VA A SER VERDAD -amplió su sonrisa exageradamente.
-Lo es.
- EL AMOR NO EXISTE, DAMIEN. ASÍ QUE VAS A MORIR -me señaló.
-Que a ti te saliera mal, no quiere decir que no exista.
- ¡CÁLLATE! ¡NO TE ATREVAS A HABLAR DE ESO! -gritó furioso.
-Solo porque tu amor significó tu destierro no quiere decir que no exista. La persona de la que te enamoraste te falló, ¡pero eso no quiere decir que no haya otra a la que puedas amar!
- ¡CÁLLATEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
De repente miles de almas dolientes aparecieron a su alrededor con una expresión de horror y miedo. Todas miraban hacia mí esperando las órdenes de Satanás. Las examiné con detenimiento y vi cómo mi padre tenía la misma expresión que ellas.
-Tienes miedo, ¿verdad?
- ¡¿MIEDO?! ¡¿YO?! ¡JAJAJAJAJA!
-Qué patético... ¡je!
Se hizo el silencio y de repente mi padre volviendo a su expresión seria en su forma de ciervo susurró:
-Matadle.
Miles de almas se abalanzaron sobre mí para desgarrar mi carne y poder devorar mi espíritu. Cuando estaba bajo centenares de ellas, mi cuerpo comenzó a emitir un resplandor rojo, era el poder de la oscuridad, que estaba de mi parte. Concentré todo mi poder y la luz destruyó con su resplandor todas las almas que estaban sobre mí.
- ¡I-IMPOSIBLE! -gritó mi padre.
-Nadie me va a apartar de Ángel, ni siquiera el rey de la oscuridad, ni siquiera tú, padre.
- ¡MALDITA CUCARACHA MOLESTA!
-Desaparece.
Alcé mi mano y un resplandor rojo fulminante desintegró el cuerpo de mi padre al instante. Durante unos instantes pude ver su expresión de dolor retorciéndose ante la luz. La oscuridad desapareció y volví al infierno, sonreí y me dirigí al cielo. Quería ver a Ángel... necesitaba verlo.
Atravesé todo el limbo pensando en la primera vez que lo vi... Solo pensaba en destruirlo y divertirme en el proceso, pretendía torturarlo y deleitarme con su dolor. Pero ahora... solo quería sonreír, que estuviera a mi lado... que me quisiera.
Llegué al cielo y me encontré con que no había nadie en la puerta, San Pedro no estaba en su puesto y la puerta estaba abierta, lo cual era muy sospechoso. Entré dentro y vi que no había absolutamente nadie por la calle, así que preocupado, corrí a casa de Ángel. Pero igualmente no había nadie.
-Pero mira a quien tenemos aquí...
-¡Tú!-grité cabreado.
-Llegas tarde, Damien.
-Jesucristo, ya me estás diciendo dónde está.
-No uses mi nombre completo, que ya sabes que me parece muy arcaico-suspiró.
-¡Habla o te mato!
-¿Podrás matarme o antes vendrá tu papi a detenerme?
-Ese no era mi padre. Pero no te preocupes que ya me he encargado de él-sonreí.
-Así que ya lo sabes, ¿entonces puedo volver a llamarte hermano mayor?-sonrió él también.
-E-espera... ¡¿T-tú lo sabías?!
-Por supuesto, soy Dios. Lo sé todo.
-Y dale... ¡Que tú no eres Dios!
-Supongo que lo soy... y no lo soy. Al igual que todo el mundo.
-No me vengas con mierdas filosóficas.
-Piénsalo, Damien. Tú eres tú, y a la vez no lo eres, como todo el mundo. Porque puede que tú seas tú, pero eres una pieza separable, en células, órganos, miembros, etc. Y dime, cuando te separan, ¿cuál de todos ellos eres tú?
-...
-¡Ja, ja, ja! Me encanta hacer que te comas el coco. Somos el conjunto, pero cuando rompes ese conjunto, ¿qué somos?
-¡Basta ya de mierdas bíblicas! ¡¿Dónde está Ángel?!
-Mírame a mí, mi sangre es vino y mi cuerpo es pan, pero... ¿cuál de ellos soy yo?
Le arrojé una bola de fuego y se calló. Me sonrió y apoyado una de las puertas de la casa, se dignó a responderme.
-Como te he dicho... llegas tarde, está muerto.
-¡Mientes!
-Jesús nunca miente.
Le miré furioso y él se puso a jugar con su pelo, pero viendo que no dejaba de mirarle suspiró y me dijo:
-¿Vamos a ver su tumba? Están todos allí.
Comenzó a levitar y me hizo un gesto para que le siguiera, así que abrí mis alas y emprendí el vuelo tras él.
Todo en las calles seguía igual, no se veía ni un alma. No me gustaba tener que seguir a ese tipo, porque a saber si realmente me estaba llevando adonde decía... pero no tenía otra opción. Estaba seguro de que Ángel no había muerto. Él no podía morir, porque él era mi mundo entero.
Cuando nos acercamos al cementerio pude ver a un montón de gente reunida delante de una tumba, la única tumba que había. Había un ataúd abierto junto a la tumba y dentro había alguien, ¿era...? Jesús me dijo que bajáramos y yo le seguí. Cuando pusimos los pies en tierra Jesús se dirigió a todos los que allí había.
-El ángel alborotador está muerto, pobres gentes. Ya podéis iros.
-¡Queremos descuartizar su cuerpo!-gritó uno de los presentes.
-¡Quememos su cuerpo!-le siguió otro.
-¡Desde que entró en mi clase sabía que era malo!-gritó Anteach.
-¡Chupadme la polla!-soltó uno.
Ignorándolos por completo, me acerqué al ataúd y eché un vistazo a su interior. Allí con una expresión de paz y de bondad estaba él, Ángel. Sus dedos cruzados y su sonrisa apacible daban la sensación de que estaba dormido... tenía que ser eso... Él no podía morir. Llevaba un traje negro con corbata y había un montón de rosas blancas a su alrededor, que daban un aire de belleza a lo que decían que era su cadáver.
-Vamos, vamos... si lo quemáis no sé para qué hemos montado su entierro...-dijo Jesús para tranquilizaros.
-¡Eso digo yo!-gritó una vieja-Los ángeles no morimos, no necesitamos tumbas, por ello esta sería la primera. ¡Así que lo veo una tontería! ¡Destruyámoslo y ya está!
-¡No puede morir, pero sí ser destruido! ¡Destruyámoslo!
Acerqué mi mano a la suya y la sostuve mirándole a los ojos.
-Ángel... despierta.
-Venga, largaos ya. Obedeced a vuestro Salvador-dijo Jesús serio.
-¡Queremos sangre!
-Ángel...
-Es inútil tomarle el pulso-me miró Jesús como si me estuviera leyendo la mente-Puesto que los ángeles no tienen pulso, ya que no están vivos.
-Entonces... ¿cómo sé que no está dormido?
-¿Está roncando?
-No.
-Entonces está muerto.
-¡Hay gente que no ronca!-grité cabreado.
-¡No nos iremos sin quemar el cadáver!-gritó un ángel con cara de malas pulgas.
-Parece que nadie se fía ya de Dios-suspiró-Pues nada, os demostraré a todos que está muerto para que os quedéis tranquilos...
Todos le miramos incrédulos y él se acercó despacio al cuerpo de Ángel. Me apartó con suavidad y agarró del cuello al cuerpo sin vida. En ese momento lo tiró al suelo y comenzó a darle patadas en el pecho con extrema crueldad. Me quedé paralizado. Aquello sencillamente no podía estar pasando, él no se atrevería a hacer eso. Era imposible... imposible...
Una patada en el pecho, otra en la boca, otra patada más en las piernas, podía oír cómo sus huesos se rompían y como el ego de Jesús no hacía más que aumentar. La furia comenzó a tomar mi cuerpo, más y más. Todos le vitoreaban y éste agarró a Ángel del cuello de nuevo y comenzó a darle puñetazos en el estómago con una sonrisa. Su risa salió de su interior danzando entre los gritos de apoyo y admiración de los ángeles y mi ira no hacía más que aumentar.
-¡¿Os lo creéis ahora?! ¡Jajajajajaja! ¡Está muerto!
La oscuridad comenzó a salir desde mis pies sombreando todo lo que se encontraba, el suelo se tiñó de un color oscuro y tenue, la tumba, perfectamente blanca e impoluta, se llenó de un gris decadente y oscuro, el cielo que estaba sobre nosotros se fundió con el negro en un solo ser. La gente miró hacia mí con miedo, mientras la oscuridad bajo sus pies los apresaba con pequeñas ramas negras que brotaban de ella. Jesús levitó y escapó de las ramas, riéndose. Lanzó a Ángel a su ataúd que se había vuelto rojo, y las rosas se tiñeron de un morado oscuro.
Todos los ángeles fueron devorados por la oscuridad y solo quedamos Jesús y yo junto al cuerpo de Ángel.
-Parece que te has enfadado un poquito, jiji...-se burló.
No dije ni una palabra, tenía la vista clavada en el suelo, no era consciente de mis actos, pero la poca razón que me quedaba me impedía mirarle, por miedo a estallar y destruirlo todo a mi paso.
-¿Y qué más da que todo sea destruido? Tu Ángel ya está muerto, no debería importarte nada.
Tiene razón...
-¿Qué importa que te rindas a la oscuridad si la única luz que tenías se ha apagado?
Es cierto...
-Vamos, mátame. Ódiame con todas tus fuerzas, despréciame... Destrúyeme, lo estoy deseando.
Matar... ma-matar...
-¿Sabes? Dicen que el incesto es algo horrendo... asqueroso... vomitivo... Pero es lo que siento. Siento deseos por alguien que es de mi sangre, ¿acaso es eso tan malo?
Te... mataré... Voy... a... destruirte...
-Siempre he querido que me hicieras tuyo, Damien. ¿No crees que sería delicioso?
Mátalo, mátalo... mátalo...
-Cuando cumplí 14 años esa estúpida puritana a la que tenía por madre en la tierra me dijo quién era en realidad y que tenía un hermano. Dios me permitió verla y después me llevó a verte a ti. ¿Recuerdas aquel día? Tenías 14 años, pero ya estabas en una orgía multitudinaria... Tus primeras palabras hacia mi fueron: “¿quieres unirte?”. Jajaja... Ni siquiera sabías quién era y ya querías deleitarte con mi cuerpo...
Él... me lo ha arrebatado todo. Ahora yo tengo que arrebatárselo todo a él...
-Me enamoré de mi propio hermano. Pero esperé pacientemente, no acepté tu oferta, le dije a Dios que te dijera que éramos primos y así pudiera conseguir que fueras mío. Dios me informó un día de que habías estado robando ángeles para satisfacerte, así que me convertí en un alumno de esa estúpida escuela para que me secuestraras por error, pero tras varios siglos... no conseguí nada. Hasta que trajiste uno de vuelta. Entonces pensé en hacerme su amigo para cuando volvieras a por él.
No... tendré piedad.
-Pero te enamoraste. Así que tuve que librarme de la competencia.
¡TE VOY A ANIQUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!
-Así que ahora quiero que me destruyas, que te fundas conmigo en una espiral de dolor y de placer... Quiero que seamos uno... que seamos... luz y oscuridad juntos...
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!
Alcé mis alas y volé hacia él, que abrió sus brazos para recibirme. Mis intenciones no eran buenas precisamente, estaba totalmente furioso y lo único que deseaba era partirlo en mil pedazos y devorar esos pedazos uno a uno. Pero eso a él no parecía importarle, me sonrió con ilusión, como un niño, ese niño que consigue al fin el juguete que tanto había luchado por conseguir. Él me deseaba realmente, incluso puede que me quisiera.
-Mátame...-susurró.
-Tú no puedes morir, y lo sabes. ¡Pero te voy a hacer algo mucho peor!
Lo agarré de los brazos y junté mis labios con los suyos. Sus ojos se abrieron súbitamente y unas lágrimas comenzaron a brotar de ellos. Sin embargo, poco tardó en darse cuenta de que estaba haciendo algo más que besarle. Intentó zafarse de mi agarre, pero ya era tarde, ya había introducido en su interior la maldición de la oscuridad.
Me aparté y sonreí.
-Podría despedazarte, devorarte, desmembrarte... o muchas cosas más. Pero prefiero hacer esto. Ahora renacerás en la tierra.
-¿Eso es todo? No lo veo tan terrible. Volveré aquí en unos años, ¡necio!
-No lo creo... Porque irás al infierno.
-Dios no lo permitiría.
-Si lo permitiría si te conviertes en un falso profeta.
-¿C-cómo?
Lo agarré de nuevo y lo lancé contra la tierra con todas mis fuerzas.
-¡Enhorabuena, Jesús! ¡Comienza tu nueva vida! ¡Formarás tu propia secta y asesinarás por creerte un salvador!
Su estela desapareció entre las nubes para siempre, Jesús jamás volvería al cielo, porque le arrebaté todos sus recuerdos y poderes, pero aún así sabía que permanecería esa esencia suya de sentirse poderoso, de sentirse el hijo de Dios.
-En fin...-miré el cuerpo de Ángel.
Me acerqué a su ataúd y las lágrimas inundaron mi cara, pero aún así pude esbozar una sonrisa, porque aunque estaba muerto, estaba a salvo de mí. Yo era lo peor que le había pasado en su vida... y quizás era mejor así... Ya le había arrebatado tantas cosas que no quería que sufriera más por mí, así que alcé los brazos.
Todo lo que había a nuestro alrededor recuperó su blanco natural, la tumba volvió a su blanco impoluto, los árboles recuperaron el verdor y el cielo volvió a ser azul como el más brillante zafiro. Los cuerpos de miles de ángeles brotaron de las tinieblas sorprendidos, todos me miraron con miedo y yo señalé a Ángel.
-Dale las gracias a él, porque si no fuera por él... estarías en las tinieblas por toda la eternidad-dije serio abriendo las alas.
Eché a volar y me despedí de todos esos ángeles que tanto miedo me tenían. Les dije que si no enterraban a Ángel como es debido volvería para torturales, así que no me preocupé. Mi corazón estaba roto, y solo tenía ganas de llorar, pero no borré mi sonrisa en todo el camino al infierno, porque eso es lo que Ángel hubiera querido.
-Siempre te querré... Ángel, porque tú eres el primer ángel que ha hecho que un demonio abandone las tinieblas y se establezca en el mundo de la luz...
Al decir esto y atravesar las puertas del infierno oí un aplauso. Me giré y ahí estaba, mi padre, cómo no...
-Ha sido precioso, hijo-sonrió.
Estaba en su forma demoníaca, es decir, la misma que yo, con aspecto humano pero con cuernos, alas y rabo de demonio.
-Ja... sabía que estabas vivo-sonreí condescendientemente.
-Era evidente. Tanto Dios como el diablo son indestructibles.
-¿Y entonces por qué me dejaste ir?
-Quería divertirme. Sabía lo que pretendía Jesús, y solo quería darte un susto... porque sabía que ibas a volver.
-Entonces sabes a qué he venido, ¿no?-dije serio.
-Por supuesto. A que tu papi te de mimos porque estás tristón.
-¡Ni de coña! Además, no eres mi padre.
-Cierto... Entonces vienes a que te destruya, porque no quieres vivir más-amplió su sonrisa.
-Yo jamás he “vivido”, soy un demonio, ni estoy vivo ni muerto.
-Estoy harto de los putos tecnicismos. Te destruiré.
-Qué fácil es hacerte rabiar...
-¡¿Te mato o no?!-gritó furioso.
-Pues claro, hombre.
Alzó su garra izquierda hacia mí y con su dedo índice me señaló. Su uña casi me roza el cuello, pero no lo hizo.
-¿Unas últimas palabras?
-Papá... gracias por cuidar de mí.
Mi cabeza es cortada en una milésima de segundo, y entonces sin el más mínimo reparo, la agarra y se bebe lo que hay dentro, toda mi sangre, y toda mi alma, ahora son propiedad del diablo.
-¡Jajajajajajaja! De nada, hijo...-sonrió relamiéndose-Ha sido un placer.
__________________________________________________________________________
-Enterradlo bien hondo por si acaso...
¿Qué son esas... Voces...?
-Sigo pensando que deberíamos quemarlo.
-¡¿Tú estás loco?! ¡¿Y si se entera el demonio ese?!
¿Dónde estoy?
-Pues nada, yo creo que el agujero ya está. Vamos a echarlo.
Me duele la cabeza... ¿Qué habrá pasado? Solo recuerdo que Jesús me ofreció esa poción para parecer muerto... y yo acepté.
-A la de 1...
Agh... Me duele todo el cuerpo. Ni que me hubieran dado una paliza... Me hago viejo...
-A la de 2...
Voy a ver si abro esta tapa...
-A la de... ¡Aaaaaaaagh!
Al abrir la tapa vi que estaba rodeado de un montón de ángeles, que me miraban con cara de sorpresa.
-(Vaya... Igual no tenía que salir tan pronto. ¡Me van a matar!)
-¿Y ahora qué? ¡Está vivo!-gritó el señor Anteach.
-Si lo matamos igual el demonio ese se cabrea.
-Pero si lo dejamos vivo...
-¡¿Habéis dicho demonio?!-pegué un salto del ataúd.
-Así es. Ese Damien ha estado aquí y ha dicho que te enterráramos bien-dijo mi padre.
-(Espero que haya comprobado que yo estuviera muerto primero... Si no, vaya príncipe azul que está hecho...)
-Todos creíamos que estabas muerto. Luego apareció un agujero y nos tragó. Pero luego Damien nos liberó por ti.
-¿Él... pensó en mí incluso aunque yo estuviera muerto?
-Eso parece.
-¡Tengo que buscarlo! ¿Dónde está?
-Ni idea. Seguramente en el infierno.
-Glups... ¿I-infierno?
-Eso parece.
-¡Me da igual! ¡Voy a ir a buscarle! ¡Y vosotros! ¡No os preocupéis! ¡Jamás volveré! Cuando encuentre a Damien me quedaré con él para siempre en el infierno, no traeré más dolor al cielo, ¿está claro?
-¡Genial!-gritó mi propia madre.
-Mucha suerte... hijo-sonrió mi padre-Espero que seas feliz.
-¿Eh?-le miró mi madre sorprendida-¡Ah, claro! Yo también, jeje.
-Gracias, papá y mamá. Señor Anteach, dígale a Jesús que gracias.
-Por supuesto, joven. No tenemos ni idea de adónde habrá ido, pero se lo diremos. Tenga mucha suerte.
Alcé mis alas blancas y volé hasta el limbo. Me despedí de San Pedro, que había vuelto a su puesto, y me dirigí al infierno raudo y veloz, pero... me perdí.
-Mierda, mierda. Ya estamos otra vez. ¿Por dónde era? ¿No me podrá ayudar una hada del limbo? ¡Ah, no, que ese era Damien!
- VAYA, VAYA... PERO SI ES UN DELICIOSO PLATO PERDIDO -oí una voz.
-¿P-plato?-solté nervioso.
- SI... SE ME HACE LA BOCA AGUA SOLO CON VERTE. YO QUE TÚ HUIRÍA...
-¡No! ¡Tengo que encontrar a Damien!
- DUDO QUE LO HAGAS, SI PUEDO DEVORARTE ANTES.
-¡No me das miedo!
- MOCOSO... TE ESTOY DICIENDO QUE TE LARGUES.
-Esa voz... ¡Tú eres el que me dijo que cuidara de Damien! ¡Eres Satanás, su padre!
Ya no se oía nada. Solo había silencio. Pero de repente la entrada al infierno apareció ante mí. Parecía una cueva oscura en la que había un montón de árboles brillantes con hojas blancas. Tragué saliva y me adentré en el lugar. Andé hasta que vi a un montón de gente aburrida sentada en el sueloultiw.
-Disculpe-le pregunté a uno-¿Es esto el infierno?
-No, muchacho. Esto es el purgatorio. Si quieres infierno tienes que llevar una moneda.
-(No sé cómo alguien puede QUERER infierno)
-¡Caronte, ¿te puedo pagar con mi cuerpo?!-dijo un señor desesperado.
Entre la niebla apareció un esqueleto conduciendo una barca que no parecía muy amable y comprensivo precisamente.
-Solo monedas-sentenció serio el esqueleto.
-Mmmm...-dije pensativo-Pues me voy nadando.
Me tiré al agua, que no era ni agua, sino que era una acumulación de almas.
-¡¿Pero qué haces burro, ese el Estigia!?-gritó el esqueleto-¡No se puede cruzar a nado!
-Tranquilo, fui campeón de natación en primaria.
Nadé hasta la otra orilla y leí un cartel que ponía: “campos elíseos”. Pero no tenía tiempo para ir a París, así que corrí en la otra dirección.
- ¡BASTA!- oí tras mí.
-¿Eh?-dije confundido.
- ¡ENTRA POR ESTE PORTAL Y CALLA!
-Vale-me encogí de hombros.
Aparecí en una habitación llena de cabezas sin ojos colocadas muy horteramente, la verdad es que el decorador debía ser bastante rarito...
- PUEDO LEERTE EL PENSAMIENTO, ASÍ QUE CALLA.
-Lo siento. Por cierto... ¿dónde estás?
- NO TENGO NECESIDAD DE MOSTRARME ANTE TI, UN ÁNGEL.
-Pero si ya te he visto, cervatillo-sonreí.
- ¡NO ME LLAMES ESO!
-He venido a por Damien.
- DAMIEN ESTÁ MUERTO. HALE, AL CIELO.
-¡¿Quéeeeeee?! ¡Mientes! ¡Damien no puede morir!
- ¡OTRO! ¡MIRA, ME ESTÁIS TOCANDO LA POLLA HOY, PERO BIEN! ¡LO HE DESTRUÍDO, ANIQUILADO... TÚ YA ME ENTIENDES! AHORA FORMA PARTE DE ESAS CABEZAS TAN HORTERAS... MIS FLORES DEL MAL.
-No me gusta la ópera...
La voz suspiró y una luz iluminó una de las cabezas. Era Damien, sin duda. La miré horrorizado y comencé a llorar.
- ¡JUAJUAJUA! ¡SE LO MERECE POR DESOBEDECERME!
-Damien...-ignoré a la voz-¿Cómo has acabado así? ¿Por qué? ¡¿Por qué?! Sniff...
- ÉL ME PIDIÓ MORIR PORQUE TE CREÍA MUERTO.
-No... ¡No puede ser! ¡Damieeeeeeeeeeeeen!
- ¡AHORA VUELVE AL PUTO CIELO, DE DONDE NUNCA DEBISTE SALIR!
-¡Jamás!
- ¿QUÉ COÑO...?
-Yo quiero estar siempre al lado de Damien... ¡Siempre!
- ESO SE PUEDE ARREGLAR. JUAJUAJUA -se rió la voz.
-Mátame.
- NO PUEDES MORIR.
-...
- ¡¿A QUÉ JODE?!
-Qué infantil...
-¡ CALLA! ESTÁ BIEN, PUEDO HACERLO. ¿PERO ESTÁS SEGURO DE QUERER ESO?
-Por supuesto. Mi existencia ya está condenada, ya soy un pecador, así que me da igual morir, siempre y cuando pueda estar con él. Una vida pura y pacífica no significa nada si no puedes estar con la persona que amas, ahora lo entiendo.
- ¿AMAS? ¡JA! RIDÍCULO... DAR TU VIDA POR OTRA PERSONA...
-Daría eso y más.
- TSK.
-¡Satán! ¡Te lo suplico! ¡Quiero que mi cabeza esté junto a la de Damien para toda la eternidad! Quiero quedarme junto a él para siempre.
Ante mí apareció un diablo de apariencia similar a la de Damien, su pelo largo y ojos rojos reflejaban masculinidad, sus cuernos amplios y erguidos como los de una cabra le daban un toque macabro y sus alas negras y plumíferas le hacían ver como una bestia, era el mismísimo Belzebú.
-Nadie se ha resistido jamás a hacerlo conmigo en esta forma. Probemos tu... “amor”.
Abracé la cabeza de Damien y le miré con asco.
-¡Jamás! ¡Solo lo quiero a él! ¡Siempre seré suyo!
-Eso... es... imposible... ¿Cómo no te has arrodillado ante mi polla al instante? Je... puede que al final tuviera razón y eres especial. Muy bien... Cumpliré tu petición.
Se acercó y me señaló con su enorme zarpa. Su uña estaba a escasos milímetros de mí y dijo:
-¿Unas últimas palabras?
-Damien... te amaré por toda la eternidad, y siempre estaré a tu a lado.
Mi cabeza rodó al suelo con las lágrimas aún en los ojos, pero ni aún con esas el diablo se apiadó de mí. Se bebió lo que había en ella, haciendo que tanto mi sangre como mi alma le pertenecieran para siempre.
__________________________________________________________________________
Dicen que de todo se aprende en la vida, y aquella maravillosa historia que tuve con Damien no es una excepción.
-Qué bonito está hoy el cielo... Parece como si nada hubiese pasado. El sol se está ocultando como cualquier otro día.
Una figura se encontraba delante de la que debía ser mi tumba mirando al horizonte.
-No es necesario que te escondas, no muerdo, hermano.
Otra figura apareció entre las sombras dejándose ver. Era el diablo.
-Creía que no querías saber nada de mí-se acercó el diablo.
-¡¿Qué pasa?! ¡¿Que como soy mujer tengo que ser rencorosa?!-soltó Dios molesta.
-Ya estamos...
-Nuestros hijos han muerto, Luci.
-¡No me llames así! Y no era mi hijo, sino el tuyo...
-Vamos... No me dirás que no le cogiste cariño...
-¿A ese criajo molesto? Por supuesto que no. Solo lo crié porque pretendía usarlo contra ti.
-Ya, ya...
-Tsk.
-Creo que deberíamos olvidar lo que pasó y volver a ser como éramos antes. Después de todo, somos familia, ¿no?-sonrió Dios.
-Si eso es lo que quieres...
-Vamos, ¡al menos finge que te alegra un poco!
-¡¿Y por qué tendría que hacer yo eso?!-se puso colorado el diablo.
-Eres tan infantil como siempre...
-Y tú tan irascible.
-¡Yo no soy irascible!
-Jajajaja.
-Jajajaja.
Ambos hermanos comenzaron a reír y de repente bajo la tumba de aquél que fue solo un ángel más, un simple siervo de Dios, se abrazaron.
-La verdad es que no sé por qué se me ocurrió tener hijos... Odio los críos.
-Qué raro que no hayas dicho: “¿Es que por ser mujer ya me tienen que gustar los críos?”.
-Yo no soy tan pedante.
-Ejem.
-Jesús tiene lo que se merece, qué crío tan insufrible... He tenido que aguantar sus caprichos desde niño. Ahora ya me desentenderé de él. Pero esos dos...
-Ángel fue un daño colateral, pretendía devolvértelo para no crear más conflicto, pero se empeñó... Damien tuvo que morir por su desobediencia, ¡se lo merece!
Dios miró a su hermano con una sonrisa y éste apartó la mirada sonrojado.
-¿Q-qué pasa?
-Sé lo que has hecho. En el fondo eres bueno, Luci.
-¡Yo no he hecho nada! ¡Y no me llames Luci!
A partir de ese día, cielo e infierno tuvieron una relación de paz, los unos no amenazaban a los otros y Dios y el diablo volvieron a llevarse bien. Todo gracias a la muerte de aquellos dos amantes.
FIN
__________________________________________________________________________
EXTRA: STAND BY ME
Solo hay oscuridad a mi alrededor. No veo más que sombras, sombras y sombras. Me estoy hundiendo en la desesperación, en el miedo, en la más absoluta oscuridad... Jamás volveré a ver a Damien, pero al menos sé que aunque no pueda verle, estoy a su lado... hundiéndome en la misma oscuridad que él.
Y pensar que todo esto se debe a mi desobediencia... a mi rebeldía. A la idea de ir con mis amigos a investigar el limbo. Por una parte es la peor idea que he tenido en mi vida, pero volvería a hacerlo un millón de veces para poder estar con Damien. Porque lo quiero con toda mi alma.
- ¿TANTO LE AMAS?
Mientras tenga su recuerdo en el corazón no temeré a la oscuridad, la oscuridad es ahora mi aliada, la que me permite estar a su lado, que es mi mayor deseo.
- ¿HARÍAS CUALQUIER COSA POR ÉL?
Mi familia me odia, mis compañeros me odian y mis amigos me odian... ¿Y todo por qué? Por enamorarme del demonio. Por pretender alcanzar mi felicidad. Me odian por ser como soy.
- ¿DESEAS ESTAR A SU LADO DE VERDAD?
Pero todo me da igual. Todo. A mí solo me importa una cosa en este mundo. Y esa cosa... es Damien.
- ÁNGEL... ÁNGEL...
-¿Quién es?
- SOY EL CORAZÓN DE LA OSCURIDAD.
-¿E-el qué?
- EL NÚCLEO DE LA MALDAD. EL ORIGEN DE LAS TINIEBLAS.
-¿Has venido a llevarme?
- NO. HE VENIDO A NEGOCIAR.
-¿Negociar?
- TE DARÉ LO QUE TÚ DESEAS, UNA VIDA CON DAMIEN.
-¿En serio? Muchas gracias-sonreí.
- ¿PERO QUÉ SACO YO CON ESO?
-¿Eh? Hablas como...
- OFRÉCEME ALGO A CAMBIO Y YO TE DARÉ LO QUE DESEAS.
-Pero yo... no tengo nada.
- PUEDES DARME ALGO DE TU PRÓXIMA VIDA.
-¿Algo? ¿Como un souvenir?
- HABÍA PENSADO MÁS BIEN EN MIEDO, DOLOR, SUFRIMIENTO... ESAS COSAS.
-¡Ah, vale! A cambio de poder estar con Damien viviré la vida más desgraciada y miserable que se pueda tener. No me importa cuánto sufra, siempre y cuando pueda estar con él.
- EXCELENTE... TU DESEO TE SERÁ CONCEDIDO. AMBOS OS REENCARNARÉIS EN DOS JÓVENES HUMANOS, Y EL DESTINO SE ENCARGARÁ DE JUNTAROS.
-¡Si! No me importa el dolor, no me importa el sufrimiento... porque sé que esto lo hago por Damien.
- BIEN. TE DESEO SUERTE EN TU NUEVA VIDA, ÁNGEL. OLVIDARÁS TODO LO ANTERIOR A TU NUEVO NACIMIENTO.
-No me importa, tampoco tengo recuerdos muy bonitos de mi vida. Y seguro que puedo hacer más recuerdos con Damien.
- TU VIDA NO SERÁ FÁCIL, PERO NUNCA PODRÁS MORIR HASTA QUE NO MUERA DAMIEN. ASÍ QUE PIÉNSALO BIEN.
-No hay nada que pensar-sonreí.
- QUE ASÍ SEA.
Una luz resplandeciente salió de mi pecho cegándome por completo, no podía ver nada. De repente, todo en mi mente estaba en blanco. Estaba en una especie de túnel dirigiéndome hacia la luz. El exterior era blanco y había un señor con mascarilla. La salida parecía tener pelos, ¡qué asco!
Una vez salí, no sé por qué, comencé a llorar. Analicé la habitación como pude a pesar de que las lágrimas nublaban mi vista. El hombre de mascarilla me sostenía en sus brazos y una mujer abierta de piernas miraba su móvil con indiferencia.
-¿Ya ha salido?-dijo bostezando.
-Sí, señora Blanca-sonrió el médico.
-Señorita-le replicó con furia.
-E-eso... señorita Blanca.
-¿Cómo va a llamar al bebé?
-¿Melasuda?
-¡No le puede poner ese nombre!-gritó una de las mujeres que había allí con mascarilla.
-Ni me va ni me viene, decididlo vosotros.
-Nimeva... Nimeviene... Mevien... Mevi... ¿Kevin?
-Ese mismo.
-Enhorabuena, pequeñín-me sonrió el médico-Te llamas Kevin Gutiérrez.
- MUCHA SUERTE, ÁNGEL... LA VAS A NECESITAR...
FIN
__________________________________________________________________________
Siempre me han gustado los finales que no dejan a nadie indiferente. Espero haber logrado eso con este final tan inesperado. Ahora supongo que veréis a ciertos personajes de una manera diferente, ¿no es así? xD Me gusta pensar que es el diablo el que une todos mis relatos en el msimo universo xD Proximamente subiré los dos últimos capítulos de Videogames y pronto empezaré una nueva serie. Por cierto, por si queda alguna duda, basé este relato en Romeo y Julieta (aunque ya esté muy visto xD). Muchas gracias por leer.
OS SALUDA
EL ENTERRADOR
Light and darkness together
____________________
Un relato del Enterrador
AGRADECIMIENTOS
COMENTARISTAS
AURORA LA DIOSA
LADYDEMON
ALBANY
Y POR SUPUESTO, TODOS LOS QUE ME MANDÁIS E-MAILS
PÁGINA
TODORELATOS.COM
Gracias por permitirme escribir esta historia