Ligas Mayores

...era una de mis ultimas noches y queriamos disfrutarla solo para nosotras; celulares y compu apagados, ventanas y puertas cerradas, luces apagadas, solo nos ilumaban las velas y el comodo silencio que nos rodeaba a minutos, era cubierto por una suave musica de fondo..

Ligas mayores

-¿Te quedarás cierto?- dijiste jalándome a ti dejándonos cuerpo a cuerpo, cara a cara, labios con labios…

Susurré –Me quedaré toda la vida si así me lo pides; si es lo que deseas- dije alternando mi mirada entre tus hermosos ojos y tus labios pecaminosos… esos labios que siempre serían mí perdición.

-No puedes quedarte para siempre tonta- suspiraste uniendo nuestras frentes –aunque no puedo negar que es lo que mas deseo. Quiero tenerte conmigo por siempre, para siempre y solo para mi-

Sonreí –No puedo negar que por ti lo dejaría todo atrás; pero se que eso de abandonar mis estudios, no te complace en lo absoluto-

-No, ya te dije que nadie es lo suficientemente importante para hacerte abandonar tu colegio, ni siquiera yo-

-No es colegio, e la universidad Soledad, ya tengo 18 ¿recuerdas?-

-Si... -suspiró hundiendo su rostro en mi cuello- es que para mi eres una nena aún-

-Si claro, y cuando tenga 23; como tenias tú cuando nos conocimos, aun seguiré siéndolo, no?- te miré con una mueca

-Mira el lado bueno- sonreíste y me apegaste a ti susurrando en mi oído –siempre serás mi nena, mi chiquita-

-Si…- dije sonriendo –es una buena razón para querer ser peque por siempre, solo si soy tuya…-mordí ligeramente tu mejilla

-Eres una calentona- mordiste mi oreja

-Si, lo se; pero es lo que te gusta de mi ¿no?-

-Tienes razón, eso me encanta- reiste bajo

Yo si quería quedarme a tu lado por siempre, pero seria demasiado pedirte que abandonaras tu libertad tan preciosa, esa que disfrutabas tanto. Yo no merecía, tal sacrificio, no solo yo; sino nadie… nadie tenía el derecho a arrebatarte tu felicidad, a menos que tú la entregaras por tu propia voluntad. Tu solo querías la parte divertida con todos, y yo no seria la excepción, a verdad es que, en el fondo, tampoco quería dejar de serlo. Suspiré resignada.

-Tengo hambre- dije bostezando sobre el sillón de la sala

-¿Qué deseas?- preguntaste –Ah si, déjame adivinar… ¿otra milanesa?- Comencé a reírme.

-¡¡Si, si!!- dije con entusiasmo – ¡Milanesa!-

Reíste feliz por ...¿haber adivinado? o ¿por verme sonreír? Nahh... la vida no es tan bella, solo te pareció cómico.

Nos fuimos a la cocina y me puse frente al mesón a preparar ensalada mientras tu descongelabas la carne.

-¿Cuándo tomaremos mates de nuevo?- pregunte metiendo un pedazo de zanahoria en mi boca

-Mmm… cuando quieras- dijiste abrazándome por detrás colocando tu mentón en mi hombro. Sonreí.

-La verdad es que no pensé que me gustaría, pero mira como son las cosas; ahora no puedo esperar para tomar de nuevo- metí otro pedazo de zanahoria en mi boca

-Si te sigues comiendo los vegetales, no tendremos ensalada para las milanesas-

Reí –si, es cierto- comí un pedazo de tomate y un poco de su jugo rodó por la comisura de mis labios –¿No quieres?- dije ofreciéndote un poco de zanahoria

-No, zanahoria no- dijiste, y me pusiste de frente a ti para lamer el jugo que se me había rodado haciéndome sentir los mismos cosquilleos en mi estomago, esos que solo tú podias causar –quería tomate, pero ya me lo comí, y me lo lamí mejor dicho- reíste y me dejaste terminar la ensalada mientras te encargabas la carne.

Cenamos tranquilas, era una de mis ultimas noches y queriamos disfrutarla solo para nosotras; celulares y compu apagados, ventanas y puertas cerradas, luces apagadas, solo nos ilumaban las velas y el comodo silencio que nos rodeaba a minutos, era cubierto por una suave musica de fondo..

-Yo lavo los platos- dije mientras introducía el ultimo pedazo de milanesa en mi boca

-Lo haremos las dos, las dos comimos ¿no?- siempre querias llevarme la maldita contraria

-No, quédate tranquilita que yo lo haré… total yo solo hice la ensalada y tu fuiste quien hizo el trabajo pesado-

-¡Si!- dijiste con sarcasmo extremo -¡Vaya trabajo pesado!-

Me dispuse a recoger todo para lavarlo mientras tú te quedaste sentada a mi lado en el mesón mirándome fijamente, sonriendo… no pude evitar reír..

-¿Que sucede?- pregunté jugando con un poco de espuma, tu mirada aun lograba ponerme nerviosa

-¿Sabias que te ves sexy lavando trastes?- preguntaste

Me carcajee mucho con ese comentario tan cómicamente pervertido.

-Ay mi Sole, solo tú me saltas con esas cosas- seguí lavando mientras te miraba… estabas mordiendo tu labio.

-Es la verdad- dijiste; y acto seguido te paraste detrás de mí pasando tus manos por mi cintura de nuevo.

-Mmm… este huevo quiere sal.. o me equivoco?- dije riendo sin dejar de lavar sintiendo como me acariciabas el vientre

-Tal vez…- dijiste y bajaste tus manos hasta entrarla en mis ligeros pantalones de pijama acariciándome por encima de las bragas… perdí la cordura

-Sole, por favor… casi acabo- dije refiriendome a los platos... no pude evitarlo y deje espcapar un gemido

-¿Acabarás? ¿Tan pronto? ¿Para mí?- dijiste y luego susurraste en mi oído –Es que eres una pequeña zorra…- dicho esto, te internaste en mis bragas acariciando mi clítoris suavemente.

No pude evitar jadear y morder mi labio estremeciéndome al instante, solté la cuchara que tenia entre mis dedos en ese momento sosteniendome del borde del meson. Eras la única persona capaz de hacerme mojar tan rápido… mas aun cuando sentí tu dedo deslizándose dentro de mi con brusquedad… incliné la cabeza hacia atrás en un gemido quedando completamente pegada a ti… mis piernas flaquearon.

-Quieres jugar hoy ¿no traviesa?- dijiste moviendo el dedo dentro de mi… escuchaba en agua del grifo caer aún… pero todo se me olvido al escuchar el tono de delirio en tu voz…

-Si- dije… sentía que ya no me sentían las palabras

Me tomaste por el pelo hasta la mesa donde hace un rato estábamos comiendo y me pegaste contra ella salvajemente de espaldas a ti, doblegándome.

-¿Si qué?- dijiste autoritaria, metiendo tu rodilla entre mis piernas obligándome a soltar otro gemido

-Si Sole- jadeé

-Mas respeto conmigo- casi gritaste deshaciéndote de mis pantalones y rompiendo mis bragas

-¡Si señora!- dije en tu grito desesperado –¡Si castígueme!-

-Así me gusta- reíste levemente metiendo tu dedo en mi sexo de nuevo, dejándolo allí mientras sentí mi cuerpo entero palpitar, casi te rogué que metieras tu mano hasta que me quedara sin fuerzas.

De repente sentí como tus dedos hacían maravillas entre mis piernas mientras yo gemía como loca. Sostenía mi orgasmo al máximo, no quería que esto terminara nunca.

-¿Me vas a largar tus juguitos putita hermosa? ¿ah?- Yo apreté mis dientes al escuchar esas palabras

Hablé entre jadeos –No… no te los daré; tendrás que sacármelos a la fuerza- moviste los dedos mas rápido, mas fuerte…

-Mmm… jugarás en ligas mayores hoy pequeña zorra-

-¡Si! ¡Lo que tu quieras!-

Sin sacar tu mano de mi sexo te arrodillaste y comenzaste a pasar tu mano por mi ano, me estremecí como nunca… sentí tu dedo meterse hasta el fondo, llenando todo mi ser de un placer inolvidable, metías tus dedos en mi sexo y en mi ano sin detenerte, casi con furia…

Arqueé mi espalda sin control de mi misma…

-Ah ah!- sentí mis juguitos rodando por mis piernas desenfrenadamente y luego tu lengua recorriendo mis muslos hasta llegar a mi sexo para limpiar todo mientras yo me deleitaba escuchando mi corazón palpitando contra la madera de la mesa…

Subiste y te recostaste sobre mí ligeramente mientras seguías acariciando mi clítoris torturándome de placer, yo solo mordía mi labio y apretaba mis puños sintiéndote aún.

-Me encantas- susurraste en mi oído y luego mordiste mi lóbulo. Suspiré satisfecha quedándome en silencio, cerré mis ojos y sonreí. –Eres mía, solo mía-

-Sabes que si…- dije exhausta -de nadie mas-

-Me gusta saberlo… escucharte decirlo-

-Eres lo mejor de mi vida Sole… lo tienes todo-

Reíste –Si claro; si tú lo dices- Tomaste mi mano y me llevaste a tu cuarto sonriendo tierna -Ven, vamos a dormir, estoy cansada y tú también imagino-

Me quité la ropa que quedaba cubriendo mi cuerpo y tú también te desnudaste. Nos acostamos y me acunaste en tus brazos.

Acostadas, vi cuando tu mano comenzó a acariciar tu pezon izquierdp. Otra ola de placer azotó mi entrepierna sin control.

-¿Quieres ser mi bebé hoy?- preguntaste con una sonrisa perversa

-Yo…- dije balbuceando un poco

-Si, tu mi chiquita- preguntaste riendo

Me puse a hablar como una niña pequeña –Y… ¿Qué me dará mami si me convierto en su bebé y me porto bien?-

-Mucha lechita rica- dijiste mirando tus pezones, los que aun acariciabas

-Mmm… que rico, así quiero ser tu bebé de por vida- me di la vuelta colocándome sobre ti y metí sin aviso tus senos a mi boca, chupándolos y masajeándolos con desesperación

Escuché como comenzabas a gemir y sentí como me mojaba de nuevo…

Mientras seguía chupando, introduje un dedo en tu sexo, siempre mojada, lista para mí. Moví mi dedo suave pero certero dentro de ti haciendo que jugaras con mi cabello tirando levemente de él...

Bajé dando besitos en tu cuerpo hasta tu sexo lamiéndolo y entrando mi lengua una y otra vez mientras tanteaba la entrada de tu ano…

-Mmmm- escuché un jadeo y me estremecí de pies a cabeza

Chupaba tu clítoris salvajemente y metí mis dedos en tu ano y en tu sexo a la misma vez, moviéndolos solo para escucharte excitada, mientras más gritabas, mas quería complacerte… Una y otra vez jugaba con ellos en ti para que me dieras lo que tanto andaba buscando. Me exciaba escucharte, y sentí mas jugos correr por mis piernas.. Un orgasmo?.. si, eran orgasmos contenidos que tu liberabas en mi con tus gemidos.

-Siii sii!!- te escuchaba gritar y solo quería sentir tus juguitos en mi boca… -¡mas mas!-

Chupaba con fuerza, comencé a morderte y tu a abrir mas tus piernas hasta el máximo. Fue entonces cuando sentí tus líquidos bajar por mi mano, calientes, solo por y para mí. Te miraba complacida mientras limpiaba todo con mi lengua sintiendo tu sabor; deje besitos en tu vaginita palpitante y mordidas en todo tu vientre hasta llegar a tu boca…

Me miraste riendo entre jadeos, aun excitada. Podía escuchar los latidos de tu acelerado corazón… era mi parte favorita, escuchar tu corazón gritándome… no se que decía, pero era para mi…

Me abracé a ti y cerré los ojos acariciando tu clítoris… era una de las cosas que mas te gustaba y nunca lo olvidaba…

Caí rendida al instante pero escuché a lo lejos cuando dijiste:

-Te amo…-

-Yo también te amo…-susurré –buenas noches mi Sole-

Y comencé a soñar…