Ligándome A Embarazadas 1
Quede con un amigo para ir de discoteca, aunque no suelo ir por esos lugares ya que no va el tipo de chica que me interesa, me convenció y gracias al destino, me dio las herramientas para que tuviera lo que yo quería, a pesar de todo, acabo la noche con otra, que es un proyecto de futuro o lo será.
Ligándome A Embarazadas 1
Semanas después, un amigo me convenció para ir a una discoteca con el argumentando que de iban unas pibas fuera de serie y con muchas ganas de amor. Yo no era mucho de esos ambientes después de todo, el tipo de chica que me gusta a mí, no suele ir a esos ambientes.
Quede con él para cenar, en el burguer la teja donde se comía por las “tres b” bueno, bonito y barato. A ninguno nos faltaba el trabajo, pero tampoco podíamos permitirnos gastarnos un dineral, cada vez que saliéramos. El gasto gordo de la noche, venia en copas luego, porque la primera regla para ligar en una discoteca es que no te falte un vaso en la mano. Si no eres de los que no se come un rosco, claro. Nosotros no salíamos para bailar, beber o ligar, nosotros salíamos para follar.
Durante la cena mi amigo me estuvo contando como un “tostonazo”, su ultima relación seria, todas las veces que le puso los cuernos con su prima, con su hermana, con su madre, con sus tías, con sus amigas y la lista sigue…Vamos que se tiro a toda la familia y me sorprendió que me contara que llevaba un mes completo sin salir, que cuando la chica lo pillo, resulta que tras hacerle todo eso, se había enamorado el muy idiota, que chica perdonaría eso, supongo que ninguna.
Me pareció verle las lágrimas saltadas así que le di un puñetazo en el hombro, frente a su mirada perpleja
- De nada
- ¿Qué haces?
- Ahí tienes seis meses de terapia
- Pero, me ha dolido
- Sí, pero, a que te sientes mejor?
- Mmm…creo que si
- Un puñetazo a tiempo, quita muchas tonterías
- Vale, lo que tu digas
- Ya me lo agradecerás
Cuando ya me había contado, todas sus historias y batallitas personales, me pregunto por las mías. Yo tenía poco que contar al respecto, ya que no solía salir mucho y mi única historia reciente fue la de la embarazada en el callejón, se la relate, con todo lujo de detalles durante toda la comida, estuvo mirándome sin interrumpirme.
- ¿Sabes que es lo que me gusta de salir contigo?
- ¿Qué?
- Que nuestros gustos son diferentes y a la larga, producentes, yo quiero preñarlas y tú las quieres ya preñadas, si nos ponemos de acuerdo, yo las preño y luego tú te las tiras.
Mi amigo tenía un sentido del humor raro, aunque no iba mal encaminado del todo, si él las preñaba, dejaban de gustarle a él y me empezaban a gustar a mí, si que hacíamos buen equipo sí. Aunque su plan fallaba en algo, en una cosa, aunque las preñara ahora, tardarían al menos cinco meses en ponérseme apuntito de caramelo y por supuesto, no quería esperar tanto.
- Tu plan es brillante, pero tiene un fallo
- ¿y cuál es ese fallo?
- Amigo, tengo una lista enorme de preñadas, con sus localizaciones, que podría pasarte a cambio de un trato conveniente para mí.
- ¿y cuál es?
- Que nunca te tires a mi ex y, que me ayudes a ligar.
- Eso son dos cosas, elige una.
- Pero, te estoy dando una gran lista
- No me la des, me las apaño solo
- ¿Qué quieres por las dos cosas?
- Añade en esa lista, lo que sepas de ellas y lo que me pueda ayudar a ligármelas y habrá trato
- Trato hecho.
- Vale, nunca me tirare a tu ex y cuando quedemos, te ayudare a ligar.
- Tenemos un trato
Poco después de eso, terminamos de comer la gente nos miraba como si fuéramos dos cabrones, pero a nosotros nos importaba poco, lo que pensara la gente, nosotros sabíamos lo que éramos un “preñador” y un depredador de embarazadas.
Antes de pagar la cuenta e irnos, fui hacia el baño y pase por al lado de una parejita, que comía allí también, la chica estaba embarazada hasta la boca y me miro raro al pasar por su lado, quizá había oído parte de la conversación o toda la conversación.
Mientras que estaba en el baño, pensé un plan para decirle adónde íbamos a estar, por si estaba interesada, ya que era morena, buenas tetas, el pelo cortito, pero llevaba un vestido gris, hasta el culo, que era suelto por delante a la altura de la barriga, pero ceñido por el resto del cuerpo, no quería perderme un manjar así.
Al salir del baño y pagar la cuenta, vi que la chica estaba aun atenta a nosotros.
- ¿vamos a ir al zona diez, no?
- Claro, tío
- Vamos
La chica me miro, yo la mire y dentro de mi sabia que vendría esta noche.
Al salir mi amigo que no era tonto y que aunque no era tan bueno como yo0, era bueno, se había percatado de mi estrategia y me lo comento.
- Qué, ¿ya tienes victimas esta noche, no?
- Si, ya la tengo
- ¿Crees que ira?
- No lo creo, estoy seguro
- Yo apuesto que no, el marido no la dejara
- Vale, acepto la apuesta, ¿Qué apostamos?
- Un día te tiraras a una preñada conmigo, si viene
- Vale, si no viene tú te tiraras a una normal, habiendo quedado conmigo y la preñaras
- Vale
Nada mas oír su contra apuesta, se me pusieron los pelos de punta de todo el cuerpo, pero no tenía ninguna duda de que ganaría yo.
- Los maridos nunca mandan nada
- La chica vendrá otro día sola, pero hoy no
Yo solo sonreí, el no dudaba de mi capacidad para ligar, dudaba de la capacidad de la chica para hacer lo que le diera la gana con el hombre, craso error.
Amigo, gran error.
Llegamos a la discoteca, como ya no tenemos edad de andar bebiendo arriba, fuimos de los primeros en entrar, nos sentamos en la barra a beber, a esperar nuestras presas tranquilamente, entraron algunas chicas de pasada para ir al baño, pero ese no era el momento. Poco después cuando íbamos con la segunda copa o así, no bebíamos rápido cuando íbamos de caza, pues ninguna chica quiere meter entre sus piernas a ningún borracho. No tuvo que pasar mucho tiempo para que dos chicas jóvenes y solas como nosotros, se nos pusieran al lado en la barra, le hice a mi amigo la señal con la cabeza y los dos nos giramos hacia ellas.
Ellas nos miraron intimidadas, era el momento de hacer la técnica 1.4
(Cuando la gacela tiene miedo, lo primero que tiene que hacer el león, es hacerle saber que tiene hambre, pero que ella no te es apetecible, para que se meta ella sola en tus fauces.)
- ¿Qué tal con tu novia?
- ¿mi novia? No me deja vivir tío, con lo bueno y paciente que soy con ella
- Así son las mujeres macho, cuanto más bueno y más paciente eres, menos te valoran.
- Estoy arto, hoy no me traído la alianza la primera que pase por delante que sea buena conmigo, le doy la oportunidad.
- Oye, y si en lugar de eso, miras a tu derecha ¿no te valen esas dos?
- No, no, mejor esas no.
Habíamos actuado de una forma perfecta, le habíamos metido un poco de, ataque psicológico además, para rematar el asunto con carga emocional y como esperábamos, no tardaron mucho en morder el anzuelo.
- ¿y por qué nosotras, no? (Protesto la mas lanzada, la pelirroja)
- Eso, ¿no te gustamos ninguna, de las dos o qué?
Mi amigo miro a ambas, pero siguió con la jugada
- Si, no estáis mal, pero no creo que vayáis a saber apreciar a un chico que os trate bien
- Me muero por encontrar a un tío así (Dijo la rubia)
- Yo también, estoy harta de malotes (Protesto la pelirroja)
- Bueno, podríamos conocernos
- ¿Quiénes? (Pregunto la pelirroja)
- Los tres, tengo que saber cual me gusta más de las dos
- ¿y por el físico no lo sabes? (Protesto la rubia, acostumbrada a destacar)
- No, yo no me fijo en eso
- ¿y en que te fijas (Pregunto la pelirroja)
Bla, bla, bla y bla, bla, bla y se me olvidaba Bla. Mucha charla lo último que escuche es: “¿y tu amigo, se queda solo?” (Dijo una de ellas) y que él respondía: “tranquilas, está esperando a alguien”. Mi amigo seguía con las indirectas de que no iba a venir, pero yo seguía teniendo claro que vendría y de hecho fue mirar el reloj, que cuando deje de mirarlo, apareció ella por la puerta.
Una amiga de ella, el marido, los amigos del marido y ella.
Nada más entrar el se puso con sus amigos en la esquina de la derecha, a media distancia de la puerta y ella con su amiga en medio de la pista, que aun estaba vacía, quedando claro, que no estaban demasiado unido0s facilitándome bastante la tarea y me busco con la mirada, diciéndome claramente con ese gesto, que estaba allí por mí.
Mi amigo estaba tonteando con ambas sin decidirse aun por ninguna, si tardaba mucho, ambas se cansarían del juego y si no quería que se fueran pronto, tendría que buscarle otro a la amiga, pues conmigo no podía contar, porque yo tenía otros planes y además, las tías no eran de mi estilo y el, lo sabía.
La embarazada empezó a bailar, meneando tetas y culo a la vez dando pequeños saltitos que hacían que ambas cosas, se movieran a la vez. Ahora que me fijaba también tenía buen culo y buenas piernas. Miraba a su amiga siempre y cuando la amiga no miraba me miraba a mí, observándola desde la barra y se reía, ella sola.
Luego empezó a guarrear con la amiga dentro de lo que le permitía la barriga, desde la distancia, me estaba poniendo cachondo, hizo que la amiga le cogiera las tetas desde detrás, como si fuera un tío, mirándome a los ojos y luego le refregaba el culo a la amiga por la pelvis, como si fuera bailando conmigo. El marido me echaba algunas miradas pero como estaba con sus amigos, y yo en la barra disimulando, no dijo ni hizo nada, problemático.
Cuando llego la hora que todo el mundo quiere entrar a la vez, empezó a entrar mucha gente, tapando la visión del marido respecto a ella y su amiga. Empecé a acercarme yo, dispuesto a hacer algo, mientras que ella se había distraído y le susurraba algo a la amiga y se dio la vuelta, encontrándome de cara, me sonrió, la sonreí, busco mi mano nerviosa, entrelazo sus dedos a los míos y cubiertos por la gente, salimos de la discoteca. Íbamos hacia el camino adonde no iluminaban las farolas, nos fuimos cubriendo con grupos, que estaban allí parados en el camino bebiendo y besándonos por las esquinas, pareciendo casi una pareja mas. Íbamos jadeando los dos, por la velocidad que llevábamos, el nerviosismo porque nos pillaran y las ansias de estar solos, pero merecía la pena, el riesgo.
El marido salió a llamarla ambos lo escuchamos: ¡Noelia! (lo repitió al menos un par de veces más, en la primera ella miro hacia detrás preocupada por si nos había visto, pero, ya estábamos muy lejos, así que se tranquilizo un poco. Empezamos a pasear cogidos de la mano, ya más tranquilos, dispuestos a recuperar el resuello, mientras que íbamos paseando, subimos la cuesta charlando y llegamos al paseo, que estaba total y absolutamente oscuro.
- ¿así que, Noelia?
- Si, ¿y tú?
- Alfonso, sabía que vendrías
- ¿ah sí, y como lo sabías?
- Te vi escuchándonos en la teja, has tardado más de lo que pensaba, empezaba a dudar que finalmente vinieras
- He venido porque el embarazo me tiene loca con las hormonas y me pones mucho y he tardado porque el imbécil de mi novio, no quería salir conmigo sin sus amigos.
- ¿novio o marido?
- Novio, solo novio
Llegamos a una pequeña encrucijada, banco, en plena oscuridad o escaleras a una zona aun más oscura, sin bancos.
- ¿bajamos las escaleras para hacerlo más intimo?
- No, aquí en el banco, que nos puedan ver o pillar me da más morbo
- Vale
Me senté en el banco y le hice una señal para que se sentara junto a mí.
- ¿no quieres que nos conozcamos un poquito, antes?
- Por lo general, no suelo saber ni nombres…
- ¿Qué frio, no?
- Si… ¿es la primera vez que eres infiel a tu novio?
- Si
- ¿Por qué es tu novio y no tu marido?
- Porque no me ha pedido matrimonio
En ese instante me di cuenta que estaba cortada y que no quería tanto a su chico, porque lo estaba bajando de nivel, delante mía, le ofrecí sentarse a mi lado otra vez y finalmente acepto, pero aun no se sentó, estaba aun indecisa.
- Hagamos una cosa, disfrutemos los dos y si nos gusta, podemos quedar más veces
- Siempre y cuando siga embarazada, ¿no?
Hay demostró que precisamente, tonta no era.
- Siempre te puedo embarazar yo, esta vez
Pero a ese juego, podíamos jugar los dos.
- ¿Esperarías a que se me notara la panza de nuevo?
- Puede, ¿y tú te embarazarías, todas las veces que yo quisiera?
- Si me gustas de verdad, si.
Se sentó más tranquila, al estar en el banco, rodeados de oscuridad, si alguien pasaba por allí no nos vería bien, solo vería nuestra figura oscura, sabría lo que estamos haciendo, pero no nuestra identidad, salvo si fuera mi amigo o su novio, claro. Se sentó lejos de mí, pero mis manos jalaron de ella con suavidad y la hice sentarse junto a mí. Al estar cerca mía, mis manos acariciaron primero su tripa, con suavidad y delicadeza, el niño reacciono dándome una patada.
Ella rio
Yo sonreí
- Lo siento
- ¿por qué? Es normal, no soy su padre, él lo sabe y defiende su terreno.
- O quizás le gustes tu más, como papi y quiere que te quedes, conmigo.
- Puede ser, también puede ser…
Le bese la oreja, primero con suavidad y luego, fui añadiendo bocaditos en la oreja, jugueteo con la lengua, palabras sensuales mientras que una de mis manos, acariciando su barriga había llegado a sus piernas y las acariciaba por las rodillas, mientras que la otra subió a sus pechos hinchados y ella estaba suspirando.
- Démonos prisa que mi amiga me está cubriendo, pero mi novio no es tonto tampoco y va a sospechar.
- Qué pena…tendré que hacerlo bonito otro día
- Si es que repetimos
Sonreí por su reto, aunque quería disfrutar más de mi trofeo tenía razón y no me gustaría llevarme una paliza, por esto y no poder disfrutarla más, quizás le devana uno o dos meses, que pensaba disfrutar hasta el ultimo día. Me hice el apenado, que además funciono muy bien: “tranquilo, considera esto un tentempié, otro día seré toda tuya” yo asentí más feliz, “vamos manos a la obra”
La mano que acariciaba su rodilla, fue acariciando su pierna, hasta llegar a sus muslos y encontrarse con unas bragas completamente mojadas y con la forma marcada de su chocho, empecé a magrearselo, sobre la tela, recibiendo a cambio sus gemidos y su cara de placer, mirándome a los ojos, un poco avergonzada. Aproveche para sacarle los pechos del vestido con la otra mano y empezar a tocárselos, uno a uno, disfrutando de su tamaño, de sus pezones, erectos y la bese en los labios por primera vez, de forma tierna y ella me correspondió, de alguna manera.
Mientras mi mano en su entrepierna confirmaba que ya estaba preparada para tener sexo, mi mano en sus pechos, lo reafirmaba de nuevo, sus pezones estaban erectos y duritos, la bese pasionalmente y a ella le costaba seguirme, pero me siguió, aunque fuera con dificultad. La hice ponerse en pie y empecé a bajarme las bragas, ante sus protestas.
- ¿Qué haces?
- Shhh, hazme caso, te va a encantar
Ella me miro, no muy contenta, pero se dejo llevar por las manos, la puse de espaldas a mí, mientras me bajaba la cremallera y la hice ir sentándose lentamente, mientras terminaba de sacármela, luego le apunte la cabeza de la polla hacia la entrada de su chocho y al poco ya estaban en contacto, la una con la otra. Nada mas sentir lo mojado que lo tenía, ya sabía que nos iba a encantar los dos, ella se fue dejando caer poco a poco y le fue entrando entera de al revés, hasta que estaba sentada sobre mí, de espaldas a mí.
- ¿y ahora qué?
- Siéntate y levántate, es fácil.
A ella no le parecía buena idea hasta que le empecé a tocar las tetas y el clítoris desde detrás, besarle la espalda y la nuca cuando llegaba, sus gemidos no tardaron en llegar, desde esta postura entraba entera y con lo resbaladiza que estaba, no iba a tardar demasiado en correrme, pero quería controlarme, así que pensé en otra cosa, para evitar que el morbo, me traicionara. Hasta yo estaba gimiendo, le susurre: “lento” así era ella la que estaba disfrutando más que yo, mis manos buscaron el pezón, juguetee con su clítoris y de repente, llego al orgasmo, al comerle la nuca. Se estaba levantando, pero empezó a caer hacia detrás, gracias a esta postura cayó sobre mi pecho y se la hinco hasta el fondo rápidamente, provocando que yo tras un gemido, comenzara a correrme dentro de ella, mientras seguía acariciándola, le seguía llenando el chocho de mi semen.
Cuando se le paso…
- Uf, ha sido corto, pero intenso
- ¿y quién te ha dicho, que hemos acabado, ya?
- Yo estoy muerta, llegas a tardar más y no aguanto
- Es lo malo de esa postura, cansa mucho, pero da un placer…
- Y que lo digas, uf, uf.
- Tranquila, que ahora me muevo yo
- Vale, ¿Cómo me pongo?
- Déjate llevar
Ella asintió aun nerviosa, se puso de pie, una vez escurrida mi polla dentro de ella, que no bajo del todo del calentón que tenia, yo también me puse de pie, empezamos a besarnos como una pareja normal, le tocaba las tetas y el culo, mientras que ella me agarraba fuerte el culo y rozábamos nuestras partes, ella cada vez mas mojada y yo cada vez más duro.
Entonces la lleve sobre el banco y la hice apoyarse para ponerla a cuatro patas, agarre sus caderas y con una mano apunte hacia su entrada y volví a metérsela suavemente, al tiempo que ella gemía de placer. Una vez con la polla dentro, volví a agarrar con una mano su pecho y con la otra su clítoris, mientras que empezaba a follarmela metiéndosela hasta el fondo, mientras que la tocaba con dulzura.
Cada vez sus gemidos se hicieron más altos, hasta que empezó a tener un orgasmo, seguí haciéndoselo, volviéndola loca, hasta que acabo su orgasmo entonces, la tumbe sobre el banco, en el borde, con las piernas hacia arriba abiertas y se la metí hasta el fondo, haciéndoselo rápidamente, mientras que me dedicaba a darme placer, ahora si olvidándome de ella, viendo su barriga de embarazada, centrándome en el morbo que me daba, mientras que le sujetaba las piernas así, hasta que me corrí dentro de nuevo y ella al sentir que me corría, volvió a tener otro orgasmo, cuando le escurrió entera dentro y ella acabo, me senté a su lado jadeando.
- Uf, que polvazo Alfonso
- Ha estado bien, el mejor que he tenido últimamente
- ¿vas a querer repetir?
- ¿y tú?
- Dame, tu numero
- Tómalo, dame el tuyo
- Aquí tienes
Le di sus bragas y ella se las puso
- Me he manchado un poco las piernas y la rajita de tu semen
- Límpiate con las bragas y tíralas
- ¿y que dirá mi novio, si me ve sin bragas?
- Mejor que le digas que te las dejaste en el baño, a que te vea una mancha se semen
- Tienes razón, ¿Cuándo me llamaras?
- Pronto, Noelia, pronto
Nos dimos un beso de autentica pasión y nos despedimos allí, yo iría por arriba que era la zona más oscura y ella por abajo, que era la zona con mas luz, aunque ya apenas quedaba gente por ningún lado, solo dentro de los locales y cuatro personas cantando arriba borrachas del todo, pero no me importaba, estaba muy contento, volví a la discoteca, para despedirme de mi amigo, cuando llegue vi al novio, discutiendo con ella, pero ella al verme sonrió con disimulo, para luego seguir discutiendo con mas fuerza y a mi amigo, liándose con la rubia, la pelirroja, aburrida, mirando el reloj, a punto de irse y fastidiarle el plan, suspire y pensé todo sea por la lista.
Me acerque a la pelirroja, me senté a su lado, me pedí una copa sin hablarle y deje que lo hiciera ella, además no me convenía que Noelia me viera flirtear con otra, no lo entendería, por el aburrimiento que tenia encima, no tardo mucho en hablarme, además justo antes, Noelia se fue, dejando al novio allí con sus amigos, que poco después, fueron tras ellas.
- Hola, tú eras el amigo de él, ¿no?
- Si, al final eligió a tu amiga, ¿Qué mal gusto, tiene, no?
- ¡a que si! ¿tú no esperabas a alguien?
- Sí, pero no ha venido
- ¿tú esperas a alguien?
- No, bueno, esperaba encontrar un chico que viera, mis virtudes.
- Yo las veo
- ¿ah, sí?
- Si
Ella hacía muchos gestos, dejándome claro que estaba muy borracha, le ofrecí la mano y ella me dio la mano, la lleve a la pista de baile y comencé a bailar con ella, muy pegado, besándola, probando la segunda boca del día, le toque el culo por encima de la mini falda y por debajo, ella se dejo todo y me cogió una de mis manos y la llevo a sus pechos. En esas estábamos, cuando la amiga la arranco de mis brazos, prácticamente, para ir al baño y mi amigo y yo nos encontramos en la barra.
- Creía que no te gustaban si no estaban preñadas
- Y no me gustan
- ¿entonces?
- Te estoy salvando el culo por esa lista, además…
- ¿además?
- La pienso preñar
- Ole, bienvenido al club, las vamos a preñar juntas.
Ambas salieron del baño, aun mas borrachas, la suya muy caliente, se quería ir ya a su casa y la mía se quería quedar conmigo, así que hicimos un trato, nos separaríamos y ya quedaríamos otro día para terminar la fiesta juntos, mi amigo se llevo a la rubia en taxi para su casa y yo me quede en la discoteca con la pelirroja.
Ya que lo había empezado, no iba a dejarlo a medias.
La pelirroja volvió para besarme directamente y me puso una pierna sobre mi cadera, yo le acaricie la pierna y la ayude a mantener el equilibrio. Luego se dio la vuelta y mientras que me refregaba el culo en la polla con un ritmo envidiable, me cogió las manos y mientras una la pasaba por sus pechos, por dentro y por fuera, la otra la llevo debajo de la minifalda mostrándome, que estaba caliente y mojada.
- ¿nos vamos a casa?
- Vámonos
Podríamos haber compartido el taxi, pero lo que esta quería, era estar a solas conmigo. Llegamos al taxi entre besos, tocamientos y caricias, apenas me dejo decirle al taxista adónde íbamos me volvió a saltar encima, el del taxi, nos miraba con envidia, que puedo decir, no era culpa mía. Al poco llegamos a casa y tuvo la idea de que la cogiera como los recién casados, para entrar en casa.
Así que lo hice, entre risas entramos los dos a mi casa, la lleve hasta la habitación, la tire sobre la cama y…
- Espera, déjame ir al baño
- Vale, date prisa…
Ella salió corriendo para el baño y yo abrí un condón, lo estire y lo tire a la papelera. Me tire sobre la cama a esperarla, tras desnudarme y al poco salió en ropa interior, roja, pequeña y sexy. Me salto encima poniéndose a horcajadas sobre mí, con cara de tener ganas de practicar sexo, yo tuve que pensar en la embarazada, para excitarme. Empezó a refregarse conmigo, con su tanga sobre mis bóxers, mientras empezaba a toquetearle los pechos y el culo, me beso en los labios y acto seguido, me dijo: “ponte condón” yo asentí e hice como que me lo ponía, sabía que con su borrachera no se daría ni cuenta.
Le di la vuelta, para acabar sobre ella, le quite el tanga, me quite los calzoncillos, se la puse en la entrada y empecé a metérsela por el chocho, ella empezó a gemir de una forma exagerada…
- ¡¿te has puesto condón?!
- ¡sí!
- ¿entonces por qué me gusta tanto?
- No lo sé, a mí también me gusta más de la cuenta
- ¿sí?
- Si
- Mmm…házmelo lento, así, así.
Tras metérsela hasta el fondo y notar lo calentito que tenía el chocho y lo mojadita que estaba, empecé a hacérselo con suavidad, volviéndola loca, empezó a tener un orgasmo y me mordió los labios y la lengua con pasión, siendo un poco bruta pero a lo justo para no llegar a hacerme sangre. Seguí haciéndoselo mientras que ella tenía su orgasmo, cuando la tenia dentro, le temblaba el chocho del orgasmo y empecé a correrme dentro, mientras que seguí liándome con ella, le quite el sujetador y comencé a toquetearle las tetas, mientras que ella, me tocaba el culo.
Mi polla no llego a bajar del todo, porque pensé que la iba a preñar, así que se la volví a meter, que se le había salido y le comencé a hacer sexo otra vez, esta vez muy rápido, con sus piernas sobre mis hombros, demostrando su gran flexibilidad, era una postura diferente que a ambos nos dio mucho gusto, ella tuvo otro orgasmo, cuando me corrí dentro y me pregunto mientras que se quedaba dormida.
- ¿seguro que usaste condón?
- Si, seguro
Aprovechando que se había quedado dormida, tire otro condón abierto a la papelera, le limpie el chocho con una toallita y me acosté a dormir con ella, abrazado.
Era la primera vez que dormía con una chica, a ver como pasaba la noche…