Lidia

Una chica acaba echando un polvo en la trastienda de una tienda.

LIDIA, UNA JOVEN Y UNA TORRIDA TARDE

Lidia había ido a visitar a su amiga Carmen a la tienda de ropa de mujer que ésta regentaba en un pueblo cercano al suyo en el Sur de España. Allí estaba su amiga y también un hombre unos diez años mayor que nuestra protagonista, Lidia rondaba la veintena.

Se lo presentó y la dijo a ver si la podía hacer un favor y era quedarse la última hora en la tienda y luego cerrarla porque ella debía de acudir al dentista, su amigo se quedaría con ella para hacerla compañía y que no pasase nada. La muchacha se lo pensó y al principio se negó no por no hacerle el favor a su amiga sino porque le incomodaba quedarse a solas con un hombre desconocido pero al final accedió.

Ella se fue al mostrador a atender a las posibles clientas y él se quedó en la trastienda ordenando alguna caja y pasando el rato en el ordenador visitando alguna página preferentemente pornográficas, al rato se dio cuenta que Lidia esta a su espalda mirando por encima de su hombro la pantalla, sus pezones se marcaban en la tela, podía ser por el frío del aire acondicionado, fingió no darse cuenta que ella observaba y cambió la foto de la pantalla y fue apagando el ordenador muy lentamente para que ella se diera cuenta.

Lidia volvió a todo correr al mostrador y él fue donde ella y se puso en uno de los lados del mostrador y la fue dando charla hasta que en un momento dado la espetó:

Te ha gustado lo que veías en la pantalla?.

Ella enrojeció poniéndose como un tomate y mirándole con vergüenza al final reconoció que si, que se había excitado.

Pues no es bueno estar excitado sin desahogarse. Se acercó donde ella y la rozó con su pubis en el culo de ella, la muchacha en lugar de apartarse y abroncarle por su comportamiento echó la mano hacia atrás y le palpó el miembro viril que estaba completamente erecto y duro.

Juan fue a la puerta de la tienda y la cerró poniendo el cartel de cerrado para que nadie les molestase, ella fue a la trastienda y se quedó en uno de los lados observando la puerta de entrada por donde tenía que entrar nuestro hombre y se soltó el pelo que llevaba recogido en un moño.

Cuando él se acercó a ella y la besó primero dulcemente con un suave, delicado y corto beso y más tarde con un prolongado, apasionado y húmedo beso, ella le apartó y con una mirada de deseo le hizo ver que se sentase que le esperaba un autentico espectáculo.

Juan se sentó en una silla y ella comenzó un striptease, primero se desprendió de un top negro de tirantes liberando unos pechos de tamaño mediano con los pezones pequeños de aureola rosa y ya duros, luego contorneándose de manera muy provocativa se fue quitando el pantalón vaquero que estaba atado con unos botones en la bragueta hasta dejar solo sobre su piel un tanga negro que apenas le cubría su pubis, se fue acercando moviendo sus caderas hasta estar frente a Juan y ofreciéndoselo hizo que se lo bajara con los dientes hasta dejarla desnuda, el culo de Lidia era un culo de tamaño medio pero muy duro y redondo y el pubis estaba recortado.

Se puso de tras de nuestro hombre y dándole pequeños besos detrás de las orejas y mordiscos en el cuello. Le fue quitando la camisa botón a botón mientras le prodigaba caricias y besos por toda la piel liberada, luego le quitó el pantalón y por fin el bóxer, ya lo tenía desnudo, la polla erecta y muy dura.

Acercó sus labios a los de él y se fundieron en un prolongado beso, ella bajaba por su cuello a su pecho y le iba mordisqueándole los pezones mientras su mano agarraba el pene y comenzaba a masturbarlo con suavidad, no se detuvo y fue bajando a su ombligo y rodeándolo llegó a su cintura, le pasó la lengua por toda ella hasta una ingle, allí rodeó otra vez y llegó a la otra sin para en ningún momento de masturbarlo suavemente para que estuviera caliente pero no eyaculara.

Entonces puso sus labios en forma de O y se fue introduciendo la polla en su boca suavemente y de manera continua dándole pequeñas estocadas en la uretra y jugando con ella con el frenillo, la mano se deslizaba a los huevos acariciándolos y deslizando el dedo corazón hasta el ano, allí fue haciendo círculos con él en torno al agujerito hasta que su resistencia venció y lo clavó dentro.

Tenía toda la polla dentro de la boca y el dedo en el ano y comenzó a mamarla como una loca durante unos dos minutos, entonces repitió el movimiento inverso subiendo por el ombligo volviendo a morder los pezones y por el cuello hasta la boca, mientras se daban un apasionado beso, sus lenguas jugaban como si fueran dos llamaradas de lo calientes que estaban sus cuerpos, entretanto ella fue acercando su pelvis y su coño hasta que estuvo encima de la polla de Juan y en un movimiento que duró una fracción de segundo se la clavó toda de un golpe comenzando a cabalgarle primero muy lentamente haciendo movimientos circulares y tensando y relajando sus músculos vaginales, para posteriormente iniciar un movimiento más frenético, él con sus manos apretaba los pechos y se los comía succionando los pezones para con la lengua como una batidora pasarla de manera alocada por encima, estaban al borde de la locura sexual, ella tuvo su primer orgasmo estremeciéndose entera y cerrando las piernas en torno a él apretó tanto su polla que Juan no pudo impedir correrse.

Ella se levantó y cogiendo la polla entre sus dedos y se la metió en la boca para lamerla entera, luego apretándola con la mano salió una gota como queriendo escapar o posar orgullosa encima del agujerito y cogiendola con la punta de la lengua se la ofreció a él para fundirse en un nuevo beso mientras se acariciaban como preparándose para un nuevo asalto sexual y la verdad no quedaba mucho porque el pene ya comenzaba a crecer de manera imparable.

El la izó de golpe y la llevó sobre la mesa colocándola con los pechos boca abajo, ella no se movía, él fue bajando por la espalda con la lengua desde el cuello hasta la hendidura de las nalgas y siguió abriéndola las nalgas y llegando al agujerito del ano, allí lo fue acariciando haciendo círculos poco a poco mientras ella gemía, con un dedo que ensalivó lo metió dentro y lo hizo girar, ella estaba muy caliente, luego metió el segundo haciendo que ella gimiera todavía más, cuando notó que ya no ofrecía mucha resistencia el ano, colocó la polla en la entrada y fue empujando hasta que entró toda y la fue follando mientras la acariciaba y la decía cosas obscenas, sus movimientos se acompasaron, él la cabalgaba con movimientos a veces profundos y lentos y otras veces más rápidos y cortos, una de las veces se la sacó entera y se la volvió a meter hasta dentro estando así un rato luego la fue follando aumentando el ritmo cada vez más y masturbándola mientras tanto con la otra mano, ella volvió a correrse primero y él poco después sintiendo venir la eyaculación sacó la polla y masturbándola con las nalgas se corrió sobre su espalda.

Se limpiaron, lavaron, vistieron y cerraron todo bien y se despidieron hasta una nueva ocasión, la habrá? Quien sabe.

Este relato es imaginario pero lleva dedicatoria va para una chica morena muy maja y también muy guapa, ella sabrá que va para ella.

Si queréis podéis escribirme a:

Picante100@hotmail.com