Licenciada en Turismo 9

Después de un viaje agotador, una agradable oportunidad me viene de china

Después de recorrer buena parte de España, volvía destruida. Fueron diez días agotadores. A pesar que económicamente era negocio, no pensaba volver a hacer otro viaje así.

No era que me haya tocado gente incomoda, al contrario. Era un matrimonio amabilísimo con una hija de veinte años muy simpática. El problema era qué aparte de conducir, me tenía que encargar de programar las visitas a los lugares que les interesaban conocer. Los hoteles donde íbamos a pernoctar, restaurantes. En fin, toda la parafernalia de un viaje que la pandemia lo volvía caótico, y esos preparativos los hacía mientras ellos descansaban. Por eso la falta de tiempo para dormir me tuvo tensionada los últimos cinco días, dónde me notaba bastante agotada.

Estaba comunicada con Lidia y Roció, por esa parte estaba tranquila, parece que se llevan bien, demasiado bien si es cierto lo que llegué a entrever.

Apenas entré vinieron las dos a saludarme a puro beso. Algo no muy sano en estos momentos, pero el cariño que me demostraban, valía el riesgo. Con Lidia habíamos tenido una despedida cuando salí de viaje, pero a Rocío desde las vacaciones pasadas no la veía

  • Madrina, por fin llegas, no sabes las ganas que tenía de verte. – metiéndome un beso en la boca

  • Eh niña, para que tu tía llegó medio muerta, solo quiero dormir

  • Pero si te tenemos la cena preparada – me dijo Lidia mientras me daba otro beso – mira, es la comida que más te gusta.

La cena se las voy a aceptar, pero después no hay Diana para nadie, solo quiero dormir – y así fue. Les estuve comentando cómo me había ido en el viaje, y me enteré de lo bien que se habían arreglado aquí. Tanto que para el otro día tenían un viaje corto a Toledo.

Ya me estaba durmiendo cuando se dieron cuenta que no estaba para conversaciones. Me di una ducha y me metí en la cama y no supe más.

Me desperté a la mañana sintiendo que alguien me tenía abrazada, me giro y era Rocío

  • ¿Qué haces aquí? No me digas que dormiste conmigo

  • No, vine esta mañana y no te quise despertar. Hace tanto que no te veo que dejé que Lidia se fuera sola para estar con mi madrina.

  • ¿Qué pasa? No me digas que con Lidia la pasas mal porque no te creo.

  • No, pero yo vine pensando en estar con mi madrina, y tú no estabas, y bueno, no me pareció que te iba a parecer mal si nos divertíamos un poco. Pero ayer no quisiste saber nada

  • No me parece mal, es más, creo que para tu edad está mejor ella que yo. Ayer tu tía estaba que se moría del cansancio y todavía me dura el sueño.

  • ¿Entonces mi madrina hoy no está para mí?

  • No te da vergüenza, tienes una chica cómo Lidia y no te basta.

  • Sí qué me basta, pero a ti también te quiero, hoy me quedé para demostrártelo, mira – se me tiró encima a besarme en la boca mientras me acariciaba dónde sabía que me encendía.

  • Córrete y déjame ir al baño que ahora vuelvo – no estaba nada bien hacer eso con mi sobrina, pero ella estaba esperando eso y la verdad que hacía rato que no tenía una alegría. Sabía que hasta que no folláramos no iba a parar, no valía la pena andar dando vueltas. Volví y me estaba esperando, no había terminado de acostarme cuando estaba arriba mío comiéndome la boca.

  • Madrina, no sabes las ganas que tengo de comerte entera

  • ¿De comerme o de qué te coma?

  • Las dos cosas, primero déjame a mí que te estoy deseando desde que me fui

  • Nena, no me digas que con Lidia no te quitas las ganas porque no te creo

  • Me las quito, pero contigo son otras ganas y también quiero quitármelas, y quitar las tuyas – que le iba a decir, después de todo tenía razón, quizá tenía más ganas yo que ella.

Hasta la hora de comer nos dedicamos a eso. Me sacó la poca ropa que tenía y nos hicimos un festín. Me pareció que había aprendido más que el año anterior. Quizá también con Lidia había practicado, pero o porque lo que ella sabía o lo que yo deseaba, cuando atacó mi vagina me sacó los orgasmos más lindos de los últimos meses. Quise devolverle favores, pero o no estuve a la altura o ella no andaba con tanta necesidad. Igual, mal no se la pasó. Lo que no fue en cantidad parece que fue en calidad porque se quedó agarrada que si no le digo de ir a comer ahí se quedaba.

Nos levantamos al mediodía. Con lo que sobró de la noche alcanzaba y sobraba. Mientras estábamos comiendo me contaba como habían pasado esos días

  • ¿Y con Lidia como te llevas?

  • Bien, muy bien, es muy simpática y nos complementamos, yo se los idiomas y ella es guía

  • No te estoy preguntando cuando salen, te pregunto en casa, si te gusta o no. A lo primero tenía miedo que me pareciera mal si tenía algo contigo ¿Cómo arreglaron eso?

  • Teniendo algo conmigo. La verdad que es muy fogosa, dice que es hetero, pero a mí me parece que le va igual la carne que el pescado.

  • Entonces te deja a gusto, no pasaste necesidades

  • No, qué va, viste cómo es, cuando se pone no se contenta con poco, ya lo sabrás.

  • Oye ¿Por qué lo tengo que saber? ¿qué te dijo?

  • No. No me dijo nada, pero sabe tanto de ti que me lo imaginé

  • Anda mentirosa, seguro que anduvieron comparando con lo mejor que lo hacen ustedes

  • No, de verdad, aparte que no es eso solo. Tú eres mi tía y te quiero de todas las maneras, y te voy a seguir queriendo, a Lidia también la quiero, pero yo que sé hasta cuándo.

  • Es muy buena chica, trabajadora y muy de confiar. Le puedes tener confianza

  • Me parece que también te quiere follar, me dijo que le debes una de cuando te fuiste.

  • A sí, ¿y tú que le dijiste?

  • Que si quieres te podemos follar entre las dos ¿quieres?

  • ¡Pero mira si serán cochinas! ¿Cómo lo piensan hacer?

  • No sé, tú nos tienes que decir, eres la que sabes, nosotras nunca hicimos un trio

  • Y qué te crees, que yo ando revolcándome con un montón.

  • No, no digo eso, pero me contó de unas inglesas y yo que sé, pero todo bien decente – me quedé mirándola. Me querían compartir

  • Esto lo voy a tener que arreglar con Lidia

  • Tía, por favor, ella no tiene la culpa, se me ocurrió a mí, cómo ya lo hicimos delante de las alemanas, pensé que no te importaría que estuviéramos las tres, por favor no la regañes.

  • Sí, pero ella seguro que te dijo que sí. Se creen que soy una puta

  • No tía, no, perdóname, ella me dijo que no te dijera nada, de verdad no tiene la culpa – la desesperación por cubrir a Lidia, me hacía pensar que era más que simpatía lo que sentía por ella. La iba a tener con la incertidumbre, que sufriera un poco por lanzada. Cuando llegó Lidia, no le dije nada, quería esperar hasta después de la cena. Se ve que Rocío le contó algo, porque disimulaban hablando de cualquier cosa. Después de cenar les pedí que se prepararan para dormir pero que vinieran a la sala que teníamos que arreglar un asunto. No sabían dónde meterse, metidas en sus camisones parecían con uniforme de internado, yo estaba con una bata esperándolas seria

  • Diana, - habló primero Lidia – Rocío no tiene la culpa, yo se lo dije en broma porque pensé qué aunque te lo dijera tú también te lo ibas a tomar en broma, pero la culpable soy yo.

  • No, no es verdad, ella no tiene la culpa, me conoces y sabes que se me pueden ocurrir esas cosas. – aseguraba Rocío, me quedé cruzada de brazos mirándolas seriamente

  • Ahora se quieren cubrir entre las dos, pero las conozco y a ninguna le pareció mal, total yo doy para todo, soy una ninfómana ¿no es cierto que piensan eso? – no sabían cómo negarlo – vamos a la habitación – entraron obedientes – desnúdense a ver cómo vinieron – me hicieron caso, pero notaba que Lidia ya estaba medio mosqueada

  • Ahora vamos a ver quién es más ninfómana – me saqué la bata para quedar desnuda, me acosté en la cama – a ver, tú Lidia que me debes una desde que salí de viaje, ocúpate de abajo y tú Rocío de donde puedas.

Tardaron poco en salir de la sorpresa, Lidia vio mis piernas abiertas y supo cuál era su lugar, Rocío después que se le pasara el susto cualquier sitio de mi cuerpo era bueno para besarlo. A pesar de lo que había pasado a la mañana, me quedaba resto y Lidia era una maestra con la lengua. Sentía cómo recorría mi coño desde la vagina hasta el clítoris y me desesperaba. No podía verla porque mi ahijada se había adueñado de mis tetas, besaba mi cuello me metía la lengua hasta las amígdalas y ni me dejaba suspirar. Solamente podía moverme cómo una culebra buscando con el coño comerme toda la lengua que se aventuraba en mis profundidades.

Así llegó el primer orgasmo. Pensé que me iban a dejar descansar, pero se querían vengar del susto. Pudieron sacarme otro, pero le iba a demostrar que no estaba de adorno, y me escurrí hasta subirme arriba de Lidia y en un 69 me adueñé de su almeja. Rocío que había tenido su parte a la mañana no quiso quedar afuera y empezó a ir de una punta para otra y culo que pillaba, ahí se paraba a lamer y meter uno o dos dedos según le parecía.

Después le tocó a ella y entre las dos le sacamos el tuétano de tanto chuparla. Quedamos desmadejadas pero bien folladas, y así apenas cubiertas por una sabana nos quedamos dormidas.

A la mañana me despertaron las lamidas en la teta

  • Rocío, quita los morros de ahí ¿no te alcanzó lo de anoche?

  • Y tú quita la mano que estuviste haciendo lo mismo que yo

  • Estás soñando, yo no te estoy metiendo mano

  • Ah, entonces debe ser Lidia, es tan cachonda. Lidia ¿tú me estás metiendo mano?

  • Sí ¿quieres que la saque?

  • Cuando termines. Préstame la teta un poquito más, vieras cómo me gusta mientras me atiende la almeja – la dejé hasta que me di cuenta que se corrió – bueno, ya está que tengo que ir al baño.

Seguía teniendo un cansancio de muerte. Entre el viaje y ellas solo pensaba en dormir. Salí del baño y estaban entrelazadas, ni siquiera se dieron cuenta cuando pasé y me fui a la otra habitación. No sé cuánto tiempo dormí, pero no debían ser muchos cuando me despertaron

  • Madrina te enfadaste, no te hicimos caso, perdónanos ahora nos ocupamos de ti

  • Pero ¡qué se tienen que ocupar de mí! ¿están locas? Lo que quiero es dormir, que me dejen dormir hasta que me despierte sola

  • Diana – preguntó Lidia – ¿de verdad no quieres que te mimemos un poquito entre las dos?

  • No, no quiero, todavía me van a mater presa por asaltacunas, váyanse déjenme tranquila

  • Estas cunas las asaltaste unas cuantas veces, por nosotras puedes seguir

  • Creo que ahora se arreglan solas, no necesitan que las asalten. Me llaman para la comida.

Al fin se convencieron de que lo que quería era dormir. A la hora de la comida me tocó hacerle saber que las cosas no iban a seguir así. Ellas podían seguir con su rollo, pero conmigo no contaran. Las tuve que persuadir que no era enfado, era que ellas eran jóvenes que se iban a llevar mejor que conmigo en el medio. Tuve que asegurarle qué en alguna ocasión, algo podíamos hacer si nos daba la gana.

Por mi parte pensaba que mejor que mi hermana nunca se enterara de lo que habíamos hecho, mejor dicho, de lo que había hecho yo.

Tuve mis dos días de descanso mientras las chicas pillaban algún viajecito cerca. Revisé el correo, me fijaba bien. A pesar que económicamente fue todo un éxito, el cansancio y el riesgo de quedarme dormida conduciendo, no lo compensaba. Era un viaje para hacerlo entre dos.

Entre los correos había uno que me llamó la atención. “Un viaje de relax para dos parejas chinas” La verdad que la curiosidad me la dio el hecho que fueran chinas. Me puse en comunicación y me atendió una mujer con una voz agradable. Quedamos en vernos en una cafetería para ver de qué se trataba. Con los móviles nos encontramos fácil. Cuando la vi me sorprendió. Parecía una chica que no pasara los 23 años, después me enteré que solamente le llevaba un año.

Le llevaba cómo diez centímetros (eso no la hacía menuda, yo medía casi 1,80) pero hay que reconocer que es cierto que lo bueno viene en frasco chico. No tenía nada por demasiado, pero todo era del tamaño justo. No es que yo me quede mirando cómo una babosa cuando pasa una chica tan bien puesta, pero pienso que algo bello es para mirarlo, y yo miraba.

Un busto que sin ser grande mostraba una forma exquisita, duro, bien relleno. Un culito que parecía dibujado con un compás, “perfecto” tamaño adolescente exquisito.

Nos saludamos y buscamos una masa tranquila donde conversar. Cómo una tonta me quedé mirándola, tanto que me preguntó.

  • ¿Qué tengo que me miras tanto? Algo mal puesto, te resulto fea – me puse colorada

  • ¡No! Que va, es que me extrañó tu voz - ¿qué le iba a decir?

  • ¿Qué tiene mi voz? ¿no te gusta?

  • Sí que me gusta, pero cuando las escucho hablar entre ustedes parecen que se fueran a pelear, y tú tienes una voz tan dulce que no me pareces china – se puso a reír de una forma muy cantarina

  • Bueno, entonces puedo seguir hablando así que no te vas a asustar. Pensé que era por fea

  • No digas eso porque sabes que eres preciosa. No te hagas la humilde – se volvió a reír

  • Me vas a hacer avergonzar. Mejor hablemos de lo nuestro. Me llamo Nuan Li, ¿y tú?

  • Si mejor, Diana Lauren, a tus órdenes. A ver, ¿qué es eso de dos parejas buscando relax? Se puede tomar de varias maneras, dime cómo lo tomo

  • Yo te voy a decir cómo lo tienes que tomar. Mira, son dos parejas de ejecutivas, en China ser mujer y directiva en una empresa es agotador, están todo el año con todos los sentidos puestos en defender su cargo, cuando pueden desconectarse, buscan calma, poder sentir un poco de paz.

  • Espera, así cómo me lo cuentas no termino de entenderlo ¿qué son, dos matrimonios?

  • No, son cuatro mujeres que quieren pasarla bien dónde nadie las moleste.

  • Son cuatro mujeres, pero dices que son pareja, son lesbianas entonces.

  • No, no son lesbianas ni son pareja, se conocen por internet y la primera vez que van a estar juntas va a ser en el avión. Yo las conecté, ellas se pusieron de acuerdo y ya está

  • Pero y adonde las llevo, me dices que no son lesbianas, se acostaran cada cual en su cama.

  • No me parece. Sabes lo que pasa, que ustedes le dicen lesbiana a otra cosa. No vienen buscando sexo; puede salir; pero no vienen buscándolo. Son costumbres antiquísimas que vienen de las aldeas. Antiguamente los hombres se iban a la guerra o a las cosechas, o a dónde fueran, las mujeres se quedaban solas. Cuando llegó el mundo moderno no cambió mucho, los hombres se iban a la ciudad a trabajar dejando a sus mujeres solas, a veces volvían una vez por año. Solamente podían tener un hijo, así te imaginas como lo pasaban. ¿Qué podían hacer? Con alguien tenían que suplantar esa falta de afecto, ese compañerismo, no es que buscaban sexo, buscaban cariño, con quien lo iban a encontrar, con quien estaban siempre.

  • Lo podían hacer con otro hombre

  • Pero eso sería engañar al marido

  • Y si se da el lote con una mujer ¿no lo engaña?

  • ¡No! Él sabe con quién está, podía ser la hermana de ella o de él, o alguien de la familia, tanto daba, se cuidaban entre ellas. ¿Qué les podía pasar? así combatían la depresión y eran felices.

  • Así, y estás a que vienen a ¿combatir la depresión o a follar? – se soltó a reír

  • Mira, vienen a combatir la depresión, pero quizá le quede tiempo para follar

  • Entonces si nos ponemos de acuerdo, tenemos que buscar sitios especiales para que se puedan sentir cómodas. Aquí cambió mucho, pero hay sitios que mejor ir con cuidado para no pasar un rato desagradable. Otra cosa, si la vuelta va a ser larga tendría que llevar a alguien para ayudarme con toda la organización. Tú sabes, ellas llegan se acuestan, descansan, lo que quieran, yo tengo que arreglar todo para el otro día. Ya tuve una experiencia así y es peligroso, no descansas.

  • Si llegamos a un acuerdo, yo te acompañaría. A pesar que saben inglés, no es tan fácil entenderle las costumbres. Para conducir, tengo licencia cómo para usar tu camioneta. Me estuve preparando, le tengo mucha ilusión a este proyecto. Si sale bien, nos podemos encontrar más veces. ¿Por qué no me haces un itinerario y un presupuesto? Nosotras le pasamos ese precio por lo que le ofrecemos. Lo que quieran de más lo pagaran de más, por dinero no te preocupes que lo acordado te lo puedo dar antes.

  • Está bien, lo que te quiero preguntar, es si pedimos dormitorios dobles para ellas y para nosotras con dos camas para no usar dos habitaciones. Hay que ir contratándolo antes para no llevarnos una sorpresa. Este año no hay mucho turismo, pero en sitios concurridos quizá no haya lugar.

  • No quieren ir a sitios concurridos, quieren disfrutar entre ellas. Vienen aquí dónde no las conoce nadie para lo que aquí pase aquí quede. Por cómo vamos a dormir nosotras, cómo tú quieras, estoy tan entusiasmada qué si no hay lugar, duermo aunque sea en el coche

  • Uhm, no te preocupes que de última duermes conmigo

  • Pues si cuadramos, aunque sea duermo contigo – quedamos así, iba a pasarme un recordatorio con los gustos de las chinitas y vería. Si las otras eran cómo ella me parecía que valía la pena.

Estuve dos días estudiando itinerarios, buscando donde pernoctar sin inconvenientes. Aunque con la falta de turismo creo que nos admitían hasta en un convento. Hice todas las cuentas y se lo despaché a Nuan. Al otro día habló por teléfono

  • Diana, no podemos mandarle esto, tenemos que asegurarnos de que les va a gustar – yo no estaba muy de acuerdo a bajarle mucho el precio, pero me sorprendió – le vamos a pasar un 50% más y nos aseguramos que le podemos dar las comodidades que quieren

  • ¡Sí! Si a ti te parece pídele, pero no sé si van aceptar – me dijo que no me preocupara. Al otro día me avisó que habían aceptado. Yo no sabía cuánto había pedido ella, pero por lo que me tocaba a mí, poco no debía ser, mejor para ella.

Faltaba una semana. Hice algún viaje corto, pero organizar el viaje me llevó mi buen tiempo. Las chicas conocieron a Nuan y estaban alborotadas y se burlaban

  • Ahora no asaltacunas asalta adolescentes – ¿si supieran la edad? Aunque lo parecía

Los dos días anteriores, nos reunimos para concertar todo. Ya había averiguado que Madrid no les interesaba mucho. Decidimos llevarlas desde el aeropuerto a una hostería en la sierra. Eran cómo tres horas de viaje, pero no queríamos arriesgarnos con alguna cuarentena o algo así. Nuan me dijo que iban a entender, que allí con el asunto del covid eran muy disciplinados.

Llegaron a la madrugada. Mientras sacamos el equipaje y los papeles se nos hizo las diez. Nuan me las presentó, mejor no las detallo, porque no es que fueran iguales, pero eran tan parecidas que con los tapabocas de primera no me animo. Eso sí, se movían cómo cuatro adolescentes saliendo a un picnic. Ahí de ejecutivas nada.

La que se veía más juiciosa se llamaba Liam, con ella a modo de pareja venía Shu, y la otra pareja la formaban Xing y Xiao

Tenían un buen inglés por lo que no me era difícil hablar con ellas, pero me daba cuenta que muchas cosas las trataban con Nuan en chino, después ella me decía.

Cargamos el equipaje y salimos a la carretera. El coche llevaba tres filas de asientos más el lugar de carga. A poco de salir, les avisé que si íbamos a pasar esos días juntos, cuando estuviéramos entre nosotros, las que quisieran que se sacaran los barbijos. Nos los sacamos todas. Nos paramos a un costado alejadas del camino y nos saludamos. A nosotras nos dieron la mano, pero ellas se abrazaron sin empacho. Me dijo Nuan que habían seguido un tratamiento de inmunización, así que se sentían seguras

Estuvimos cómo diez minutos y seguí viaje. Avisé a la hostería a qué hora íbamos a llegar.

Las parejas se escuchaban más locuaces y se veían más juntas, eso ya les estaba alegrando el viaje. Nuan les indicaba por alguna curiosidad, pero se ve qué lo que querían curiosear estaba adentro del coche.

Llegamos a la hostería y quisieron darse una ducha y refrescarse. Desde que salieron de china estuvieron sentadas todo el tiempo. Le hablé al dueño si nos podía preparar unas tapas para comer afuera y a la noche una buena cena. El hombre encantado, estábamos nosotras y otra pareja más, pero se pusieron lejos

Cuando aparecieron fue un espectáculo. Yo sabía por los papeles que andaban por los cuarenta, pero se vestían cómo de quince. Se notaba que estaban muy cuidadas, pero también esos cuerpos aniñados, tetas chicas pero firmes, culitos no muy grandes pero sobresalidos, y sobretodo que pareciera que habían salido las cuatro del mismo molde, cambiaban las facciones, pero de atrás eran iguales y todas estaban bien buenas

  • Nuan – pregunté – ¿las hacen con la misma matriz? Parecen niñas

  • ¡No! Pero con dinero los gimnasios te formatean a tu gusto. Y si las ves así, es porque aquí se sienten niñas y quieren portarse cómo niñas.

  • ¿Niñas virtuosas o niñas guarras?

  • Mañana lo vamos a saber – Comieron un poco apuradas, tenían hambre, pero querían estirar las piernas. Nosotras nos quedamos arriba, mirando cómo bajaban por esa depresión del terreno, se ayudaban tomándose de la mano aun dónde no había necesidad. Empezaban los acercamientos.

Liam y Shu iban de la mano, por ahí se paraban y se quedaban mirándose sonrientes.

Xiao era más directa, corría cómo una niña, cuando Xing trataba de alcanzarla, se paraba de golpe y la recibía en sus brazos. Desde arriba veíamos todo

  • Si se van a cansar así, me parece que esta noche se van a quedar dormidas

  • Seguro, todavía no están a punto. Ya te dije, no vienen a follar, primero tienen que sentir ese cariño, después quizás

  • ¡Pero si duermen juntas! ¿qué coño van a hacer, se van a contar un cuento para dormirse?

  • Diana, tú a lo mejor no lo sabes, pero en la cama puedes conversar, acariciarte, puedes darte algún besito y también sirve para dormir. Eso que me dijiste qué antes de dormir en el coche podía dormir contigo, por lo que dices mejor duermo en el coche.

  • Nosotras no venimos de la china a darnos besitos ni a acariciarnos

  • Ellas sí, y seguro que es lo que van a hacer, y después si lo hacen lo van a disfrutar más.

Volvieron cansadas. Nos sentamos a tomar un combinado mientras nos preparaban la comida. Esta vez hablaron en inglés, por lo que me pude dar cuenta de primera mano que les estaba gustando. Por lo poco que habían visto me parece que lo que les gustó fue la compañía.

Se rieron mucho y no se privaban de tocarse como al descuido de una manera exquisita. Le pregunté a Nuan si cabía algún chiste subido para derretir tanta azúcar, me dijo que no. Era la ceremonia de ellas y había que respetarla.

Al otro día salimos para el norte, hacía calor y había contratado unas cabañas con pileta y servicios de comedor y mucamas. Metidos en la montaña pedimos de andar en burro y se animaron. Liam y Shu salieron una en cada burro. Xiao no quiso que Xing fuera sola, pidió un burro más grande y la llevó entre los brazos, lo más romántico, aunque sin necesidad

  • Mira a Xiao el caballero andante llevando a su dama en burro. Qué apuesta que se ve.

  • No te rías, la está cortejando y es el juego que les gusta a las dos, y lo están jugando.

  • No me imagino a Xing cómo una gran ejecutiva, tan dulce, tan suave, mira cómo la maneja Xiao – Nuan se tapó la boca para echarse a reír

  • Jijiji. Por la compañía que comanda, debe ser la más hija de puta de las cuatro, este viaje lo quiere vivir de doncella– me quedé mirándola sorprendida.

  • ¿Y desde cuándo hablas así?

  • Desde que me acostumbre a andar con gente como tú – nos quedamos entre risas planeando lo de los siguientes días. Nuan era el termómetro de cómo estaban las relaciones entre las parejas. Ella decía que todavía no le habían dado al vicio y yo decía que sí, ya pasaba de los dos días.

Esa noche fuimos hasta los murallones que daban al Cantábrico. Nosotras siempre tratábamos de estar cerca por si se despistaban. Liam y Shu se había sentado juntas apoyadas una en la otra, de vez en cuando se daban un besito, del otro lado Xing estaba medio trepada a la muralla mirando la salida de la luna, Xiao atrás la tenía sujeta por las piernas, no sé si no se pudo contener, pero estaba con el culo a la altura de su boca, y pasó, no se aguantó y le pegó un mordiscón. No debía haber sido fuerte, sino hubiese gritado pero la cara de furia con que se dio vuelta esa mujer, me convenció que tranquilamente podía ser la más hija de puta. Xiao que siempre la iba de dominante se quedó petrificada escuchándola gritar en chino violento, se dio vuelta y se fue a sentar apesadumbrada debajo de uno de los árboles que seguían al murallón. Xing nos vio a nosotras se quedó un rato pensando, de pronto se levantó como para volverse iba a acompañarla pero Nuan me pidió que esperara, vemos que pega un rodeo para caerle por atrás a Xiao. Después de haberle visto la cara pensé que ahí se armaba.

Nada qué ver, se arrodilló para hablarle desde atrás, parecía que no le hacía caso, pero Xing la besó en el cuello, Xiao se hizo un poco la estrecha pero llegó un momento que se entregó. Se le tiró encima y se le fue a la boca, no sabíamos si la estaba besando o le estaba arrancando los labios, se ve que no porque no gritó, lo que vimos es cómo le sacaba el vestido y la comenzaba a besar por todo el cuerpo, se dejaron rodar un poco por el borde y de ahí quedaron un poco ocultas, pero alcanzamos a ver como el otro vestido salió disparado con unas bragas, y ahí sí que escuchamos gemidos, gruñidos y otros ruidos del reino animal

  • Y tú decías que no se habían dado el lote – le comenté con ritintin

  • Te lo decía y te lo digo, si se lo hubiesen dado ¿para qué iban a hacer esto?

  • ¿Pero no era mejor hacerlo en la cama?

  • Diana, estoy segura que no te acuerdas de cuantas veces tuviste relaciones en una la cama, uno cómo este no te lo hubieses olvidado en toda tu vida, y eso es lo que quieren ellas. Eso ya le vale lo que les costó el viaje. – como lo pinta Nuan tiene razón. Se me ocurrió invitarla a rodar un poco por el borde para no olvidarnos, pero me pareció que no era el momento.

  • Tenemos que hacer cómo si no las hubiésemos visto.

  • No te preocupes por eso. Saben que las vimos y están contentas de que sepamos que la están pasando bien. – volvimos las seis paseando por el sendero que nos llevaba a la hostería. Nosotras adelante y ellas atrás jugando como colegialas.

La cena fue una de las más risueñas. Terminamos y salimos a la terraza. Estuvimos un momento y las dejamos solas. Nos quedamos hablando con los dueños, querían saber si estos viajes podrían repetirse. Le dijimos que en eso estábamos, y nos gustaría tener una conexión por caso que se repitiera, al rato vemos la pareja de las Xi marchar riéndose entusiasmadas a la habitación.

  • Ahora no hay duda de lo que van a hacer ¿verdad?

  • Ahora no, y quieren que se note. Que sepan que están felices es un aliciente para ellas.

  • Y Liam y Shu ¿te parece que todavía no?

  • Todavía no, pero ya saben que las otras sí, no se van a quedar atrás, al fin estaba en sus planes.

Costaba entenderlas. Pero si haciendo así la pasaban bien, no íbamos a decirles que era lo mejor.

Al otro día las llevé a una cascada muy linda. Se llegaba desde arriba y a cada tanto había como terrazas desde dónde mirar los saltos. Las acompañamos los dos primeros, después se veía todo, dejamos que siguieran solas, cualquier cosa íbamos a por ellas. Xiao y Xing bajaron a los saltitos hasta el fondo. Las que todavía eran vírgenes según Nuan se paraban en cada terraza para darse besitos. Se acariciaban y se quedaban mirándose como si no se hubiesen visto desde hacía años.

Me costaba entender, qué hiciera cuatro días que dormían juntas y no se hubiesen estrenados, les decía las vírgenes, pero algunas carreras ya se habrían corrido.

A cada terraza que llegaban eran más efusivas. Habían quedado atrás y Shu se subió a un borde para sentarse, Liam parada se le puso al lado, quedaban casi a la misma altura, justo para poderse besar a gusto. No lo hacían pasionalmente, más bien se daban piquitos hasta que de pronto quedaban pegadas comiéndose la boca. Se separaban y se quedaban mirando encandiladas mientras se acariciaban, eran dulces, más que dulces, empalagosas; se sonreían con picardía, en un momento Shu la miró sorprendida, vio cómo su pareja sacaba la mano de entre sus piernas y la chupaba mirándola, le agarró la cara para besarla y a una pregunta le hizo señas que sí. Se apoyó en las manos y se levantó lo suficiente para dejar que le sacara las bragas. Quedó sentada en la punta, pero las bragas las tenía Lian en las manos, se las llevó a la boca y le pasó la lengua. Shu la atrajo contra su pecho y dejó que le besara el seno mientras le acariciaba el pelo, las caricias cada vez eran más compulsivas. En un momento dado se miraron con deseo y Liam se arrodilló metiéndose entre las piernas quedando la cabeza cubierta por la falda del vestido. No se vio mucho, pero la cara de Shu era un poema, dejaba caer la cabeza para atrás dando cuenta del grado de abandono, parecía que nos miraba a nosotras, pero es seguro que estaba en otras constelaciones, pegó unos saltitos antes que Liam subiera a abrazarla. Era un delirio, la besaba le pasaba la lengua por toda la cara, que desde dónde estábamos nosotras la notamos toda mojada.

En ningún porno vi una cosa tan bella como esa. Se miraban cómo si se estuvieran adorando, Shu se dejó deslizar hasta quedar parada, le bajó las tiras del vestido, no llevaba sujetador, se hizo dueña de esos pezones que aun desde lejos se veían duritos, y succionó hasta casi hacerla llorar. Se agachó para sacarle las bragas, cuando se levantó las tenía todas metidas en la boca, Liam se las sacó y la suplantó con su lengua, hasta que se separó y la empujó para abajo.

Metió la cabeza abajo del vestido y solamente podíamos ver como abultaba. Lo que sí pudimos ver fue la cara de Liam cuando nos miró como mostrándonos el inmenso placer que sintió en el momento de correrse.

Volvieron a tomarse de la cara mientras frotaban los labios entre ellas, parecían que querían ser una sola. Conversaron entre ellas y entre sonrisas Liam la acompañó tomada de la mano hasta la olla que formaba la caída de agua, Shu se agachó y se puso a hacer pis mientras se dejaba dar besitos por su compañera, cuando terminó, Liam la quiso lavar con la misma agua de la vertiente, pero parece que Shu le pidió que la dejara también lavarla a ella porque quedaron las dos agachadas dándose besitos una frente a la otra lavándose con tanto mimo que más parecía que se estuvieran masturbando.

  • ¿No parecen dos patitos dándose piquitos? Que dulces que se ven – le dije a Nuan

  • ¡No sé! En china los patos se dan piquitos, pero no se friegan los coños

  • Qué ordinaria que eres, era una metáfora, no me digas que no se ven tiernas.

  • Ellas sí, pero yo los únicos patos tiernos los veo cuando me los sirven en el plato.

  • Qué poco romántica que eres, no podrías estar en el lugar de ellas

  • Sí qué podría si estuviera como están ellas, y no para poner un huevo – me tuve que reír

-Parece que ya vuelven. Hoy se refrescaron bien.

Llagaron hasta el lugar dónde las esperábamos. Nos miraban cómo dos niñas que al fin hubieran hecho esa travesura que tanto deseaban. Las miraba y parecía que había salido de excursión con niñas del secundario. Por la cara se notaba que ya no se cocinaban con un hervor, pero el cuerpo era tan juvenil qué de ejecutivas, no se notaba nada.

Solían andar con vestidos sueltos sin sujetador. No lo necesitaban por la firmeza de sus pechos en un tamaño tan manuable. Les quedaban hermosos, daba gusto verlos y más gusto usarlos.

Nos quedamos hasta que llegó la otra pareja, que por cómo traía la ropa parece que también tuvieron algún encuentro cuerpo a cuerpo.

Seguimos por el itinerario de la España olvidada, paisajes rurales, poca gente, y sitios de campo que este año casi no recibían visitantes. Tenía elegido lugares donde pudieran sentirse a gusto, con no molestar alcanzaba, lo que realmente querían lo traían ellas.

Con Nuan nos complementábamos bien. Quería enseñarme algo de chino para otros contingentes. Empezó por el significado de los nombres. Liam, sauce elegante: Shu, pura: Xing, estrella: Xiao, amanecer. ¿Y Nuan? Le pregunté, no me quiso decir.

Fueron unos días maravillosos. Vivian pegadas una a la otra. Tanta dulzura ya levantaba el azúcar. Las noticias de Madrid no eran buenas. Con los certificados sanitarios no iban a tener problemas, pero el tiempo que iban a pasar en la capital, no lo iban a disfrutar.

Hable con las chicas y tenían un viaje al festival de San Sebastián, por tres días no iban a estar casa.

Eso me daba una solución por si no conseguíamos hoteles. Sí se conformaban con quedarse en mi casa arreglaba el asunto del alojamiento.

El día anterior a la vuelta, en el hospedaje nos recomendaron ir hasta el Cazo de Brugues. Un sitio maravilloso desde donde se puede observar fauna salvaje. Un arroyo forma un remanso de agua cristalina donde darse un chapuzón sin que nadie nos molestara. Nos dieron a elegir comida fría, o llevar un asador con diferentes carnes ya sazonadas y tener un día de campo perfecto.

Nos fuimos con el coche, el asador las bebidas, y a la sierra. El sitio era precioso. Hicimos campamento y mientras con Nuan preparamos para hacer la barbacoa, las chicas se quitaron los vestidos y con los bikinis fueron a ver un poco el paisaje y a refrescarse al remanso.

  • Diana, ¿Qué te parece cómo estamos terminando el viaje?

  • Mira, mejor que bien, creo que están conformes, y la verdad creo que casi todo lo pusieron ellas.

  • Es lo que me parecía a mí que iba a pasar. Solamente necesitaban un sitio donde les facilitaran hacer lo que venían a buscar. Mira, parecen niñas en vacaciones.

  • Solo nos falta terminar bien en Madrid, que no sé cómo están los hoteles para pasar dos noches.

Seguimos preparando la carne asada. Teníamos algo para picar mientras esperábamos por la carne a punto. Me fui a llamarlas para ir picando algo cuando me acerqué al remanso me quedé paralizada. Primero la vi Shu frotándose con todo el cuerpo sobre Liam, las dos completamente desnudas. No es que estuvieran follando, es cómo si se estuvieran acariciando con todo el cuerpo, se paraban para mirarse y besarse y seguían con su colección de mimos.

Xiao y Xing estaban en la otra punta. Ellas sí, con la cabeza enterradas entre las piernas, en un 69 escandaloso no se privaban de nada. Me volví sin que me vieran, la comida que esperara.

Le comenté la situación a Nuan, y le causó gracia

  • Ves, eso es lo que en China no pueden encontrar, vamos a dejarlas disfrutar un poco, que tienen más hambre de ellas que de lo que hay aquí – al rato volví cantando para darles tiempo a separarse, no les importó, un poco más quietas, pero seguían abrazadas desnudas. Les avisé y me saludaron riéndose. Vinieron poniéndose los bikinis, agarraditas de las manos. En la comida les avisé lo difícil que podía ser encontrar hotel con las restricciones y si querían venir a mi casa. Les entró la duda, pero al fin de alguna manera nos íbamos a arreglar. Por lugar estaba tranquila.

Llegamos a la tarde, cuando vieron el edificio se tranquilizaron un poco. Ya dentro de casa después que le hubiese asignado a cada pareja su habitación, les costaba creer que esa casa fuera   para mí sola. Esa noche encargué comida hecha al sitio que me gusta y que pensé que les gustaría a ellas. Rabas y pulpos con entremeses, no me equivoqué. Llegamos cansadas. Al otro día teníamos que poner al día los tramites de embarque. De eso se iba a ocupar Nuan, yo me iba a quedar atendiéndolas, y pensaba cocinar yo, que bastante bien se me daba y quería lucirme.

Era la primera vez que dormía con Nuan en la misma cama. Trataba que no se me ocurriera nada raro, ya la había visto casi desnuda, y la verdad que estaba muy bien, pero que muyyy bien, pero esto era un negocio.

Me acosté bien en el borde de la cama para que no hubiera malas interpretaciones. Les había ofrecido mirar televisión si quería, pero, o también estaban cansadas, o tenían ganas de cansarse porque también se fueron a la cama.

Al otro día me levanté temprano. Le pedí a Nuan que me esperara mientras hacía la compra, iba a ser rápido, todo estaba en el mercadillo.

Cuando volví recién las anfitrionas se habían levantado. Les preparé el desayuno en la terraza y le expliqué mejor porque tuvieron que venir a mi departamento, quería que se dieran cuenta que no era porque nos convenía sino para evitarle los inconvenientes por las restricciones.

Se podía decir que era la vez que hablé con ellas más mano a mano, en inglés nos entendíamos bien, y se explayaron contándome la necesidad de desahogarse de la presión de todo el año. Este año había sido fabuloso, llegaron a sentir algo que nunca habían sentido y estaban encantadas con quien lo habían pasado. Lo más raro que en ningún momento se referían a volver a verse en China, solamente una vez me dijeron qué si el año que viene le coincidían los tiempos, tratarían de repetir

Por curiosidad hablando de los significados de los nombres, pregunté por el de Nuan Li, no era un nombre modesto, a lo mejor no me lo dijo para que no me burlara “cálida, tierna, romántica, y para que no le faltara nada el Li era de hermosa” era un poco exagerado, pero tampoco estaba tan desubicado.

Mientras cocinaba, se quedaron mirando Madrid desde arriba, anormalmente vacío, pero no les afectó, lo mejor lo tenían a mano, y en los sillones de la terraza, de cada sillón cómodo para una conseguían hacerlo más cómodo para dos.

Al mediodía volvió Nuan con todos los papeles en regla. Serví la comida esperando que les gustara. Creo que les gustó, en esos casos no se sabe bien si es cortesía o por gusto, pero repitieron así que en este caso creo que fue por gusto.

A la tarde arreglaron las maletas y se quedaron disfrutando entre ellas. Se les notaba la tristeza de ver que se acababa. Les pregunté si querían cenar algo especial, pero solamente pidieron si podía ser unos bocadillos para estar ligeras para viajar al otro día.

Nos sentamos en la sala cómo buenas amigas. El sillón grande para ellas cuatro que alcanzaba de sobra, y Nuan y yo una en cada punta.

Mientras iban comiendo seguían con sus arrumacos. “Y toma este bocadito; y no, dame un pedacito a mí; a ver si me lo quitas”. Parecían niñitas juguetonas que cada vez iban a juegos más complicados

Shu se sentó en las rodillas de Liam y siguieron comiendo así, cada vez más apretadas. Xing con la cabeza apoyada en los muslos de Xiao se dejaba alimentar, pero de vez en cuando se levantaba a robarle la comida de la boca. Eran pura risita, besitos y toqueteos.

Dejé nada más que la luz de la tele en bien de su intimidad. Había puesto la CNN en ingles por si tenían ganas de enterarse de algo. No fue ese el caso los programas de ellas los tenían entre los brazos. Se estaban dando un magreo cómo si estuvieran solas. Liam que parece que tenía la idea fija sacó la mano de entre las piernas de Shu y se la llevó a la boca, bastó para que esta se girara para besarla por el cuello mientras también le metía mano. Yo miraba de reojo y al fin no sabía dónde se mojaban los dedos cada una, tanto se chupaban unos como otros para después cortarse con unos besos de muerte.

No sé cómo aguantaban. Yo de atisbarlas estaba excitada a nivel importante, y ellas seguían con sus juegos. En un instante se quedaron mirando, se arrimaron a besarse dulcemente, se agarraron de la mano fuertemente

  • Nos vamos a descansar – dijo Liam – pasamos los días más lindos de nuestra vida, siempre vamos a estar agradecidas – se levantaron y se fueron abrazadas. No creo que fuera para descansar. Nuan miraba con una sonrisita de reina de oros, cómo si no le fuera nada en esto.

Xing y Xiao era la pareja más agresiva, no traían ropa interior y se les notaba. Hay que reconocer que no les quedaba mal, pero verlas era casi insalubre. Parecían pulpos, a veces se bajaban el vestidito, pero la más de las veces se les veía todo

  • Estas van a follar aquí – le dije a Nuan en castellano.

  • ¡No! Estos son los preliminares, no se atreven a tanto, pero es la forma de decirnos que lo están pasando muy bien

  • Yo mejor me voy y que la terminen de pasar muy bien. – me levanté y les di las buenas noches, pensé que ni se enteraban – Hasta mañana, que pasen una linda noche – se sentaron a preguntar

  • Qué ¿hicimos algo malo, te molestó algo?

  • ¡No! Solo las quiero dejar tranquilas para que la pasen mejor – le preguntaron a Nuan en chino

  • Diana, ellas creen que te ofendieron, te estaban dando un lindo espectáculo y tú te vas ¿Qué les digo?, se creen que no te gustó.

-Dile que me gustó, es muy erótico, tan erótico que me tengo que ir a masturbar – a Nuan le dio la risa, pero creo que les dijo eso. Me miraron sonriéndose y le contestaron

  • Dicen que les harías un honor masturbándote aquí para que te vieran, aunque sea un poco tapada

  • Oye, pero esto es de coña ¿cómo me voy a masturbar delante de ellas?

  • Mira lo que están haciendo ellas adelante tuyo. Lo puedes hacer metiéndote la mano por debajo del pantaloncito y no descubres el secreto que tan bien guardado tienes ahí. Hazlo por el negocio, las vas a dejar contentas

  • Vete a la mierda. Lo voy a hacer por el negocio, por abajo del pantalón puede ser, a ver si sirvo para videos porno

Me senté bien tirada en el sillón, acosté la cabeza contra el respaldo y empecé a pasar la mano de arriba abajo, los gemidos no envidiaban a los de ellas, abría y cerraba las piernas mientras trataba de morderme un pecho. Me miraban abrazadas completamente asombradas, comencé a jadear y a ladear la cabeza de un lado al otro, me mordía el labio y levantaba el pubis con violencia hasta soltar un gemido largo y quedarme derrumbada como examine

Se miraron entre ellas asombradas con la boca llena de babas

  • ¡Oh! Muy bonito, muy bonito, creo que vamos a probar, que descanses bien, hasta mañana

Después que se fueron habló Nuan que me había estado mirando lascivamente

  • Que bruta qué orgasmo te sacaste, que manera de masturbarte se ve que estabas caliente – saqué la mano seca de abajo del pantalón

  • ¿Te parece que me voy a masturbar en público? Me pasaba la mano por encima de la braga

  • Mujer, la actuación ha sido fenomenal, te juro que pensé que habías tenido un orgasmo, me gustaría verte cuando tienes uno.

  • Eso hay que ganarlo, y mejor me voy a dormir que mañana madrugamos – apaga la tele.

Mi actuación fue buena pero mi calentura era mayor. Me di una ducha y traté de lavarme los pensamientos que se me cruzaban. Estuve diez días torpedeada con situaciones que podrían tentar a una monja de clausura. Yo no lo era, pero esto es un negocio y como tal nos comportamos.

Nuan no sé si a propósito, pero vino a dormir después que me durmiera yo. Tenía que darle las gracias. A la mañana nos levantamos y ya ni tiempo para pensar cosas raras.

Preparamos todo lo que faltaba, y antes de salir me interpela Xing

  • Bueno, ¿Por qué no arreglamos aquí lo de estos dos días?

  • Esto déjalo cómo que es la generosidad española, va por cuenta nuestra – hicieron un revuelo

  • ¡No! Tu cobra lo que tienes que cobrar, tú tienes tu negocio, nosotras pagamos.

  • No, no, no, esta es nuestra atención y evalúen el trato que les dimos – después de discutir un poco quedamos de acuerdo. Nuan me miraba y no le había gustado, pero el gasto había sido todo mío así que no perdía nada. Nos saludaron con besos a la española antes de ponerse los tapabocas, y salimos al aeropuerto.

En Barajas hicieron unos trámites en el banco, se pasaron unos papeles con Nuam, nos saludamos de lejos y entraron para el embarque. A la vuelta volvíamos contentas

  • Bueno, por fin terminamos y creo que nos salió bastante bien

  • ¡Sí! Pero podías haberte cobrado los gastos de tu casa.

  • Si ya lo sé, pero ni sabría que pedirle, y la verdad creí que algo me iban a reconocer, pero bueno, a lo mejor nos hacen propaganda y mal no salimos.

  • No, mal no salimos y algo te reconocieron, y me parece que no es poco

  • ¡Ves! A lo mejor es más de lo que les fuera a pedir yo, así que te invito a comer, pago yo.

  • No, vamos a buscar mis cosas, me llevas a casa, y te invito a una comida china que te va a gustar

  • ¿Y qué me vas a invitar si hace diez días que no estás? No debes tener nada

  • Voy a comprar ahora al mercado y enseguida terminamos, que aunque sea comida china no tengo que ir a china a comprar

  • Mira Nuan, no es que no quiera ir a tu casa, pero ni siquiera debes tener el agua caliente prendida. Porque no compramos las cosas, vamos a mi casa y cocinas ahí que está todo andando, a la tarde te llevo a tu casa.

  • Creo que tienes razón, vamos a comer antes, pero si me prestas algo para ponerme y no mancharme esta ropa.

  • Si mujer, ponte una bata de las que uso en casa, total estamos solas – fuimos al mercado, hicimos la compra y a casa. Llegamos y me fui a cambiar. Me puse el guardapolvo que uso para hacer las tareas en casa y le dejé para que escogiera que ponerse. Yo me fui a arreglar las habitaciones de las turistas, cambié las sabanas para llevarlas al lavadero. Y fui a arreglar mi cuarto. Sobre la cama estaba la ropa de Nuan, se había quitado el vestido, así que estaba solo con la bata y suponía que las bragas. Eso me hacía tener pensamientos impuros. Cuando terminé fui a la cocina a ver cómo andaba la comida china, y la china que cocinaba. El olor prometía y la cocinera me hacía la ilusión que también

  • Diana, ahí en la mesa está el sobre que dejaron para ti – lo revisé y al contarlo no lo podía creer

  • Pero esto es una locura, dejaron diez mil €.

  • ¿Y qué locura te parece? ¿cuánto te crees que les cuesta dos días en los hoteles que paran ellas?

  • Pero no vas a comparar los servicios.

  • Claro que no vas a comparar, ¿o te crees que en esos sitios les van a poner público para ver qué bien se magrean, y va a venir la dueña del hotel a masturbarse para complacerlas?

  • Ah, vete a la mierda, si fuera por eso sería la paja mejor pagada del mundo

  • Y eso que no la hiciste a pelo sino vaya a saber lo que te pagaban

  • Esto seguro que es la mitad para ti.

  • No es nada para mí, de verdad Diana, no soy tan buena, si fuera algo para mí me lo quedaría

  • Aunque no fuera para ti, te podías quedar con lo que se te ocurriera, así que eres buena.

  • Bueno, si tú lo dices, sea. Ahora vamos a comer – la comida estaba riquísima, se lució, estuvimos hablando de nuevos proyectos mientras nos fuimos tomando una botella de vino del que suelo comprar. Ese vino siempre me da suerte, cuando terminamos quiso lavar los cacharros, arrimada al lavadero se veía divina. La bata mía le quedaba un poquitín larga, pero con el culito resultón que sacaba en esa posición parecía un poema, cuando terminó la mande a la sala que le iba a llevar el café. No iba con buenas intenciones, a ver cómo salía

  • ¿Todas las chinas son así tan vuelteras? Le pregunté

  • ¿Vuelteras por qué?

  • Mujer, mira el tiempo que se pasaban magreandose antes de ir a los papeles.

  • Pero es que ellas vinieron a eso. Todo lo que hicieron aquí de exhibicionismo y todo lo demás era porque querían sentirse acompañadas, queridas, y que lo supiéramos.

  • Pues sí, la verdad que nos enteramos, pero me parece que en china no lo va a saber nadie.

  • Claro que no, si quisieran que lo supieran en china lo hubiesen hecho en china.

  • Pero si venían para eso, porque no lo hicieron de entrada que dieron tantas vueltas.

  • Diana, lo que más estaban buscando eran las vueltas. Para follar en china también se encuentra, pero sentirte querida, por alguien que te hace sentir la calidez de que le interesas, para eso, o te tienes que comprometer o puedes comprarlo, ellas por los puestos que tienen, no quieren comprometerse, entonces pagan.

  • Pero no es igual, sabes que están contigo por conveniencia, ¿Qué gusto tiene?

  • Tiene porque las dos están en lo mismo. Ellas ya se comunicaron y vieron que son lo que buscaban, no pagan la compañía, pagan que les ofrezcan las ocasiones de consentirse sin parecer bichos raros. Poder creer que son amadas, aunque sea en estos días de vacaciones, no piden más

  • Y eso es lo que yo digo ¿por qué no lo aprovecharon más en vez de dar tantas vueltas?

  • No entiendes, lo aprovecharon. Las caricias, los mimos, y la ternura de los escarceos, les acrecentaba el gusto, lo disfrutaban mejor. Tú no podrías hacer eso porque eres diferente.

  • Nuan, yo no haría eso porque no le veo la utilidad, pero eso de que no podría hacerlo está de más, quizá te creas que son superdotadas.

  • No te dije eso, te dije que eras diferente. Nosotras tenemos la famosa paciencia oriental, ustedes son más impulsivas, más ardientes, enseguida quieren ir más al fondo.

  • Sí, eso es cierto, al fondo quiero llegar, pero si tengo que tener paciencia la tengo

  • ¿Piensas que podrías estar con alguien que te guste, el tiempo que estuvieron ellas aguantándote?

  • Yo digo que sí, pero y tú ¿piensas que podrías aguantarte con alguien que te gusta?

  • Claro que puedo, y te lo podría demostrar, no sé si tú serías capaz.

  • Por mí claro, tú me gustas, por mi lado ya está

  • Por el mío también, yo hago de Shu y tú haces de Liam y vamos a ver quién gana– se sentó sobre mis rodillas y se abrazó dándome besitos en el cuello – Sabes, me gustan mucho esos labios que tienes, me da ganas de comerlos ¿puedo?

  • Siempre y cuando también me des algo de comer – mientras me besaba le desprendí la bata, saltaron esas dos colinas que aun sin ser muy grandes, me llamaban a escalarlas con mi boca.

  • Me parece que te estás apurando mucho – me susurraba mientras me daba la teta - ¿ves que no te aguantas? Eres una calentona, quieres todo enseguida.

  • Es que tú eres frígida y tengo que poner el calor para las dos.

  • De dónde sacaste eso, yo no soy frígida, soy bien normal, mira – se arrodilló, y después de besarme me metió la otra teta en la boca. Era una barbaridad lo duras que eran. Los pezones parecían chupetes y yo me hacía la beba para chuparlos.

  • A ver si eres tan normal, déjame sacarte las bragas y después te digo – a esa altura ya sabíamos a lo que íbamos, era ponerle un poco de literatura. Dejó que le sacara las bragas, estaban empapadas, le pasé la lengua – Uhm…fría, fría no estás, pero me parece que aun te falta algo – las pasé por los pezones y ahí fui a chupar mientras con los dedos iba a buscar más para remojarlos. Cuando le metí dos deditos, pegó un saltito.

  • Quita esos dedos de ahí, eso no vale

  • Es solamente para darle más sabor a esas tetitas tan tiernas que tienes

  • ¿Y de ahí quieres darle el sabor?

  • Sí, sabe muy rico, ¿no lo probaste?

  • Claro que no lo probé, ¡lo que me falta!

  • Pues para que no te falte –  le saqué los dedos del coño y se los metí en la boca, no me peleó, los probó y no dijo nada. Los volví a chupar después de llenarlos de jugos – viste que ricos que están, pero me parece que es una manera de perder el tiempo, déjame que lo hacemos más fácil – la tomé de las caderas, apoyé la cabeza en el respaldo y la puse de coño sobre mi boca. Que almejita divina, cómo toda ella, no muy grande pero bien marcada. Un clítoris hinchadito, caliente, un caramelito y yo a chupar

  • Estas haciendo trampas, ¿ves que no te aguantas? – yo ni caso, le metía la lengua en esa cuevita preciosa y notaba cómo se derretía – eres una tramposa, esto no vale – se estremecía toda

  • ¿Quieres que pare? Si te vas a sentir mal paro

  • Ahora sigue, pero eres una tramposa igual – creo que si hubiese parado me mata, se agarró de mi cabeza y me empezó a cabalgar, no gritaba mucho, pero los bufidos auguraban una corrida apoteótica.

Así fue, casi me ahoga, si no fuera por lo que me gustó hasta hubiese protestado. Se quedó un poquito esperando que le terminara de limpiar algo que se le podía haber chorreado, y se dejó deslizar hasta quedar a mi altura, le seguí dando de probar el sabor de sus jugos con mi boca

  • Vistes, al final la que no aguantaste fuiste tú ¿quién es la calentona?

  • ¡Así que la frígida eres tú! Bueno entonces estoy cumplida, perdí, me voy a casa no hace falta que me lleves

  • Que, que, que…¿adónde vas a ir tú? Así no me dejas – si me dejaba así me daba un ataque

  • Pues si esperas que aquí te haga algo estás arreglada – me quedé mirándola incrédula – vamos a la cama – me agarró de la mano me pegó un tirón y me llevó a la habitación. No había terminado de cruzar la puerta, cuando ya me había sacado la bata y se tiró arriba mío.

Nuan se había desahogado algo, pero yo tenía el orgasmo atrancado, que si pegaba un salto se me caía. Me empezó a besar a lo largo del cuerpo, cuando llegó abajo. El horno ya estaba a punto para bollos.

Ahora fue ella la que me lamió, buscó mi botoncito y se engolosinó, succionó estirándolo hasta sentir como me disolvía en su boca

  • Cariño no aguanto más, sigue no pares hazme acabar, así mi cielo así… mi coñooo no aguanta más me corroo, ahhh. – y así me fui de manera un poco escandalosa, quedé cruzada en la cama

  • ¿Tú te crees que me tomé el trabajo de cocinarte para que me arregles con esto nada más? Esto no se queda así – se giró metiendo su almejita en mi boca, sin abandonar la mía. Me metió los dedos como para enterarse bien lo que podía tener ahí adentro, a la pepita no sé si le quería sacar jugo, o se la quería comer. Yo tampoco me quedé atrás y no me corté en darle lengua

Bueno, a decir verdad, atrás me quedé. Atrás de ese culito precioso me quedé, y cuando le abrí los cachetes vi lo bonito que era, la gana que me dio de lamerlo, creo que si hubiese podido le hubiese metido la lengua adentro, ¡qué cosa tan rica! Le recorría toda la raja, empezando por el clítoris y siguiendo por la raya del culo, ella me contestaba con creces, ¡cómo me tenía! no estaba para sacar cálculos, así que no se si nos corrimos dos, tres, o lo que fuera, pero estuvimos hasta que nos distrajo el sonido de una alarma.

  • ¿Y eso que fue? ¿de qué te tienes que acordar?

  • Del tiempo que aguantaron las chinas antes de empezar a hacer lo que nosotros ya terminamos.

  • Oye, oye, ¿por qué dices que terminamos?

  • Porqué me tienes que llevar a casa.

  • Tú estás loca mira así cómo estoy si me voy a vestir para llevarte a tu casa.

  • Qué amable, me lo habías dicho antes. Está bien no te molestes me pido un Cadifi

  • Sigues loca, los Cadifi no andan con la pandemia

  • ¿Y qué quieres que haga? Que me vaya caminando

  • Tu sabes lo que quiero. Que te portes haciendo honor a tu nombre, romántica, tierna, cálida, y no sé cuántas cosas más, pasamos la tarde aquí y mañana si tenemos ganas te llevo.

  • No sé quién te dijo el significado de mi nombre, pero viste que no tienes la paciencia que tenemos las chinas

  • ¿Qué no tengo paciencia? Diez días de paciencia tuve, que no sé si ese pantaloncito que te ponías para dormir no era para torturarme. La famosa tortura china que le dicen – se largó a reír

  • Jijiji. Si salimos otra vez no me pongo nada, así no te torturo

  • Si salimos otra vez mejor pedimos cama doble para nosotras y te dejo torturarme – se acostó a lo largo sobre mí mientras me cubría a besos y caricias, algo que le correspondía con entusiasmo

  • Ves, esto es lo que buscaban ellas, cariño, no solamente sexo. Poder estar sintiendo la calidez de alguien, que te demuestra que te quiere – despacito en esos vaivenes no sé cómo nuestros cuerpos se fueron acomodando, nuestros senos se rozaban suavemente, mientras nuestros labios se buscaban sin darnos cuenta. Cómo una pieza de un rompecabezas nuestros clítoris se fueron ajustando hasta que encontraron su posición natural, despacito nos movíamos y despacito nos corrimos las dos juntas en un orgasmo encantador, casi sin darnos cuenta

Nos quedamos quietas, ella acostada arriba mío y yo acariciando su espalda tratando de entender lo que había pasado, fue Nuan la que me explicó – ves, esto no fue solamente sexo, fue ternura, es algo que no siempre se encuentra.

  • No te preocupes, que para ti tengo guardada toda la que quieras – se sonrió, y nos quedamos así abrazadas, mañana veríamos.

No todo lo que viene de china es malo. Ojalá que esto les guste