Libre 2

Eva sigue descubriendo su sexualidad, poco a poco...

Volvieron a casa en medio de un silencio incomodo y la música los envolvió a cada uno con sus pensamientos.

Eva le daba vueltas a lo que había pasado en la playa. Se agitaba solo de recordarlo, se había quedado con ganas de mas.

Tenia las piernas cruzadas y su mano, prisionera en medio, apretaba su sexo para que se calmara pero no lo conseguía. Su dedo pulgar aparto el bikini y se deslizo por sus labios, que seguían hinchados de deseo. Empezó a moverlo lentamente y el calor invadió su cuerpo de manera brutal... Cerró los ojos invadida por esa maravillosa sensación, tan nueva para ella, tan desconocida. De repente paró.. " Que estoy haciendo? Que me esta pasando? " Sentía que el deseo la devoraba por dentro, le recorría todo el cuerpo y no quería parar de sentir esa sensación que la desgarraba. Quería mas, lo necesitaba..

Sabia por su prima, que Carlo y ella eran swingers, pero nunca hubiera imaginado que su primer contacto sexual iba a ser con ellos, su familia. Había venido dispuesta arreglar su "asunto", como decía Ana en broma, pero nunca pensó en algo así. Su cabeza no paraba de darle vueltas, aunque tenia que reconocer que había sido maravilloso.

Llegaron a casa ya de noche. Al entrar, Carlo fue el primero en pedirse la ducha. Eva no podía apartar la mirada de su cuerpo y sobre todo del largo pene que le colgaba entre las piernas. Eva se dirigió a su habitación para desnudarse, se enrollo una toalla y cuando oyó el grito de Carlo - "Siguiente" - entro en el baño y se metió en la ducha.

El agua estaba fresca, lo que agradecía después de tanto sol y tanto calentón. El jabón le resbalaba por el cuerpo como una caricia, cuando de repente noto una mano deslizarse por su espalda.

  • ¿ Quien es?- dijo girándose de golpe sobresaltada.

  • Tranquila Eva, soy yo- dijo Ana mientras miraba todo su cuerpo de arriba abajo.

  • Tenia ganas de verte desnuda y de tocarte. Tienes un precioso cuerpo, no se porque no lo muestras mas-

Deslizaba sus dedos por encima del jabón, dibujando sus curvas delicadamente. Eva estaba alterada, instintivamente se tapo el sexo, al recordar el pubis rasurado de Ana. Ella lo llevaba al natural, nunca se había depilado. En un intento de parar su avance se lo dijo.

  • No estoy depilada como tu, tienes un pubis bonito y sin vello es muy sensual, pero yo nunca me lo he hecho- dijo Eva con las mejillas rojas de vergüenza.

  • Eso tiene fácil solución. Te lo hare y veras como te gustara-

Tiro del brazo de Eva, sacándola de la ducha y cogió del armario los utensilios necesarios para la depilación. La sentó en el bidé con las piernas separadas. Eva estaba aturdida, pero dejaba que siguiera. Ana empezó a extender la crema y un escalofrío recorrió su cuerpo, haciendo que sus pezones se pusieran duros. La cuchilla se deslizaba despacio y con suavidad por la mata de pelo, la cual fue desapareciendo poco a poco, entre sus suspiros. Sus dedos separaban los labios, los apretaban, se movían con agilidad por el sexo de Eva.

-Mmmmm-  gimió Eva

  • ¿ Te gusta? Parece que si por lo mojada que estas- dijo sonriendo y mirándola a los ojos de rodillas.

Eva se sintió caliente, no había imaginado nunca que otra chica la pudiera llegar a excitar. En algunos momentos intentaba cerrar los muslos sin querer, pero Ana la sujetaba con firmeza y entonces Eva levantaba el culo excitada.

Ana la miraba, sabia que sus roces cada vez la excitaban mas.

  • Ya hemos terminado- dijo admirando su obra.

Le puso un pequeño espejo delante para que se lo viera.

  • ¿Qué te parece, verdad que es bonito?-

Eva se quedo sin palabras. Podían verse unos labios finos, apretados y suaves. La visión de su sexo le encanto.

Ana la miro a los ojos y sin separarlos un instante, fue acercando su boca a esos labios recién depilados. Eva se puso tensa al darse cuenta de las intenciones de su prima, intento cerrar las piernas, pero las manos de Ana se lo impedían. Al fin noto los labios calientes y jugosos posándose sobre su coño.

Empezó a lamer la piel suave, a pasar la lengua de arriba abajo. Eva no podía creer la sensación que eso le provocaba, la cabeza se le iba y su cuerpo se relajaba ante las embestidas de su boca. Llevo sus manos a sus pezones duros, acariciándolos mientras Ana se hundía mas y mas entre sus piernas.

La lengua de su prima empezó a meterse en cada pliegue, a jugar con su clítoris, hinchándolo por momentos. Hundía su experta lengua en su vagina, la hacia estremecerse desde la cabeza a los pies. Los gemidos de Eva cada vez eran mas fuertes, hasta convertirse en gritos ahogados. Sabia bien como hacerla gritar.

Sudaba, estaba tensa con el culo elevado, sintiendo como mil oleadas de placer la invadían por completo.

Ya no podía mas, estaba a punto de dejarse ir, cuando vio a Carlo en la puerta del baño, apoyado. No tuvo tiempo a decir nada, sus ojos  se clavaron en los de el y grito como nunca lo había hecho, mientras se corría en la boca de Ana.

Su cuerpo empezó a temblar, a tener espasmos, las piernas se tensaban y se relajaban a intervalos de segundos. Notaba como Ana disfrutaba de sus flujos y no dejaba de lamerlos. Tenia su cabeza entre sus manos  y no podía creer lo que había ocurrido.

Carlo desde la puerta, sujetaba su verga erecta ante la escena que había presenciado. Deseaba poseer a Eva mas que a nada, guiarla por todos los caminos del placer a través de su cuerpo. Follarla como un animal y hacer que se deshiciera de deseo.

Se dirigió a la cocina con una sonrisa en los labios... la noche iba a ser larga, pensó.

Cuando salió del baño, se excuso diciendo que estaba cansada y que no tenia hambre. Necesitaba estar sola y asimilar todo lo que le estaba pasando. Era demasiado en tan poco tiempo..

  • Eva ¿ estás bien?- le pregunto Ana consciente de su confusión.

  • Sí, sí. Es solo que no tengo hambre y me quiero acostar- contesto con una sonrisa.

Se dieron un beso y se dirigió a su habitación. Demasiadas experiencias nuevas en un solo día, pensaba mientras se metía en la cama. Seguía inquieta por todo lo vivido ese día. Se removía de un lado a otro intentando dormir, mientras en su cabeza aparecían todas las imágenes del día, y suspiraba...

Estaba en un medio sueño cuando noto que le acariciaban el brazo. Se despertó sobresaltada, pero decidió no moverse, aunque ya no le extrañaba nada. Seguro que era Carlo, pensó. Había visto su deseo mientras presenciaba la escena del baño y sabia que tarde o temprano vendría a por ella. Y lo mas sorprendente, es que lo estaba deseando...

Siguió quieta, fingiendo estar dormida. Noto como se sentaba en el filo de la cama. Estaba acostada de lado y la mano siguió acariciándola suavemente. Se deslizó hacia su espalda, rozándola, la piel se le erizo al momento y por su cuerpo empezaron a subir descargas de deseo que ya iba conociendo bien. Siguió el recorrido que ahora acariciaba sus caderas por encima de la ligera sabana, lentamente, sin prisa. La mano se deslizo hasta su pecho, cogiéndolo con firmeza y suavidad. Empezó a jugar con su pezón erguido, despacio, rodeando su dureza, pellizcándolo con mimo. Empezó a gemir débilmente mientras se giraba, quedando boca arriba mirando a Carlo a los ojos, que le ardían de deseo. Su mano seguía acariciando su pecho.

-¿Quieres que siga, Eva?

  • Si... - susurro agitada.

  • ¿ Quieres que te abra la puerta del placer?

  • Si...

  • ¿ Quieres sentir como nunca has sentido?

  • Si...

  • ¿ Quieres saber lo que es disfrutar?

  • Siiiiiiiiii - grito Eva.

Y se dejo llevar...