Liberada - guiando a la perdición V

Se la tragaba entera hasta la base, bañándola completamente en su saliva, y sacándola de una vez de su boca apartándose unos centímetros, abriendo la boca de la que colgaban hilos de saliva mirando fijamente al chico para elevar su morbo al máximo

Como una serpiente pérfida, Yoli iba deslizando en la mente de Vicente la idea del peligro de un embarazo adolescente no deseado, viendo realities con esta temática precisamente cuando se sentaban en el sofá, sin decirle nada para que el tema entrase solo en su mente, comentándole alguna noticia de poca sustancia, pero junto a otra que hablaba del tema, hablando con su amiga Verónica por teléfono a voz en grito, sobre alguna amiga de la adolescencia que se quedó preñada en el instituto, etc…Alguien inteligente se habría dado cuenta, de que eran demasiadas coincidencias y que lo estaban manipulado, claro, alguien inteligente, ese alguien no era Vicente.

Y cuando su jefe de recursos humanos le planteo, orden que él había dado al mismo para estos casos, el despido de una mujer cuya hija adolescente había quedado embarazada sin desearlo y habían apoyado a la hija para abortar. El pánico despertó en la mente de Vicente, aquella cría era   un año mayor que Belén.

-        Imagínate, Imagínate, Imagínate, que escándalo, ahora que sale de noche, si le da por tener sexo, los chicos solo piensan en eso, como es normal, imagínate que la embarazan, que escándalo, que bochorno, que mancha, porque desde luego como va a abortar, que dirán de nosotros, me tirarían de la Iglesia, que escándalo en la prensa, como iba a quedar mi reputación y forzar al mezquino responsable a casarse con ella….

Parloteaba pálido y sudoroso en el sofá Vicente sosteniendo un vaso de agua.

-        Eso sí, sabe quién es el padre…que todo podría ser.

Decía en voz alta Yolanda, como distraída, ojeando una revista con las piernas dobladas y los pies encima del sofá, en una pose recogida muy sexy, con unas mallas rosas cómodas y ajustadas.

Vicente la miro aterrorizado, resoplando y marchándose hacia el sofá. La semilla ya estaba plantada.

“Tienes que tirártela, tenéis que tener sexo y ha de ser aquí, donde puedan quedar pruebas, pero cuando no estemos nosotros”

Le escribía Yoli por el chat al niñato.

“Pone mucha resistencia, con sus rollos románticos y lo de hacerlo por primera vez en un viaje especial y eso, además no me apetece nada, me da mucho asco, hasta besarla, tengo que cerrar los ojos y pensar en ti”

Respondía por el chat el criajo, suscitando la sonrisa de vanidosa aprobación de Yolanda.

“Hazlo como quieras, tienes que tener relaciones con ella, y yo necesito pruebas, sino no habrá más recompensas…sobre todo ahora que van a subir de nivel”

Respondía retorcida Yolanda, al tiempo que a los cinco segundos se borraban los mensajes.

“ Si, si, hare lo que me pidas aunque me repugne…después de estar contigo, cualquier tía, es nada, eres una diosa maciza y me muero de ganas de tener mi recompensa”

Leía Yolanda sonriente embebida de su vanidad.

En medio de estas presiones y estos temores de embarazos indeseados implantados en la mente de Vicente, estallo otra bomba, Yolanda se frotaba las manos y sonreía de placer por dentro sin expresar nada, sus planes de derribo de la criaja iban viento en popa.

Como las notas no hacían más que empeorar y los suspensos ya eran más que los aprobados, en el colegio la habían obligado a ir a la psicóloga y orientadora del mismo, siguiendo con las instrucciones de Yolanda, Sergio la había predispuesto contra la misma, y las faltas y los encontronazos con la psicóloga eran muy fuertes.

Una tarde de aquella semana, en el pub donde quedaban los chicos, Belén había encontrado a Sergio hablando con una compañera, en apariencia bastante inocentemente, pero ella se estaba insinuando claramente.

Cuando Belén apareció, Sergio dejo a la chica con la palabra en la boca, envolviendo a Belén con sus zalamerías, y sus torpes cortesías, y baboseos, con el objetivo de conseguir el sexo, que le daba el billete para disfrutar de Yolanda, el abandono inmediato había salvado a Sergio, pero no aquella zorra.

Al día siguiente en el elegante y bajo nivel colegio privado, Belén espero a la chica y le atizo con uno de los palos de golf que le había comprado su padre años atrás, con los que era tan negada como su padre, dos fuertes golpes a traición, dentro de las instalaciones, insultos y gritos de zorra, puta, furcia…loca de ira y de celos, le rompió a la chica, la nariz y la ropa.

Vicente llego ese día a casa hecho un basilisco, la habían expulsado, la primera entre los hijos de sus acaudalados e influyentes “”amigos”” que era expulsada del colegio por violencia. Qué pensarían de ella, y lo que es peor, que pensarían de él, lo más importante y lo único al fin y al cabo para Vicente.

Por lo visto al principio su ex, la madre había hecho frente común con Vicente, pero ante la retahíla de insultos, voces, y amenazas melodramáticas cargadas de retrogrado machismo y el arte manipulador, que ya conocía tan bien ejercer Belén. La madre se había puesto de su lado, y la amenaza de la patria potestad había vuelto a poner a Vicente entre la espada y la pared, hecho una furia enfurecida del infierno, echando fuego por todos los costados, pero resignado, aunque las miraditas, y los comentarios en círculos sociales, restaurante y el golf de ese sábado, empezó a hacer que por primera vez hablase con desprecio y odio de la niña y sus caprichos, estaban en el camino, pensó complacida Yolanda.

“ He conseguido que me haga una mamada, ha costado lo suyo y aunque pensaba todo el rato en ti, me ha dolido, me rascaba con los dientes”

Le escribió el niñato al día siguiente, provocando la risa risueña de Yolanda, y las miradas de extrañeza y adoración en la oficina.

“¿Solo una mamada?”

Pregunto maliciosamente Yolanda.

“ Bueno alguna más…pero siempre raspa con los dientes….yo creo que como insisto tanto en hacerlo, accede a mamármela para que me relaje y desista….aunque siempre que me la mama, cierro los ojos y pienso en ti”

Volvió a escribir el criajo.

“Tú no tienes ni idea de lo que sería, que yo te la chupase, ni idea…seria el máximo placer que has tenido nunca, no te lo puedes ni imaginar, lo que sería sentir mi gran, cálida y húmeda lengua masajeando tu glande lentamente, mis suaves labios devorando tu verga centímetro a centímetro…¿te gustaría sentirlo?”

Respondió cargada de intención Yolanda.

“Si, si, si….por favor si, si, si….”

Contesto el criajo, que despedía la misma ansiedad por escrito que cuando estaba con la diosa morena de curvas macizas que era Yolanda.

“Pues aún estas lejos de ese nivel, y creo que nunca llegaras, si no te la follas y me dejas un condón con pruebas, pringao”

Escribió con sorna Yolanda.

“Joder, es muy difícil, y no solo me da asco tocarla, es que empieza con sus rollos, románticos, y que, si la primera vez al final de curso en un viaje y no sé qué, y llora y la lía…no sé qué más hacer”

Respondía quejoso Sergio.

Yolanda se rasco la barbilla, y se le ocurrió algo:

“Está bien dile, que se deje dar por culo, que tú eres un hombre joven, que tus amigos lo hacen con sus novias y tú no puedes esperar, tontea con alguna, más mayor que ella, no la vaya a liar, que te deje al menos una vez con condón que resbala más, con mucha vaselina, crema y eso y que, si le duele, te esperaras al final a su desvirgamiento romántico”

Le escribió Yolanda, con gesto serio.

“Si claro, no se deja follar, se va a dejar dar por culo”

Contesto sarcástico Sergio.

“¿Que pasa no te atreves o no sabes?”

Replico Yolanda.

“Sí que sé cómo hacerlo, solo tengo que pensar en ti y se me pone como una piedra y gorda como un burro, luego mucho lubricante y empujo…”

Contesto el niñato.

“Pues ya sabes, necesito el envoltorio y un condón lleno con tu semen en una de las papeleras de casa, y su caja de condones correspondiente en el cajón de ella…sin ello, no hay más recompensas, apáñate como quieras, adiós”

Corto estrepitosamente la conversación Yolanda, sin dejar al chico contestar, cerrando y bloqueando el chat, que se vacío a los pocos segundos.

Durante un par de días Yolanda temió que el chico no lo consiguiera, debido a su silencio.

Ya estaban en la semana que Belén pasaba en su casa, cuando una tarde le comunico que lo había conseguido, la chica se dejaría penetrar analmente. Yolanda le dio las debidas instrucciones, debían hacerlo en la casa cuando ellos no estuvieran, dejar la caja de condones en el cajón de ella y tirar el condón atado y su envoltorio en la papelera del baño de invitados. El criajo le indico, que lo harían el jueves por la tarde antes de salir, cuando ellos estuvieran trabajando, le diría a Belén que él lanzaría el condón usado fuera de la casa y lo dejaría en la papelera del baño de invitados, dejando el paquete de condones en la mesita de noche de la criaja.

“ Joder, joder, joder….como me duele….y ella, ella gritaba como una loca…y lloraba sin parar, hemos quedado que nunca más, menos mal que me la ha mamado mucho antes, y a pesar de raspar, como no he dejado de pensar en ti, he podido correrme a pesar del dolor, pero como me duele, no sé ni en qué postura ponerme, como me dueleee….aaaayyyy”

Leía Yolanda entre carcajadas, lo que estaba dispuesto el criajo a hacer para poder gozar de su cuerpazo, pensaba satisfecha Yolanda camino de casa, preparada para montar una escena, esto marchaba.

Yolanda entro y Vicente ya estaba en casa, sentado en el sofá del salón mirando la tele tranquilamente, perfecto, perfecto pensaba Yolanda, que fue a cambiarse y ponerse cómoda, intercambio algún comentario con Vicente, yendo de aquí para allá, y cuando considero el momento adecuado, se dirigió al baño de invitados, con la excusa de cambiar las bolsas de basura de las papeleras de los sanitarios.

-        ¿Qué significa esto, Vicente?... ¿Qué significa esto?...

Apareció Yolanda con la cara demacrada y el gesto compungido, llevando en la mano la bolsa de sanitario recogida como mostrando el contenido, un gesto no demasiado compungido, pues su templanza habitual era demasiada y una representación demasiado histriónica no parecería para nada verosímil.

-        De que hablas, Yolanda, no sé de qué me hablas.

Contestaba sinceramente sorprendido Vicente.

-        De esto te hablo...de cómo has traicionado nuestro amor…

Respondía Yolanda, mientras sus falsas lágrimas recorrían sus mejillas, corriendo su elegante maquillaje y emborronando sus ojos con el rímel, empezando a gemir al hablar.

-        De que me hablas, yo, yo, yo…. no he hecho nada.

Contestaba estupefacto y asombrado Vicente.

-        Encima de mentirme, me tratas de estúpida……

Decía firmemente Yolanda, mientras sus lágrimas falsas corrían a cientos por sus mejillas, al tiempo que se acercaba con ademán violento a Vicente y le mostraba el contenido de la bolsa de plástico dentro de la papelera sanitaria del cuarto de invitados.

El rostro de Vicente demudo a la estupefacción, tornándose completamente blanco, con los ojos bailando como buscando excusas por los rincones.

-        Yo, yo, yo…..eso es un condón usado….pero, pero, pero….yo no tengo nada que ver, nada que ver….Yolanda, por favor.

Respondía balbuceando el derechón estúpido.

-        Encima continuas, tratándome de estúpida, pensabas queee…queee…no lo descubririaaaa….destruyendo nuestro amooor….uuuhhuuuhh

Interpretaba Yolanda el papel de esposa ultrajada.

-        De verdad Yolanda, te lo juro, que yo no te he engañado, ese preservativo no es mío…

Contestaba sofocado el zafio y arruinado cincuentón.

-        Entonces de quien, ¿de quién es?

Interrogo exigente Yolanda, mostrando los restos del envoltorio donde podía verse la marca, para después dejar pasar un silencio desvelador, mirando fijamente a los ojos a su desgraciado esposo, esperando incentivar así en él su respuesta.

El silencio funciono, el rostro de Vicente, se tornó en una mueca de horror contenido, levantándose fue directamente a la habitación de Belén, subiendo las escaleras rápidamente, seguido a la distancia estratégicamente por Yoli.

No tardó mucho en descubrir en un cajón de la mesita de noche, la caja de condones, girándose rápidamente a Yolanda para cotejarla, con los restos del condón usado.

-        Nooooooooooooooooo.

Estallo el retrogrado y decadente viejo derechón en un relincho de desesperación. Para después bajar a toda prisa maldiciendo todo el camino, rojo de ira, tirando sapos y culebras, seguido por Yolanda, que le pedía perdón por haber dudado de él en una estupenda interpretación, aunque en su mente solo tenía espacio para su hija, la criaja.

La llamo hasta diez veces seguidas, sin conseguir que le cogiese el teléfono, a la décima se lo cogió, y entre furiosos gritos le ordeno que volviese inmediatamente a casa, ella se negó y llego una hora más tarde.

La escena fue de una ferocidad enorme, gritos sobre gritos, Yolanda lo observaba todo desde la distancia, deleitándose por dentro, pero con rostro de sorprendida por fuera.

“Que si ella ya es una mujer, que esta liberada y moderna, y que usa medidas anticonceptivas, etc…etc…”, ante lo que Vicente enrojece hasta la erupción, diciéndole que no consentirá que su hija sea una zorra, que quien es el tío. Ahí Yoli pensó que pasaría lo peor, que delataría al niñato fofisano, pero ella para defender a Sergio, (hasta ese punto el criajo podía manipularla a su antojo) dijo que tenía relaciones con los hombres que quería, que ya tenía dieciséis años y era legal, lo dijo con tanto arrojo, desparpajo, soberbia y prepotencia, que el derechón colérico y machista de Vicente le cruzo la cara por primera vez en su vida.

La cría, vestida como una choni sin curvas y sin gusto, se levantó entre lágrimas y gritos, corriendo a la puerta de casa sin recoger nada de su habitación gritándole que se iba para siempre, ante lo que Vicente, se quedó paralizado, consciente por primera vez de como había perdido el control.

Yolanda se le acercó para fingir que lo consolaba, pero el pánico a perder a su criaja volvió a apoderarse de él y apenas media hora después volvía a coger el camino de casa de su ex, para volver a rogar que su malcriada e insoportable hija volviera a su casa con él. Pero como pudo saber Yolanda, esta vez, si bien logro que volviese, algo se había roto dentro de él y su ex, no hizo frente común con la criaja, a los cambios para mal se unían ahora las relaciones sexuales, en teoría descontroladas y eso preocupo también a la madre, parecía que la criaja había entrado en una espiral autodestructiva en la que por supuesto, Vicente no quería ver salpicada su reputación. El único compromiso que sacaron de ella, es que tendría un solo novio, alguien con cara y ojos, un único compañero sexual, al que poder fiscalizar, su dependencia de Sergio era tan estúpidamente grande, que no había manera de que lo traicionara.

Por eso algo se había roto y aunque había logrado que su hija volviese a su casa, entre mirada y mirada de adoración, se añadían ahora miradas de temor, como si su hija fuera una amenaza para su establishment en su sociedad de iglesia y costumbres derechonas.

Durante la semana siguiente, sin la niñata por medio, Yolanda de vez en cuando como quien no quiere la cosa, como queriendo quitar importancia a la cosa, recordaba el asunto, pero más de una vez se le escapo maliciosamente que los condones a veces se rompían, provocando una expresión de pánico, en el zafio e inútil de su marido, Vicente.

Por lo visto, la polla ya no le dolía tanto al criajo, que no hacia otra cosa que insistir pidiendo su recompensa. Yolanda había logrado alcanzar el equilibrio, de forma que mediante respiración y meditación controlaba su libido, sobre todo la rebajaba después de cada encuentro con el niñato, para que cualquier tío que le tirase la caña, no tuviese todas las de pescarla.

Era justo que el niñato fofisano, recibiese su recompensa, estaban muy cerca del empujón final al abismo y necesitaba motivarlo completamente.

Vicente estaba de los nervios, no podía quitarse de la cabeza que la malcriada y descontrolada de su hija tuviese un embarazo no deseado, solo el lameculismo del golf del sábado, lograba relajarle y vaciar la cabeza, por eso Yolanda no tuvo que decir nada, para tener ese sábado completamente despejado, con la aplicación de seguimiento del imbécil derechón de Vicente siempre activada, que zumbaba si su móvil o su smartwatch controlador de su pulso y corazón estaban a menos de 5 kilómetros de Yolanda o de su casa.

El criajo llevaba toda la semana suplicándole por una recompensa, hacía ya tres semanas que no disfrutaba del cuerpo de diosa del porno de Yolanda y andaba desesperadísimo y ansioso, sobre todo después de haber subido de nivel, y poder gozar de los labios, las tetazas y el resto del cuerpo de Yolanda.

Yolanda picaronamente le había preguntado si tenía alguna petición de ropa, lencería o así…el chico le había preguntado si tenía un corsé, sin especificar color y Yolanda se preparaba para darle un espectáculo que lo satisficiera y le hiciera aumentar aún más su desbordante deseo por ella, ahora tenía que aumentar el nivel de descontrol de la criaja, llevarla casi a delinquir y solo el niñato que la tenía comiendo en la palma de su mano, podía inducirla a ello, por eso Yolanda necesitaba que la lujuria del chico fuera tan desenfrenada que pudiera matar por ella.

Como los sábados anteriores, el criajo llego a la hora, evitando todo tipo de miradas, entro por la puerta abierta automáticamente, en la segunda puerta, envuelta en su albornoz blanco le esperaba Yolanda con gafas de sol y el pelo recogido en un moño. Como siempre con semblante serio, lo guiaba a su sala de estar, lo desnudaba, registraba sus dispositivos electrónicos, los dejaba en el baño y en esta ocasión le obligo a sentarse en el sofá, atándole las piernas a los extremos de las patas con dos de los cinturones y liberando sus manos, con su morcillona y vigorosa verga estandar, bailando erecta, jadeando lentamente esperando que ella volviese a entrar en la sala de estar.

Antes de irse apago la luz y dejo encendida la luz de una lámpara de pie, donde había puesto para la ocasión una bombilla de luz roja difusa, lanzando una sonrisa maliciosa al chico, esa sonrisa preciosa de diosa mediterránea que enamora al mismo Dios.

Cuando Yolanda volvió, llevaba el pelo suelto, su preciosa melena castaña oscura con las puntas levemente onduladas, su frente despejada, y los mechones brillantes y sedosos de su cabello cayéndole levemente por los lados. Sus cejas perfectas y arqueadas, sobre una sombra de ojos difuminada purpura, la línea de los ojos perfecta, sus pestañas largas y rizadas de rímel, sus mejillas realzadas por un leve toque de colorete y un pintalabios magenta húmedo decorando sus jugosos y apetitosos labios carnosos, un batín de satén purpura que le llegaba hasta la mitad de los muslos cubría su cuerpo, vestía sus preciosos pies con una sexy cadenita dorada alrededor su tobillo derecho y un anillo plateado en cada pie con dos tacones de aguja rojo intenso.

Yolanda conecto el reproductor de mp3 de la sala de estar a su móvil y empezó a sonar una música de rythm&blues sensual tipo Joe Cocker en nueve semanas y media. Al ritmo de la música empezó a bailar adelantando primero un pie y luego otro, sin dejar de mirar fijamente al criajo, con sus brillantes ojos de reina mora, sonriéndole lujuriosamente, el sueño sexual de cualquier hombre.

Dando vueltas lentamente al ritmo de la música con pasos firmes, acercándose y alejándose del niñato fofisano, que boqueando como un pez fuera del agua, trataba de alcanzarla con sus brazos, rozando con la punta de los dedos cuanto apenas el sedoso satén de su bata purpura.

Después de varios pasos de baile parecidos, sin dejar de agitar sus caderas y todas sus curvas, Yolanda se puso frente al chico, esbozo su divina sonrisa de dientes perfectos y blancos, y de forma lenta y sensual, combinando sus movimientos subiendo y bajando lentamente su cuerpo sobre sus largos tacones rojos, se abrió el batín satén purpura, con sus preciosos y femeninos dedos de uñas pintadas de magenta y una sortija en cada mano además de su alianza, para dejar a la vista del chico un magnifico corsé de color burdeos, con dos rayas negras verticales a cada lado y un lazo negro sobre el escote que cerraba el cierre de ganchos delanteros, por detrás se ajustaban por un falso sistema de nudos, un tanga de hilo negro de encaje por delante completaba su espectacular y sexy lencería, para deleite del criajo, que la contemplaba boquiabierto, con los ojos desencajados de deseo y que había empezado a pajearse lentamente, con la mirada fija en la diosa de piel suave y morena y curvas de ensueño.

Grácilmente moviendo todo su cuerpo al ritmo de la música, y con su maravillosa y destellante sonrisa risueña y divina, se contoneaba sensualmente a luz tenue que iluminaba levemente la sala de estar, agitando grácil y femeninamente el cuello para acomodarse de vez en cuando su melena sedosa hacia atrás, de esa forma tan femenina y sexy.

Se acercó paso a paso hasta ponerse entre las piernas del niñato fofisano, moviéndose muy lentamente arriba y abajo, abajo y arriba, haciendo subir y bajar todo su voluptuoso cuerpo  agitando sus curvas imposibles, dejo que las ardientes yemas de los dedos del criajo magreasen con deseo sus firmes muslos, y acariciasen su raja con deseo y torpeza.

Sus ejercicios mentales, le habían permitido controlarse y concentrarse fríamente, debía dominar al criajo de pendiente y tatuaje, y para eso debía tener bajo control su libido, algo que en aquel momento requería mucho esfuerzo por su parte, pues era una perra cachonda como pocas.

Cuando Yoli sintió arder sus largos muslos, con todas las huellas dactilares del chico sobre ellos, se dio la vuelta al ritmo de la música sobre sus tacones de aguja rojo intenso, dejando de cara al chico su magnífico y gran culo, de nalgas firmes y fibrosas, con su precioso tatuaje de color de un enorme sol en el centro de su nalga izquierda, completamente expuesto a través de su tanga de hilo negro.

-        Oooooohhhhh…

Exclamo el criajo acercando tembloroso sus manos a la perfección hecha curva de mujer, comenzando a acariciarlo al tiempo que Yolanda sin dejar de bailar al ritmo de la música, subía y bajaba sobre sus piernas, agitando sus nalgas lascivamente haciéndolas rebotar en el aire, de forma que vibraban en toda su turgencia.

-        Ooooooohhhhhhh……es perfectooooooo……

Gemía el chico, llenándose los ojos de aquel divino culo, con la polla erecta como un mástil, antes de que Yolanda empezase con un sensual y leve twerking apoyando sus femeninas manos en sus perfectas rodillas morenas.

-        Plash….plash…plash..

Sonaban los manotazos que lanzaba el criajo con ambas manos abiertas al máximo a los perfectos glúteos de Yolanda sin un miligramo de celulitis, haciendo vibrar su carne morena en el aire como un firme y perfecto postre de gelatina.

-        Así nene, así, muy bien, sigue asiiii….

Gemía mordiéndose los labios Yolanda, luchando por contener su libido, cada vez más encendida.

-        Plash…plash…plash…

Seguía el niñato golpeando sus nalgas durante su sensual baile, combinando manotazos abiertos, con apretujones con sus dedos como garras intentando contener sus enormes glúteos sin conseguirlo.

Que cachonda se estaba poniendo Yolanda, se retiró lentamente al ritmo de la música sin dejar de mover las caderas, para con un giro sexy sobre sus tacones de aguja, seguir bailando frente al chico, con el culo y su raja ardiendo.

Se volvía a aproximar y a alejarse de criajo, que sin dejar de gemir patéticamente alargaba sus brazos tratando de alcanzarla, moviendo el sofá con su ímpetu por alcanzar aquella diosa de caderas imposibles.

Con su sonrisa más picara, se acercó lentamente al niñato, inclinándose a cada paso y ofreciéndole con sus femeninas manos el final de la punta del lazo del corsé, lanzándose lentamente hacia atrás en el momento en que el sostuvo la misma, para deshacer lentamente el nudo que seximente coronaba el escote del corsé.

Después aquella diosa morena mediterránea de metro setenta se enderezo en toda su altura y con un movimiento sensual al ritmo de la música, echo su preciosa melena hacia atrás y sin dejar de mover todas sus curvas  empezó a abrirse los pasadores delanteros del corsé desde el escote hacia abajo, uno tras otro haciendo pausas, entre pasador y pasador, para bailar sensualmente, adelante y atrás, atrás y adelante, peinándose hacia atrás sus sedosa melena con sus femeninos dedos muy lenta y sensualmente, mirándole fijamente con mirada de depredadora con esos ojos oscuros de reina mora, encendiendo al chico como un volcán, que gemía patéticamente tirando su cuerpo y sus brazos hacia adelante, buscando el objeto de su deseo.

Cuando llego al pasador suficiente, sin dejar de bailar al ritmo de la música, amago con mostrar una de sus magníficas y esféricas tetazas, sin dejar de hacer las pausas, sus pasos de baile, y su peinado de cabello con miradas salvajes.

El niñato estaba cada vez más desesperado, cuando Yoli saco su tetaza derecha por encima de la obertura del escote.

-        Oooooohhh siiiiii…..

Gimió el chico abriendo mucho los ojos, tres semanas sin ver y sin estar cerca de aquellas enormes, esféricas, turgentes y erectas mamazas, y sobre todo sus extra grandes pezones oscuros como las preciosas areolas que los circulaban.

Sin dejar de bailar en círculos y adelante y atrás, Yolanda extrajo su segunda tetaza, la izquierda, al tiempo que se contoneaba, moviendo como en ondas su estirado tronco de vientre plano natural, haciendo que sus mamazas se agitasen arriba y abajo, abajo y arriba sobre su corsé.

Si dejar de dar pases de baile lentos y muy sexys, bajando y subiendo sobre sus tacones rojos de aguja, sonriendo maliciosa y picaronamente al criajo, son su gran y perfecta sonrisa, de forma muy lenta dirigió sus delicados dedos índice y corazón de la mano derecha a su boca, para metérselos lentamente hasta la segunda falange, sin dejar de mirar fijamente al niñato fofisano, que la miraba como hipnotizado, sin dejar de pajearse lentamente su verga tiesa y dura como el cemento.

Luego sin abandonar su sonrisa burlona, balanceando levemente su precioso rostro, llevo sus dedos empapados en su saliva primero a un pezón, acariciando con sus yemas la morena areola, y luego pellizcando los pezones al tiempo que sin dejar de mirar fijamente al chico se mordía lascivamente el labio inferior, sin dejar de masajear su pezón cubierto por su saliva haciéndolo rodar entre sus dedos índice y pulgar, hasta que el extra grande pezón alcanzo un tamaño y una erección espectacular, tieso como una lanza, después hizo lo mismo con el otro pezón, tomándose su tiempo, sin dejar de balancearse al ritmo de la música, haciendo que el ímpetu del criajo por alcanzar sus mamazas le hiciesen mover todo el sofá de forma inconsciente.

-        Huuuuummmm….te gusta mis tetas….nene…..

Pregunto Yolanda con sonrisa de niña picara realzando sus preciosas mejillas.

-        Si….si….si….por favorrr siiiii….me encantaaaan.

Respondía el niñato fofisano aumentando el ritmo de la masturbación con el rostro pálido y desencajado por el deseo.

-        Huuuuuuummmmmm……. no sé…si dejar que las disfrutes….no sé…..no sé….

Se burlaba Yolanda maliciosamente, dando vueltas sobre sí misma, poniendo voz dulce y aniñada.

-        Por favor, por favor, por favor…siiiiiii….si por favor….

Rogaba patético el chico.

Yoli fijando su mirada de ensueño de reina mora en el criajo, se acercó a él lentamente, levantado mucho su pierna hacia atrás a cada paso, al llegar a su altura antes de que los brazos del chico la atenazasen como si fuera un cangrejo, le empujo con sus finas y féminas manos en el fofisano pecho, haciendo que el chico cayese hacia atrás con su espalda en el respaldo, para a continuación primero con la pierna derecha y luego con la izquierda ponerse a horcajadas sobre él, al tiempo que el niñato lanzaba sus manos como dos redes hambrientas sobre sus perfectas, esféricas e inmensas mamazas naturales en forma de gota de lluvia, asiéndolas con sus dedos como garras.

Yolanda se abalanzo sobre él, apoyando sus codos en la parte alta del sofá, de forma que su pecho quedaba a la altura de la boca del criajo, que inmediatamente empezó a meterse primero un pezón extra grande y luego el otro alternativamente en la boca, mordiéndolos y succionándolos como si quisiera mamar de ellos, provocando descargas de placer que recorrían el cuerpo de Yolanda que cerraba los ojos balanceándose levemente arriba y abajo, mientras sentía como las manos del niñato fofisano, recorrían todas la superficie de su perfecto culo, tratando de amasarlo, con sus dedos como ardientes garras.

-        Ohhhhh….oooooohhhh….siiiiii….neneeee….asiiiii…

Abandonaba lentamente al control de su libido Yolanda, al tiempo que con ambas y femeninas manos cogía la erecta y firme verga del criajo y la colocaba en su entrepierna, iniciando una lenta pero imparable fricción adelante y atrás, atrás y adelante.

-        Sluuurrppp….sluuuurrrrppp….sluuuuurrrppp….

Devoraba el niñato sus pezones con desesperación, intentando alcanzar el resto de la enorme esfericidad de sus tetazas que estaba contenida en el corsé, con su impaciencia juvenil, no logrando soltar los pasadores para su desesperación y divertimento de Yolanda, que cerraba los ojos a cada mordisco o succión del chico en sus hipersensibles e inmensos pezones, haciendo que una ola de placer recorriese su cuerpo.

En un momento dado ante la desesperación y los tirones del chico cegado para abrir el corsé por delante, Yoli recordó que entre los cojines del sofá había caído un abre cartas afilado, se balanceo hacia el lado y metiendo sus femeninas manos en el cojín más próximo lo extrajo, se volcó después sobre el criajo y agarrándole con la mano suelta de la cara, le lanzo un profundo morreo, que él respondió entusiasmado, enroscando su lengua con la ardiente de Yolanda, hasta que esta se liberó y se dirigió a su oído.

-        ¿Te gustaría cortar las cuerdas traseras del corsé? …. Venga córtalas demuéstrame lo que deseas mis tetas enteras…para ti…jajaja….

Provoco risueña y maliciosa Yoli al criajo, el cual, mirándola con ojos de loco, arrebato de su mano el abre cartas afilado y metiéndolo con torpeza entre las cuerdas, mientras, Yolanda volvía a devorarle la boca con un tórrido beso francés, interrumpido para morderle los labios al niñato que como enloquecido tiraba y movía el abrecartas en movimiento de sierra, apretando con fuerza el corsé al torso definido de Yolanda.

-        Crack…crack…crack….

Sonó la rotura de los cordones a lo que siguió las manos del criajo cogiendo por los bordes el corsé y tirándolo violentamente para abajo, haciendo saltar ante su vista todo el esplendor de las inmensas turgentes y perfectamente redondas tetazas naturales en forma de gota de lluvia que se desbordaban por los lados de Yoli.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii……………

Grito enloquecido el niñato fofisano, al tiempo que sosteniendo por debajo cada una de las enormes mamazas se lanzaba a devorarlas, chupando, succionando y lamiendo toda su superficie, mientras Yolanda se entregaba al placer de aquella boca y aquellos labios ardientes, acariciando la nuca del chico  y cerrando los ojos, al tiempo que las descargas de placer inundaban su cuerpo y humedecían su raja, haciendo que aumentase el ritmo de su fricción sobre la verga del criajo, adelante y atrás, atrás y adelante.

La señal de la frontera que no estaba dispuesta a cruzar Yolanda no tardó en llegar, los escalofríos previos y la sensación de la leche produciéndose y en camino a sus pezones, si eso llegaba al final, perdería el control completamente, por lo que tomo al chico por el rostro y apartándole de sus tetazas empezó a morrearle salvajemente, al tiempo que con su ardiente y empapada raja frotaba sobre la hirviente verga del chico, adelante y atrás, atrás y adelante, con total frenesí.

-        Aaaaaahhhhh…aaaaaaahhhhhh…..oooooohhhhhh……

Estallo el criajo lanzando ráfaga tras ráfaga de su cremosa y caliente corrida, llenando el suelo de la sala de estar con ella.

Yolanda se separó del niñato que permanecía con los ojos cerrados disfrutando entre jadeos cortos del éxtasis reciente, sonriendo satisfecha, pero muy consciente de que necesitaba apagar su calentura para el segundo asalto, no fuera a ser que perdiera el control, entonces se le ocurrió una malicia.

-        Te gustaría darme placer con tu lengua…aprender a satisfacer a una superhembra como yo.

Susurro maliciosamente al criajo Yolanda.

-        Si, si, si…me encantaría…

Contesto Sergio con entusiasmo, esbozando una sonrisa boba y con los ojos de ido.

Para controlar la situación y no estar tumbada a merced del criajo, aprovechando que estaba atado por los pies, se irguió sobre el sofá y coloco sus piernas sobre los hombros del chico que la miraba extasiado, apoyándose en la pared con sus femeninas manos.

-        Vamos retira la tela del tanga y empieza a lamer hacia arriba…hacia arriba….

El chico aparto la tela del tanga negro de encaje, dejando a la vista su precioso pubis depilado con un triángulo de depilado brasileño sobre el monte de venus. Después se asió con fuerza a las preciosas, grandes y redondas nalgas perfectas de Yolanda poniendo sus manos en forma de garra al tiempo que empezaba a lamer hacia arriba con fruición y entusiasmo.

-        Oooooohhhh…. Siiiiii nene…así así…asiiiii…

Gritaba de placer Yolanda balanceando la parte superior del pubis arriba y abajo contra la lengua del niñato, que pellizcaba con fuerza y deseo su culazo de nalgas erguidas y fibrosas.

-        Oooooooohhhh…..aaaaaaahhhh…..siiiiii…..siiiiii…maaaasss arribaaaaa…máaass arribaaaa…concéntrate en lo más altoooooo….

Se retorcía de placer Yolanda jadeando y aumentando el ritmo de su fricción y balanceo, al borde de llegar al orgasmo, estimulada a la vez por las manos del criajo, que amasaban sus perfectas nalgas fibrosas marcando sus huellas dactilares en su piel.

No iba a tardar mucho en correrse, era eso o ahogar al chico con su raja, la leche había quedado a mitad de camino de llenar sus tetazas, y una buena corrida la frenaría por hoy.

-        Aaaaaaahhhhhhh……………siiiiiiiiii…

Estallo Yolanda, separándose y salpicando en su orgasmo la barbilla y el cuello del chico, que sonreía como un estúpido lleno de satisfacción, mientras ella cerraba los ojos y se retorcía de placer.

-        ¿Lo he hecho bien, lo he hecho bien?

Preguntaba Sergio entusiasmado como un crio.

-        Siiiiii….muy bieeennn nene….muy bieeennn….te has ganado tu segunda ronda….

Contestaba Yolanda bajando de sus hombros y tomando su rostro por el mentón para lanzarle un corto morreo, poco antes de levantarse tambaleándose por el reciente orgasmo, al tiempo que se ponía la tela del tanga empapado en su sitio de una forma muy fina y sensual.

Camino hacia la estantería, ante la mirada del chico que la miraba con adoración aquel cuerpo de superhembra de bandera de casi metro ochenta, debido a sus tacones de aguja, con ese cuerpazo esbelto y macizo, con esas curvas voluptuosas y espectaculares, tan caliente y cachonda y con aquel carácter tan risueño y complaciente, una preciosa diosa mediterránea con aquel cuerpazo y aquella cara tan bonita, como no iba el criajo a estar obsesionado día y noche, con aquella diosa superior a muchas playmates.

Yolanda se acercó a la estantería para volver de ella, con una botella de aceite corporal que había junto a unos libros, acercándose al niñato cuya polla cada vez le gustaba más, cachonda perdida como estaba y tan, tan, tan insatisfecha, se acercó a él esgrimiendo una de sus maravillosas sonrisas, para dejar a un lado el aceite y sentarse en el sofá junto criajo.

Los dos se engancharon en un arrebatador morreo enlazando sus lenguas con deseo, Yoli estaba muy agradecida con el reciente orgasmo, y tenía que contenerse mucho para no follarse al niñato. Mientras Sergio sin dejar de devorar los labios y la lengua objeto del deseo, se aferraba con fiereza a las tetazas turgentes y erectas como dos misiles de Yolanda, pellizcándolas con la mano abiertas, como si intentase arrancarlas, abriendo su mano para amasarlas.

Yolanda mientras tomo con su fina mano izquierda los testículos del chico, y con la mano derecha empezó de nuevo a pajearle, tenía la verga ardiendo, erecta y dura como una piedra. Ya estaba a punto.

Apartándose de él, justo con un último beso, tomo la botella de aceite corporal y se la ofreció.

-        Bañame bien las tetas con el aceite, extiéndelo por todas partes sobre todo el canalillo, hoy te voy a hacer una cubana, mucho mejor que cualquiera que puedas ver en tus canales porno….muuuucho mejor…jajaja…

Dijo risueña, Yolanda,  riendo pícaramente con su precioso rostro. El chico abrió mucho los ojos incentivando su expresión de bobo más de lo que era natural, justo antes de tomar la botella de aceite corporal, abrirla y comenzar a arrojarlo sobre la parte superior de las mamazas de Yolanda, que exponía en el máximo de su turgencia tensando su perfecto torso y colocando sus delicadas y finas manos de mujer en la nuca, para que sus tetazas de gota de lluvia que se desbordan por los lados alcanzasen su máxima turgencia, totalmente erguidas desafiando al vacío.

-        Oooooooohhhhh…..siiiiiii….oooooooohhhh….

Se deleitaba el niñato fofisano extendiendo, amasando y magreando cada centímetro de aquellas inmensas y esféricas tetas perfectas, con sus pezones extra grandes, duros como el acero apuntando al centro, dedicándose con fruición, extendiendo el aceite en grandes cantidades por cada centímetro de las enormes tetazas de talla de copa E de Yolanda, cerrando los ojos extasiado, reteniendo cada segundo del tacto de esos preciosos y suaves globos en sus manos.

Cuando Yoli sintió sus mamazas colmadas de aceite, se separó del chico cogiendo un cojin, lo dejo caer en el suelo y se arrodillo entre sus piernas, sonriéndole maliciosamente acerco sus tetazas sosteniéndolas con sus féminas manos de los costados, para restregar muy lentamente sus enormes pezones duros de suave y aceitosa piel, sobre su glande, juntándolos y frotándole con los dos a la vez, y luego pasándole primero el derecho y luego el izquierdo, de arriba abajo, de abajo a arriba, haciendo que el líquido preseminal con todo su olor inundase la sala de estar.

-        Oooooohhhhh….oooooohhhh….siiiiiii….

Gemía el chico, cerrando los  ojos de placer ocasionalmente , pues no quería perderse el placer de ver a su diosa del porno, haciéndole una majestuosa cubana. Yoli no dejaba de mirar al chico fijamente, mezclando su deliciosa y pícara sonrisa, con miradas lascivas, mientras sacaba su lengua lujuriosamente o mordía su labio inferior con deseo, sin dejar de frotar sus maravillosos y perfectos pezones contra el glande del criajo, que se retorcía de placer.

Después sin aumentar el ritmo, con la cadencia justa para que no se corriese, ajusto la verga estándar, pero joven y vigorosa del niñato fofisano, entre la parte delantera de sus mamazas que apretaba muy juntas y siguió frotándola contra ellas, arriba y abajo, abajo y arriba, sin dejar de mirarlo fijamente provocándole con sus gestos lascivos, estando así por un buen rato.

-        Ooooooohhhh…..aaaaahhhh….siiiii…siiiii…

Jadeaba y gemía de placer el chico cerrando los ojos y retorciéndose.

-        Vamos nene echa más aceite que viene el final explosivo….jajajaja

Dijo risueña y maliciosamente Yolanda.

Sergio sin dejar de jadear con el cuerpo tenso, tomo la botella de aceite corporal y abriéndola la volcó generosamente sobre su polla y las tetazas de Yolanda, la cual sonriendo daba gracias a haberle puesto una funda al sofá.

Yolanda pasándose la lengua muy lentamente por el labio superior como si se relamiese y tomando sus tetazas por el exterior de las mismas, engullo entre ellas la polla tiesa y ardiente del niñato fofisano, hasta tenerla sobre la piel de su canalillo, apretándola al máximo entre sus mamazas, empezó a agitarlas arriba y abajo, abajo y arriba, mordiéndose el labio inferior y dirigiéndole miradas lascivas y cachondas al criajo.

-        Oooooooohhhhh…..siiiiiii……ooooohhhhaaaaaaaaaa….

Gemía y jadeaba el chico repanchingado, intentando no cerrar los ojos de placer, para grabar las miradas de aquella diosa, mientras le hacia una cubana de otro mundo, aumentado la intensidad, y bajándola lentamente, pero nunca parando, hasta que Sergio perdió la noción del tiempo.

Llevaba varios minutos así, y ya era el momento, pensó Yolanda, apretando al máximo su globazos contra la polla del criajo y agitándolas arriba y abajo, abajo y arriba con gran velocidad e intensidad.

-        Oooooooooooohhhh…siiiiiiiiiiii….oooooohhh

Se retorcía de placer el niñato fofisano, echando las manos hacia atrás, cuando Yolanda sintió el premonitorio palpitar de su verga.

-        Ooooooohhhhh……aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh.

Estallo en un orgasmo el chico, lanzando desde el canalillo de Yolanda una primera ráfaga, que baño su cuello hasta su barbilla, el resto de ráfagas cuatro o cinco más, no pasaron de la base del cuello de Yoli, que no dejo de pajearlo con sus perfectas tetazas hasta que la polla del chico dejo de escupir su leche.

Después con una sonrisa de satisfacción, Yolanda se levantó, con el corsé hecho unos zorros y su canalillo, cuello y pecho superior lleno de leche, se puso el batín de satén purpura, y soltó los cinturones primero de una pata del sofá y luego de la otra.

-        Bueno la recompensa ya ha acabado por esta vez. Como puedes ver estamos subiendo de nivel, para llegar a los grandes premios. También subirá el nivel de lo que tienes que hacerle hacer a Belén… ya sabes lo que viene a continuación y el tiempo que tienes para irte… ya te contactare.

Dijo Yolanda en tono neutro, sonriente y satisfecha antes de abandonar la sala de estar, dejando al criajo con una sonrisa de oreja a oreja, pero que no tardó en reaccionar para antes de diez minutos estar fuera de la casa.

Que la criaja estuviese de nuevo aquella semana en su casa tenía a Vicente obsesionado con ella todo el tiempo controlando sin decirlo, cuando venía, cuando iba, había dicho que volvía a salir y más en serio con Sergio y se habían presentado una tarde en la casa, Yolanda había hecho mutis por el foro, pero si antes Vicente miraba mal a niñato fofisano, ahora le clavaba la mirada cada vez que lo tenía en su presencia.

Tan obsesionado estaba con su niña y el riesgo de manchar su reputación, que no se había dado cuenta de las blusa de escote de pico y los top ajustadísimos con los que iba a la oficina su mujer esa semana, con su culazo perfecto siempre apretado en sus faldas de tubo, naturalmente extra respingón realzado al máximo por los tacones y sus tetazas dibujadas en su perfecta e inmensa redondez, mostrando un tercio de su divina esfericidad a través de los escotes de pico de las blusas y de los escotes redondos de los ajustadísimos tops, compañeros y clientes se habían dado un festín para su vista, quedándose con unas ganas bestiales de follarsela. Yolanda lo sabía y le satisfacía, aunque aquella era una línea inquebrantable desde siempre, alegrar la vista, y hacer que los clientes solo quisieran ser atendidos por aquella diosa, que sabía moverse grácil e indiferente, pero mostrando sus curvas espectaculares a los hambrientos ojos de los clientes, y colateralmente para disfrute de los compañeros, pero siempre distante, indiferente, y sarcástica a todos los intentos de sacarle algo.

Allí estaba ella con su piernas cruzadas, acompañando a Arturo su jefe, con un cliente importante, Yolanda estaba más que nada de florero, porque el cliente, el señor Bermúdez un empresario de la madera, barrigón calvo y con papada, no le sacaba el ojo de encima, hipnotizado por su escote de pico, mientras hablaba de la renovación de sus seguros industriales con Arturo, Yolanda sentada a la derecha, levantaba de vez en cuando la cabeza del móvil y sonreía, removiéndose en su silla para que sus tetazas como dos perfectos firmes y sabrosos postres de gelatina, vibrasen ante la desbocada mirada del señor Bermúdez, después volvía al móvil.

“ Tienes que conseguir que fume marihuana, o al menos que la esconda, en casa, tenemos que pasar a cosas que realmente le hagan cagarse de miedo a su padre”

Le escribía Yolanda a Sergio por Telegram, cambiando de postura, cambiando el cruce de piernas leeeeentamente, y provocando que toda la atención del señor Bermúdez se centrase de nuevo al cien por cien en ella. Respondiendo las miradas del calvo ceporrón con una de sus sonrisas divinas que enamorarían al mismísimo Dios.

-        Vaya piernas que tiene señora Pérez, largas, muy largas y bien cuidadas.

Dijo sonriendo Bermúdez con voz traviesa, llamándola por el apellido de su marido, ya que conocía muy bien a Vicente.

-        Una parte es gracias a la naturaleza y otra gracias a mi esfuerzo, señor Bermúdez.

Respondió cortes y afable Yolanda, pero sin dar lugar a nada más, observando un segundo más con sus preciosos ojos oscuros y brillantes de sultana mora la sonrisa de fatuo pervertido del barrigón calvo, muy consciente ella de que solo tendría que silbar para tenerlo a sus pies. Otro que por poder follarsela vendería su alma al diablo.

Además, sabía por Vicente que era un rival “social”, por ver entre aquellos mediocres medianos empresarios de la oligarquía provincial hispana, quien era más “exitoso”. Por eso un par de años antes que Vicente, Bermúdez se había desecho de la madre de sus tres hijos, y se había casado con una secretaria rubia veinte años más joven, y le había pagado unos implantes mamarios, aquella rubia de bote, de escaso metra sesenta con unas tetas de goma más grandes que su cabeza, no era rival para Yolanda.

Cuando Vicente apareció con Yolanda como nueva esposa en aquellos círculos sociales, Bermúdez enloqueció de envidia, Yolanda era una diosa de playboy, con una belleza y un cuerpazo natural, una superhembra de bandera y su secretaria rubia y tontita con tetas de goma era un loro recauchutado.

Fue entonces cuando Bermúdez, que desde siempre había tratado todos los asuntos solo con Arturo, el jefe supremo de aquella territorial, al enterarse que Yolanda trabajaba allí, solicitaba su presencia en toda reunión que tuviese con la compañía de seguros. Como la miraba, con que deseo desatado y sin rubor, algo que no podía hacer cuando Yolanda acompañaba a Vicente en algún acto social, su orgullo se lo impedía, aquellas miradas fijas y aquel deseo por ella que desbordaban hasta su aura, habría sido el triunfo final a los ojos de Vicente y el ridículo de Bermúdez ante todos, él era el mejor, y lo tenía todo mejor ( como creían todos aquellos mediocres hijos de papa con empresas heredaras que navegaban siempre rozando el desastre), no podía envidiar a la vista de los demás la super hembra morena de ensueño de Pérez.

“Lo que me pides es muy jodido, todos los días tengo super movidas en casa, mis padres ya están haciendo las gestiones para enviarme a una universidad privada de tipo militar a la otra punta del país, si no logro aprobar al menos la mitad del curso, me veo a mil kilómetros de aquí, aprobar un tercio ya sería un milagro…y este asunto de la maría, si por cualquier cosa sale mal, ya estaré condenado a la universidad militar, de una...”

Respondía Sergio por el chat del Telegram.

“Hay que subir de nivel, hay que subir de nivel, necesitamos el paquete completo, que arruine la reputación de Vicente, alcohol, sexo y drogas…no es necesario que la consuma, ni siquiera hace falta una cantidad, importante, una piedrita de hachís, con eso basta…que la tenga ella…hay que conseguir que la guarde, que alguien que consuma, se la meta en su paquete de tabaco…con eso bastara”.

Contestaba al Telegram Yolanda, al tiempo que sentía como la mirada de deseo de Bermúdez recorría su cuerpo obsesivamente.

“Necesito tiempo…y a lo mejor algo de dinero, para ganarme un cómplice, yo solo fumo maria, cuando me invitan, ni siquiera sé a quién comprarle, necesito tiempo”

Contestaba apesadumbrado el criajo.

“Ya sabes que no subiremos de nivel en las recompensas, si tú no subes de nivel en tu compromiso por hacerla caer, eso es todo”.

Escribió Yolanda, acabando la conversación.

-        Vaya parece que estabas en una conversación muy animada.

Dijo Bermúdez sin abandonar su mirada de sátiro pervertido, buceando en el escote y los perfectos globos expuestos de Yolanda.

-        Un cliente con algunos problemas, que no pueden esperar, señor Bermúdez, pero ya los he resuelto.

Respondió Yolanda, manteniendo la mirada de deseo del barrigón calvo y sonriéndole con neutralidad indiferente, pero cortes y agradable, aumento de esta manera su irrefrenable deseo por ella.

La semana continuaba, de vez en cuando Yolanda lanzaba de forma indirecta, como quien no quiere la cosa, una ráfaga de sal o de vinagre, a la herida del pánico por el peligro reputacional de una hija díscola, que como negros nubarrones no abandonaba la mente de Vicente, más inclusive teniendo a su “niña” por casa, fumando a su arbitrio por toda la casa, dejando el hedor del tabaco aquí y allá, saliendo hasta altas horas de la noche, disfrazada de choni sin curvas, ni reales, ni operadas.

No quedaba ni rastro de aquella niña pijo bien, que pasaba las tardes encerrada en su cuarto haciendo sus deberes, a pesar de la insistencia con la que Vicente le recordaba que tenía que hacer sus tareas, que el curso le iba mal, etc….solo conseguía desaires de la criaja…para colmo de males o de bienes, según lo mirases, su “novio” le acompañaba más de una vez, aquel niñato, nuevo rico con pendiente, que nunca había tragado Vicente,  con aquella obsesión rondándole la cabeza, las puyitas indirectas y como inocentes de Yoli hacían su camino.

Yolanda había insistido durante la semana, con el tema de la maria a Sergio, este no hacía más que pedir tiempo, pero ella no cejaba de presionar, por escrito y físicamente, paseándose sobre sus tacones de aguja con sus combinaciones espectaculares, que llevaba para la oficina, mostrándose ante el criajo tan espectacular como era posible en su ropa de trabajo, sus tops ajustados con escotes redondos, sus blusas con escotes de pico, moviéndose de un lado para otro de la casa en toda su esbelta y perfecta longitud mostrando su explosiva voluptuosidad, con gesto serio sin mirar siquiera al chico, contoneando todas sus curvas con la extrema sensualidad que ella conocía y cuando podía llamar demasiado la atención vestida con su ropa de trabajo, se ponía cómoda brutalmente sexy, con shorts que dejaba a la vista un tercio de sus perfectas y fibrosas nalgas, ajustándose como una segunda piel a ellas, mostrando sus larguísimas y esculturales piernas de piel sedosa, caminando sobre sexys zuecos de andar por casa o cuñas, para realzar su culazo perfecto de por sí ya especialmente respingón, con tops o camisetas muy ajustadas y en muchas ocasiones sin protección para sus extragrandes pezones, que se marcaban exageradamente en su ropa.  Pero siempre mostrándose en la distancia, no demasiado para despertar las iras de la criaja, y de forma fría e indiferente. Todo para provocar la excitación brutal del niñato fofisano, y precipitarlo a cumplir sus exigencias.

Cuando estaban juntos en la casa, ambos actuaban muy normal, Yolanda especialmente distante, por eso se comunicaban con mucho disimulo por el chat de Telagram, como aquel sábado, que ambos pasaban en la casa, Yolanda no usaba la piscina, ni iba donde estaban los chicos, se refugiaba en su cuarto su sala de estar, su sala gimnasio.

“Ya he conseguido una cómplice, una tía, una compañera de X, una que simula ser una de sus amigas, pero se muere de celos y envidia hacia ella, su familia tiene un par de tiendas de todo a un euro y se ve que desde siempre X se burla de ella, llamándole “tendera”, a pesar de considerarla su amiga.”

Yolanda leyó el mensaje dejando un libro que leía sobre el sofá junto a ella.

“Y que le has contado a esa niñata, para convencerla, sin que sepa que buscas joder a X”

Respondió Yolanda algo preocupada.

“Que le tiene, inquina y celos, ya lo sabía de algunos comentarios de ella hacia X, cuando va borracha, comentarios cargados de odio… por eso la sondee, la idea que le he dado ha sido la de una broma pesada y que así cuando se descubra la china de hachís en su paquete de tabaco, y estemos en casa de X, le será más difícil negarse a que me fume allí unos porritos, porque si se lo pidiese directamente ella se opondría y bla, bla, bla…todo bien sembrado de lo cortarollos que es X y otras lindezas que tiene contra ella, pero en plan novio comprensivo y sufriente”

Leyó Yolanda más relajada, le gustaba el estilo del niñato, su deseo por el sexo con ella, le había espabilado bastante.

“¿Y se lo ha tragado?”

Cuestiono Yolanda.

“Completamente”

Respondió Sergio

“ ¿Y cuándo será?”

Pregunto Yolanda

“La semana que viene tienen exámenes parciales, luego no se verán mucho fuera de la escuela, la siguiente cuando vuelva a estar con vosotros, el martes o el miércoles”

Muy bien pensó Yolanda, leyendo la respuesta el chico se estaba aplicando, ahora todo tenía que salir bien.

“Esperemos que todo resulte, de eso va a depender una recompensa con aumento de nivel”

Respondió Yolanda a modo de cierre de la conversación, añadiendo el emoticono de una cara guiñando un ojo a la frase y saliendo del chat, sin que el niñato que ya reconocía sus cierres contestase.

La sobremesa parecía tranquila, a pesar de las caras de asco habituales y los desplantes diarios y rutinarios de la criaja hacia Yolanda, algo con lo que llevaba años conviviendo, pero que ahora le servía de acicate para provocar la caída en desgracia de las niñata malcriada.

Yolanda llevaba el pelo brillante castaño oscuro recogido y enrollado en la parte alta de la cabeza

con ayuda de un palito para el pelo, un short de tela ajustado gris oscuro, ceñido a su espectacular culo, sin rastro de ropa interior pues llevaba un tanga blanco, dejando sus nalgas ajustarse a la tela, con un milimétrico dobladillo justo al final de las curvas de sus nalgas, dejando los espectaculares esbeltos y fibrosos muslos firmes y morenos de sus largas piernas a la vista, unos zuecos de andar por casa de tacón ancho, dejando sus perfectos y cuidados dedos de los pies con un anillo de plata en el segundo dedo de cada pie a la vista, realzaban su respingón culazo, arriba llevaba una de sus camisetas favoritas, blanca beis, suelta, de Carolina Herrera, con una C y una H logo de la firma en pequeñito debajo de un desbocado escote de pico, que tenía su réplica por la espalda, y que era un recuerdo carísimo, muy caro, de un viaje a Nueva York con Vicente, las únicas clases de satisfacciones de estar casada con el zafio y viejo derechón. Llevaba también un wonderbra blanco liso de tela algo elástica y como estaba en casa, ninguna medida protectora para sus extra grandes pezones, que se marcaban hacia delante como dos enormes puntas de flecha.

Como el resto de la semana, se había vestido así por comodidad y para provocar la excitación del criajo, sobre todo aprovechando la obsesión de Vicente que le tenía distraído de la ropa salvajemente sexy que vestía su mujer últimamente.

De momento no habían coincidido mucho juntos, el chico, tal y como le había indicado Yolanda y le aconsejaba la situación con Belén, solo le lanzaba miradas, cuando estaba completamente solos o Belén tenía la mirada fijada en otra parte y miradas fugaces, cargadas de deseo, pero fugaces.

Así que, en aquella sobremesa de sábado con café con un programa documental en la tele de fondo, que solo veía con atención Vicente, con Yolanda ojeando una revista sonriente, con la espalda en el respaldo del sofá y los pies estirados sobre el avance, nadie esperaba la tormenta que se iba a desatar.

El fresquito que venía de fuera fue el principal culpable, la brisa que atravesaba el salón desde el jardín, hizo aumentar la erección de los pezones extra grandes de Yolanda, que se clavaban en la camiseta a través del wonderbra de copa E elástica, como dos enormes espolones a punto de hacer estallar el wonderbra y la camiseta, algo a lo que habituada como estaba, Yolanda no le dio importancia y siguió leyendo. Pero el criajo que conocía aquellos pezones y enloquecía de ganas de volver a devorarlos, no pudo reprimirlo y le lanzo varias miradas.

En la primera ocasión la niñata mal criada, no le dio importancia, pero lo cazo un par de veces más con la boca entre abierta, la ira y la cólera se apodero de ella, de forma que sibilina y en silencio, se levantó en dirección a la cocina, para volver al rato con un pequeño vaso lleno de un líquido.

-        Pedazo de puta, que solo has sabido que destrozar la vida de todos los que quiero, podrías vestirte menos como una zorra guarra, cuando estés en casa, cacho puta.

Espeto la criaja a voz en grito en medio del salón mirando con ojos de odio a Yolanda, y provocando el estupor en todos.

-        Pero, pero, pero…que te pasa Belén.

Exclamo asustado Vicente por aquella reacción con ademanes y lenguaje tan barriobajero de su “niñita”.

-        Tu cállate viejo calzonazos, que piensas con la polla, como todos los tíos y por eso eres el pelele de esta puta.

Le gritaba fuera de sí a su padre, lanzando escupitajos, descargando sus celos y su ira porque su novio hubiera sucumbido a Yolanda. En su irracional pensamiento la culpa no era del criajo del tatuaje y el pendiente en forma de cruz, él era su amor de ensueño, la culpa era de su padre que había metido a Yolanda en su casa y en su familia.

-        No, te consiento que me hables así, jovencita, tú no eres una rata arrabalera, ten más respeto por tu padre y tu familia, pide perdón inmediatamente, no voy a consentir que una hija mía me falte así al respeto.

Gritaba Vicente lleno de furia y rojo de ira.

-        Calma, calma…tranquilízate Belén hija, y mide tus palabras un poquito, si te molesto aquí, no tengo más que marcharme.

Respondió Yolanda, con voz calma tragando sapos y culebras como siempre, y levantándose para irse y poner paz.

-        Si vete mala puta, guarra, pero vete para siempre…

Le grito la niñata mal criada, al tiempo que le arroja el contenido del vaso que le cayó por el pecho y mancho de lleno la camiseta, y gracias a sus reflejos atléticos evito que el líquido salpicado le entrasen en ojos y boca.

-        Pero, pero, pero…estas loca niña….estas enfermaaaa…

Alzaba por primera vez la voz en todos aquellos años Yolanda, viendo como los colores del logo de Calorina Herrera era consumidos en su color por el líquido que le había arrojado la hija de su marido.

-        Esto es lejía, lejía Vicente, si me la tira a la cara podría haberme abrasado los iris y dejarme ciega.

Gritaba exagerando y sin perder la compostura Yolanda.

-        Ojalá y te dejase ciega furcia de mierda.

Replicaba la niñata sin abandonar su cara de odio fuera de sí.

-        Ya está bien, Belén, a tu cuarto, no grites, no insultes, y suelta ese vaso.

Vociferaba rojo por la ira Vicente, mientras Sergio, atemorizado se encogía en el sofá.

-        Como que ya está bien, como que ya está bien Vicente…ha destrozado esta camiseta, mi favorita, carísima, de Carolina Herrera, y si no cierro los ojos y por su mala puntería, me hubiera dejado ciega, con la puta lejía… tu hija está muy mal, muy enferma, no es socialmente presentable, como que ya está bien, Vicente.

Gritaba Yolanda, mostrando por primera vez su enfado en todos aquellos años.

-        Bueno, bueno, no exageremos, la camiseta, te comprare las que quieras  y gracias a Dios no te ha alcanzado con la lejía…pero no puede actuar así…no puede usar ese lenguaje y faltarnos al respeto, soy su padre y exijo respeto…

Seguía a su bola Vicente con su discurso de padre conservador indignado.

-        Vete a la mierda Vicente, a la mierda…

Voceo llena de indignación Yolanda, mientras abandonaba el salón aguantando las ganas de abofetear a aquella criaja de mierda, oyendo a sus espaldas como el padre y la hija seguían vociferándose.

Al llegar a su cuarto contuvo un grito de indignación y respiro muy profundamente, se quitó la ropa y se dio una relajante ducha caliente sin dejar de respirar profundamente, después saco su esterilla y con música relajante medito durante una hora, intentando reducir su enfado al máximo, su objetivo tenía que conseguirse desde la frialdad, ella era risueña y simpática, muy desenfadada y cordial en su trato, pero cuando pensaba en hacer daño la mejor manera era desde la despiadada frialdad.

Una vez transcurrido este tiempo escribió al chico por Telegram.

“Quiero que hagas una cosa por mí y que la hagas hoy mismo”

Transcurridos unos diez minutos el criajo contesto.

“Hola ¿Qué quieres que haga?”

Respondió extrañado el chico.

“Quiero que Belén monte una super escena violenta a su padre, que le grite, le golpee, que todo se centre en él como si estuviera loca”

Le escribió Yolanda a Sergio.

“¿Y cómo coño hago, que haga eso?”

Contesto dubitativo el niñato fofisano.

“Bien que has sabido hacerla estallar como un volcán mirando mis pezones, imbécil…tu eres la clave para que ella estalle”

Escribió Yolanda con ira relajada.

“ Si pues por eso, desde que se calmó todo el asunto, ella está bastante rara conmigo, ahora estamos en la piscina, y al llegar a aquí, me ha hecho, digamos que no una bronca, pero si un sermón importante, sobre que si un hombre enamorado no puede mirar a otra mujer, sobre que si solo pienso con la polla y otras gilipolleces, con las ganas que tengo de mandarla a la mierda, y el asco que me da tocarla, llevo más de cuarenta minutos de arrumacos, besos y otros cariñitos que me dan arcadas… así que no sé qué hacer, que no seas tú para cabrearla, con todas las movidas que tengo en casa, estar aquí con este feto sin gracia, encima con cariñitos, sobos y besos, me tiene más que harto…”

Yolanda leyó en el chico el hartazón de la situación y recordando la falta de constancia de la juventud se dio cuenta, que necesitaba motivarlo extra, antes de que lo mandase todo al carajo y la dejase sin alcanzar su venganza y su control total sobre Vicente, así que se le ocurrió algo.

“Que te parece lo siguiente; si consigues que le monte hoy una escena escandalosa de fiera enloquecida con violencia a Vicente, esta misma noche aquí mientras todos duermen, te hago una mamada, pero no puedes correrte en la boca, te dejo que escojas donde esa es mi oferta”

Le escribió Yolanda con talante frio y calculador.

“Pero primero nos enrollamos y me dejas magrearte y chupar todo tu cuerpo”.

Le contesto el criajo.

Yolanda dejo pasar unos minutos para aumentar la ansiedad del niñato,

“Vale acepto…pero primero dime dónde quieres correrte”

Pregunto Yolanda sonriendo de satisfacción.

“En la cara, si no puedo correrme en tu boca quiero correrme en tu cara…pero aún no sé cómo conseguir que ella haga lo que me pides”.

Respondió el ninato del tautaje y el pendiente en forma de cruz.

“Es muy sencillo, intenta pasar de la mano de ella delante de Vicente, el no tardara en lanzarte esa mirada de desaprobación furibunda, después de eso le dices a X, que así no puedes continuar, que su padre te ha estado mirando con desaprobación toda la semana, que así no pasas ni un minuto más en esta casa, si tu padre no te pide perdón y que no sabes si continuaras con ella y a continuación vete de la casa sin más, aunque llore o patalee ni te gires, hasta que te llame Vicente y vuelves”

Escribió Yolanda.

“Pero que dices, eso es muy fuerte, tú crees que resultara, no veo yo al señor Pérez, bajándose los pantalones de esa manera, con lo orgulloso y prepotente que es”

Contesto el criajo.

“Por supuesto que resultara…hazlo y reza para que resulte, sino no tendrás tu recompensa de hoy”

Escribió Yolanda, cerrando la conversación, con una sonrisa maligna.

Por supuesto que resulto, cuarenta minutos después desde la esquina del pasillo Yolanda en silencio y ocultándose de la vista de la niñata malcriada, veía como esta estallaba de furia, contra su padre, por hacer sentir incomodo a su novio, que si era el amor de su vida, que si por su culpa cortaban, lo odiaría para siempre, aumentando los gritos hacia voces histéricas y violentas, que con su voces pidiendo respeto Vicente no podía superar, por mucho que gritase, hasta que las voces de la criaja se tornaron empellones a su viejo y zafio padre, calvo y de flácida barriga que acabo cayendo rodando como un saco de patatas, incapaz de reaccionar ante la sorpresa de la ira y la violencia de su “niñita”, que a voces se le echo encima, golpeando en el pecho sin cesar a Vicente, exigiéndole que llamase a Sergio y se disculpase, como una loca neurótica, el viejo estaba blanco por el pánico, incapaz de sacar su orgullo, prepotencia y chulería, cagado de miedo como buen cobarde ricachón, su hija lo tenía contra las cuerdas, y él, blanco y tembloroso ante la mirada de furia infernal de su “niñita”, cogió el móvil y balbuciendo, esgrimió al teléfono una fútil excusa, y un perdón pidiéndole al criajo que volviese.

Apenas colgó, sudoroso y con la cara pálida por el temor infundido por la niñata, Yolanda entro en el salón, preguntando por todo aquel follón, increpando a la cría y poniéndose junto a Vicente en actitud defensiva, que se aferraba a sus piernas, mientras Yolanda con una pose de defensa física, hablo con un fuerte y alto tono de voz a la niñata exigiéndole respeto a su padre y a su esposo, en plan esposa digna, la muy hipócrita, mientras Vicente como un niño pequeño y desvalido no le soltaba los muslos y la criaja muy soberbia y segura de sí misma se revolvía como una cobra, mandándolos a paseo abandono el salón para ir a la puerta a recibir a su novio.

Todo había salido a pedir de boca, Vicente estaba destrozado, Yolanda se pasó el resto de la tarde noche consolándolo e incluso lo saco para que cenasen fuera, y el monotema entre ellos fue de donde salía aquella violencia irracional y bestial de Belén, Yolanda aprovecho para sembrar una nueva duda en Vicente, citando algunos casos de alteración de la personalidad hacia la violencia que había conocido por el abuso de las drogas, pero rápidamente lo descarto porque era gente que llevaba mucho tiempo consumiendo, pero el temor ya estaba sembrado en el atónito y pasmado imbécil de su marido.

Tal y como le había indicado al niñato dejo en el baño de invitados un sobre de somnífero relajante, nada peligroso, pero muy efectivo para que lo vertiese en alguna bebida de la niñata, sin que esta se diera cuenta, justo después de cenar, para que ella cayese en  un profundo sueño, ella hizo lo mismo con Vicente y aunque a modo de compensación para relajarlo le dejo que le mamase y babease las perfectas y divinas tetazas, a mitad de pajearle para mamarle la flácida y floja polla, el zafio, viejo, calvo y despreciable imbécil de su marido cayo redondo. No importaba, su cuerpo tendría acción aquella noche, había quedado en su habitación una hora y media después de irse todos a la cama con el criajo.

Yolanda había dejado la puerta entre abierta, el niñato entro con cuidado, entreabriendo la puerta lo justo para que se colase su cuerpo.

-        Tshiss…tshisss…Yolanda…estas ahí…

Dijo en voz baja el criajo.

-        Cierra la puerta con cuidado.

Susurro Yolanda con voz dulce y femenina.

El niñato fofisano cerró con un cuidado extremo.

La luz potente de una linterna lo deslumbro.

-        Está bien, no andes más, deja caer la toalla y levanta las manos abiertas.

El criajo sorprendido y totalmente cegado por la potencia de la linterna, dejo caer la toalla que le cubría la parte inferior y que era la única prenda que llevaba, y totalmente desnudo alzo las manos.

-        Date una vuelta lentamente y después con el pie me arrojas la toalla.

Ordeno con su voz femenina Yolanda, sin transmitir ninguna emoción, mientras el chico se daba una vuelta muy lenta, completamente ciego con un aspecto más que patético, justo al acabar la vuelta, torpemente levanto con el pie la toalla hacia Yolanda, que aparto durante unos segundos el foco para escudriñarla y comprobar que no había nada, lanzándola después a los pies de la cama y volviendo a enfocar al chico.

-        ¿Te has duchado justo antes de venir?

Pregunto con voz severa Yolanda.

-        Llevo veinte minutos bajo la ducha y mis pelotas y mi polla están completamente depiladas.

Respondió el chico con sonrisa ansiosa con los ojos entornados levantando su rabo estándar torpemente, al tiempo que balanceaba levemente sus pelotas.

-        Jajajaja

La escena hizo reír a Yolanda, que apago la luz de la linterna y encendió la tenue luz de su mesita de noche.

-        Muy bien…estas actuando muy bien…por eso te has ganado esta recompensa…será más corta de lo habitual…pero muy intensa…y además subiremos de nivel…si lo de dentro de dos semanas sale bien…tu recompensa será muy grande…no pierdas la concentración.

Dijo Yolanda susurrando con voz melosa de perra cachonda, antes de ponerse de pie e indicarle al chico que se sentase en el borde de la cama.

Se había lavado el pelo castaño oscuro, brillante y sedoso, y se lo había secado sin alisárselo lo más mínimo, de forma que se le ondulaba levemente desde la mitad de la melena que llevaba libre cayendo por ambos lados de su cabeza cubriendo sus hombros y cuyas puntas llegaban por delante hasta la mitad de la curva exuberante de sus grandes y maravillosos melones en forma de gota de lluvia, que se desborda por los lados del tronco para realzarse turgentes, erguido y desafiantes con la gravedad, un batín de satén blanco cubría su cuerpo hasta el principio de sus muslos, anudado suavemente a su divina y curva cadera.

El chico desnudo paso junto a ella para sentarse como ella le indicaba, mientras Yolanda se levantaba de la cama, arrojando suavemente la linterna a los pies de la misma, mirándolo desde arriba, alzada por sus tacones de verano rojo intenso, con solo una tira sobre su empeine, que le conferían casi un metro ochenta de altura y se plantaba frente a él, mientras este tomaba asiento como un pánfilo en el borde de su cama de matrimonio de metro ochenta de ancho.

Yolanda le sonrió complacida, sin mostrar su perfecta dentadura, esa sonrisa que deshace los polos y con un gesto, cerrando su mano derecha, le lanzo una mirada dura y picara a la vez haciendole el gesto de que se masturbara.

-        Me gusta verte la polla morcillona.

Susurro ella lascivamente.

El chico empezó a masturbarse arriba y abajo, abajo y arriba. Mientras Yolanda con gestos medidos y pausados deshacía lentamente el nudo de su batín de satén blanco, apartando primero una parte y luego la otra, para tomándolo con las dos manos de ambas partes sacárselo de sus hombros y dejándolo caer por detrás tras sus pies, dando un paso al frente, sobre sus tacones de verano rojos, al tiempo que mirando con ojos de depredadora al criajo, se pasaba las manos abiertas entre su oscura y sedosa melena.

-        Ooooohhhhh…..

Exclamo el criajo al verla vestida con un espectacular picardías o salto de cama de seda roja  completamente transparente justo debajo de la curva de tela rojo oscuro que contenía y sostenía apenas la mitad de sus magníficas mamazas en forma de gota de lluvia de talla de copa E, confiriéndoles una perfecta redondez y esfericidad, realzada y ajustada, firmes con un lacito rojo de seda entre esos dos perfectos e inmensos melones,  dejando en su amplio y redondo escote de volante a la vista la mitad de sus perfectas y oscuras areolas, ya que los pezones extra grandes quedaban protegidos con una gasa roja que lograba disimularlos. El picardías, se sostenía con dos finísimos tirantes de seda roja, como la del lazo, que colgaban de sus hombros, después la tela de seda completamente transparente caía lo justo para tapar su tanga de encaje rojo que estaba completamente a la vista.

Aquella diosa morena mediterránea de explosivas curvas como la mejor playmate del año, era un espectáculo del que el niñato nunca se saciaba de ver, contemplándola con gesto de adoración y todo el cuerpo ansioso por alcanzar el objeto de su deseo, el cuerpo de super hembra de Yolanda.

Yolanda se acercó al criajo y a la cama lentamente, primero daba un paso con un pie y luego el otro de sus largas, esbeltas y firmes piernas, hasta llegar a él.

-        ¿Te gusta los que ves?

Susurro Yolanda al niñato fofisano con voz entre melosa y desafiante, mirándole con sus ojos oscuros y brillantes de reina mora, entornados y cargados de apetito sexual.

-        Siiiiiiiiiii……….siiiiiiii………..me gustaaaa todo lo que veo….me gusta como hueeeeleeeesss….ooooohhhh….no solo los super perfumes caros….tu olor personal…..que impregna toda la casa….me vuelve locoooo…..y todo tu cuerpoooo….que piernaaasss…que musloooosss.

Exclamaba Sergio en voz baja lleno de ansiedad y deseo, mientras magreaba y marcaba con sus huellas dactilares la piel firme, morena y cetrina de los muslos perfectos de Yolanda, al tiempo que hundía su rostro con encima de la seda transparente roja en su vientre plano y definido, como queriendo aspirar su esencia.

-        Muaakkk….sluuurrrppp…muuuuaaakkk…..sluuuuurrrpppp…..que culo, que culooo…

Mordisqueaba, chupaba, besaba y lanzaba lengüetazos el niñato fofisano por la cintura, caderas y abdomen perfecto de Yolanda, mientras esta acariciaba dulcemente el cabello de su cabeza satisfecha de la desesperación y el deseo del muchacho, que pellizcaba y amasaba con ferocidad sus perfectas, respingonas y turgentes nalgas redondas.

Yolanda sin apartar al criajo de su cuerpo fue dando la vuelta, quitando sensualmente su pelo del rostro, para acabar sentándose junto él.

-        Oooooohhhhh…..Diooooosssss…que buenaaaa estas….que clase tienes…..y como te queda la ropa que te pones……..Diooooosssss……esta lenceriaaaaaa en tu cuerpo de modelo con curvas explosivas………..

Seguía susurrando lleno de deseo Sergio, antes de rodeándola con los brazos lanzarse a chuparle y besarle el cuello, los hombros y la parte alta del pecho con desesperación, mientras Yolanda cerraba los ojos y se entregaba al placer y el deleite de la lengua, la boca y las manos hambrientas del criajo. Con lo caliente que era ella, y lo ardiente de sus caderas, tenía que concentrarse mucho y respirar hondo, para controlar aquellas oleadas de deseo y no follarse al chico salvajemente hasta que pidiese que parase por favor.

El niñato fofisano intento bajar los tirantes del picardías para liberar los enormes frutos redondos y perfectos de las mamazas de Yolanda, pero esta con expresión divertida, volvía a subírselos.

-        Si quieres lo que hay dentro del salto de cama, deberás romperlo….vamos demuéstrame lo macho que eres y lo que las deseas…

Susurro desafiante Yolanda con sonrisa de malvada, separándose firmemente del criajo.

El cual, con los ojos llenos de desesperación y ansiedad lujuriosa, agarro el picardías transparente de seda rojo con ambas manos por el lateral donde se unía el escote a los tirantes y tiro violentamente hacia ambos lados.

-        Vamos nene…demuéstrame lo macho que eres…

Seguía provocándole Yolanda, entre los vaivenes de su cuerpo que provocaban los violentos tirones del niñato sobre su picardías. Un segundo tirón, con fuerza, un tercero, un cuarto…

-        Vamos nene… si no me demuestras lo suficiente que me deseas…no va a haber nada.

Susurraba maléfica y torturadora Yolanda, fijando su mirada más lasciva en el criajo, que jadeaba desesperado y empezando a entrar en pánico, ante la posibilidad de que aquello acabase en nada.

Un quinto tirón, un sexto, un séptimo….

-        Ras, ras, ras, raaaaaasssss….

Sonó la seda haciéndose pedazos ante el ansioso y desesperado niñato fofisano que rajo el salto de cama de seda rojo transparente de arriba abajo, haciendo saltar en el vacío las dos enormes, esféricas y turgentes gotas de lluvia que se desbordaban por los lados, arrojando violentamente hacia los lados la gasa roja que cubría sus extra grandes pezones oscuros, que apuntan al centro muy erguidos y erectos, en punta desafiando la gravedad.

-        Jajajajajaja….jajajaja….así me gusta…

Reía risueña y divertida Yolanda llena de satisfacción al comprobar hasta qué punto su cuerpo de hembra en la máxima plenitud de su lozanía y potencia sexual enloquecía y desesperaba al criajo.

-        Oooooohhhh…ooooohhhh….oooohhh…

Contemplaba  extasiado y agotado por la desesperación el chico, antes de coger cada una de las mamazas de Yolanda por abajo con sus manos muy abiertas, apretándolas como si quisiera exprimirlas, para luego lanzarse a devorar alternativamente cada uno de aquellos fabulosos y enormes pezones morenos.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Cerraba los ojos Yolanda, pasándole sus femeninos y delicados dedos entre los cabellos al niñato fofisano, cerrando los ojos abandonándose a las oleadas de placer que aquellos hambrientos labios y lengua provocaban en sus pezones y areolas.

-        Sluuurppp.....sluuurrrppp….sluuuurrrpp….muuuuaaakkk….sluuuurrrppp…sluuuuurpppp…

Durante más de cinco minutos Sergio se concentró en lamer, chupar, mamar, succionar, mordisquear aquellos inmensos y perfectos globazos naturales, hasta cubrirlos con la marca de su lengua, labios, dientes y saliva.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Seguía disfrutando Yolanda, que empujo la cabeza del chico entre su canalillo doblando su cuerpo para tumbarse sobre la cama cuando sintió los primeros latigazos de la lactancia preparándose para dirigirse hacia sus pezones, empapados y duros como el hormigón.

-         Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Seguía disfrutando con los ojos cerrados Yolanda, mientras la lengua y los labios del criajo, recorrían todo su abdomen, jugaban con el brillantito que tenía en el piercing y devoraban su ombligo y sus caderas a base de chupetones.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Se retorcía de placer con la raja empapada y el tanga de encaje chorreando, mientras el chico seguía devorándole los muslos centímetro a centímetro, dejando el sello de sus labios y dientes, y el rastro de su saliva por todo su cuerpo, sin perdonar ni un milímetro de sus largos y esbeltos muslos, chupándolos y dándole lengüetazos detrás de las rodillas, saboreando su piel sedosa y suave como la porcelana de sus esculturales gemelos, devorando sus tobillos y haciendo que su lengua jugase con su cadenita tobillera.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…siiiiiiii

Se contorsionaba gimiendo en voz baja Yolanda, cerrando los ojos mientras el chico tras sacarle cuidadosamente los tacones de verano rojos, besaba y mordisqueaba su empeine, la planta de sus pies, y chupaba uno a uno sus preciosos y perfectamente cuidados dedos de los pies.

-        Oooooohhhhhh….tus pies son perfectos…perfectosss….sin una dureza, de piel suave y sedosa….sluuuurrppp….sluuuurrrppp….

Seguía el criajo chupándole uno a uno los dedos de los pies, mientras Yolanda empezaba a respirar profundamente para contener las ganas locas de follarse al niñato, que le estaban subiendo a la cabeza.

-        Ven, ven, coloca la almohada como respaldo y abre las piernas, ya te he dicho que no tenemos mucho tiempo.

Dijo Yolanda, con la cara desencajada por el placer recibido, alejando sus pies y piernas de la boca del niñato, recuperando la compostura para no acabar follandoselo, contemplando como el niñato obedecía, colocando la almohada como respaldo se sentaba con las piernas abiertas y su cada vez más apetitosa verga estándar, verga erecta como un mástil, vigorosa y dura como el acero. Se puso frente a él recuperando su más deliciosa y seductora sonrisa, se acercó al chico que abría mucho las piernas con su polla en ristre

A cuatro patas sobre la cama, se aproximó al criajo como una gata en celo, con el picardías completamente roto por delante, con sus enormes mamazas perfectas, turgentes y erectas balanceándose lentamente adelante y atrás, atrás y adelante, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, sin que ella apartase ni por un momento su fija mirada de zorra hambrienta de los ojos del chico.

Lentamente sin dejar de mirarlo llevo su femenina y cuidada mano derecha de uñas rojas a la base de la verga del chico, mientras con la izquierda con suavidad y cuidado recogía su escroto, masajeándolo levemente.

-        Huuuuuuuuummmm…..

Exclamo el criajo de placer, relajándose y cerrando los ojos, provocando una sonrisa de condescendencia de Yoli.

-        Si me prometes que no vas a tocarme y vas a seguir mis indicaciones no hago que te esposes.

Dijo divertida jugando con su enorme y cálida lengua Yolanda. El niñato fofisano de tatuaje y pendiente en forma de cruz, afirmo con la cabeza de forma compulsiva y ansiosa, al tiempo que mirándolo de forma traviesa Yolanda llevo la punta de su lengua al glande de la verga del chico, que ya empezaba a oler a liquido preseminal, y le lanzo un rápido y lento lengüetazo al glande, al tiempo que empezaba a masturbar el tronco con su femenina y preciosa mano, arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Ooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhh…..

Gimió de placer el criajo tensando todo el cuerpo, al tiempo que Yolanda se concentraba en lanzarle un lengüetazo detrás de otro, lentos y precisos a su glande y prepucio, sin dejar de masajearle las pelotas lenta y suavemente, para estimular la producción de su leche, alzando su perfecto, grande, respingón y esférico culo, todo lo que aquella posición le permitía, para darle al chico un perfecta panorámica de sus dos nalgas fibrosas y turgentes separadas solamente por el hilo del tanga de encaje rojo.

-        Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii….queeeeee bieeeennnn…esto es una mamadaaaa….y no la mierda que hace Beleeeeennn….ooooohhhh

Musitaba el chico retorciéndose de placer, cerrando los ojos de vez en cuando.

Sin dejar de masajear sus bolas, extendiendo en todo su tamaño su lengua alternando lengüetazos lentos, con otros rápidos, pasando del prepucio y el glande a recorrer todo el tronco, de arriba abajo, y de abajo a arriba, mucho mejor que cualquier profesional.

-        Sluuuurrrpppp….. sluuuurrrpppp….Avísame cuando vayas a correrte, bajo ninguna circunstancia te corras dentro de mi boca o esto se habrá acabado para siempre……sluuuurppp…sluuuurrp…

Advirtió seriamente Yolanda sin dejar de chupársela y de masturbar la verga del chico, que sumido en un inmenso mar de placer, afirmo obediente, repetida y compulsivamente con la cabeza, justo cuando Yolanda apoyo sus labios en la punta del prepucio de aquella ardiente y palpitante verga y concentrándose empezó a producir saliva por toda la boca, y a dejarla caer por el prepucio al tiempo que ajustando mucho los labios introducía en su boca la verga del criajo hasta el prepucio sin dejar de masajear sus bolas, y de pajear su tronco.

-         Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii…. Diiiiiooooooossssss….

Se derretía de placer el niñato fofisano agarrándose a las sabanas con fuerza para soltar después, cada tres o cuatro bombeos  sobre el prepucio y el glande.

-        Chuuuuaaappp……ahhhhhh….Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp

Yolanda se la tragaba entera hasta la base, bañándola completamente en su saliva, y sacándola de una vez de su boca apartándose unos centímetros, abriendo la boca de la que colgaban hilos de saliva mirando fijamente al chico para elevar su morbo al máximo, al tiempo que al volver a concentrarse con la boca y la lengua en el prepucio su mano derecha resbalaba en su inmensa cantidad de saliva al pajear el tronco del criajo.

-        Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii…. Aaaaaaaaahhhhh….

Gemía en voz baja de puro éxtasis el chico.

-        Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp…sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp….

Mientras Yoli se recreaba lentamente, chupando aquella ardiente y joven polla, sin la más mínima prisa, manteniendo un ritmo medio de la mamada, para tener al chico completamente sumido en un estado de placer sexual, que jamás hubiera soñado durante casi diez minutos, el niñato soñaría con las mamadas de Yolanda el resto de su vida.

Cuando a Yoli le pareció, mirando fijamente a Sergio con su rostro más lascivo empezó a bombear sobre el prepucio y el glande a gran ritmo,  metiéndose la verga del criajo en su ardiente y húmeda boca, masajeándola con su lengua, adentro y afuera, afuera y adentro.

-        Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp…sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp….

El criajo la miraba galopando en el éxtasis de aquellas olas de placer increíble y no podría creerlo, aquella diosa del porno, con aquel rostro precioso de diosa latina, sus ojos de largas y rizadas pestañas, con sus cejas perfectas y arqueadas, con aquella sombra gris difuminada que aumentaba el misterio de sus ojos de reina mora, con aquellos pómulos perfectos y sus labios carnosos pintados de rojo, aquella mujer de bandera, tan preciosa, llevaba un tiempo divino comiéndole la polla con gusto y devoción y él nunca había estado tan cerca del paraíso.

-        Oooooohhhhhh…..oooooohhhh….me voy a correeeerrrr.

Aviso el niñato fofisano entre convulsiones de placer. Inmediatamente Yolanda se sacó su polla de la boca y de un salto bajo de la cama poniéndose de rodillas frente al borde.

-        ¡Venga ven acaba en mi cara como querías!

Le indico Yolanda gentil pero apremiante, ante lo que el chico cogiéndose su empapada en saliva verga entre las manos, se acercó para sentarse al borde frente a Yolanda, con la polla en ristre como una lanza que apuntaba a Yoli.

Esta de rodillas en el suelo, se irguió levemente y entre la mano derecha y un movimiento femenino y sensual de su cuello, echo su preciosa melena castaña levemente ondulada hacia atrás, despejando su rostro, después con ambas manos sujeto sus dos enormes y maravillosas mamazas como ofreciéndolas, al tiempo que mirando al chico y a su polla en ristre, mostraba su maravillosa sonrisa que enamoraría a Dios, ofreciéndose por completo a la corrida del criajo.

-        Ooooooooohhhh…..oooooohhhhhh….siiiiiiiiii….

Exploto el chico sacudiéndosela brutalmente adelante y atrás, atrás y adelante su palpitante verga empapada en saliva de Yoli, sumido en su cumbre del placer por el morbo completo de mirar a los ojos a aquella super hembra de bandera mientras bañaba su precioso rostro sonriente con su cálida leche.

-        Siiiiiiiiiiiiiiii………….

Gimió el niñato fofisano, cuando el primer chorro ardiente cruzo la sonriente y divina cara de Yolanda ,que cerró los ojos instintivamente, cubriéndola de leche humana de arriba a abajo, una segunda ráfaga aún más densa y voluminosa descargo sobre la mitad de su nariz y sus labios carnosos, una tercera cruzo sus mejillas, una cuarta y una quinta el chico las dirigió a sus ojos y cejas, pero aún se corrió una sexta y séptima ráfaga, como si no tuviera fin, ráfagas que lanzo al cuello y que cruzaron las tetazas expuestas de Yolanda.

Bajando de la cama y acercándose el criajo, para exprimir hasta la última gota sobre la frente y la nariz de Yolanda, la cual se limpió con las manos como pudo el semen de los ojos cerrados, viendo al chico acabar de exprimirse la verga y apoyarse en el borde de la cama, se acercó e inclinándose agarro la polla medio flácida del niñato fofisano, procediendo a limpiarla con su lengua y boca, sin dejar de mirarlo pícaramente con el rostro cubierto por todo su semen

-        Slurp….slurp…slurp….slurp….

Dejo bien limpio el rabo de Sergio Yolanda.

-        Que placer nunca había disfrutado tanto, ni me había corrido tanto…que placeeeerrr….

Exclamo el chico relajando todo su cuerpo.

-        Eso es por el masaje en los testículos cariño…venga, ahora con mucho cuidado coge la toalla y vuelve al cuarto de invitados, y sigue con el plan del hachís en marcha, esa recompensa será mejor y más larga…recuerda.

Dijo pragmática Yolanda levantándose del suelo y dirigiéndose a la mesita de noche, sobre la que tenía una caja de pañuelos de papel con los que se limpió de la cara el semen del criajo. Mientras este cogía la toalla de los pies de la cama para cubrirse con ella y marcharse

-        ¡Espera!

Dijo Yolanda dirigiéndose a la puerta donde el chico plantado y sorprendido la esperaba.

-        Muuuuuuaaaaacc.

Le dio un largo morreo al criajo, enroscando su lengua en la del chico, que aprovechó el momento para clavar sus dedos como zarpas en las redondas y firmes nalgas de Yolanda,

-        Esto como adelanto, consígueme lo del hachís, y subiremos a niveles como este o mejores.

Dijo Yolanda, despegándose del chico con un leve y suave empujón en el pecho que desprendió sus zarpas de sus morenos y perfectos grandes glúteos, sonriendo como un estúpido, y cubriendo su renovada erección con la toalla, mientras afirmaba repetidamente con la cabeza y salía sigilosamente de la habitación, dejando a Yolanda con una leve sonrisa de satisfacción, lo tenía completamente comiendo de su mano, para usarlo como ella quisiera.

CONTINUA