Liberada - guiando a la perdición III
Estallo el chico en una corrida, justo cuando se había dado la vuelta, cubriendo con las ráfagas de su simiente toda su morena y suave espalda, leche que goteaba hasta la curva perfecta su espectacular culazo
Llevaba el pelo liso hasta las puntas, con su raya al medio dejando caer la melena castaña oscura, preciosa, sedosa y brillante por los dos lados de su cabeza como los chorros de una magnifica fuente, su frente despejada, su piel cetrina brillante, sus cejas perfectas perfiladas muy oscuras, sus pestañas de brillante negro azabache larguísimas y rizadas, la raya de los ojos profundos y negros de embrujo, perfectamente trazada una sombra gris oscura difuminada en sus parpados, un colorete terracota magistralmente difuminado sobre sus preciosos pómulos, y los labios pintados de carmín rojo pasión húmedo.
Una blusa de punto blanco mate de mangas cortas que cubría solo la parte superior del antebrazo, ajustada por el centro y abrochada por tres botones que cerraban un escote de pico por donde se veía su canalillo y la parte superior de sus tetazas esféricas, un collar de cadenitas finas al cuello, y una pulsera a juego en la muñeca derecha, además de su alianza un par de anillos más, uno en cada mano, abajo una falda de tubo gris tierra, unas medias transparentes de seda y unos zapatos de tacón de aguja grises a juego con la falda.
- Lo realmente impresionante no es lo hermosa que sos, lo realmente impresionante es la clase y la elegancia que tenés, princesa mora.
Le decía un compañero de trabajo argentino, Gerardo, que la miraba con los ojos llenos de deseo desbordado, a pesar del empalagoso babeo sobre clase, elegancia, prestancia, y otras lindezas con las que, desde el día que él entro y se la encontró la embadurnaba, tratando de seducirla con babosería y apelativos grandilocuentes, pero nada directo, ni demasiado insinuado, aunque lo había pillado más de una vez mirándole su culo perfecto, y sus ojos se le salían de la cara, cada vez que podía meterlos en su escote para radiografiar milimétricamente sus mamazas inmensas.
Pero ni le gustaba el tipo, larguirucho, nariz aguileña y melena hasta la nuca, ni esa clase de empalagamiento, y su regla de oro desde el primer día, en el trabajo, nada de nada, ni soltera, ni ennoviada, ni casada.
Sin embargo y a pesar de saber, que el argentino le iba a soltar toda su batería habitual de palabrería, seguía yendo con él a tomar café una vez por semana a una cafetería cerca de la oficina, se había convertido en una tradición, él la agasajaba embadurnándola con palabrería pegajosa y muchas eses, ella sonreía enigmática mirándolo con condescendía e ignorándola toda, mientras reconducía la conversación a asuntos laborales.
- Y como te movés, con esa cadensia en la sintura, como si flotases tan larga como sos, mira que sos alta y curvilinea, no sé cómo lo hases, vuelas como un ángel sobre tus tacones, que finura y saber estar que tenessss.
Seguía con su verborrea el argentino, mientras Yoli pensaba, que lo que en realidad le gustaría al rioplatense es saber la clase de diablesa guarra y morbosa que era en la cama, ay si el supiese la perra cachonda insaciable, dispuesta y complaciente que podía llegar a ser, entonces en vez de una vez a la semana, tendría que aguantar aquel pesado charlatán todos los días.
- ¿Y la cuenta de los Prado, como va Gerardo? El otro día Arturo bramaba, por los problemas que está habiendo con las asistencias, y los cabreos de la directiva y esa es una de tus principales cuentas.
Comento Yolanda sin dejar de mirarle con su maravillosa sonrisa, enigmática, antes de coger la taza de café de la mesa y llevársela a la boca, al tiempo que muy femenina y sensual se reclinaba en el asiento cruzando las piernas.
El tipo cambio de color, su cabeza pendía de un hilo por ese tema, Yolanda lo sabía y estaba harta de la palabrería melosa y de las radiografías de su cuerpo, quería ponerlo en un tema apurado.
- Esto….che bueno…si, esto, es un tema delicado, sabes vos, es una familia complicada, no se decidieron por hacerse todas las coberturas, pero ahora si quieren todas las asistencias ante el siniestro provocado, y don Arturo me culpa a mí de la confusión, mirá…que se yo, no se puede tener alegre a todo el mundo….y bla, bla, bla…
Se enrollaba como una persiana el argentino, mientras Yoli sentía vibrar el teléfono en su chaqueta, cogiéndolo para averiguar que era, mientras el tipo sudando y amarillo de miedo, seguía con su perorata, quejándose de todo, mientras hablaba al aire.
Yolanda miro el teléfono era un mensaje de Sergio: “ Tal y como me dijiste, ya he convencido a X de que deje de ir a misa y la catequesis de confirmación, y me ha costado lo mío, muchos besos, abrazos, y otros gestos afectivos asquerosos y mucha charla, sobre que si yo no puedo estar con una chica, a la que todos señalen como una loca fanáticoreligiosa, etc….hoy es el tercer día que no va a misa, pero hoy ha ido a darse de baja de la confirmación, sigo trabajando en lo otro que me dijiste” acababa el mensaje. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el precioso y divino rostro de Yolanda.
- Pagamos ya y nos vamos, Gerardo.
Dijo Yolanda apurando el café y levantando su cuerpo de bandera sobre sus tacones de aguja de ejecutiva grises.
- Esto…che, si, si claro, pero estaba a mitad de la explicación.
Respondió sorprendido Gerardo.
- No te preocupes, me lo acabas de explicar camino a la oficina.
Replico Yolanda, esbozando una sonrisa maravillosa de plena satisfacción, que dejo mudo al argentino que la acompañaba a la salida de la cafetería como si hubiera visto un ángel.
- Pues la verdad, tu eres muy católico y todo eso Vicente, cariño, pero solo vas a misa, cuando te invitan las autoridades y en celebraciones y entierros, y pare usted de contar.
Le decía Yolanda a su marido, sentada en el sofá, ella vestía un pantalón cómodo y ancho marrón de algodón y un top rojo de tirantes anchos, el pelo suelto, descalza con las piernas dobladas encima del sofá, con sus dedos de los pies enjoyados y una cadenita de plata en el tobillo derecho, Vicente enfrente sentado en un sillón, con pijama y batín, fofo, calvo, barrigón y de cuerpo desgarbado, parecía un viejo octogenario.
- Yo soy un hombre muy ocupado, estoy levantando España, contribuyo para el bien de la nación católica española, eso Dios lo tiene en cuenta, además ya está mi niña para ir cada día a misa.
Dijo con retintín y con tono de discurso oficial Vicente.
- Si Belén cumple por ti, a saber que santos serán hoy y se habrán nombrado en la misa.
Respondió con falsa curiosidad Yolanda, que sostenía con sus preciosas manos de delicados dedos una revista.
- Ahora mismo te sacara de dudas Belén…. Beléen…tesoro, ángel…. puedes venir.
La llamo Vicente, Yolanda quería comprobar hasta qué punto la chica mentiría, y que giro tendría que emprender ella para desenmascararla.
- Si papa, ¿qué quieres?
Pregunto Belén haciendo acto de presencia, sin dejar de mirar con desde y desprecio a Yolanda como era habitual.
- ¿Dime cariño, cuales son los santos del día? Seguro que los recuerdas de la misa de hoy.
Pregunto alegremente Vicente, con sus ojos de enamoramiento pleno en su niña.
Belén guardo silencio muy seriamente, como si cavilase que contestar, al final la niña estúpida, creyéndose la dueña de la situación contesto desafiante.
- No lo sé Papa, he dejado de ir a misa, llevo yendo a misa todos los días desde que tome la primera comunión, y ya soy una mujer, con mucho que hacer, no puedo ir todos los días.
Dijo en tono prepotente la criaja.
- Pero, pero, pero….. hija mía, mi cielo, mi tesoro, tu eres mi billete para la salvación, además el padre Teodosio, nos lo pidió, que fueras a diario para que tu confirmación fuera perfecta y libre de mancha, y nadie era más creyente y comprometida que tú.
Respondió Vicente atónito y sorprendido con la boca abierto y expresión de no entender nada, sin salir de su asombro.
- Ya he hablado con el padre Teodosio, de momento dejo el curso de confirmación, tengo que pensar en muchas cosas.
Contesto Belén con su tradicional aire de suficiencia, antes de dar la vuelta e irse dejando a su padre con la palabra.
- Pero, pero, pero Belén, mi ángel que está pasando, que está pasando…tú te crees, se va, se va dejándome con la palabra en la boca.
Dijo Vicente con el rostro lívido por la decepción.
- Bueno tampoco ha dicho que no vaya a confirmarse, solo ha dicho que ha de pensarlo, es un gesto de madurez, ya es una mujer.
Se expresó en un tono conciliador Yolanda.
- Pero que madurez, ni que ocho cuartos, mi hija no tiene que madurar, ni pensar, ha de hacer, lo que se supone que tiene que hacer una chica de su clase.
Hablaba indignado Vicente.
- Vicente, mi amor, si vas ahora y le impones que vuelva a misa y a confirmación lo único que harás es forjar una rebelde, que en cuanto no esté bajo tu custodia, no volverá a pisar una iglesia, déjala y veras como vuelve al redil.
Defendía falsamente a la niñata Yolanda. Al tiempo que su marido con cara de estupefacción y profunda decepción, pero resignado, se iba al baño rechinando los dientes, mientras Yolanda sonreía de satisfacción cuando este le dio la espalda. La cosa marcha, pensó Yolanda.
Las semanas que Belén las pasaba con ellos no había recompensas, aunque siguiendo los consejos de Yolanda, el chico había encontrado excusas para no visitar la casa, y le había instalado en el coco a la criaja, que cualquier cosa diferente en ella su padre le echarían la culpa a él, por lo que era mejor que creyeran que estaban distanciados, si querían seguir gozando de su amor, en libertad, y la cosa había cuajado, esos fines de semana de momento no había recompensas, primero porque Belén sola o con amigas estaba por la casa, y segundo porque a pesar de las peticiones del chico, Yolanda exigía más pasos, recordándole lo suculentas que podían ser las recompensas de su cuerpo.
Y claro el chico acelero la semana que Belén volvió a estar con su madre. Una tarde noche en la que Yoli había completado sus quinientas abdominales y su hora diaria de elíptica, de manera que salía del cuarto gimnasio, se encontró a Vicente hecho una furia.
Su mujer le había dicho que la niña llevaba tres noches llegando cerca de las doce, y que no estaba dispuesta a volver a su horario restrictivo anterior. El criajo se lo había dicho a Yolanda, pero esta no sabía cómo alertar a su marido, si la madre la protegía o no se daba cuenta, tendría que esperar a que estuviera en su casa y rompiera las reglas, pero no había hecho falta. Sergio que apretaba desesperado por más episodios de recompensas con el cuerpo exuberante y voluptuoso de Yolanda, había apretado también con lo de las notas, Yolanda le había indicado que había que hacer que Belén suspendiera el curso, algo muy complicado la verdad porque era un colegio de pago de los más fáciles, para que pijas tontas como Belén sacasen todo buenas notas, pero el chico llevaba ya tiempo erosionando a la niñata insoportable “las tías buenas y guays no sacan todo sobresalientes” y cosas por el estilo, como un martillo pilón, por una grabación que le había mandado el chico, sabía que ella muy orgullosamente le había enseñado las calificaciones de los últimos tres exámenes y trabajos donde había suspendido, la pobre estúpida, totalmente conducida a su perdición.
La videollamada sobre el incumplimiento del horario nocturno durante la semana fue un show, Vicente bramando como un loco, la cría gritando histérica y agresiva, llamando a su padre, momia, antigualla, la madre intentando conciliar, el padre exigiendo como un dictador inmisericorde que se cumpliesen su ordenes, acusando a Sergio, donde ella se lanzó como una leona, defendiéndole y además usando el argumento que le había dicho el chico, ahora se veían menos, Vicente estaba como loco, ella uso la amenaza infalible su madre se lo había consentido, si Vicente no accedía, no iría a casa de su padre. De fondo fuera del alcance visual de la videollamada, Yolanda se frotaba las manos mentalmente, aquello estaba funcionando fenomenal.
Vicente accedió como no, hecho un basilisco cargando contra todas las mujeres, diciendo idioteces como que con Franco no pasaba, cuando él solo era un niño cuando murió Franco. Que faltarle el respeto a él, que quien se había creído esa cría, pero a pesar de la ira desbordada, aún estaba muy lejos del descredito y el desafecto necesario versus la cría, él había pasado por el tubo, con la amenaza de siempre. Yolanda seguía intentando calmarlo como relativizando todo lo de la cría, que era una adolescente, y esa clase de argumentos, que parecían estar del lado de la criaja.
Eses mismo jueves, el niñato fofisano de pendiente, tatuaje y polo lacoste, empujado por la ansiedad, volvió a preguntar por su recompensa.
- Esta vez sí verdad, verdad que sí, esta vez me he ganado una recompensa.
Escribía por el chat de Telegram, transmitiendo una enorme ansiedad, cinco segundos antes de que se borrase la frase.
Yolanda lo pensaba de vez en cuando, pensaba el enorme riesgo que corría, ahora ya no había vuelta a atrás, si paraba en seco quien le garantizaba que el chico, no dejaba tirada Belén contándoselo todo, o le montaba una escena delante de Vicente, o de alguien que conociera a Vicente, la lujuria salvaje que había encendido en el criajo, eres bastante cegadora y enloquecedora, sobre todo a esa edad y por una hembra morena tan espectacular como Yolanda. El más mínimo atisbo o sospecha de infidelidad, pondría en marcha la máquina de divorcio del vengativo, celoso, derechón, miserable y rencoroso de Vicente, tenía que seguir hasta el final con su plan, un plan que neutralizaba los peligros al acabar.
Durante la cena, como quien no quiere la cosa Yolanda pregunto a Vicente por cómo iba su swing de golf, él se regodeo de lo bueno que era ( aunque era muy consciente que los proveedores le dejaban ganar para ensanchar su ego y su vanidad), pero que había que seguir practicando que ese sábado volvería al club de golf, que aprovechase la piscina ese sábado que era suya, le dijo el muy cretino con total neutralidad, inconsciente de lo que aquella decisión suya había provocado y traería.
Después de cenar le escribió al chico.
- Este sábado mismo sitio misma hora …MISMAS REGLAS.
El sábado el niñato pijo fofisano estaba puntual como un clavo, con sus gafas de sol, ocultándose de la vista de cualquier viandante. Yolanda siguió el mismo protocolo que la vez anterior, Vicente hacia media hora que se había ido, y ella lo monitorizaba con la aplicación instalada en el pánfilo.
Abrio desde dentro con el mando de apertura, vestida de chándal, pelo recogido con una goma sobre la cabeza en forma de moño, gafas de sol grandes, hizo pasar al chico a su sala de estar, esta vez le hizo desnudarse del todo, reviso su móvil y lo apago, así como reviso todas sus ropas, comprobando que no llevaba nada, dejo ropa , cartera y el resto de cosas en el baño de invitados cerrando la puerta, mientras el chico con la polla morcillona, se ataba las piernas a las patas de la silla con los cinturones.
- ¿Qué excusa das para estar aquí?
Pregunto Yolanda con voz neutra y autoritaria, con mucha seriedad.
- A Belén pocas, porque casi todas las mañanas de los sábados o va con su madre de compras, o queda con su amigas, nos vemos por la tarde noche, aún estoy trabajando lo de que rompa la hora de las 12:00 de la noche el fin de semana…. y a mis amigos les digo que tengo que ayudar a mis padres en la casa o que tengo que ir con Belén.
Contesto Sergio con una sonrisa de satisfacción, como esperando la aprobación de Yolanda y ojos que la miraban llenos de deseo.
Yolanda se abalanzo violentamente sobre el criajo, cogiendo sus mofletes con fuerza y fiereza entre sus dedos pulgar e índice.
- Que sepas que te estoy vigilando, niñato, más de cerca de lo que tú te crees y como le cuentes a alguien lo más mínimo, prepárate para ir a la cárcel y que te rompan el culo.
Mintió como una bellaca Yolanda, apretando aún más fuerte con sus femeninos dedos los cachetes del chico con una voz violenta de agresiva amenaza.
- No, no, no…no se lo he dicho a nadie Yolanda…de verdad…no, no, no se lo he dicho, ni se lo diré a nadie… ni a Cesar que se ha buscado un nuevo grupo de amiguetes, que mueven pastillas y pasa de mi, porque le avergüenzo y eso…te lo juro, te lo juro, no se lo he dicho a nadie, ni se lo diré, tus recompensas son lo más importante en la vida para mí en estos momentos.
Le contesto el niñato entre gemidos. Lo tenía a sus pies, completamente drogado de lujuria, ella era lo que más deseaba en el mundo, debía matarse a pajas pensando en ella y muriendo de deseo por obtener las “recompensas” que ella le ofrece.
- Está bien...pero recuerda que te estaré vigilando.
Contesto Yolanda sin abandonar el tono autoritario y castigador, al tiempo que se acercaba a él y le ataba el brazo izquierdo al respaldo de la silla con el cinturón, observando como le había hecho caso y llevaba el pubis, el pene y el escroto completamente depilados.
- Ahora vuelvo…
Dijo esta vez Yolanda con voz más neutra. Saliendo de la habitación.
Al poco rato se oyó el tac, tac, tac, tac….de unos tacones avanzando por el pasillo.
El chico estaba sentado en la silla que estaba de espaldas a la puerta, en esta ocasión la silla estaba junto al sofá con el hueco justo para que cupieran las piernas de Sergio.
- Hola nene…¿Me estabas esperando?
Entro Yolanda en la sala de estar con voz risueña y conciliadora, andando, levantando lentamente primero un pie y luego otro más de lo que era necesario, para que las pisadas de los tacones resonasen atronadoras.
El chico estaba girado con todo su cuerpo desde el mismo momento en que oyó entrar los tacones en la sala de estar, dibujando en su cara la ansiedad pura y abriendo mucho los ojos, cuando vio entrar a Yolanda por la puerta en la habitación, esbozando su maravillosa y perfecta sonrisa, escoltada por sus naturales labios carnosos pintados de rojo húmedo, su mentón delicioso, sus perfectos pómulos, sus cejas finas y negras, su sombra de ojos color carne difuminada magistralmente sobre sus parpados y la oscura raya de sus ojos, sus deliciosas pestañas largas y rizadas, con unos aros dorados en sus orejitas imitando joyas árabes, con una pulsera a juego en su muñeca y un anillo también dorado en la mano contraria a la de la alianza, su pelo castaño muy oscuro suelto y liso hasta las puntas con la melena lisa y sedosa cayéndole hasta mitad de la espalda.
Avanzo hasta ponerse a la altura del chico, que no paraba de mirarla de arriba abajo con los ojos y la boca completamente abiertos, vestía un top rojo ajustado de tirantes anchos en los hombros, completamente abierto por el centro con un escote que le llegaba hasta debajo del ombligo, adornado por un piercing de un pequeño brillante dorado, por el que sus tetazas enormes y turgentes caían en forma de gota de lluvia, mostrándose más de la mitad de su perfecta y turgente redondez, el body se cerraba por abajo en forma de tanga dejando sus perfectos glúteos firmes y fibrosos de perfecta circunferencia a la vista.
- Tatachan….¿qué te parece, nene?...plaaashh
Pregunto Yolanda a la vez que daba una vuelta sobre sí misma, sobre sus tacones rojos a juego con su body, exhibiéndose y acabando con una palmada en una de sus nalgas que vibro lascivamente como una perfecta y firme curva de sabrosa gelatina.
- Maravilooooosoooooo
Exclamo el criajo, que ya había empezado a machacársela, con la cara desencajada por el deseo
Yolanda echo un dildo rosa en el sofá, y colocándose el pelo detrás de la oreja muy femeninamente, se acercó con una botella de aceite lubricante, dejando caer un buen chorro sobre la verga del niñato fofisano.
- ¿No queremos que te quemes la piel del pene … verdad? Jajaja…
Dijo riendo Yolanda, mientras se quitaba los tacones y subía al sofá a gatas, de forma felina y sensual, alzando sus enormes y perfectos glúteos firmes y turgentes en una curva perfecta, mirando fijamente al chico con sus ojazos de embrujo moro , mientras se pasaba lentamente la lengua por sus carnosos labios.
Se movió por el sofá hasta situarse de espaldas a Sergio, de rodillas sobre el sofá, mostrándole su perfecto culazo, el cual baño en aceite, primero una nalga prieta, sedosa y fibrosa y luego la otra, apenas unas decenas de centímetros los separaba.
- ¿Te gusta mi culo nene, te gusta…plash, plash, plash plash?
Preguntaba Yolanda con voz de perra lasciva, mordiéndose el labio inferior sin parar de palmotearse alternativamente primero una nalga y luego la otra.
- Si, si, siiii.
Respondía el niñato con desesperación sin dejar de masturbarse, jadeando y agitando la cabeza de un lado a otro, moviendo así su pendiente de cruz en el aire estúpidamente.
- ¿Y te gusta el tatuaje del sol atravesado por una raíz?
Seguía provocando Yoli al chico con su voz sexy y lujuriosa, al tiempo que levantaba agarrándolas por abajo sus dos perfectas nalgas bañadas en aceite y dejándolas caer al unísono, una y otra vez, una y otra vez.
- Siiiiii…..siiii..
Decía Sergio sin dejar de jadear y de machacársela.
- Sabes, fue idea de un novio que tuve, un pijo, tonto del culo con mucha pasta, que creía que era muy guay, él también se hizo uno igual en su nalga, pero como le dolió tanto, estuvo dos días en cama, días que aproveché en pagar al tatuador. ¿Sabes cómo le pague?
Pregunto Yolanda retóricamente poniendo voz de niñita zorra cachonda.
- Noooooo….
Respondía el criajo moviéndose impulsivamente hacia adelante para tratar de alcanzar aquel terrible y perfecto culazo.
- Le di mi culo…tres veces me follo este culo inmenso y perfecto, tres veces mientras mi novio estaba en cama….¿te gustaría que te diera mi culoooo….te gustaría neneeee….?
Insistía en provocar Yolanda, al tiempo que empezaba a agitar su culo haciendo twerking sobre el sofá al ritmo de una música imaginaria, doblando el tronco y acercándose al chico y volviendo a enderezarse justo cuando estaba a punto de tocarlo.
- Siiiiiiiii, siiiiii quieroooo…lo quieeeerooooo….quiero tocarte…quiero tocarteee…
Clamaba el chicho entre voces de desesperación y gimoteo de capricho.
- Aún no nene, aún no, te lo has de ganar.
Respondió Yolanda girándose y mirándole con mirada picante y lasciva, sin dejar de provocarle sacándo la lengua como si se relamiera.
Se sentó en el sofá, abriendo las piernas de forma que no tocaba al chico, que se inclinaba hacia adelante casi encima del sofá a centímetros de ella y sin dejar de mirarle con los ojos entornados de perra cachonda, se sacó una de sus mamazas perfectas, turgentes y erectas, y empezó a pellizcarse el enorme pezón sin dejar de mirar al chico y de jugar con sus labios y su lengua.
- ¿Te gustan mis pezones, nene? A mí me encantan, nene, son mi punto débil, mis pezones y todas mis tetas, nene, si sabes tocármelas me pondrás como un volcán, y podrás follarme siempre que quieras, y harás que me corra muy rápidamente….y si sabes chupármelas bien, hasta puede que den leche….siii neneee…¿Te gustaaaan?
Decía Yolanda, retorciéndose como una zorra con voz suave y sexy de niña mala, especialmente remarcando la palabra “nene”, sin dejar de retorcerse su enorme pezón.
- Sooooon…..sooooonnn enormeeesss…ni en internet los he visto maaasss grandeeess…..y tan oscuroooossss…. Los quiero chupar, todas tus tetas….por favoooorr
Suplicaba sin dejar de machacársela el chico.
- Aún no nene, aún no, te lo has de ganar.
Insistía provocándole con una risita, al tiempo que sacaba su segunda mamaza y agarrando ambas por abajo como podía con sus delicadas y féminas manos de dedos con uñas rojas se las llevaba a la boca alternativamente, devoraba sus enormes pezones, que se inflaron y endurecieron brutalmente. Mientras el criajo no dejaba de jadear y salivar, deseando ser él, el que devorase esa deseada e inmensa fruta esférica.
Después bajo una de sus manos dejando caer su mamaza que reboto en el aire desafiando la gravedad, y se soltó el body por la entrepierna dejando expuesta su raja, totalmente depilada salvo por el triángulo de depilado brasileño de su pubis, el brillo de su humedad delataba su calentura.
Con la misma mano acerco el dildo, le dejo caer un chorro de aceite cerrando la botella y lanzándola a la otra punta del sofá, sin dejar de mirar fija y lascivamente al chico, que se la machacaba brutalmente, se introdujo lentamente el vibrador.
- Uuuuhhhh…..oooooohhhh….que placeeeeerrr.
Gimió exageradamente Yoli, haciendo que el criajo agitase la silla levantandola de ansiedad al tiempo que se masturbaba.
- Oooooooohhhhhh….
Empezo a jadear Yolanda, al darle al interruptor del vibrador y empezar este a moverse como si tuviese vida propia.
- Oooooohhhh neneeeeee……ooooooohhh neneeeee….que placeeerrr sluuurrp…..te imaginas que fueraaass tuuuu…. Sluuuurrpp te gustariaaaa ser tuuuuu…… quieeeeereeeess ser tuuuu….quieeeen este dentro de miiii sluuuurrpp… quierees estar entro de miiii.. aaaaahhhh…..oooooohh.
Aullaba de placer verdadero Yolanda, provocando brutalmente al niñato, abriendo mucho la boca, con el rostro desencajado por el placer, con las piernas abiertas, mientras el vibrador en máxima potencia temblaba en su raja, haciendo vibrar su clítoris, mientras se llevaba alternativamente los pezones a la boca, mordiéndolos y chupándolos como si quisiera amamantarse.
- Siiiiiii…… por favoooooorrrr……siiiiiii quieroooo meteeeeerlaaaa…quieroooo follarte…..por favooooorrr….por favoooooorrrrr…..
Gritaba desesperado y gimiente el criajo, pataleando y sacudiendo la silla sin dejar de masturbarse y de alargar el cuerpo instintivamente, queriendo abalanzarse sobre aquella espectacular hembra, aquella diosa alta y morena, brutalmente lasciva como la mejor estrella del porno.
- Oooooohhhhhh….. ooooohhhh….nooooo aún…..noooo te lo has de ganaaaarrr neeeeeneeee……ooooohhhh…..ooooohhh….
Gemía y jadeaba de placer Yoli, alargando sus perfectos pies con el segundo dedo de cada uno enjoyado con un sexy anillo de plata, para apoyarse en las rodillas de Sergio y fijarlo así, ya que temía que poseído por la lujuria se arrojase encima de ella con silla y todo.
- Aaaaahhhhh……ahhhhh….ahhhh…..
Estallo en un orgasmo clitoriano de júbilo Yolanda, cubriendo al chico con varias ráfagas de su cálida corrida.
- Si, si, siiiiii…..quierooooooo……
Grito el chico agitándose él y toda la silla, como si estuviese poseído, cerrando los ojos y echando su cuerpo hacia adelante en actitud receptiva de los fluidos de Yolanda.
- Oooohhhh nene….ha estado geniaaal, jajajaja.
Exclamo de placer Yolanda, riéndose jovial y simpáticamente, recuperándose con el rostro desencajado de placer.
- Ya, ya, ya casi estoy…yaaaa
Gemía el chico convulsionando y cerrando los ojos con la polla palpitando, tiesa y dura como una porra de acero.
- Si nene….siiii…dameloooo todooooo…échamelo todo en mi culo….siiii todo en mi gran culo.
Le pedía Yolanda volviendo a poner su voz más lasciva y perra, poniéndose de rodillas de espaldas al niñato, doblándose para apoyarse en el respaldo del sofa y sosteniendo sus perfectos y enormes glúteos fibrosos de bailarina de samba por abajo con sus femeninas manos, ofreciendo así sus dos perfectas y curvas nalgas morenas.
- Aaaaahhhhh….
Se oyó el gemido sordo de Sergio, justo ante de que Yoli sintiese el primer impacto de la primera ráfaga de leche cálida del niñato, que disparaba a la inmensa y perfecta diana expuesta que era el culazo de Yolanda, una ráfaga tras otra hasta disparar cinco ráfagas.
-Asi, neneee...asiiii…dame toda tu leche calentita…siiiii dámela todaaaa…
Exigía dulce y a la vez lasciva Yolanda, girando la cabeza y mirando al chico con una sonrisa pícara, mordiéndose el labio inferior, y asombrada positivamente de la cantidad tan inmensa de leche que producía la polla del criajo, que parecía había aumentado de grosor desde la primera vez.
- Huuuuuummmm que rica es tu cremitaaaaaa….sluuuurrpp,
Dijo Yolanda, recogiendo las ráfaga que adornaban su culo con sus finos dedos y llevándose a la boca la semilla del chico para catar toda la que podía.
- Ooooooohhhhhh……
Exclamo el chico de asombro y placer, antes de bajar la cabeza, con el cuerpo rendido en la silla, respirando profunda pero lentamente, envuelto en un mar de sudor.
Yolanda bajo del sofá se cerró el body, se calzo los tacones, y salió de la sala de estar, un par de minutos después volvía envuelta en una larga bata blanca y calzando sus zuecos sin punta de andar por casa.
Con gesto seco desato el brazo del chico del respaldo de la silla y le indico que se desatase los pies y siguiese el mismo procedimiento que la última vez, señalándole el baño donde estaban sus cosas.
- Siiiiiii……como tu quieraaasss….yo solo quiero más.
Dijo el criajo con adoración y obsesión en la voz, sin quitarle el ojo de encima a Yolanda, a pesar de su cambio de actitud y de su rostro serio y distante.
- Si quieres más tendrás que ganártelo…ya sabes tienes diez minutos para largarte.
Respondió seca y tajante Yolanda mirándole seriamente a los ojos.
- Me lo ganare … me lo ganare…
Dijo el niñato con una sonrisa bobalicona entrando en el baño.
Yolanda se fue a su dormitorio, espero a oír cerrarse la puerta lateral del garaje y ver irse desde la ventana al chico para entrar a la ducha a seguir jugando con su vibrador, como disfrutaba, pero como disfrutaba torturando y dominando al chico con su deseo por ella.
El siguiente boletín de notas mensual de Belén le llegó el martes al e-mail a Vicente. Entro en la casa hecho una furia. Llamando a su hija a gritos lleno de indignación. Yolanda que estaba en su sala de estar salió extrañada, con una camiseta gris ajustada y unos shorts rojos deportivos cuatro dedos por encima de la rodilla, y la larga melena castaño oscura recogida con una pinza en un moño detrás de la cabeza, muy cómoda, como le gustaba vestir en casa, con sus zuecos sin punta de andar por casa.
Belén no tardo en presentarse, Yolanda era una mera observadora silenciosa, mientras se deleitaba por dentro. El viejo estallo y la chiquilla malcriada y respondona, que siempre tenía la sartén emocional por el mango, le replico y le plantó cara a los gritos.
Parecía que las notas habían caído en picado, en incluso había un suspenso, por primera vez en su vida la niñata pija suspendía, en un colegio, donde solo había que decir el nombre para obtener un aprobado.
- Esto no puede volverse a repetir, si no recuperas tus notas de antes, te castigaremos sin salir, y sin tarjeta visa oro. CASTIGADAAAA
Bramaba Vicente rojo de ira.
- Tengo derecho a disfrutar más de la vida, no a vivir encerrada en mi cuarto ,solo estudiando, tú no lo entiendes porque eres un viejo….
Le replicaba la criaja con el mismo tono de ira.
- CASTIGADAAAAA
Gritaba colérico Vicente.
- Pues si me castigas, me voy con mama y no vuelves a vermeeeee.
Exploto la cría marchándose y dejándole con la palabra, y con una expresión confundida de niño perdido, con aquella amenaza, la niñata lograba siempre neutralizarle.
Por el niñato fofisano y obseso por su cuerpo había averiguado, que la criaja, creyéndose muy lista, utilizaba la opción deseada por la madre de quedarse la custodia, para que su madre le dejase hacer todo lo que quisiera, argumentándole a la madre, que su padre no consentiría, y cuando ella no aguantara más su intolerancia irían al juez a pedir la patria potestad solo para la madre y doble de pensión. Pobre estúpida ignorante, de la clase marioneta que estaba siendo en las manos de Yolanda, no sabía que se estaba cavando su tumba.
El jueves dijo que se iba al cine, Yolanda estaba rondando por la cocina ya que daba a la salida y Vicente esperaba el beso de despedida de su hija como siempre.
Sergio ya había avisado a Yoli por el chat del tema.
“ Joder me ha costado, pero he conseguido que vista, top, minifaldas, mallas, etc…. Pero si vestida normal esta horrible así, ella que no tiene culo, ni tetas, es que da lástima…y está viendo tutoriales de youtube y se maquilla que da miedo, cada vez que la beso me llevo un kilo de pintura…esto está siendo durísimo, no quiero ni tocarla y tú sigues insistiendo en que la bese, y me muestre cariñoso de hechos y palabras…es durísimo después de estar tan cerca de una diosa como tú”
Le escribía el criajo.
“Se persistente campeón, trágate los prejuicios, y sigue teniéndola en la palma de tu mano, háblale de amor, hijos, viajes, hazte el romeo y tomate un protector estomacal antes de enrollarte con ella…si sigues así tus recompensas, cada vez serán mejores, piensa en tus recompensas”
Le escribía motivándolo Yolanda.
“Es en lo único que pienso, en ti y en tu cuerpo noche y día”.
Respondía lleno de deseo y desesperación el chico, provocando la sonrisa de satisfacción en Yolanda.
Así cuando Belén apareció disfrazada de pedorra choni, plana y culo carpeta con la cara pintada como un loro, Yolanda no se inmuto e intento contener la risa.
El escándalo se montó, cuando fue a despedirse de su padre, ni beso ni nada, y aquellas pintas, el viejo monto en cólera, tirando espumarajos por la boca, llamándola, “pilingi”, que iba vestida de “putón verbenero”, “que así no salía de casa” y más clásicos del jurásico.
La niñata malcriada se revolvía como una fiera, que si ya era mayor, que si iba a la moda, cuando su padre insinuó que todo era culpa del Sergio, aquel del pendiente, la fiera, se convirtió en monstruo además de insistir en el argumento de que estaban distanciados, y que ella vestía como le daba la gana, y que él era un vejestorio acabado, incluso amenazo a Vicente con ir con su madre al juzgado, a pedir la patria potestad exclusiva, Vicente se amilano como siempre, mientras la niñata vestida, que daba ganas de llorar, salía de la casa con aires de suficiencia, dejando a Vicente hecho una furia.
Yolanda se mantenía en la distancia con un enorme jubilo que la invadía por dentro, el castillo de naipes se desmontaba lentamente.
El resto de la semana, la escena se repitió cada vez que salía de casa, Vicente bramaba como un toro apaleado, y la críaja le plantaba unas frescas y se marchaba ignorándolo.
Yolanda seguía con su papel de falsa conciliadora, diciéndole que todo eran chiquilladas, que pronto volvería a estudiar más, que no le diera importancia. Pero el sábado en la noche la rabia contenida de Vicente lo tenía rojo de ira, tirando espumarajos, y lanzando increpaciones machistas y trogloditas, sobre el comportamiento correcto de las mujeres.
Tal era su estado, que Yolanda creyó que le daría un infarto, algo que destrozaría sus planes. Pero ella sabía cómo solucionarlo, se puso su lencería color carne ( de abuela, pero la que le gustaba al derechón católico hipócrita de Vicente) y se abalanzo sobre él ofreciéndole sus tetazas, después de babeárselas un poco, una brevísima cubana, un par de lengüetazos en su polla asmática de diez centímetros y se corrió , se relajó muchísimo, dándole un beso a Yolanda antes de irse a dormir, ya que por supuesto Yolanda no había ni rozado con sus labios el semen de Vicente, a él le daba asco besarla después de que se lo tragase, y a ella no le apetecía nada beberse aquel líquido demasiado diluido, sin calor ni fuerza de su marido.
La cosa marchaba, su marido no dejaba de darle vueltas a los cambios de su hija, la semana siguiente sin ella en la casa, cada noche cuando se encontraban, ella falsamente lo atemperaba, pero también como quien no quiere la cosa daba causas posibles de los cambios, y sobre todo incidía en que lo peor no eran los cambios, si no la actitud con su padre.
Durante todos los días de aquella semana, el chico le escribía, pidiéndole una nueva recompensa, y Yolanda jugaba con sus nervios, diciéndole que aún no sabía los planes de Vicente, que tenía que tener paciencia, a pesar de saber de sobra que Vicente se iría a seguir con su rutinaria exhibición de incapacidad golfista, para recibir su ración de lameculismo colectivo.
De vez en cuando el temor la invadía a ser descubierta, estaba corriendo un enorme riesgo, sobre todo cuando llevada por la calentura, sonreía de más a un cliente, que le atraía y tenía que cortar de raíz, cuando el esperanzado empezaba a tirarle la caña, entonces se tranquilizaba y recordaba el motivo de todo, si aquella criaja podía limitar la disponibilidad de su propia casa, la cosa podía ir a peor, incluso las reacciones de Vicente ante quiebras de pilares fundamentales de sus reglas para las “mujeres” por parte de su hija, usando el chantaje emocional, le demostraban hasta qué punto no podía fiarse de que una exigencia de su hijastra, extremadamente intolerable acabase con ella divorciada, sin un duro y más vieja.
- “Z el sábado a la misma hora, mismo procedimiento, mismas reglas”
Escribió el viernes en la mañana al chico, convencida de la necesidad de neutralizar la amenaza de la niñata estúpida.
- “si,si, si….allí estaré”.
Pudo leer Yolanda cinco segundos antes de que el plugin vaciase el chat, como siempre.
El chico estaba allí como un clavo a la hora indicada, ni un minuto antes, ni un minuto después como le indicaba Yolanda, media hora después de que el bobalicón sonriente de Vicente se fuera, pensando que su mujercita fiel y devota pasaría la mañana en la piscina.
Yolanda procedió como era habitual, le abrió desde dentro con el mando automático, aunque esta vez lo recibió con sus gafas de sol y un largo albornoz blanco y sobre unos tacones de aguja rojos. El chico la acompaño como un corderito con un gesto que combinaba ansiedad y satisfacción. Se desnudó con presteza con su miembro ya morcillón, durante el proceso, dejo que Yolanda hiciese la inspección habitual contemplándola con devoción.
Yolanda dejo sus cosas en el baño de invitados, y manteniendo su gesto serio, le indico con el dedo índice que la siguiese, saliendo de su cuarto de estar, el niñato fofisano la seguía desnudo, como un animalillo sorprendido con su rabo balanceándose, a Yolanda le daba la sensación que cada semana era más gruesa aquella polla.
El criajo la siguió por toda la casa, hasta entrar en su dormitorio, entrando los dos en su cuarto de baño privado. En el mismo había una bañera ovalada separada en una estancia, y una ducha que era como un pasillo, al fondo del cual estaba la alcachofa etc… junto al umbral había una barra para las toallas en el lado derecho de la pared de entrada, allí ato al chico Yolanda por el brazo izquierdo con uno de sus cinturones. Muy seria sin decir ni palabra, y sin dirigirle la mirada al chico, a pesar de las miradas de devoción y deseo que le lanzaba el niñato, las mismas que le dirigían siempre todos los hombres.
- Que bien hueles siempre…cierro los ojos y sueño con tu olor…mientras me pajeo.
Dijo Sergio con voz lastimosa de ansiedad desesperada.
- Eso es porque uso perfumes muy sensuales y femeninos cariño, los más caros del mercado.
Respondió Yolanda esbozando una sonrisa y quitándose sus gafas de sol, para dejar ver sus ojos de pestañas rizadas y negras y la difuminada sombra de ojos, que resaltaba aún más su mirada de sultana morena del Mediterráneo.
- Huuuuummmm…estas haciendo un buen trabajo, pero aún falta mucho camino por recorrer, así que tienes que seguir siendo el perfecto enamorado pero exigente de Belén, estamos en el camino, pero aún no hemos llegado, cuanto más cerca estés del final, mejores serán las recompensas….. pero ya te has ganado, que haya algo de contacto…pero atención…yo digo que tocas y cuando.
Dijo con voz susurrante entre autoritaria y lasciva Yolanda mirando fijamente al criajo, que abrió mucho los ojos como un pasmarote, justo antes de afirmar varias veces con la cabeza poniendo cara de idiota.
Lo tenía completamente a su merced y eso le encantaba a Yolanda, pensaba mientras sonreía, y se sacaba el albornoz, dejándolo sobre una percha. Sobre sus tacones rojos, sus esplendidas y largas piernas morenas, perfectas, delgadas y fibrosas, desnudas hasta cuatro dedos por debajo de su cintura, donde empezaba el short rojo ajustado que vestía Yolanda como una segunda piel para su culo perfecto, arriba un top beis de rizo también ajustado y sin mangas, donde sus melones de talla de copa E perfectamente realzados y circulares le daban el aspecto de un espléndido número nueve con cabeza.
Mostrando su deslumbrante y amplia sonrisa perfecta, que pondría de rodillas al mismísimo Dios por su belleza, Yolanda activo un MP player adosado a un altavoz, del que empezó a salir música sensual entre disco y chill out. Se dirigió hacia el chico bailando, lenta y sensualmente, el chico ya había empezado a masturbarse lentamente, jadeando y tirándose instintivamente hacia delante para alcanzar a su diosa deseada. Yolanda daba vueltas sobre sí misma, moviendo sus caderas con maestría, sus muslos, sus brazos, su culo, agitando sus divinas tetazas, lanzando al chico miradas de lascivia total, pasándose la lengua por los labios y mordiéndose el labio inferior, al tiempo que no dejaba de moverse al ritmo de la música, subiendo y bajando, bajando y subiendo.
En un momento dado, alargo mucho los brazos para después dirigirlos a la parte inferior de su top beis de rizo, lentamente sin dejar de hacer movimientos con sus caderas, como si luchase por quitarse el top, subiéndolo y bajándolo, bajándolo y subiéndolo, hasta que acabo por sacárselo por la cabeza, dejando a la vista un precioso y perfecto wonderbra liso, rosa claro pastel de lycra, y su perfecto y definido vientre con un precioso piercing de perla, como los pendientes que adornaban sus orejitas, arrojo el top a una esquina del baño y prosiguió con el mismo movimiento peleón fingido para bajarse el short, mientras no dejaba de bailar al ritmo de la música moviendo sus caderas, dejando al final caer el short y mostrando el tanga de licra rosa claro pastel, siguió un buen rato bailando sobre sus tacones de aguja, como una auténtica estríper a centímetros del chico, agitando sus nalgas firmes y fibrosas, y botando para que sus tetas se balanceasen dentro del wonderbra arriba y abajo, abajo y arriba.
- Vamos nene, machácatela bien, hoy te dejo que te corras dos veces, la primera sobre mi cuerpooooo……..vamos neneeee….
Decía con voz sexy y provocativa Yolanda, antes de acercarse al chico, y con gran parsimonia cogerle la mano derecha separársela de su polla, acercando su cara a la palma del chico, previamente recogiéndose muy femeninamente la melena tras las orejas, para dejar caer en la misma una cantidad extraordinaria de saliva, volviendo a llevar la mano del chico abajo para que continuase masturbándose, sin dejar de mirarle fijamente
El chico estaba anonado, era tan, tan, tan hermosa, tan guapa, que ni comportándose como una puta, perdía clase ni elegancia.
Ella siguió bailando alrededor del chico, agitando y tocándose la melena, quitándose primero el tanga con mucha parsimonia, ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no, hasta que al final se lo saco sonriendo al chico con expresión de victoria, lo mismo sucedió con el wonderbra, primero se bajó un hombro, daba un par de vueltas bien cerca del chico, a centímetros de él, ella le hacía al criajo el gesto de que se masturbase guiñando un ojo con clase y picardía, sin parar de pasarse la lengua por los labios, y de morderse el inferior al final del jugueteo, tenía los dos tirantes del wonderbra bajados, y jugueteaba con que llevaba las manos al cierre de atrás, sin dejar de bailar y mover las caderas al ritmo de la música, el chico estaba desesperado machacándosela como un mono loco, porque Yoli le colocaba las tetas a la altura de la cara y se las retiraba entre risas, al final se llevó las manos al centro del wonderbra, y lo abrió, ya que era de esos espectaculares sujetadores que se abren por delante, sus pechos salieron desbordantes como dos fuentes de néctar turgentes, inertes y redondos desafiando ferozmente la gravedad en toda su inmensidad con dos pezones oscuros tiesos como dos puntas de lanza.
- Sigue, sigue machacándotela y córrete, mientras yo me froto contigo.
Decía con voz de perra lasciva Yolanda, al tiempo que frotaba su culo perfecto contra las piernas y el costado del criajo, al ritmo de la música, haciendo que este se tambalease de placer, para a continuación darse la vuelta y juntando en el centro con sus preciosas y femeninas manos sus mamazas, agarrándolas por abajo como podía ante su gran tamaño y circularidad, frotandolas con fuerza contra el pecho del chico, mirándole a los ojos y bajando por su tronco, aplastándole el pecho y le abdomen con sus pezones extragandes, duros y erectos como dos lanzas, para al alcanzar la cintura del niñato subir inmediatamente y darse la vuelta bailando sobre sus tacones, agitando sus enormes y perfectos globos como si fueran de firme gelatina, grandes y redondos que dibujaban círculos y curvas perfectas en el aire.
- Aaaaaaaahhhhh…..ooooohhh
Estallo el chico en una corrida, justo cuando Yoli, se había dado la vuelta, cubriendo con las ráfagas de su simiente toda su morena y firme espalda, leche que goteaba hasta la curva perfecta su espectacular culazo.
- Jajajajaja…..así me gustaaaaa…..no has podido resistirlo….. jajaja…habrá que prepararte para el segundo round….jajaja
Proclamaba entre risas risueñas y divertidas Yolanda.
- Oooooohhh…..deseeeooooo….te deseeeeooooo…..
Exclama con voz profunda y desesperada el chico, sosteniendo su pollla que perdía fuerza entre sus manos.
- Jajajajaja…..ya veoooo….yaaa……vamos a por la segunda ronda……jajaja.
Yoli estaba disfrutando de ver al criajo, con su tatuaje y su pendiente en forma de cruz balanceándose en su oreja, tan desesperado y obsesionado con su cuerpazo de diosa maciza de playboy.
Se giró saltarina y divertida en dirección al espejo del mueble de aseo, agitando su perfecto y firme culazo, haciendo que su nalgas se balanceasen deliciosamente, mientras la leche cálida del chico se deslizaba por ellas.
Se recogió con sus femeninas y perfectas manos, su preciosa y larga melena castaño oscuro, haciéndose un moño detrás y encima de la cabeza y sujetándoselo con una pinza para el pelo.
Después se giró sin parar de dar saltitos, que hacían botar sus enormes melones de perfecta esfericidad con forma de inmensa gotaza de lluvia, de gran areola y pezón extragrande muy oscuros, arriba y abajo, abajo y arriba, para deleite del criajo, que continuaba con la polla flácida.
Se acercó hasta el pasillo de la ducha, se descalzo con gran elegancia de sus tacones de aguja rojos dejándolos a un lado de la ducha empujándolos con sus perfectos pies enjoyados y con una pulsera dorada en el tobillo derecho y se acercó al niñato fofisano que continuaba atado a la barra de la toalla.
- Recuerda son mis reglas, MIS REGLAS, tu tocaras lo que yo diga y cuando yo lo diga, ¿está claro?... a la más mínima vulneración, esto se acababa.
Le dijo con la mirada fija en sus ojos y su voz seria y reprendedora.
- Si, si, si….
Dijo el chico conteniendo su voz de deseo extremo, con sus ojos encendidos de lujuria, con todo su cuerpo temblando ante la proximidad de aquel cuerpo de super pornostar morena.
Yolanda puso morritos a milímetros de la cara del chico y paso entre él y el pasillo de la ducha, agitando sus hombros para que los pezones de sus jugosos melones frotasen el pecho del criajo, que la miraba atónito.
Sin perder su sonrisa de belleza sin par, se puso debajo de la ducha encendiéndola, regulando la temperatura, alargando sus preciosos y gráciles pies para tocar el agua, y cuando encontró el punto se puso debajo de la alcachofa de la ducha, para que el agua cayera corriendo por las curvas voluptuosas y sinuosas de su espléndido cuerpo, evitando mojarse la cabeza en todo el proceso, de fondo se seguía oyendo la música sensual.
El agua discurría recorriendo el cuerpo de Yolanda, que movía sus curvas para dejar que esta alcanzase todas las partes de su cuerpo, sin dejar de mirar al chico, lanzándole miradas de zorra cachonda. Cuando sintió todo su cuerpo mojado, tomo una botella de champú de la repisa de la ducha y se echó un chorro del mismo por los hombros y otro por el pecho, frotándoselo con su femeninas manos sobre sus mamazas y su vientre, y se acercó al chico.
- Va a haber que poner esa pistolita de nuevo cargando, no…nene….
Le susurro lujuriosamente al criajo, que con la boca y los ojos muy abiertos y sin dejar de jadear rítmicamente la miraba como hipnotizado, intentando reactivar su verga.
- Déjame a mi intentarlo, mientras tú me enjabonas, neneeee…
Dijo Yolanda con su voz de perra lasciva, especialmente cuando decía nene haciendo jugar lentamente a su lengua con sus labios.
- Ooooohhhh ……siiiiiiiii.
Pronuncio el niñato fofisano, haciendo temblar su barriga blanca y flácida, alargando su brazo libre y tiritante por la emoción de alcanzar el fruto tan deseado.
El chico abrió su mano hasta el máximo de su capacidad, intentando agarrar por debajo una de aquellas divinas tetazas de redondez perfecta que desafiaban la ley de la gravedad con su turgencia, pero era imposible, mucho pero mucho más de la mitad se le escapaban a pesar de sus intentos, apretándola al máximo entre sus manos, acariciándola con su palma, cuando por el efecto del tamaño y del jabón aquel inmenso fruto glorioso se le escapaba de la mano, refregando su palma sobre su areola y pellizcando aquellos inmensos pezones entre su dedo índice y pulgar primero de una tetaza y luego de la otra.
- Ooooooohhh……siiiiii…..
Empezó a gemir el chico, cuando Yolanda empezó a darle un suave masaje en el escroto con su mano derecha, mientras con la otra le pajeaba de abajo a arriba, de arriba a abajo, estaba segura que aquella polla había crecido desde la primera vez, además su gran necesidad sexual, y todo aquel morbo y dominación del niñato, la estaban poniendo a mil y tenía que controlarse muy mucho las ganas de meterse aquel rabo, que ahora mismo lo veía divino.
- Baja la cabeza y sigue enjabonándome.
Ordeno con calma Yolanda al criajo, la proximidad de sus labios , suponía una tentación para la cachonda perra que siempre había sido Yolanda, así que el chico bajo la cabeza titubeante y siguió sobándole las tetas.
- Sabes nene…puedo ser muyyyy complacienteee...me encanta tener a mi amante sometido por el placer que le estoy dando….huuuuummmm ( decía mordiéndose el labio inferior y aumentando el ritmo de la masturbación).... me encanta enterrar su rabo entre mis tetas que desaparezca, mientras le hago una cubana hasta el final y explotan entre ellas….huuuuummmm (decía volviendo a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la masturbación)…..a ti te gustaría, te gustaría que enterrase tu polla entre mis tetas….neeeneee…
Provocaba lascivamente al criajo Yoli, sin dejar de masturbarle y masajearle el escroto.
- Siiiiii…..siiii por favoooorrrrrr…..
Gemía y sollozaba de placer el niñato, subiendo levemente la mirada, temeroso de desobedecer la orden de Yolanda.
- Y me encanta cabalgarlos…huuuuummmmm ( decía ella volviendo a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la masturbación para bajarlo después), montar sobre sus rabos y cabalgarlos, hasta que relinchen de placer mientras me amasan y aprietan mis tetas como si quisieran romperlas…..apretándolas muy fuerte, muy fuerte…..como a mí me gusta… huuuuuummmm ( volviendo a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la masturbación para bajarlo después).
Volvía a provocar Yolanda al chico como una zorra lujuriosa.
- Si por favor siiiii…yo quieroooo…por favoorrrr….
Gemía lamentable y patéticamente Sergio, al tiempo que apretaba brutalmente una de las mamazas inmensas de Yolanda, recubiertas de espuma, la cual se irguió un poco, el chico las estaba apretando tan bien y con tanta ansia, que Yolanda estaba a punto de explotar.
- Nene tengo más cuerpo además de mis tetas.
Dijo Yolanda con voz sarcástica. El chico sin levantar la cabeza, bajo su mano como masajeando su vientre definido, jugando levemente con su piercing del ombligo, acariciando primero una cadera y luego la otra, bajando las manos por los costados y acariciando sus muslos.
- Que piel tienes, es tan suave, tan suave, y que piernas, que muslos tan firmes y definidos, piernas largas y perfectas…eres perfecta…te deseoooo… oooohhh
Confesaba el chico lastimosamente entre gemidos de placer, que le producía la paja que le estaba haciendo Yolanda.
El chico metió la mano por la parte interior de los muslos y después de pellizcar cada uno provocando un gemido sordo de placer de Yolanda, dirigió su mano a su raja.
- Ahí ahora no…nene…te lo has de ganar.
Dijo seria, pero no rigurosa Yolanda, el chico obedeció.
La polla le iba a estallar erecta y dura como una barra de acero. Yolanda lo soltó se separó unos escasos centímetros, mirándole y juntando sus perfectos labios carnosos con un gesto de malicia lujuriosa, se llevó las manos a la nuca, tensando todo su tronco, realzando así aún más la turgencia de sus mamazas con forma de gota de lluvia inmensa, que se desbordaban en perfecta redondez por los lados de su pecho, sus pezones duros como el granito apuntaban erectos como dos flechas en el centro de aquellas divinas tetazas y sus costillas se dibujaban levemente debajo sobre su vientre definido de piel morena cetrina.
- Vamos, nene, amasalaaaasss….
El criajo avanzo su mano suelta esta vez más decidido y empezó a amasarlas y apretarlas como si sus dedos fueran garras, Yolanda con los ojos cerrados jugaba con sus labios y lengua y se recreaba en el tacto salvaje y violento del chico, sus tetas se estaban hinchando y el chico no paraba de pellizcar con agresividad esos pezones extra grandes que le había dado la naturaleza.
Sintió que iba a perder la cabeza y en un momento dado que no podía más se dio la vuelta, ocultando la turbación de su rostro, su raja era un mar de fluidos. Se tranquilizó tres segundos le dio al chico la botella de champú y le indico que le enjabonase la espalda, la polla del niñato seguía tiesa como el palo de un barco y su barriguita fofisana temblaba como un flan sobre ella.
El chico enjabono su espalda con delicadeza y devoción, pero en el culo su mano libre volvió a abrirse de nuevo paso para intentar abarcar cada perfecta, fibrosa y respigona nalga de esfericidad y curvatura perfecta, apretándola con fuerza y deseo, Yolanda sintió que los dedos del criajo eran garras de fuego, como se iba a masturbar cuando se fuera.
- Huuuuummmm… golpéalo, vamos dame palmetazoooosss…eso me encanta me pone a mil, cachonda como una perra en celo….vamos pégame en el culo….vamos neneeee….
Provocaba Yolanda con su voz lasciva y lujuriosa al niñato.
- Plash.
Sonó el primer palmetazo, débil y temeroso que había lanzado Sergio.
- Vamos, más fuerte….vamosss
Le ordenaba con voz deseosa Yolanda.
- Plaaaashh.
Golpeo el chico con todas sus ganas y deseo.
- Aaaaaahhh….siiii…sigueee..
Exigió Yolanda.
- Plaaaaash….Plaaaashhh….Plaaaaaashh…..Plaaaaaash….Plaaaaaashh…
Golpeaba el chico sin piedad y sin parar, haciendo vibrar de una forma espectacular las nalgas de Yolanda, que vibraban y rebotaban en el aire de una forma espectacularmente sexy.
Yolanda estaba a punto de perder el control, se apartó del alcance del criajo, sofocada y con las nalgas encendidas se sujetó el pelo, que cachonda se había puesto, se puso bajo la ducha y se quitó el jabón.
El chico tras ella seguía masturbándose, boquiabierto grabando en su retina aquel cuerpo divino desnudo bajo la ducha.
Yolanda cerro el grifo de la ducha, se acercó sonriendo al chico, con el dedo índice, pero con rostro dulce señalo al suelo, el chico bajo la cabeza, para complacencia de ella, que rozando sus pezonazos con el cuerpo del niñato paso por su lado.
Ya era hora de acabar. Se situó detrás del chico y le cogió el pelo con suavidad, subiéndole la cabeza y obligando a mirarla, subió su fina y femenina mano derecha de uñas perfectas y se la lamio larga y lentamente, varias veces, era tan guapa, tan preciosa y fina, que incluso comportándose como una perra cachonda no perdía ni un ápice de su clase y elegancia.
El chico estaba como petrificado, cuando Yolanda rodeo su polla inerte con su mano empapada en su saliva y pegando sus tetazas a la espalda del criajo empezó a masturbarle, al tiempo que lentamente subía y bajaba su cuerpo frotando sus pezones y sus mamazas inmensa e hinchadas contra la espalda del niñato.
- Ooooooooohhhhhhh…..
Emitía un jadeo continuo y sordo de placer al sentir el tacto perfecto de las manos de porcelana de Yoli, tirando la piel de su verga hacia abajo y hacia arriba, hacia arriba y hacia abajo, cerrando los ojos y abandonándose a las sensaciones que sus sentidos le transmitía el cuerpo de la mujer de sus sueños.
El chico aún aguanto cuatro minutos más, entre jadeos continuos y sordos. Yolanda no se apresuró al principio y le dejo que disfrutase de todo el conjunto de cosas, luego acelero brutalmente.
- Aaaaaahhhhh….Oooooohhhh…..aaaahhhh.
Estallo el chico rociando la ducha con cuatro chorros de su cálida simiente.
Yolanda se retiró sonriente y satisfecha, el criajo estaba rendido como siempre, pero con una sonrisa de felicidad de oreja a oreja.
Yolanda se lavó las manos, se calzo los tacones rojos, y se puso el albornoz. Volviendo a su rostro riguroso de piedra, soltó al chicho, que la miraba con ojos de cordero degollado entre enamorado y agradecido.
Y con la rigurosidad habitual le dijo al chico:
- Diez minutos tienes, ya sabes lo que tienes que hacer.
El chico sin abandonar su sonrisa bobalicona salió corriendo por el pasillo y antes de cinco minutos ya estaba en la calle. Apenas se oyó la puerta de la calle, Yolanda saco varios dildos y vibradores los tiro sobre la cama y se pasó la mañana masturbándose hasta inundar su cama con sus fluidos, había estado muy cerca de perder el control, ella que era y siempre había sido una zorra cachonda y que al mínimo que se calentaba, se follaba a cualquiera sin escrúpulos de ninguna clase, de belleza, edad, o condición…solo quería un pollón fuerte y vigoroso como el del niñato fofisano, que la penetrase brutalmente y la hiciera correrse salvajemente.
CONTINUA