Leyendas Urbanas: Desde Rusia con Amor
¿Cuántas prostitutas rusas conoces?
Cuenta la leyenda urbana que me acabo de inventar que el turismo sexual se encuentra al alza en estos momentos y que muchos hombres de negocios españoles practican este tipo de turismo, hoy os contare la historia de un alto ejecutivo de una multinacional española que debe viajar a Rusia por negocios.
Desde Barcelona toma un vuelo directo a Moscú. No conoce el país ni el idioma, sólo sabe que esta en dos continentes, que hasta hace no mucho era comunista y que se puede obtener sexo con mucha facilidad.
En el avión no le da tiempo a ver una película que ya había visto, esta demasiado ocupado mirando pornografía en su portátil, a su lado no se sienta nadie, esta en primera clase y compro dos asientos para poder estar a sus anchas. Al pasar la azafata le pide una cerveza fría, esta buena con cojones, la azafata y la cerveza, ambas son rubias, la primera no tendrá mas de 24 años tiene un bronceado increíble, Andrés, así se llama, no sabría decir si es natural o gracias a un salón de belleza, no duda que la chica aya estado en Bahamas o Cancún hace poco, por lo que muy probablemente sea natural. En su ordenador no deja de ver coños, coños muy abiertos y bonitos, espera ver alguno igual en Moscú. El coñito de una rusa que no lo va a volver a ver, barata y que no habrá la boca diciendo gilipolleces que entienda.
Al llegar a Moscú lo recibe un traductor que le manda la compañía, el traductor lo lleva a su hotel y acuerda con Andrés llevarlo a conocer Moscú más tarde, cuando anochezca y Andrés haya descansado un poco.
Son las diez de la noche y el traductor, un tal Boris, lo lleva a cenar a un restaurante muy popular de la capital. Abundan los buenos filetes, el vodka y la música, el dueño del local conoce a Boris y entorno a su mesa se convocan unos cuantos hombres de negocios rusos. Hablan de banalidades como deportes, nuevas tecnologías y yo que sé, todos dejan a un lado todo eso cuando unas cuantas niñas de no más de 22 años aparecen casi desnudas bailando alguna típica danza rusa. Las niñas casi todas ellas rubias y de piel extremadamente blanca, van en ropa interior, algunas ni eso, y sobre sus manos llevan unos manguitos de piel, unos calentadores en las piernas y unos gorritos muy ridículos en la cabeza.
Andrés se encapricha de una chica rubia, con las cejas sin depilar, alrededor de su nariz muchas y pequeñitas pecas rosáceos, ella es de las que no lleva nada excepto los complementos de piel, sus pechos son pequeños pero eso no le importa, su coño esta completamente rasurado y hasta allí tiene algunas pecas. Le dice a Boris que quiere a esa chica ahora, que cueste lo que cueste la quiere, total tampoco costara mucho.
Boris llama a la chica, que inmediatamente se coloca encima de Andrés, este, rojo por el vodka casi no puede ni hablar, embriagado por los grados del licor no puede dejar de sobar los pechos de la chica. Boris le dice que se llama Nicola, pero eso a Andrés le trae sin cuidado, ni siquiera se entera, Nicola, que ve como el viejo se anima lo coge de la mano y se lo lleva escaleras arriba a un reservado. Andrés no deja de tocarla, le mete la mano por entre las piernas, la agarra de la cintura, la levanta el peso, a Nicola le cuesta lo suyo poder tumbarlo en la cama e ir a arreglarse un momento al lavabo.
Nicola tarda lo suyo, tal vez diez minutos, Andrés no se da ni cuenta, cuando vuelve lo desnuda y comienza a chuparle la polla, no es muy grande pero la puta la sabe comer, para eso le pagan, Andrés delirante a causa de la bebida apenas siente la mamada, ni siquiera se corre. Nicola se sube encima de él y comienza a cabalgarlo, él la mira y le lanza besos que la chica deja pasar de largo, le acaricia las tetas y continua tocándole el coño mientras su miembro de 12 centímetros aparece y desaparece en el cuerpo de Nicola.
Ya un poco más recuperado, le da la vuelta a Nicola y le besa sus nalgas, la chica las abre y él introduce su cálida lengua hasta el fondo, esta limpio hasta que Andrés le introduce su verga dentro y sólo es ese orificio en el que se corre por fin. Le da la cartera a Nicola y esta saca unos 50 euros. Andrés se viste y le promete que volverá a llamarla, aunque la chica no entiende una mierda.
Durante su estancia en Moscú, Andrés vuelve a ver a Nicola en otras dos ocasiones. Dos días después de su primer encuentro, se coloca a cuatro patas y se deja mangonear por la puta a la que paga, ese día no pasa de algunos azotes y una buena comida de coño que hace que la niña se corra en su boca. El día antes de volver a Barcelona Nicola se presenta en la habitación de hotel para repetir lo que hicieron en el restaurante, sólo que esta vez la que estaría borracha sería Nicola.
Cuando Andrés esperaba en el aeropuerto para volver a España Nicola se presento con una caza de zapatos envuelta en papel de regalo, le dio un apasionado beso y se marcho.
Andrés, se acomodo en sus dos asientos de avión y presumía ante él mismo lo buen conquistador que era. Desenvolvió la caja y la abrió, dentro una rata muerta y un papelito que ponía en perfecto castellano: "Tienes Sida, la próxima vez, usa condón".