Ley de amor. (Parte 4)
Capitulo 4. Su amor significaba para mi, más de lo que imaginaba.
Se despidió con un beso en la mejilla que me llevó a la luna y me trajo de regreso, terminó nuestra gran noche… esperaba que hubiese muchas más como esa.
Al dia siguiente... (Suena el teléfono)
Carmen: ¿Diga?...
Carlos: ¡Carmen! ¿Cómo estás? ¿Ahora resulta que tienes un mejor amigo que se preocupa por ti, pasaron 5 días seguidos, y tu ni tus luces?… y por si fuera poco me entero que te accidentaste por una nomina…
Carmen: ¿Ahora resulta que tengo un mejor amigo, que al ver que me desaparezco 5 días no viene a buscarme? – Contesté con tono irónico.
Carlos: A ver… a ver… ese es otro tema… ¿Qué te paso?
Carmen: Ven a mi casa cuando termines tu turno… ya te platico.
Carlos: Claro… pero, ¿estás bien?
Carmen: Si… si Carlos estoy bien… no te preocupes y vente, trae algo de cena cuando vengas de paso por favor.
Carlos: De acuerdo, está bien mala amiga.
Carmen: Nos vemos más tarde, mal amigo.
Debo decir que Carlos ha sido mi único acompañante que luce como humano desde que llegué, el único que me ha entendido, ayudado y apoyado en lo que siento y hago, no sé qué haría sin él, porque cuando lo necesito, nunca me falla, y aunque sea la persona más despistada del mundo, siempre estaría para mí cuando lo llamara, con 5 meses de conocerlo, sé que podría poner mi vida en sus manos.
Dieron las 8:40pm y sonó el timbre de la casa, Antón de inmediato se acerco a la puerta para arañarla y ladrar.
Carmen: Tranquilo Antón . – Decía mientras abría la puerta.
Carlos: Hola amiga, mírate, toda enyesada, pareces robot.
Carmen: Chistoso que eres… pasa, tengo mucho que contarte.
Carlos me miraba confundido, deseaba saber que era lo que sucedía, al platicarle como tuve el accidente, que conocí a Ailin, la cena con ella, que la invite a vivir conmigo, entre todo los demás detalles, solo pudo atacarse de risa.
Carlos: Así que, mi querida Carmen, estás enamorada.
Carmen: Espera… tanto como enamorada, no… pero si me atrae mucho y me parece interesante, siento algo desconocido y agradable en el pecho y sobre todo, se me apetecen sus labios… pero, enamorada, no estoy.
Carlos: Claro, claro… lo que tú digas compañera, pero el doctor Carlos diagnostica enamoramiento. – Detestaba aceptar para mi interior que el “Dr. Carlos” tenía razón.
Carmen: Pero, ¿Qué dices? ¡Eh!, apenas la he visto 2 veces…
Carlos: Si, y a la primera cita, te dijo que te seduciría porque eres atractiva y atenta, ¿no?
Carmen: No fue una cita, solo la invite a cenar como agradecimiento, ¿Qué hay de malo en eso?
Carlos: Nada, si te gustara la gente… y ella te enloqueció a primera vista, tanto que hasta te andabas matando.
Carmen: Ya para ¿no?... apenas y la conozco muy poco.
Carlos: Deberías invitarla más a salir…
Carmen: Eso deseo, he dejado pasar 2 días desde la cena, pero no me ha llamado, quizás no se interesó en mi y lo que me dijo de la seducción ha sido solo un juego mental para ver mis intereses.
Carlos: Es buena posibilidad, pero ¿cómo sabrás si no la conoces mejor? Y la llamas tú.
Carmen: Odio que tengas razón, ¿sabes?
Carlos: Si, lo sé… tanto como sé que te encanta esa chica.
Charlar con Carlos siempre me daba un segundo punto de vista a las situaciones, y lo que no me gustaba era tomar el segundo punto de vista donde él tenía la razón. Pero debía agradecerle no dejarme cegar por mis ideales que no me permitían trascender a luchar.
Al irse Carlos, me fui a la cama, me cobije con mis 4 cobertores y Antón se echo a un lado. No dejaba de pensar y reflexionar en lo que me había dicho Carlos, me estaba enamorando perdidamente y sin ninguna defensa, la llamaría al día siguiente sin duda, deseaba escuchar su voz, ver sus ojos penetrantes, rozar por accidente su cálida piel al hablar… Debía verla de una vez, no aguantaría más sin ella.
Al amanecer observe el reloj, las 7:38am… sin duda esas dos semanas sin ir al trabajo me estaban haciendo más perezosa, pero no lo estaba aprovechando.
Tomé el teléfono y la nota donde Ailin había apuntado sus datos y me decidí a llamar, escuchar el sonido de espera se me hacia eterno. De pronto alguien contesto.
Desconocida: ¿Sí? Bueno … - Era una voz femenina, pero sin duda no era la de mi Ailin.
Carmen: Buenos días, me preguntaba si se encontraba Ailin cerca, habla Carmen.
Desconocida: Claro… en seguida se la comunico.
Carmen: Gracias… - Esperé unos segundos donde el corazón se me quería salir por la boca, nunca había sentido algo similar, estaba experimentando los nervios por primera vez de una manera tan fuerte, las manos me comenzaban a sudar y sentía que se me cerraba la garganta…
Ailin: ¿Bueno?... – Su suave voz dominaba mis oídos y sentidos…. – Bueno, ¿si? ¿Carmen? ¿estás ahí?
Carmen: Ah…. Ah…. Si, si, aquí estoy, disculpa… me puse muy nerviosa.
Ailin: Nerviosa ¿por qué? ¿todo está en orden?...
Carmen: Si, es solo el hecho de haberte llamado, no hago esto a menudo.
Ailin: Ya veo… mi voz te hace temblar… que tierna eres.
Carmen: Disculpa, no me gusta que me digas ese tipo de cosas como si fueran poco importantes.
Ailin: No es eso, es que… nunca nadie había presentado reacciones como las tuyas conmigo, no logro descifrarlas…
Carmen: ¿Qué te parece si nos vemos esta tarde y muchas otras más, para que las puedas descifrar?
Ailin: Claro que sí. Paso hoy por ti a las 4:00pm - Una sonrisa de oreja a oreja se hizo en mi cara, el corazon me reboloteaba.
Carmen: Bueno, nos vemos. Gracias
Ailin: Gracias a ti.
Esta situación sin dirección con ella me estaba enloqueciendo, no sabía que sentía ni que pensaba de mí. Quería saberlo esa misma noche, de otro modo terminaría hecha añicos. Quería saber si era correspondido lo que sentía por ella, y pronto lo sabría.
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Gracias por haberse tomado el tiempo de nuevo para esta cuarta parte.
Muchas gracias a sus comentarios, en verdad que me animan y en donde guardo mi historia he modificado muchas cosas.
Si les gustaria, pueden agregarme a este msn: annhy7_tr@hotmail.com
Es un msn exclusivo solo para gente de TR
Podria recibir sugerencias mas personales...
Hasta pronto lectores. Gracias.
Saludos desde Nuevo Leon, Mexico!...