Ley de amor. (Parte 10) FINAL.

Capitulo 10. Entrega total.

Nunca olvidaríamos semejante suceso. Al día siguiente, todos en Gamle hablaban del acontecimiento del día anterior y de cómo los “ovnis” nos atacaban. Empezaba una nueva vida para ambas…

Pasaron 2 meses desde lo sucedido, de los cuales el último mes Ailin había decidido tomar mi primera propuesta… así es, ahora vivía en mi casa, dormía en una de las otras habitaciones y era un placer verla cada mañana en la cocina con algo preparado para mí. Nos gustaba hablar de cómo nos conocimos, de lo que sentíamos cuando nos separamos, alivio mi culpa de haberla dejado, y en ocasiones, nos dormíamos juntas en el sillón después de ver una película.

Un día, 16 de marzo, para ser exactos, decidí que era momento de formalizar de manera concreta por parte de las dos una relación, ya que ni pareja parecíamos desde lo que paso, así que me previne y preparé una noche especial para las dos. Llamé a Carlos para que me ayudara con un par de cosas, y luego la llamé a ella para citarle.

Ailin: ¿Hola?

Carmen: Buenos días, mi “marcianita” más hermosa. ¿Cómo estas mi amor?

Ailin: Buenos días sexy “terrícola”… estoy muy bien mi vida, aunque atareada con el trabajo.

Carmen: Lo siento bebe, solo quiero invitarte a cenar esta noche. Te recojo y nos vamos.

Ailin: Está bien mi amor… hasta en la tarde. Te amo.

Carmen: Te amo…

Al colgar me fui a casa, preparé una canasta con comida, puse algunos platos, velas, flores… quería hacerlo sencillamente especial.

Dio la hora de su salida y la fui a buscar. Se veía tan hermosa como siempre, nos saludamos con un abrazo y un beso demasiado tentador en la orilla de la boca, pero no deje a la tentación vencer.

Carmen: Vamos amor, pero antes, véndate los ojos.

Ailin: ¡Ay amor! Me aterra tu motocicleta y de pilón quieres que me vende.

Carmen: Claro amor, confía en mí… no te tiraré.

Mi parte favorita era cuando me obedecía, se vendó los ojos y la ayude a subir. Se han de imaginar a donde la llevé. Y cuando ella vio el lugar, sonrió.

Ailin: Tantos recuerdos. ¿A que se debe que me hayas traído aquí mi amor?

Carmen: Este lugar ha sido testigo de tantos momentos y quiero que forme parte de uno más. – Dije mientras me sentaba y acomodaba los platos y comida que llevaba… luego le tome la mano y la invite a sentarse.

Ailin: Y bueno amor, ¿Qué recuerdo quieres almacenar aquí?

Carmen: Yo… bueno, todo lo que ha pasado… tu amor, mi amor… las peleas, tus amigos extraños, la muerte…

Ailin: Dilo directo mi vida…

Carmen: Bueno, es claro que queremos una vida juntas y am… quiero presionarte.

Ailin: Jajaja ¿Qué quieres decir?...

Carmen: Ailin, ¿Quieres ser mi novia?

Ailin: Te tardaste mucho mi amor… - Dijo con su mirada en mis ojos y acercándose a mis labios… - Presióname ahora… claro que quiero, acepto.

Era el momento, lo que tanto desee… mis labios se posaron en los tuyos en un tipo de conexión mágica y llena de amor que me llenaba el pecho y cada uno de mis sentidos, mis ojos cerrados, aunque podía verla dentro de mi; mis oídos, percibiendo el viento, las hojas caer, el agua sonar; mi nariz, recibiendo su aliento, su aroma; mi boca, mi gusto, deleitando su sabor, el sabor de sus labios; y mi tacto, comenzaba a recorrer su cintura. Después de un momento de unir solo su ser y mi ser, hizo un atrevido movimiento con su labios que inicio una fusión sin fin entre su alma y mi alma, donde mi lengua tímidamente buscaba su lengua, donde su saliva se mezclaba con la mía, haciendo una sola… pasaron 1… 2… 3... 4... 5 minutos y parecíamos no terminar, un beso que inició tierno se comenzaba a encender inimaginablemente… entre suspiros, jadeos y desesperación, nos dimos un respiro…

Ailin: Llévame a casa… llévame ahora… - Me decía con la respiración entrecortada.

Carmen: ¿Qué pasa amor?... ¿Te sientes bien?... ¿hice algo mal?

Ailin: Lo has hecho excelente y ahora quiero que me lleves a casa.

Me asustaba la idea de haberlo arruinado, ella me sacó casi corriendo de ahí, dejamos canasta, platos, comida y todo… se puso el casco y nos subimos… al comenzar a andar, ella se apretaba contra mí, me susurraba al oído que me amaba, que me deseaba, que me apresurara. Me asustaba que hubiese pasado algo malo, sin embargo, cuando sentía su voz tocar mis oídos, mientras se apretaba a mi cuerpo, ideas perversas llegaban a mi mente…

Llegamos a casa, de inmediato se bajo de la moto y abrió la casa. Apague la motocicleta, me baje y entre. Al cerrar la puerta se me lanzo encima y me besaba.

Carmen: Amor, ¿Qué sucede?

Ailin: Bésame… Te amo.

No necesitaba pedírmelo dos veces… la tome de la cintura y de nuevo nuestros labios empezaban a bailar, nuestras lenguas se atacaban la una a la otra de una manera sincrónica, y nuestra saliva hacia su recorrido. De pronto ella se separo de mi boca para mirarme…

Ailin: Llevo mucho deseando estos besos mi amor.

Carmen: Y yo también mi amor, muchas veces desee que durmieras en mi alcoba en lugar de ese cuarto lejos de mí… muchas veces imagine como seria tocar tu boca.

Ailin: Llévame ahora mismo a tu cama… y hazme tuya… - Sus palabras me llenaron de excitación, jamás imagine que saldría de mi niña palabras así.

Carmen: ¿Estás segura?...

Ailin: Si… quiero que mi cuerpo lleve tu nombre, tus manos, tus besos… Si seré tuya para toda la vida, desde ahora quiero que me tomes.

Me dio una mirada de ternura, de amor, de suplica y a la vez, se apenaba. No podía haber persona más dulce en la tierra. Acaricie su cara suavemente y tomé su mentón para acercarla a mi boca… le comencé a dar un beso dulce y suave mientras le decía que la amaba… nos seguimos besando mientras caminábamos a mi habitación… al entrar, cerré la puerta, para intimar aun más el momento. Luego sus manos corrieron por mis brazos mientras el beso subía de nivel… la apreté más fuerte abrazándola por la cintura, y la encaminaba hacia la cama… el beso se detuvo, nuestros ojos se encontraron y luego se apodero de mi cuello, la sensación de su saliva en mi cuello, de su lengua subiendo y bajando era indescriptible, daban descargas eléctricas a mi pecho y vientre, y mi ropa interior se humedecía… comencé a desabrochar su pantalón y a pasar mis manos por sus nalgas y espalda, para comenzar a sacar su blusa… sentía como se estremecía, como sus suspiros se aumentaban, y yo me erizaba con el roce de su piel, al terminar de sacar su blusa, podía ver su bra, un color azul que lucía hermoso con su piel… ella seguido empezó a desabrochar los botones de mi blusa con algo más de prisa, y se encontró con mi ropa interior blanca, unió su abdomen al mío, y sentía la calidez de su piel mientras mordía mis hombros… la estiré y la dejé recostada en la cama, y comencé a bajar sus pantalones al paso que descalzaba sus pies… quedo solo en su sensual conjunto azul, pero quería verla sin el… ella me jalo de la cintura hacia ella mientras seguía recostada y yo apoyada sobre mis rodillas, comenzó a besar mi vientre y a bajar mis pantalones…

Ailin: Ayúdame quitándote tu bra, no puedo resistir más contratiempos…

La obedecí… mi niña comenzaba a sacar su lado perverso y me encantaba… ella saco mis pantalones dejando mis piernas y pies desnudos… luego me jalo del cuello a su boca, mientras encajaba su muslo entre mis dos piernas causando un exquisito placer, no pude evitar gemir, y luego ver su sonrisa de satisfacción al tenerme totalmente a sus pies. Siguió un buen rato más, encajando su pierna en mi centro de placer y yo ya estaba desesperada, excitada y previa del orgasmo cuando se detuvo…

Carmen: ¿Qué pretendes?.... ¿Torturarme?...

Ella rió, me abrazó y me puso debajo de ella… deslizo lo último de mi ropa interior y yo la suya, estábamos totalmente en desnudez… nos besamos enérgicamente y de nuevo me comía el cuello, pero no duró mucho ahí, porque su objetivo era otro y se dirigía a mis pechos… comenzó a bajar y a dar pequeños besos, yo estaba desesperada pero terminó mi inquietud cuando se centro en mi pezón, lo mordía, lamia, jugueteaba y succionaba mientras con su mano tocaba en mi otro pezón. Me estaba enloqueciendo el placer que me daba, luego siguió con el otro, como dándole a cada uno su turno. No lo resistí más, era como una lucha épica por obtener la oportunidad y el poder de dar placer. Estaba sentada sobre mí, me senté con ella en mis piernas, y comencé a devolverle el placer que ella me había dado haciendo lo mismo en sus pechos, y vaya que era delicioso, me prendí de ella como bebe hambriento, la sensación en mi boca era diferente…

Ailin: No te detengas mi amor, se siente deliciosa tu boca.

Empezaba a mover sus caderas hacia mi vientre, y la volví a recostar, la besaba profundamente, mientras mi mano derecha hacia un recorrido por su cintura, su cadera, y me detuve sobre su pelvis, sentía su calor, pase a sentir su humedad y ella solo se retorcía hacia atrás gimiendo… mis dedos se centraban en su clítoris, haciendo círculos, de un lado a otro, y ella estaba al borde de gritar… cuando me dispuse a dar otro paso, me topé con su himen…

Ailin: Ten cuidado, por favor…

Carmen: Yo nunca te haría daño.

Ailin: Te amo.

Carmen: Te amo también.

Use mi dedo índice para darle confianza… no pensaba hacerlo en ese instante, porque antes tenía preparado algo más.

Empecé a besarla y retiré mi mano… ella no explicaba que sucedía debido a su cara, pero le di un beso corto para darle confianza, y empecé a hacer un camino con mi boca hasta sus muslos… empecé a juguetear con mi aliento y mis pestañas entre sus piernas para provocarle nervios, ella se veía agitada y excitada, apretaba las sabanas de la ansiedad que le hacía. Después de unos segundos, le di un beso en su pequeño botoncito que la estremeció… luego comencé a beber del fruto de su placer, ella gemía y me apretaba con sus piernas como si quisiera impedir que me quitara, me tomaba el cabello y me rasguñaba la espalda, dure unos minutos dándole un sexo oral y estirando mis manos para masajear sus pechos y al parecer resultaba de maravilla. Los músculos de sus piernas se comenzaban a tensar, temblar, no paraba de gemir y sus gritos iban en asenso hasta explotó en un maravilloso orgasmo, que no solo quedó ahí, sino que venía acompañado con una sexy eyaculación femenina. Ella trataba de recuperarse, y mientras aproveche para que mi mano volviera a apoderarse de su vagina. Ella apretaba con sus manos lo primero que encontraba y besaba y mordía mi cuello.

Carmen: ¿Estás lista mi amor?

Ailin: Si… si… lo estoy.

Una sonrisa pintó mi cara mientras observaba sus expresiones… se veía demasiado sensual y la tenía a mis pies, su cuerpo perfecto tendido en mi cama, dándome su confianza y seguridad por dejarme hacer y deshacer con ella. Me amaba y la amaba como a nada… mi dedo medio entraba y salía de ella, luego siguió acompañado por el anular, un gemido de dolor y placer salió de ella, y me quede quieta para no lastimar. Cuando observe que había adaptado el poco ancho de mis dos dedos juntos comencé a moverlos, ahora ella era mía, y la hice volver a terminar.

Tras unos minutos que se recuperó, mi mano y sabanas cubiertas con su sangre y fluidos me sonrió.

Ailin: Ahora te toca a ti mi amor… te hare gozar y sentir lo que has hecho conmigo.

Carmen: Pero, yo ya no soy virgen…

Ailin: Eso no te impide sentir, y aparte, se que tu primera entrega de amor ha sido conmigo. Te amo, te amo.

Carmen: Te amo mi amor, gracias.

Ella limpió mi mano con las sabanas, luego nos besamos por unos minutos, hasta que recuperó su energía… me lanzó una mirada perversa y luego me pidió que la besara, sentía sus intenciones en sus manos, pero la deje hacer conmigo lo que quisiera, su mano se poso sobre mi entrada y sobaba de arriba a abajo, sentía que enloquecía de placer, y me torturaba de nuevo, deseaba que me penetrara de una vez, pero no lo hacía, hacia movimientos en mi clítoris que me hacían gemir, hasta que paró mi mártir, su dedo medio atravesó totalmente mis ansias, para luego acompañarlo con el dedo índice y anular, mi vientre se llenaba de ansiedad y comenzaba a temblar, de nuevo estaba previa a un orgasmo, y ella lo detuvo. Era un juego cruel que ella estaba disfrutando y yo solo me saciaba de desesperación. Me sonrió, me dio un beso en los labios y comenzó a bajar… besó cada una de mis piernas, desde los pies hasta mi entrepierna torturándome… empezaba a excitarme tanto, y no paraba su tortura… sus labios tocaban mi periné mientras rozaba sus pestañas en mi clítoris, quería que enloqueciera… y no aguanté más…

Carmen: ¡Hazlo!.... ¡hazlo ya!... no lo soporto… m… hazlo ya…

Ailin: Esperaba que me lo pidieras…

Su lengua hizo un recorrido que me parecía eterno desde mi periné hasta el clítoris, lance un gemido tan alto que me sentí fuera de mi, sencillamente me estaba elevando al paraíso, nunca había sentido nada similar, ella me estaba dando el placer que nunca antes había sentido, solo ella sabía cómo hacerlo. Succionaba mi clítoris, me daba una sensación deliciosa, tenía una boca talentosa a pesar de nunca haberla usado de esa manera, ponía su máximo empeño y pasión, simplemente estaba encaminándome al mismo cielo, y me hizo llegar cuando al mismo tiempo comenzaba a penetrar con su dedo índice. Era una sensación maravillosa, luego de pocos minutos, mis músculos se contraían, movía mis caderas sin control y mis gritos, seguro llegaban a la calle. El mejor orgasmo de mi vida, ella me lo hacía tener. Me tomo incluso, más tiempo que ella recuperarme… cuando lo hice y abrí mis ojos, ella se encontraba mirándome y rizaba mi cabello… se acerco a mis labios y nos dimos un beso largo y lento, ya no había prisas, el tiempo estaba a nuestro favor.

Esa noche dormimos plácidamente, mi cama se hacía grande, pues solo buscábamos estar una tan pegada de la otra, mi pecho era su almohada, su tranquilidad, entrelazadas totalmente, amanecimos una de la otra. Una mañana fría, pero llena de amor y calor, las cobijas nos abrazaban, éramos una de la otra.

Ailin: Buenos días mi amor, mi niña Carmen, ¿Cómo amaneciste?

Carmen: Excelentemente bien mi amor, nunca había dormido tan delicioso como ahora.

Ailin: Te amo mi amor.

Carmen: Y yo te amo a ti, de ahora en adelante somos la una de la otra, tu y yo triunfamos, tu y yo hemos demostrado que el amor no ve sexo, raza, color… ni planeta - Sonreí ante tan mal chiste… - Tu y yo hemos superado las expectativas de lo que es el amor, y es que… nunca más sentiría lo que siento contigo, en tus brazos está mi hogar, mi protección… nunca te dejaré, porque merecemos ser felices para siempre con este tierno amor que corroe nuestras venas llenándonos el cuerpo, mi corazón late por ti, mi vida es tuya, a pesar de los tiempos buenos y los malos, sé que siempre vamos a ganar, porque este sentimiento es más grande que nada, y “prometo cuidarte, amarte y respetarte todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe”. Te amo Ailin.

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Y este cuento se acaboooo (888 :P

Espero que esta historia les haya gustado mucho(:

Sus comentarios y todo, me hicieron sonreier muchas veces, he de decir que gracias por leerme(:

No prometo volver pronto, pero lo hare apenas termine mi nuevo relato.

Saludos desde Nuevo Leon, Mexico.

HASTA PRONTO!!(: