Levantando la moral

Una historia corta de una fantasia que tuve acerca de como levantarle la moral a los hombres.

Levantando la moral.

Estaba yo sentada en mi escritorio. Una oficina simple de un solo ambiente. Si acaso 50 mts. pero con aire acondicionado y muy confortable. Ahí recibía ordenes de compras, pagos y enviaba notas de despacho. Los vendedores debían consignar sus documentos y luego se retiraban.

Una tarde ya apunto de cerrar. Recibí a dos sujetos con sus ordenes y demás papeles. Mientras emitía los recibos escuchaba como discutían sobre técnicas para levantar la moral.

Debo explicar que cuando ando deprimida o triste me gusta entusiasmar o hasta excitar a los hombres, por que a ellos les gusta verme. Mis curvas y proporciones siempre han sido deleites a sus ojos y mentes.

Ese día llevaba un corsé de encaje con una blusa a medio abotonar mostrando la turgencia de mis pechos y una falda larga con una abertura en la pierna mostrando mi liguero. El sentirme sexy y deseada era algo que siempre me estimulaba.

Ya apunto de retirarse los hombres aprovechaban cada oportunidad de mirarme. Y cuando me levante para abrirles la puerta uno de ellos me sujeto por los brazos y el otro cerraba la puerta con seguro para dar la impresión de que ya había cerrado.

Fue cuando me di cuenta que era lo que venía y que realmente no tendría grandes oportunidades. Luego recordé que hacia una hora yo estaba aburrida en el escritorio y había comenzado a tocarme y acariciar mi clítoris solo para entretenerme y me había quitado el hilo para comodidad.

El hombre que me sujetaba me empujo contra la pared y rasgando la falda me la arrancó de un solo tirón dejándome libre a sus ojos. El otro me miraba extasiado mientras me decían que yo levantarían su moral. Me obligó a arrodillarme y sacándose su verga me la puso en la boca para que comenzara a chapársela. Tuve la sensación de que si lograba que acabara en mi boca podría evitar la penetración por lo que le di la mamada de su vida. Mientras hacia rápidos movimientos de vaivén apretaba sus bolas sacándole gritos y espasmos.

-       Dios que bien lo hace!!!. Era lo único que decía.

Finalmente lo logre y expulsó su carga sobre mi haciéndome tragar parte de ella y el resto regándomela en la cara. Se apartó de mi satisfecho y levantándome. El otro se acercó y de un tirón abrió mi blusa dejándome solo el corsé. Hice ademán para chuparle también pero este me dijo que no, y me llevo al escritorio posándome boca abajo. Ya sabía lo que venía. Pero no me había dado cuenta que toda la situación me había calentado y estaba húmeda, lo suficiente como para recibirlo en todo su esplendor.

Así tomo sus manos y abriendo mis nalgas metió su verga en mi vagina y comenzó el bombeo. Sus movimientos eran lentos y seguros y fácilmente lograron llevarme a expresar mis gemidos y jadeos, dándole cada vez mas animo y fuerza.

-       Eres toda una perra, que divina eres.!!!!

El hombre expulso su semilla dentro de mi sin dejarme alcanzar el orgasmo, y cuando se retiro empezó a vestirse.

Al fin había terminado pensé y aunque estaba excitada no les daría el honor de darse cuenta, pero entonces fue cuando vi como la hombría del primero ya se había recuperado y mostraba una gran erección al ver el espectáculo de lo que su amigo había hecho.

-       Ven perrita, acabemos con esto.

Me tomo por los brazos y me llevo de nuevo al escritorio en donde me puso boca abajo e intempestivamente me bombeo 4 o 5 veces y la sacó. Eso me había encendido a mil y me mordía los labios para no gritar pero necesitaba acabar. El hombre abrió mis nalgas y escupió entre ellas.

-       Que lindo culito tienes.

-       No! Por ahí nooo!!! Grite.

El otro se acercó para mantenerme inmóvil y quitarme el corsé, mientras su compañero apuntaba a mi entrada y lentamente la fue metiendo. Fue impresionante lo rápido y fácil que mi cuerpo acepto su verga y ya empalada de esa forma nuestros movimientos fueron incontrolables hasta que ambos alcanzamos nuestros orgasmo, y su amigo tocaba y masajeaba mis tetas.

Luego se retiró y se vistió.

Como saldría de aquí era mi único pensamiento con la ropa toda rasgada. Aun disfrutando de la cogida que me habían dado.

Uno de ellos se acercó y me dio una buena suma de dinero. Mientras el otro se guardaba el corsé.

-       Toma, esto cubrirá los gastos de la ropa y de seguro no necesitaras el corsé...

-       Vendremos dentro de una hora y gracias por levantarnos la moral.

Me dio un beso en la frente, el otro me dio una nalgadita y me dejaron ahí desnuda a la espera.

Fue una interminable mientras pensaba como saldría de allí. Si me quedaba era seguro que sería de nuevo utilizada para saciarse en mi.

Lo que ocurrió es otra historia y continuara.

Lynn