Leticia

Leticia...

La primera vez que ví a Leticia fue hace tres años y medio. Llevaba puesto un vestido floreado transparente y con el sol le podía ver una minúscula tanga que destacaba sus formas bien redondeadas. Sus piernas bronceadas estaban bien a la vista dado que tenía dos cortes hasta la parte alta de sus muslos. Inmediatamente me acerqué y le pregunté si hablaba francés, me dijo que si y la invité a beber algo, dado que eran las tres de la tarde y hacía un calor insoportable.

Nos dirigimos a un bar próximo y comenzamos a hablar de todo y nada. Yo no podía dejar de apreciar el volúmen de sus pechos y cuando cruzó las piernas, le pude ver sus muslos magníficos. Supe enseguida que haría el amor con ella. En sus gestos y palabras podía descubrir toda una lubricidad latente. Me la imaginé desnuda en mi cama. La imagen era insoportable. Tenía que tocar y acariciar esa piel o me volvería loco. Le propuse encontrarnos al otro día para ir a la piscina. Mi idea era verla en traje de baño y poder apreciar su cuerpo.

Al otro día nos dirigimos a una piscina del barrio y cuando salió del vestuario me quede sin aliento : tenía puesta una tanga pequeñísima. Sus senos apenas cubiertos por una porción de tela brillante. La parte de abajo de su traje de baño, cuando se dió vuelta para extender su lona, me quedó tan cerca que tuve la tentación de besarle sus nalgas. Me ofrecí para pasarle la crema bronceadora y al hacerlo le acaricié su espalda hasta el límite de la parte baja de su traje de baño. Le extendi la crema por sus piernas y ella cerró los ojos ..., mientras, mil imágenes se formaban en mi mente. Nos quedamos hasta las ocho y decidímos ir a cenar a un restaurante cercano. Durante la cena admiré sus ojos azules y su cabello dorado, bebimos un buen vino y partimos hacia una discoteca. Allí nos quedamos hasta la una de la mañana. Al salir, la tomé de la mano y casi sin darnos cuenta nos encontramos en la puerta de un hotel céntrico. Entramos y pedí una habitación. Una vez adentro, me acerqué y la tomé por la cintura y la besé apasionadamente. Mis manos comenzaron a descubrir ese territorio desconocido tan deseado y la desnudé lentamente, saboreando cada segundo. Que cuerpo mi Dios !, su vello pubiano dorado dejaba adivinar un sexo rosado y lubricado, me agaché y le separé las piernas. Le pasé la lengua por el clítoris, ella puso sus dos manos sobre mi cabeza y me hundió en su sexo. Se dejó caer en la cama, levantó las piernas y las pasó detrás de mi cuello. En esa posición, su sexo estaba bien abierto y mi lengua se hundió profundamente entre sus labios. Su flujo me cubrió el rostro, le levanté más las caderas y su traser magnífico se ofreció a mis caricias. Me dejé rodar y ella atrapó mi pene con sus labios y se lo metió hasta lo más profundo de su boca. Su lengua me hacía circulos en la cabeza y creí desmayarme de placer. Quería retardar el momento de penetrarla. Quería sentir en mis labios cada centímetro de su piel, sus formas en mis manos, sus senos grandes y levantados, sus pezones endurecidos y listos para mi boca sedienta. Nuestras lenguas se entrelazaban y su mano me masturbaba delicadamente. Le metí un dedo en su sexo y comenzé a frotarle los labios con la cabeza de mi verga. Se abrió de piernas y me hundi en su vagina caliente. El ritmo lo establecimos de inmediato y cabalgamos unos minutos. Se sentó arriba mío, sus senos apuntaban hacia el cielo, podía sentir sus musculos vaginales apretar mi miembro cada vez más duro. Alcanzamos el orgasmo los dos al mismo tiempo, se agachó y tomando mi pija en su boca sorbió hasta la última gota, su saliva colgaba por la comisura de sus labios, se pasó la lengua y me siguió chupando. A los pocos minutos estuve listo otra vez. Esta vez mi objetivo era practicar todas las posiciones posibles y sobre todo encularla. Su esfínter es pequeño, cuando se lo empezé a succionar y a meterle la lengua se fue abriendo. Le apoyé la cabeza y lentamente me fui introduciendo en su culo. Cuando tenía la mitad adentro, empezé a bombear despacito. Con la mano libre le acariciaba el clítoris, de esa manera le entré toda mi verga. Su cola estaba bien parada, lo que me permitía sacarsela casi hasta la cabeza y volver a metérsela. Cada vez que yo hacía eso, ella se estremecía y sus cuerpo temblaba como una hoja al viento, fue entonces cuando me dijo con una voz enroquencida : "cojéme, metémela hasta el fondo". Cuando estaba por acabar la dí vuelta y se la puse en la conchita. Que placer mi Dios ! Acabamos otra vez y nos quedamos sin aliento abrazados, nuestros sudores se mezclaban junto con nuestros líquidos. Se metió la mano en la vagina y se chupó los dedos, se pasó el resto en los pezones y empezó a masturbarse y mirándome a los ojos me dijo : "mirá como me masturbo, así lo hice anoche pensando en este momento ..."

A partir de ese día nos convertimos en amantes. Ella tenía novio, lo conocí en su casa un día que fuí a buscar unos apuntes de estudio. El muchacho era de origen francés, muy educado, sobrio y la madre de Leticia lo atendia a cuerpo de rey. A mi me trataba muy bien y me hablaba continuamente de su hija, de lo aplicada que era en sus estudios, de su futuro. Me pregunto como nos conocimos y le dije que en la universidad, en donde en realidad yo daba unos cursos de apoyo. « Leticia es una persona a la que le gusta rodearse de gente culta », me comentó la madre. Jean (el novio) es de una vieja familia del barrio de Outremont, su padre es el director de la empresa de construcción má importante de Montréal. Eso quiere decir gente de dinero y muy bien ubicada socialmente. De mi parte hacía pocos años que yo vivía en la ciudad y todavía no había llegado a obtener el status del novio de Leticia, y pasaría mucho tiempo antes de que lo logre. Eso me tenía sin cuidado, ya que lo unico que me interesaba en ese momento era ponerle al tal Jean, los cuernos mas grandes de toda su vida. Leticia tenia por aquel entonces 22 años y yo 40. La madre de ella, tenia mi misma edad, por lo tanto me tuteaba y me consideraba como un adulto que se interesaba a su trabajo de profesor y que mi relacion con su hija no iba mas alla. Michelle, tal el nombre de la señora, se pasaba horas charlando conmigo, mientras Leticia se encerraba con su novio en su cuarto « a estudiar ». Poco a poco fui tomando gusto a esos encuentros y a los pocos meses, me aparecia por las tardes y discutiamos con Michelle de mil cosas diferentes. Ella es de origen francés, rubia, de ojos celestes y un cuerpo delgado pero estilizado. Pechos algo grandes para su talla, y unas piernas increibles. Estaba separada desde hacia cinco años. El padre de Leticia vivia en España, con otra mujer. A Michelle nunca la vi como a alguien a conquistar. Yo pasaba mi tiempo libre con ella, para charlar y cuando la ocasion se presentaba hacer el amor con su hija. Muchas veces cenamos los cuatro juntos como buenos amigos. Nadie podia sospechar que una relacion clandestina tenia lugar entre Leticia y yo. Cuando festejamos el aniversario de Leticia, organizamos una fiesta con muchas personas. El alcohol me hacia reir y decidi no abusar, despues de que los invitados hubieron partido, nos encontrariamos unos momentos en secreto con Leticia

Como a eso de las tres de la mañana todos partieron y me despedí de la familia. El novio de Leticia se ofrecio a alcanzarme hasta mi casa, pero se lo agradeci diciendole que preferia entrar caminando para despejarme un poco. Di dos o tres vueltas y me volvi a la casa de Leticia, me dirigi a la puerta de atras y esta estaba entreabierta. Con mucho cuidado me dirigi a su dormitorio. Para ello debia pasar por delante de la pieza de su madre. Me saque los zapatos y en puntas de pie camine sigilosamente. Cuando estaba a menos de un metro de la puerta de Michelle, note que esta estaba semiabierta, por curiosidad me asome y pude ver, gracias a la luz que entraba por la ventana del alumbrado publico a Michelle completamente desnuda. A pesar de que habia visto muchas veces a Michelle en traje de baño, verla asi me puso en un estado de excitacion tremendo. Me acerque a la puerta del cuarto de Leticia y vi que esta dormia profundamente. Regresé a la entrada de la pieza de Michelle y me dediqué a observarla. Ella estaba un poco de costado y no podia verla bien, dormida giro y flexiono una de sus piernas. Decidi entrar y me acerque con cautela, me arrodille al borde su cama, me levante muy despacito y cerré la puerta sin que esta se cierre completamente, de esa manera podia salir sin hacer ruido y nadie prodria ver del exterior. Me volvi a agachar cerca de su cama y pude ver sus senos y su sexo a apenas veinte centimetros de mi rostro. Para esto mi verga estaba a mil, extendi una mano y con la punta de los dedos le toque el pezon de su pecho derecho. Al no ver ninguna reaccion, me anime y le puse la mano abierta, con la palma rozandole el pezon, éste se puso duro casi enseguida. Le acaricié el vientre y fui bajando hacia su sexo. Éste estaba depilado dejando ver los labios vaginales y sobre el monte de Venus, un escaso vello rubio formaba un montoncito muy suave. Con el dedo mayor de la mano izquierda le rozé los labios, Michelle movio una pierna y su sexo quedo mas al descubierto.

Me mojé con saliva el dedo y volvi a

acariciarla. Su clitoris estaba creciendo ante

mi caricia y de repente Michelle abrio los ojos

y me agarro la mano incorporandosé en la

cama. Yo quede de una pieza, en la semioscuridad

ella me clavo los ojos furiosa y me dijo en vos baja :

« Que diablos estas haciendo en mi cuarto ?»

le dije que me habia olvidado algo y que como

no queria despertarla, y al encontrar la puerta

de atras abierta » No me dejo terminar y

me dijo « me estas mintiendo, volvistes porqué?,

por mi hija? ». No - le respondi- vine porque te

estuve observando y decidi darte una sorpresa,

como respuesta me dio un cachetazo. Me quise incorporar y ella me tiro del brazo haciendome caer sobre ella en su cama. Nos quedamos asi unos segundos y me tomandome la cabeza entre sus manos me beso. Desnudarme me tomo dos segundos. Me arrojé a sus brazos y con frenesi me comi cada parte de su cuerpo. Al penetrarla, senti su sexo apretado alrededor de mi verga y yo la bombeaba con lujuria. Ella cruzo sus piernas por mi cintura y asi se la pude meter hasta el fondo. Cuando senti que me venia se la saqué y me baje hasta su sexo. Le chupe el clitoris, el ano, los labios y senti como se venia en mi boca, dos, tres veces. Quedo rendida y me dijo « ahora te toca a vos, sentate arriba de frente y ponemela en la boca » asi lo hice y me vine en su boca mordiendo el borde de la sabana para que no se escuchen mis gemidos. « Sabes una cosa me dijo, despues de tomarse hasta la ultima gota de semen- hece rato que te tenia ganas, yo pensé que venias por mi hija, ahora sé que sos para mi » nos pusimos de acuerdo para vernos en la mitad de la semana, cuando ella estuviera sola y nos dijimos de ser lo mas reservados posibles, sobre todo por Leticia. Asi comenzé a tener relaciones con las dos sin que Leticia lo sepa y Michelle ni sospechaba que en las tardes, cuando le daba las lecciones a su hija, le daba las mejores de su vida.

Pasaron casi dos años y se acercaba la fecha del casamiento de Leticia, para ello decidimos darnos una fiesta de despedida en algun hotel, porque ella me dijo que despues de casada deberiamos terminar esa relacion. Yo no me opuse, porque de todas maneras, tenia a su madre. Nos pasamos toda una tarde en un hotel en las afueras e hicimos el amor como dos salvajes. La fecha de la boda estaba programada para tres semanas mas tarde. Con Michelle me pasé las tres semanas antes de la boda en un estado de euforia increible, haciamos el amor dos o tres veces cada vez que nos encontrabamos. Fueron los dias mas calientes que pasé con ella, hubo logico otros despues.

La boda fue magnifica, los invitados supercontentos y Michelle estaba en la gloria. Depues de que los novios y el ultimo invitado partieron, nos dirigimos al cuarto de Michelle para terminar uno en brazos del otro hasta el mediodia. Leticia y Jean se fueron dos semanas de luna de miel a Francia, y al regresar, preparamos una recepcion. Estabamos nosotros y los suegros de Leticia, un matrimonio del midi, gente rica y muy educada. La suegra de Leticia una mujer de 43 años muy hermosa, de pelo negro y unos ojos verdes mar, de una mirada gatuna e increiblemente seductora, su marido un tipo de 55 años, en buena forma fisica, no perdio ni un solo gesto de Michelle. Éesta llevaba puest un vestido con un escote a cortar la respiracion, largo hasta los tobillos pero abierto del lado derecho hasta la cintura.

Durante la cena, mi mano no se perdio un centimetro de aquella piel adorada. Leticia estaba radiante, cuando me acompaño a buscar las ensaladas a la cocina, aprovechamos para darnos un beso y la agarré de las nalgas y la apreté contra mi sexo. Su respiracion cambio de tono y me dijo al oido « tengo unas ganas terribles », « en la semana podemos pasar unas horas juntos , si queres », le respondi, asintio moviendo la cabeza, se reacomodo el vestido y me dijo « yo te aviso ».

Esa semana no nos pudimos encontrar. Michelle la acompaño al médico y regreso con la gran noticia, Leticia estaba embarazada de dos meses. « Menos mal que no se le nota, tiene un cuerpo perfecto y no me gustaria que lo pierda a causa del embarazo ». la noticia me dejo un poco mal, el hecho de que estar Leticia embarazada, le quitaba un poco el encanto. Durante tres meses Leticia acudia al gimnasio y al mdico cada quince dias, para mantenerse en forma. Un domingo despues del almuerzo ella insistio en ayudarme con la vajilla, su marido decidio tomar una siesta y Michelle hizo lo mismo. Nos dedicamos a recojer las cosas y las puse en el lavavajillas. Cuando entré en la cocina, Leticia se estaba acariciando el vientre. Me puse detras de ella y la abrazé. Se recosto contra mi pecho y me dijo « no te gusto con mi panza asi, no? » la hice girar, la miré a los ojos y la besé tiernamente. De los besos pasamos a las caricias y a los minutos, tenia unos de sus senos en mi boca. « Vamos a la biblioteca » y tomandome de la mano nos encerramos en la penumbra del la biblioteca en el otro extremo de la casa. Habia un enorme sillon en cuero negro y ella se sento y se bajo los tirantes del vestido, se abrio de piernas y yo me acomodé de rodillas entre sus piernas y comenzé a chuparle los pechos inflados por el embarazo. Con mi mano le levanté la falda y le acaricié su sexo, abrio mas las piernas y le meti los dedos por el costado de su braga, cuando alcanzé su clitoris, suspiro echando la cabeza hacia atras, levanto las caderas y le deslizé sus bragas y de rodillas la empezé a penetrar al tiempo que acariciaba sus pechos y su panza. Nunca habia hecho el amor con una embarazada y eso me excito mucho. Aunque en su estado era un poco dificil maniobrar, logramos alcanzar en poco tiempo dos orgasmos cada uno. Me quedé mirandola a los ojos mientras sus piernas descansaban sobre mis hombros, un hilo de semen corria de sus labios, la limpié con la mano y la ayudé a vestirse.

Salio primero ella, y me indico que no habia nadie. Me beso y me dijo « me voy a hacer una siestita, ya me siento mucho mejor ». yo decidi irme a dar un chapuzon en la piscina y asi poder descansar. Me desperto Michelle echandome aagua y la segui hasta la piscina en donde jugamos un rato y luego nos acostamos al sol, para secarnos. Ella se saco el corpiño y se quedo solo en la miniscula tanga roja que yo le habia regalado para su cumpleaños. Me parecio ver que de la ventana del cuarto de Leticia alguien miraba, el reflejo del sol no me dejo ver bien quien era, pero lo imaginé, el yerno de Michelle la observaba descaradamente. A los minutos lo vi acercarse, toalla en mano y en slip de baño. Michelle dormia, Jean me guiño un ojo y se zambullo estrepitosamente. El ruido y el agua que salpico despertaron a Michelle y se rio. « Vamos al agua !», la segui y nos arrojamos juntos. Ella seguia sin su parte superior y el agua le habia echo erizar los pezones, hecho que no paso desapercibido para Jean. Se acerco a su suegra y comenzaron a chapotear juntos. Él se zambullo y aparecio atras de ella y le hizo cosquillas en la espalda, Michelle giro y lo empujo con su cuerpo zambulliéndose los dos. Asi estuvieronm un rato jugando y yo riendo de las piruetas que hacian. Yo me recosté en la hamaca y me quede semidormido, Michelle y Jean estaban en el otro extremo de la piscina, ella los brazos apoyados y medio torso fuera del agua. Miles de gotitas se reflejaban en sus pechos enormes. Despues de muchos minutos, Jean se aproximo, miro hacia donde yo estaba y creyendome dormido se puso frente Michelle, le apoyo las palmas delas manos en cada pecho y Michelle lo dejaba hacer, siempre mirando hacia donde yo estaba. A los segundos Jean, metio las manos bajo el agua y por el gesto de Michelle supe que sus manos estaban jugando con su conejito. Michelle tiro su cuerpo para delante, siempre apoyada en el borde y Jean se situo entre sus piernas. El movimiento apenas perceptible me dejo adivinar que la estaba poseyendo. Cerré los ojos lo mas fuerte que pude y llego hasta mi el suave gemido de Michelle, que yo tan bien conocia cuando llegaba al orgasmo. Entreabri los ojos y vi como Michelle empujaba a Jean suavemente y con disimulo se subia la tanga. Esa escena de apenas unos quince minutos me puso a mil. Esa noche tendria de que hablar con Michelle y poner ciertas cosas en claro. Durante la cena actuaron como si nada hubiera pasado, lo mismo yo con Leticia. Aunque en el ambiente flotaba un aroma se sensualidad y sexualidad apenas perceptible.

Esa noche no le dije nada a Michelle, y durante las semanas que sucedieron, me di cuenta que no era la primera vez que ella y el yerno, tenian ese grado de intimidad. No me molesto, me excito mucho mas saber su relacion clandestina, pero, que diria Michelle si se enteraba de la mia con su hija?.

Cierto dia fui con Jean a jugar al tenis, mientras las dos mujeres se iban de compras para el futuro bebé. Hablamos de todo, sobre todo de las chicas que habia en el campo de tenis. Habia entre ellas dos, una mujer de la edad de Michelle y otra, algo mas gordita, que se destacaban del resto por sus polleritas extremadamente cortas. Jean me diijo « no esta nada mal la viejita », yo le di la razon y le pregunte « te gustan maduritas, no? ». »si, la verdad que si, y encima con Leticia embarazada, ando con unas ganas terribles » « no te gusta hacer el amor con una mujer en ese estado?, « No, la verdad que no », me respondio al tiempo que clavaba la mirada en los gluteos de la jugadora. « y tirate el lance, a lo mejor ligas », le dije señalando a la mujer, « y si no te da corte, siempre hay otras posibilidades ». Jean me miro desconcertado y me dijo « no se enterara Leticia? », « Jean, le respondi, esto queda entre hombres ». « Si queres te dejo solo y nos encontramos a eso de las siete y regresamos juntos a la casa, te espero en la confiteria, ok? ». asintio y salio como volando, hacia la pareja que seguia jugando terriblemente mal.

Yo me dirigi a los vestuarios, me cambie y me fui a mi casa. A eso de las seis y media, subi al carro y fui a buscar a Jean. Ya estaba en el bar cuando llegué y su sonrisa de oreja a oreja, me confirmo que lo habia pasado bien. Durante el viaje me conto con lujo de detalles como habian hecho él y la mujer el amor en el vestuario de mujeres, habia como diez otras, que no se habian dado cuenta, que mientras se duchaban y cambiaban, en un camerino de masajes Jean y Gloria, que asi se llamaba la mujer, se daban un festin.

Las aventuras de Jean se hicieron mas frecuentes y yo siempre lo ayudaba. Aunque yo sabia que una vez por semana se tiraba a su suegra. El pobre no sabia que yo habia instalado una camara en miniatura bien escondida en el cuarto de Michelle y que tenia diez cassettes de sexo puro.

Leticia dio a luz una niña hermosa, ojos celestes, pelo castaño y que decidio llamarla Andrea. A los dos meses de nacida la niña, Michelle despues de una fogosa tarde con su yerno, le dijo que era la ultima vez, que era tiempo de dedicarse a su mujer. Lo hicieron una vez mas a titulo de despedida y se juraron guardar el secreto hasta la muerte. Jean y Leticia iniciaron una vida de hogar sin problemas. Yo tenia muchas ganas de hacerlo una vez mas con Leticia y despues dedicarme exclusivamente a Michelle. Se lo dije y acepto, asi que inventamos una historia de unos cursos especiales, (ella habia retomado la universidad) y en mi casa nos enfiestamos como si el mundo fuera a acabarse un instante despues.

Michelle me propuso que nos casemos o que vivamos juntos, y en el mes de septiembre del 98 nos casamos con todos los honores del caso. Pasamos dos semanas en Niza, y al regresar Leticia y su marido nos rindieron visita. En un momento de la cena, Leticia nos anuncio que estaba nuevamente embarazada. Festejamos la noticia y a los postres, que decidimos tomarlos en el jardin, Leticia se acerco y me susurro al oido : « El hijo que espero, es tuyo ». se fue rapidamente y me quedé como una estatua, no podia moverme, ella giro y me guiño un ojo, con esa picara sonrisa y meneando el trasero como solo ella sabe hacerlo.

Y mi hijo/nieto nacio en abril del 99, Leticia le puso mi nombre y el de su padre. Somos una familia muy unida. Jean volvio a las andadas con mi esposa, y yo me acuesto con Leticia al menos una vez cada dos semana. El sexo entre nosotros es algo indispensable, Leticia ama a su esposo, yo las amo a las dos y pienso que Jean sinte lo mismo por ambas. Quizas algun dia se entere, espero que no, esa sensacion de prohibido y clandestinidad nos mantiene a todos en un estado de permanente lujuria disimulada.

A veces me acuerdo de como la conoci a Leticia y me digo que fui el hombre con mas suerte que yo conoci en el mundo.