Les presento a mi amiga Marcia

Despues de varias sesiones especrtaculares con Isabel, apareció en el chat Marcia... que mujer! una diosa realmente.

LES PRESENTO A MI AMIGA MARCIA

Hola a todos. Si me recuerdan, mi nombre es Rubén y hasta ahora les conté mis experiencias con la Isabel. Pero hace unos meses conocí a través del chat a una mina muy piola que se lama Marcia. Es casada, pero las relaciones con su esposo se han hecho muy distantes por culpa de él, ya que por problemas económicos, ha sufrido un bajón psíquico que le hace complicado coger con su mujer.

Como resultado de ello, Marcia entraba todas las mañanas a Internet, leía relatos, bajaba fotos y películas y se mandaba unas pajas impresionantes por la falta de sexo.

Nuestros primeros encuentros en el MSN fueron de conocimiento mutuo y allí disfruté de las libertades que tenía Marcia para decir lo que sentía y lo que tenía ganas de hacer, pero que aún no se había animado. Al poco tiempo me envió algunas fotos suyas tomadas en algún viaje al Brasil por trabajo y que aprovechó para coger con un par de chicos brasileños, que la fotografiaron en bolas. Les aseguro que cuando recibí esas fotos quedé impactado. Es un minón. Sin exagerar. Un lomo imposible de describir. Empezando por la boca. Bueno, en realidad, eso era una bocaza, lista para chuparse la pija mas caliente. Las tetas son espectaculares. Parecían de una vedette de teatro de revistas. Un par de gomas fantásticas. Y del culo no les voy a hablar, porque me van a putear por hacerlos calentar sin compartir esas fotos.

Estuvimos varias semanas charlando vía chat y por teléfono; la llamaba todas las mañanas y muchas veces nos pajeabamos haciéndonos las fantasías respecto a lo que le haría uno al otro si estuviéramos juntos.

Y por fin se dio. Marcia tuvo la necesidad de viajar a Buenos Aires para ir a un casamiento de una amiga y su esposo, que no sé por qué cada día le daba menos bola (como decimos en mi pais, dios le da pan a quien no tiene dientes!!) no quiso acompañarla. Así que Marcia estaba en Buenos Aires sola. Convenimos que la pasaría a buscar y se quedaría en mi casa. Cuando llegó, fui a buscarla al Aeroparque y como ya la conocía por las fotos, no me costó mucho salir a su cruce para saludarla. Les aseguro que personalmente era mas hembrón que en las fotos. Cuando le dije que era Rubén, parece que era lo que esperaba, porque le brillaron los ojos mostrando una sonrisa encantadora. Nos besamos como dos enamorados y allí sentí una lengua muy picara que hurgó en mi boca mostrando sus secretos.

La ayude con sus maletas y salimos a mi automóvil que había estacionado en la playa del Aeropuerto.

Camino al estacionamiento pude apreciar aun mejor el lomo de Marcia. Realmente era un minón de aquellos que uno se imagina en sus fantasías eróticas. La mujer que todos desearían y en los 200 metros hasta el coche, no pude evitar mi bronca al ver a casi todos los hombres girar sus cabezas al paso de Marcia. Y más de uno, con la mente en cogérsela de mil maneras

Ya arriba de mi auto, le propuse ir a mi casa a dejar sus cosas y salir a comer algo rápido ya que ambos estábamos con hambre y esa noche Marcia tendría la fiesta. Así lo hicimos. Llevé a Marcia a recorrer mi departamento y esperé que acomodara algunas cosas que tenía en su maleta y salimos a almorzar a la zona de las cañitas (zona muy paqueta de Buenos Aires). En el restaurante donde nos sentamos a comer, busqué una zona muy íntima (aunque fuera de día) en un rincón al fondo del boliche. Allí seguimos con los amarrucos, los besos eran cada vez más largos y ardientes y aproveché para pasar mis brazos por detrás de ella para acariciarles las tetas de con las dos manos y creo que eso la calentó bastante porque ese par de tetazas estaban duras y paraditas.

Durante la comida, Marcia me pidió si podía acompañarla al casamiento, porque si bien era el de su amiga, no conocía a casi nadie y prefería que yo estuviera con ella. Me impactó al principio, pero rápidamente acepté diciéndole que era la primer vez que acompañaría a un ángel a una fiesta. Creo que los piropos le gustan mucho (bueno, a que mujer no!).

Por la tarde, Marcia fue a una peluquería en un shopping y me pidió que la pasara a buscar mas tarde.

Eran las 8 de la noche cuando pasé por Marcia y nos fuimos muy rápido al departamento porque ya se hacía tarde.

En mi casa, primero entró a bañarse Marcia y no quise evitar el magnífico espectáculo de verla por primera vez en bolas. Que hembra, por favor... Sólo por culpa del casamiento se evitó una segura violación, porque les aseguro que tenía mi pija muy parada sin poder mas que ir a otro baño a pajearme para bajar la calentura que me daba Marcia.

Luego entré a bañarme yo y cuando salí, ella ya se había vestido y estaba espectacular. Realmente era una princesa. Un vestido largo muy ceñido al cuerpo, con un largo escote, la espalda al descubierto y un tajo muy sugerente. Imaginándome lo que Marcia me había dicho varias veces, supuse que debajo de ese vestido no habría nada, ni bombacha ni corpiño. Entonces decidí usar un slip muy ajustado que marcara mis huevos y mi pija sin disimulo. Me puse un smocking que tenía listo de tintorería y salimos antes de las 23 al casamiento de su amiga lorena. La fiesta era en un hotel muy bacán de la ciudad de Buenos Aires y cuando llegamos ya había mucha gente en la recepción. En realidad si Marcia conocía poca gente eso parecía extraño, porque creo que no hubo hombre que no se le acercara para besarla como si fueran amigos de toda una vida.

No voy a extenderme demasiado en la fiesta, pero quizás lo mas destacable haya sido el baile de música lenta con Marcia. En unos minutos de estar abrazados y besándonos, creo que ella sintió mi pija al palo y yo sentía su entrepierna como queriendo chuparse mi pija para tenerla bien adentro.

Les puedo asegurar que no acabé en la fiesta porque me controlé muchísimo. Pero ella me decía que tenía la concha empapada y ya había comenzado a chorrearse.

La reunión terminaba mas tarde, pero a eso de las 4 de la madrugada decidimos irnos porque estábamos los dos demasiados calientes y podríamos hacer alguna macana en la fiesta. Mi boca estaba totalmente llena de su rouge y también mi cuello y parte de mi cara. Y creo que ella seguía chorreando de mas de una acabada que había tenido en el franeleo del baile.

Al fin estábamos en el coche y allí Marcia aprovechó mi calentura para sacarme rápidamente la pija y hacerme una magnífica mamada antes de poner el auto en marcha. Si les digo que en menos de 3 minutos ya le había llenado la boca de mi leche quizás no exagere. Al menos ya había tomado debida cuenta que era una diosa chupando pijas y comprobé que como me había confesado muchas veces, el olor y el gusto por el sudor de una pija y los huevos, la calentaban muchísimo, ya que no sólo la chupó y mamó, sino que la olía mientras gemía como loba en celos. Además allí evidenció lo viciosa que era con el semen, ya que no sólo me la limpió, sino que trató de exprimirme la pija lo mas que pudo como pajeándome, para tratar de sacar las últimas gotas que dejaban caer en la punta de su lengua como si fuera un helado que estaba saboreando.

Cuando llegamos al departamento, luego de manosearnos en el ascensor como dos pendejos, entramos a lo que sería en mucho tiempo, mi mejor noche cogiendo (y cogiéndome a decir verdad). Fuimos directamente a mi dormitorio y casi sin dejar de besarnos, nos desvestimos uno al otro. En realidad con Marcia fue muy sencillo, porque desabrochando un pequeño clip en su espalda, su vestido se derrumbó dejando a mi vista un lomazo difícil de describir. Ella se tomó su tiempo para sacarme el saco, la camisa, los pantalones y durante ese tiempo, no dejaba de besarme el cuerpo, la cara, el pecho hasta que se arrodilló hasta llegar a mi slip apretado y con la pija que reventaba. Pensé en un momento decirle que me dejara ir a darme un baño, ya que sentía sudado y oloroso por el baile y el franeleo de la fiesta, pero su mirada mostraba que de sus ojos emitían un fuego lujurioso, que para quienes no conocen bien a Marcia, podría asustarlos.

Lo que pedía es que nada cambiara. Entonces, muy suavemente me sacó el slip y empezó un juego diabólico de besos y lamidas en los huevos, la entre pierna y obviamente, mi pija. Parecía una reina manejando los tiempos y las formas para besar, mamar y lambetear que hizo que estuviera a punto de acabarle sobre su cara y su cabeza. Marcia estaba haciendo un trabajo casi profesional, pero con el entusiasmo y la calentura de una amateur. Se notaba que había chupado muchas pijas y que le excitaba muchísimo hacerlo. Les aseguro que nunca alguna mujer me hizo sentir esas sensaciones (ni algunas putas muy caras con quien alguna vez me saqué mi berrinche).

Yo no quería quedarme atrás, así que la levanté y mientras la besaba metiéndole mi lengua hasta su garganta y mis brazos la acariciaban por toda la espalda y el culo, sentía como mi pija rozaba su concha muy caliente. Ella me apretaba muy fuerte porque también quería sentir que me fundía dentro de ella.

La llevé a la cama y acostándola boca arriba empecé a besarla y a chuponearla por todos lados y mis manos hurgaban todos los rincones de ese corpazo. Eso le agradaba mucho, porque sentía que su respiración comenzaba a agitarse y su cuerpo a contonearse en un sube y baja, como queriendo pedir pija. Pero no era aun el momento. La sesión de besos y mamadas debía continuar. Busque sus orejas para besarlas y jugar con mi lengua dentro de ellas. Eso la excitaba aun más. Después seguí bajando, por los ojos, la boca, el cuello, las tetas, el ombligo hasta que llegué a su conchita tan húmeda a este momento, que ya derramaba algunos juguitos que enseguida me tomé y metiéndole la lengua, volví a su boca para que probáramos juntos sus juguitos vaginales. Los dos estábamos totalmente excitados.

Volví a su concha y estuve jugando un buen rato con mi boca y metiéndole la lengua bien adentro y aprovechar para lamerle la vagina hasta el culo, metiéndole los dedos en la concha para satisfacer la calentura de Marcia, que a ese momento era inenarrable. Además también aprovechaba para meterle algún dedo en el culo que excitaba aun más a mi reina. Yo ya me había dado cuenta que Marcia era como una ola del mar. Empezaba siendo muy tranqui (tierna como le gusta decir a ella) para después, cuando entra en clímax, se convierte en una salvaje leona, para alcanzar los dos unas acabadas realmente espectaculares y muy ruidosas. Luego vuelve la tranquilidad y los mimos. Y así lo hicimos. Mucho beso, mucho manoseo y juego con las manos y la lengua. Creo que Marcia acabó no menos de 4 veces en esos juegos. Y yo en 2 ocasiones. Luego siguió el plato fuerte y fue el tiempo de coger por cuanto lugar fuera posible.

A Marcia le encanta la posición del perrito y les aseguro que ver semejante hembra así, con la concha rasurada y chorreando y pidiendo que la cojan, vale la noche ello solo. Pero no iba a perderme la oportunidad de penetrarla y tratar de partir esa vagina en dos. No hubo que hacer mucho esfuerzo para que mi pija de casi 19 cms. entrara por completo en su concha. Estaba muy húmeda y más caliente aun. El mete y saca fue tremendo. Habremos estado cogiendo unos 10 minutos en esa posición, usando mis manos para apretar sus tetas sobre mi pecho y metiendo los dedos de la otra manos en la misma concha donde estaba entrando y saliendo mi pija. Parecía una mina insaciable y los gritos que daba me recordaban a una puta mas que a una amiga. No dejaba de gritarme que la cogiera mucho, que se la metiera toda y que mis piernas golpearan mas fuerte sobre sus nalgas.

Cuando sentí que Marcia había acabado varias veces, la inundé con toda mi leche en su conchita derramando un latigazo de semen que creo que le habrá llegado hasta el estómago. Estábamos muy transpirados y nuestros cuerpos se pegaban como chicle pero mi pija dentro de su concha estuvo un buen rato, en tanto le besaba el cuello, la espalda y los labios Entonces ella se zafó dándose vuelta y tomando mi pija chorreante, se tomó las últimas gotas de semen, me la limpió toda y la saboreó como a ella le encanta y lo dice. Después sí, caímos rendidos yo sobre ella y empezaron las atenciones porque a Marcia le gusta después de una buena cogida, tener muchos mimos para volver a ser tierna como el fin de la ola del mar. Según me comentaba ella, yo tengo una sensibilidad especial para saber cuando necesita sexo salvaje y quiere que la trate como una puta barata o cuando después, quiere que la trate como una reina y la llene de mimos y caricias.. Creo que Marcia estaba muy satisfecha.

En verdad, mentiría si digo que eso lo hacía por algo en particular. Lo cierto es que la mirada de Marcia era suficiente para que yo me diera cuenta de cuando debía ser salvaje o ser dulce. Y les aseguro que me hizo sentir muy afortunado por hacer sentir bien cogida a semejante diosa, lo que seguramente hará que ella me tenga en cuenta para pasarlo bien, cuando viaja a Buenos Aires (sigue con sus complejos en vernos en Saavedra) o incluso en sus magníficas pajas. Soy, según Marcia, " su amigo sexual". Y con ella habíamos pasado una velada muy placentera. Pero la noche (amanecer ya) era muy larga aun, así que en otros relatos les seguiré narrando las espectaculares sesiones que tuvimos ese día y durante toda la semana que estuvo en Buenos Aires.