Les conocí en el Chat

Un hombre bisex conoce a una pareja en el chat. Ella buscaba pollas para ella, culos para su marido. Un trio de sexo, morbo, desenfreno y pasión.

A través del Chat

Contacté con ellos a través del chat, Una pareja de Madrid, Ana y Juan. Ana decía que buscaba pollas para ella y culos para su marido, pues él sentía más placer follando un culo que un coño, en la mayoría de las ocasiones le comía el coño y terminaba follándola por el culo y como ella también quería sentir una buena polla en el coño, al final se decidieron a realizar tríos con hombres. Su propuesta en el chat me hizo pensar durante unos segundos, luego le dije que si, que estaba dispuesto a conocerles y tener un encuentro con ellos. Tras varios días conversaciones, todas ellas un poco subidas de tono, decidimos conocernos y llevar a cabo las fantasías que habíamos comentado y que los tres deseábamos realizar. Era una pareja que estaba rondando los cuarenta. Ana, no muy alta, pero si de muy buen ver, según se apreciaba en las fotos que me habían enseñado, con unos hermosos pechos, un potente culo y unos muslos fuertes, rotundos, posiblemente con algún kilito de más, pero que no le sentaban mal, me atrevería a decir que la hacían más exuberante, más sensual, más deseada, en conjunto creo que ganaba bastante, siempre según lo mostrado en las fotos y alguna que otra vez que se había mostrado en la cam con muy poca o muy ligerita de ropa, la verdad es que se la ponía dura a cualquiera de ver la forma en que se insinuaba, sabía crear deseo en quien la veía, aprovechaba hasta el último resquicio de sensualidad para sacarle partido. En cuanto a Juan, le había visto menos, un cuarentón con alguna cana, de constitución normal y con una polla de unos 18 cm, según se apreciaba en las fotos y había visto por la cam. Los dos eran bi y les gustaba el sexo a plenitud, sin tapujos ni reservas. Después de describirles a ellos lo más justo es realizar una pequeña descripción de cómo soy yo, cuarentón, de estatura normal entre 175 y 180, de constitución física fuerte, algo musculoso, tendencias bi y un rabo de unos 17 cm.

Llegado el día del encuentro quedamos para tomar una copa en una cafetería cercana al hotel donde yo me hospedaba. Llegué con bastante antelación a la hora prevista, no me gusta hacer esperar, y, mucho menos, cuando quedo con alguien para un festín de sexo. Al parecer su intención era la misma, pues, no llevaba cinco minutos en la barra cuando les vi entrar. Ana vestía una falda corta de lycra negra, pegadita a sus muslos, enfundados estos, a su vez, en unas finísimas medias negras, que marcaba su culo y caderas. A juego una blusa pegada que marcaba, de forma generosa, sus hermosos senos y dejaba entrever o adivinar los pezones, pues dos botoncitos se marcaban sobre ella. Siguiendo el recorrido ascendente un cuello abierto que dejaba ver parte de sus hombros, donde caían unos cabellos negros, un poco ondulados, no se si natural o de peluquería, que enmarcaban una cara redondeada en la que destacaban sus labios gordezuelos, muy bien demarcados y pintados de rojo, su grandes ojos, adornados con unos toques de rimel, completaban un conjunto que la favorecía mucho. Estaba cañón, una hembra de bandera, de esas que te hacen que la mires con deseo e intensidad, deseando saborear todo su cuerpo. Juan vestía de sport, pantalón vaquero ajustado y camisa de manga corta, lo normal para la época en que nos encontrábamos, a punto de comenzar el verano y con unas temperaturas casi veraniegas.

Entraron buscándome con la mirada y les salude con un imperceptible gesto, levantando un poco la copa de cerveza que estaba tomando, se acercaron e hicimos las presentaciones de rigor, dos besos a ella, uno en cada mejilla, con el consiguiente comentario, "estás para devorarte aquí mismo", un apretón de manos a él, solicitaron unas cañas y tras unos minutos de amena e intensa conversación, plena de insinuaciones y cargada de erotismo, que, a su vez, caldeó más el ambiente, decidimos acercarnos al hotel a culminar o realizar los más recónditos deseos que llevábamos en nuestro interior y, que deseábamos sacar a relucir con el fin de regalarnos con una tarde noche, de sexo, desenfreno y pasión desbordante.

Entramos en la habitación del hotel y nada más cerrar la puerta Ana, apagando la luz, dejó la habitación en penumbra y me ofreció sus labios, la besé con pasión, ardientemente mostrándole mis deseos por ella, deseos acumulados en nuestras ardientes conversaciones del msn y, que los minutos que llevaba a su lado, los habían multiplicado por cientos o por miles, si es que ello era posible, comenzamos a acariciarnos mutuamente, a sobar nuestros cuerpos, mientras ella me desabotonaba la camisa yo metía mis manos bajo de su blusa acariciando sus pechos sobre el sujetador. Juan nos dejó solos, metiéndose en el baño, cosa que agradecí, creo que eso facilitaba un poco las cosas al ser la primera vez, ayudaba a que la relación fuese más natural entrando en el juego cuando el ambiente fuese lo más alto posible, cuando ya no existiesen inhibiciones y todos estuviésemos bajo el deseo y la pasión desenfrenados.

En unos minutos mi camisa y su blusa y sujetador estaban por los suelos, ahora le tocaba a su falda y a mis pantalones, mis manos acariciaban sus pechos, su culo, subían y bajaban buscando acariciar, masajear y sentir al máximo su cuerpo, su piel, mi boca besaba su boca, su cuello, sus pechos, fui bajando a besar su ombligo mientras me llevaba a su falda a sus tobillos, mi lengua acaricio los ribetes de su tanga y el comienzo de sus muslos mientras levantaba sus, primero una y luego la otra, con el fin de liberarla de su falda, quedó ante mí, sólo con los zapatos, las medias, sujetadas con los broches del liguero y un tanga negro a juego, sus pechos con los pezones apuntando a mi cara, llamando o atrayendo a mi boca, que subió hasta ellos a devorarlos con fruición. De sus pechos a su boca, mientras ella me comenzaba a bajar el pantalón y el slip, fue bajando me pantalón a la vez que su boca y su lengua recorrían mi pecho, mi vientre y pasaban por mi polla, mientras me quitaba el pantalón su lengua recorría mi polla por un lado, por el otro, por abajo desde los huevos a la punta. Terminó con el pantalón y sus manos se apoderaron de mi polla, su boca de mi capullo y comenzó a chuparla mientras me acariciaba el tronco, los huevos y el interior de los muslos, mis manos a su vez iban de sus cabellos a sus pechos y de sus pechos a sus cabellos, sus orejas, sus hombros, su cuellos, acariciaba todo lo que podía mientras disfrutaba de la fenomenal mamada que me estaba obsequiando.

Este fue el momento elegido por Juan para sumarse a la fiesta, venía desnudo y completamente empalmado se puso a mi lado y puso, a su vez, su polla junto a la mía, pugnando por metérsela en la boca, las cogió a la vez y juntando los capullos comenzó a besarlas a la dos, a pasarles la lengua y metérselas en la boca. Noté como una mano acariciaba mis nalgas, era la de Juan, ni corto ni perezoso correspondí a sus caricias acariciando a su vez las suyas, estábamos los dos juntos acariciándonos el culo con una mano, mientras con la otra cogíamos de la cabeza a Ana para dirigir la chupada que nos estaba dedicando. La mano se Juan pasó a acariciar el interior de mis nalgas, buscando tocarme el ojete, luego es fue bajando arrodillándose y comenzó a besar a Ana a la vez que con una mano me cogía la polla con la otra acariciaba mis nalgas, la canal de las mismas en un momento mi polla estaba en medio de sus bocas, los dos la chupaban, la besaban, se besaban entre ellos, intercambiando saliva, liquido preseminal y más saliva, mientras Juan me la chupaba Ana subió buscando mi boca.

Comenzó a besarme, a comerme la boca, el cuello, a mordisquearme los pezones, Juan chupaba mi polla y acariciaba mis huevos, mis nalgas, el interior de los muslos, el ojete. Estaba a punto de correrme era tanto el placer que me estaban proporcionando que no podía resistir por más tiempo la corrida. La saqué de la boca de Juan y les dije que estaba a punto de correrme que era demasiado el placer que me proporcionaban entre los dos y no era capaz de poder aguantar más.

  • Quiero que me folles, que te corras en mí, dijo Ana.

Y, dejándose caer sobre de la cama con las piernas y brazos abiertos tiró de mi para que quedase sobre ella. En lo que me puse un preservativo cogió una especie de almohadón o cojín que había sobre la almohada y se la puso bajo de sus nalgas quedando su pubis levantado y ofrecido a mi sexo, me metí en medio de sus piernas y pasando la polla por su coño un par de veces, terminé ensartándola con ganas, se la metí hasta el fondo, estaba super mojada, con bastante lubricación me abrazó y comenzó a besar mi boca, me chupaba las orejas y me susurraba y gemía al oído. Al poco noté una cosa dura que se interponía entre sus cara y la mía, era la polla de Juan que se metió en medio de nuestras bocas con el fin de ser chupada y besada por los dos, comenzamos a chuparla a dúo a besarnos entre nosotros a la vez que besábamos y chupábamos su polla pronto noté como las manos de Juan se dedicaban a acariciar mis nalgas, mi culo, buscaba mi ojete, echándose sobre de mi espalda besaba mis nalgas y lubricaba con saliva la canal, saliva que sus dedos espacian por mi ojete con el fin de lubricarlo yo no me movía gozaba con los movimientos de la pelvis de Ana a la búsqueda de que se la metiese cada vez más hondo y con las caricias de Juan sobre de mis nalgas, mi culo, a la vez que con la mamada que le estaba proporcionando a su polla.

Retirando su polla de nuestras bocas, dejándolas libres para que nos besáramos y comiésemos mutuamente nuestros labios y lenguas, se puso tras de mi y al momento pude sentir como su lengua se abría paso entre la canal de mis nalgas, buscaba mi ojete, pronto noté como su lengua pugnaba por entrar en mi interior. Ana se apoderó de mis nalgas y me las abría al máximo facilitando la tarea de Juan de comerme el culo, su lengua me lo llenaba de saliva, me lo abría, mientras con uno de sus dedos invadía el interior de mi ojete, abriendo el camino y llenándolo de saliva, lubricando y dilatando con el fin de que la posterior penetración fuese más suave y que sólo sintiese placer. Ana en tanto susurraba en mi oido.

¿Te gusta como mi hombre te come el culo? ¿Estás gozando?

Si estoy gozando y a punto de correrme.

Espera, no te corras todavía, que quiero que te la meta antes.

Ya está preparado, ¡¡follale!! ¡¡Métele la polla en el culo!! Que quiero sentir como goza, como se corre.

Abandonó por unos momentos mi culo para colocarse el preservativo y sin más dilación se puso tras de mí y tras dejar caer un buen chorro de saliva sobre de la raja de mi culo, saliva que su polla esperaba a la entrada de mi ojete para meterla dentro y que ayudase, a su vez, a facilitar la penetración. Enseguida noté como algo duro, su capullo, abría mi esfínter y se colaba dentro, se quedó un momento quieto en lo que esperaba que me acostumbrase a su polla, al poco comenzó a empujar y centímetro a centímetro pude sentir como me iba penetrando, al final pude sentir como su pubis se pegaba a mis nalgas, ya está toda dentro pensé. Me la empujo toda y comenzó a moverse lentamente, para que la sintiese en toda su plenitud, me sentía lleno y con unas ganas enormes de descargar el semen acumulado en mi huevos.

¿Te gusta como te folla mi hombre? ¿Te vas a correr putito?

Sus movimientos de pelvis eran cada vez más pronunciados, se estaba corriendo y me estaba haciendo correr.

Así me gusta putito mio, correte, correte, …., ah, ah, si, si, me corro, …, …., …., yo también, yo también, …, ….,.

Me vacié en su interior con una corrida increíble, gozando y corriéndome como nunca, fue una corrida de polla, de huevos y creo que hasta de culo y próstata. Era tanto el gusto que recibía por las dos partes que no se cual de ellas me daba mayor placer y satisfacción.

Siguieron moviéndose rítmicamente cada vez más rápido y con mayor ritmo e intensidad, creo mi polla no llegó a perder dureza, si acaso se aflojó un poco, pero enseguida volvía a estar al palo y cogiendo el ritmo de ellos. Juan me cogía de las caderas, me daba algún que otro pequeño azote en las nalgas, acariciaba mi espalda y alguna que otra vez se tendía sobre de mí haciéndome sentir su pecho en mi espalda y buscaba acariciar y mis pezones. Mientras Ana seguía con sus besos, sus caricias, sus movimientos de pelvis y de culo que me hacían sentir en el paraíso. Yo acariciaba lo que podía, sus pechos, sus caderas. Así hasta, …, ….,

¿Te está gustando? ¿Te gusta sentir la polla de mi macho?.

Si, siiiiii, me da mucho gusto, ..., …,.

Te va a llenar de leche, se va a correr en tu culo, …., ¿sientes su polla?, ah, ah ahh, aaahhh, ahora, ahora, …., correte, correte, ahhh, ahh, …,

Sus contracciones y los bombeos de Juan llegaron a la vez estaban bastante sincronizados, sentía como ella se contorsionaba, tenía espasmos, contraía las nalgas y los muslos en otra corrida apoteósica. Mientras Juan me daba unos últimos azotes en el culo y comenzaba a correrse en mi interior, podía notar como su polla entraba al máximo y expulsaba un chorro de leche, al segundo otra entrada hasta el fondo y otro chorro, …., unas cinco o seis veces que hicieron que yo me vaciara en su interior de nuevo, entre los movimientos de ella buscando sentir cada vez mi polla más adentro y los de él intentando meter su polla cada vez más, me hicieron sentir otro orgasmo tan intenso o más que el anterior, seguro que solté menos leche, pero la intensidad creo que fue superior.

¿Te ha gustado? ¿Has gozado como esperabas?

Si, mucho, más si cabe de lo que esperaba.

Yo también he gozado mucho, con tu polla, tus besos, tus caricias y sintiendo y viendo como mi macho te poseía, me encanta sentir como mi hombre os folla en lo que vosotros lo hacéis conmigo, es como si lo hiciera él directamente.

En esto Juan se salió de mi interior dejándome una especie de vacío en mi ojete, se dirigió al baño y yo saliéndome de Ana le seguí, mientras ella se venía tras nosotros. Tiramos los respectivos condones en la papelera del baño y nos metimos en la ducha, comenzamos a ducharnos, yo era el centro de la atención de los dos, recibía sus caricias a la vez que les devolvía las que podía. A los pocos minutos ya estábamos activos de nuevo, nosotros empalmados y ella deseando tener acción.

Nos fuimos a la cama y Juan se tendió boca arriba, Ana se subió sobre él y se metió su polla en el coño, me pidieron les pusiese mi polla a la altura de sus bocas y me la estuvieron chupando un rato, mientras yo acariciaba la espalda y las nalgas de Ana.

¡¡Quiero que me folléis a la vez!! ¡¡Las dos pollas dentro!! ¡¡Fóllame el culo!! me dijo.

Me puse a su espalda y tras ponerme un preservativo unté con un poco de saliva su ojete aproxime mi capullo a la entrada y tras frotarle un poco y echarle algo más de saliva presioné hasta que conseguí que pasara la cabeza, un poco más de presión y ya estaba casi toda dentro, ella no paraba de gemir y susurrar, mientras besaba, mordía y chupaba la boca de Juan. De un tercer empujón se la metí hasta el fondo, comencé a bombearla despacio a la vez que Juan comenzaba a moverse por abajo, podía sentir como mi polla se deslizaba en su interior, separada de la de Juan por muy poco, prácticamente podía sentir su polla pegada a la mía. En unos minutos, Ana ya estaba gimiendo, casi gritando y corriéndose como una perra en celo, la seguimos bombeando hasta que se corrió de nuevo.

Nos pidió la dejásemos, que ahora quería vernos en acción a los dos, nos dimos una nueva ducha los tres y volvimos a la cama, comencé un 69 con Juan. Era todo un experto y mientras me chupaba y acariciaba la polla me buscaba el ojete, lo ensalivaba, pasaba los dedos en suaves caricias y en un momento que estaba yo sobre de él pude sentir como Ana se acercaba por detrás y comenzaba a comerme el culo, me ponía saliva, me metía la lengua, los dedos, mientras me apretaba los huevos y me decía cosas.

¡¡Que culito tienes!! ¡¡Quiero ver como mi macho te folla de nuevo!!

Me pusieron a cuatro patas y en lo que el se enfundaba el preservativo ella me chupaba el culo y me lo llenaba de saliva, cuando estuvo listo, ella me abrió las nalgas en lo que el me la metía hasta el fondo, comenzó un mete y saca rápido mientras ella acariciaba mis nalgas, besaba mi espalda, el final de la misma hasta donde podía, pues al estar el dale que te pego detrás no podía llegar al ojete, me estaban dando una follada fenomenal. Luego me dieron la vuelta y poniéndome boca arriba con los pies levantados me la volvió a meter, mientras ella me chupaba la polla, terminó poniéndome un preservativo y sentándose sobre de mi, comenzó a cabalgarme a la vez que Juan seguía dale que te pego con su polla en mi culo, no tarde mucho en sentir una nueva corrida, les avise como pude y casi terminamos los tres al unísono, creo que estaban esperando mi aviso, pues al momento estábamos los tres, jadeando, gimiendo, y corriéndonos una vez más.

Ellos se fueron a duchar y a vestirse, yo me quedé en la cama descansando y recuperándome de las corridas y paladeando su sabor, sintiendo todavía las vibraciones positivas que había sentido en los mejores momentos de lo que habíamos realizado.

Tras vestirse se despidieron y se marcharon, yo me quedé con la esperanza y el deseo interior de volver a repetir el encuentro, pero estás cosas funcionan así, un encuentro y posiblemente ninguno más, a no. Todo depende de si vuelves a coincidir o no en el chat o en el msn. Sigo a la espera de poderlo repetir.

Para comentarios, posibles contactos y tríos dirigirse a: trio_bisex@hotmail.com